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ISSN: 2415 - 2692

Artículo Especial
REVISTA PERUANA DE MEDICINA INTEGRATIVA

VALDIZÁN Y LA PERUANIDAD: AUSCULTANDO ‘LO INDÍGENA’


DESDE LA CLÍNICA

Marco Barboza Tello1

En Riva Agüero el paisaje evoca al pasado […] Aunque


considera que el Cusco es “el corazón y el símbolo del Perú”,
esa ciudad desde la que inicia su relato lo envuelve en la
melancolía y el desaliento. A partir del siglo XVI, la historia
del Cusco podría resumirse como una “lenta agonía”: poco a
poco se fue despoblando hasta semejar una regia sepultura.
Se pregunta Riva Agüero: ¿Consistirá acaso la esencia de
nuestra ciudad representativa en la tiránica pesadumbre, la
tragedia horrenda y el irremediable abatimiento?

ALBERTO FLORES GALINDO.

El horizonte utópico

En los albores del siglo XX, la Lima de Capelo – diagnosticada por Este como una capital burocrática de América Latina
en un estancamiento post (o neo) colonial2 – buscaba expresar una voluntad ordenadora, profiláctica y eugenésica,
a despecho de saberse una ciudad plomiza3, donde “los señorones” y “los cogotudos” – según la caracterización de
Luis Alberto Sánchez no exenta de ironía - iban perdiendo la fuerza de antaño. Esta era una apuesta, animada por
la reconstrucción del país, de espíritu positivista y experimental, afanosa de instaurar una nación llena de progreso
y bienestar. El escudriñamiento de las vidas de la “gente del pueblo”, desde la perspectiva de una policía médica,
coexistía con diagnósticos cada vez más consolidados sobre el sentido de lo nacional. A saber, un país enfermo,
aproblemado, desalentado, resignado, de crónica tristeza, amputado en su orgullo, con decadencia de heroicidad.

Es por aquella época también que se verificó en la región andina la articulación de un pensamiento idealista y vitalista,
que se fue distanciando progresivamente del positivismo. Los historiadores del pensamiento han representado este
período en términos de “espiritualismo”, “arielismo” y “populismo”. Cabe destacar en el caso boliviano que, en este
proceso de cambio de corrientes de pensamiento, el país se convirtió en el centro temático de la producción teórica.
Así, tenemos el caso de Alcides Arguedas (1879-1946), quien escribiría Pueblo enfermo (1900) obra con la que
describe la cruda realidad de la población indígena que se encontraba sumida en la miseria4.

Nótese la proximidad con el caso peruano, en términos de caracterización del colectivo social indígena, pero con
la diferencia que en el Perú no se produjo, desde el pensamiento filosófico, algo similar. El pueblo enfermo de

1
Abogado. Magíster en Género, Sexualidad y Políticas Públicas por la UNMSM. Diplomado Internacional en Derechos Humanos en Salud por la UPCH.
Investigador en temas vinculados con la peruanidad y el barroco, historia del feminismo, historia y derecho a la salud.
2
“La Lima de Joaquín Capelo: un arquetipo latinoamericano”. En R. M. Morse /J. Capelo. Lima en 1900. Lima: 1973. p. 17. Cit. por: Sobrevilla, David. “Las
Ideas en el Perú Contemporáneo”. En: Mejía Baca, Juan (ed.). Historia del Perú, Tomo XI. Lima: Mejía Baca.1981. p. 137.
3
La caracterización acerca de lo plomizo de la ciudad, la podemos apreciar en el siguiente parlamento:
“La ciudad bosteza bajo un cielo porfiadamente plomizo.
- Plomizo, no: grisáceo.
- Ya te salió el europeo, infeliz alienado. Gris significa en francés: borrachín, indeciso; grises son los parques de París en otoño. Gris se apellida un insigne
pintor cubista catalán. Rubén Darío gran europeísta, escribió una “Sinfonía en gris mayor”.
- Pero, en esa “Sinfonía en gris mayor” se alude al cielo como una lámina de plomo.
- Mira, plomo es un metal de nuestra entraña. Ser muy plomo significa en Chile ser muy pesado, como ser muy pluma quiere decir ser leve, gracioso,
ameno. Conque, repito, la ciudad bostezaba bajo un cielo porfiadamente plomizo. Y no me interrumpa si digo plomizo o plomo.”
Ver más en: Sánchez, Luis Alberto. Los Señores. Lima: Mosca Azul. 1983. p. 7 ss.
4
Cortez, David. “IX. Corrientes de pensamiento en la región andina entre 1930 y 1990”. En: Archila, Mauricio (ed.). Historia de América Andina Vol. 7:
Democracia, Desarrollo e Integración: Vicisitudes y Perspectivas (1930- 1990). Quito: Universidad Andina Simón Bolívar. 2013. p. 348

