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Trabajo practico Quien es el ISRAEL DE DIOS

Alumno Marcelo Mariani


Gálatas 6:16 Y todos los que anduvieren conforme á esta regla, paz sobre ellos, y misericordia, y sobre el Israel de Dios.

Cuando se refiere a andar por “esta regla” significa andar por la regla de la nueva creación, por Cristo mismo y no por la
ley.
2Co 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas. Y en relación con el versículo Gálatas 6:15

Los cristianos no siempre son vistos en la Palabra solamente como el Cuerpo de Cristo unidos a Él; si bien, naturalmente,
toda persona que ha sido sellada con el Espíritu está, de hecho, unido a Cristo como Su cuerpo. Ellos son también vistos
de otras maneras. Gálatas 6:16 constituye un ejemplo de esto:
Ahora bien Gálatas 6:16. ¿Este texto muestra que nosotros, creyentes de entre los gentiles, seamos ahora “el Israel de
Dios”? ¿Qué es lo que realmente quiere decir?
El versículo claramente indica dos clases: una clase general constituida por los santos que andan como cristianos según
la regla de la nueva creación en Cristo, y la otra constituida por aquellos israelitas que recibieron a Cristo como Salvador
y fueron bautizados en un cuerpo (donde no hay judío ni griego, sino que todos son uno en Él), los que, por
consecuencia, son designados como “el Israel de Dios”
“El apóstol no tiene la costumbre de llamar a la iglesia, constituida de judíos y de gentiles, Israel. Israel es usada once
veces en la epístola a los Romanos, pero en cada ocasión en que aparece, se refiere al propio Israel; y así también el
término ισραηλιτη (israelitas) en toda otra porción del Nuevo Testamento. En el Apocalipsis, los 144.000 sellados de
Israel están en contraste con la “gran multitud, la cual nadie podía contar” de entre las naciones gentiles o razas no
israelitas (Apocalipsis 7:9). El “verdadero israelita” es también uno de sangre (Juan 1:47, compárese con 1.ª Corintios
10:18). El término ὅσοι (“cuantos”) al comienzo de Gálatas 6:16, no necesariamente son creyentes gentiles como tales, y
en oposición a creyentes judíos, sino el entero número que anda conforme a esta regla; mientras que Pablo define entre
ellos a una cierta clase específica a quienes su corazón se vuelve con instintiva ternura: “el Israel de Dios”. La distinción
que hace Jatho es infundada, en cuanto a que uno de los grupos está formado por aquellos que, advertidos por esta
epístola, deben renunciar a su error y andar conforme a esta regla; y el otro grupo, formado por aquellos que han
sostenido uniformemente la sagrada doctrina del Evangelio. Puede que se diga que, por un lado, el apóstol ha estado
probando que el judío, como judío, no tiene ningún privilegio sobre los gentiles, que tanto judíos como gentiles están
sobre el mismo plano de igualdad, de modo que tanto creyentes judíos como gentiles pueden ser llamados, por
consecuencia, Israel. A este argumento contestamos, sin embargo, que el apóstol nunca, en ningún lugar, usa el nombre
Israel de esta manera, nunca asigna el nombre de la antigua y grande teocracia a nadie excepto al pueblo escogido.”

Además, la verdad es que en todo el Nuevo Testamento, Israel quiere decir, siempre y en todos los casos, Israel y nunca
significa la iglesia. La teología impone por la fuerza sobre la palabra “Israel” el significado de “iglesia”, y luego recién
dice: «fijaos que hay pruebas de que la iglesia es Israel y que fue tema de las profecías del Antiguo Testamento».

La manera en que la iglesia es transmutada en el Israel de Dios en este pasaje, tiene lugar mediante la siguiente
traducción de καὶ (“y”) —el cual precede a la expresión ἐπὶ τὸν Ἰσραὴλ τοῦ θεοῦ (“sobre el Israel de Dios”—: “aún (καὶ)
el Israel de Dios” (o directamente eliminan el “y”, el cual testifica en su contra). John Eadie plantea si es posible que el
“y” καὶ, en vez de tener el usual sentido de conjunción entre dos nombres o proposiciones —a los cuales distinguiría—,
pudiera entenderse como una palabra que liga un nombre o proposición con su explicación (es decir, si el “y”, en vez de
conectivo, pudiese ser explicativo haciendo así que la expresión “el Israel de Dios” constituya, no una entidad separada
por la conjunción, sino una explicación de “todos los que andan conforme a esta regla”, permitiendo así amalgamar a la
Iglesia con Israel). Él concluye diciendo que no existe otro ejemplo tan peculiarmente distintivo como Gálatas 6:16
entendido en su sentido usual de conectivo.

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