You are on page 1of 17

TEORÍA GENERAL DEL CONOCIMIENTO

7/10/2004

Dentro de las posibilidades de conocimiento encontramos 3 posturas:


- Reproducción subjetiva del objeto.
- Producción subjetiva del conocimiento (Fichte y Schelling).
- Análisis de las regularidades fenoménicas (idealismo).

A su vez, dentro del idealismo, tenemos:


- Idealismo absoluto (Hegel).
- Idealismo trascendente (Kant).
- Idealismo subjetivo (Berkeley).
- Idealismo problemático (Descartes).

Los racionalismos creyeron que las ideas y las cosas coincidían


plenamente.
Para Berkeley, la realidad material no existe; la niega, desembocando en
un fenomenalismo extremo: sólo es lo que es percibido.
Kant: la mente humana pone una “malla” (espacio y tiempo) para
conocer la realidad, no es una mente vacía del todo. Conocemos el fenómeno,
pero nunca el noúmeno. Es el primero que se da cuenta de que conocer no es
algo pasivo; el sujeto es activo en esta actividad, valga la…
La realidad no la “creamos”, la producimos inconscientemente.
El sujeto activo/pasivo kantiano supone un problema para entender la
libertad por parte de Fichte, Schelling y Hegel.
“A la razón no hay que ponerle alas, sino plomo” (Bacon, he creído oir).
El positivismo siguió a Kant, negando, como el idealismo, la cosa en sí, y
limitando el conocimiento al ámbito de los fenómenos.

14/10/2004

Heidegger: “El hombre humano termina siendo un recurso más. Aquello


que se dio como garantía de lo humano (dominación de la Naturaleza) acaba
atentando contra la Naturaleza Humana [Nota: ver la modernización en Weber
(racionalidad mesológica)].
SER--ENTE EJEMPLAR--ENTE CONOCIDO—FENÓMENO—EXISTENCIA.
El Ser, la existencia, queda reducida a disponibilidad, como objetos de
una estantería, esperando ser usados. Un ser, dice Heidegger, arrojado al
mundo.
Gadamer: Si la modernidad partió del cógito, Heidegger le dio la vuelta
de manera acertada: sum ergo cógito. Si la filosofía moderna se ha apoyado en
la conciencia del yo (la transparencia del yo), entonces estamos equivocados.
Heidegger ha señalado el carácter subsidiario. Antes de cualquier comprensión
hay que hablar de “precomprensión”, que no se tematiza, pero que es efectiva
y orienta toda la comprensión. La razón se sitúa históricamente.
Antes de comprendernos nos convertimos en la sociedad en que vivimos
(familia, estado…). Dice Heidegger: somos en la Tradición.

Dilthey: VIVENCIA—EXPRESIÓN—COMPRENSIÓN (Hermenéutica)


Rorty: El conocimiento es una construcción socio-lingüística.

NIETZSCHE: “Platón creía que la Verdad hablaba por su boca,


cuando en realidad hablaba él mismo”.

21/10/2004

s. XVIII Sujeto (hombre):


- como histórico (Historia).
- como natural (Naturaleza).

s. XIX La Naturaleza y la Historia dan como resultado al hombre (Sujeto).

Darwin elimina el fin teleológico (teología) para desarrollar un


mecanicismo “ciego”.
Las tesis de Darwin, en el XIX, condujeron a una epistemología
naturalizada (naturalismo epistemológico). Afirma una serie de tesis como
primer acercamiento a lo que es el conocimiento:
- Realismo: el mundo existe de un modo independiente a los sujetos.
- Naturalismo: se invierte el cógito (sum ergo cogito). Todos los
órganos y facultades del conocimiento, incluidos sus productos
(percepciones, hipótesis, ideas…), son elementos del mundo natural.
- Fisiomorfismo de la razón: En tanto que producto cerebral, las
estructuras cognitivas presentan una igualdad de formas, una
homología con otras estructuras de la misma naturaleza. “Conocer no
es muy diferente de digerir”. El fin de estas estructuras no es la
representación del mundo, sino la supervivencia.
- Apriorismo biológico: Nuestra historia de supervivencia es un indicio
de que nuestras estructuras están bien adaptadas al medio.
Podríamos considerar que esas estructuras incorporadas, desde el
punto de vista onto-genético, son “aprioris biológicos”, aunque son a
posteriori filogenéticamente (Haeckel y Lorenz).
- Isomorfismo parcial: las distintas especies se adaptan, pero nunca
completamente. Nuestras estructuras cognitivas crean y se adaptan a
la propia realidad.
[NOTA: RECORDAR LOS VAQUEROS ESTILO 80 BLANCOS Y NEGROS] ¿?

