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El Santuario de La Oliva de Vejer conserva una fotografía de varios religiosos alemanes que
habían permanecido en el país africano durante bastantes años antes de la primera Guerra
Mundial
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HACE pocos días en la columna del Diario, que lleva José María Otero recogiendo las noticias
de hace 25, 50, 100 y 125 años, aparecía una de 1916, en la que se contaba como habían
llegado a Cádiz a bordo de los barcos Isla de Panay y del Cataluña y escoltados por el crucero
Extremadura, mil alemanes procedentes del Camerún. Y comentaba que estos acogidos luego
se iban a distribuir por toda España.
Lo curioso es que desde hace mucho tiempo se conserva en el Santuario de La Oliva en Vejer
una gran fotografía de unos religiosos alemanes del Camerún, que estuvieron en él bastante
tiempo. La foto está en una habitación superior lindante con el coro de la Iglesia. Son cinco
frailes vestidos de sotana, barbudos cuatro de pie y dos sentados, seguramente están posando
en el patio del Santuario. Dos eran sacerdotes, Padres Guillermo y Lorenzo. Y los otros,
Hermanos Crispín, Buenaventura y Félix. El Padre Guillermo, de acuerdo con el párroco de
Vejer, se fue a regentar la Iglesia de Zahara. Todos eran muy estimados y se ganaron la
confianza y el cariño de los vecinos por su carácter y servicios. Sus nombres parecen adaptados
o traducidos, pues poco suenan al idioma germano.
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Se sabe, transmisión oral, que los citados religiosos estuvieron mucho tiempo allí alojados en
las varias habitaciones que están sobre los pórticos del patio interior. Y que entre otras cosas
construyeron un jardín hermoso, que aún hoy día permanece lleno de diferentes tipos de
árboles, que crecieron, crecieron y eran un enjambre verde y frondoso en el paisaje de la
marisma cercana. Posiblemente también sembraron los enormes y gigantescos eucaliptos,
desgraciadamente cortados "porque estorbaban" y en su lugar poner acebuches. En el centro
del jardín erigieron una estatua al Sagrado Corazón de Jesús. Con una dedicatoria grabada en
una cara del pedestal que dice In memoriam 1918, lo cual indica que al menos estuvieron allí
dos años, hasta que terminó la guerra.
Los alemanes habían accedido al Camerún en 1884, en el llamado reparto colonial de África y
construyeron líneas de ferrocarriles, carreteras, campos de cultivos y factorías de donde
exportaban a la metrópoli los productos de los cultivos tropicales. Al mismo tiempo, religiosos
primero protestantes y luego católicos de diversas órdenes religiosas crearon misiones con
dispensarios, hospitales, escuelas llevando la cultura y forma de vivir europea a aquellas
regiones. Por cierto, el nombre del Camerún proviene de que en el río allí existente del mismo
nombre, había infinidad de camarones y de camarón, Camerún.
Pero al llegar la primera Guerra Mundial en 1916 tropas francesas, inglesas y belgas invadieron
la colonia y los alemanes se refugiaron en la vecina Guinea, colonia entonces española. España,
mediante un acuerdo con los británicos, acogió en la península a estos emigrados, con la
condición de mantenerlos internados hasta el final de la guerra. Y así ocurrió. Y fruto de ello es
la noticia referida de nuestro periódico. De Cádiz marcharon a distintos puntos, Zaragoza,
Pamplona, Teruel...de todo ello hay curiosas historias.
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Mas también hay una, no sé si leyenda o historia verdadera, que hemos oído, "según cuentan"
"dicen" "se comentaba" "habían visto"... Que los religiosos hospedados en La Oliva abastecían
a algunos submarinos alemanes, que se acercaban a nuestras costas, playas de Barbate,
concretamente en Zahara de los Atunes y les llevaban frutas, verduras, harina y hasta cerdos.
Nadie sabe si es cierto, pero al parecer el dato lo dieron hortelanos de las cercanías de aquellas
buenas huertas de la ribera de la Oliva. Se contaba además que estaba bien montado el
asunto. Tenían un punto de vigilancia o de enlace en lo alto de la Sierra del Retín, parece ser en
Quebrantanichos o en el Cerro del Moro. Los submarinos emergían de noche, para no ser
vistos y se comunicaban con ellos. Lanzaban un bote que llegado a tierra, recogían los
bastimentos y vuelta al submarino.