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Cornejo y el pueblo enfermo del Arguedas boliviano, ‘científicamente’ la cotidiana expresión acerca de la
implican respectivamente, un proyecto editorial y una melancolía de lo andino. Se puede percibir un cierto
frase discursiva con simbologías distintas, en cuanto resquemor de los pensadores peruanos a la sola
a la importancia y el sentido de lo que se quiere posibilidad de admisión de cualesquier enfermedad que
transmitir. Pero, además, está la irresoluta definición afectara el espíritu nacional. La melancolía, muestra
de su significado, viejas palabras, objetos nuevos, de añoranza y evocación de un pasado grandioso y
antiguas pertenencias, todo parece confluir en torno milenario – o por lo menos productivamente boyante,
al pueblo. Perviven en él, las definiciones de la época como en la figura recurrente de la Arcadia colonial -,
emancipadora, territoriales, patrióticas, conjunto se mostraba huidiza, irresuelta, recluida, y es que la
desagregado y a la vez sumado de propietarios, o labor de construcción del país no podía contaminarse
incluso vecinos. con ápice alguno de patología. Era necesario construir
un discurso científico de esa melancolía, para luego
Donde sí parece haber confluencia es en la alteridad
realizar un proceso de transferencia de los rasgos más
que se explora en las contribuciones. Ninguna de las
patológicos y desequilibrados de la misma, a la manera
dos alude a “la mejor parte y la más sana del pueblo”5,
de una clínica social liberadora, o mejor dicho, una clínica
las instituciones que conforman la tradición criolla
que buscaba desandinizar el sentido de lo nacional,
republicana no forman parte de este excurso por lo que
patologizando lo indígena. Veamos, a continuación, la
hubiere de patológico en el carácter nacional. Es decir,
descripción sobre el rol de la clínica en dicho proceso.
no hay en este período entregas que tengan como eje
central de la reflexión la patologización de lo indígena –
El diagnóstico psiquiátrico de ‘lo indígena’
lo que no obsta el abordaje periférico de dicha cuestión
-. Podemos mencionar el caso de Carlos Lisson, con Particularmente, creo que el aporte positivista acerca de
sus Breves apuntes sobre la sicología del Perú en la identidad de ‘lo peruano’ de inicios del siglo XX, elevó
1886 (1887), y sobre todo, La primera centuria: Causas las apreciaciones coloquiales, ya presentes a lo largo
geográficas, políticas y económicas que han detenido el
del siglo XIX, hasta la categoría de verdad científica,
progreso moral y material del Perú en el primer siglo de
realizando una operación decisiva: la pesquisa
su vida independiente (1919-1926; 4 vol.), obra escrita
psiquiátrica de la raza india – sobre la base del relato
por Pedro Dávalos y Lisson, quien refería que reinaba
de los cronistas de la conquista española del Imperio
un gran pesimismo en su época, pero no creía que el
de los incas.
Perú fuera un país enfermo, sino de cultura atrasada6.
Un detalle importante de este abordaje desde la clínica de
Muy por el contrario, ya por esta época, las referencias
‘lo peruano’, tiene que ver con una confusión nosológica.
psicológicas negativas sobre lo indígena comenzaban
Entre las enfermedades que – según los hechiceros
a expandirse desde el plano académico. La psicología
– eran comunes en el Perú del incanato, estaba la
de la feminidad y lo indígena podía ser expuesta como
waca macasca, que significa literalmente “atacado
sigue: “El salvajismo se halla retratado en su fisonomía,
por la huaca”, y es muy probable que se tratara de un
en su actitud, recelosa y huraña. No revela inteligencia,
desorden mental. La palabra ha sido traducida como
ni imaginación, ni razón, ni siquiera sentido común”7.
melancolía o locura, pero su significado no está claro, lo
La descripción de los Incas aludía a una “nación mismo sucede con varias enfermedades documentadas
dominada por un atavismo triste y profundo […] pueblo de ese mismo período. Y es que en la España del siglo
de niños envejecidos”, en palabras de Francisco García XVI, y en Europa en general, los desórdenes depresivos
Calderón8. severos no se dividían en subgrupos, sino que se les
denominaba con una sola palabra: melancolía9.
Un abordaje desde el espacio de las ideas sobre el
carácter del pueblo indígena en Bolivia, tuvo como No hay certeza de si en el antiguo Perú algunas
correlato en el Perú, una nosología clínica que clasificó condiciones maníacas se veían como parte de la