29/10/2004

Constructivismo social:
- Altruistas epistémicos.
- Negociadores sociales.

Altruismo epistémicos. A partir de la Edad Moderna el paradigma de


“conocedor” es el científico. Esto lleva a la filosofía a querer imitar a la ciencia.
Esta disciplina llama la atención al filósofo, ya que la ciencia, amén de buscar
la Verdad, crea consenso.
La palabra “científico” no aparece hasta que Whewell (1833) lo acuña en
una reunión de la Sociedad Británica para el Avance de la Ciencia. Hasta 1833
se hablaba de “naturalistas”, de “virtuosos”, etc. Lo importante es que fue
Bacon el que propuso este nuevo modelo de sabio, de “científico”. Para él, la
diferencia del culto a los libros que habían tenido los filósofos antiguos y
medievales, el nuevo filósofo debía dirigir su mirada al “libro de la Naturaleza”.
Bacon, como todos los modernos (Descartes), creyeron que la Historia no era
“Maestra de la Verdad”, sino “Maestra del Error”.
En el fondo, esto es una crítica a la autoridad, al prejuicio.
Bacon propone el uso del “Libro de la Naturaleza”, y propone un método:
el método experimental. Por cierto, que Kant dice: “Bacon no es empirista, sino
experimentalista”.
- Experiencia: experiencia subjetiva.
- Experimento: práctica social.

En el experimento intervienen, no solamente la observación, sino las


subvenciones, las instituciones: el experimento (la ciencia) es la organización
social del conocimiento.
La ciencia consiste en el uso controlado de hipótesis, alimentadas por
“historias naturales” (observaciones meticulosas) y, sobre todo, por la
contrastación experimental [LA METAFÍSICA INTENTA CONOCER EL MUNDO
A PRIORI, A PARTIR SÓLO DE HIPÓTESIS].
Para Bacon no es sólo el conocimiento de causas (Aristóteles), sino la
posibilidad de generar efectos de utilidad pública. Debe ser ciencia productiva:
“Saber para poder”.
Ya el padre Feijo se da cuenta de que Bacon es antes que Descartes en
la configuración de las sociedades, en su progreso. Feijo se “asocia” a
Campomares, y éste organiza la ciencia en instituciones: el Museo del Prado,
etc.
El programa de Bacon es más importante que el de Descartes:
“Debemos arrodillarnos ante la Naturaleza, pero no para adorarla, sino para
dominarla”.
[PAOLO ROSSI: LAS ARAÑAS (RACIONALISTAS), LAS HORMIGAS
(EMPIRISTAS)…Y LAS ABEJAS (CIENTÍFICOS DE VERDAD)]
En la Royal Society aceptaron que no se trataba de encontrar la Verdad,
sino de crear consenso: debía ser conocimiento público y publicado.
1. Todo experimento debía ser contrastable y reproducible.
2. Debemos eliminar toda experiencia subjetiva en el experimento.
3. El anuncio público: no son experiencias individuales.

Merton llamó CUDEOs a los científicos: Comunalista; Universal;


Desinterés; Escéptico; Originalidad.

6¿?/11/2004

Bruno Latour mantiene que, a pesar de las guerras de la ciencia, él no


está en guerra. Presenta una “diplomacia epistemológica”, una epistemología
política (teoría del actor-network –constructivismo social-).
Ciencia:
- Mononaturalismo: sólo una versión de la realidad, de la naturaleza.
- Multiculturalismo: apela al relativismo cultural (razón es lenguaje);
inconmensurabilidad.

