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A cien años de
la Revolución
Rusa
Nuestra Historia
Revista de Historia de la FIM
ISSN: 2529-9808
Usted es libre de:
ȘȘ Copiar, distribuir y comunicar públicamente esta obra.
Número
Lenin 2122
Antonio J. Antón Fernández 43
Nuestros Documentos
Presentación
Josep Fontana 143
Autora Invitada
Exonerando a los fascistas en la Europa del Este
Kristen R. Ghodsee 149
Lecturas
1917. La Revolución rusa cien años después, de Juan
Andrade y Fernando Hernández Sánchez
Alejandro Andreassi Cieri 168
Encuentros
«Des de la capital de la República. Noves perspectives
i estudis sobre la Guerra Civil espanyola»
Aurelio Martí Bataller 204
Memoria
La privatización de la memoria en España
y sus consecuencias
Ricard Vinyes 213
In Memoriam
Antoni Doménech
Sección de Historia de la FIM 240
Número 4
Consejo de Redacción de Nuestra Historia
Más allá de las obras voluminosas, se que quizá se haya dado una cierta despro-
han organizado interesantes congresos, porción no deseada entre la cantidad de li-
encuentros, debates y ciclos de conferen- bros publicados y la escasa repercusión que
cias; se ha incrementado (aunque da la sen- (a día de hoy) el centenario ha tenido en el
sación que solo ligeramente) la publicación debate público. Ello nos ha privado de la ri-
de artículos de investigación en revistas es- queza y las posibilidades que siempre entra-
pecializadas; y no han faltado (aunque muy ña sacar la discusión sobre la historia fuera
minimizadas y eclipsadas por la atención a de los herméticos ámbitos historiográficos:
la crisis territorial) las reseñas y reflexio- del aprendizaje que genera la apertura de
nes en revistas de divulgación y prensa de espacios sociales y cívicos amplios donde
distinto tipo. A este respecto cabe pensar discutir colectivamente sobre las experien-
cias del pasado. Pero ello también nos ha
Amin, La Revolución de Octubre cien años después, Barcelona, salvado, en parte, de tener que escuchar, en
El Viejo Topo, 2017; Juan Andrade y Fernando Hernández versión concentrada e intensificada, la mis-
Sánchez (Eds), 1917, La Revolución rusa cien años después,
ma retahíla de tópicos que desde la Guerra
Madrid, Akal, 2017; Julián Casanova, La venganza de los
siervos. Rusia 1917, Barcelona, Crítica, 2017; Miguel Del Rey Fría a hoy (como si el Muro de Berlín no se
y Carlos Canales, Tormenta Roja. La Revolución Rusa 1917- hubiera caído) se vienen escuchando al res-
1922, Madrid, Edaf, 2016; Juan Eslava Galán, La Revolución pecto de la revolución soviética en muchas
rusa contada para escépticos, Barcelona, Planeta, 2017; José
tribunas. Por desgracia se han oído pocas
M. Faraldo, La Revolución rusa: Historia y memoria, Madrid,
Alianza, 2017; Neil Faulkner, La Revolución Rusa. Historia voces, por suerte no ha habido demasiado
del Pueblo, Barcelona, Pasado y Presente, 2017; Francisco ruido.
Fernández Buey, 1917. Variaciones sobre la Revolución de En buena parte de lo que se ha publica-
Octubre, su historia y sus consecuencias, Barcelona, El Viejo
do perviven los tres relatos más fácilmen-
Topo, 2017; Orlando Figes, La Revolución rusa 1981-1924.
La tragedia de un pueblo, Barcelona, Edhasa, 2017; Josep te identificables sobre la Revolución Rusa,
Fontana, El siglo de la revolución. Una historia del mundo de aunque sea en las versiones algo más so-
1914 a 2017, Barcelona, Crítica, 2017; James Harris, El gran fisticadas a que da lugar el uso de fuentes
miedo. Una nueva interpretación del terror en la Revolución
y bibliografía. Su incidencia se ha dado en
Rusa, Barcelona, Crítica, 2017; Christofer Hill, La Revolución
Rusa, Madrid, Ariel, 2017; María Teresa Largo Alonso, La el siguiente orden ascendente. Algo, muy
Revolución Rusa. La fábrica de una nueva sociedad, Madrid, poco, ha quedado del viejo relato épico y
La Catarata, 2017; Christian Laval y Pierre Dardot, La encomiástico de la revolución y del régi-
sombra de Octubre (1917-2017), Madrid, Gedisa, 2017;
men surgido de ella; un relato que, cons-
Antonio Liz, El cielo por asalto: la Revolución Rusa (1905-
1917), Madrid, Espuela de Plata, 2017; Sean McMeekin, truido desde la propaganda oficial de Mos-
Nueva historia de la Revolución Rusa, Madrid, Taurus, 2017; cú, penetró con muchísimas limitaciones
Catherine Merridale, El tren de Lenin. Los orígenes de la (ninguna según los propagandistas con-
revolución rusa, Barcelona, Crítica, 2017; China Miéville,
trarios) en la historiografía de los países
Octubre. La historia de la Revolución rusa, Madrid, Akal,
2017; Mira Milosevich, Breve historia de la Revolución no socialistas. Más sonoros son los ecos
rusa, Madrid, Galaxia-Gutemberg, 2017; Richard Pipes, La de aquel relato según el cual la Revolución
Revolución Rusa, Madrid, Debate, 2016; Helen Rappaport, Rusa fue un acontecimiento emancipador
Atrapados en la Revolución Rusa, Madrid, Palabra, 2017;
extraordinario enseguida truncado por la
Carlos Taibo, Anarquismo y revolución en Rusia (1917-
1921), Madrid, La Catarata, 2017; Julián Vadillo, Por el pan, traición de algunos de sus protagonistas.
la tierra y la libertad. El anarquismo en la Revolución rusa, Pero de los tres, el que sin duda más abunda
Madrid, Volapük, 2017; Francisco Veiga, Pablo Martín y en la publicaciones del centenario es el vie-
Juan Sánchez Monroe, Entre dos revoluciones. Revoluciones
jo relato negro y moralizante, lineal y pre-
y contrarevoluciones en Rusia (1905-1917) y Guerra en
Eurasia, Madrid, Alianza, 2017; Rex A. Wade, 1917. La sentista, que solo ha visto en aquel proceso
Revolución Rusa, Madrid, Esferalibros, 2017. el simple despliegue de un proyecto brutal
más clásico, una trasformación radical de esa nueva forma de articular las emociones
la sociedad, un cambio de modo de produc- políticas, a esa revolución del pensamien-
ción o la destrucción de un viejo orden y la to, se refiere el artículo de Olga Novikova.
construcción de otro nuevo. Sin embargo, Las analiza a partir de casos concretos de
la imagen de la Revolución Rusa ha queda- militantes, creadores e intelectuales de las
do limitada en muchos casos a uno de sus distintas familias políticas de la revolución,
momentos, al momento del «asalto al po- anónimos y conocidos, como Anatolii Go-
der político por medio de una insurrección rélik, Nadezha Ulanóvskaia, I. Grossman-
armada». El problema es que la dimensión Roschin, Alexander Bogdanov, Alexander
insurreccional, levantisca y conspirativa Lozovsky o Petr Stuchka. También a partir
que sin duda tuvo la Revolución Rusa (vi- de la rica e influyente experiencia de las
sible en las movilizaciones de finales de mujeres en el Departamento Femenino
febrero y sobre todo en el asalto al Palacio (Zhenotdel). Finalmente, expone los tes-
de Invierno de octubre) ha venido a eclipsar timonios dejados posteriormente por los
el más interesante y determinante proceso «hijos de la Gran Revolución Rusa», por
de politización y radicalización democrá- aquella generación bisagra entre el asalto
tica de los sectores populares, sin el cual al Palacio de Invierno y la era conservadora
no hubiera sido posible ni la ocupación del de estabilización brehneviana, una genera-
poder político ni su preservación. Enten- ción que también conoció el terror sufrido
der la revolución consiste en adentrarse y provocado por la revolución.
a nivel micro en el abigarrado proceso de Si se desciende a nivel social resulta difí-
experimentación social acometido por la cilmente sostenible una idea que ha venido
gente común, un proceso que se desarrolló ocupando importantes posiciones no solo
especialmente hasta el estallido de la Gue- mediáticas sino también historiográficas,
rra Civil y donde se dieron nuevas formas aquella que plantea que la verdadera revo-
de concebir la producción, la distribución, lución fue la de febrero y que la insurrec-
los intercambios y el consumo, pero tam- ción bolchevique de octubre no fue sino
bién la cultura, el arte, las relaciones inter- un mero golpe de Estado perpetrado por
personales y la vida misma. En esa experi- una exigua minoría prácticamente ajena a
mentación se fraguó un fuerte sentimiento esta, cuyo objetivo no sería otro que el de la
de empoderamiento y autoconfianza, se construcción de un estado totalitario frente
solidificaron vínculos comunitarios, se in- a un proceso de cambio de cariz liberal-de-
tensificaron y renovaron las emociones, se mocrático, si acaso socializante, acometido
desató el entusiasmo y se amplió el hori- por un gobierno legitimado. En esta visión
zonte intelectual y creativo de los sectores hay al menos dos cosas cuestionables. La
populares [2]. A esas nuevas sensibilidades, a primera es concebir las medidas del gobier-
no provisional como si procedieran de un
2.– Algunos trabajos muy distintos e interesantes al programa positivo del propio gobierno. Por
respecto pueden ser: sobre la implicación de las mujeres
el contrario parece más plausible pensar —a
Wendy. Z. Goldman, Women, the State and Revolution:
Soviet Family Policy and Social Life, 1917-1936, Cambridge, tenor de esta experiencia concreta y de las
University Press, 1993; sobre arte Rosa Ferré, «En el dinámicas habituales de otros procesos re-
frente revolucionario del arte. Creación y Experimento volucionarios con gobiernos provisionales
en la primera cultura soviética», en J. Andrade y Fernando
Hernández Sánchez (eds), La Revolución rusa 100 años
después, pp. 153-1981; y como perspectiva general los al español, de S. A. Smith, Russia in revolution. An empire
capítulos al respecto del interesante libro, no traducido in crisis, 1890-1928, Oxford, Oxford University Press, 2017.
débiles— que fueron más bien el resultado hegemónicas entre una amplia base social a
de una cesión o un ajuste con las deman- lo largo de los meses siguientes. La revolu-
das sociales canalizadas a través de los re- ción de octubre marcó la definitiva orienta-
presentantes de los soviets, si acaso no la ción socialista del proceso, pero no porque
sanción legal a posteriori de hechos consu- los bolcheviques tuvieran la voluntad de
mados. En este sentido, conviene tener en construir en esos momentos el socialismo
cuenta, por ejemplo, que antes de que el go- en Rusia o dispusieran siquiera del esbozo
bierno aprobara la amnistía política el 19 de de un programa para hacerlo, sino porque el
marzo muchos presos ya habían sido libe- golpe fue concebido para que sirviera como
rados por obreros y soldados [3]. La segunda detonante de una revolución mundial que
idea cuestionable es suponer que los pro- vendría a generar las condiciones para ello.
cesos revolucionarios en general pueden Si esa expectativa, o prospectiva teórica, se
imponerse simplemente por medios pura- frustró con la derrota de los levantamien-
mente coactivos sin una base social amplia tos revolucionarios en Centroeuropa a co-
o que esta puede ser modelada y abducida mienzo de los años 20, no lo hizo la apues-
discursivamente por un grupo de intelec- ta leninista previa de reconvertir la guerra
tuales audaces y oportunistas. Semejantes imperialista entre Estados en una guerra de
explicaciones reproducen una concepción clases que arrancase del eslabón más débil,
demasiado conspirativa, elitista, paterna- de la periferia del capitalismo, de una Rusia
lista e idealista de la acción social [4]. que había experimentado un peculiar pro-
La Revolución de octubre fue el resul- ceso de desarrollo desigual y combinado.
tado de la coincidencia de una tendencia Como explica Samir Amin, eso convierte a
radical e insurreccional cada vez más ex- Lenin y a otros intelectuales del ala izquier-
tendida entre amplios sectores populares da y antibelicista de la Segunda Internacio-
movilizados con la directriz de un partido, nal en los primeros en pensar la revolución
el bolchevique, que desde hacía tiempo ha- en términos geopolíticos [6].
bía penetrado en ellos [5]. No fue como ha Sobre el pensamiento de Lenin trata el
planteado la historia oficial del comunismo artículo de Antonio J. Antón. Lo analiza por
la consecuencia lógica y más coherente del medio de paralelismos muy sugerentes con
proceso revolucionario desatado en febrero, una actividad habitual en la vida privada
pero sí un acontecimiento que, imprimien- del revolucionario ruso, el montañismo,
do un giro fundamental al curso del pro- que solía desarrollar en compañía durante
ceso, conectaba con tendencias presentes sus años de exilio [7]. Un valor de este tex-
desde primera hora que fueron haciéndose to es que aborda algunos conceptos bási-
cos del pensamiento de Lenin a partir de
3.– Sobre las traslación de iniciativas de la sociedad al un análisis semántico que trata de afinar
gobierno a través del soviet y el intento de acompasamiento
en los significados, rara vez unívocos, que
del gobierno a la dinámica social, Ch. Miéville, Octubre, pp.
57-61 y 75-83. estos tuvieron en su contexto, una tarea
4.– Esta perspectiva ha venido cobrando fuerza a partir de fiable en alguien que además de filósofo se
la magna obra de R. Pipes, La Revolución Rusa. dedica a la traducción. Lo hace subrayando
5.– Para ver este proceso de influencia creciente de los
bolcheviques entre los sectores sociales más actives 6.– S. Amin, Russian and the long transition from capitalism
resulta fundamental el libro clásico, reeditado este año, to socialism, New York, Monthly Press, 2016, p. 18.
pero todavía no traducido al español, de Alexander 7.– Sobre la vida de Lenin también se ha reeditado este
Rabinowitch, The Bolsheviks Come to Power: The Revolution año del centenario la amplia biografía de Robert Service,
of 1917 in Petrograd, London, Haymarket, 2017. Lenin. Una biografía, Madrid, S.XXI, 2017.
emulación a principios de los años 20, tuvo creto hacia el que orientar su acción polí-
en las prácticas, idearios y aspiraciones de tica cotidiana. La Revolución Rusa vendría,
las clases populares [10]. En esas repercusio- en este sentido, a proporcionar un nuevo
nes indagan los artículos de Pablo Montes paradigma de comprensión de la realidad,
y Magdalena Garrido. El trabajo de Pablo y la Constitución aprobada el 10 de julio
Montes combate uno de los tópicos más de 1918 en Rusia un nuevo programa do-
frecuentes acerca de los efectos de la revo- tado de un atractivo y fuerza inusitada, al
lución, el de que esta abrió una falla entre verse contrastada su viabilidad en uno de
el movimiento obrero y las clases medias los países más grandes del mundo. Lo más
republicanas. Analizando el caso de España interesante de la tesis de Montes es que los
y sobre todo el de Cataluña, Montes plan- contenidos políticos, modernizadores, in-
tea, siguiendo las tesis de Hobsbawm en La terclasistas y cívicos de esta Constitución,
era del Imperio [11], que esa separación cierta, procedentes en gran medida de la tradición
venía, sin embargo, de finales del siglo XIX, republicana, facilitarían la interlocución
se había acentuado a comienzos del siglo del movimiento obrero con importantes
XX y resultaba particularmente visible en fracciones de la burguesía radical. El em-
vísperas de la Primera Guerra Mundial. La peoramiento de las condiciones de vida de
tecnificación de los procesos productivos estas fracciones, las limitaciones del repu-
y la tendencia a la organización de la pro- blicanismo, la fortaleza del proletariado y
ducción en grandes unidades productivas la señalada afinidad programática empeza-
habría incentivado nuevas formas de lucha rían a inclinarlas hacia el movimiento obre-
social y sindicación menos interclasistas y ro, suturando la falla abierta tiempo atrás.
más alejadas de las prácticas de las viejas Por su parte, Magdalena Garrido, en un
sociedades de oficio. Otros fenómenos rela- artículo basado en abundantes fuentes pri-
cionados como la segregación urbanística, marias, analiza varios movimientos polí-
el desarrollo de una cultura autónoma y un ticos, sociales y culturales de apoyo o re-
ocio propio habrían reforzado la identidad chazo a la URSS. Su trabajo pone el acento
y personalidad propia del proletariado con no ya en la idea habitual de la URSS como
anterioridad a la Revolución Rusa. La propia foco exportador de la revolución, sino en
heterogeneidad del republicanismo, tanto otra dimensión internacional del proce-
de sus bases sociales como de sus proyectos so, la de los movimientos de solidaridad
políticos, le habría debilitado además fren- desarrollados en muchos países europeos
te a un proletariado que, como pudo verse para la defensa del socialismo en Rusia. En-
por ejemplo en la huelga general de agosto tre estos destacó el movimiento británico
de 1917, anterior por tanto al asalto al Pa- «Hands off Rusia» puesto en marcha por un
lacio de Invierno de octubre, emergía como amplio conglomerado de organizaciones
un sujeto fundamental en la historia de obreras para frenar la intervención mili-
España. Lo que le faltaba a este sujeto, en tar de potencias extranjeras, sobre todo de
opinión de Montes, era un programa no ya Gran Bretaña, en Rusia. De mayor recorrido
revolucionario, sino un programa más con- sería el movimiento de «Los amigos de la
Unión Soviética», fundado en 1927, donde
10.– Un seguimiento muy completo de las repercusiones
participaron obreros e intelectuales de dis-
de la revolución en todo el mundo en J. Fontana, El siglo
de la revolución. tinto y a veces muy difuso signo político y
11.– Eric Hobsbawm, La era del imperio, 1875-1914, con presencia en más de 40 países, incluido
Barcelona, Crítica, 2009. España, donde la sociedad fue fundada en
1933. El seguimiento de estas organizacio- mayor escala geográfica y con mayor pers-
nes —cuya actividad iba de la potenciación pectiva temporal. Estas son las visiones que
de unas relaciones diplomáticas favorables José María Faraldo recoge en su artículo, a
a la URSS a la difusión de la nueva cultura partir de una valoración de la bibliografía y
soviética, pasando, por supuesto, por la ex- de los debates historiográficos más recien-
hibición de sus logros materiales— es muy tes [12]. Faraldo subraya las limitaciones de la
interesante, pues permite captar bien los vieja disyuntiva acerca de si la Revolución
efectos que la oscilante política interna- Rusa tenía que leerse como un fenómeno
cional de Moscú y la Komintern tuvo en el propiamente ruso o bien como un proceso
movimiento obrero internacional. De este de inspiración netamente occidental. De
modo, si la política de «clase contra clase» ella se han alimentado los cuatro enfoques
y «Frente único por la base» fue un límite explicativos del proceso que según Faraldo
fortísimo al desarrollo de estas sociedades, han dominado hasta ahora: aquel que lo
la nueva línea de los «Frentes populares», presenta como el colofón de las aspiracio-
que bebió a su vez de estas experiencias nes históricas del proletariado ruso; aquel
previas de solidaridad no estrictamente que la pone en relación con las oleadas
partidarias, alentó su mayor desarrollo. Se revolucionarias de su época, entre las que
trata de un ejemplo más de que la política destacaría la mexicana y la kemalista; aquel
internacional de Moscú no solo profundi- que la vincula a una larga tradición despó-
zó en muchos casos el cisma abierto en el tica rusa en el ejercicio del poder a resultas
movimiento obrero por la Revolución, sino de las debilidad congénita de la sociedad
que en ocasiones repelió a quienes previa- civil; y aquel que lo entiende como el de-
mente habían simpatizado, más allá de su sarrollo peculiar en Rusia de los procesos
adscripción partidaria, con la construcción de modernización contemporáneos. A esta
del socialismo en Rusia. última perspectiva se une con matices Fa-
El artículo de Magdalena Garrido tam- raldo para plantear que la revolución des-
bién prueba que la Revolución Rusa generó atada en febrero respondía en gran medida
un amplio movimiento de oposición en el a esos propósitos de modernización social y
mundo, más allá de la acción de los gobier- económica, a los que en octubre se sumaría,
nos de los principales países capitalistas además de una práctica más violenta, otros
e incluso de las altas instancias de poder de cariz «milenarista» y «utópico».
económico; un movimiento que, contando Explicar la Revolución Rusa es contar su
con fuertes apoyos y conexiones guberna- historia atendiendo a su contexto nacional
mentales y financieras, arraigó en el seno e internacional y a algo que últimamente se
de la sociedad civil más conservadora. Ahí descuida más, a su inserción en una larguí-
está como ejemplo analizado el papel tanto sima tradición republicana, plebeya, demo-
diplomático como capilar de la «Liga an- crática y socialista, de la cual bebe y con la
tibolchevique», la «Entente Internacional cual rompe, que en parte reproduce, en par-
contra la III Internacional» y su translación te supera y en parte degrada. En cualquier
a España por medio del «Centro Español caso, explicar la revolución supone abordar
Antibolchevista». un proceso imprevisto y no predetermina-
Si la Revolución Rusa fue una revolución do por ningún proyecto previo, sino un pro-
con voluntad expansiva, influencia inter-
nacional y amplísimas repercusiones histó- 12.– Una visión más amplia en el libro ya citado del autor,
ricas comprenderla obliga también a verla a J. M. Faraldo, La Revolución rusa: Historia y memoria.
