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Motivaciones. ¿Por qué son importantes las motivaciones? ¿Por qué hago lo que hago?
¿Qué me mueve hacer lo que hago? ¿Qué me mueve a trabajar en ANSPAC?
La pirámide de Maslow. Una teoría de las diferentes motivaciones que explica los actos
humanos.
Algo nos mueve. Somos pobres, necesitados. No tenemos todo lo que necesitamos.
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Una corrección de Maslow.
En las pirámides de Maslow que fueron ampliadas posteriormente por él mismo, son las
necesidades cognitivas y las necesidades estéticas.
El mismo. La idea de Auto-transcendencia. Algo más grande que mi YO. Ayudando los
demás. No hay como algo en mi bolsa. Y algo para Dios. Me relación con Dios y la vida
eterna. Experiencias religiosas.
Las necesidades cognitivas de las pirámides de Maslow, por otro lado, hablan de la
necesidad del orden y la búsqueda de la belleza externa para ensalzar el placer de la
observación. La gratificación de contemplar algo bello es una necesidad que también puede
motivar al ser humano para satisfacerse y lo podemos evidenciar en la necesidad de
observar el arte o la belleza en la naturaleza.
Diferentes motivaciones. Diferentes necesidades. Unos más básicos, que la persona tiene
que tener satisfecho. Y cuando son satisfechos, surgen otras necesidades, más altas en el
pirámide.
Una persona sin comida. Hay que satisfacer este necesidad. Complicado ir hablando de
Dios, y el amor, y la realización personal, y como crecer como persona. Necesita una torta.
Personas con necesidades – más simple ir a Dios, se transciende que personas con muchos
bienes materiales. Por todos sus bienes materiales, son como atrapados.
Y no es para juzgar los demás. No es para que yo me siento superior, porque tengo así estas
motivaciones más superiores. Esto es soberbia.
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Cuando veo una persona necesitada, voy a ayudarla. No criticar. Una señora que llega a
aquí por que necesita el amor, necesita amistades, necesita afirmación. Esto es lo que doy.
Necesidades sociales – está bien. Así somos. Una persona con baja auto-estima. No voy a
criticar. Voy a alabarla, porque esto es lo que se necesita. Si se regaña, se siente peor. No es
una forma de motivación.
Motivaciones – mixtas. A veces, hay varios cosas en juego. No somos siempre conscientes.
Qué fuerte. En una sola golpe, la realidad de Jesús. Su divinidad. El error de su vida. Pero,
la misericordia de Dios. Está persiguiendo Dios, y Dios no le aplasta. ¿Cómo? Experiencia
de Jesús, su amor, su misericordia. Fundamental en su vida.
Ef 2, 4-7: Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos
amó, precisamente cuando estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos
hizo revivir con Cristo –¡ustedes han sido salvados gratuitamente!– y con Cristo
Jesús nos resucitó y nos hizo reinar con él en el cielo. Así, Dios ha querido
demostrar a los tiempos futuros la inmensa riqueza de su gracia por el amor que
nos tiene en Cristo Jesús.
Por el gran amor con que nos amó. Aquí es un resumen. La experiencia del amor de Dios.
Gal 2, 19-20: Yo estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive
en mí: la vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios, que
me amó y se entregó por mí.
Su vida entregado a su amor. Su pasión dominante. Todo gira alrededor de este amor. Todo
se explica por este amor. Aquí es la motivación, LA MOTIVACIÓN. El motor de sus
acciones.
2 Cor 5, 14-15: Porque el amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno
solo murió por todos, entonces todos han muerto. Y él murió por todos, a fin de que
los que viven no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó
por ellos.
El amor de Cristo nos apremia. El amor de Cristo nos urge. Ejemplo de San Pablo. ¿Qué
era sus motivaciones???
Jesús murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos sin por
Jesús.
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No vivir por mi mismo. Egoísmo. .
Rm 5, 1-5: Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de
nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la
que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de
Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos
que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud
probada, la esperanza. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha
sido dado.
Evangelii Gaudium
En esta sección el Papá nos ofrece algunas motivaciones para hacer apostolado, en sus
palabras: Motivaciones para un renovado impulso misionero. Él quiere motivarnos para
entregarnos al apostolado con nuevo entusiasmo y alegría. Quiere llamar todos los fieles
salir a los rincones de la sociedad para llevar a todas las personas la Buena Nueva de
Jesucristo. Y en cuanto somos un Movimiento de Apostolado, creo que sus palabras en
particular son para nosotros.
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Motivaciones son importantes. Si dejamos de rezar como debemos, es por falta de
motivación. O si dejamos a trabajar con el entusiasmo en el apostolado, es porque no somos
motivados. Nos ganan otros intereses.
Después sentimos una tendencia de cortar algo de la oración. Una tentación de no dar tanto
a los demás en el apostolado. Cuidamos nosotros mismos un poco más. Vivimos con
menos entrega. Hay menos frutos. Sentimos menos entusiasmo. Somos menos motivados, y
es más difícil entregarnos 100 por 100. Entonces, damos menos. Hay menos frutos.
Trabajamos con menos entusiasmo. Experimentamos menos motivación. Entonces, damos
un poquito menos, etc. Y así vemos una espiral por abajo. Bajamos, bajamos, bajamos.