Estas dos posturas han protagonizado las “guerras de la ciencia”. En


1996, Sokal publica un artículo lleno de estupideces, pero que “suena bien” al
paradigma multiculturalistas, en “Social Text”, revista americana influida por
Derrida. Acto seguido publicó por su cuenta Físico experimenta con idiotas (o
algo así).
Latour se sitúa en el centro de la disputa mono/multi con su famoso
“multinaturalismo” (el ser se hace de muchas maneras, pero no de cualquiera).
LAtour parte del programa fuerte de Bloor (causalidad, imparcialidad, simetría,
reflexividad); en resumen: las mismas causas (sociales) que explican el error
deben explicar la verdad; el científico debe abstenerse de cualquier juicio
evaluativo sobre la calidad de las investigaciones que analiza; la verdad y el
error, el conocimiento y la opinión, deben ser analizados como efectos de una
misma causa social, una construcción social; la misma investigación
sociológica debe tener en cuenta las simetrías, aplicarlo a sí misma. Este
programa fuerte de Bloor se fue “relajando”, al ser inviable en la práctica (sobre
todo REFLEXIVIDAD). Latour habla de “factiches”, y para apoyar su
concepción propone cuatro principios: SIMETRÍA GENERALIZADA,
PROCESUALIDAD, PERFORMATIVIDAD, CONSTRUCTIVIDAD (VER
FOTOCOPIAS).
Red sociocognitiva: la tecnociencia es una red de actores, humanos y
no-humanos, que establece relaciones de cooperación y competencia para
obtener el crédito suficiente (financiero y epistemológico) que les permite
extenderse (crear más asociaciones, “enredar” a más actores).
Latour quiere estudiar la ciencia, no como proceso, sino como resultado,
aunque así perdemos las controversias.
Si la filosofía y la ciencia nacieron como querella del mito y la literatura,
al final se revela que era una falsa querella, porque la ciencia tambiñen es el
ámbito de la querella: en ella se tiende a la muerte del texto.
La verdad y la falsedad deben ser consideradas términos sociopolíticos,
en la medida en que cuando hablemos de verdad hablaremos de expresión de
la red/network: la verdad “anuda”, la falsedad “desune”.
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO (APUNTES DE INÉS)

Dentro del ámbito del conocimiento surgirá el llamado giro historicista.


Entendemos por teoría científica este nuevo sistema de la filosofía
surgida con el giro historicista.
La teoría científica será una tentativa de articular el sistema del
conocimiento que uno tiene sobre el mundo de la experiencia. Por ello se
desarrollará la noción de método como forma de promover un enfoque de las
teorías que ponga mucha más atención a la práctica de la ciencia.
Popper dirá: se produce un cambio de actitud como primer paso al
pensamiento científico. Aparecerá el método crítico como tránsito a las
ciencias. Esto será la historia de occidente. El carácter de las ciencias o del
conocimiento objetivo, por ende, ha de basarse en el método crítico.
Kuhn: la resolución del rompecabezas de la ciencia viene dada por el
abandono de la discusión crítica.
Cuando una ciencia asume un paradigma se cumplimenta la “ciencia
normal” como una tradición paradigmática de investigación para interpretar la
naturaleza. Criterios de evaluación para el discurso teórico.
El giro historicista en teoría del conocimiento obedecerá al deseo de
encontrar un sujeto que sea independiente. La modernidad siempre lo
considera como exento o puro.
Hay una gran distancia entre la epistemología actual y el momento
fundacional de Bacon o Descartes, ya que ellos matizaron la razón como
órgano puro de verdad manifiesta, como vemos en la doctrina platónica del
Menón o La República. “El alma conoce por sí sola la verdad”. Existen factores
externos de verdad como: percepción, intereses… Los modernos tratarán de
dilucidar lo que es verdad de lo que no lo es.
Para Kant, la mente se sujeta a dos fuerzas: la verdad y la ignorancia,
obteniendo como resultado el error.
La crítica al prejuicio como primera regla del método cartesiano será el
inicio de la modernidad como intento de indagar las fuentes de ignorancia para
eliminar las falsas ideas.
El método cartesiano o baconiano serán una “medicina mental”, sólo la
razón propia nos proporcionará ciencia como método crítico.
Steven Shapin dirá: no debemos reconocer la autoridad de las
tradiciones, sino la autoridad de nuestra razón (racionalismo) o la observación
de la experiencia (empirismo). Desconfiaremos de los libros humanos, sólo
trataremos los fundamentos de la naturaleza.
Los modernos desconfiarán de las tradiciones, viendo en ellas fuentes
de ignorancia. La filosofía moderna, a lo largo del XVII y el XVIII neutralizará la
ignorancia con propuestas metodológicas. Será el siglo del método y la actitud
cautelosa, teniendo como fin poner entre paréntesis elementos extraños,
extraños a la razón individual, que la pierden en su tendencia natural a la
verdad.

