CONFEDERACION LATINOAMERICANA DE RELIGIOSOS - CLAR
ere We
RPP Pema) ee
aley.\
RELIGIOSA
8
MUNDO
SECULARIZADO
@Al Cardenal Marty, Arzobispo de Paris que
ha sido capaz de decir, con sinceridad, es-
tas palabras:
“Sdlo busco servir a Jesucristo. No soy
de derechas ni de izquierdas, ni del cen-
tro ni de abajo y menos atin de arriba.
Quisiera siempre estar no fuera del mundo,
sino cerca de cualquier hombre mi herma-
no.
Algunos se sentirian dichosos si yo me
adaptase a un modelo preestablecido. Que-
rian encerrarme en un personaje determi
nado. No quiero ni puedo hacerlo. El Evan-
gelio y mis padres hicieron de mi un hom-
bre libre. Dejadme que contimie siéndolo”.
Coleccién CLAR N° 10
Confederacién Latinoamericana de Religiosos
CLAR
VIDA RELIGIOSA 2/
EN EL
MUNDO SECULARIZADO
INCIDENCIAS
José Maria Guerrero, S. J.
J. M. R. Tillard, O. P.
SECRETARIADO GENERAL DE LA CLAR
APARTADO AEREO 90710
Bogota iggolombiaPropiedad Reservada
CONTENIDO
PRESENTACION
CLARIFICACION DEL CONCEPTO Y REFLEXION
TEOLOGICA SOBRE EL FENOMENO DE LA
SECULARIZACION
José Maria Guerrero
Introducci6n
La etimologia de la palabra
La ciudad secular
Qué es Ia secularizacién?
Naturaleza y hombre “sacral y secular”
La nueva imagen del hombre
La nueva imagen de Dios
Secularizacion y secularismo
Interpretacién teoldgica del fenémeno de la
secularizacion
La encarnaci6n de Dios y la secularizacién
EI cristianismo frente a la secularizacién
Peligros de la secularizacion
El juicio de un cristiano sobre el fenomeno de la
secularizacién
Pags.
18
20
22
23
29
30
33
36EL PROYECTO DE VIDA RELIGIOSA
J. M. R. Tillard
Pistas equivocas
Las comunidades “cuerpos especializados al servi-
cio de la misién eclesial”
La referencia a la concepcién monastica
Recurso constante a la letra misma del Evangelio
Caracteristica fundamental del proyecto
de vida religiosa
Advertencias:
1. Temperamento natural
2. Relacién con el mundo
3. Se construye en torno a la opcién a la fe
4. Centrada en lo Gnico necesario
5. Fundada en la lectura global del Evangelio
Conclusi6n
40
42
45
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53
57
PRESENTACION
Es indudable que la corriente de secularizacién tiene que
repercutir hondamente en nuestra Vida Religiosa.
Como descubrir e interpretar la voluntad de Dios en este
“Signo de los tiempos”?
En un mundo secularizado la Vida Religiosa seré la misma
que en otras épocas?
Hasta qué punto y en qué forma se “seculariza” nuestra
“consagraci6n”?
Son estos desafiantes interrogantes que ios autores del
presente folleto tratan de despejar.
Estamos seguros de prestar un esperado servicio, ofre-
ciendo al espiritu critico de nuestros lectores este material
de reflexién que nos brindan los PP. José Maria Guerrero, s.j.
y Jean-Marie Tillard, o.p.
Fr Luis E. PATINO S., 0.f.m.
Secretario General de la CLARINTRODUCCION
Ninguna Congregacién religiosa tiene prometida su su-
pervivencia eterna en la Iglesia y es falso teolégicamente
que un carisma anquilosado, que se convierte en un quiste
sin apertura de servicio a la Iglesia, tenga por qué sobre-
vivir.
Creo, sin embargo, que esa posibilidad de existencia
cristiana, globalmente llamada vida religiosa, es una nece-
sidad evangélica siempre actual en la Iglesia.
El Pueblo de Dios, en su constante peregrinar, sentir
siempre, en mayor o menor grado, la tentacién de instalarse
en lo temporal con un consiguiente enfriamiento de fe y
caridad. Necesitara siempre ese MEMORIAL (en toda la
riqueza biblica del término) que Je recuerde incensantemen-
te —por que incensante serd la tentacién— la DIMENSION
VERTICAL de un pueblo que no tiene aqui abajo ciudad
permanente sino que espera en la plenitud de la futura.
Los valores del Reino, dados ya en germen a la Huma-
nidad y que son los tinicos capaces de hacerla fermentar en
Fraternidad pueden opacarse. Una forma tipica y original
de existencia que los acenttie y haga que afloren a la super-
ficie de toda vida cristiana sera necesaria. Cuando hablo de
acentuacién de los valores del Reino no hablo desde la pers-
pectiva de una teologia estatica sino una teologia dindmica
que vive y encarna la marcha del hombre en la historia de
salvacién, una salvacién integral, liberadora, que viene de
un Dios que se entrega gratuitamente al hombre, que sale a
su encuentro para ofrecerle su salvacién.
Todo esto es cierto. Y, sin embargo, hay hoy quienes
con una rabiosa sinceridad y con un profundo sentido cri-
tico y no poca buena voluntad acusan a la vida religiosa de
alienacién fundamental con respecto a la vida cristiana, de
reliquia viva de un pasado definitivamente envejecido, de
9enclave feliz al margen de un mundo que sufre en un sub-
desarrollo infra-humano.
Tiene algo que decir hoy la vida religiosa a nuestro mun.
do? Es esa profecia en accién del Reino que fue en sus ori-
genes? Representa dentro del misterio de la Iglesia ese ca-
risma profético y escatoldgico?
Arcaico y religioso no son sinénimos. Inmovilidad no
significa fidelidad. “La permanencia de lo permanente no se
ve posible sino a través de Jas variaciones de lo variable” !.
Los cambios profundamente vertebrales de nuestro tiem-
po2 y, sobre todo, el fenémeno de la secularizacién que se
ha estudiado en otra de estas conferencias? son un de-
safio para Ja vida religiosa también que no sobrevivira sino
a condicién de que reevangelice, rehumanice, rehaga y crea
estructuras a nivel de la experiencia contempordnea secular
—por la que debe sentirse interpelada— sin traicionar lo
especifico y su valor propio e irremplazable dentro del mis-
terio de la Iglesia.
