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REVISTA DE LITERATURA NUMERO 242-243 ABRIL 2004 6 EUROS QUIMERA El cuento espafiol en el siglo XX I We U1 ii 216284 Terry Eagleton “Todos somos marxistas’ ” ‘Sana MaaTiN ALEGRE Terry Eagleton (Salford, 1943) es, sin duda, uno de 1os intelectuales brténicos de mayor prestigio. Nacido cerca de Manchester en el seno de una familia de clase obrera de extraccién irlandesa, B: hhumildes orfgenes cursat estudios en la elit versidad de Cambridge hasta doctorarse bajo [a tutela de Raysnond Williams en 1969, De Cambridge pasé @ la no menos selecta Oxford, donde ha desarrollado una inrensa actividad académica en el campo dela critica de Ja literatura inglesa y la teorfe literaria hasta hace dos aihos. En 2001 fue nombrado eateditico de Teosfa Cul tural en Ja Universidad de Manchester, volviendo ast & su punto de partida geogréfico pero no por ello renun- ciando a vivir en Dublin, ciudad donde reside desde hace ocho aio. ‘Autor de una lista muy extensa de libros y articulos, Eagleton es conocido, sobre todo, por st incisiva Jn- sroduccifn a ta teorta tieraria (1983, Fonco de Cultura 1993) ademas de por su innovadlora aproximacién a clé- sioos de la literatura inglesa en obras como Myths of Power: A Marxist Swdy of the Broniés (1975), Dentro de Ia teosia literaria, Bagleton es uno de Jos méximos, exponentes, precisamente, det modelo marxista, y se le conoce por titulos como Literatura y critica marrista (1976, Zero. 1978), Walter Benjamin (1981, Cétedra 1998), La fiancidn de la critica (1984, Paidés 1999), Ideologia: Una introduccién (1990, Paidés 1997) y La idea de cultura 2000, Paist6s 2001). Con el volumen Heathcliff and the Great Hunger (1995) Eegleton cbrié tut nuevo frente en su trayectoria académica al tratar La (QUIMERA 83 Terry Eagleton. “Todos somos marxistas” representacin de la identidad ielandesa en Ia literatura ‘parte de su tica activided académica, Eagleton ha de- dicado tiempo a la novela (Saints and Scholars, 1987), el teatro (Saint Oscar, 1989; The White, The Gold and the Gangrene, 1993) y las memorias (The Gatekeeper, 2001), Fh esta conversacién, snantenida & primeros de abril, Eagleton nos ofrece una muestra rotunda de Ia lucidez con la que analiza la raturaleza de Te cultura en nuestra slobalizada sociedad post-industrial. El capitulo final de Initoducci6n @ la teorfa litera trata de la crisis de las Estudios Literarios e incluso anurcia el fin de la disciplina. Veinte aftos mds tarde la crisis sigue abierta y las Estudios Literarios sobrevi- ven. {No serd que el estado de crisis permanente es arte intrinseca de los Estudios Litevaries? ~Ast es. Quizés cuando escribi el libro, a principios de los ochenta, habfa una clara impresiéa de que se vivia una crisis, pero se puede decir que el concepto de Cree taco una mirada abierta a otros horizontes cera apt teas ener onan Me cc re Pee enn art eae in eee 84 QUIMERA crisis se he convertido en un cliché. En un cierto sent do, las humanidades ~no s6lo la literatura han estado siempre en crisis. Las crisis en las humanidades van juntas como Laurel y Hardy: se pertenecen una @ otra, En una sociedad modem, capitalista ¢ industrial, bay que mantener un lugar especial donde los valores que no pueden sobrevivir t¥cilmente en e} mundo por sf mismos puedan ser cultivados sin interferencias. El nombre que este lugar recibe ha variado con el tiempo: literatura, arte, humanidades, cultura, civitizacién, Pero el probleme ha sido siempre estructural: fa separa- cidn entte este espacio y el comiin de la sociedad. Las hhumanicades siempre han podito actear como erftica de la sociedad en conjunto porque se han si smargen y se las ha animado a cumplir esa funcién. Al rmistio tiempo, esta separacién hace que no puedan ser muy efectivas. Creo que esta contradicciGn se halle en el centeo mismo de esta crisis erdnica, que de tanto en tanto resurge como lo hizo més o menos cuando eseri- ‘bf mi libro y cuando tomé ei nombre de teoria, “Teoria fue la palabra de moda escogica para dar nombre a un fenémeno que ilevaba mucho tiempo allfy que todavia hoy subsiste. Las humanidades, por supuesto, siempre estén en crisis porque pertenecen a una sociedad que en cierto sentido Jas necesita pero que en otro sentido no tiene tiempo para ellas. Esto es también parte de la con- ttadiccién de la que hablaba, La necesidad surge en momentos en que es preciso decire a la gente “miad, estos son los valores que rigen nuestra vida en ditima instancia", y es muy