5
Funes op. cit., p. 26.
6
Ver más en: Sobrevilla, David. “Las Ideas en el Perú Contemporáneo”. En: Mejía Baca, Juan (ed.). Historia del Perú, Tomo XI. Lima: Mejía Baca.1981. pp.
134- 135; 151- 152.
7
Beingolea, Manuel. “Psicología de la mujer india” en Contemporáneos, año I, N.º 8, 28 de julio de 1909. p. 345. Cit. por: Flores Galindo, Alberto. “El hori-
zonte utópico”. En: DELER, J. P. et Y. Saint Geours (comp.) Estados y Naciones en los Andes: Hacia una historia comparativa: Bolivia- Colombia – Ecuador
– Perú. Vol. 2. Lima: IFEA/ IEP. 1986. p. 528
8
García Calderón, Francisco. “Le Pérou Contemporain”. París: Dujarrie et Cie. 1907. p. 357. Cit. por Flores Galindo…op. cit., p. 528
9
Ver más en: Elferink, Jan. “Desórdenes mentales entre los incas del Antiguo Perú”. Revista de Neuro-Psiquiatría. 63 (1-2). 2000. pp. 3- 18. p. 9

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enfermedad maníaco-depresiva, o si se les consideraba una operación pineliana, para cargar la enfermedad
que eran condiciones patológicas separadas, Elferink en la ‘mancha india’. Dicho colectivo, desvalorizado
estima que eran condiciones psicóticas severas que, ‘científicamente’ de un solo golpe, encarnó en adelante
en la mayoría de los casos, se describía como “loca la melancolía nacional, bajo el estatuto de clasificación
furiosa”. Agrega, el propio Elferink10. social que ostentaba el conocimiento psiquiátrico de la
época.
Pese al gran número de denominaciones
que el quechua moderno menciona para las La ‘liberación de los locos’ de fines del siglo XVIII en la
enfermedades, se registran pocas medicinas Francia revolucionaria, tuvo su émulo en el ‘secuestro
que las poblaciones indígenas usaban para melancólico’ de los indios de inicios del siglo XX,
tratar estas enfermedades. Esto es más en un Perú que quería preciarse de cosmopolita e
notorio porque los cronistas de la región azteca ilustrado. Fue esta una negación fundante de cualquier
prestaron gran atención a estos desórdenes. participación decisiva de la raza indígena peruana, en
A partir de ello podemos concluir que esto el progreso de la maquinaria social, por una sencilla
no se debe a que los españoles ignoraran razón: no era una raza vigorosa – o también, desde otra
que existiera información alguna. Más aun, perspectiva, no se había encontrado un ‘loco furioso’
Poma de Ayala da poca información sobre entre los incas -.
estas enfermedades, o usa términos que no
hemos podido traducir. Por otro lado, tanto Es destacable como desde lo cotidiano se comienza a
los cronistas españoles como Poma de Ayala expresar por aquella época este tipo de correlaciones
prestan mucha atención a los desórdenes entre lo clínico y el acontecer social. En una crónica
depresivos. periodística firmada en Juliaca y fechada en noviembre
de 1915, se hablaba de un inca loco que habitaba
La ansiedad y el temor estuvieron presentes en Vilcabamba, quien habría formado un ejército de
en el Antiguo Perú, como en otros lugares del 3000 hombres en Puno con el objeto de castigar a un
mundo, pero la forma en que se expresaban, inca espurio llamado Rumi Maqui12. La crónica social
con frecuencia en combinación con las busca expresar así lo que ya constituía una afianzada
enfermedades, fue probablemente tan rara búsqueda – un tanto ansiosa – por comprender lo
para los cronistas, que no se enteraron de indígena desde la clínica.
que algunas enfermedades eran físicas y no
somáticas. Calancha da una explicación. Dice La psiquiatrización de lo indígena tiene un personaje
que no ha encontrado ningún “loco furioso” en clave, el psiquiatra Hermilio Valdizán. Entre 1915 y
el Perú, y pensaba que esto podría deberse a 1925, Valdizán efectuó dos entregas centrales para
la naturaleza flemática de los indios. este cometido, “La alienación mental entre los primitivos
peruanos” (1915)13 y “La alienación mental en la raza
La ausencia de documentos escritos de tiempos de los india” (1925)14. Siendo que, en ambos casos, la base
incas, el hecho de que muchos informes de los cronistas del estudio era la enfermedad mental de los indígenas
fueron escritos bastante después de la conquista, y peruanos – sus manifestaciones históricas, casuística,
la relativa inexperiencia de los cronistas en temas etiología -. Valdizán, sobre todo para su segunda entrega,
médicos, hace difícil formular afirmaciones definitivas analizó casos clínicos de pacientes de raza indígena, en
sobre la prevalencia de desórdenes depresivos y de el novísimo Asilo Colonia de la Magdalena15.
otras enfermedades mentales entre los incas11.
El eminente psiquiatra peruano, en su primera entrega
Así, una melancolía difusa en su caracterización en la efectúa una constatación del conocimiento de los
pretérita dinámica social de los incas, fue actualizada antiguos peruanos acerca de los estados patológicos
y adscrita a ‘lo indígena’, y sirvió, a la manera de de orden psíquico, de la intoxicación alcohólica, de la