Se ha hablado de “funerales colectivos”. Y una peli-
grosa esclerosis amenaza sin cesar a algunos Institutos que
no acaban de descubrir, a pesar de su buena voluntad, el
nuevo rumbo de la Iglesia, hecha conciencia y sacramento
de salvacién para el hombre del siglo XX en su miltiple,
mudable y actual fenomenologia. Rumbo, impuesto por el
Concilio Vaticano II. De una situacién mas bien estatica
que miraba hacia atraés hemos pasado a una concepcién di-
ndmica y cambiante de Ja Historia.
El Concilio ha calificado a la Iglesia de peregrina. Es
el adjetivo preferido. Y peregrinacién habla de movilidad,
de cambio, de estar hoy aqui y mafiana més alla, significa
mirar hacia adelante y esperar dentro de una evolucién del
devenir humano. Si a esto se afiade el concepto de “sacra-
mentalidad” con el que el Concilio ha también determinado
1 Varios, Religiosos y religiosas ante la Iglesia de mafana. PPC. Madrid,
1968, p. 16.
2 Pin, E., Les Instituts religieux apostoliques et le changement socio-
culturel, NRTH 87 (1965) 395-411.
3 Pensamos ofrecer otro folleto con otras dos _conferencias: una, sobre
“el fenémeno de la secularizacién y su juicio teolégico” del P. Guerrero, y
otra, sobre “el valor especifico que caracteriza el compromiso religioso y dis-
tingue esta opcién de vida de la de un laico o una pareja, comprometidos,
también ellos con el Evangetio” del P. Tillard (Nota del editor).
10
a la Iglesia (y la vida religiosa participa de este caracter
de SACRAMENTO Y SIGNO) facilmente se comprende que
la fosilizacién es un gran enemigo de la Iglesia y de la vida
religiosa. Fosilizarse es detenerse en nuestro peregrinar. Fo-
silizarse es opacar el signo de la vida religiosa. De qué ser-
viria tener una magnifica literatura pero en una lengua in-
descifrable?
Se trata, pues, de expresar los valores esenciales y pe-
rennes de la vida religiosa pero en un lenguaje y estilo, en
parte, nuevos, mds adaptados al hombre del mundo secula-
rizado.
Cierto que la tarea no es facil y no se hara sin sufri-
miento como suele suceder con toda crisis de alumbra-
miento. No se trata de claudicar o suavizar las exigencias
radicales y ultimas que entrafia la vida religiosa so pretex-
to de una renovacién conciliar, creyendo que vamos a vitali-
zarla “asegurandonos”, es decir adoptando actitudes propias
de la forma de existencia cristiana de los seglares, pero tam-
poco debemos paralizar al Espiritu Santo por nuestra fal-
ta de audacia evangélica.
Después de haber tratado: qué es la secularizacién y que
es lo especifico de la Vida Religiosa dentro del ministerio
de la Iglesia, vamos a tratar, en estas conferencias de hacer
algunas sugerencias* sobre las incidencias de la seculariza-
cién sobre la Vida Religiosa 5,
Antes de terminar esta introduccién quisiera advertir
con lealtad que estas paginas no quieren ser una condena
del pasado (no se trata de renegar del pasado sino de supo-
nerlo y “sobrepasarlo”), ni siquiera un juicio severo (seria
histéricamente injusto valorar y enjuiciar el pasado con las
categorias del presente). También el pasado tuvo “sus” gran-
dezas. Pero el trabajo se orienta hacia el futuro de la Vida
Religiosa y quiere mirar al presente para encontrar una
Vida Religiosa mds a tono con la fe y el mundo en que que-
remos ser testigos. Esto es lo que nos ha pedido el Concilio.
4 Se recogen aqui como puntos de reflexién (solo eso) las ideas de
un ciclo de conferencias pronunciadas por el autor ante muy diversos audi
torios en Lima y Arequipa, entre el 25 de febrero y el 7 de marzo. A las MM.
Generales, a los PP. y MM. Provinciales, a todos los religiosos y religiosas
presentes les agradecemos sus sugerencias.
5 Las conferencias del Padre José Maria Guerrero, S.J., y J. M. R. Tillard,
o.p., en torno al impacto de la secularizacién sobre la vida religiosa, fueron
publicadas por la Coleccién CLAR, N° 9 “Vida Religiosa en el Mundo secu-
larizado - Impacto” (Nota del Editor).
11‘ Y ‘para concluir, estas sensatas palabras de Rahner:
‘Necesitamos paciencia en esta época de transicion de lo
antiguo a lo nuevo, sin caer en reacciones violentas, lo cual
constituye Ja gran tentacién tanto de los progresistas como
de los conservadores. La verdadera vida es siempre un com-
promiso entre Jas diversas tendencias, al que se llega his-
téricamente y no de una forma tedrica. En estas circuns-
tancias es muy necesaria la confianza en la sabiduria de la
vida y sobre todo en Dios” 6,
José Maria Guerrero S, J.
ase, X Rahner, 8. J. Frémmigkeit heute und morgen, Geist un Leben, 39
12
CLARIFICACION DEL CONCEPTO
Y REFLEXION TEOLOGICA
SOBRE EL FENOMENO DE LA
SECULARIZACION
José Maria Guerrero
El tema de este trabajo es “La Clarificacién del con-
cepto y reflexién teolégica sobre el fendmeno de la Secula-
rizacion,
SECULARIZACION, palabra magica que tiene el poder
de exasperar a unos y entusiasmar a otros. Para unos, es la
decadencia progresiva de la religiosidad, representa la ca-
tdstrofe final: la desaparicién de la fe. Dios y la Iglesia
pueden ser borrados de la historia. Para otros, en cambio,
representa la liberacién definitiva de los mitos y de los ido-
los, el auténtico impulso de la verdadera fe, el alborear de
un cristianismo existencial, comprometido —el cristianismo
secular—, una oportunidad de desmitificacién que la Igle-
sia no puede desperdiciar, la ruta directa para realizar su
sentido mas profundo.
La etimologia de la palabra
Etimolégicamente, secularizacién viene de “saeculum” =
siglo, mundo en sentido dindmico. Secular, equivaldria a
mundano, a temporal por oposicién a eterno. En el lengua-
je medieval “saecularis” secular se contraponia a espiritual
y de ahi que siglo y mundo se convierten en sindénimos.
(Saeculum tiene mds bien una dimension dinémica en con-
traposicién a mundus, algo estatico). Siglo y Mundo se iden-
tifican sin mas y se contraponen en aquella época a lo sa-
grado, a lo religioso. La expresién fuga mundi (=huida del
mundo) hoy sometida a una severa revisién! significaba
1 Cfr. R. Bultot, Antropologie et spiritualité, en Revue des Sciences Phi-
losophiques et théologiques, 51 (1967) 3-22.