conveniente tener algo lamado hhumanidades o cultura esperando a salir a escena cusn do sea necesario Hamnarlas, Al mismo tiempo, la acitnd istes, mu real hacia estos valores es & menudo may utiltaria, muy condescendiente, Se necesitan estos valores desde un punto de vista ideoi6sico, pero se les concede un uso préctico muy escaso. Tel vez esto se pueda relacionar con el hecho de que 4 menudo intelectuates e insttuciones culturales pare cen olvidar que el trabajo en wna sociedad capitalista no es realmente compatible con e consumo de ciertas formes de cultura. Un trabajador exheusto después de para ver fa su jornada laboral apenas tiene ene, televisidn, pero quienes si disfrutan de ocio para ta cul- tura les acusan de ser perezosos y pasivos, Le cultura implica trabajar duro, y eso es algo que uno uo necesita hacer si ya tiene un empleo. Lo que sefialas es lo que los marxistas aman Ja base y Ia supe- estructura, Si quieres tener una cultura linéimica debes tener los medios materia- les para sostenetla. El problema es que, uma vez tienes los medios y una cultura dinémica, ésta se comporta como si hhubiera nacido de la nada. Freud dice que tados nos comportamos como si nos Ihubigramos engencirado « nosotros mis- mos y eso mismo hace la cultura, ya que cl trabajo, que es su progenitor, es un padre del que ésta a menudo se averglien- za y del que prefiere creer que no tiene parte en su nacimiento. La sitancién que {6 planteas sugiere que el problema n0 radica en la cultura, sino en el conjunto global del trabajo y la sociedad, Hace ya ‘mucho tiempo Marx imaginé que la solucién no era hacer el trabajo més creativo, sino abolir el trabajo en la ‘mayor medica posible ~trabajo en el seatido de esfuer- 20 empleado en Ie produccién- usando tecnologia no para incrementar los beneficios sino para aligerar 1a carga que soportan los trabajadores. Se pueden encon- tear aplicaciones para la tecnologia que vayan més alls de su abuso para generar paro: se Ja puede usar, por ‘ejemplo, para afrontar el tema de las cazencias eultura- Jes que sutimos. Lo que se le offece a la gente ahora mismo ha sido creado por los medios de comunicacisn capitalistas y los capitalistas no quieren verdadera cul- tur, No es tan silo cuestiGn de que la gente no tenga cultura propia, sino de que se les niga activamente el acceso a la cultura por las razones més cinicas que se puedan imaginar, que son razones comerciales, Ast que zo se rata tan sélo de disponer de més o menos tiempo Tibre, sino de un tema politico: Ia cuestisn de fondo es cenfrentarse a as instituciones que causan las carencias cculturales y que nos exclayen de la gue llamamos alta cultura, Por otra parte, el eslogan socialista es bien conocido: hay que trabajar para vivir y no vivir para trae bajar, Lo realmente escandaloso del capitalismo es que el trabyjo se transforma en el objetivo de nuestra vida y no en el medio que nos permite vivirla {Es esta, pues, la razén principal por ta cual habria que defender el modelo marxisia de cultura? $i. Mary, por supuesto, es parte de Ia enorme crisis {que vivimos, no s6lo por razones culturales sino tant bien politicas. La posicién materialista frente a la cul- tura, sea espectlicamente marxista 0 no, entiende que, Terry Eagleton. “Todos somos marxistas” como he dicho, para poder generar y dis- frutar de ia caltura es necesaria cicrta abundancia material, asf como cierto tipo de relaciones sociales para evita caer en tuna situacién en la que ta cultora se usa como un arma més en contra de Jn gente, para excluirios en lugar ¢e incluirlos. Hay que entender que el auténtico crtieo mar- xista no es una persona que se limita a usar In teoria marxista para interpreta I itera- tura, Esto es algo que se puede hacer y que es interesante, pero no creo que el marxis- mo se limite a Io literario, El marxismo consiste en hacerse preguntes sobre el Tugar de Ia cultura y de las précticas cultu- rales en auestra sociedad, Es importante saber vor que al marxismo no es wi6pico, Marx inicié su critica en combate con ese tipo de utopismo que se pre junta “jno seria estupendo si...?", Marx se neg6 deli- beradamente a encerrarse en ese tipo de debate, Lo que dijo es que “la cuestin es crear una situaciéa en la que Ja gente se sienta libre de inventar su propia historia, su propia cultura, No tengo nada que decir sobre qué crea én ya que no soy profeta y no lo puedo predecis ‘Nosotros simplemente tenemos que resolver las contra-

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