ceso dislocado que fue haciéndose y desha- Partido Comunista de España durante las
ciéndose como resultado, sí, de programas más de tres décadas que van del XX congre-
de acción, pero también de circunstancias so del PCUS a la caída de la URSS dedica su
sobrevenidas, decisiones de efectos impo- artículo Emanuele Treglia. En él nos cuenta
sibles de calcular en el momento que se cómo los relatos sobre la Revolución Rusa
tomaron y cambios producidos en los pro- fueron ajustándose en el PCE a los cam-
pios agentes del cambio, pues esta última bios que tuvieron lugar en el movimiento
es una característica de toda revolución, comunista internacional y a los cambios no
la de transformar a sus propios protago- menos acusados de su línea política: cómo
nistas. En esa motilidad habrá que buscar el relato entusiasta, mítico en muchos ca-
también la explicación a lo que pronto o sos, de la revolución logró sobrevivir a las
más tarde se terminó construyendo, pues revelaciones del informe Jruschov; cómo la
la revolución generó prácticas tan intensas, revolución del 17 fue una herencia simbó-
tan entusiastas y violentas que sobrevivie- lica incómoda y controvertida para el eu-
ron a las circunstancias que las generaron, rocomunismo y la política que trató de de-
bien como hábito, bien cronificadas en una sarrollar el partido en la transición; cómo
nueva institucionalidad. Explicar el régi- en la segunda mitad de los ochenta se trató,
men que se terminó construyendo pasa por de manera muy efímera, de justificar la per-
indagar en algunas ideas presentes en la estroika como una reactivación del espíritu
cultura política de los revolucionarios, pero originario de 1917; o cómo se empezó a rei-
más especialmente en lógicas militares de vindicar en nuevos términos la dimensión
urgencia que terminaron penetrando en la utópica de aquel acontecimiento ante el
forma de construir el socialismo y difundir- colapso del mundo surgido de ella.
lo fuera de ella, así como en el miedo a una El caso del PCE no parece exclusivo, sino
experiencia real de acoso interno y exter- que da fe de la extraordinaria dificultad con
no que luego dejará tras de sí una ansiedad que el movimiento comunista en particular
crónica somatizada en forma de vigilancia y la izquierda en general han venido a re-
constante y castigos inerciales o preventi- lacionarse con su pasado. Visiones míticas,
vos. Entender la Revolución Rusa pasa tam- exaltaciones acríticas, interpretaciones pre-
bién por explicar cómo, pese a todo ello, la sentistas para justificar decisiones de poco
experiencia revolucionaria rusa e incluso el recorrido, resignificaciones forzadas, silen-
modelo resultante de ella siguió inspiran- cios incómodos, descartes frívolos… forman
do la lucha de mucha gente por la libertad, una panoplia de actitudes que han rivaliza-
la democracia y la justicia social en medio do con otras más creativas y fructíferas pro-
mundo. Una explicación que no se resuelve, ducidas en múltiples espacios de reflexión
como reitera la cultura anticomunista más cultural menos dirigidos y al calor, sobre
ramplona, apelando a la ingenuidad, ma- todo, de las prácticas sociales y políticas
ledicencia o esquizofrenia de los protago- que tanta gente común desarrolló a lo lar-
nistas de un movimiento, el comunista, tan go de décadas bajo la bandera de octubre. A
amplio y heterogéneo. fin de contribuir modestamente a una rela-
Para entenderlo habrá que ahondar en ción más crítica y beneficiosa de la tradición
cómo se fue modelando y remodelando en emancipadora en su conjunto con un acon-
muchos partidos comunistas la imagen de la tecimiento tan determinante de su propio
revolución soviética. A analizar el caso del pasado presentamos también este dossier.
Olga Novikova
Traductora e historiadora especializada en el pensamiento ruso
Resumen
Abstract
This article examines the Bolshevization of the different groups of the Russian left after the October
Revolution, the various ideological trends within the Bolshevik party, the debate understood as the «revo-
lutionary dialectical method» of the construction of the new proletarian culture, the influence of A. Bog-
danov’s ideas on the cultural revolution and collectivism as a constitutive principle of political and social
experimentation in the USSR.
Keywords: Bogdanov, Bolshevization, collectivism, comradeship relations, political and social experi-
mentation.
Sin embargo, las grandes revoluciones prácticas políticas de las revoluciones fran-
también tienen una extraordinaria capaci- cesas para redactar sus propias disposicio-
dad para dinamizar la historia, impulsan- nes legales y tomar decisiones políticas [2].
do vertiginosamente el desarrollo social Las causas, el funcionamiento y los efec-
y económico y provocando una auténtica tos del terror en ambas revoluciones han
explosión de creatividad popular. Las re- sido estudiados en el excelente libro del
voluciones provocan una intensa apertura historiador estadounidense Arno Mayer [3].
intelectual y cambian radicalmente el ho- En cuanto al debate moral sobre el terror
rizonte cultural. Además, las ideas revolu- revolucionario, los argumentos de los de-
cionarias que no pudieron cumplirse ple- tractores y defensores de las revoluciones
namente en su patria no desaparecen, sino no han cambiado demasiado desde la época
que siguen viviendo en la conciencia colec- napoleónica. Ya en los escritos de la célebre
tiva de la humanidad hasta que son recogi- escritora Madame de Staël sobre la Revolu-
das por otros pueblos. ción Francesa se encuentra toda la batería
Es cierto que tanto la Revolución Fran-
2.– El tema es muy amplio y está todavía poco investigado,
cesa de 1789 como la Revolución de Oc- pero existen dos recientes monografías al respecto. Vé-
tubre tuvieron también un lado oscuro: el anse: Tamara Kondratieva, Bolsheviks et Jacobins. Itinéraire
terror. Esta semejanza no es casual, ya que des analogies, Paris, Payot, 1989; A. V. Gordon, Vlast i revo-
liutsiia: sovetskaia istoriografia Velikoi Frantsuzskoi revoliut-
los bolcheviques rusos no sólo se veían a
siii. 1918-1941, Saratov, Nauchnaia kniga, 2005.
sí mismos como los herederos de los jaco-
3.– Arno J. Mayer, The Furies: Violence and Terror in the
binos o de los miembros de la Comuna de French and Russian Revolutions, New Jersey, Princeton Uni-
París, sino que estudiaban las leyes y las versity Press, 2000.
de los argumentos a favor y en contra de las A principios del siglo XX los pensadores
revoluciones [4]. económicos del zarismo aplicaron el mis-
El presente ensayo se propone esbozar mo modelo que hoy en día emplean los «ti-
una faceta pocas veces analizada del Oc- gres» asiáticos: modernizar el país median-
tubre ruso de 1917: la revolución del pen- te una gran afluencia de capital extranjero
samiento, el multitudinario experimento y nacional. En el cometido de hacer de Ru-
social, político y cultural y la creación de sia un país atractivo para los inversores
nuevas sensibilidades, nuevas formas de extranjeros y nacionales, la solución fue la
articular las emociones políticas. misma que la de los tigres asiáticos: abara-
Pero antes que nada hay que mencionar tar el trabajo y degradar las condiciones de
brevemente las diferencias entre las tradi- los trabajadores. Los salarios eran bajos, la
ciones de la izquierda rusa y la española. jornada laboral larga (entre 12 y 16 horas),
La izquierda española siguió el modelo los sindicatos y otras organizaciones obre-
muy próximo al de la izquierda francesa, ras estaban prohibidos y cualquier tipo de
mientras que la rusa se inspiró en el mo- protesta era duramente reprimida. En es-
delo alemán [5]. En España el movimiento tas condiciones, el partido socialdemócrata
obrero se originó en torno a los sindicatos ruso se vio forzado a actuar en la ilegalidad
y las teorías del anarcosindicalismo, que y la clandestinidad, organizando círculos
gozaron de una gran aceptación; en cam- de obreros y reuniones secretas, creando
bio, en Rusia la fuerza organizadora fue el cajas de resistencia y agrupaciones sindica-
partido socialdemócrata, y al igual que en les, convocando huelgas y protestas, publi-
Alemania los sindicatos se crearon bajo los cando periódicos y revistas y desarrollando
auspicios del partido. A principios del siglo actividades educativas. El partido socialde-
XX el proletariado era poco numeroso en mócrata era pequeño en cuanto al número
Rusia, pero el grado de su concentración de sus afiliados, como pasa siempre con los
era muy alto. Por dar un ejemplo: en la fá- partidos que están obligados a trabajar en
brica de Putílov de Petrogrado, la cuna del condiciones de ilegalidad: clandestinidad y
movimiento obrero ruso, trabajaban más de partido de masas son términos antónimos.
cuarenta mil obreros. Las fábricas de Sibe- Los socialdemócratas (SD) controlaban
ria, las refinerías de petróleo del Cáucaso y el movimiento obrero en las grandes in-
las industrias textiles de Ivánovo o de Lodz dustrias, mientras que los socialistas no
también empleaban decenas de miles de marxistas, es decir, los socialistas revolu-
personas. El trabajo fabril estaba muy me- cionarios (SR), que defendían la «vía rusa»
canizado, mientras que la producción arte- al socialismo, eran populares en el campo.
sanal era casi inexistente. Estos rasgos de la Rusia seguía siendo un país principalmente
estructura laboral, como se verá más ade- agrícola, y los SR seguían creyendo que los
lante, tuvieron una gran importancia en el campesinos podrían construir el socialismo
desarrollo de la revolución del pensamien- a partir de sus antiguas instituciones co-
to en Rusia. lectivistas. De esta manera, Rusia evitaría
la fase capitalista del desarrollo, pasando
4.– Madame de Staël, Considérations sur les principaux directamente del capitalismo al socialismo
événements de la Révolution Française. Paris, Delaunay Li-
campesino. Los SR parecían no darse cuen-
braire, 1818.
ta de que el capitalismo ya estaba presente
5.– Véase más sobre ello: Donald Sasson, One Hundred Years
of Socialism. The West European Left in the Twentieth Century, en su país.
London, FontanaPress, Harper Collins Publishers, 1997. En el territorio de Ucrania, donde la po-
najes fueron fieles al ideal comunista hasta gracias a su capacidad para atraer a su lado
su muerte [17]. Por otra parte, algunos men- a amplios sectores de la población del an-
cheviques trabajaron en el Ejército Rojo o tiguo imperio ruso, desde los campesinos
en los servicios secretos. hasta los artistas, desde los rusos hasta las
Tras la Revolución de Octubre el partido etnias perseguidas durante el zarismo.
bolchevique intentó proyectar una imagen Tras la victoria, el país se embarcó en
de unidad ideológica monolítica sin fisura lo que un periodista estadounidense lla-
alguna, pero en realidad estaba compuesto mó «el experimento económico y la aven-
por diferentes familias de la izquierda, di- tura social más grandes de la historia del
ferentes grupos con lealtades ideológicas mundo» [18]. «En unas pocas décadas habrá
y personales distintas. No se trataba sola- un nuevo mundo, nuevos hombres y nue-
mente de los antiguos mencheviques, SR y vas costumbres», declaraba el ABC del Co-
anarquistas que ahora formaban parte del munismo, un libro que explicaba el progra-
partido, sino también de sectores de la vie- ma del partido bolchevique a la población.
ja guardia bolchevique: los «comunistas de Desde la Revolución Francesa ninguna otra
izquierdas» de Alexánder Bogdánov (el gru- nación europea se había impuesto una ta-
po Adelante), la Oposición de Izquierdas de rea comparable.
Grigori Zinóviev y Lev Kaménev, la dere- La URSS se convertía en un gigantesco
cha comunista de Nikolái Bujarin y Alexéi laboratorio en el que se experimentaban
Rykov y el grupo centrista de José Stalin, nuevas políticas y nuevas formas de vida, se
constituido durante la guerra civil rusa… A probaban los sueños que habían captado la
principios de la década de 1920 todos es- imaginación y la mente de la izquierda re-
tos hombres entrarían en conflicto con otro volucionaria rusa y europea durante más de
grupo poderoso dentro del partido bolche- un siglo. El triunfo definitivo del comunis-
vique: el del antiguo menchevique Trotsky mo, decían los autores del ABC del Comu-
y sus seguidores, que habían ingresado en nismo, sólo era posible a nivel mundial, ya
el partido bolchevique en julio de 1917, sólo que todas las economías eran interdepen-
tres meses antes de la Revolución de Octu- dientes y, por lo tanto, la URSS no podría
bre, pero que durante la toma del poder en aislarse completamente del mundo capita-
Petrogrado y la guerra civil desempeñaron lista. Pero hasta que la revolución venciera
trabajos de gran responsabilidad y ascen- en otros países, «la misión del proletariado
dieron espectacularmente. ruso era hacer todo lo posible para la trans-
El triunfo de los bolcheviques en la san- formación en la línea del comunismo», y
grienta guerra civil rusa contra un enemigo tanto sus victorias como sus errores ten-
más cualificado militarmente, mejor equi- drían un significado extraordinario para el
pado y apoyado financieramente por las movimiento obrero mundial, mostrándole
principales potencias extranjeras y por las el camino [19].
tropas de ocupación de la Entente formada La Primera Guerra Mundial infringió al
por Austria, Alemania y Japón, fue posible
18.– Harold Stearns escribió estas líneas en 1919 en Dial,
17.– Citaremos un libro de este crítico hoy olvidado: citado por Peter Filene, Americans and the Soviet Experi-
Grossman-Roschin, I. Judozhnik i epoja, Moscú / Lenin- ment. 1917-1933, Cambridge Mass, Harvard University
grado, Gosudarstvennoe izdatelstvo, 1928. En cambio, los Press, 1967, p. 131.
libros de Shklovski siguen siendo reeditados y traducidos; 19.– Nikolái Bujarin y Evgenii Preobrazhenskii, The ABC of
por ejemplo, Victor Shklovsky, Gamburgskii schet: statii, vo- Communism, Translated from Russian by Edan and Cedar
spominaniia, esse, Moscú, Sovetskii pisatel, 1990. Paul, England, The Merlin Press, 2006, p. 165.
«Camaradas, hay que comprender que no Pero uno sólo puede completar a otros en
sólo vivimos en el colectivo del presente, la medida en que se diferencia de los otros,
vivimos en la cooperación de las genera- en la medida en que es original, indepen-
ciones. No se trata de la cooperación entre diente, lleno de iniciativa. Está claro que
las clases, sino de algo totalmente diferen- el significado de esta independencia no es
te. Todos nuestros trabajadores, todos los la defensa de los intereses personales, sino
combatientes del progreso de las épocas el desarrollo general de los talentos indivi-
pasadas son nuestros camaradas, sin im- duales, la capacidad de mostrar iniciativa,
portarnos a qué clase social han pertene- de ser crítico, de ser original» [27].
cido. ¿Por qué luchamos contra las clases Otros intelectuales bolcheviques com-
burguesas del presente? Porque nos impi- partían esta visión de la cultura de la iz-
den continuar la causa de la historia que quierda. Uno de los más antiguos miembros
hemos recibido como un relevo de la bur- de la vieja guardia bolchevique, Alexánder
guesía revolucionaria del pasado. Son ellos Lozovsky, subrayaba en su polémica con los
los que traicionan a sus antepasados. Aqué- anarquistas franceses que «la revolución es
llos avanzaban, luchando heroicamen- el resultado de una grandiosa creatividad
te contra las fuerzas ciegas de la historia, colectiva de las masas» [28]. Los autores del
mientras éstos dicen: no queremos seguir ABC del comunismo afirmaban que la socie-
avanzando, mejor retroceder. Nosotros dad del futuro sería «la sociedad de camara-
continuamos la ofensiva de aquellos regi- das, una sociedad basada en el trabajo, una
mientos desaparecidos y decimos a la bur- sociedad sin clases en la que se organiza la
guesía: ustedes visten sus uniformes, pero producción» [29]. Sobre esta base estaban ba-
no son combatientes como aquéllos, uste- sados los experimentos sociales y políticos
des se han entregado al enemigo, a las fuer- soviéticos.
zas oscuras del reino de la historia y por eso Antes de describir brevemente algunos
luchamos contra ustedes. Aquellos comba- de estos experimentos que tuvieron éxito
tientes son los nuestros, aunque nuestras en la Unión Soviética, es necesario resumir
armas sean distintas y avancemos con una el método que se empleó para crearlos. Este
marcha diferente, pero luchamos por la método tuvo distintos nombres. En la lite-
misma causa común, por nuestra causa, la ratura intelectual de la época figura como
lucha de lo vivo contra lo muerto» [26]. «método destructivo-constructivo», méto-
do de contradicciones dialécticas o, sim-
Para terminar este brevísimo resumen plemente, método revolucionario dialéc-
de las ideas de la cultura proletaria citare- tico. El modelo de este método para crear
mos una última observación de Bogdánov la organización de la nueva cultura era el
sobre la naturaleza de lo colectivo, ya que mismo fenómeno de la revolución, con su
estas ideas constituyeron la base sobre la carácter vertiginoso y tormentoso, su capa-
cual se edificaba la política soviética y la
construcción de la nueva sociedad. «Es ab- 27.– ibid., p. 236.
surdo pensar —sostenía Bogdánov— que el 28.– Alexánder Lozovsky, Anarjo-sindikalism y kommunizm,
colectivismo no tiene necesidad de la inde- (1 ed.- 1922), Librokom, 2010, p. 208. Véase más sobre esta
polémica en Robert Wohl, French Communism in the Mak-
pendencia personal. En la colectividad cada
ing, 1914-1924, Stanford, University Press, 1966.
uno completa a los demás, éste es su papel.
29.– Nikolái Bujarin y Evgenii Preobrazhenskii, The ABC of
Communism, Translated from Russian by Edan and Cedar
26.– ibid., p. 122-123. Paul, England, The Merlin Press, 2006, p. 87.
cidad para destruir y construir, «la fuerza líneas se sitúan las principales tendencias
renovadora de su veneno revitalizante» y artísticas que se enfrentan en el cine sovié-
las nuevas formas dinámicas que empeza- tico. Esta lucha es necesariamente encarni-
ban a imaginarse en fuerte oposición a la zada, porque los diferentes grupos sociales
persistencia de la tradición. de nuestro país presentan exigencias diver-
Petr Stuchka, uno de los creadores del sas con respecto a nuestro cine. Esta lucha
nuevo derecho soviético, describió este inevitablemente se vuelve aún más encar-
método de la siguiente manera: «Hemos nizada a medida que mejora la técnica y
estudiado suficientemente el curso y la na- aumenta la cultura de los trabajadores del
turaleza de la revolución. Un proceso de cine y de los espectadores. Todo ello permi-
destrucción, seguido por otro de creación, te formular más claramente las diferentes
más tarde un rechazo despiadado de todo posturas» [31].
lo que acababa de ser construido, lo cual re-
sultó no ser válido, y de nuevo la construc- Para que el lector pueda apreciar el gra-
ción. Un observador externo a este proceso do de implicación de los intelectuales no
podría pensar que se trata de un irracional comunistas, es necesario aclarar que a dife-
malgasto de energía. Pero no hay otro ca- rencia de Bogdánov o Stuchka, Piotrovsky
mino que lleve a la victoria» [30]. no era un antiguo miembro del partido; uña
Este método de construcción de la nue- y carne de la antigua intelligentsia refinada
va cultura dio lugar a debates encarnizados y próspera, era un representante típico de
entre los diferentes grupos del partido y de los intelectuales pro-revolucionarios que
la intelligentsia pro-revolucionaria y a agre- «creyeron en Lenin».
sivas campañas de crítica (que resultaron Esbocemos ahora, aunque sea breve-
muy traumáticas para los criticados). Todo mente, algunos de los grandiosos experi-
ello con el objetivo de conservar el carác- mentos que la Revolución de Octubre hizo
ter explosivo y extremadamente dinámico posibles.
de la generación de nuevas ideas, nuevas
formas, nuevas actitudes, y de acelerar la A nivel nacional. Democracia soviética
construcción de la nueva cultura, del nuevo
mundo y del nuevo hombre. En definitiva, Parece paradójico referirse a la demo-
hacer la revolución del pensamiento. cracia tratándose de la Unión Soviética,
Otro célebre intelectual favorable a la re- donde no existían las formas democráticas
volución, el teórico de teatro y cine Adrian que pueden resultar familiares para el lec-
Piotrovsky, también describió el método tor, como la democracia parlamentaria, la
del progreso a través del conflicto: existencia legal de partidos diversos, la li-
bertad de expresión en los grandes medios
«Una forma nueva no puede hallarse inme- de comunicación o una cierta moderación
diatamente, sino que se conquista median- en las relaciones sociales y el espíritu de
te duras batallas, a costa de equivocarse. compromiso, es decir, las formas propias de
Pero el camino hacia ella es lo que determi- un régimen democrático burgués.
na la línea general, magistral, del desarrollo Sin embargo, los comunistas conferían
artístico de nuestro cine. A lo largo de estas un gran valor a la democracia, apreciando
30.– Petr Stuchka, «Kultura i pravo», Revoliutsiia prava, 31.– Citado por Adrian Piotrovsky, Teatr. Kino. Zhizn, Lenin-
marzo-abril de 1928, p. 17. grado, Iskusstvo, 1969.
Alexandra Kollontai, con delegadas de la Conferencia de Mujeres Comunistas de los Pueblos del
Este, celebrada en Moscú en abril de 1921 (Foto: Photochronicles TASS. Fuente: inrussia.com).