13“dejar el mundo para consagrarse a Dios”, “El desprecio del
mundo” parecia Ia ruta mas segura y més rapida e incluso
necesaria para alcanzar Ja perfeccién cristiana. Vivir se-
cularmente era vivir mundanamente. Hombre secular (lai-
co) era el hombre del mundo, en un mundo que entonces se
consideraba invadido y permeabilizado de pecado que in-
ficionaba inevitablemente al hombre del mundo.
A Los “negotia Saecularia” eran propios de los seculares,
los cardenales”. En cambio, los “clérigos” —‘los espiritua.
les”— se dedicaban a las cosas del espiritu. La cultura es-
taba en manos de los clérigos. Los laicos padecian un la-
mentable analfabetismo. Asi, pues, el mundo cultural tenia
un claro sabor monastico, clerical. Solo existia un saber:
el religioso. No existia propiamente cultura profana, secu-
lar =,
La ciudad secular
Hoy sin embargo, las cosas han cambiado mucho y nos
encontramos —nos guste o nos disguste— con la ciudad
secular 3, Basta abrir los ojos para empaparse de una rea-
lidad nueva que todo lo invade como marea incontenible
que no conoce, ademas, el “reflujo”. “La era de la seculari-
dad consciente ha comenzado, se nos anuncia con cierta gran-
de elocuencia. También Ia edad del hombre total. Lo que
ahora finalmente existe es el mundo y en el corazén del
mundo esta el HOMBRE. La presencia de la secularidad,
de la mundanidad y la del hombre totalizante son los
ejes esenciales de la vida moderna” ¢.
Qué es la secularizacién?
Antes de pasar adelante es necesario que clarifiquemos,
en cuanto nos sea posible, el concepto secularizacién. Qué
2A. Tapiador, De la secularizacién al secularismo, I. Un f
é a , I. fenédmeno actual
y uma equivocada ideologia, Ecclesia Ne’ 1520 (1970) 29. me
3H. Cox, La ciudad secular. Ed. Peninsula. Barcel éxi
Cox, . Ed. . jona_- México, 1968.
Th. J. Altizer'y W. Hamilton, Teologia radical i rijalbo.
. , t .
Barcelona - Mexico, 1967, ete., ete. ¥ muerte de Dios. Ed. Orielbo.
4B. Lambert, La és c f és
mutating, Tambsrts Ta Preasée de, Vhomme sur Vhomme dans une socisté en
14
es lo que queremos decir con este término? Se ha rumo-
rado por ahi —no sé con qué fundamento— que algunos
sentian una cierta aversién a la tematica que eligid para
1971 la Asamblea Plenaria de la CONFER del Pert: “Se-
cularizacién y vida religiosa”. Y creo que la razén de fondo
era una incomprensién de lo que pretendemos. Un reli-
gioso se secularizaba cuando volvia al mundo. Entender
negativa y peyorativamente el fendmeno de la seculariza-
cién nos puede Hevar a tomar actitudes de un puro y sim-
ple rechazo que, como indicaré después, no estarian muy
acordes con la fe.
Ensayemos una tentativa de definicién.
SECULARIZACION :
— NO ES la pérdida de fe. Fe es una adhesién total a
la persona de Cristo y su mensaje, una respuesta personal
a la entrega de un Dios que viene y que compromete y
transforma radicalmente una existencia humana. Fe es una
postura existencial del hombre libre. La seoularizacion,
como veremos, es un fendmeno religiosamente ambiguo. En
si mismo no dice ni permanencia, ni supresién de la fe.
— NO ES una pérdida progresiva de la religiosidad
comprometida y humanizadora que encarna al hombre en
Jo concreto de una situacién y le hace vivir y expresarse
religiosamente en un cierto tipo de religiosidad con una
marcada dimensién mds humana, mas fraterna y solidaria.
Supone si la negacién de ciertos tipos de religiosidad hoy
definitivamente superados.
— NO ES tampoco la “tumba de la Iglesia”, la Iglesia
de la Revelacién, en cuanto presencia salvifica de Dios en
el mundo, fermento evangélico, inserto en las estructuras
del mundo para transformarlo en Reino, “sacramento uni-
versal de salvacién” (LG, 48), “signo e instrumento de la
union intimacon Dios y de la unidad de todo el género
humano” (LG, 1).
— NO ES tampoco el fin del comportamiento religio-
so del hombre. E] hombre secular es ciertamente un ico-
noclasta contra ciertos comportamientos religiosos alienan-
tes pero no es necesariamente ateo, cerrado a lo transcen-
dente. Tres notas caracteristicas definiran el comporta-
miento “piadoso” del hombre de majfiana, segtin K. Rah-
ner: La vivencia de la incomprensibilidad de Dios, una es-
15piritualidad de vida y servicio al mundo y una ascética
nueva 5,
Qué es, entonces, LA SECULARIZACION?
Es un fenémeno complejo socio-cultural y como tal
un dato puramente intramundano. Es un hecho global que,
originando una experiencia histérica nueva, afecta a todo
el ser del hombre del mundo de hoy, es una “forma de
existencia”, un estilo de vida, una manera de ser. Es un
proceso real e irreversible aunque no uniforme que va ga-
nando terreno y todo parece indicar que Ilegaré a ser uni-
versal. No es un fendmeno primordialmente religioso y
por lo tanto, no implica una decadencia progresiva de la
fe.
El niicleo de la secularizacion se situa en el cambio
radical, verdaderamente copernicano de la relacién hom-
brenaturaleza. Entre el hombre y Ja encarnacion terrestre
de su existencia se crean nuevas relaciones. La seculariza-
cién, segin Schillebeeckx, “no concierne al hombre mas
que en su relacién con el mundo”, Al autocomprenderse
el hombre mejor y autodescubrirse como agente de su his-
toria, al comprender mejor al mundo como mundo en su
consistencia y autonomia propias, la relacion HOMBRE-
MUNDO da un viraje de casi 180 grados.
5 K. Rahner, S. J, Frémmigkeit heute und morgen, Geist und Leben 39
(1966) 326-342, (Traducido y extractado en Selecciones de Teologia 27 (1968)
216-220. Por parecerme importante voy a sintetizar brevemente con las mismas
Palabras del autor qué entiende por cada una de estas notas:
~Vivencia de la incomprensibilidad de Dios: El hombre piadoso de Hoy es
el que logia vivir en contacto con este Dios silencioso, hablarle en la fe y
confiadamente, aunque no reciba de El respuesta alguna; el que est4 abierto
a la incompreusibiiidad de Dios a pesar de que su realidad parece oscurecida
Por el mundo y por nuestra tarea en él.
