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EL PODER DEL SERVICIO A DIOS

GENESIS 18:1-14
Los que tienen corazón de servicio, son visitados por Dios
I. TRES OBSTÁCULOS QUE PUDIERON EVITAR SU SERVICIO
A. OSTÁCULO: LA HORA V. 1-era la una de la tarde
B. LA EDAD 17:24- tenía 99 años 18:2 Salió corriendo
C. LA CIRCUNCISIÓN 17:24
Para los que anhelamos servir a Dios no habrá nada que los impida
Muchos se molestan cuando pasan tiempo en la iglesia los jóvenes, que sirvan
Porque cuando se quiere servir nada y nadie lo puede impedir
II. LA MANERA COMO SIRVIO ABRHAM A DIOS
No es solo servir, sino como lo sirvo
A. SIN CONDICIONES-a pesar de la hora
B. SIN ESPERAR NADA A CAMBIO-
C. CON AMOR
D. CON PRONTITUD V. 2, 6, 7
E. SIRVIÓ CON CALIDAD
F. SIRVIÓ CON ABUNDANCIA V. 6
Los que tienen el Espíritu servicio están en el corazón de Dios
Los que tienen el espíritu de servicio son visitados por Dios
III. FRUTOS QUE TRAE EL SERVICIO 18:9-14
A. LAS BENDICIONES CORREN HACIA LOS QUE SIRVEN-el corrió para servir
Cuando tienes un corazón servidor las bendiciones te van a buscar
Abraham no haya provoca-do el encuentro.
B. LAS COSAS QUE HUMANAMENTE NO SE PUEDEN, POR TU CORAZÓN
SERVIDOR DIOS LO VA HACER 18:14.
No sé qué milagro estás esperando pero por tu corazón servidor Dios lo
va hacer,
Abraham y Sara eran viejitos que humanamente no se podían, pero Dios
lo hizo por su corazón servidor.
APRENDIÓ BIEN DE SU BUENA MAESTRA

Cuando yo era capellán del ejército atendí a un soldado moribundo, al cual yo conocía, y le pregunté si quería enviar
a su madre algún mensaje conmigo. Me contestó: “Sí. Por favor dígale que muero con toda felicidad”. Le pregunté
otra vez si quería algo más, y me dijo: “Sí. Escriba usted, por favor, a mi maestra de la escuela dominical y dígale que
muero con toda felicidad.” Le pregunté otra vez si quería algo más, y me dijo: “Sí. Escriba usted, por favor, a mi
maestra de la escuela dominical y dígale que muero como cristiano, fiel a Cristo; y que nunca olvidé las buenas
enseñanzas que ella me dio”. Yo conocía a esa maestra; y le escribí. Pocas semanas después me contestó:”...¡Que
Dios me perdone! ¡Que Dios me perdone! Pues hace un mes renuncié a mi cargo de maestra de escuela dominical,
porque yo pensaba que mi trabajo con esos niños no servía ni valía para nada... e impulsada por mi cobarde corazón,
y por falta de fe, abandoné a mis alumnos... y ahora recibo la carta de usted en la que me dice que mi enseñanza fue
un medio para ganar un alma para Cristo...

¡Estoy decidida a trabajar otra vez en el nombre de Cristo, y le seré fiel hasta el fin de mi vida!

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