Professional Documents
Culture Documents
Nos
encontramos en el siglo II a.C. un siglo marcado por la ausencia de
abundantes fuentes literarias, al igual que pasará en el periodo tardo
republicano de crisis en Roma. Anterior a este momento se suceden
grandes acontecimientos tanto a nivel mundial como en la Roma
republicana. En concreto, Roma conquista Macedonia e Hispania,
oponiendo gran resistencia ésta última a través del pueblo lusitano, con
Viriato al frente. También, poco antes del fin de la etapa media de la
república, en el año 136 a.C. se produce la rebelión de los esclavos que
supondrá junto con la decadencia económica y los conflictos sociales la
entrada en una nueva etapa para Roma. Estos conflictos internos y
externos, aunque no derivarán en una revolución, sí que harán entrar en
crisis a la Roma republicana en el 133 a.C.
Esta ley Sempronia tuvo una difícil implantación ya que Tiberio Graco a
pesar de aprobarla no encontró fácilmente financiación. Con la muerte del
rey Átalo III y al dejar todo su legado territorial y económico a Roma,
Graco recibió una herencia muy necesitada. Se desconocen las cifras
exactas de la repercusión de la ley Sempronia por la ausencia de fuentes
literarias pero se sabe que el censo ascendió considerablemente y con él,
el número de ciudadanos dispuestos a servir en las legiones (pilar
fundamental de la sociedad).
Una de las primeras leyes propuestas por Cayo Graco fue la lex de
abactis, según la cual un magistrado no podía acceder a ningún cargo
público si había sido destituido antes. También destaca la llamada lex de
capite civis, que representaba una respuesta política y jurídica contra la
represión que había seguido al asesinato de Tiberio Graco. Esta ley sería
objeto de debate durante todo el periodo tardorrepublicano. Otra de las
leyes más importantes de Cayo Graco fue la lex frementaria, que consistía
en un método de regulación del aprovisionamiento de trigo. En esta línea
de reformas destacan las leyes para el orden judicial (lex iudiciaria) y el
ejército (lex militaris).
Estas leyes tan sólo son ejemplos de la profunda reforma social, política y
económica que llevo a cabo Cayo Graco que, lejos de ser una revolución,
devolvieron a Roma su estructura de ciudad-estado tradicional que
pretendía alejarse de lo que poco a poco se iba convirtiendo, en un imperio.
Como conclusión podemos afirmar que el periodo de los Graco marcó los
temas que serían objeto de debate durante el resto de la república e
introdujo la violencia como elemento de distorsión, que se convirtió en el
instrumento fundamental de la acción política posterior.
Ascensión al poder de Cayo Mario
Aunque la guerra con Hispania había finalizado en el 133, a partir del año
114, el Estado romano y su ejército tuvieron diversos enfrentamientos con
celtíberos y lusitanos, lo que causó miles de bajas en las filas de los
indígenas hispanos. El conflicto terminó en el año 93, anexionándose
Roma también las Islas Baleares.
Debe ser considerada en última instancia como una guerra civil, ya que
quienes se enfrentan entre sí habían sido hasta entonces compañeros de
armas y habían compartido los mismos jefes militares y las mismas
tácticas. Era la primera vez desde el final de la guerra anibálica que un
conflicto bélico se desarrollaba en la península Itálica. También algunas
ciudades pertenecientes a los territorios rebeldes prefirieron mantenerse al
margen del conflicto. Sólo una parte de los itálicos se rebelaron contra
Roma.
Uno de los puntos clave del conflicto fue la falta de decisión de etruscos y
umbros de alzarse asimismo contra el Estado romano. Desde el inicio del
conflicto existieron dos frentes de guerra bien definidos, el septentrional y
el meridional, organizados en torno a los dos pueblos más fuertes y
decididos, marsos y samnitas respectivamente. Fueron elegidos dos
cónsules como jefes militares supremos, Popedio Silón y Papio Mutilo.
Sila
entrando en Roma en el 82 a.C.
Cuando se instauró la dictadura de Sila, este introdujo numerosas reformas
de diferente índole incluso pretendió acabar con la República romana.
Durante estos años Roma vivía en constante guerra, lo que produjo
fracturas en el seno de la sociedad romana que tardaría mucho tiempo en
cerrarse.
Las guerras civiles produjeron de una manera u otra que Sila destituyera
a Sertorio, organizando éste su ejército para recorrer el territorio, fue
cuando a Pompeyo y Cecilio se les encomendó la tarea de acabar con él.
Terminando esto satisfactoriamente, la paz de a Dárdanos no se le
reconoció validez alguna debido a las exploraciones romanas que se
producían en esos territorios. Con la muerte del rey de Bitinia, Mitrídates
comienza la invasión de dicho territorio. El senado lo recuperó y
Mitrídates se refugió en Armenia comenzando la invasión de Capadocia y
junto con él Ponto. Pompeyo mediante un mando extraordinario intentó
solucionarlo.
Por otra parte la piratería era un gran problema. Tras mucho tiempo con
este problema en el Mediterráneo oriental, los romanos e itálicos se
quejaron por el aumento desmesurado de piratería. Marco Antonio fue el
encargado de intentar resolver esta situación, pero éste fracasó por lo que
este problema pasó a manos de Pompeyo.