—Espiritualidad de vida y servicio al mundo. La piedad del futuro debe
aceptar todo lo humano libre. La vida mundana vivida con honradez y sin
Feservas es ya un trozo de la vida de piedad porque Dios ama verdadera-
mente al mundo y no teme que le haga competencia... La misma actividad
responsable en el mundo es un momento de la piedad cristiana.
—Una ascética nueva. Es una ascética del ejercicio responsable de ja li-
bertad,.. cuando el hombre conserva el dominio sobre su ser desinteresada-
mente, ha dado un si absoluto a Dios aunque no se reflexione en ello. Esta
nueva ascesis puede ser la forma nueva de participar el misterio mds radical
de toda la ascética cristiana: la participacién en la muerte del Crucificado...
6 E. Schillebeeckx, 0. p., Het nieuwe mens en Goldsbeeld in conflit met
het religieuse leven, en Tijdschrift voor Theologie 7 (1967) 1-27. Traducido y
resumido en Selecciones de Teologia 30 (1969) 142-143.
16
Naturaleza y hombre “sacral y secular”
1. Naturaleza para el hombre “sacral” era:
—Un lugar privilegiado del encuentro del hombre con
su creador.
—Algo salido DIRECTAMENTE de las manos de Dios
y regido INMEDIATAMENTE por El.
—Estaba “encantada”, lena de dioses, porque el hom-
bre sacral tiende a dividir las fuerzas misteriosas € inex-
plicables de la naturaleza. E] hombre teme a csas fuerzas
misteriosas e inexplicables que juegan con él a su capricho
y condicionan su existencia. Trata timidamente de controlar
su poder por medio de la “magia” aunque no va demasiado
lejos.
Esta imagen de la naturaleza corresponde a una ima-
gen muy primitiva y rudimentaria de si mismo y a una
enorme ignorancia de Ja naturaleza misma.
2. Naturaleza para el hombre “secular” es:
—Un objeto del dominio humano, un campo de inves-
tigacién humana, materia EN y CON la cual es capaz de
crearse un porvenir. “Por-venir” que vendra de él mismo.
—Es un lugar de encuentro del hombre consigo mismo,
como artifice de su obra —ante la que se extasia— y con
los hombres. El] mundo no aparece como la huella de Dios
sino del HOMBRE. No contempla al mundo, lo recrea y sien-
te un profundo entusiasmo frente a su obra.
—tLa ciencia y la técnica “limpian” el espacio y la rea-
lidad de los dioses y demonios y le dejan en su soledad y
responsabilidad. Los fenémenos naturales estan regidos por
Jeyes internas y el hombre, igual. Estos fendmenos SON €X-
plicables cientificamente por mas misteriosos que parezcan
o lo seran en un préximo majfiana. La aventura lunar podria
ser indicativa de esto que venimos diciendo.
—tLa naturaleza se hizo para el hombre y no el hombre
para la naturaleza, es decir la naturaleza esta al servicio del
hombre, cuya tarea es “‘domesticarla” progresivamente.
La imagen de la naturaleza, como se ve, ha variado tam-
17
2 - Vida Religiosa - Incidenciasbién notablemente. No es ya algo encantado, luminoso e
incluso hostil sino domesticado.
La nueva imagen del hombre
Esto ha llevado también a una “autocomprensién” del
hombre mismo. El hombre se ha reafirmado como SU-
JETO de su propio destino. Ha descubierto un enorme cam-
po de posibilidades para su libertad y ha asumido el ries-
go que su vocacién “creadora” comporta, empefiandose en
edificar un mundo nuevo donde la solidaridad, la justicia
y la paz sean un hecho comprobable, no palabras sin sen-
tido u opio que anestesia al colocar esas realidades —sue-
fio del hombre de hoy!— en un més alla de su experien-
cia humana intramundana’.
El hombre secular se siente un demiurgo de su futuro
hacia el cual esta totalmente proyectado. No es ya el cen-
tro del juego de fuerzas misteriosas sino el que las mani-
pula conscientemente, las desencanta, las domestica y las
pone a su servicio. Del hombre depende su porvenir y el
del mundo. De ahi se puede o negar a Dios como inutil y
opresor del hombre o admitir a Dios pero sdlo en el plano
de la trascendencia. Dios es la “dimensién de profundi-
dad” (Tillich) del ser. Dios es por esencia transcendente
aunque se capta en la linea del horizonte del existir hu-
mano.
En todo caso el hombre secular no es el hombre que
mira hacia el pasado sino hacia el futuro. La edad de oro
no esta detras de él sino delante de él. Este mirar hacia el
porvenir es esencial al hombre secular. No es el hombre
de la tradicién estdtica, de la seguridad inconmovible sino
el de la esperanza, la provisionalidad, el riesgo. La vida
mo es para él un todo hecho, una vez por todas, sino un
proyecto a realizar.
Una cosa es clara para el hombre secular y es que no
debe contar con Dios para la solucién de sus problemas.
Es su cometido y su responsabilidad. Se siente adulto en
el mundo y esta libre del temor religioso.
7 “El descubrimiento creador de un futuro humano no puede ser marginal
para el cristiano, dada la unidad del amor a Dios y al préjimo, la anticipacién
del futuro concreto como tinico acto real posible de apertura de uno mismo
al futuro absoluto de Dios y la liberacién del mundo secular como acto enrai-
zado en la misma encarnacién del Logos”: K. Rahner, Christian Humanism.
Journal Of Ecumenical Studies 4 (1967) 383.
18
En el caso de la vivencia religiosa no se trata ya de
suplir la accién con la oracién o dejarse arrastrar por un
fatalismo- Es captar toda la vida y la existencia en una
dimensién que desborda la experiencia y nos Ileva hacia lo
infinito (esa experiencia se puede dar en la naturaleza, en
el hombre, en lo social).
El hombre secular no ve la vida como una “prueba
provisional” para el mundo religioso y verdadero que es
el “mas alla”, Este mundo es un fin y la accién humana
vale por si misma.
El hombre secular no ve en Dios una fuerza opuesta
que impone leyes o preceptos desde fuera, desde el Ambi-
to de lo religioso. No hay mds campo para el acceso a
Dios que el mundo y el hombre. Y solo a través de ellos
como su prolongacién (no como su negacién) se podra
expresar y manifestar lo divino.
El hombre secular vive su religion en trascendencia.