Las delegadas eran enviadas a las uniones las discusiones del Primer Congreso de la
profesionales o a los órganos del poder so- Mujer Trabajadora (1918). La ley soviética
viético, es decir, los juzgados y las oficinas sobre «el matrimonio, la familia y la tute-
de la administración, donde estudiaban y la», que reconocía la igualdad de hombres
participaban en la «ciencia del gobierno». y mujeres, garantizaba la equiparación de
Trascurrido el plazo, regresaban junto a sus salarios, abolía el matrimonio eclesiástico,
electoras, debiendo enseñar lo aprendido legalizaba el aborto, anulaba el estatus de
a las demás obreras o campesinas que ha- hijo natural, exigía el consentimiento de
brían de elegir a la siguiente delegada, con ambas partes para el matrimonio, introdu-
lo que el ciclo se repetía. Este método pro- cía el permiso remunerado de maternidad y
fundamente democrático estaba pensado permitía el divorcio a petición de una de las
para garantizar el carácter de masas de la partes. Según la ley soviética, las mujeres
acción política de la que hablaba Starosels- obtenían el derecho no limitado a la edu-
ky, así como para permitir el acceso de un cación (anulándose la separación de niños
colectivo oprimido a la vida política, fusio- y niñas en las escuelas), al trabajo, al voto
nando la actividad política con la económi- y al acceso a los órganos del poder. La «es-
ca (las obreras y las campesinas no se pro- clavitud doméstica» debía ser superada por
fesionalizaban en la política). la socialización del trabajo doméstico y el
El Zhenotdel también puso en marcha la cuidado de niños: guarderías, panaderías,
gigantesca campaña de alfabetización y la lavanderías, fábricas-cocinas y restauran-
educación de las mujeres, a la que accedie- tes comunales. Ni antes ni después ningún
ron millones de ciudadanas soviéticas. En otro gobierno aprobó un programa de re-
las repúblicas musulmanas, donde el esta- formas tan completo a favor de la mujer.
tus jurídico de la mujer era el de un obje-
to de propiedad, el Zhenotdel realizó una A nivel internacional. Política
enorme labor de concienciación. A pesar de internacional
las constantes amenazas y los asesinatos de
las activistas, la propaganda por la igualdad Se trataba de un campo de especial im-
de la mujer continuó, y durante las asam- portancia para la cultura del colectivismo,
bleas del Zhenotdel siempre había mujeres ya que desde los tiempos de la Primera In-
que se levantaban tras los discursos, se des- ternacional se pensaba que a la organiza-
pojaban públicamente del burka o del hijab ción de la burguesía al nivel internacional
y se pasaban a las filas donde se sentaban el proletariado debía responder con la in-
«las mujeres emancipadas de Oriente» [34]. ternacionalización de su política. Tras la
Para facilitar a las mujeres el acceso derrota de la Comuna de París, Marx escri-
a la democracia y a la igualdad, el primer bió que «la experiencia del pasado demos-
gobierno bolchevique, pese a las condi- tró que un actitud negligente hacia la her-
ciones desfavorables de la guerra civil, la mandad que debe existir entre los obreros
enorme pobreza y la destrucción del tejido de diferentes países, que debe alentarlos a
industrial y urbano causada por los suce- sostenerse mutuamente en la lucha por su
sivos conflictos bélicos, adoptó un paque- liberación, se penaliza con la derrota gene-
te de medidas redactado sobre la base de ral de sus acciones desunidas» [35].
34.– Véase más sobre el tema en Richard Stites, The Wom-
en’s Liberation Movement in Russia, New Jersey, Princeton 35.– Citado por Yuri A. Lvunin, Internatsionalism v deistvii,
University Press, 1978, pp. 317-423. Moscú, Mysl, 1985, p.3.
«Debemos introducir algo nuevo en las for- terminaremos este breve esbozo de algu-
mas habituales de las relaciones interna- nos de los experimentos sociales, políticos
cionales para impedir que estas formas se y culturales de la Revolución de Octubre,
conviertan en un arma del imperialismo. Lo dando cabida no sólo a las voces de los po-
nuevo se crea tanto a partir de nuestra ex- licymakers o intelectuales del partido, sino
periencia y nuestro trabajo creativo como a también a los representantes de base, a los
partir de lo que la propia vida está creando elementos democráticos de esta revolución
durante el proceso de la destrucción y rup- del pensamiento, a los hijos de la Gran Re-
tura del mundo imperialista. El resultado volución Rusa.
de la guerra mundial ha sido la intensifi- Demasiado jóvenes para poder parti-
cación del movimiento de liberación de los cipar en la Revolución de Octubre o en la
pueblos oprimidos y coloniales. Las poten- guerra civil, estas personas (una mujer y un
cias mundiales empiezan a sentir que todas hombre procedentes de clases acomodadas)
las costuras empiezan a romperse. Nuestro nunca fueron miembros del partido y se
programa internacional debe introducir en vieron profundamente afectados por la trá-
el esquema de relaciones internacionales a gica época del Gran Terror. Ambos dejaron
todos los pueblos coloniales y oprimidos. su testimonio sobre el ambiente intelectual
[…] Otra novedad debe ser la participación y emocional de aquellos años, el ambiente
de las organizaciones obreras […] de libertad y creatividad, el ritmo frenéti-
Como resultado tendremos una propuesta co de la vida, el calor de los debates sobre
atrevida y totalmente innovadora: un con- el porvenir, el fantástico espacio de futuro
greso internacional con la participación de que aparecía en medio del presente real de
todos los pueblos del globo terrestre sobre las viejas capitales del imperio, Petrogra-
la base de una total igualdad, sobre la base do y Moscú. Sus textos sobre su juventud
de la declaración del derecho de la autode- y los sueños que los inspiraban fueron es-
terminación o del gobierno propio de todos critos décadas más tarde, en la época del
los pueblos oprimidos, y con la participa- conservadurismo de Brezhnev, pero ambos
ción de las organizaciones obreras (han de autores, a pesar de traumas y desilusiones,
constituir un tercio del congreso). El con- nunca renunciaron a sus ideales juveniles.
greso tendrá como objetivo no la obligación Habla Nina Gagen-Torn:
impuesta por una minoría, sino el acuerdo
global… Al mismo tiempo, proponemos una «El centro de nuestra vida universitaria era
reducción universal de los armamentos. la residencia de estudiantes. Vivíamos en
[…] El único anhelo de nuestro pueblo es una comuna. […] El Snark (del libro de Jack
vivir en la paz y amistad con las masas tra- London) es una nave que nos permite viajar
bajadoras de todas las naciones» [45]. «sobre la tierra, bajo la tierra, sobre el agua,
bajo el agua, en el aire y en el espacio». La
Las voces de los jóvenes de la tripulación del Snark es toda nuestra co-
Revolución de Octubre muna más los amigos. […] El ritual del viaje
es el siguiente: a la habitación donde vivía
Siguiendo el modelo de los pensadores Ira Varshávskaia se llevaban las sillas y se
socialistas desde Jaurès hasta Bogdánov, colocaban de tal manera que sus respaldos
formaran el bordo de la nave. […] La nave
45.– Citado por I. Gorojov, L. Zamiatin, I. Zemskov, Chicherin
– diplomat leninskoi shkoly, Moscú, Izdatel’stvo politiches- tenía un cuaderno con el registro de todos
koi literatury, 1973, pp. 145-6, 95. los viajes. Allí también se escribían los pro-
yectos de los viajes del futuro. […] El viaje elevaba ya en el aire, salía ya por la ventana
se componía de dos partes. La primera era y, como una silueta de luz brillante, flotaba
un conferencia seria sobre los temas cien- por encima de la Catedral de San Isáak. ¡Es-
tíficos de actualidad. Por ejemplo, el físico tamos volaaando! […]
Kuka Dorfman nos habló del principio de Después recitábamos poesías. A veces, du-
la relatividad de Einstein. Entonces sólo rante las noches blancas, bajábamos a la
acababan de aparecer las primeras noticias calle cantando, marchábamos hasta la Pla-
sobre ello. […] El debate sobre los princi- za del Palacio y bailábamos allí. Cualquier
pios filosóficos del descubrimiento, sobre otro sitio nos parecía pequeño, nos faltaba
la imagen de la estructura del átomo, duró espacio. Al día siguiente seguíamos reuni-
varias horas. dos, pues estábamos empezando a discu-
Después de la presentación empezaba la se- tir cómo viviría nuestra comuna, qué casa
gunda parte, su interpretación humorística, conseguiríamos para ella y cómo íbamos a
a veces en forma del teatro. […] Ahora ya no distribuir las habitaciones.
recuerdo todos los temas, todos los viajes En nuestros sueños, la casa de nuestra
del Snark. Pero veo rostros jóvenes, anima- comuna sería así: la planta baja daría ca-
dos, recuerdo la sensación del aire que fluía bida a la biblioteca, el comedor, la cocina,
libremente, danzaba, recuerdo una ventana el espacio de descanso y el «barrio de los
abierta al mundo. Parecía que el Snark se niños», pues tendríamos niños y los educa-
ríamos a todos juntos. La segunda planta se todos gritan como si estuvieran a punto de
dedicaría a las habitaciones individuales. pasar a las manos’.
Cada persona tendría su habitación. En la La propia palabra ‘Meyerhold’ significaba
comuna seríamos diez o doce personas. No más que la vida de un hombre, aunque este
imaginábamos la familia como una entidad hombre existía en la realidad, comía, bebía,
cerrada, como las del falansterio… El amor dormía, llevaba una chaqueta, ensayaba en
viene y se va, pero la vida no se basa en su teatro abierto a todos los vientos y co-
el amor, la vida se basa en la amistad y la rrientes, salía a recibir los aplausos, partici-
camaradería» [46]. paba en los debates.
Su nombre unía a unos y desunía a otros.
Habla Alexander Gladkov: Era una bandera en la guerra, una contrase-
ña, un concepto abstracto que no requería
«Moscú, a mediados de la década de 1920 explicaciones, un tema para los debates,
[…] El TEATRO más sorprendente, irre- un blanco para las parodias y bromas; y su
petible, imposible, único en el mundo [el nombre constituía no uno, sino varios ca-
teatro del genial director Vsévolod Meyer- pítulos de la historia del teatro ruso. […]
hold – O.N. [...] En todo ello estaba la nueva Era la biografía del joven siglo, cuyo con-
estética de nuestro tiempo, el oxígeno y el tenido principal era esperar la revolución y
ozono que respiraba la revolución, el ritmo hacerla realidad. ‘El nombre de Meyerhold
de los fantásticos años veinte, los años de es la bandera de una eterna rebelión en el
nuestra juventud, la juventud de nuestra mercado del arte, y la juventud revolucio-
generación. […] Todos conocían el nombre naria lleva esta bandera. La juventud mar-
de Meyerhold, incluso aquéllos que nunca cha veloz y unida hacia su futuro, y entre
habían pisado su teatro. Para los hombres sus consignas y señales también figura
de la tradición, del pasado, su nombre cau- ésta: ¡Mey-er-hold, Sube el voltaje!’ (Ser-
saba tanto espanto como la palabra ‘man- guéi Tretiákov) […]. Todo lo que nos con-
dato’. […] movía por su novedad; todo lo que no pa-
Los legendarios escándalos de los románti- recía una fácil repetición de lo viejo, todo
cos en los estrenos de las obras de V. Hugo lo que expresaba nuestro siglo, nuestros
parecían bromas de niños comparado con ritmos, nuestra percepción del espacio, de
lo que pasaba en los estrenos del Teatro de la factura de las cosas, todo ello nos cautivó
Meyerhold o en los debates donde se anun- por primera vez en su teatro: el espíritu del
ciaba su presencia. urbanismo, el constructivismo, los ritmos
Tengo delante de mí la transcripción ta- sincopados, el ‘desnudar’ de la materia, la
quigráfica del debate sobre el espectáculo expresividad del montaje, las luces que ilu-
El alba (finales de 1920). El lápiz preciso de minaban desde los palcos, una nueva forma
una taquígrafa diligentemente anotó entre de usar la escena, una ampliación infinita
paréntesis: ‘gritos increíbles’. Un poco más de las fronteras de lo convencional en el
adelante: ‘griterío espantoso’. Después si- teatro. Todo ello conquistaba, conmovía,
gue una pausa en el texto con la explicación cautivaba, se grababa en la memoria. […] El
escrita en el margen: ‘El ruido y los gritos primer grito ‘¡Mey-er-hold!’ sonó desde el
son tales que no se entienden las palabras, gallinero, después se sumaron los del bal-
cón. Cerca de mí corría un grupo de jóve-
46.– Nina Gagen-Torn, Memoria, Moscú, Vozvraschenie, nes entre empujones para llegar a la esce-
2009, pp. 60-63. na. Eran los estudiantes de la Universidad
o de las facultades obreras, con las cabezas en los kioskos de prensa se formaban colas
despeinadas o rapadas al cero, llevando las para comprar la novela de Jimmy Dollar
insignias de la Internacional de Juventudes Mess Mend, e incluso la escuela secundaria
Comunistas sobre sus camisas campesinas donde yo estudiaba llevaba el nombre de
al estilo Tolstoy o en los viejos uniformes Thomas Edison […]» [47].
de la guerra civil, mientras las chicas iban
ataviadas con pañuelos rojos. Inclinándose A modo de conclusión
sobre el balcón, aplaudían con furia jóvenes
chinos cuyos rostros aparecían casi ocultos La realización de las ideas de la revo-
tras gruesas gafas de concha de tortuga. De lución del pensamiento soviético resultó
la puerta por la que había aparecido Meyer- ser más compleja y difícil de lo que podían
hold salió corriendo un grupo de jóvenes, imaginar sus creadores. El país era pobre,
todos llevando los mismos trajes azules... el nivel de la educación de la mayoría de la
También ellos aplaudieron, pero con un población bajo. El país tuvo que enfrentarse
cierto semblante de superioridad, como los a la permanente amenaza de intervención
iniciados. Entendí que se trataba de los es- militar de las potencias capitalistas, al blo-
tudiantes del Taller Estatal Experimental queo económico, al aislamiento, a tres te-
de Teatro. […] Incluso el aire del Moscú de rribles guerras: la guerra civil, la Segunda
la década de 1920 se enriquecía con el vien- Guerra Mundial, la Guerra Fría. Muchos de
to fresco del internacionalismo: frente al los experimentos, como la colectivización,
templo del Cristo Salvador (que todavía no fueron muy traumáticos. La generación de
había sido derribado) los estudiantes chi- la revolución fue diezmada en las guerras y
nos jugaban al voleybol; en la calle Mias- duramente herida por el terror estalinista.
nítskaya toda la pared de un edificio osten- No todas las ideas de la Revolución de Oc-
taba una enorme consigna ‘¡Manos fuera de tubre se cumplieron, y ninguna se cumplió
Besarabia!’; el héroe favorito de los chicos plenamente, como predijo Ustriálov. Pero
era el negrito de sonrisa luminosa y blanca no desaparecieron, porque las ideas, una vez
que aparecía en la película Diablillos rojos; nacidas, pertenecen a toda la humanidad.
Lenin 2122
Resumen:
Abstract
In spite of the amount of research done on the subject, a very specific image of Lenin as an
isolated leader of an elitist network of professional conspirators remains still pervasive. His own
private life, his interest in climbing and hiking —activities that in literature are linked to the lone-
liness of the explorer and to the imagery of Romanticism— can be used, paradoxically, to set that
image straight and unveil readings long forgotten or distorted, including new interpretations on
his views about materialism, revolution, the Party or the State.
En una carta de 1904 a su madre, Lenin que Lenin acordaba con Krupskaya en 1904
describía el resultado de un largo ascen- un cambio de aires y un descanso mental
so, de 1200 metros, a una montaña cerca ante las incesantes disputas partidarias. La
de Ginebra. Llegado a la cima, acompa- mejor receta: convertirse en «vagabundos»,
ñado por «Nadia y un amigo», observaba en «excursionistas» armados apenas con
«un verdadero mar de niebla, y nubes, a una guía (como resultaría obvio para
través de las cuales no se veía nada, sólo cualquier viajero de entonces, se trataba
se dibujaban las montañas». [1] Pese al de la guía de Baedeker [3]), algo de queso y
esfuerzo de numerosas investigaciones, huevos. Con sus mochilas abandonarían
la imagen de Lenin sigue siendo la del Ginebra para embarcarse en una larga
revolucionario solitario, el líder de una red excursión, hacia Interlaken y Lucerna [4]. En
elitista de conspiradores profesionales. Lausana, sin embargo, decidieron aligerar
Su propia vida privada, y su afición al aún más sus mochilas, enviando de vuelta a
montañismo y las excursiones —actividad Ginebra parte de sus libros, con la promesa
que en la literatura está asociada siempre de no discutir más de política [5].
a la soledad del explorador, y al imaginario Vale la pena recalcar esta etapa del
del romanticismo— pueden servir para viaje. El 3 de julio de 1904, el grupo de
desmentir esta imagen, y abrir, un poco «vagabundos» (Nadezhda, Lenin y Mariya
más aún, lecturas cerradas por el polvo de Essen) se embarcaban en un barco de
los años: su concepción del partido, de la vapor, que les llevaría desde Lausana hasta
revolución, del Estado o del materialismo, Montreux. Si seguimos las reconstrucciones
han tenido, como es ya casi tradición, biográficas que mencionan este episodio
nuevas reinterpretaciones en los últimos con mayor detalle, el plan de este
años. En las páginas siguientes revisaremos provisional «Lenin apolítico» era visitar el
algunas «postales» de esas excursiones, Château de Chillon… «para homenajear a
comenzando por Ginebra. Lord Byron».
una vez más, en sus páginas 274 y 275, y ganó gran hostilidad del Duque, hostilidad
sorprenderse ante la repentina irrupción que le valió ser apresado y encarcelado en
poética e historiográfica en medio de la el castillo de Grolée, donde permaneció dos
prosaica prosa viajera: años. Al recuperar la libertad volvió a su
priorato, pero en 1528 de nuevo volvía a las
«Con sus enormes muros y torres, a tres armas contra aquellos que se habían hecho
cuartos de milla del embarcadero y un con sus ingresos eclesiásticos. La ciudad de
cuarto de la estación de Veytaux-Chillon, Ginebra le suministró municiones […] pero
se alza sobre una roca aislada a 22 yardas en 1530 cayó en manos de su viejo enemi-
de la orilla, con la que se conecta por me- go, el Duque, que le confinó a la prisión del
dio de un puente. Sobre la entrada (abierta castillo de Chillon. En 1536 fue liberado por
diariamente de ocho a seis o siete —50 c. la las fuerzas de Berna y Ginebra […]».
entrada, y gratis los domingos por la tarde;
cerrada de 12 a 1:30) se puede observar el El lugar estaba, sin duda, lleno de encan-
escudo del Canton de Vaud. El interior se ha to, artístico, literario… y revolucionario.
restaurado completamente y ligeramente Pero el héroe byroniano (ya sea el del poema
alterado, y se utiliza como museo histórico o su contraparte histórica) no puede servir
y almacén de archivos. al historiador actual como metáfora para
describir al Lenin histórico. O al menos, ya
Chillon ! thy prison is a holy place, no. Frente a lo que los historiadores recien-
And thy sad floor an altar, —for ‹twas trod, tes han llamado el «Lenin de manual», en
Until his very steps have left a trace, los últimos años ha ido (re)surgiendo un
Worn, as if the cold pavement were a sod, nuevo Lenin, con más matices, menos mo-
By Bonivard!— may none those marks efface, nolítico, menos «geométrico». Así, la pareja
For they appeal from tyranny to God. de excursionistas de 1904 —y toda su carre-
ra posterior— representan la antítesis del
El poeta citado ha proyectado sobre este héroe solitario, del líder aislado que dirige a
lugar gran interés, pero sería un error iden- una masa indistinta de hombres, listos para
tificar a Bonivard, víctima de la tiranía del seguir sus órdenes, pero incapaces de desa-
Duque de Saboya y confinado por él en estos rrollar una acción y una estrategia (o una
lúgubres calabozos durante seis años, con heroicidad) propias.
el «Prisionero de Chillon» de Byron (com- Quizás por eso el Lenin que se acerca a
puesta en su estancia en Ouchy en 1817). Byron sea un Lenin «apolítico»: un revolu-
El autor llama a su poema una fábula, y cionario… de vacaciones. Y debe estar de va-
cuando la compuso no conocía la historia caciones precisamente porque esa concep-
de Bonivard, en cuyo caso, como él mismo ción, la del prisionero de Chillon, nunca fue
afirma, habría intentado dignificar el tema la de Lenin, aunque se le acusara más de una
intentando celebrar su coraje y virtud. vez de «romántico». Curiosamente uno de
Francis Bonivard nació en 1496. Era el hijo esos críticos, Alexander Potresov, había di-
de Louis Bonivard, Lord of Dune, y a la edad cho de ¿Qué hacer? —escrito dos años antes
de dieciséis años heredó de su tío el rico de la excursión a Montreux— que muchas de
priorato de San Víctor, cerca de los muros sus páginas eran «auténtica poesía» [9]. Pero
de Ginebra. Tras el ataque a la República de
Ginebra por parte del Duque de Saboya, Bo- 9.–Cit. en Lars T. Lih, Lenin Rediscovered: What is to be
nivard adoptó con fervor su causa, y así se Done? In context, Haymarket Books, Chicago, 2008, p. 387.
ahora las críticas señalaban un supuesto mónica»; poco después será Plejanov quien
pesimismo y desconfianza respecto a las dé contenido estratégico a esta noción:
masas por parte de Lenin, y acusaban a sus conquistar la hegemonía entre las fuerzas
textos de ser expresión de un exacerbado que están en el ámbito de influencia del
«romanticismo» y un «ciego optimismo» partido. Será Lenin (junto a Kamenev y Zi-
en los militantes clandestinos (praktiki) del noviev) quienes desarrollarán la estrategia
partido. Para ellos, por otro lado, Lenin se de la hegemonía [13], al respecto del partido
había convertido en un héroe. No al que se- revolucionario del proletariado, y también
guir, sino al que imitar [10]. respecto a la dictadura del proletariado tras
Esta y otras confusiones, de las que sólo la victoria «final».
recientemente empezamos a salir, se deben Lassalle, y por encima de todo Kautsky,
a otra diferencia entre Byron y Lenin. Am- son quienes dan el primer impulso a un pro-
bos viajeros: pero el primero era un aventu- yecto que se mantendría con bastante con-
rero de destino marcado, alguien que elegía tinuidad durante casi toda la vida de Lenin,
su combate y viajaba directamente hacia él. pese a lo que nos hicieron creer los «ma-
Lenin, sin embargo, no practicaba el sende- nuales»: el proyecto de un «erfurtianismo
rismo por casualidad: fue ese tipo de viaje- revolucionario» [14]. A saber: «idea básica de
ro dispuesto a perderse entre los meandros Marx: la conquista del poder político por el
menos conocidos, encontrar y vencer los proletariado», o dicho de otro modo, la «fu-
senderos más tortuosos, ascender las cues- sión del socialismo y el movimiento de los
tas menos accesibles. Pero sobre todo, un trabajadores» [15]. La toma del poder debía
viajero que necesitó siempre de compañía.