10
“Los cronistas dan una información notoriamente pequeña sobre algunos de estos desórdenes, y está referida a las condiciones asociadas con la ansie-
dad y el temor, la histeria y la insania:
“… la borrachera, la ira y la insania son muy similares. La naturaleza de las dos primeras, sin embargo, es que son voluntarias y cambiables, en tanto que
solo la última dura por toda la vida…”
Ver más en: Elferink…, op. cit. pp. 8 ss.
11
Op. cit. p. 15.
12
Ramos Zambrano, Augusto. Rumi Maqui. Puno. 1985. pp. 53- 54. Es el trabajo más importante y cuidadoso sobre el tema. Cit. por Flores Galindo… op.
cit., p. 535.
13
Tesis de H. Valdizán para optar el doctorado. Lima: UNMSM. 1915.
14
Publicado en la Revista Anales Fac. Med., 1925, 7. (pp. 145- 163).
15
Fundado en 1917, conocido hoy como Hospital Psiquiátrico “Víctor Larco Herrera”.

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frenastenia, de la “enfermedad del baile”, de la acción y de todas las fantasías de dominio, puede
estimulante de la coca, para citar solo algunos de los observarse en el indio, en algunos casos, la
aspectos relevados. Se señala en dicha entrega que tristeza enorme de la lamentación de la quena;
Los antiguos peruanos adoptaron, en el tratamiento algo de aquel gran dolor que, en la imponente
de la alienación mental, algunos recursos terapéuticos apacibilidad de la noche de sierra, expresa el
empleados en el tratamiento de otras enfermedades: la yaraví.
balneación, la sangría, la trepanación. Pero es evidente
El fondo depresivo, la parálisis histórica, el cotejo
que, siempre, la mayor energía terapéutica fue confiada
con civilizaciones similares, van asomando en las
a la acción, considerada como bienhechora, de los
apreciaciones clínicas de Valdizán - aun cuando
hechiceros16.
advierte que estas aluden a particularidades regionales
No obstante, el giro que adopta su indagación hacia la de indígenas con patologías mentales -. Sin embargo,
segunda entrega – la de 1925 – es más que notable. el planteamiento de la investigación estuvo pensado y
se ligó “estrechamente al porvenir de la nacionalidad”
De inicio, se hacía hincapié en el sufrimiento de la y a “altos sentimientos de humanidad y patriotismo”18.
raza india como víctima indefensa de la acción nociva Por ello es que Valdizán con esta entrega, sienta las
de muchos elementos hostiles, acaecidos desde la bases del carácter indio: sin unidad ideoafectiva, con
conquista española hasta el propio período republicano. una subconsciencia que vivencia con intensidad el
Hay, además, una preocupación por el temprano inicio pasado de la raza, de megalomanía incompleta en
de la locura del indio que es entendido como carente de comparación a otras razas, resignado a su destino. He
los recursos y aptitudes desarrollados por los niños de allí algunos rasgos descritos por la clínica. En palabras