Sabe lo valioso de todo lo humano y de toda la experien-
cia, pero sabe que nunca son lo definitivo. “Homo semper
maior” (como Deus semper maior) es la expresién de cons-
tante superacién y acercamiento al Inalcanzable. De ahi que
Ja religion es prolongacién o profundizacién de la vida, no
algo de espaldas a ella. En especial EL HOMBRE Y LO
SOCIAL son las expresiones mas vivas de la religién. Por
lo tanto, el respeto y amor al hombre y a la sociedad y su
laboriosa actividad por su perfeccién es la actitud existen-
cial del hombre secular.
Resumiendo un poco los rasgos mas importantes del
hombre secular dirfa:
___ 1. El hombre secular centra su atencion en la realidad
intramundana, en este mundo sin fugarse a otro superior
y lejano.
2. Es un hombre con un acentuado sentido de su dig-
nidad y supremacia sobre todo lo creado.
3. Se da cuenta que él] es el responsable de su destino
y del destino del mundo, agente activo de su historia sin
esperar que un Dios “tapa-huecos” (Bonhoeffer) venga a
solucionar sus problemas. Frente a una sequia, por ejem-
plo, cree mucho mas decisivo la construccién de un panta-
no y un buen sistema de irrigacién que una procesién de
rogativas.
194. Se juzga descubridor del mundo y de la naturaleza
de los que tiene un conocimiento bastante realista y obje-
tivo, liberado de ciertos esquemas mentales y prejuicios
metafisicos y religiosos.
3. Su experiencia multisecular y multicultural le mues-
tra la RELATIVIDAD de muchas convicciones ancestrales
que se juzgaron intocables por tanto tiempo.
6. Es el hombre de la eficacia, la experiencia y la ac-
cién con un profundo sentido de inmediatismo. Toda idea
de trascendencia viene a ser sospechosa —si no ilusoria—
a mo ser que se presente como una exigencia en el cora-
z6n mismo de la accién EN y POR el mundo.
7. El hombre es algo que se va definiendo a lo largo
de la historia (Hegel). Se va construyendo poco a poco a
Ja medida de sus realizaciones y conquistas. Tiene pues un
sentido evolucionista del mundo, de la historia, de si mis-
mo.
Ya podriamos sacar algunas comsecuencias de esta nue-
va concepcién y “autocomprensién del hombre”:
—El hombre no solo es escéptico sino rabiosamente
contrario a todo lo que huela o sepa a fabula o mito,
—La eficacia cuenta mucho para él, una eficacia cons-
tante y sonante.
—wNo tolera ningun halo superticioso ya se encuentre
aleteando sobre personas 0 instituciones.
No es un hombre retérico sino que le encanta Ja au-
tenticidad y, por eso, descarta cualquier valor que suene
a postizo.
—Le gusta comprometerse hasta el fondo y cargar con
todas las consecuencias y riesgos que un tal compromiso
entrafia.
—Todo lo que aliena al hombre o le hace un fugitivo
de si mismo o de su dmbito comunitario lo desecha cate-
goricamente.
—Tolera facilmente la opinién ajena. Admite un plura-
lismo de ideologias de grupos y de opciones.
La nueva imagen de Dios
En una época “sacral” hay una inundacién religiosa
que hace que todo dependa INMEDIATAMENTE de Dios
no solo en el orden trascendental sino en el categorial.
20
De esa manera Dios esta en constante accion en la
vida (milagros, hechos inexplicables, etc.) y la actitud co-
rriente ante E] es el miedo (a lo desconocido y a lo supe-
rior). De ahi que el hombre se haga dependiente, temero-
so, sumiso.
Hemos visto cémo la imagen del hombre y de la na-
turaleza ha variado enormemente. Pero no se crea que una
nueva imagen del hombre y una nueva imagen del mundo
vaya a dejar “invariable” la imagen que nos hacemos de
Dios. Y de ahi que el fenédmeno de la secularizacién, que
primordialmente afecta a las relaciones del hombre con el
mundo, tenga sus inevitables incidencias religiosas: la idea
que tenemos de Dios depende, en gran parte, de la idea
que tenemos del mundo y de nosotros mismos. Una profun-
dizacién en la “autocomprensién” del hombre y una mayor
penetracién en lo misterioso del mundo y la naturaleza
para descubrir sus leyes internas y desvelar sus secretos
tiene necesariamente que influir en la concepcién Dios. Un
influjo que sera necesariamente purificante, desmitologizan-
te. Dios no sera ya “la solucion facil” para nuestros pro-
blemas, el Dios siempre demasiado mundano y alienante
por su constante ingerencia en nuestros problemas. Hay
que rectificar un margen demasiado antropocéntrico de
Dios y un trato demasiado irrespetuoso con El, como un
objeto del que se dispone. Hay que abandonar a Dios
como hipétesis de trabajo8.
Podriamos legitimamente preguntarnos cuales seran los
elementos que destacaran en esta nueva imagen de Dios.
8 Me parecen sumamente ilustrativas estas palabras de Bonhoeffer: “Y
nosotros no podemos ser honestos sin reconocer que hemos de vivir en el
mundo etsi deus non daretur y esto es precisamente lo que reconocemos...
ante Dios; es el mismo Dios quien obliga a dicho reconocimiento. Nuestro
ser, que se ha hecho adulto, nos eva a reconocer realmente nuestra situa-
cién ante Dios. Dios nos hace saber que hemos de vivir como hombres que
logran vivir sin Dios. El Dios que est con nosotros es el Dios que nos aban-
dona (Mc 15, 34). El Dios que nos deja vivir en el mundo sin la hipétesis
de trabajo, Dios es el mismo Dios ante el que nos hallamos constantemente.
Ante Dios y con Dios vivimos sin Dios. Dios clavado en la Cruz, permite que
lo echen del mundo. Dios es impotente y débil en el mundo, y solo asi esta
Dios con nosotros y nos ayuda. Mt 8, 17, indica claramente que Cristo no
nos ayuda por su omnipotencia, sino por su debilidad y sus sufrimientos’..
En este sentido podemos decir que la evolucién hacia la edad adulta del
mundo, de Ja que hemos hablado, al dar fin a toda falsa imagen de Dios,
libera la mirada del hombre para encaminarla al Dios de la Biblia, el cual
adquiere poder y sitio en el mundo gracias a su impotencia. Aqu{ es donde
debera entrar en juego la “interpretacién mundana”: RESISTENCIA Y SUMI-
SION. Ed. Ariel, 1969 pp. 209.210.
21La respuesta del P. Schillebeeckx es esta: “Si antes
proyectébamos la imagen de Dios hacia el pasado, la eter-
nidad era algo como un pasado eternizado, ahora Dios sera,
ante todo, el Dios de nuestro futuro el “totalmente otro”
aparece ahora como el “totalmente nuevo”: El es siem-
pre “el que viene”. Se encuentra como el Dios que, en Je-
sucristo, nos da la posibilidad de hacer futuro, es decir
hacerlo todo nuevo y superar nuestra historia pecadora.