No es de extrañar que el Marx que más le 13.–Lars T. Lih, Lenin Rediscovered, op. cit., p. 110.
interesara no fuera tanto el Marx filósofo, 14.–Es una de las tesis fuertes —y provocadoras— de Lih,
ni aquel más dependiente de la oportuni- op. cit.: «Creo que Lenin conservó la misma concepción
erfurtiana, desde la década de 1890, y al menos hasta
dad política abierta por los movimientos de
1917» (p. 117). Resumo los puntos principales del «erfur-
la economía, o el más confiado en el des- tianismo» de Kautsky-Lenin según Lih: reconocimiento
borde inevitable de la historia [11]. El Marx de tres fuentes de autoridad (el partido, el programa, los
al que Lenin acudirá más a menudo es el escritos de Kautsky); fórmula de la fusión del socialismo
y el movimiento de trabajadores; «la buena nueva», i.e.,
más cercano (y por tanto en mayor y más
la Social Democracia (después Partido Comunista) como
áspera polémica) con Lassalle, Blanqui o garantía y a la vez centro difusor de la confianza en la
Bakunin. El primero con mayor prioridad: misión histórica de los trabajadores, según el modelo de
porque será Lassalle, el teórico del «cuarto esferas de conciencia (de Kautsky, ver infra) y la confianza
en que los trabajadores responderán a ese llamado; el
estado», el que inspire el primer manda-
modelo de partido, de clase, independiente, en pos del
miento práctico para todo social demócrata socialismo, centralizado y disciplinado, tan democrático
revolucionario: una organización política como sea posible, con militantes especializados y
independiente para el proletariado [12]. Esta «funcionarios» propios; libertad política, esto es: sin
libertad política no es posible alcanzar los objetivos, y por
organización —decía Pavel Akselrod a fina-
tanto debe derrocarse al zarismo; liderazgo popular, esto es,
les de la década de 1890— debe ser «hege- ser un partido de toda la masa trabajadora; la hegemonía
del partido, i.e., que los trabajadores organizados sean
10.–Lars T. Lih, Lenin Rediscovered, op. cit., p. 29. los líderes naturales en la lucha nacional por la libertad
11.–Lars T. Lih, ibid., asigna cada uno de estos «Marx» a política; y finalmente, el internacionalismo, como punto
cada uno de los tres historiadores —en su opinión— más irrenunciable… o al menos así lo debía ser para los
representativos de la «marxología» moderna. Es decir, erfurtianos revolucionarios, que a partir de 1914 serían
respectivamente: Kolakowski, Eley, Hobsbawm. los leninistas, los «comunistas».
12.–Lars T. Lih, Lenin Rediscovered, op. cit., p. 56-57 y ss. 15.–Nótese mi (apresurada) traducción de «worker [sic]
Lenin y Bogdanov durante una visita a Maxim Gorky. Capri (Italia), abril de 1908 (Foto: autoría
desconocida, dominio público).
todo caso, diría Lenin, independientemen- huelgas sin estructura organizativa a largo
te de en qué lengua lo definamos, el hogar plazo—; impulsos colectivos masivos e im-
«natural» para este tipo de trabajadores era predecibles que pueden desencadenar una
el partido revolucionario —la social demo- revolución; un movimiento de trabajado-
cracia— y la tarea de este último era tanto res que, sin haberse producido una fusión
acogerles como lograr que hicieran suya efectiva con la Social Democracia, care-
esta tarea heroica de la que serían indivi- ce tanto de determinación y resolutividad
dual y colectivamente protagonistas [19]. como de soznanie socialista; un impulso de
Hablar de «natural» aquí, nos lleva a masas imparable y amplio; las formas or-
otro concepto problemático en Lenin, el de ganizativas más «elementales» o básicas;
stikhiinyi, habitualmente traducido como las circunstancias objetivas; los praktik que
«espontaneidad». Una vez más, las nuevas carecen de preparación, experiencia o for-
traducciones complican el problema, pero mación; la repetición de lemas vacuos por
también dan una imagen menos «geomé- no ajustarse a las circunstancias concretas;
trica» de Lenin. Entre 1901 y 1905 se han movimientos de trabajadores excluyentes
recopilado los siguientes significados para de toda táctica de alianzas; el seguidismo
stikhiinyi/stikhiinost: desorganizado, sin ciego a intelectuales que actúan y escri-
resolutividad —como un movimiento de ben desde su incapacidad para trabajar en
el movimiento obrero; el impulso y fuerza
Lih, op. cit., pp. 336 y ss., propone olvidar o limitar el uso política de las masas que así se despiertan
del término «conciencia» (en el sentido de que apunta
y pueden ser impulsadas ulteriormente por
a dos palabras muy diferentes en ruso, que Lenin y los
Social Demócratas combinaban, pero considerándolas los líderes y revolucionarios «profesiona-
precisamente diferentes): soznanie y soznatel›nyi. les», y desbordarlos si no son capaces de
19.–Lars T. Lih, Lenin Rediscovered, p. 342. dar a estas masas las estructuras, consignas
cracia y más elitismo, sino para combatir lo blación, deben enviar a todas partes desta-
que consideraba un amateurismo torpe del camentos de su ejército [24]».
movimiento», además de poner orden en la
construcción de un movimiento que para La tarea de los marxistas revolucionarios
Lenin debía inspirarse, (la famosa konspi- es siempre colectiva. El sendero se desbro-
ratsiia) en la experiencia clandestina del za desde el saber acumulado por todo el
SPD, pero sabiendo ir más allá, preservan- movimiento de los trabajadores. En este
do «toda una serie de hilos hacia la masa» sentido, con una fórmula del Lenin que tras
de trabajadores, sin dejar de concebir la 1905 se replantea su cercanía a Plejanov en
estructura clandestina no como la sede de lo filosófico [25], podríamos decir que la tarea
una élite conspirativa, sino como garantía y de los praktik es la de ejercer de espejo de
«espacio para una política abierta» en con- la situación real del movimiento; un reflejo
diciones de persecución policial [23]. interno en el que el movimiento de los tra-
La cuestión, una vez más, tiene que ver bajadores pueda percibirse a sí mismo en
con la capacidad y efectividad de la orga- las relaciones socioeconómicas nacionales
nización de todos los trabajadores, dentro e internacionales, y por tanto, como socia-
de los cuales los social demócratas deben lista; esta imagen a su vez resitúa dentro del
ejercer un papel hegemónico. O en palabras régimen político imperante al proletariado
de Lenin: en su conjunto. Sólo en conjunto las clases
trabajadoras pueden verse como son; y sólo
«La conciencia política de clase puede lle- viéndose como única fuerza revoluciona-
varse al trabajador sólo desde fuera, es de- ria de masas, todas ellas podrán derribar
cir, desde fuera de la lucha económica, des- el capitalismo. Por ello, convirtiéndola en
de fuera de la esfera de las relaciones de los teoría revolucionaria, la concepción de los
obreros con los patronos. La única esfera de «círculos de conciencia» de Kautsky acaba
que se pueden extraer esos conocimientos siendo, en manos de Lenin, una teoría del
es la esfera de las relaciones de todas las autoreconocimiento de las clases trabaja-
clases y sectores sociales con el Estado y el doras como socialismo en marcha. Por esto
gobierno, la esfera de las relaciones de to- mismo, Lenin haría siempre hincapié en el
das las clases entre sí. Por eso, a la pregunta mayor instrumento que tiene una sociedad
de qué hacen para dotar de conocimientos para verse reflejada: el periodismo.
políticos a los obreros no se puede dar úni- Pero llegados hasta aquí, quizás haya que
camente la respuesta con que se contentan, ajustar algunas cuentas con la bibliografía.
en la mayoría de los casos, los militantes
24.–ibid.
dedicados a la labor práctica [praktik], sin
25.–Comparto la insinuación de Stathis Kouvelakis («Una
hablar ya de quienes, entre ellos, son pro- reacción similar ya había llevado a Lenin al terreno de la
pensos al «economismo», a saber: «Hay que filosofía con Materialismo y empirocriticismo, una reacción
ir a los obreros». Para aportar a los obreros a la derrotada revolución de 1905 en un Kampfplatz
filosófico») de que, en una forma filosófica todavía
conocimientos políticos, los socialdemó-
primitiva, esa primera incursión filosófica se corresponde
cratas deben ir a todas las clases de la po- también a una toma de distancia política. Si la «teoría del
reflejo» era todavía demasiado plejanoviana, su aplicación
23.–Lars T. Lih, op. cit., pp. 433-449 (el segundo entreco- (implícita) a la concepción revolucionaria socialista sí
millado, sobre los «hilos», es una cita directa de Lenin –p. es un síntoma de que se estaba preparando una ruptura
438) y «Scotching the myths about Lenin’s `What is to be política. V. Stathis Kouvelakis, «Lenin como lector de
done’», en International Journal of socialist renewal, 21 de Hegel», en Lenin reactivado, Akal, Madrid, 2010, pp. 159-
octubre de 2010. 196.
como al escalar los 2122 metros del monte der luchar por su plena emancipación» [31];
Pilatus, con la satisfacción de «obtener un además, el aire, la libertad, también tienen
excelente descanso» [28] de la tensa cotidia- un relativo espacio en lo interno: «no hay
nidad del exilio o la lucha en plena revo- que pensar que las organizaciones del par-
lución. Para la pareja, la preocupación por tido deben estar integradas sólo por revo-
el «aire» parece casi una constante: en Si- lucionarios profesionales. Necesitamos las
beria, Lenin apreciaba unas zonas más que más diversas organizaciones de todo tipo,
otras, no tanto por la mayor temperatura, desde las más restringidas y conspirativas
sino porque «el aire era más suave» [29]. En hasta las más amplias y libres» [32]. La metá-
el exilio en Suiza, el montañismo era sobre fora, que aparece ya en Engels [33] y le llega
todo una manera de «respirar el fresco aire a Lenin a través de Kautsky, tiene que ver
del verano», y más adelante, descansando también con «el principio democrático»
en una dacha rusa, comentará de ella que que aparecerá en numerosos artículos, con
tiene «un aire excelente … ¡pura Suiza!» [30]. mayor intensidad entre 1900-1915. [34]
Las referencias al aire puro abundan en las El «aire fresco» —sugiere la metáfora en
postales de vacaciones; al fin y al cabo, eran otro de sus usos— indica una renovación, la
la prescripción médica para el problema de contemplación de viejos problemas desde
tiroides de Nadezhda. Pero también para la nuevas perspectivas. En la tradición lite-
revolución. raria y filosófica, el ascenso de la montaña
Una y otra vez Lenin repetirá la necesi- connota grandes revelaciones o decepcio-
dad para los social demócratas rusos (y por nes: así Petrarca, subiendo el Monte Vento-
tanto, más adelante, los comunistas) de so en absorta lectura de las Confesiones de
conquistar el «aire» que suponen las «liber- San Agustín; o Hegel, que llenó su Diario de
tades políticas». Sin estas, decía en 1903, viaje por los Alpes berneses de quejas y la-
«cualquier forma de representación [de los mentos. Aparte de ironizar sobre la supues-
trabajadores] se convertirá en un bochor-
noso fraude; el proletariado seguirá enca- 31.–Lenin, «La era de las reformas», Iskra, num. 46, 15 de
agosto de 1903 (corchetes míos, con las variantes pro-
denado [como antes, en prisión], sin la luz,
puestas por Lars T. Lih en varias traducciones), en Obras
el aire y el horizonte necesarios para po- Completas, tomo VI, Akal, Madrid, 1977, p. 580.
32.–Lenin, «Discursos e intervenciones en la discusión
2011, p. 144. Elwood se basa en la quinta edición de estas de los estatutos del partido», 15 de agosto de 1903, en
«obras completas». Para una discusión sobre los detalles y Obras Completas, tomo VI, Akal, Madrid, 1977, p. 547. Es
omisiones, véase R. C. Elwood [sic] How Complete is Lenin’s significativo que Lenin emplee deliberadamente la expre-
Polnoe Sobranie Sochinenii? en Slavic Review, vol. 38, n. 1, sión alemana «lose Organisationen»: pese al progresivo
marzo de 1979, pp. 97-105. No es un detalle menor la dis- distanciamiento, sigue existiendo el referente del SPD.
cusión de este artículo. La magnitud y detalle de estas
33.–Carta a Kautsky del 7 de febrero de 1882, en Marx-
obras completas supuso que de edición en edición des-
Engels Werke, Band 35, Dietz Verlag, Berlín, p. 270; y Die
aparecieran o reemergieran, cartas que ponían cuestiones
preussische Militärfrage un die deutsche Arbeiterpartei, de
políticas en juego, por ejemplo (p. 100) en la correspon-
1865, en ibid., Band 16.
dencia con Inessa Armand, cuestiones referentes al nacio-
nalismo ucraniano o el feminismo. 34.–El concepto aparece también, y con asiduidad, en los
textos relativos a la cuestión del derecho de autodeter-
28.–Carta de Lenin a Gorky, aprox. 9 de mayo de 1913, cit.
minación de los pueblos. Por ejemplo, en su polémica con
en Carter Elwood, The Non-Geometric Lenin, Anthem Press,
Karl Radek [alias «Parabellum»] respecto a lo que este
Londres, 2011, p. 143.
último consideraba la «ilusoria lucha por el inexistente
29.–Helen Rappaport, Conspirator. Lenin in exile, Basic derecho de autodeterminación», y en varios puntos de sus
Books, Nueva York, 2010, p. 20. tesis sobre esta cuestión; v. Lenin, Obras Completas, tomo
30.–Carter Elwood, The Non-Geometric Lenin, Anthem XXIII, Akal, 1977, p. 43, y pp. 241-256, y tomo XX, p. 334-
Press, Londres, 2011, p. 122 y 148. 345.
ta épica del ascenso, que tanto había ate- bemos qué hizo, o dónde se encontraba, o
rrorizado al oligarca de Berna, Christoph a veces qué comió, cenó o leyó en un día
Meiners, (Qué torpe resultó el señor Mei- determinado. Sin embargo, de esos días
ners / nunca sabrá escalar / empresa simi- sólo sabemos que quizás pudo encontrarse
lar, si hay otra ocasión / por favor, déjela es- con alguien a quien —en una carta a Kame-
tar), Hegel volvió de su excursión sintiendo nev— llama «el ciudadano incógnito» [38]. Se
tanta molestia como indiferencia. El paisa- ha dicho mucho sobre este personaje des-
je montañoso, «este desierto de piedras», conocido: que no lo era tanto, que podría
no le pareció «ni grandioso ni placentero», ser Inessa Armand [39] o algún correspon-
y si en algún momento superaba «la pura sal clandestino del partido. Pero dadas las
necesidad inerme», era en sus cascadas. No pruebas de que disponemos, se podría sos-
hay en las alturas contingencia, inquietud tener igualmente que su encuentro fue con
del ser, sino pura necesidad. «Sólo el mine- el difunto Alexander Herzen, aquel cuya
ralogista», dirá Hegel, podrá encontrar «la «álgebra de la revolución» Plejanov había
revolución en estas montañas» [35]. convertido en «álgebra de la evolución».
El Hegel cercano a la treintena buscaba Al margen de especulaciones sobre un
la revolución en las montañas; Lenin esca- encuentro del que no sabemos nada, lo que
paba de ella por unos días, aunque sin éxito. este vacío señala, a nivel teórico-práctico,
Tras alcanzar la cima, volvía a pensar en sus es un momento de impasse. En las diver-
disputas con los mencheviques, a lo que el sas reconstrucciones del pensamiento de
resto de excursionistas replicaban pidién- Lenin el corte definitivo se desplaza dos
dole que «no estropeara el paisaje con la años atrás o adelante, pero en todo caso se
política» [36]. En esto Lenin ya estaba siendo describe como un vacío que señala la irrup-
hegeliano antes de leer al filósofo alemán; ción algo nuevo, ya sea la importancia de
será lejos de la altitud alpina y su necesi- la decisión frente al cálculo, el rupturismo
dad inerme, en los parajes más bajos de la revolucionario, «la revolución contra el Ca-
contingencia, donde Lenin vuelva a reen- pital», o la ruptura definitiva con la social-
contrarse con la inspiración revoluciona- democracia de la II Internacional. Pero no
ria. Lo hará poco tiempo después de escalar son pocos los que señalan los años (1909-
los 2122 metros del monte Pilatus, y tras el 1914) en cuyo centro están estos 16 días,
descenso, desaparecer completamente du- como los años de la ruptura teórica (y de
rante 16 días. hecho filosófica) con ciertas convicciones
En los registros [37], a día de hoy, no hay —repito, teóricas [40]— pasadas.
todavía pruebas documentales sobre lo que
ocurrió entre la conferencia que dio en Gi- 38.–Carta de Lenin a Kamenev del 21 de septiembre de
nebra, a comienzos de octubre, y su llega- 1911, y del 7 de octubre de 1911, en V. I. Lenin, Neizvestnye
dokumenty, 1891–1922, Moscú, 1999, pp. 92 y 95-96 (cit. en
da a París el 18 de octubre de 1911. Para la
C. Elwood, op. cit., p. 144).
práctica totalidad de la vida de Lenin sa-
39.–Cfr. el capítulo «Lenin and Armand: New Evidence on
an Old affair» en Elwood, C., op. cit., pp. 111-125.
35.–G. W. F. Hegel, Reisetagebuch Hegels durch die Berner
40.–Lih insiste una y otra vez en que Lenin nunca conside-
Oberalpen (1796), en Hegel’s Werken, Verlag von Duncker
ró que se hubiera dado una ruptura en su visión política
und Humblot, Berlín, 1844, pp. 470-490.
fundamental: «no necesitamos probar que las condiciones
36.–Helen Rappaport, Conspirator. Lenin in exile, Basic objetivas en Europa occidental están listas para una re-
Books, Nueva York, 2010, pp. 108-109 volución socialista; esto se admitía ya antes de la guerra
37.–Esto es, en la monumental Biograficheskaia Khronika por todos los socialistas influyentes en todos los países
–véase supra, notas 26 y 27. avanzados», cit. en Lars T. Lih, Lenin (critical lives), Reaktion
y política creada por la guerra para alzar a demostrado ya cómo las perturbaciones en
las masas y con ello acelerar el derrumbe cualquiera de sus estructuras, por lejanas
del dominio de la clase capitalista» [53]. Al (y «burguesas») que fueran geográficamen-
acabar el verano de 1915, en Zimmerwald, te, podían alcanzar el centro y reenviar esas
donde se reunieron los socialistas críticos reverberaciones de vuelta a todo el sistema.
con aquellos «horrores», los debates no La última escalada del Rothorn en 1915,
fueron tan fáciles para Lenin como podría relató años después Krupskaya, también
esperarse; demasiada poca dureza con los tuvo un carácter terapéutico: «Ilych repen-
socialistas belicistas, y una solución dema- tinamente se tumbó en el suelo, y casi in-
siado abstracta: un pacifismo que no cor- mediatamente se durmió, sobre la nieve. …
taba de raíz las razones últimas de la gue- Durmió durante una hora. Zimmerwald lo
rra imperialista. Esto es, un pacifismo sin había agotado» [56].
socialismo. De ahí surgiría la izquierda de Efectivamente, había llegado el momen-
Zimmerwald, cuyas posibilidades de triun- to no de ascender, sino de tomar el sendero
fo Lenin cifraba en términos tan hegelianos de bajada, y adentrarse en los laberintos del
como los de sus apuntes; las fuerzas con las bosque al pie de la montaña. Como dijera
que contaban podrían ser «los holandeses, Zinoviev en 1917, era el momento de que
más los alemanes de izquierdas, más noso- «la verdad sobre la guerra, sobre el zar, so-
tros, más cero», pero añadía: «eso no im- bre la egoísta burguesía, alcance finalmen-
porta, porque el cero, después, será todo el te a la aislada aldea rusa, enterrada bajo
mundo» [54]. montañas de nieve» [57]. Y pese al discutible
Y la consigna resume bastante de lo que final, este diálogo epistolar resume parte de
era el plan estratégico, también en retros- lo que sí ocurrió en el lento camino hacia
pectiva (o cómo 1905 demostraba más co- la revolución de Octubre: «¡Ojalá que esta
sas de lo que parecía): «Es deber del prole- verdad penetrara en las filas del ejército
tariado en Rusia completar [hasta el final] ruso, que en su mayor parte se compone
la revolución democráticoburguesa en Ru- de campesinos! Entonces, la heroica clase
sia, con el fin de encender la revolución so- obrera rusa, con el apoyo de los elementos
cialista en Europa … No cabe duda alguna más pobres de la clase campesina, final-
de que la victoria del proletariado en Rusia mente librará a nuestro país de la vergüen-
crearía condiciones extraordinariamente za de la monarquía y la lleve con mano se-
favorables para el desarrollo de la revolu- gura hacia una alianza con el proletariado
ción en Asia y en Europa. Así lo demostró socialista de todo el mundo» [58].
inclusive el año 1905» [55]. Esta última nota No hay espacio aquí para desbrozar toda
da el tono «dialéctico» preciso: el entrama- la sinuosa senda, los forcejeos, pasos ade-
do capitalista-imperialista europeo había lante y atrás, mediante los cuales, hasta la
primera mitad de 1917, soldados, campesi-
53.–Lars T. Lih, Lenin (critical lives), Reaktion Books, Lon- nos y trabajadores rusos fueron haciendo
dres, 2011, p. 126.
