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Una de las cosas que más me gusta circulando en una moto es que
se trata de una acción completamente física. En el coche, vamos
sentados cómodamente en nuestro asiente y actuamos sobre
distintas partes del coche para así transmitirle lo que queremos que
haga: el volante para girar, los pedales para acelerar y frenar… No
tenemos problemas aerodinámicos, ni aparecen vibraciones en
nuestro cuerpo.
Sin embargo, la moto es algo así como una prolongación de
nosotros mismos. Aquello que hagamos o dejemos de hacer
encima de ella influirá de forma positiva o negativa en su
comportamiento. Cómo movamos los brazos, dónde carguemos el
peso, qué movimientos parasitarios le transmitamos a la moto hará
que notemos las cosas completamente diferente.
Aprovechando que en Circula Seguro tenemos un físico de
guardia, Jaume, y que además el nunca ha subido en una moto,
intentaremos explicarle qué es lo que hacemos encima de ella para
conseguir nuestro propósito y que él, posteriormente, nos responda
el porqué físico de ello. Alguna es evidente y los que andamos en
moto lo sabemos, pero seguro que se nos escapa algo de la teoría.
Comenzamos por lo más evidente. En parado, la moto no
permanece en pie por ella sola. Sin embargo, en cuanto alcanzamos
una determinada velocidad y con un poco de ayuda girando el
manillar, somos capaces de mantenernos derechos. Incluso a
mayor velocidad, ya no hace falta ni tocar el manillar ya que la moto
irá completamente recta. Incluso no hace falta que nosotros
estemos subidos a ella. Necesitamos una explicación por parte de
Jaume.