1. Racionalismo: Descartes

El objetivo de Descartes será el logro de la verdad filosófica mediante el


uso de la razón. Él no querrá descubrir la multiplicidad de verdades aisladas,
sino desarrollar un sistema de proposiciones verdaderas que no diesen por
supuesto nada, que fueran evidentes por sí mismas e indudables.
Descartes entiende la filosofía como un conocimiento perfecto de todas
las cosas que el hombre puede conocer. Ello es efectivo para la conducción de
su vida y la conservación de la salud e invención de todas las artes.
La filosofía será como un árbol de conocimiento.
Descartes tratará de abrir a cada uno el camino por el que poder
encontrar en sí mismo, sin tomar de otro, todo conocimiento que sea esencial
para la dirección de la vida.
Descartes confía sólo en su propia razón, no en la autoridad, con el fin
de tratar de distinguir lo claro y evidente de lo que sólo es conjetura probable.
Aquí hablaremos de la certeza como criterio de verdad. Tratará de
trabajar sólo con ideas claras y distintas, sin utilizar términos sin sentido claro o
absoluto.
Descartes busca el método adecuado para la búsqueda de la verdad. De
modo ordenado procederá sistemáticamente desde proposiciones básicas e
indudables hasta las derivadas. El método le permitirá demostrar verdades en
un orden racional y sistemático, independientemente de que antes se hayan
conocido o no.
Su objetivo principal será una filosofía cierta y ordenada.
El método demostrará verdades que se impongan a la razón por la razón
misma.
Descartes hablará de hacer verdades que se ajusten a un esquema
racional. Su ideal de filosofía será el de un sistema orgánico de verdades
científicamente establecidas. Serán verdades de tal modo que la mente pase
de verdades fundamentales y evidentes por sí mismas a otras verdades
evidentes implicadas en las primeras.
Este ideal tomará como referente las matemáticas, y su método será
estudiado para aplicarlo a las demás ciencias. Así, todas las ciencias son una
sola, como ramas orgánicamente conectadas. De este modo, se busca una
ciencia universal y un método universal.
La finalidad de todo ello será construir una filosofía científica
comprensiva.
El uso de un método apropiado permitirá al filósofo descubrir verdades
desconocidas.
¿Cuál es el método cartesiano? Por método entendemos una serie de
reglas ciertas y fáciles, de modo que quien las observe no tome nunca algo
falso por verdadero, que sin esfuerzo mental llegue a la verdadera comprensión
de las cosas, que no sobrepase su capacidad.
Las operaciones fundamentales de la mente son dos: intuición y
deducción.
Intuición: será la no seguridad de los sentidos, sino la concepción sin
esfuerzo de una mente atenta. Es una actividad intelectual que es tan clara y
distinta que no deja lugar a la duda.
Deducción: es toda inferencia necesaria a partir de otros hechos
conocidos con certeza. En los procesos deductivos largos lo tomaremos como
factor de certeza, donde también dependerá la memoria.
En las reglas para la dirección de la mente dirá:
- No aceptes como verdadero nada que no muestre certeza.
- Evitar la precipitación en los juicios.
- No comprender en ellos nada más que lo que se presente claro y
distinto.