54.–Lenin, Carta a Radek de junio de 1915, cit. en Lars T. 56.–Carter Elwood, The Non-Geometric Lenin, Anthem
Lih, Lenin (critical lives), Reaktion Books, Londres, 2011, p. Press, Londres, 2011, p. 150.
129. 57.–Carta de Zinoviev del 31 de enero de 1917, en N. Lé-
55.–Lenin, «Algunas tesis», en Obras Completas, tomo XXIII, nine y G. Zinoviev, Contre le Courant, vol. 2., trad. V. Serge y
Akal, Madrid, 1977, pp. 33-35. Cursivas de Lenin y en cor- Parijanine (ed. facsímil de Francis Maspero, París, 1970), p.
chetes una corrección de Lars T. Lih a la traducción (ibid., 112, cit. en Lih, ibid., p. 131.
p. 130), en este caso sutil, pero interesante. 58.–ibid.
condición: ¡todo esto debe quedar absolu- son realizadas por el pueblo en su totalidad,
tamente entre nosotros!» [63]. menos necesidad hay para la existencia de
este poder [66].
Finalmente, el libro acabaría publicado. Pero, si recordamos esa visión «total» y
Partiendo de las disputas en 1916 con Buja- «mediada» que Lenin ha desarrollado du-
rin acerca de la naturaleza de la superación rante todos los años anteriores, resulta
del estado burgués, para ir después más «infantil» pensar que, integrada en la lucha
allá de la teorización de este último (y la europea y asiática por la emancipación y
izquierda alemana) sobre la destrución del estando «toda la historia del bolchevismo
«Estado imperialista», Lenin situaba ya el … llena de casos de maniobra, de acuerdos,
centro de la cuestión en los soviets de 1905. de compromisos» también más allá de las
A partir de ellos, del trabajo político cons- fronteras, la estructura a «derribar» estaría
truido sobre el vlast (dirección efectiva, au- aislada en un sólo país, en una sola región.
toridad legítima, poder) del narod (pueblo, Por eso se trata, se trataba, de una «guerra
fuerzas populares) [64] salir de la disyunción para derrumbar a la burguesía internacio-
entre «la extinción» y la «destrucción del nal, una guerra cien veces más difícil, pro-
Estado» [65]. El Estado, arguye Lenin entre la longada y compleja». Pero en esta guerra
selva de citas de Marx y Engels, no es un —se preguntó Lenin ya al final de su vida—
cuerpo neutral de instituciones, sino que «renunciar de antemano a toda maniobra,
está estructuralmente diseñado para de- a toda utilización… del antagonismo de in-
fender a la clase dominante; el proletariado tereses existente entre los enemigos, a los
debe quebrar y desmontar esta estructura, acuerdos y compromisos con posibles alia-
y si lo logra, organizar su propio Estado dos»,
revolucionario. En él, conforme la produc- ¿No se parece esto al caso del que
ción se pone al servicio de la abrumadora en una ascensión difícil a una montaña
mayoría, decae la necesidad misma de la inexplorada, en la que nadie hubiera puesto
existencia de Estado, y este finalmente se la planta, renunciase de antemano a hacer
extinguirá. No el «Estado capitalista», que zigzags, a desandar a veces lo andado, a
no se extingue sino que se derroca, sino el abandonar la dirección elegida al principio,
«Estado obrero»: para probar otras direcciones? [67]
Y puesto que la mayoría del pueblo su-
prime ella misma a sus opresores, ¡ya no es
necesaria una «fuerza especial» para su su-
presión» En este sentido, el Estado comien-
za a extinguirse. En lugar de las institucio-
nes especiales de una minoría privilegiada
… la mayoría misma puede cumplir direc-
tamente todas estas funciones, y en la me-
dida en que las funciones de poder estatal
Resumen:
Palabras clave: Revolución de Octubre, Hands Off Soviet Russia, Amigos de la Unión Soviética,
Entente Internacional contra la III Internacional, propaganda.
Abstract:
This article addresses the international impact of the October Revolution through an approach to differ-
ent associations in defense of revolutionary achievements and against international interventionism in the
Soviet Russia, as well as the organized mobilization against the revolution and the so-called «Red terror»,
as a rejection of the Third International, its organizations and the Soviet model. The text draws on previous
research work, unpublished sources and specialized historiography.
Keywords: October Revolution, Hands off Soviet Russia, Friends of the Soviet Union, l’Entente Interna-
tionale Anticommuniste, propaganda.
* Este artículo toma como base estudios previos de la autora, fuentes procedentes de archivos y bibliotecas de Reino
Unido, Rusia, Suiza y España que han podido ser recabadas gracias a las estancias financiadas por los proyectos: Hispa-
nofilia III Ref. HAR2014-52414-C2-1-P y Ayuda Humanitaria Europea Ref. HAR2014-58043-P.
peranza de una revolución mundial y glo- ve reside en el estudio de las fuerzas activas
bal, ineluctable y próxima» [3]. Como señala dentro de cuerpo político occidental y la
Mary Davies, no fue meramente un reem- aproximación cultural y social de las socie-
plazamiento de la Internacional socialista dades [5]. De la que forman parte el bosquejo
destruida con el comienzo de la I Guerra de los movimientos de solidaridad y refrac-
Mundial, sino el fruto de la división entre tarios a Octubre de 1917 que se esbozan a
distintas tendencias de pensamiento den- continuación.
tro del socialismo [4]. Su segundo congreso,
en 1920, supuso el germen de los partidos Movimientos de apoyo a la Revolución
comunistas. No todas las organizaciones de Octubre de 1917 y al modelo
se sumaron a la misma, socialistas y anar- soviético: Hands off Russia y los Amigos
quistas criticaron la deriva revolucionaria y de la Unión Soviética (AUS)
la implantación de la dictadura del prole-
tariado. Los partidos comunistas no fueron Los años que siguieron a Octubre de
las únicas expresiones de apoyo a la Rusia 1917 fueron de agitación social. En el caso
soviética. británico, desde el final de la I Guerra Mun-
En este texto se realiza un recorrido por dial a la huelga general de 1926, se refor-
movimientos a favor de la Revolución de muló la política de la izquierda. A los ojos
Octubre como Hands off Soviet Russia, y de sus partidarios, la Rusia soviética ofrecía
dentro del manto de la Komintern a la Aso- nuevas posibilidades de cambios políticos,
ciación de Amigos de la Unión Soviética, sociales y económicos y de ahí la moviliza-
constituidos en 1927, que supuso un salto ción en su defensa.
cualitativo, pues se dotó de una estructura La campaña Hands off Russia fue promo-
internacional en defensa de la Revolución vida por los socialistas británicos en 1919 en
y el modelo soviético. En sentido contrario, contra de una intervención británica a favor
en 1924, se constituyó la Entente Interna- del Ejército Blanco en la Guerra Civil Rusa.
cional contra la III Internacional como fre- El Comité Nacional fue elegido en Londres
no a la extensión del comunismo, que en el en enero de 1919. Participaron en el mismo
plano de la política internacional se mate- William Paul [6], W.P. Coates [7], que fue su
rializó en el pacto Anti-komintern, suscrito
por Alemania y Japón en 1936, al que se su- 5.– Martin Malia, Russia under western eyes, Havard-Cam-
maron más países. bridge, 1999, pp. 8 y 14.
Estas percepciones contrapuestas sobre 6.– William Paul (1884–1958). Político socialista británi-
co. Perteneció al Socialist Labour Party (SLP). Se opuso a
lo que sucedía en Rusia han variado más en
la I Guerra Mundial. En 1917, publicó The State: Its Origin
función de las aspiraciones, frustraciones y and Function, Scotland, the Socialist Prres, obra en la que
circunstancias particulares de los observa- desarrolló la teoría marxista sobre el Estado. Proponía la
dores occidentales, es decir, de los compo- unidad comunista y, una vez fue rechazada por el partido
socialista, organizó the Communist Unity Group, que se uni-
nentes subjetivos. Para Martin Malia la cla-
ría al Partido Comunista británico en su asamblea funda-
cional. Fue editor de las publicaciones periódicas Commu-
3.– Serge Wolikow, «La creación de la Komintern y la onda nist Review y Sunday Worker, labor que desempeñó junto
expansiva de la revolución en Europa: interacciones y con su labor política parlamentaria. También participó en
desfases», en Juan Andrade y Fernando Hernández (eds), los movimientos de amistad anglo-soviéticos. Para más
1917. La Revolución rusa cien años después, Madrid, Akal, información, véase Marxist Internet Archive.
2017, p. 186. 7.– William (Bill) Peyton Coates (Kinsale, Irlanda, 1883-
4.– Mary Davis, Sylvia Pankhurst, A life in Radical Politics, 1963). Fue desde 1903 integrante de the Railway Clerks
London, Pluto Press, 1999. Association y su sucesora, the Transport Salaries Staffs As-
secretario nacional, Harry Pollit [8], y David non-Bolshevik elements into the camp of
Ramsay [9], su tesorero, entre otros. Les unía Lenin and Trotsky» [10].
su oposición a la participación británica en
la I Guerra Mundial y muchos integraron el A este llamamiento se sumaron los in-
futuro Partido Comunista británico. cipientes partidos comunistas como el
El apoyo a los bolcheviques se canali- norteamericano, que hacía el siguiente lla-
zó en publicaciones como Hands off Russia mamiento para rechazar cualquier ataque
(1919), en la que William Paul declaraba: contra la Rusia soviética:
«The imperialist Powers know that the very «Workers of America! It is not sufficient to
essence of Socialism is its international po- know and to bear all
licy of a World Republic of Labour. They rea- this in mind — you must act accordingly.
lise that the triumph of Socialism in Russia Your slogan must be: Not a soldier for war
is but the first step towards the triumph of against Soviet Russia, not a cent, not a rifle
Socialism internationally. Hence their uni- to help wage this war.
ted designs and attacks to crush the Bols- This slogan has already been adopted by
heviks in order to prevent the spread and the British, French, and Italian workers.
triumph of revolutionary Socialism in other In Great Britain, in France, and in Italy the
countries. workers are refusing to load ships with am-
The sheer savagery of these [White Rus- munition and provisions destined for the
sian] usurpers has only had the effect of foes of Soviet Russia.
driving honest moderate socialists and The Soldiers are refusing to go to the
Russian fronts!!
sociation. Fue miembro del Partido Socialista británico, American workers, you must follow their
llegando a ser su organizador nacional en 1919 e integró
example!
el Partido Comunista británico. En septiembre de 1919,
formó parte del Comité nacional de «Hands off Russia» To every invitation to play the part of Cain
en Manchester del que fue su secretario. Se caracterizó towards your Russian brothers, to every re-
en sus escritos de autoría única, como en los redactados quest of the American government to enlist
con su esposa Zelda Khan, por su rechazo a los ataques
for active service in Russia, or to load ships
antisoviéticos. Publicó, entre otras obras: Armed Interven-
tion in Russia (1935); World Affairs and the USSR (1939); A for the bloodstained Russian White Army,
History of Anglo-Soviet Relations, vol. I. (1943), vol. II (1958). there must be one answer: ‘HANDS OFF
Graham Stevenson, «William P. Coates», Daily Worker, 9 de SOVIET RUSSIA!’» [11]
agosto de 1963, recogido en http://www.grahamsteven-
son.me.uk/index.php (consulta: 12 de octubre de 2017).
Aparte de sus publicaciones, habría que
8.– Harry Pollit (1890-1960). Fue delegado de la asocia-
ción de caldereros en el TUC y participó activamente en sumar el apoyo del periódico Daily Herald
campañas contra la provisión de armamentos contra los del político socialista George Lansbury y
bolcheviques. Fue Secretario General del Partido Comu- sus ramos [12], los mítines, y actos que re-
nista entre 1929 a 1956. Para más información, véase
vistieron de simbolismo, como la negativa
Marxist Internet Archive.
de los trabajadores del puerto de Londres
9.– David Ramsay (1883 – 1948). Se involucró activamen-
te en el Clyde Workers Committee formado contra la Muni-
10.– Paul Williams, Hands off Russia!, Renfrew, Socialist La-
tions Act. Participó en la formación del Partido Comunis-
bour Press. 1919, pp. 13, 16.
ta británico. Estuvo bajo vigilancia por su activismo, fue
acusado de sedición por sus discursos y estuvo bajo la 11.– A. Raphailoff, Hands Off Soviet Russia! [November
sospecha de ser espía de Moscú. Sobre este aspecto véase 1919].
KV 2/1867-1870, 1919, National Archive files; BHT Report 12.– Mary Davis, Sylvia Pankhurst, A life in Radical Politics,
on revolutionary organisations, CPGB Archives. London, Pluto Press, 1999.
a cargar el SS Jolly George, con armas pre- se de Trabajadores (el equivalente para la
sumiblemente destinadas a Polonia en su capital del Comité de los trabajadores de
enfrentamiento con Rusia. El comité de Clyde) y la Worker’s Socialist Federation de
Hands off Soviet Russia intervino en la Sylvia Pankhurst quien, en agosto de 1919,
coordinación de apoyo y suministró a los en «The British Workers and Soviet Russia»
trabajadores literatura pro-soviética, co- criticó la intervención contra los bolchevi-
pias del texto de Lenin, Appeal to the toi- ques, que había comenzado en 1918 con el
ling masses. En esta labor de concienciación llamamiento de Kerensky a los aliados con-
destacó el papel de Melvina Walker, del tra la Rusia soviética, a quien consideraba
Workers Socialist Federation (WSF), y su pu- un instrumento de la contrarrevolución za-
blicación Workers Dreadnought. El objetivo rista, y afirmó:
se cumplió, puesto que el SS Jolly George sa-
lió sin carga en mayo de 1920. Las protestas «The workers are gradually coming to rea-
incluyeron también campañas de boicot a lize that the Russian and Hungarian Soviet
otras naciones que luchaban por derrocar Governments are governments of the wor-
sus propias revoluciones comunistas. Giles king class, answering to their needs, and
Udy atribuye a esta y otra acciones el pro- enabling them, at last, to realize their long
pósito de mostrar un claro apoyo a la Rusia cherished ideals. Though the official lea-
soviética más que a una impronta pacifista. ders like Arthur Henderson have depreca-
Así se manifestó en el llamamiento repro- ted, repudiated, and even helped to slander
ducido en prensa: the Soviets, a deeply felt sense of solidarity
with Communist Russia has been growing
«Keep a sharp eye on all cargoes. No mu- steadily amongst the workers. For months
nitions must sail. No guns, aeroplanes, past «Hands Off Russia» has found its way
shells, bombs. Take no heed of cowardly into the resolution of every labor and So-
politicians. With peace, Russia will light a cialist propaganda meeting and literature
beacon for the world. This world over. The about Russia has been the more eagerly
workers’ cause is one. An murder is murder! read than any other» [15].
Dockers you will not fail» [13].
En noviembre de 1919, el Comité Nacio-
Hands off Russia reunió a integrantes nal de Hands off Russia señalaba por carta
del Partido Socialista Británico, del Parti- los propósitos de los reaccionarios, repro-
do Laborista Socialista, los «Trabajadores duciendo un artículo publicado, el 27 de
Industriales del Mundo» (la versión britá- septiembre de 1919, por «Causa común»,
nica de ‘Wobblies’ [14]), el Comité Londinen- órgano de expresión de los emigrados rusos
en París, y subrayando: «For the Russians as
13.– The Times, 20 de mayo de 1920, reproducido en Giles for the Allies two urgent and precise duties
Udy, Labour and the Gulag: Russia and the Seduction of the
British Left, Biteback, 2017. 15.– Sylvia Pankhust, «The British Workers and Soviet Rus-
14.– Trabajadores Industriales del Mundo (The Industrial sia», The Revolutionary Age, 9 August, 1919, https://www.
Workers of the World, conocido por sus siglas en inglés marxists.org/archive/pankhurst-sylvia/1919/british-wor-
IWW o los «Wobblies»), sindicato seguidor de la teoría sin- kers.htm (Consulta: 12 de octubre de 2017). Para profun-
dicalista revolucionaria (democracia laboral y autogestión dizar en la influencia de la Revolución Rusa en Gran Bre-
obrera), que tiene su origen en Chicago, el 27 de junio de taña, véase: Mary Davis, Comrade or Brother?: The History
1905. Para más información véase Archie Green, Wobblies, of the British Labour Movement 1789-1951, London, Pluto
Pile Butts, and Other Heroes: Laborlore Explorations, Urbana, Press, 1993; Reinter Tosstorff, The Red International of La-
University of Illinois Press, 1993. bour Unions (RILU), 1920-1937, Leiden, Boston, Brill, 2016.
present themselves (I) a pitiless struggle Un paso más se produjo en 1924, cuando el
against the Bolsheviki, the half Bolshevi- gobierno laborista de Ramsay Macdonald
ki, against all the militants like Kerensky, estableció relaciones diplomáticas con la
Petlura, Longuet, Cachin and Henderson». Unión Soviética, en la línea defendida por
Este tipo de afirmaciones transmitidas por el Comité Nacional de Hands off Rusia [19],
parte de Coates no merecían más comenta- que hizo posible su transformación en el
rio que probar que tanto Kolchak como De- Anglo-Russian Parliamentary Committee del
nikin eran «reactionaries of the very worst que W.P. Coates formó parte como secreta-
type» [16]. rio durante décadas hasta su muerte.
El temor ante una declaración de guerra Los Amigos de la Unión Soviética tam-
de Reino Unido contra la Rusia soviética lle- bién hicieron suyo el lema de Hands off So-
vó, en agosto de 1920, a organizar los «Con- viet Russia en la conferencia que tuvo lugar
sejos de Acción». Se formaron alrededor de en Colonia en 1928. Se habían constituido
350, establecidos en toda Gran Bretaña, que un año antes en la casa de los Sindicatos de
también se extendieron por diferentes paí- Moscú con motivo del décimo aniversario
ses. En la circular del Comité Nacional con- de la Revolución de Octubre.
sideraban que gracias a esa acción se pudo Jean François Fayet ha documentado
parar la declaración de guerra abierta, valo- los preparativos del viaje de la delegación
rando positivamente el efecto logrado en el suiza y su recepción en la URSS. La comi-
gobierno británico, ante la confluencia de tiva, formada por dieciséis personas y con
la fortaleza desplegada por el Ejército Rojo predomino en su composición de obreros,
y el miedo de una eventual acción por parte llegó el 5 de noviembre de 1927. El 6, fueron
de los «Consejos de Acción» que repercu- recibidos con otras delegaciones en la casa
tiera en la industria [17]. de los sindicatos por Rykov y Stalin, luego
El apoyo a la naciente Unión Soviética no por Kalinin y Bujarin. Este último afirmó en
se limitaba a campañas puntuales. Las pri- su discurso que la URSS era el único país
meras delegaciones del Trades Union Con- del mundo en el que el Gobierno considera-
gress (TUC) visitaron Rusia (y desde 1922 ba necesario informar sobre sus actividades
la URSS) entre 1917 y 1924, estableciéndo- no solo a sus electores, sino también a los
se el Anglo-Russian Joint Advisory Council representantes de los trabajadores [20]. El día
entre la TUC y los sindicatos soviéticos [18]. 7 de noviembre, las delegaciones extran-
jeras estuvieron presentes en el desfile de
16.– Carta de W.P. Coates, «Aims of the Russian reactiona-
la Plaza Roja. Estos grandiosos festivales
ries», 4 de noviembre de 1919. Documentos del National
«Hands off Russia» Committee: Archive Collection,Trades constituían para la mayoría de los delega-
Union Congress, Warwick Library. dos una culminación del viaje [21]. Después
17.– Circular de W. P. Coates, «For Labour and Socialist
speakers», 1921. Documentos del National «Hands off 19.– W.P. Coates, ‘Why Russia should be recognised’, 1 de
Russia» Committee: MSS.15X/2/333/1, Warwick Library. enero de 1924. Documentos del National «Hands off Rus-
sia» Committee: MSS.15X/2/333/7, Warwick Library.