otras razas, señalándose que: El indio es obligado al del psiquiatra19:
rudo trabajo muscular, a título de inicio de su personal
participación en el vivir miserable de la familia. Se Este fondo depresivo, este silencio de las
señalaba también que en los cuadros de agitación formas mentales ruidosas en las otras razas,
motivo de observación clínica, la raza india no exhibía ofrece singular analogía con el mismo fondo
la “motora aparatosidad” de la locura europea. La constatado por Tonini en los alienados egipcios
característica central de las apreciaciones clínicas de que tuvo oportunidad de visitar en el Asilo del
Valdizán se evidencia, cuando este sentenciaba17: Cairo. Analogía semejante es la ofrecida por
el destino de ambos pueblos: tanto en Egipto
Para quienes hemos hecho vida de asilo como en el Perú parece haberse llevado a
en Europa y hemos podido asistir a los cabo el mismo fenómeno de paralización de la
cuadros solemnes de la locura en sus graves obra colectiva ante la acción demoledora del
manifestaciones motoras; para quienes hemos elemento conquistador […] Puestas en brusco
observado de cerca al cuadro de motora contacto la civilización peruana y la española,
aparatosidad que ofrece en Europa la agitación en el momento de iniciarse la conquista, se
maníaca, por ejemplo, no deja de ser una cumplió la ley fatal que regula estos encuentros
sorpresa el aspecto relativamente benigno de de civilizaciones diversas y tuvo lugar la derrota
tal agitación entre nuestros alienados de raza inevitable del pueblo más débil, del menos
india. Nuestros grandes agitados pertenecen a armado, en el momento del encuentro. Pero la
las otras razas civilización peruana no se batió en retirada sino
que se rindió incondicionalmente. No fue ella
La depresión es nota dominante en el indio
haciéndose lenta y progresivamente más débil,
alienado y es tan íntima que aun hace
vida intensa en el mundo misterioso de la sino que ofreció el espectáculo del agotamiento
subconsciencia, allí donde viven en libertad brusco: hubo en el Perú, como hubo en Egipto,
todas las ansias de compensación generosa a una suspensión brusca, una verdadera parálisis
los dolores y a las dolorosas inferioridades de de la actividad colectiva. Y el proceso natural de
la vida. Aun en esa subconsciencia, misterioso la amalgama étnica se realizó con desmedro
albergue de todos los intentos de reivindicación exclusivo de la raza vencida.

16
Tesis de H. Valdizán para optar el doctorado. Capítulo IX: Conclusiones. Lima: UNMSM. 1915.
17
Valdizán, Hermilio. Anales Fac. Med., 1925, 7. (pp. 145- 163). pp. 146; 152; 157.
18
Valdizán, Hermilio… op. cit, p. 146.
19
Valdizán, Hermilio… op. cit, p. 158 ss.

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Barboza Tello M.