La duda metódica servirá como modo de análisis para descubrir lo


indudable de lo dudable.
Las cuatro reglas del método son:
1. Regla de la evidencia: Tenemos evidencia de las cosas por la
intuición, que es la comprensión inmediata de una verdad.
2. Regla del análisis: Observación objetiva de la realidad.
3. Regla de síntesis: Unión de elementos.
4. Regla de enumeración: Recorrer todas las verdades individuales y
alcanzarlas en una sola mirada.

La duda y primera verdad:


- Incertidumbre de datos sensoriales.
- Errores del razonamiento.
- Dificultad para distinguir el sueño de la vigilia.
- Hipótesis del genio maligno.

La duda metódica tendría la esperanza de encontrar una verdad


indubitable. Esta duda se autosupera: cuando dudo pienso, por lo cual, no
podemos dudar de que pensamos, entonces: “pienso, luego existo”. Esta será
la primera verdad incuestionable. Es una intuición de la que no podemos dudar,
es evidente, clara y distinta.
El cógito cumplirá dos funciones:
- Justifica la existencia de un “yo” pensante distinto del cuerpo, que sí
se halla bajo la duda.
- Se convierte en un principio modélico, así, todo lo que sea evidente,
claro y distinto será una verdad.

El “yo”. La duda metódica nos lleva a una realidad incuestionable: un yo


pensante y existente, es decir, el alma. Podemos dudar del cuerpo y del
mundo, pero no podemos dudar de la existencia de un pensamiento. Es decir,
no podemos dudar de la subjetividad.
La subjetividad es el conjunto de pensamientos, ideas,
representaciones… existentes en el yo.
Descartes tendrá como problema fundamental el salir de la propia
subjetividad y llegar a saber si hay cosas objetivas y cómo son éstas.
Así trataremos de analizar las ideas que son el producto de las
capacidades intelectuales.
1. Ideas adventicias: son adquiridas, provienen de fuera, de la
experiencia sensible. Son fácilmente erróneas, ya que ocurre a
menudo que se tengan ideas diferentes sobre un mismo objeto.
2. Ideas facticias o artificiales: son ideas que inventamos o fabricamos
nosotros mismos.
3. Ideas innatas o naturales: no proceden de la percepción ni son
construidas por nosotros. Emergen de la propia facultad de pensar.
La mente las capta sin posibilidad de modificación. Ideas innatas son
Dios, causa, sustancia y número.

Dios. La idea de Dios será la garantía del conocimiento. Es un ser


perfecto, que garantiza que todo lo que hay proviene de él.
Lo tenemos como una idea clara por su naturaleza innata. Además, se
reconoce como una perfección suma que se diferencia de nuestra
imperfección. Es una idea que se pone en nuestras mentes sin necesidad de
llegar a conocer la perfección. Es una sustancia perfecta e infinita.
Dios será el medio de superación de la subjetividad y la legitimación del
conocimiento del mundo.
El mundo. La duda metódica posibilita a Descartes a afirmar la
existencia de una primera sustancia, el Yo, la res cogitans, que es una
sustancia imperfecta dotada de razón. Después descubre otra sustancia
segunda, Dios, que será perfecta y garantiza su veracidad en el yo y la
necesidad de certeza y evidencia como criterio de conocimiento extra-subjetivo.
Conocimiento objetivo como posibilitación.
Ahora bien, existe una tercera sustancia que será la de las cosas
materiales, que es imperfecta y tiene distintas cualidades. La garantía de ello
se encuentra en que podemos pensar el cuerpo como algo dado, y se garantiza
en Dios, pues él concede la posibilidad de pensar el mundo, incluido nuestro
cuerpo.
Así se plantea un dualismo sustancial en el sujeto humano que presenta:
una res cogitans y una res extensa. Pero ¿cómo se conectan la materia y el yo
pensante, si son dos realidades independientes?
Hay un punto en nuestro cuerpo –la glándula pineal- que se halla en
medio del cerebro, y es ahí donde el alma se aloja, conectándose con el cuerpo
y modificando sus movimientos.
Así, decimos que el alma será libre, mientras el cuerpo-máquina se
encuentra determinado por leyes físicas.