18.–Delegaciones británicas visitaron la Unión Soviética.
Su composición y objetivos variaron considerablemente, 20.– Jean-François Fayet, VOKS. Le laboratoire helvétique,
reflejando la corriente mayoritaria en la política sindical Histoire de la diplomatie culturelle soviétique dans l’entre-
del momento. Así, la delegación de 1917 se encontró con deux-guerres, Genève, Université de Genève, 2014, pp. 309-
el Gobierno Provisional y urgió el apoyo para continuar en 313.
la I Guerra Mundial, mientras que la de 1920, fue firme- 21.– Para más información véase Sophie Coeuré, «Les
mente anti-intervencionista. La de 1924 ha quedado me- ‘fêtes d’Octobre’ 1927 à Moscou. La dynamique des struc-
jor documentada al participar Fred Bramley, entonces se- tures d’influence soviétiques et kominterniennes autour
cretario general de la TUC. Trades Union Congress Library. d’un anniversaire», Communisme, 42-43, 1995, pp. 57-74.
de haber visitado no sólo escuelas, fábricas, disfrutaron de una bienvenida especial du-
prisiones, la capital y las principales ciu- rante dos meses, y tomaron la iniciativa. El
dades de la URSS, sino también el campo, 10 de noviembre, se inauguró el congreso
Ucrania, Asia Central, el Cáucaso, incluida en el Gran Salón de la Casa de Sindicatos de
Georgia, que desde su adhesión a la Repú- Moscú, descrito por el escritor francés Paul
blica Soviética de Transcaucasia era uno Vaillant-Couturier como «Una gran sala,
de los objetivos privilegiados de la propa- completamente cubierta de rojo, las relu-
ganda antisoviética, conversando con los cientes columnas de mármol reflejan los
detenidos, permaneciendo en guarniciones inmensos candelabros y aquí, antes de la
militares, con visitas imprevistas y listas de revolución, bailaban la atroz e inútil noble-
preguntas formuladas antes de su partida. za rusa» [23]. En el congreso, Barbusse pro-
En líneas generales, el panorama mostrado nunció un discurso señalando los peligros
les satisfacía, pero sin embargo no visuali- de una guerra imperialista que pendía so-
zaban el coste social de las realizaciones. bre la URSS, y denunciaba las acusaciones
Pocos días después, se celebró el congreso de interferencia soviética en la vida política
fundacional, conforme a lo establecido por de otros países, proclamando:
W. Münzenberg [22]. Will Lawther, represen-
tante sindical de la delegación británica, y «Nosotros debemos defender el Estado so-
el escritor Henri Barbusse por la francesa, cialista contra sus traidores. Nosotros de-
bemos defenderlo contra esos que quieren
22.– Willi Münzenberg (1889-1940). Miembro fundador
del Partido Comunista alemán. Presidió la Internacional destruirlo. Estas son dos partes insepara-
Comunista de la Juventud entre 1919 y 1920 y organi- bles de una misma misión, para ello es sufi-
zaó la Ayuda Internacional de los Trabajadores en 1921. ciente para las masas trabajadoras interna-
Para profundizar en su trayectoria política véase: Sean
McMeekin, The Red Millionaire: A Political Biography of Willi
Münzenberg, Moscow’s Secret Propaganda Tsar in the West, 23.–Jean-François Fayet, VOKS. Le laboratoire helvétique, p.
1917-1940, New Haven, CT: Yale University Press, 2004. 312.
cionales con entender lo que está en juego que la alianza entre la ciencia y el trabajo
aquí, hacerles actuar consecuentemente y era descrita como una realidad en la Unión
estas masas, cuya fuerza y conciencia es- Soviética porque tenían un fin social, aña-
tán creciendo, serán el mejor baluarte en el diendo que si por «democracia» se enten-
futuro». [24] diera participación, los delegados conside-
raban que el término sólo podría aplicarse
Más de cuarenta países estuvieron re- a la URSS. La otra resolución alertaba del
presentados, incluyendo a la URSS. El país peligro de guerra imperialista. Y apelaban
con más representantes fue Alemania con a todos los amigos de la URSS por medio de
un total de 167, seguido de Francia y Gran una carta abierta, en la que, a pesar de las
Bretaña. Las delegaciones fueron heterogé- diferencias que les dividían, conminaban a
neas en cuanto a composición, pero inclu- erigirse como un solo hombre en la defensa
yó mayoritariamente a unos 927 delegados del modelo soviético frente a sus ataques,
sindicales, entre los que se encontraban considerando a la Unión Soviética como
mineros, ingenieros, trabajadores texti- «una madre querida», y declarándose: «fie-
les y campesinos. 117 participantes eran les combatientes de su causa que es la causa
intelectuales, entre éstos, predominaban de la verdad mundial y del progreso huma-
los escritores y periodistas. No resultó una no», tomando como ejemplo a la Rusia So-
singladura sencilla, pues numerosas fueron viética para llevar a cabo realizaciones que
las trabas impuestas a la presencia de las «alientan la esperanza de los oprimidos» [26].
delegaciones en la URSS. En el caso de Gran El apoyo a la URSS se hizo extensivo a la
Bretaña, se organizó una campaña contra- China revolucionaria. Para llevar a cabo su
ria a la participación en la prensa. A otros labor promovieron «la agitación para la ac-
delegados se les privó de visados y muchos ción» y la necesidad de crear una estructura
fueron amedrentados con la expulsión de internacional.
sus respectivas organizaciones si acudían Por tanto, las delegaciones se apresta-
al Congreso. Otros vivían bajo dictaduras, ron a cumplir con sus compromisos. Se-
y el congreso les sirvió para mostrar su ad- gún el relato de Fayet, a la comitiva suiza
hesión a la URSS al tiempo que denunciar le esperaban, en la estación Zúrich, unos
regímenes fascistas como el italiano. [25] mil quinientos obreros con bandera roja y
El congreso concluyó con la aprobación sindical, pero la ola de testimonios cesó un
de varias resoluciones. Una de ellas relacio- mes después, no pudiendo servir de antído-
nada con los frutos de la Revolución tras to de las calumnias de la prensa burguesa y
diez años de lucha y construcción socialista. reformista con millones de lectores [27].
En la que los delegados, testigos in situ, su- El 27 de mayo de 1928, en Colonia (Ale-
brayaban el desarrollo económico sobre la mania) se celebró el segundo congreso de
base socialista, la mejora en las prestacio- los Amigos de la Unión Soviética que le dotó
nes sociales de la población, con una mayor
cobertura de sus necesidades materiales y 26.– «De la carta abierta de un grupo de participantes en
un acceso gratuito a la educación. A la vez el congreso de Amigos de la URSS a los amigos del país
de los Soviets en el extranjero», Cultura y Vida, 10 (1967),
24.– Friends of Soviet Russia. International Congress. No- p. 16 en Magdalena Garrido, Compañeros de viaje. Historia y
vember, 1927, London, Published for the British National memoria de las asociaciones de amistad hispano-soviéticas,
Committee of Friends of Soviet Russia by the Labour Re- Murcia, Edit.um, 2009, p. 45.
search Department, 1928, pp. 65-66. 27.– Jean-François Fayet, VOKS. Le laboratoire helvétique,
25.– Ibid. p. 5 y ss. p. 313.
Movimientos refractarios a la
Revolución de Octubre de 1917 y al
modelo soviético: La Entente contra la
III Internacional
ciones y publicaciones, como The New Rus- impronta que sus respectivos secretariados
sia. Organizaciones como la Entente contra nacionales tuvieran, y de la trayectoria de
la Internacional Comunista, cuyas aspira- la organización, marcó una etapa dentro
ciones eran derrocar a la Unión Soviética y del anticomunismo, que persistió impulsa-
contrarrestar su propaganda, se sumaron a do por una miríada de grupos de extrema
este propósito. En ese sentido, suministró derecha. Y nutrió a otras organizaciones
información anticomunista en sus publi- durante la guerra fría en la lucha propagan-
caciones como el vademécum antibolchevi- dística librada frente al modelo soviético y
que que tuvo gran difusión. Más allá de la sus partidarios.
Resumen
Palabras clave: Revolución Rusa, Constitución soviética de 1918, hegemonías, clases po-
pulares, obrerismo, republicanismo.
Abstract
The Russian Revolution has traditionally been taken as a breaking point between the labour move-
ment and the republican middle classes. However, the undeniable separation that both sectors experi-
enced had already begun to have place before the Great War broke out. The events in Russia, actually
facilitated the conditions to build an alternative to the decomposing liberal universe. On the one hand,
the Soviet Constitution of 1918 marks the political direction of future agreements; on the other hand,
since 1919-1920, the labour movement will become the main radiator of hegemony within the popular
field, attracting the democratic middle class towards it.
Key words: Russian Revolution, Soviet Constitution of 1918, hegemonies, popular classes, labour
movement, republicanism.
una incorporación de las masas a la polí- los nuevos lugares de ocio y esparcimiento
tica» que se alargaría hasta comienzos del que surgieron al calor de la modernización
siguiente siglo [2]. Estos últimos «represen- de las ciudades que se dio en el cambio de
taron —ha escrito Manuel Suárez Corti- siglo y que se tradujo en la cristalización
na— de un modo transparente la ambición de elementos trascendentes de unificación
popular por derribar las instituciones libe- moral y cultural de las clases populares. El
rales y su sustitución por una democracia, Paralelo barcelonés fue, quizás, uno de los
de claro componente rousseauniano» [3]. ejemplos más paradigmáticos que pudie-
Además, como sagazmente apunta Ramiro ran hallarse en España, aunque este tipo
Reig, los republicanos —particularmente, de zonas surgieron en todas las ciudades
los radicales— lograron hacer un programa del país [6]. Lugares como el café o la taber-
político del sentido común popular, que dic- na, pero también el cabaret o la sala de va-
taba cosas como «que los curas no engañen riedades que ofrecían espectáculos como
al pueblo, que los ricos no vivan del sudor el cuplé —asociado a los bajos fondos y la
de los obreros, que los pobres no tengan que dudosa moralidad— fueron imponiéndo-
ir a la guerra (o que vayan todos), que no se se al drama teatral o la ópera. Clases me-
encarcele a los inocentes, que haya instruc- dias y obreras se dieron la mano en unos
ción y todos puedan vivir de su trabajo» [4]. espacios en los que pedían argumentos si-
Trabajadores y clases medias compar- milares y parecidos precios [7]. No obstante,
tían, por tanto, el vasto e indefinido espa- cabe hacer puntualizaciones importantes a
cio de la democracia. Y ello se debía funda- esta aparente proximidad, puesto que, tal
mentalmente a que ambos formaban parte y como advierte Serge Salaün, el «‘inter-
de otro ente no menos informe aunque con clasismo’ de principios de siglo dejó paso
gran fuerza de apelación: el pueblo. En este a una frecuentación socialmente mucho
sentido, cabe recordar que el uso de las me- más homogénea de los diversos tipos de
táforas dicotómicas como las de «ricos y espectáculos». Ello puede parecer un tanto
pobres» o «explotadores y explotados», así paradójico, pero no es más que la constata-
como la contraposición orden versus pro- ción de los procesos de reafirmación de cla-
greso, seguía muy vigente [5]. Sin embargo, se que se estaban viviendo y que afectaron
no sólo compartían espacio en los univer- muy especialmente al obrerismo.
sos abstractos, también lo hacían en los En cualquier caso, todo ello no significó
concretos. una ruptura abrupta con la cultura burgue-
Sobre el plano urbano, se encontraban en sa, puesto que los trabajadores aún perma-
necerían más de una década siendo grande-
2.–ibid., pp.53-54. mente dependientes de la misma [8]. A decir
3.– ibid., p.57.
4.– Ramiro Reig, «El republicanismo popular», Ayer, 139 6.–Pere Gabriel, «La Barcelona obrera y proletaria», en
(2000), p.96. Alejandro Sánchez, Barcelona, 1888-1929. Modernidad, am-
bición y conflictos de una ciudad soñada, Madrid, Alianza,
5.– Puede verse el artículo de Manuel Pérez Ledesma,
1994, p.100.
«‘Ricos y pobres; pueblo y oligarquía; explotadores y
explotados’. Las imágenes dicotómicas en el siglo xix 7.–Jorge Uría, «Lugares para el ocio: espacios públicos y
español», Revista del Centro de Estudios Constitucionales, espacios recreativos en la Restauración española», Histo-
10 (septiembre-diciembre 1991); Angel Smith, «Los anar- ria Social, 41 (2001), p.106.
quistas y anarcosindicalistas ante la cuestión nacional», 8.–Serge Salaün: «Espectáculos (tradición, modernidad,
en Javier Moreno Luzón (ed.), Izquierdas y nacionalismos en industrialización, comercialización)», en Serge Salaün y
la España contemporánea, Madrid, Editorial Pablo Iglesias, Carlos Serrano (eds.), Los felices años veinte. España, crisis y
2011, p.145. modernidad, Madrid, Marcial Pons Historia, 2006, p.189. La
Intervención de Alejandro Lerroux en un acto por los presos de la Semana Trágica. Barcelona, abril
de 1910 (Foto: Frederic Ballell Maymí, Arxiu Municipal de Barcelona).
conseguir atraer la atención de los votantes la UFNR, aunque ahora, signo de los nuevos
obreros, cosechando un pobre resultado en aires sindicales que estaba imponiendo la
las elecciones de abril de 1916 [18]. realidad de la guerra europea, aquel repu-
Aquella derrota sería analizada por Mar- blicanismo apareciese obsesionado en con-
celino Domingo de la siguiente manera, en vertirse en un portavoz político de la clase
unos comicios en los que se abstuvieron, obrera o, al menos, actuar como correa de
según señaló, «más de treinta mil electo- transmisión política del sindicalismo, al
res republicanos»: «El partido republicano modo del laborismo británico». Y si bien no
español no ha de circunscribirse a predi- será el revulsivo político que hubiera sido
car los viejos programas democráticos. No. deseado, conseguirá atraer futuras perso-
Ha de fijar su posición en cada problema. nalidades del obrerismo como Joan Como-
Y fijar su posición, no quiere decir definir- rera o Gabriel Alomar [20].
la solamente, sino propagarla, extenderla, Este proceso de desplazamiento del re-
clavarla en el alma de las multitudes, suble- publicanismo hacia las posiciones del obre-
varlas con ella» [19]. rismo era en realidad del todo armónico con
La solución es lo suficientemente vaga la coyuntura que estaba sucediendo. Así, no
como para considerar que Domingo no sabía es casual que desde 1916 el mismo fuese in
muy bien cómo revertir aquella situación, a crescendo, es decir, a medida que aumen-
pesar de indicar certeramente el problema, taba la intensidad de la protesta social por
que no era otro que el de la reformulación el imparable alza del coste de la vida [21]. De
política: «predicar los viejos programas hecho, se aceleraría a partir de momentos
democráticos» era algo del pasado, ahora como agosto de 1917 y los progresos que
debía hacerse otra cosa. Porque las clases las organizaciones obreras llevarían a cabo
populares —más concretamente, las obre- a lo largo de 1918 y los años sucesivos. Esta
ras— se desmarcaban de las propuestas de correlación se aprecia con notable claridad
los republicanos que, como hacía hincapié en un catalanista liberal como Macià, que a
el propio Domingo, debían ser reorientadas partir de 1917 comenzaría una nueva eta-
hacia la reivindicación concreta. pa decidido a romper con la vieja política
En un nuevo intento por dar con la fór- parlamentaria para acercarse al sindica-
mula correcta, viraron aún más hacia la lismo obrero. Enric Ucelay Da-Cal señala
izquierda para crear el Partit Republicà lo que le ha ocurrido al futuro presidente
Català, el cual «decía ser un partido de iz- de la Generalitat republicana: «ha arribat
quierdas de la clase obrera». Constituido a la convicció que la solidaritat nacional
a finales de abril de 1917, explica Rovira i que ha de reformar Catalunya i potser Es-
Virgili que entró en él la mayor parte de las panya, nomès és possible si es fa justícia
entidades que habían conformado la UFNR. social». Poco a poco, irá convenciéndose,
Desde luego, esta evolución no es fruto como tantos otros republicanos, de que la
de la casualidad, sino del esfuerzo tenaz y
20.–P. Gabriel, «Las bases políticas…», pp.84-85. Antoni
consciente de conectar con un obrerismo Rovira i Virgili, Resum d›història del catalanisme, Barcelona,
que iba adquiriendo fuerza. Como señala La Magrana, 1983, p.107. Lo de Comorera en Josep Ter-
Pere Gabriel, el «PRC vino así a continuar mes, La catalanitat obrera. La República Catalana, l’Estatut
de 1932 i el Moviment Obrer, Barcelona, Afers, 2007, p.18.
18.–Ramon Noguer i Comet, Al llarg de la meva vida, Barce- 21.–Para una estadística del aumento de la conflictivi-
lona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2000, p.182. dad laboral véase el estudio de José Luis Martín Ramos,
19.–Marcelino Domingo, «¿Unión o actividad?», La «Anàlisi del moviment vaguístic a Barcelona (1914-
Publicidad, 21/04/1916, p.1. 1923)», Recerques: Història, economia i cultura, 20 (1988).
única forma de lograr una reforma social en yendo siempre en la misma dirección. Y lo
Cataluña es mediante una revolución que que es más relevante, demuestran hasta
destruya el Estado monárquico. Es decir, de qué punto no faltaron tentativas de acer-
la ruptura con el régimen [22]. camiento interclasistas. Desde luego, el
Sin embargo, Macià, que ya gozaba de un momento histórico —de crisis de los regí-
importante prestigio en Cataluña, también menes liberales y de reforzamiento de la
fracasaría en su intento por constituir un personalidad de clase del obrerismo— no
partido que atrajera para sí el voto obre- ayudó en absoluto a su posible éxito, pero
ro. Concentrando en el nombre del nuevo la insistencia en las viejas fórmulas de par-
partido todos los ingredientes que pudie- tidos de notables, cuyas propuestas verti-
ran atraer a los sectores populares catala- cales venían realizadas hacia pero a la vez
nes, fundó la Federació Democràtica Na- de espaldas a los trabajadores, tampoco. El
cionalista, cuya pretensión era establecer máximo dirigente del anarcosindicalismo a
un punto de unión para «tots els elements la altura de 1919, Salvador Seguí, lo expresó
demòcrates nacionalistes i republicans de muy claramente en un artículo que escribió
Catalunya» [23]. Los condicionantes bajo los para El Sol a mediados del mencionado año.
que surgió el nuevo partido, ejemplifican
bien la brecha abierta entre las viejas (y «Es innegable que la masa electoral de Bar-
desfasadas) fórmulas de relación política celona pasa por una profunda crisis de es-
entre ambas clases. No obstante, hay que cepticismo, y cada vez es más acentuada su
decir que la contingencia jugó no poco en abstención en la lucha electoral. Es verdad
su contra. Fue presentado el 15 de enero, que nada más lógico ni justificado.
un día antes de que se suspendieran las ga- […]
rantías constitucionales ante las moviliza- Los partidos de izquierda no han hecho
ciones catalanistas que entones vivía Bar- tampoco lo que podían y debían; ha sido
celona en protesta por los impedimentos tan incoherente y confusa su labor, se ha
que desde Madrid se venían poniendo a la abusado tanto de la política de caudillaje,
aprobación del Estatut autonómico. Segui- que a estas horas nadie toma en serio la ac-
damente, quedaría atrapado en la vorágine tuación de dichos partidos […]».
del conflicto de La Canadiense.
Es cierto que estos intentos y otros más Y continuaba aludiendo a la insuficien-
que no han podido ser mencionados pue- cia de escuelas en la ciudad de Barcelona,
den ser considerados insatisfactorios, limi- a la deficiente higiene de zonas enteras de
tados y hasta fracasos, pero se produjeron, la ciudad, a la desastrosa gestión realiza-
da que había hecho quebrar el municipio
22.–Ferran Mascarell, «Macià: un polític sorprenent. Con- y, en este sentido, a una política fiscal in-
versa amb Enric Ucelay Da-Cal», LAvenç, 66 (diciembre justa descargada sobre el impuesto indirec-
1983), pp.25 y 31. Lo del interclasismo, así como una pa-
to. Todo ello «no obstante haber estado el
norámica de su evolución política a lo largo de su vida, en
el libro del mismo autor: La Catalunya populista: imatge, Ayuntamiento en manos de los republica-
cultura i política en l’etapa republicana (1931-1939), Bar- nos muchos años» [24].
celona, La Magrana, 1982, pp.114-115. Véase también a J. A todo esto habría que añadir que hacía
Termes, La catalanitat obrera…, p.20.
tiempo que cualquier intento de incidir po-
23.–La descripción que de este partido hace Isidre Molas
así lo muestran. Términos como «Directori provisional» y,
refiriéndose al propio Macià, «cap suprem del partit» («Fe- 24.–Salvador Seguí, «Los partidos políticos de Cataluña»,
deració Democràtica Nacionalista», pp.138-139). El Sol, 14/05/1919, p.8.
sin tener prácticamente efecto alguno [27]. sas que llegan del país de los zares, que es
Huelga decir que todo ello no significa ya el pueblo de las risueñas democracias. Al
que el obrerismo no tuviera aspiraciones lector hispano no le interesan esas cosas» [28].
revolucionarias, que por supuesto las tenía,
o que su proyecto democratizador fuera Esta última opinión expresa esa idea tan
homologable al del dinastismo, sino sim- propia de la izquierda española, tendente a
plemente que no poseía aún un programa acusar al pueblo de demostrar falta de inte-
definido para articularlas. La revolución en rés por asuntos que habrían de incumbirle,
Rusia cambiaría esto, aunque no sería in- pero ilustra parte de la confusión a que alu-
mediatamente. dimos al comienzo del artículo.