A partir de la conquista, el indio parece alejarse Los asertos de Valdizán han columbrado toda la
definitivamente de la obra colectiva y entregarse centuria del XX, creo que las interpretaciones libres
resignado a su destino, aceptando aquella han abundado, y se ha buscado hacer reposar las
participación vital que sus conquistadores encrucijadas de cada presente vivido en el alivio de una
quisieron ofrecerle. Pueblo esencialmente alteridad alienada, lejana, pueril, suspendida.
religioso, que buscó y halló en su religión las
energías necesarias para llevar a cabo sus Se olvida, a menudo, que el propio Valdizán también
expansiones territoriales, perdida esta fuente de afirmaba en 1925: Pudimos pensar, hace algunos años,
vigor, juzgándose abandonado de divinidades en la imposibilidad de incrementar nuestras modestas
que hasta ese entonces le llevaron camino cifras de población merced al beneficio de intensas
de la victoria, debió por fuerza resignarse a corrientes migratorias. Hoy en día debemos abandonar
su destino. Esta explicación, por mecanismo tales esperanzas y debemos volver la mirada hacia la
religioso, de la actitud de los peruanos explica raza aborigen, cuya incorporación a la actividad nacional
el hecho de la falta de cohesión de que (sic) representa un imperioso deber inaplazable22. Aun con la
dieron prueba en los aislados intentos de impronta del racismo científico de su tiempo – a menudo
rebeldía contra el conquistador y en la débil cargado de autoritarismo y prejuicio racial -, esta última
resistencia opuesta al paso del mismo. afirmación de Valdizán, implicó una reconexión con lo
indígena, que dejaría abierta la puerta para un encuentro
Cabe recordar que el tránsito del siglo XIX al siglo XX, fue y diálogo más fructífero, transcurrido un siglo después.
una época, en la que abundaban reflexiones como la de
José Ingenieros: Toda la cultura española, desde el siglo De resultas del diagnóstico de Valdizán, o mejor dicho,
XVI hasta el XX, puede simbolizarse en una frase: sobran de la lectura que se hizo de ese diagnóstico, hay dos
archivos y escasean laboratorios, por lo que no deja de palabras que por ser antípodas en el significado, están
tener cierta ironía que la ‘caracterización científica’ del a la base de lo que debe ser y de lo que debe alejarse
fondo depresivo común de la raza india, se haya hecho la nación: vigor y melancolía. Representando cada una
sobre la base de una exhaustiva etnografía documental de ellas la actividad y el obrar colectivo (el vigor), y el
de esos archivos, históricos primero, y clínicos, luego20. agotamiento brusco o la parálisis social (la melancolía).

Una vez constituida, los efectos de la melancolía También, por aquellos años, se puede apreciar en el área
indígena, trascendieron en mucho el ámbito científico, andina, una poética de la vanguardia escrita desde los
lo político, lo social, lo institucional, se nutrieron cada intersticios, fraccionada, que dialoga de manera intensa
vez más con esta construcción. Esto, al punto que la con la indigencia, lo fragmentado, la transgresión.
marca cultural de ‘lo peruano’ no podía estar asociada Exponentes de esta corriente son el boliviano Arturo
a ningún rasgo depresivo o triste. La obra poética de Borda con su obra El loco – escrita entre 1902 y 1923 -,
Vallejo – prolífica en los primeros decenios del siglo XX el ecuatoriano Pablo Palacio con Un hombre muerto a
- no fue ajena a dicho prejuicio en un período que se puntapiés y Débora (1927) y Vida del Ahorcado (1932), y,
extendió hasta la conmemoración del cincuentenario de el peruano Martín Adán con La casa de cartón (1928)23.
la muerte del vate peruano, en 1988. En palabras del Una advertencia literaria no menor sobre esta
poeta Gonzalo Espino21: caracterización acerca de lo indígena, lo constituye
La idea de un César Vallejo tristón, meditabundo Lima la horrible (1964) de Sebastián Salazar Bondy,
y pesadamente melancólico no solo obedece a quien acomete frontalmente contra el mito de la Arcadia
lo que en su poesía aparece como referente, colonial. La naturaleza y función de dicho mito son
sino y sobre todo, a una fuerte carga colonial rebatidos cuando Salazar Bondy afirma: Lima y los
-acaso desapercibida- que acompañó a la limeños vivimos saturados de pasado. Este nos ha sido
invención del poeta como un sujeto nostálgico impuesto por quienes creyeron desentrañar el enigma
y triste, semejante al indio. Así, la crítica lo de nuestro ser, acerca del cual, para fijarnos un destino,
imaginó provinciano, cholo e indio. preguntamos perplejos desde siempre. Se ha decidido

20
A modo de ejemplo, el archivo del “Hospicio de Insanos” de Lima, durante un período comprendido entre los años 1859 y 1917, es uno de los que fue
revisado por Valdizán en sus indagaciones.
21
Ver más en el siguiente enlace: http://gonzaloespino.blogspot.com/2014/03/el-pesimismo-en-la-poesia-de-cesar.html
22
H. Valdizán, op. cit. p. 162.
23
Moreano, Alejandro. “La literatura andina en el siglo XX”. En: ARCHILA, Mauricio (ed.). Historia de América Andina Vol. 7: Democracia, Desarrollo e
Integración: Vicisitudes y Perspectivas (1930- 1990). Quito: Universidad Andina Simón Bolívar. 2013. p. 411 ss.