Asi, la nueva cultura es ocasién para descubrir sorpren-
dentemente el mensaje del AT y NT: Que el Dios de la
promesa nos da la misién de emprender el camino hacia
Ja tierra prometida; una tierra que hemos de edificar nos-
otros sobre la confianza en la promesa. Este nuevo con-
cepto de Dios esta cambiando no solo los tratados de teo-
logia sino también —y a nivel mds profundo— toda la vi-
vencia cristiana. La legitimacioén de esta y la verificacién
de nuestra fe —que no descansa, ciertamente sobre lo
empirico y objetivamente controlable, pero que ha de ser
conocida como existencialmente posible— se hacen reali-
dad alli donde el cristiano muestre, en la practica, que su
esperanza es capaz de cambiar, ya ahora, la historia y el
mundo. La fe en Ja historia en que vive. Solo asi se mani-
fiesta entre nosotros la verdad de Dios y la realidad de la
salvacién como futuro, que esta siempre viniendo, de la
“humanidad” 9.
Secularizacién y secularismo
Antes de pasar adelante creemos necesario hacer esta
basica distincién.
SECULARISMO es una posicién metafisica, una nega-
cién de lo positivo revelado, un encerrarse en la realidad
intramundana sin apertura alguna a la trascendencia. Es
‘una ideologia simplemente atea.
La SECULARIZACION, en cambio, no cerrada por prin-
cipio a la fe, como el secularismo, seria un proceso histé-
rico (que es universal e irreversible aunque no en todas
partes avance al mismo ritmo y asi junto a ciudades secu-
tarizadas tenemos pueblos con mucho sabor “sacral”) que
vecalca la valoracién de Jas realidades temporales. Es, pues,
9_E. Schillebeeckx, 0. p., Het neuwe Goldsbeeld, secularisatie en_politick,
en Tijdschrift voor Theotogie 8 (1968) (ver la versién espafiola: La nueva
imagen de Dios. Secularizacién y futuro del hombre en la tierra, en Selecciones
de Teologia 32 (1969) 307).
22
un fenémeno histdérico por el que las realidades mundanas
van alcanzando su plena autonomia y dejan de ser conce-
bidas como dependencias o prolongaciones de lo sagrado.
En el centro de ese fenémeno esta el HOMBRE. La secula-
rizacién es un periodo de la etapa evolutiva del hombre,
el resultado del progreso de la civilizaci6n humana.
Interpretacion teolégica
del fenémeno de la secularizacién
Esta el fendmeno de la secularizacion arraigado en la
revelacién judio-cristiana? Puede encontrar su sentido po-
sitivo, su justificaci6n en la tradicién biblica?
H. Cox, siguiendo a Gogarten, ciertamente asi lo cree:
“La secularizacién” es la consecuencia legitima del impac-
to de la fe biblica en la historia... El desencantamiento
de la naturaleza comienza con la creacién; la desacraliza-
cién de la politica con el Exodo; y la desconsagracién de
los valores con el Pacto del Sinai, especialmente con su
prohibicién de los idolos’!. La creacién acaba con la di-
vinizacién de la naturaleza. La creacién establece una di
tancia infinita entre el Dios que crea y lo creado. La crea-
tura no es mas que creatura. El Exodo es la historia de la
liberacién de un pueblo oprimido por el Faraén que no
es mas que un simple servidor —también él— de Dios.
El tema de Dios “OTRO” es profundamente biblico; un
Dios que no se identifica con nada humano, ni nada hu-
mano puede expresarle adecuadamente. Un Dios que no
se deja manipular por el hombre porque no es “manufac-
tura” suya, Es el TOTALMENTE DISTINTO, el Inabarca-
ble, el Incomprensible, el Transcendente, el OTRO. Esta
experiencia de Dios garantiza la autonomia del hombre y
del mundo (lo creado). Dios es inconvertible en idolo.
EI dogma de la Creacion es fundamental para compren-
der el proceso de la secularizacion. Creer en la Creacion
es creer en la mundanizacién del mundo. Crear es dar “el
ser” a lo que antes “no era”. Esto creado es, por eso mis-
mo, algo no-divino, algo distinto de Dios, mundano. Hay
que dejar al mundo ser mundo, con su autonomia y con-
10 H. Cox, la Ciudad Secular. Ed. Peninsula. Barcelona, 1968, p. 39.
23sistencia propias. Asi la fe en la Creacién nos lleva a creer
en la mundanizacién del mundo, a su clarificacién e ilus-
tracién 4, “Afirmando la secularidad del mundo, nosotros
conocemos el ser propio de Dios, el que no es del mundo,
el trascendente. Una concepcién sacralizante y numinosa
es un atentado a la trascendencia de Dios. Esto se confir-
ma en el caso de Cristo: La unién mas intima que se pueda
imaginar entre el hombre y Dios —la union hipostatica—
es la revelacién de la seguridad del mundo y la trascen-
dencia de Dios. El proceso de secularizacién es esencial-
mente una consecuencia del cristianismo. Porque solo un
mundo asumido por Dios es profano, secularizado” !2,
El mundo no es un escondrijo de dioses, un campo
cargado de misterio, vetado a la exploracién del hombre.
Es una “materia bruta” que el hombre debe perfeccionar,
recrear, hacer con ella un mundo mas habitable para que
el himno de la creacién re-creada sea mas polifénico y ar-
monioso.
Hay un texto, particularmente luminoso y que confir-
ma lo que venimos diciendo. Se trata del Gen, 2,5: “No
habia, dice el yahvista, en la tierra arbusto alguno del cam-
po, y, ninguna hierba de la tierra habia germinado todavia
pues Yahveh Dios no habia hecho llover sobre la tierra,
ni habia hombre que labrara el suelo” (el subrayado es
nuestro).
El proceso secularizante se ahonda y profundiza en el
Nuevo Testamento, sobre todo, en el Evangelio de S. Pablo.
Cristo nos ha liberado de la Ley. El hombre ya no es
esclavo sino hijo y heredero de Dios:
“Pero al llegar la plenitud de los tiempos, envié Dios
a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo Ja Ley, para res-
catar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que reci-
biéramos la filiacién adoptiva. La prueba de que sois hijos
es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espiritu
de su Hijo que clama Abba, Padre! De modo que ya no
eres esclavo sino hijo; y si hijo, también heredero por vo-
luntad de Dios. Pero en otro tiempo, cuando no conociais
11 Peitz. Sakularisiertes Denken —Priiambel des Glaubens en Theologisch—
praktische Quartalschrift 116 (1968) 117.