No obstante, el panorama no era tan
Por fin un programa político en torno yermo como lo dibujaba Parra. Existen re-
al que negociar ferencias indirectas a la distribución de pu-
blicaciones relacionadas con la revolución
El 10 de julio de 1918 se promulgaba la en Rusia, que fueron prohibidas y persegui-
primera Constitución obrerista de la histo- das. Por ejemplo, la que tuvo lugar en una
ria y también la primera de Rusia. De algo localidad cercana a Barcelona, Sabadell, en
tan notable no se enteró prácticamente na- la que apenas unos días antes de finalizar
die en España hasta pasado un tiempo. La 1918, los miembros de una sociedad obrera
prensa, sencillamente, tan solo ofrecía no- de la ciudad denunciaron la «arbitrariedad»
ticias acerca de la guerra, una situación que de las autoridades, que secuestraron las
además se alargó en los territorios del este publicaciones relacionadas con ese tema [29].
de Europa debido a la intervención aliada De hecho, por esas fechas habían comen-
en aquel país. Habría que esperar al final de zado a distribuirse los primeros ejemplares
la conflagración para que el flujo de infor- del folleto de Henriette Roland Holst sobre
maciones aumentara. el primer año de revolución en Rusia y la
De esta inopia habló el poeta y republi- Constitución bolchevique por escasos diez
cano Ernesto López Parra, quien desde las céntimos de peseta a través de Solidaridad
páginas de El País afirmaba, poco antes de fi- Obrera (el precio de un suelto del mismo
nalizar el mes de abril de 1919, lo siguiente: diario) [30]. Aún habría que esperar al año
siguiente a que apareciera un estudio jurí-
«El bolchevismo no tiene para nosotros más dico de ésta, el que le dedicara Quintiliano
que un interés episódico, como la gacetilla
de un suceso vulgar. Y, sin embargo, Rusia 28.–Ernesto López Parra, «Un poco de bolchevismo», El
está gestando la revolución social más for- País, 26/04/1919, p.2.
midable que conoció el mundo, aunque no- 29.–Solidaridad Obrera, 3/01/1919, p.2.
sotros no queramos enterarnos de ello […]. 30.–Quintiliano Saldaña, La Revolución Rusa: la Constitu-
Hacen bien los periodistas en no conceder ción Rusa de 10 de julio de 1918, Madrid, Editorial Reus,
1919, p.5. En Solidaridad Obrera de 24/12/1918 venía
importancia a las informaciones tumultuo-
anunciada en su p.4 el mencionado folleto, así como dón-
de adquirirlo. No dejará de resultar ilustrativo que Ortega
27.–España, «Bosquejo de un programa de izquierdas», tardara tanto en escribir —nada menos que en noviembre
24/01/1918, p.4. Para el proyecto de Alba puede verse Mi- de 1919— que «la Constitución soviética es extraeuro-
guel Martorell Linares, «El fracaso del proyecto de ley de pea, pertenece, con los elefantes y la teocracia, a la fauna
beneficios extraordinarios de Santiago Alba en 1916: una asiática». (Cit. en Antonio Elorza, La razón y la sombra. Una
lectura política», Revista de Historia Económica, 2, Año XVI lectura política de Ortega y Gasset, Barcelona, Anagrama,
(primavera-verano 1998). [1984], p.126.)
Saldaña, sin embargo, bien entrada la pri- plasmación legal a algunos de sus más his-
mavera de 1919, ya habían comenzado a ser tóricos anhelos. Así, pasaba a ser recono-
conocidas algunas medidas del gobierno cido, ya desde el art. 2º, el derecho —per se
revolucionario [31]. absolutamente grato para cualquier federa-
El Sol les ofrecería una sección itineran- lista, alma del republicanismo catalán— a
te encuadrada bajo el epígrafe «Las refor- la «libre unión de las naciones». De su fran-
mas sociales de los bolcheviques», algunas co desprecio a todo lo aristocrático, pues en
de las cuales no dejaban de tener un fuerte los odiosos remanentes del Antiguo Régi-
eco sobre los problemas que publicaciones men situaban los republicanos la auténtica
de hondo carácter regeneracionista habían causa de la decadencia nacional, eran de-
venido señalando para España. Por ejem- claradas en la nueva Rusia «todas las aguas
plo: «La nacionalización de la industria. El y bosques, suelo y subsuelo […] bienes pú-
‘control’ obrero»; la «Nacionalización de blicos» (Cap. II. 3, b.); y se establecía «el
las casas burguesas»; o la «Supresión de la servicio de trabajo obligatorio para todos»
herencia» y la «Nacionalización del comer- a fin de «suprimir los elementos parásitos
cio». Por su parte, el portavoz sindicalista de la sociedad y organizar la vida económi-
anunciaba —entre muchos pequeños ti- ca del país» (Cap. II. 3, f.). Cuestiones como
tulares— en apenas seis líneas y en letras la separación total y radical de la Iglesia y
destacadas, «La abolición de la propiedad el Estado, la enseñanza laica y la libertad de
privada en Riga» [32]. Reformas todas que ve- propaganda tanto religiosa como antirreli-
nían precedidas del nuevo marco legal de giosa (Tit. II, art. 13); la «anulación del es-
que se había dotado el país en julio del año tado de dependencia de [la] prensa respecto
anterior cuando, en palabras de Trotsky, al capital» (Tit. II, art. 14); la nacionaliza-
todo parecía perdido [33]. ción de la banca y las riquezas nacionales
Y por más que se haya difundido el carác- (Cap. II. 3, e.); la garantía de ofrecer «acceso
ter estrictamente obrero de la Revolución efectivo a todos los conocimientos» otor-
Rusa, lo cierto es que su impronta intercla- gando, como un deber del Estado, dar «a los
sista resulta indiscutible. La larga serie de campesinos y a los obreros una instrucción
artículos que aquella Constitución recogía general completa y gratuita» (Parte II, cap.
así lo demuestra. Y en ella se sancionaban v, art. 17); o el mandato revocatorio para
derechos por los que el republicanismo lle- un representante público (cap. XV, art. 78.),
vaba pugnando durante muy largo tiempo. eran del total agrado de muchos de los sec-
Incluso, puede afirmarse con rotundidad tores que integraban las filas republicanas o
que el nuevo Estado obrero parecía dar eran cercanos a ellas. Hasta un conservador
como Saldaña le reconocía a aquel texto el
31.–Q. Saldaña, La Revolución Rusa. (No obstante el año «recoger con fruición la doctrina bíblica»,
indicado, el libro fue impreso en mayo de 1920.)
al sancionar el principio de que «quien no
32.–El Sol, «Las reformas sociales de los bolcheviques»,
trabaja no tiene derecho a comer» (Parte II,
3/05/1919, p.1; 18/05/1919, p.7; 20/05/1919, p.7. Soli-
daridad Obrera, «La abolición de la propiedad privada en cap. V, art. 18) [34].
Riga», 7/01/1919, p.3. Podríamos seguir citando artículos que
33.–Francisco Romero Salvadó, «La gran ilusión: (en torno no sólo se enfocaban hacia obreros de fá-
al) mito y paradoja de la Revolución bolchevique en Eu- brica y campesinos jornaleros, sino que
ropa», en Carlos Navajas Zubeldia y Diego Iturriaga Barco
irradiaban un alcance infinitamente mayor,
(eds.), Crisis, dictaduras, democracia. Actas del I Congreso
Internacional de Historia de Nuestro Tiempo, Logroño, Uni-
versidad de la Rioja, 2008, p.13. 34.–Q. Saldaña, La Revolución Rusa, p.68.
verdaderamente popular. Aun con diez años representaba un marco para lograr amplias
de posterioridad a la publicación de aquel alianzas. «Cada paso de movimiento real
primer texto constitucional soviético, la re- vale más que una docena de programas»,
publicana L’Opinió «uno de los gérmenes de había dicho el propio Marx al dirigente so-
la futura Esquerra Republicana de Catalun- cialdemócrata alemán Wilhelm Bracke en
ya« escribiría con admiración del gobierno una carta del 5 de mayo de 1975. Ahora,
ruso con la cultura como excusa: «Las be- con el aparato del Estado bajo control de
llas artes ‘literatura, pintura, etc.’, recono- los revolucionarios, era posible poner en
cidas de utilidad pública, son administra- práctica una nueva política. Por vez prime-
das por el Estado, tal como los hospitales y ra, podía hablarse de un programa obreris-
las escuelas. [35]» De nuevo, volvemos a ver ta concreto [38].
la importancia otorgada al papel del poder De este modo, las medidas que fue adop-
público en el bienestar general. Los ejem- tando el nuevo gobierno ruso otorgaron no
plos en este sentido son cuantiosos. Cosas pocos elementos de diálogo político, a par-
como el auxilio de los niños vagabundos, el tir de los cuales, años más tarde, se consti-
implemento del transporte y la vivienda en tuirían las alianzas entre la clase media y la
los grandes municipios, la electrificación, obrera. En realidad, no era más que la plas-
los servicios de higiene y gas… [36]. El interés mación de la política de masas y el fin de la
pero también la admiración que despertó de notables. Los republicanos, en lo sucesi-
en grandes espectros sociales se aprecia en vo, ya no se dirigirían a los trabajadores en
la reproducción por entregas en ese mismo busca del voto, sino a sus organizaciones en
periódico de la obra de John Reed, Deu dies busca de acuerdos, convertidas a la altura
que trontollaren el món, o el editorial que de 1918-1919 en movimientos que agrupa-
le dedicarían a Lenin con motivo del quin- ban ya a cientos de miles de afiliados. Pero
to aniversario de su muerte, en el que se limitarlo a lo estrictamente político sería
apuntaba: «Arribà així a crear un Estat nou, cerrar demasiado el ángulo. En este senti-
basat transitòriament en la dictadura del do, la Constitución soviética de 1918 debie-
proletariat, i fixament en la federació lliure ra ser vista como un conjunto de elementos
de cent pobles i en l’aliança de l’obrer amb derivados, equiparable a la declaración de
el pagès» [37]. Los Derechos del Hombre y del Ciudadano
Por lo demás, no es que el movimiento o las libertades liberales. La representación
obrero no hubiera contado nunca con un de una hegemonía que a un ritmo cada vez
programa. El Manifiesto Comunista des- más creciente iba imponiendo el obrerismo
de luego lo era pero sus diez puntos «para y a la que respondía la parte XIII del Trata-
transformar todo el régimen de producción do de Versalles, preludio de la futura Ofi-
vigente», aunque marcaban perfectamente cina Internacional del Trabajo que el New
la dirección, resultaban demasiado esque- York Herald llegó a atribuir a la presión del
máticos. En última instancia todo el texto socialismo internacional [39]. De igual modo
35.–L’Opinió, «Els grups literaris a la urss », 3 de marzo 38.–Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto del Partido Co-
de 1928, p.8. munista, Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas,
36.–Artículos todos aparecidos en L’Opinió a lo largo de 2013, pp.76-77. Karl Marx, Crítica del programa de Gotha,
1929, respectivamente, el 23 de marzo, pp.1-2; 4 de mayo, Moscú, Progreso, 1977, p.5.
pp.4-5; 6 y 13 de julio, pp.1 y 6, y 5-6. 39.–La parte XIII del Tratado de Versalles comenzaba afir-
37.–Ibid, «El cinquè aniversari de la mort de Lenin», 26 de mando, como introducción a esos artículos, que, dado «que
enero de 1929, p.1. la Sociedad de las Naciones tiene por objeto establecer la
a como para George Rudé la educación po- con cuantos iban a vistarle [42]. Y es que no
lítica de la multitud revolucionaria de los era necesario, huelga decir, ser socialis-
siglos xviii y xix habría implicado la ab- ta, anarquista o comunista para compar-
sorción de las ideas de la burguesía revo- tir puntos esenciales de las propuestas del
lucionaria, ahora, bien entrado el XX, el fe- obrerismo. Intelectuales como Harold Laski
nómeno volvía a repetirse, aunque con una o Silvio Trentin llegaron a propugnar «una
transmutación en los términos. renovación radical de la democracia en un
En realidad, el terreno era notablemente sentido similar (en los contenidos) a las
propicio para que tuviera una calurosa aco- realizaciones sociales del sovietismo». In-
gida entre amplios sectores populares. Para cluso —y a pesar de que no les durase de-
un destacado dirigente republicano como masiado su idilio— amplios círculos del
Jaume Aiguader, que se convertiría en al- radicalismo liberal estadounidense simpa-
calde de Barcelona con la llegada de la Re- tizaron con la Unión Soviética. «Als liberals
pública, «cap nació del món no ha establert d’esquerres —ha escrito Andreu Espasa—,
uns principis tan liberals com la República l’exemple soviètic els servia per reforçar els
Soviètica en els tractes amb les nacionali- arguments que vinculaven la possibilitat
tats incloses dins el seu domini». En su opi- d’una autèntica democràcia a unes bases
nión, «la generositat doctrinària del comu- econòmiques igualitàries que impedissin
nisme en el que respecta les nacionalitats» el segrest de l’esfera política a mans d’una
había sido un elemento central a la hora de minoria de grans capitalistes. [43]»
proyectar la influencia del obrerismo sobre Posicionamientos como estos fueron
el catalanismo de izquierdas [40]. compartidos por amplios grupos represen-
Desde los más radicales sindicalistas a tativos del republicanismo español. Tam-
los componentes de «las más variadas ac- bién, por supuesto, del catalanismo de iz-
titudes de izquierda» se demostraron en- quierdas, como Joan Lluhí i Vallescà, Pere
tusiastas seguidores de los revolucionarios Coromines, Gabriel Alomar, Manuel Serra i
rusos [41]. Layret compraba todo cuanto se Moret o Josep Recasens, que simpatizaban
publicaba sobre la Revolución en Rusia y con nociones como la de la socialización de
prestaba y comentaba esas publicaciones los medios productivos y de la riqueza, y, en
algunos casos, hasta con el ideal de la so-
ciedad socialista, aunque para ello partie-
paz universal, y que una paz de tal naturaleza sólo puede ran de la democracia representativa como
fundarse sobre la base de la justicia social», las «Altas
paso previo sine qua non para poder llegar
Partes contratantes, movidas por sentimientos de justicia
y de humanidad, así como por el deseo de asegurar una a ella. Ezequiel Enderiz era presidente del
paz mundial, han convenido lo siguiente». Lo del New York sindicato de periodistas de la ugt en 1919
Herald en Vizconde de Eza, La Conferencia Internacional del aunque mantenía buenas relaciones «y es-
Trabajo en Washington, Madrid, Publicaciones de la Real
Academia de Jurisprudencia y Legislación, (1920), p.10. El 42.–R. Noguer, Al llarg de la meva vida, p.210.
periódico norteamericano señalaba en aquella editorial
43.–Luciano Canfora, La democracia: historia de una ideo-
además, que los dos términos explosivos de aquel tratado
logía, Barcelona, Crítica, 2004, p.187. Andreu Espasa, «‘Vis-
de paz eran «convenio» y «trabajo» (p.10).
ca la democràcia! Visca Roosevelt!’ Gran Depressió i de-
40.–Jaume Aiguader i Miró, Catalunya i la revolució, Barce- bat democràtic als Estats Units», L’Avenç, 385 (diciembre
lona, Arnau de Vilanova, (1931), pp.46-47. 2012), p.47. Es importante resaltar que las razones para
41.–Rafael Cruz: «¡Luzbel vuelve al mundo! Las imágenes el desencanto entre los liberales de izquierda estadouni-
de la Rusia soviética y la acción colectiva en España», en denses fue por causa de los juicios de Moscú de los años
Rafael Cruz y Manuel Pérez Ledesma, Cultura y movilización treinta, no por un cambio en su percepción de la justicia
en la España contemporánea, Madrid, Alianza, 1997, p.285. social hacia la que debía ir la democracia capitalista.
trechos contactos» tanto con reconocidos que la resolución finalmente fue aprobada
cenetistas como con republicanos próxi- por una amplia mayoría de los presentes, al
mos a ella. En un pequeño artículo, publi- precio de producir un cisma. Sirva de ejem-
cado en la Soli, propondría formar una Liga plo que Marcelino Domingo, quien ya había
de Amigos de Rusia que nunca acabaría de exaltado a través de su periódico La Lucha
cuajar. Sin embargo, mencionó a algunos las cualidades de la revolución, incluso se
de los que estaba seguro que se habrían ad- ausentó durante la votación [46].
herido gustosos a la misma: «Gabriel Alo- Pero que los posicionamientos no fue-
mar, Samblancat, Vinardell, Castrovido, ran inequívocamente entusiastas o incluso
Gabirondo, todos los defensores de la Rusia favorables importa menos que comprobar
roja, vengativa e ideal» [44]. A este respecto, el desplazamiento que se estaba viviendo
Pere Gabriel ha afirmado: «En este marco, y que afectaba directamente a las hegemo-
tanto el marxismo como el obrerismo de- nías dentro del campo popular.
jaban de ser unos componentes rígidos y
exclusivos de la definición socialista. […] La inflexión y la extensión de la
Dentro del socialismo cabían, según se de- hegemonía obrerista
cía, todos los hombres de ideales genero-
sos, justicieros, de altitud de miras y verda- Como ya habíamos indicado más arriba,
deramente democráticos. Como podemos con la guerra y particularmente desde 1916,
ver, todo este socialismo democrático cata- año en que en Barcelona se disparan de un
lán asumía en buena medida la cultura de modo muy espectacular los conflictos so-
izquierdas de tradición republicana federal cio-laborales por el encarecimiento de los
y librepensadora» [45]. productos básicos, comienza el desplaza-
En el caso del gran referente del catala- miento intelectual y político hacia las posi-
nismo más izquierdista, Francesc Layret, ciones del obrerismo. Sin embargo, el pun-
hallamos a un decidido entusiasta de la to culminante de este proceso lo marcó sin
Revolución Rusa. Lo fue hasta tal punto lugar a dudas el inicio del llamado «trienio
que promovió la adhesión de su partido, el bolchevique» en Andalucía y el estallido de
Republicà Català, a la III Internacional, re- la huelga de La Canadiense en Barcelona. A
cibiendo el apoyo de algunos miembros de ellos es obligado añadir el comienzo de los
su confianza, entre los que se encontraba dos años de «ofensiva revolucionaria», co-
el futuro presidente de la Generalitat, Lluís nocidos como «bienio rojo», de 1919-1920.
Companys. A la asamblea extraordinaria Antes, en 1917, los sectores que aposta-
que habría de debatir sobre el particular, en ban por una reforma en un sentido —por
cambio, se ausentaron muchas entidades limitado que fuere— democratizador del
adscritas al partido fuera de la ciudad de régimen, perdieron muchas esperanzas de
Barcelona, que manifestaron su disconfor- aspirar a conseguirla. Y para ellos marca-
midad y su disgusto ante un planteamien- rá un antes y un después. A partir de 1919,
to como aquel «dins d’un partit netament, cuando ya no habrá duda alguna de que la
exclusivament, essencialment republicà i principal amenaza para la pervivencia de
no de classe». El resultado de todo ello es
46.–R. Noguer, Al llarg de la meva vida, pp.211-212, la cita
corresponde a la primera de ellas. Lo de Marcelino Domin-
44.–Ezequiel Enderiz, «En defensa de Rusia», Solidaridad go lo recoge Maximiliano Fuentes Codera en España en la
Obrera, 17/01/1919, p.1. Primera Guerra Mundial. Una movilización cultural, Madrid,
45.–P. Gabriel, «Las bases políticas…», pp.99-100. Akal, 2014, p.185.
la Restauración había pasado a ser el mo- más intensidad que la obrera el actual en-
vimiento obrero, muchos republicanos vol- carecimiento de todos los artículos» [49]. O
verán con una atención especial su mirada como pudo leerse poco antes de finalizar
al mundo del trabajo y a las propuestas que dicho año en Solidaridad Obrera por mano
desde él se planteaban. de «un anónimo comunicante, lector asi-
No fue en ningún caso un paso forzado. duo» del diario, convencido de que «sería
Los puntos culturales de contacto que vi- vista con gran satisfacción por las clases
mos al comienzo del artículo, por supuesto, trabajadoras y hasta por alguna clase que,
seguían estando ahí y a ellos se habían co- no queriendo llamarse trabajadora, atravie-
menzado a añadir los de carácter material sa una situación tanto o más precaria que
por causa del impacto de la guerra en las ella, una intensa campaña en pro del abara-
pequeñas economías. A comienzos de 1916 tamiento de las subsistencias» [50]. Todo ello
se reconocía ya como un hecho consumado habla evidentemente de proletarización
que el gran aumento de los precios había pero también de acercamiento.
hecho «quasi impossible la vida de l’obrer El caso de los dependientes del comercio
i de la classe mitjana» [47]. En el mes marzo, es enormemente ilustrativo. Este colectivo,
varias figuras del Partido Radical en Barce- muy vinculado al movimiento catalanista,
lona, entonces ya orientado marcadamente siempre se había considerado una clase
hacia la clase media, presidieron una ma- «intermedia» entre la burguesa y la obrera.
nifestación junto con otros políticos repu- Sin embargo, el proceso inflacionario que
blicanos en protesta por los elevados costes vivió el país durante los años de guerra les
de la energía. Al final de la marcha, presen- afectaría muy notablemente, provocándo-
taron un escrito al gobernador civil y al al- les un enorme desplazamiento. En efecto,
calde, en el que se alegaba que la compañía los empleados del comercio comenzarían
eléctrica le había cortado el suministro a a lamentarse de no haber sido capaces de
más de dos mil hogares [48]. La continuidad defender sus salarios de igual modo a como
de esta situación se aprecia en que durante lo había hecho la clase obrera. Y el impacto
los fortísimos motines de subsistencias que que causaría en ellos la huelga de La Ca-
tuvieron lugar en Barcelona entre enero y nadiense fue, como en todos los sectores
febrero de 1918, una representación de mu- de la ciudad en realidad, verdaderamente
jeres de clase media (de «señoras», como se fuerte [51]. Dos años después, en mayo de
decía para diferenciarlas de las de clase tra- 1921, el ambiente y mentalidad de la en-
bajadora) acudió a ver al gobernador con el tidad habían cambiado tremendamente.
fin de exigirle que actuara contra los abusos Ahora apasionaban los temas «d’estament,
de propietarios y comerciantes. «La clase a de lluita de classes, d’obtenció de reformes
que pertenecían, dijeron, siente quizá con
49.–Diario de Barcelona, «Las subsistencias», 20/01/1918,
47.–El Poble Català, «El problema de les subsistències. ed. de la mañana.