Criterio isomórfico de realidad frente a la mente, espacio de ideas


Durante la edad moderna se concebirá la mente como un cuarto oscuro
donde la razón sólo conoce a partir de las ideas como imagen.
Anteriormente, la mente se concibe como un espejo, pero ahora la
mente será entendida como un cuarto oscuro de ideas que han de ser
analizadas mediante un método especializado. Para adecuarlas a la realidad
nos enfrentamos a un ámbito de certeza y evidencia. El filósofo moderno
concibe las ideas como representaciones intermedias entre mente y realidad.
El método cartesiano se basará en el método deductivo, basado en la
matemática, que será capaz de expresar la verdad como lo hecho o construido
a partir de ideas que provengan de la intuición certera (innatas).
El método deductivo no amplia información, parte de presupuestos y los
comprueba. Servirá como criterio de certeza.

La razón será omnipotente. Ser y pensar serán una misma cosa. La


razón sólo conocerá como verdadero aquello que ella misma construye o
asiente (deducción).
Hablaremos de criterios de intensidad y precisión, así la intensidad es
criterio de certeza y la precisión de distinción.

Textos
1. Descartes, carta prefacio de Los principios de la filosofía. Filosofía
significa estudio de la sabiduría como prudencia en el obrar, el conocimiento
perfecto de las cosas que el hombre puede saber para conducir su vida, su
salud y las artes. Es necesario deducir dicho conocimiento de las primeras
causas investigándolas.
Estos principios que se obtienen tienen dos condiciones: 1) Han de ser
tan claros y evidentes que el espíritu humano no dude de su verdad; 2) de esos
principios depende el conocimiento de las cosas. Los principios pueden
conocerse sin las cosas, pero no a la inversa.
Hay que tratar de deducir a partir de dichos principios el conocimiento de
las cosas que dependan de los principios antes mencionados. De este modo,
no ha de haber nada en toda la serie de deducciones que no sea muy
manifiesto.

2. Newton, Óptica. La existencia de principios viene dada por los


fenómenos de la naturaleza, aunque no conozcamos su causa. Las cualidades
se conocen, sólo las causas son oscuras. Así, admitir que haya cualidades
específicas de las cosas con fuerzas para producir efectos será algo vacuo y
carente de sentido.
El derivar de los fenómenos dos o tres principios generales (universales)
del movimiento, para explicar partiendo de ellos como premisas que se derivan
las propiedades y efectos de todas las cosas corporales. Esto supone un
progreso para la visión científica.
Así establezco sin reparo los indicados principios del conocimiento
haciendo caso omiso de las causas, ya que ellos (los principios9 se evidencian
por toda la naturaleza.

3. Cassirer, El problema del conocimiento. La ciencia newtoniana parece


haber encontrado el problema del método. La investigación empírica parece
haber encontrado lo que no descubre la especulación abstracta. Los principios
matemáticos de la teoría de la naturaleza han sentado los fundamentos del
saber empírico. Al futuro sólo le queda aplicar los principios generales a un
campo cada vez mayor de fenómenos, extrayendo de ellos consecuencias
cada vez más importantes.
4. Descartes, Reglas para la dirección del espíritu. Entiende por método
reglas ciertas y fáciles que quien las observe no tomara nunca nada falso por
verdadero. No se emplea inútilmente esfuerzo mental, sino que aumentando la
ciencia mental se llegará al conocimiento de todo aquello de lo que se es
capaz.

5. Descartes, Meditaciones metafísicas (III). Borraré del pensamiento

cada imagen de las cosas corpóreas, las refutaré vanas y falsas. Así investigo

mi interioridad. “Soy una cosa que piensa”, es decir, duda, afirma, ruega… De

aquí se puede establecer como regla que son verdaderas todas las cosas que

concebimos clara y distintamente. Hablará de Dios como posibilidades y

creador de existencia. Del cógito como ideas (adventicias, facticias e innatas).

6. Descartes, Meditaciones metafísicas (II). La permanencia sustancial,

ejemplificación de la “cera”. Reside en el espíritu lo que creíamos ver por los

ojos, ello procede de la capacidad de juzgar. Los cuerpos se conciben a través

del entendimiento, es decir, del pensamiento que una vez más acredita mi

existencia y conocimiento.

