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El Código Chavin

…el legado de nuestra memoria ancestral.

Por: David Chaupis Meza.

"Algún día debe ser posible escribir una especie de gramática del arte de Chavín que
ofrecería una explicación completa de las convenciones (patrones) y kennings (signos)
aún de los dibujos tardíos más complejos”. John Rowe (1973).

Hace 1500 a.C. la cultura Chavin fue constituida como el centro de los centros
ceremoniales (de la palabra runasimi: Chaupin), en lo que hoy se conoce como Chavin
de Huantar. Donde se esculpieron los símbolos que describen su arte iconográfico, las
antiguas artes visuales que codifican nuestra memoria cultural.

Tales manifestaciones simbólicas (la iconografía arqueológica) presentes a modo de


escultura lítica en Chavin que, según Tello (1960), la piedra no fue solo usada para
construir sino también para conservar la historia de las actividades (tanto físicas como
mentales) y, siendo así, la escultura serviría como medio para garantizar la fidelidad de
sus ideas. Estos signos representarían la arquitectura mental de un contexto cultural
reconocidos como arquetipos (Sotirova-Kohli M. et. al., 2011).

Entonces: ¿Cuál fue el propósito creativo detrás de las mentes (o “la mente”)
desarrolladoras del Código Chavín y, de tal modo, cómo decodificar dichos arquetipos
iconográficos? Para Sotirova-Kohli los arquetipos están representados por sueños,
mitos, fábulas, simbolismos, etc. Lo que para C. G. Jung era la comunicación del
inconsciente humano como patrones ancestrales de ideas universales.

Tal parece ser, que la respuesta viene desde la arqueología cognitiva y la ruta
interpretativa sería la semántica adscrita en el lenguaje simbólico de los arquetipos.
Dicho significado es el mecanismo de comunicación o transmisión de una memoria
cultural (o trans-generacional).
Los rituales ceremoniales en el antiguo Chavin fueron plasmados en su arte lítico,
actividad que fue influenciada por una visión psicotrópica dado por el uso de “plantas
sagradas”; por tal motivo, la razón artística exponía una intención mágico-religiosa de
importancia política-científica.

De la misma manera que en el centro ceremonial de Los Delfos (de la antigua Grecia,
548 a.C.-300 d.C.), ambos centros eran antiguos espacios de inspiración para el espíritu
(o energía anímica) y el alma (o energía mental). Así pues, tanto el oráculo griego como
el andino, se debieron a un influjo psicotrópico, el mismo que codificaría la expresión
de sus visiones en su arte.

En muchas culturas del antiguo Perú el wachuma, más conocido como San Pedro, fue
el principal componente psicotrópico usado en los rituales. Su rol de este cactus era,
según su etimología runasimi: waqcha (la ausencia de) y -uma (cabeza), es decir, la
decapitación egóica que todo iniciado debería padecer (“el grado de
despersonalización”), cuyas cabezas clavas representarían la renuncia que todo
iniciado experimentaba antes de ingresar al templo. En este proceso de conversión de
iniciado a sacerdote, el wachuma, sería el agente catalizador o intermediario para
alcanzar semejante transformación.

Por tal motivo, este estudio se fundamenta en comprender la dinámica del


inconsciente colectivo a través de los arquetipos iconográficos del Código Chavin,
basado en su arte como en el ritual ceremonial con el wachuma, cuyo lenguaje
heredado aún en nuestros tiempos decodificarían la psicología de una memoria
ancestral.

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