12_E. Schillebeeckx, 0. p., Het nieuwe mens en Gloldsbeeld in conflict met
het_religicuse leven, Tijdschrift voor, Theologie, 7 (1961) 127 (trad: La vida
Religiosa en conflicto con la nueva re y de Dios, Selecciones de
Teologia, 30 (1969) 143).
24
Ti UP OTE
i
a Dios, serviais a los que, en realidad, no s| diotes, Mass
ahora que habéis conocido a Dios, o mejo! 1 que él os hd.
conocido, cémo retorndis a esos elementog/sin fuerza ‘nf
valor, a los cuales queréis volver a servir de am vO?” é
San Pablo es categérico: “No hay nadi-impuro” (Rom
14,14; Gal 4,4-9). El idolo no es nada en mundo y no |
hay mas que un solo Dios (1 Cor 8,4). Aqui esta el origen |
de la libertad cristiana frente a cualquier |divinizacién.
El dominio de Dios es nuestro dominio‘que hemos af
hacer valer. Dios se lo pidié a Adan (Gen 1,28) péro
dirfa que el momento se ha renovado para los hijos del
Reino. Ya no hay mas “tabties” en este mundo “des-encan-
tado”, objetos que sean absolutamente reservados. Parece
que un adagio de San Pablo era este: “Todo me es licito”
(1 Cor 6,12). Algunos libertinos falseaban la expresién y
por eso tuvo que afiadir para clarificarla: “Mas no todo
me conviene” (1 Cor 6,12). Luego es necesario un proceso
de DISCERNIMIENTO EVANGELICO.
Otro texto frecuentemente citado es el de Col 2,16-23:
“Por lo tanto, que nadie os critique por cuestiones de
comida, o bebida, 0 a propésito de fiestas, de novilunios o
sAbados. Todo esto es sombra de lo venidero; pero la rea-
lidad es el cuerpo de Cristo. Que nadie os prive de é] pre-
firiendo las mortificaciones y el culto a los angeles... Una
vez que habéis muerto con Cristo a los elementos del mun-
do: por qué sujetaros, como si aun viviérais en el mundo
a los preceptos “no tomes”, “no gustes”, “no toques”, cosas
todas destinadas a perecer con el uso y debidas a precep-
tos y doctrinas puramente humanas?”.
El cristianismo supone la de-divinizacién de todo lo que
no sea Dios y, por lo tanto, una mundanizacién del mundo.
Es innegable historicamente que el cristianismo fue un fac-
tor decisivamente desacralizador y secularizador. Los pri-
meros cristianos rechazaron categéricamente toda sacrali-
zacién ya se encontrase encarnada en lugares, tiempos y
personas incluida la del emperador. Es igualmente cierto
histéricamente que el cristianismo pos-constantiniano no
supo superar los peligros de la sacralizacién (los obispos
son declarados grandes del imperio, la Iglesia adquiere per-
sonalidad juridica, el Domingo es solemnizado, el mismo
emperador construye iglesias, convoca el concilio de Nicea,
etc., etc.). Esto explica el caracter “anticlerical” de la lucha
de la liberacién espiritual, iniciada por Rogelio Bacén, con-
25denado como hereje por pensar las cosas “desde abajo”
porque creia que la Biblia no podia aportar la solucién a
los problemas de las ciencias naturales.
Asi se desencadena todo un proceso de ‘‘desembargo”
de lo temporal (el movimiento nominalista, la misma Re-
forma, Descartes, Leibnitz, Kant, Rousseau, Hegel, Nietsz-
che, la Revolucion Francesa, Darwin, Marx, Freud son los
mas destacados exponentes de esta lucha) cuyo resultado
ultimo es la liberacién definitiva de la cultura, consciente
y responsable de si misma, del tutelaje de la Iglesia y de
la Religion.
Pero el cristianismo primero es de hecho una secula-
rizacién de la religién, lo profano recupera “su autonomia”
y “se desembarga” del recinto de lo sagrado.
He aqui algunos rasgos:
—Cesa el templo, como lugar de la manifestacién de
Dios y adoracion. “Créeme, mujer, en que ni en este monte,
ni en Jerusalén adoraréis al Padre” (Jn 4,20). La alternati-
va Garizin-Jerusalén ha quedado definitivamente superada.
Lo que cuenta en adelante es ser adoradores verdaderos
del Padre “en espiritu y en verdad” (Jn 4,23). Nuestros
hermanos en la fe de la primitiva Iglesia se reunian en co-
munidades familiares (cfr. Act, 2,46; 1 Cor 16,19; Col 1,15).
No tenian templos ni espacios “sagrados”. Mas avin la pa-
labra templo no se aplicaba sino a las personas (1 Cor 3,
16 ss.; 6,19; 2 Cor 6,16; Ef 2,20-21)-
—Cesa el sacerdocio cultico del AT (Heb 10,9). No
era eficaz para “perfeccionar en su conciencia al adorador”.
Era una parabola, “una figura del tiempo presente” (Heb
10-9). Y cesa el culto precristiano. La carta a los Hebreos
funda su INUTILIDAD en que el hombre es insustituible
y nadie puede remplazarlo. Lo que vale ante Dios es el
“SI” personal de este hombre libre (Mc 8,37). Lo verda-
deramente sacerdotal en Jess fue su SI al Padre y su SI
a los hombres en una total entrega y en un servicio desin-
teresado de liberacién.
—Cesa la esclavitud religiosa del Sdbado. “El sdbado
ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el
s4bado. De suerte que el Hijo del Hombre también es
Sefior del sdbado” (Mc 2,27-28)- Cura en sAbado a un hom-
bre que tenia una mano paralizada (Le 6,6 ss) porque es
26
licito hacer el bien en vez del mal también en sdbado. A
la mujer encorvada la cura en un sdbado (Lc 10 ss-) y lo
mismo sucede con el hidrépico (Le 14,1 ss ), etc.
—Cesa la Ley y le sucede el amor (Jer 31,31; Ez 36,
27; In 13,34-36; Rom 6,15; Gal 2,10 ss, etc.).
—Cesa lo particular y viene lo universal (Mt 28,18 ss;
sal 3,27 ss.).
—El maximo acto cultual es una cena en un clima des-
mitificado. Es cierto que no fue una cena normal sino un
banquete festivo en una atmdsfera “religiosa”. Ese caracter
religioso era el resultado de una fe, penetrada de “memorial”
y reconocimiento y no de una religién. Pero se conservé el
clima espontaneo, fraterno y amistoso.