7. Descartes, Reglas para la dirección del espíritu. Entended por

intuición la concepción de una mente pura, atenta y distinta en que no quepa la

duda sobre lo que entendemos. La concepción de una mente pura y atenta que

nazca de la razón y es más simple y cierta que la deducción.

2. Leibniz
Idea del universo como un sistema armonioso en el que se da por

igual:”unidad/multiplicidad”. También coordinación y diferenciación de partes.

“En la naturaleza no hay realmente sabiduría ni apetito alguno, ese bello

hecho resulta de que la naturaleza es el reloj de Dios”.

Dios es el creador del universo y quiere lo que es armonioso.

Leibniz desarrollará un método que consideraría en primer lugar el

análisis en términos simples. El análisis será como sigue: resuélvase un

término dado en sus partes formales, resuélvanse después esas partes en sus

propias partes. Se tratará pues, de representar esos términos indefinibles por

términos matemáticos. Se puede encontrar el modo adecuado de combinar

esos símbolos, originándose así una lógica deductiva del descubrimiento para

llegar a verdades nuevas y otras ya conocidas.

Su ideal de una lógica deductiva y científica se basa en la influencia de

las matemáticas, que ya mantenían otros filósofos racionalistas.

El método deductivo podrá utilizarse para el desarrollo de proposiciones

verdaderas en esferas que no fuesen la lógica y las matemáticas. Podrían así,

desarrollarse ideas y verdades, tanto de la metafísica como de la física.

El descubrimiento del lenguaje matemático desarrolla un simbolismo

adecuado para proporcionar un lenguaje universal.

Él pensará que el universo se compone de sustancias individuales que

satisfacen las normas de la unidad sustancial. “En las cosas no hay más que

sustancias simples, y en ellas se da percepción y apetito”. La materia y el

movimiento no son más que fenómenos de los seres percipientes.


Con respecto a la causalidad mantendría la tesis de que Dios drea,

conserva y conduce a las acciones de cada sustancia creada. Así, cada estado

de la mónada creada será una consecuencia causal de su estado anterior.

Leibniz va a distinguir entre verdades de razón, que son aquellas que

conservan el principio de no-contradicción e identidad, es decir, son como las

tautologías, y las verdades de hecho, que son aquellas proposiciones

contingentes que afirman el principio de existencia. Sólo existe una excepción,

y es que “Dios existe” es una verdad de razón innegable.

Leibniz pondrá el origen psicológico de la sustancia como conciencia de

sí. Tengo conciencia de mí mismo como unidad, de ahí se deriva la idea de

sustancia como unidad. Afirma el método cartesiano como válido, aunque el

sigue otras concepciones.

Según él, hay más evidencias absolutas de las sustancias que de los

procesos corporales. Aunque observamos que los fenómenos se presentan

como sucesiones ordenadas, observamos que éstos se componen o de

sustancias complejas divisibles en otras más simples, o de sustancias simples.

Así bien, todo se compone de sustancias simples e indivisibles que ha

denominado mónadas, que son como átomos de la naturaleza. Las mónadas

surgen por creación y se anulan por aniquilación. Además son inextensas.

Concibe las mónadas como sustancias espirituales que se hallan más

analogías con el alma que con la materia [Copleston].

Síntesis. Leibniz aceptará la importancia de los sentidos en el

conocimiento. Aunque la mente también impone ciertas marcas innatas que

afloran tras esculpir nuestra existencia como si se tratara de un manual.


Existen elementos innatos como la idea de Dios, los principios prácticos

de orden moral y los principios lógicos.

Distingue entre verdades de razón (analíticas) y verdades de hecho

(sintéticas).

Las mónadas: Leibniz era buen conocedor de Descartes, pero disintió de

él en el punto en que presenta la materia como mera extensión. Para Leibniz,

Descartes comete un error al hablar de la materia únicamente como extensión,

pues así se olvida de que tras la materia también hay movimiento y dinamismo.

Así la visión de Descartes con respecto a la materia sería estática como

consecuencia de rechazar todo lo que no es claro o distinto.

You might also like