Escrito lo anterior, me suministran un artículo escrito por Antonio Muñoz Guzmán en el año
1980 en nuestra revista de Amigos del País. El autor fue alcalde de Vejer muchos años y se
había criado de chico en la llamada casa de los curas, en donde supo de muchas cosas... Así lo
contaba: "Muy pocos llegaron a conocer otra actividad que secretamente desarrollaron
durante aquellos tres años que permanecieron en tierras vejeriegas. Mientras duró la guerra
trabajaban en las labores del jardín cuatro días a la semana. Los lunes sacrificaban dos cerdos
cebados que previamente habían adquirido, los descuartizaban y los acondicionaban en varias
mochilas. Antes del amanecer del día siguiente cargaban las mochilas sobre sus espaldas y se
dirigían hacia Zahara de los Atunes. Llegando a la playa, subían a un bote que el padre
Guillermo les tenía preparado y fingían salir a pescar. A veces volvían a las pocas horas, otras
permanecían en el mar hasta el anochecer. Los víveres que llevaban en cada ocasión servían
para abastecer al famoso submarino U-21 de la marina alemana, que operaba a la entrada del
Estrecho."
Pudo ser verdad. Sabido es la buena dotación de submarinos que tenían los alemanes en
aquella guerra y el daño que hacían a los mercantes de los aliados, en el objetivo de aislar a la
Gran Bretaña y lógicamente el Estrecho de Gibraltar era un punto muy significado. Uno solo de
aquellos célebres submarinos, un U-35, logró hundir 236 buques enemigos. No es extraño que
fueran abastecidos desde nuestras costas, pese a la neutralidad de España. Y, por supuesto,
cuanto agradecerían los marinos aquellas mercancías, dado el prolongado y difícil periplo de
las naves en el mar.
Se dice que gracias a estos religiosos refugiados en La Oliva y que después recorrieron toda la
zona, en Alemania fue muy conocida esta tierra gaditana y quizás fruto de ello, la colonia de
alemanes que posteriormente se construyó y pobló en Zahara. Bueno, pues pasan los años, y
permanece en nuestro Santuario de La Oliva el recuerdo de aquello frailes que hospedados allí,
erigieron un hermoso jardín y un monumento al Sagrado Corazón. Aquellos frailes alemanes
allí rezarían, pero también daban de comer, patriotas, a sus paisanos marinos. Centenario del
hecho y que nos ha recordado el Diario. Las guerras son trágicas y dolorosas, pero a veces
están llenas de episodios curiosos y novelescos. Este es uno de ellos.
Los dehonianos son una congregación de sacerdotes de la iglesia católica, conocidos en España
como los Padres Reparadores. Su nombre proviene de su fundador, el francés Leon Dehon
(1843-1925). Entre finales del siglo XIX y principios del XX, se fueron abriendo camino en
diferentes ciudades europeas y también estaban presentes en misiones de Sudamérica, India,
Asia y África.
El Padre Dehon solicitó una misión en Camerún en 1910. Existían ya por aquel entonces
florecientes misiones protestantes al norte del país, pero ninguna católica. Un grupo de
misioneros dehonianos comenzó su actividad el uno de enero de 1913 en Kumbo, al noroeste
de la colonia.
En mayo de 1913 llegó otro pequeño grupo de refuerzo, entre los que se encontraba el Padre
Zicke, además de algún otro sacerdote y varios hermanos. En Camerún desarrollaron su
trabajo, construyendo dispensarios, escuelas, hospitales, y llevando la cultura y forma de vivir
europea.
En enero de 1915, ya iniciada la Primera Guerra Mundial, son hechos prisioneros y deportados
a Lagos, luego a Duala, para acabar después en Fernando Poo junto con el resto de alemanes,
a la espera de ser trasladados a la península.
Misión María Cristina (Fernando Poo 1916)
En 1916 llegaron a Cádiz en el vapor "Cataluña". El Padre Guillermo Zicke en su obra "Ecos de
la Selva Africana", lo cuenta así:
“El 11 de julio coincidiendo con la antigua fiesta de la dispersión de los Apóstoles, tuvo lugar la
despedida. Dos padres y cuatro Hermanos se embarcaron para España: los Padres Conrado y
Francisco con dos Hermanos permanecieron en la isla. Sólo la conformidad con la Voluntad
Divina suavizó el trance doloroso de la separación.
¿Qué decir de nuestras impresiones cuando a lo lejos se divisaron las casas y torres de la ciudad
gaditana, el punto de nuestro desembarque?
Nuestros corazones empezaron a latir con esperanza al contemplar aquel mundo nuevo, tan
sólo conocido por grotescas caricaturas que novelistas e historiadores trazaban en torno a D.
Quijote y las corridas de toros."