Examinar nuestro corazón. ¿Cómo está nuestro celo apostólico, y el impulso misionero?
Frío con Jesús, el celo apaga poco a poco. Si estamos con Jesús en la oración, Él va a
encender el fuego de su amor en nuestros corazones. Va a ser incontenible.
Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que se abren sin temor a la
acción del Espíritu Santo. Sin temor. ¿Por qué temor? Temor de Dios. Temor de
compromiso. Temor que Dios va a exigirnos, que va a pedirnos cosas que no queremos dar
o hacer. Quizás estamos muy cómodos dónde estemos. Cómodos, y el Espíritu Santo viene
para sacarnos de nuestra zona de confort. Rezamos por un nuevo Pentecostés. El Espíritu
Santo viene como viento y como fuego. Movernos. Purificarnos. Empujarnos a la misión,
una nueva evangelización.
Jesús quiere evangelizadores que anuncien la Buena Noticia no sólo con palabras sino
sobre todo con una vida que se ha transfigurado en la presencia de Dios. La
transfiguración. Una transformación desde dentro. Una transformación que Dios obra en
nosotros. Fruto de su acción y nuestro amor.
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“Al mismo tiempo, «se debe rechazar la tentación de una espiritualidad oculta e
individualista, que poco tiene que ver con las exigencias de la caridad y con la
lógica de la Encarnación». Existe el riesgo de que algunos momentos de oración se
conviertan en excusa para no entregar la vida en la misión,”
Sin esto, las tareas fácilmente se pierden su sentido. Todo vuelve más pesado y difícil, y no
tenemos la energía o las motivaciones para seguir adelante. El fervor se apaga.
El amor de Jesús que hemos recibido es la primera motivación. Dios nos amó primero.
¿Cuando fue la primera vez que fue tocado por Jesús, cuando había experimentado su amor,
su misericordia, su perdón? Recordar. Volver sobre experiencias fundamentales en su vida,
momentos claves en su conversión y su crecimiento.
La experiencia del amor, nos mueve amar. Nuestro amor es una reacción a su amor. Una
respuesta.
Dice el Papá,
El ejemplo de los primeros apóstoles. Aquí Natanael en el evangelio de Juan. Era amigo de
Felipe. Felipe había encontrado al Señor. Con alegría fue a su amigo para hablarle de Jesús.
Juan narra eso con los primeros apóstoles. Juan y Andrés fueron los primeros encontrarse
con Jesús. Andrés fue a su hermano Simon Pedro. Felipe fue a su amigo Natanael. Van
felices y entusiastas, alegres compartir lo que habían descubierto en Jesús.
Pedirle a Jesús que vuelva a cautivarnos. Abrir su corazón. Enamorarse de nuevo. Y en este
tiempo de Adviento, es un momento de contemplar su encarnación con nuevos ojos.
Jesús vino por amor. Un amor personal. Me amó a mí tanto que nació como bebé. En Belén
vemos tanta bondad y tanta humildad. Un bebe. Un bebe que no pudo defenderse, que
dependía en todo de María y José. Un Dios pequeño, en pañales, en un pesebre.
Tomarle en sus brazos. Eso puede ser su oración. Sentir su peso. Sentir su olor. Una abuela
de México, me decía que encantaba como huele los bebés, sus nietos, encantaba cuidar sus
nietos. De verdad no lo sé. No estoy de todo convencido, pero ella sí. Ver su nariz, sus
ojitos, su cara, una sonrisa. Todos estos recuerdos, memorias de ser mamá, se puede
incorporar en su contemplación del bebé Jesús.
Sus experiencias como mamás. Cierre sus ojos, toma el bebe Jesús en sus manos, y
maravillarse de él, de su amor, como acaba nacer por usted. Y dígale, cuánto quiere amarle,
y como va a amarle durante Adviento.
Los papas y sus fotos de sus bebes. Las abuelas – ¿quien no habla de sus nietos? Así, habla
del niño Jesús. Habla con todos, transmitir a todos su alegría, por ser amados y salvados por
él.
Abrirse para recibir este niño en el belén de su corazón. Construir allí su pesebre. Jesús está
conmigo. Mora en mi corazón. A veces se duerme. A veces me ve. No puede decir ninguna
palabra, pero yo platico con él. O yo le miro con amor. Así es mi oración. Sencilla.
Simplemente estar amando el Amado.
Diariamente necesitamos tiempo con Jesús, tiempo solos, tiempo sagrado, cara a cara y
corazón a corazón. Porque olvidamos. Metimos en muchas cosas. Es fácil perder el camino,
distraernos de lo que es más esencial en la vida. Tantas cosas y actividades. Olvidamos
hacer lo esencial.
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somos depositarios de un bien que humaniza, que ayuda a llevar una vida nueva.
No hay nada mejor para transmitir a los demás.
El Evangelio es otro bien, otro regalo de Dios que tenemos. El Papá nos exhorta detenernos
en sus páginas y leerlo con el corazón. Mente y corazón. Conocerlo y estudiarlo, para
enamorarse de su belleza.
Leerlo con el corazón. Leerlo una y otra vez. Requiere tiempo. No es una novela para leer
rápidamente. Requiere tiempo penetrar el texto, y más tiempo para que el texto penetra
nuestro corazón.