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así que nuestra ciudad está impregnada de una como colonial. Melancolía y Arcadia afloran así, en su real
extraviada nostalgia24. Sentencioso el referido autor, a dimensión, y aparecen más unidas que nunca. Pero
lo largo de toda la obra, confronta lo indio y lo hispano, esta será una aseveración resistida, que confluye con
y resitúa el problema con lo antiguo en el corazón de la una progresiva dilución de la Arcadia como categoría
tradición criolla. Nos dice el autor25: explicativa. Con una Lima cada vez más trepidante y
transfigurada, en adelante la protagonista sería única y
La trampa de la Arcadia Colonial está en todos exclusivamente la tristeza andina.
los caminos. No es sencillo sortearla. Precisa
advertir que Lima no es, aunque insista en Hacia las décadas de 1960 y 1970, cincuenta años
serlo, el Perú, pero esto es cuestión aparte, después, el legado de Valdizán era ineludible para
pues los peruanos no hemos forjado todavía los afrontes de la clínica respecto del mundo antiguo.
ninguna imagen universal de nosotros mismos Rasgos peculiares del proceso de formación como
(Luis Loayza) y apenas somos capaces de nación de la sociedad peruana, eran el sustento, a decir
identificarnos a sí propios. No cabe la menor de los propios psiquiatras de las contribuciones acerca
duda, en cambio, que desde la capital se irradia del mestizaje, las migraciones, lo criollo, el folklore, las
a todo el país un lustre que desdichadamente desadaptaciones, las aculturaciones, entre otros tópicos
no es el del esclarecimiento […] La paz de estudio. En particular, se había acuñado como
conventual de Lima, que los viajeros del metalenguaje social ampliamente aceptado “la tristeza
XIX, y aun entrado el XX, celebraron como como rasgo esencial del mundo emocional indígena”26.
propicia a la meditación, resultó barrida por la
explosión demográfica, pero la mutación solo La psiquiatría de la década de 1970, desde el propio
fue cuantitativa y superficial. espacio clínico asumía, como su “sello distintivo”, como
su “fisonomía peculiar”, lo social. Se decía, “la nuestra
Tal parece, siguiendo a Salazar Bondy, que la melancolía es una psiquiatría comprometida, si no en lo que a
no estaba instalada en una inveterada subjetividad ideología concierne, sí en el estudio y valoración de la
andina, sino más bien, estuvo siempre impregnada en realidad peruana”.27
el mismísimo corazón de la Lima que siempre se añoró

24
Salazar Bondy, Sebastián. Lima la horrible. Lima. Vivas Artes. 1964. p. 13.
25
Op. cit., pp. 17; 18.
26
Para citar solo algunas de las publicaciones del período, tenemos: Consideraciones psicológicas y culturales en torno al síndrome psicosomático de des-
adaptación (1962); Hacia una clasificación de los síndromes psiquiátrico-culturales del Perú (1964); Tipos psicológicos en el habla popular. Contribución
al estudio del criollo (1964); Prácticas mágicas de diagnóstico y pronóstico en los indígenas peruanos (1967); Psiquiatría folklórica peruana. El curande-
rismo en la costa norte del Perú (1968); Psicoanálisis del vals peruano (1968); El síndrome del retorno (1969); La medicina popular en la enseñanza de la
medicina (1969); Epidemiología psiquiátrica de un distrito urbano de Lima (1969); Migración interna a la metrópoli (1970). Ver más en: Mariátegui, Javier.
“Ruta social de la psiquiatría peruana”. Acta psiquiat. Psicol. Amér. lat. Dic. 1972. Vol. 18 (06) p. 374.
27
Op. cit., p. 375

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