En Zahara de los Atunes (1917)
Después de un tiempo en Cádiz, el Padre Zicke contaba así cómo fueron a parar a Zahara de los
Atunes:
“Zahara de los Atunes es una pequeña aldea de 300-400 almas, (…) Faltaba a la sazón en aquel
pueblo el Cura de almas que por motivos de salud se había retirado. Habiendo entrado
nuestros desterrados Padres durante su estancia en Cádiz en relación con el amo de aquellas
tierras, un tal D. Agustín Abreu, éste pudo conseguir del Sr. Obispo de Cádiz el permiso para
que se trasladasen a aquel pueblecito a fin de ejercer allí el sagrado ministerio de manera de
ganar a los mayores mediante los niños. Así se realizó en octubre de 1916."
*Existe una playa en Zahara de los Atunes, llamada "Playa de los Alemanes" cuyo topónimo
bien pudiera estar relacionado con los trajines que se traían estos frailes suministrando
provisiones a compatriotas suyos que se encontraban en los submarinos que atracaban por
aquellos lares. Un artículo del Diario de Cádiz aporta detalles muy interesantes (aquí).*
Ermita Ntra. Señora de la Oliva (Vejer)
Después de un tiempo en tierras andaluzas, el Padre Zicke recibió una carta del fundador de
los dehonianos, en la que manifestaba su deseo de fundar en España, mostrándole su
preferencia por la zona norte del país, tierra de grandes santos como San Francisco Javier e
Ignacio de Loyola entre otros, según sus palabras.
Así pues, el Padre Zicke que había trabajado duro en Camerún y en Zahara, hacía las maletas y
se trasladaba en 1919 a Puente la Reina, a 24 kms. de Pamplona, bonito pueblo ubicado en la
convergencia de las dos rutas europeas del Camino de Santiago (Roncesvalles y Somport).
Según leemos en la página web de la congregación: "Por aquel entonces los sacerdotes
alemanes expulsados de Camerún, iniciaron la fundación de la congregación en tierras de
España, y adquirieron para ello en pública subasta un terreno en la localidad de Puente la
Reina que comprendía un magnífico monasterio, que en la Edad Media fue morada de la Orden
de los Caballeros de Malta, y que se encontraba prácticamente en ruinas."
Iglesia del Crucifijo (Puente la Reina)
En la revista "El Reino del Corazón de Jesús" se resumen claramente estos hechos:
"El sacerdote alemán Guillermo Zicke, con media docena de compañeros suyos de nuestra
Congregación, habían sido expulsados por los ingleses de las misiones del Camerún durante la
Primera Guerra Mundial; tras recalar un tiempo en la entonces Guinea Española -acogidos por
los Padres Claretianos- y en distintas localidades de la provincia de Cádiz, se trasladaron a
Puente la Reina. Allí acabarían siendo los esforzados fundadores de un Seminario menor sobre
las ruinas del hospital, secundando así los deseos de nuestro Fundador, el Padre León Dehon
(...) El Padre Guillermo, de entrañable memoria para nosotros, fue después el primer maestro
de novicios del grupo español de la congregación reparadora, y permaneció en el oficio hasta
1958. Poco después, ya retirado y enfermo, se acogió a "su casa" de Puente, donde fallecería
en 1960 rodeado del cariño de todos."
Tuvieron buen ojo al elegir Puente la Reina, pues es una de las primeras encomiendas
templarias en la Península Ibérica, de la misma manera que la Iglesia del Crucifijo fue su primer
templo en Hispania. Tanto la iglesia como el antiguo hospital estaban prácticamente en ruinas
cuando los dehonianos los adquirieron, así que podemos decir que gracias al Padre Zicke y los
suyos, este lugar recuperó la magia que sin duda tuvo antaño. La talla del Cristo, del siglo XIV y
de origen germánico, está considerada como una de las mejores esculturas del gótico en
España. Sus larguísimos brazos y enormes pies, la cruz en forma de "y" que da nombre a la
iglesia y la leyenda que le rodea, hacen de este lugar algo especial.
Resumiendo, hemos pasado de la fundación de los dehonianos llamados Padres Reparadores
en España, a la huella de los Templarios en Puente la Reina, pasando por el Padre Zicke que fue
a evangelizar Camerún en un mal momento, embarcó con los internados alemanes en 1916,
llegó a Cádiz, y después de un tiempo allí, vino a Navarra en 1919 siguiendo las instrucciones
del "jefe", lugar en el que murió después de una vida tan fructífera y ajetreada.
Para cerrar el círculo, es un bonito detalle saber que la placita donde comienza la calle del
Crucifijo, no podía llamarse de otra forma que Plaza Guillermo Zicke.
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He trabajado también con un listado elaborado por el Gobierno alemán en septiembre de 1916 y que un
amable lector del blog de aquel país me facilitó, aunque tuvo especial dificultad al estar escrito en caracteres
góticos. Hasta el momento he "descifrado" el grupo de civiles, pero me queda el de militares que añadiré
a la lista en cuanto lo finalice.
DESTINADOS A PAMPLONA
(sin finalizar)