—-Los apéstoles aparacen con sus defectos, sin misti-
ficacién de ninguna especie.
La secularizacion es un proceso que se produce no
contra la fe cristiana sino gracias a la fe cristiana, Y en
esta tesis estan de acuerdo catélicos y protestantes. Es
bien conocida la tesis de J. B. Metz: “La secularidad del
mundo, tal como se ha producido en el moderno proceso
de mundanizacién y tal como se nos muestra hoy dia en
su global forma exasperada, ha resultado en su fondo —no
en cada una de sus expresiones histéricas sueltas— gra-
cias a y no contra el cristianismo. Es un acontecimiento
originalmente cristiano y testifica con ello el poderio in-
trahistérico de ‘la hora de Cristo’ en la situacién actual de
nuestro mundo” 38,
El hecho es que el mundo secularizado ha surgido en
el suelo cristiano. La fe en un Dios extramundano es a la
vez la incredulidad frente a las fuerzas divinas del mundo.
Lesli Dewart ha dicho, con razén, que el cristianismo ha
hecho al hombre occidental capaz de ser radicalmente
ateo 14, Las razones creo son estas:
13. J. B. Metz, Zur Theologie der Welt, Mainz, Miinchen, (1968) 16 f. (Co-
rrijo algin tanto la traduccién espafiola de Teologia del mundo, Ed. Sigueme,
Salamanca, 1970, pp. 20-21). En el campo protestante puede verse, por ejem-
plo, a F. Gogarten, Verhingnis und Hoffnung der Neuzeit. Sukularisierung als
theologisches Problem. (Stuttgart 2, 1958) 8.
14 L. Dewart: The future of belief Herder. New York, 1966. (Citado por
F. Sebastian, en Secularizacién y Vida Religiosa, PPC, 1970, p. 61).
27—Su iconoclasmo, que procede de su creencia en Dios
unico, ha roto todos los idolos, fabricados por mano de
hombre, hasta el del Emperador. Los primeros cristianos
murieron por “ateos’. Se negaron a rendir culto divino a
un hombre (El Emperador). Tertuliano decia valientemen-
te: “Augusto, el creador del Imperio, se resistia a que lo
Mamasen “Sefior”. En verdad, no es este el nombre de
Dios? en cuanto a mi, de buena gana Jlamaria “Sefor” al
Emperador; pero en el sentido usual, de tal suerte que esta
palabra no usurpase un titulo que unicamente conviene a
Dios. Pues, frente al Emperador, yo me siento libre. Mi
unico Sefior es el Dios Todopoderoso, Sefior del mismo
Emperador” (Apologia, XXXIV). Su fe en un Dios UNI-
CO, creador de todo les acarreaba paradéjicamente la acu-
sacién de ateismo (cfr. Martirio de S. Policarpo).
—La_ vacuné contra toda idolatria. El cristianismo
CREE EN EL HOMBRE. Ninguna religion precristiana o
poscristiana lo ha valorado tanto. Nada hay en el mundo
mas importante que el HOMBRE, hecho a “Imagen” de
Dics (Gen 1,27) y recreado hijo adoptivo suyo (Gal 4,5 ss).
TODO ha sido dado al hombre, encargado de conducir la
historia. No hay idolos ni tiene el hombre por qué temer
a las fuerzas misteriosas maléficas. Es mds fuerte que to-
das ellas.
La Encarnacién de Cristo no es sdlo la epifania de
Dios sino también la epifania del hombre. Cristo, hecho
HOMBRE, nos revela el valor de TODO hombre por desva-
lido y marginado que sea.
Pero hay una realidad, en este “pentltimo” tiempo
—el de Ja Iglesia peregrina— que impide cualquier falso
y angelical optimismo: es el PECADO. Por eso la reali-
dad CRUZ nos revela:
—Quién es Dios.
—Qué somos nosotros.
—Qué lejanos estamos a veces de Dios.
Es, entonces, el mundo secularizado hijo legitimo o ile-
gitimo del cristianismo? “La actitud del hombre seculari-
zado se tipifica por su soberania frente al mundo yala
naturaleza... El supuesto para esta actitud —que solo ex-
cepcionalmente les era posible a los hombres de la Anti-
giiedades que alguien o algo los ha liberado de la ligazén
religiosa a las fuerzas divino-césmicas. El hecho liberador
de Cristo tiene un doble, ambivalente, sentido.
28
—“Libera al hombre de todas las ataduras religiosas
a las que estaba sujeto.
—“Y liga a su vez al hombre con Cristo, el Libertador,
frente al cual el creyente permanece obligado desde ahora
para siempre” 15,
Pero esta obligacién con Cristo es de no vivir en nin-
guna esclavitud o idolatria sino entregado completamente
a los demas en un total olvido de si mismo.
La encarnacién de Dios y la secularizacién
Hablé un poco mas arriba de la Encarnacién. Quiero
insistir aqui para ver cémo ha contribuido a la creciente
secularizacién del hombre y del mundo.
Jess es la “epifania de Dios”. Para encontrarnos con
Dios hemos de encontrarnos con el hombre Jestis. Y en el
hombre Jestis, TODO hombre alcanza su maxima plenitud.
Esta encarnacién —que es el misterio central de la Reve-
laci6n— supone la plena autonomia, la revelaci6n méxima
de todo lo humano y mundano. “La naturaleza humana de
Cristo no quedé “menguada” por su asuncién en el Logos
divino, no se degrad6 a la categoria de instrumento muer-
to, de simple escenario y de gesticulaciones intramunda-
nas de Dios, sino que precisamente por eso. quedé institui-
da en su originalidad humana, una originalidad casi insos-
pechable: Jesucristo fue completamente hombre, mas hom-
bre incluso que cualquiera de nosotros” 16.
Tampoco supuso una divinizacién “porque lo que Dios
asume y acepta, no lo violenta. No lo absorbe en si. No
lo diviniza... acoge y asume a “lo otro”, precisamente
como lo que es “otro” que él” 17.
Todos los valores humanos tienen en la fe cristiana
su mA4xima realizacién. La dimensién humana, en todas
sus direcciones, fuera del pecado, tha encontrado en la En-
carnacién de] Verbo definitivamente su sentido, su valor
y consistencia.
15 J. Friese, Die Sikularisierte Welt. Triumph oder Tragidie der chris-
tlichen Geisteschichte (Frankfurt, 1967) 54 f.
16 3. B. Metz, Teologia del Mundo, Ed. Sigueme, Salamanca, 1970, p. 30,
17 J. B. Metz, ibid. p. 30-31.
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