El plantejament de la lluita», 11/01/1916, cit. en Manuel 50.–Solidaridad Obrera, «Las subsistencias», 27/12/1918,
Lladonosa i Vall-llebrera, Catalanisme i moviment obrer: p.1. Lo de los sueldos en F. Agulló y Vidal, «Sigue el mo-
el cadci entre 1903 i 1923, Barcelona, Publicacions de tín», El Sol, 23/01/1918, p.3.
l’Abadia de Montserrat, 1988, p.232. 51.–Muchas décadas más tarde, Josep Tarradellas, quien
48.–Las noticias de esta manifestación pueden verse en entonces trabajaba en las oficinas del cadci, todavía
medios como La Publicidad del día 20/03/1916, p.2, así mantendría vivo el recuerdo de aquella huelga, por la que
como en La Vanguardia o El Socialista del mismo día, llegaría a sentir sincera admiración hacia el movimiento
pp.4 y 1, respectivamente. Así como en La Vanguardia del obrero. Ernest Udina, Josep Tarradellas. L’Aventura d’una fi-
21/03/1916, p.5. delitat, Barcelona, Edicions 62, 1978, p.47.
Grupo de hombres y mujeres leyendo un bando del Capitán General durante la huelga general de
Barcelona. Agosto de 1917 (Foto: Alexandre Merletti Quaglia. Arxiu Municipal de Barcelona).
o millores en llur treball o situació». Hasta conciencia de clase de los sectores popula-
la propia terminología había sufrido fuer- res: la estimulación de algo que ya existía
tes alteraciones. De «dependents i princi- débilmente antes. Entre amplias fraccio-
pals» se había pasado a hablar de «amos o nes de clase media —algunas de las cuales
patrons» y de «burgesos» y «assalariats» [52]. atravesaban desde hacía tiempo una fase
Un año más tarde, el cadci completaría de proletarización—, fue el incentivo ne-
este giro copernicano. Desde su revista, Ac- cesario para que pasara a ser vista la lucha
ció del Centre Autonomista de Dependents de los obreros con el reconocimiento que
del Comerç i de la Indústria, leerán: «Com- da la admiración, convirtiéndose en su re-
panys, us haveu d’imposar el convenciment ferente en la oposición al régimen. Dentro
que l’ésser soci del Centre formeu a les ren- del obrerismo, supuso la constatación de
gleres de l’exèrcit proletari amb caracterís- que la movilización social estaba íntima-
tiques i modalitats nostres» [53]. mente ligada a la pelea por la subsistencia
Esto fue, quizás, la principal aportación y que esta era, a su vez, una lucha política.
de la guerra y la inmediata posguerra a la El xiv congreso de la ugt de 1920 ejem-
plifica bien esto. En él, los socialistas apro-
52.–Cit. en M. Lladonosa i Vall-llebrera, Catalanisme i mo- baron una declaración de principios por la
viment obrer…, p.339. que sustituyeron tanto su tradicional apo-
53.–Mayo de 1922, p.13. liticismo y la limitación de los objetivos de
mejora de las condiciones laborales por una segundos ser aceptados como guías o líde-
«orientación revolucionaria de la lucha de res del movimiento popular —esto es, cómo
clases» [54]. lograron establecer su hegemonía— se de-
En gran medida, esto se debía no sólo a bió a dos elementos complementarios. Por
la influencia de la protesta obrera sino tam- un lado, a la fuerza que las organizaciones
bién al impacto de la Revolución de Octu- obreras demostraron tener muy especial-
bre. En un momento de franca crisis por la mente a partir de 1919; por otro, a la exten-
que atravesaban la Restauración y los sis- sión de la represión hacia sectores cada vez
temas liberal-parlamentarios, y mientras más amplios dentro del campo democráti-
por toda Europa se oían ruidos de multi- co, lo que necesariamente acabó por afectar
tudes que echaban abajo el viejo orden, la a las clases medias, dando un fermento de
revolución de los soviets sólo podía fasci- cohesión muy fuerte.
nar. Téngase en cuenta que las reticencias Como ha escrito Alberto Melucci, «la so-
hacia ella no llegaron hasta la fase —por lidaridad es la capacidad de los actores para
emplear la expresión de Charles Maier— de compartir una identidad colectiva (esto es,
«refundación burguesa». Las observaciones la capacidad de reconocer y ser reconocido
críticas tanto de Ángel Pestaña para el mo- como parte de la misma unidad social)» [56].
vimiento anarquista como de Fernando de Episodios de violencia contra las organi-
los Ríos para el socialista no serían publi- zaciones obreras como los que se vivieron
cadas hasta 1921, «e incluso entonces —es- durante la huelga de La Canadiense y los
cribe Meaker— no parece que contaran con meses que la siguieron, así como la per-
gran audiencia entre los trabajadores espa- secución de que fue objeto el mundo del
ñoles». En el caso concreto de las de Pesta- trabajo durante la contraofensiva patronal
ña, hasta la segunda mitad de 1922, según y del Estado entre 1920-1922, lograron no
este autor, «no obtuvieron una amplia di- ya polarizar a la opinión pública sino hasta
fusión». De nuevo, Pere Gabriel nos com- conmoverla. No sería el único caso. Otras
pleta el cuadro, señalando que no fue hasta protestas, como la de las mujeres claman-
tiempo después de 1920 que se produjo un do por el acceso a las subsistencias, con las
cambio en la actitud del anarcosindicalis- que lograron paralizar durante casi un mes
mo, cuando de hecho se hizo visible la reac- la ciudad, tuvieron efectos análogos. A todo
ción del anarquismo cosmopolita contra la ello habría que añadir el impacto emocio-
revolución bolchevique. Nombres como los nal (moral) que las persecuciones de los
de Emma Goldman, Rudolf Rocker, Luigi trabajadores y sus instituciones (con de-
Fabbri o Alexander Schapiro contribuyeron tenciones de quienes recaudaran las cuotas
decisivamente a ello [55]. sindicales, requisa de las mismas, clausura
Ahora bien, si las condiciones materiales de los centros obreros, declaraciones de ile-
puede decirse que devolvieron la sintonía galidad de los sindicatos, incumplimientos
que antaño habían tenido los sectores me- flagrantes de la legislación social…), y, por
dios y los obreros, cómo consiguieron los supuesto, los asesinatos de trabajadores y
delegados obreros mediante la aplicación
54.–Manuel Pérez Ledesma, El obrero consciente. Dirigen- de la ley de fugas, tuvieron sobre los secto-
tes, partidos y sindicatos en la II Internacional, Madrid, Alian-
res medios republicanos.
za, 1987, p.235.
55.–G. Meaker, La izquierda revolucionaria…, p.404; Pere
Gabriel, «La revolució d’octubre i la cnt», L’Avenç, 9 (1978), 56.–Alberto Melucci, Acción colectiva, vida cotidiana y de-
p.61. mocracia, México, El Colegio de México, 2002, p.46.
Peiró, Sebastià Clarà y otros, así como Án- burgesia i proletariat». Como hemos podi-
gel Pestaña, quien en 1934 llegaría a crear do ver, más aún en lo que a este episodio
el Partido Sindicalista, un partido que los se refiere, esto no solamente no fue así en
anarquistas temían en 1923 que fundase absoluto sino que, muy al contrario, abrió
Seguí [62]». el camino para una reflexión que habría de
No es por lo tanto cierto lo que sostienen llevar, al fin, al entendimiento entre ambos
las interpretaciones más canónicas, según espectros. En definitiva, lo que revela son
las cuales la radicalización obrera fue la en realidad otras claves del cambio de he-
causante del alejamiento de las clases me- gemonías. [63]
dias, dando como resultado una separación La Revolución Rusa será el síntoma a
abrupta entre los sectores populares. He la vez que el remedio que posibilitará el
tomado aquí las palabras de Ucelay Da-Cal, reajuste en las relaciones entre las frac-
que se refiere explícitamente a la proble- ciones que integraban el campo popular.
mática en Cataluña, pero podrían ser toma- Llevaría más de un lustro concretar ese es-
dos muchos otros autores: «En la radicalit- pacio de un modo lo bastante consistente
zació i l’enduriment de la lluita de classes como para lograr plantear una alternativa
a Barcelona amb la vaga de la Canadenca unitaria al régimen monárquico, pero sus
el febrer del 1919, es tallen els somnis in- parámetros servirán para orientar la futura
terclassistes de la petita burgesia catala- «República democrática de trabajadores de
nista davant de l’enfrontament directe de toda clase».
José M. Faraldo
Universidad Complutense de Madrid
Resumen:
Abstract:
Through an analysis of the ideas about change and continuity in Russian history and its dif-
ference or similarity with the Western European experience, the article explains that the historical
transformation begun with the Russian Revolution of February 1917 and continued by the Bolshe-
vik rise and subsequent civil war, can be considered within the context of the processes of violent
modernization of the early 20th century.
* Este texto contiene partes de mi libro La Revolución rusa: historia y memoria, Madrid: Alianza Editorial 2017. Financiado
en el marco del proyecto «Collapsed empires, Post-colonial Nations and the Construction of Historical Consciousness.
Infrastructures of Memory after 1917» (HAR2015-64155-P, FEDER).
1.– Marlène Laruelle Russian Eurasianism: An Ideology 2.–Andrzej Walicki, The Slavophile Controversy: History of a
of Empire, Johns Hopkins University Press, «Woodrow Conservative Utopia in 19th Century Russian Thought, Oxford,
Wilson Center Press», 2008; ibid. (Ed.) Eurasianism and Clarendon Press, 1975; Nicholas Riasanovsky, Russia and
the European Far Right: Reshaping the Europe-Russia the West in the Teaching of the Slavophiles, Gloucester Mas,
Relationship, Lexington Books, 2015. P. Smith, 1965.
bio de siglo como la revolución mexicana logía», esto es, «falsa conciencia». Daniels
que la precedió por poco o la kemalista en afirma que, en los años treinta, «el régimen
Turquía que la siguió de inmediato. En las soviético cambió en su esencia». El propio
mismas fechas, diciembre de 1917, también régimen estalinista «no podía expresar más
el cansancio de la guerra y las tensiones so- alta articulación de sus presupuestos socia-
ciales llevaron al golpe militar de Sidonio les que la ideología marxista-leninista pero
Pais en Portugal y a un primer estableci- ésta había sido reducida a racionalización
miento de una dictadura republicana que, de los hechos». En conclusión, «y a pesar
con el tiempo, desembocaría en la larguísi- de sus etiquetas, el régimen estalinista no
ma dictadura de Salazar. Se puede también representó más el mismo movimiento que
considerar al Japón Meiji una prefiguración tomó el poder en 1917» [4].
del mismo experimento ruso de moderniza- Esto, aunque en un tono más radical, se
ción por la fuerza. Y, todavía más allá, ¿no encontraba también en el análisis de John
es el fascismo un intento de remedar el po- Kautsky en el que hacía hincapié en las
deroso vuelco soviético en una forma me- diferencias, a su juicio importantísimas y
nos dañina para los valores considerados de base, entre el marxismo y el leninismo,
patrióticos y las grandes élites? caracterizando a aquél como una ideolo-
gía socialdemócrata a la alemana y a éste
Dictadura y democracia como una ideología de modernización, no
muy diferente en su esencia, a las que se
La idea de que la revolución rusa debiera desarrollaron luego en países del Tercer
obligatoriamente concluir en una dictadu- Mundo [5]. Es esta ligazón de la originalidad
ra ha sido cuestionada por muchos histo- del marxismo soviético con la verdadera y
riadores. Robert V. Daniels, por ejemplo, efectiva modernización que se produjo du-
dudaba incluso de la necesidad de la propia rante el régimen estalinista y, en especial,
revolución de Octubre [3]. Daniels escribió los años treinta, lo que nos daría una pista
que la revolución de Octubre fue un acci- para entender lo que de novedad poseyó el
dente, en su opinión, lamentable porque régimen soviético.
quebró el desarrollo de un modelo que él
quería cercano al socialdemocratismo eu- Continuidad y cambio
ropeo (la Revolución de Febrero). Esta in-
tromisión del azar en el supuestamente Podríamos hablar de cuatro principa-
armónico desarrollo histórico produciría les interpretaciones de Octubre entendido
según Daniels (dando un paso más adelan- como resultado del «curso natural» de la
te aunque en cierta línea con la clásica in- historia rusa. La primera sería la teoría de
terpretación trotskista), que, con Stalin, el la modernización, seguida por la teoría de la
régimen soviético dejara de ser «verdade- revolución proletaria como culminación de
ramente» marxista. De este modo el estali- la historia revolucionaria rusa —que era la
nismo se atuvo tan sólo a las exigencias del tesis oficial mantenida por el régimen so-
poder, en forma que el marxismo-leninismo viético—, la teoría de la ola revolucionaria
oficial del régimen vino a convertirse en lo —intento sociológico de encontrar un de-
que Marx entendía literalmente por «ideo-
4.– Daniels, Trotsky, p. 164.
5.– John H Kautsky, Marxism and Leninism, not Marxism-
3.– Robert V. Daniels, Trotsky, Stalin and Socialism, Boulder, Leninism: An Essay in the Sociology of Knowledge, Londres,
Westview Press, 1991. Greenwood Press,1994.
mente intangibles a lo largo de los siglos las constelaciones de intereses entre unos
y cruzando el meridiano de la revolución, países y otros han dejado de estar concen-
resulta cuando menos complicado. tradas en el interior del antiguo bloque del
El historiador Christian Noack afirmaba Este y que los pactos y las maniobras den-
que se debía considerar como «soviético» tro de la Unión Europea llevan a menudo a
únicamente a lo que él llamaba «láminas de la formación de coaliciones y grupos muy
tiempo», determinados fragmentos que no alejados de la propia pertenencia geográfi-
necesariamente tienen continuidad y que ca. Tampoco intentos regionales como «el
pueden quedar aislados en el pasado [15]. Esta grupo de Visegrado» han llegado a cuajar.
afirmación, que es en buena medida banal, Hablar de una «Europa Oriental» es pues,
nos abre la puerta a una comprensión del un simple lugar común, aunque una cierta
sistema que es más abierta que aquella a conciencia de ella se mantenga en aspectos
la que las casi teleológicas explicaciones a incluso anecdóticos, como las votaciones
las que los pro y anticomunistas nos tenían del festival de Eurovisión, donde la tenden-
acostumbrados. Es decir: fragmentos del cia del público del Este de Europa es a votar
sistema —como la ideología marxista-leni- a los representantes del antiguo bloque. En
nista— que parecieron en otro tiempo fun- cualquier caso —y volviendo a las tesis de
damentales para entenderlo, pueden haber Schmale— sería absurdo disolver la asen-
sido solo capas, estratos que no han dejado tada tradición intelectual de preocupación
más poso que el del recuerdo histórico y los por la parte oriental de Europa sin ofrecer
problemas de reparto posterior de la tierra. nada a cambio.
Lo cual implicaría también que muchos de Cabría entonces concluir esta discusión
estos aspectos del sistema no hubieran sido afirmando que, aunque —por supuesto—
tan profundos como pensaban quienes se «comunismo» y «Europa Oriental» (y, por
dejaban llevar por discursos oficiales o des- supuesto, «Rusia») no son en ningún caso
cripciones sovietológicas de la época de la sinónimos, es precisamente la caída de los
Guerra Fría. Estados socialistas lo que ha permitido in-
cluir a estos regímenes dentro de una visión
La larga duración a mayor largo plazo, de longue durée. Así,
algunas de las características consideradas
Esto concuerda con los debates de la propias de los Estados socialistas —desde el
historiografía centroeuropea acerca de si, burocratismo hasta la monumentalista pla-
tras la caída del Muro, podemos seguir ha- nificación urbana— se han llegado a inscri-
blando de «Europa Oriental». En forma muy bir en una tradición más antigua, cultural,
optimista —pero fundada— el historiador nacional, alejándose así del simple recurso
vienés Wolfgang Schmale resumía la polé- a imperativos ideológicos del marxismo ofi-
mica afirmando en un artículo que Europa cial. Es decir: la patente de excepcionalidad
Oriental «era una región histórica, pero una histórica que a la Revolución de Octubre
que estaba dejando de existir» [16]. Cierto que y sus consecuencias se le había otorgado
hasta 1989 se ha debilitado y el comunis-
15.– HistLit 2009-3-039 / Thomas Christian Noack über mo se ha convertido en un fenómeno vital,
Lahusen y Peter H. Solomon (eds.), What Is Soviet Now?
Identities, Legacies, Memories, Lit Verlag, Münster, 2008, y Gulińska-Jurgiel y Christian Domnitz, Europa im Ostblock.
en H-Soz-u-Kult 14.07.2009. Vorstellungen und Diskurse (1945-1991) / Europe in the
16.– Wolfgang Schmale, «Osteuropa: Zwischen Ende Eastern Bloc. Imaginations and Discourses (1945-1991),
und Neudefinition?», en José M. Faraldo, Paulina Böhlau, Colonia, 2008, pp. 23-36.
Primero de Mayo de 1918 en Petrogrado (Fuente: The Kathryn and Shelby Cullom Davis Library).
Emanuele Treglia
CIHDE
Resumen:
Este artículo analiza el relato elaborado por el PCE acerca de la Revolución de Octubre
y su devenir histórico, desde los años cincuenta hasta la disolución de la URSS. El mito
de la Revolución de Octubre, si bien resistió a las revelaciones de Jruschov y continuó
siendo reivindicado hasta 1967, durante la etapa eurocomunista pasó a ser considerado
como una herencia incómoda y controvertida que era conveniente dejar atrás. La peres-
troika fue presentada como una reactivación del espíritu originario del 17. Sin embargo,
se trató de una reactivación efímera. Ante el colapso del socialismo real, el PCE reivindicó
la vigencia del comunismo en cuanto ideal utópico.
Abstract:
This article analizes the interpretations elaborated by the PCE (Communist Party of Spain)
about the October Revolution and its historical evolution, from the 50s until the demise of the So-
viet Union. The myth of the October Revolution resisted Khrushchev’s revelations and continued to
be vindicated until 1967. Nevertheless, during the Eurocommunist period it came to be considered
an uncomfortable and controversial inheritance that was convenient to leave behind. Perestroika
was presented as a reactivation of the original spirit of 1917. However, it was an ephemeral acti-
vation. Faced with the collapse of real socialism, the PCE claimed the validity of communism as a
utopian ideal.
Sin embargo, a partir de la segunda mi- lo largo de este período, el PCE en sus pu-
tad de los cincuenta, el partido español tuvo blicaciones continuó celebrando amplia-
que proceder a una reelaboración de este mente la Revolución de Octubre y la siguió
esquema discursivo. Dos factores influye- dotando de una fuerte carga milenarista.
ron decisivamente en este sentido. Por un En 1957, por ejemplo, Dolores Ibárruri es-
lado, en 1956 Nikita Jruschov denunció en cribía: «Con la revolución socialista de Oc-
el XX Congreso del PCUS el culto a la perso- tubre de 1917 se desvanecieron la tinieblas
nalidad y los crímenes de Stalin, provocan- teológicas con sus mitos y maldiciones bí-
do un enorme shock en todo el movimiento blicas que condenaban al hombre a ser eter-
comunista [8]. Por el otro, influido también namente esclavo» [10]. Diez años después,
por los nuevos aires que parecían soplar conmemorando el cincuenta aniversario de
desde Moscú, aquel mismo año el PCE lan- la toma del Palacio de Invierno, la misma
zó la Política de Reconciliación Nacional Pasionaria afirmaba: «[La Revolución de
que, al apostar por alianzas transversales Octubre] puso fin a la prehistoria de la Hu-
contra el franquismo, requería un fortale- manidad. Con ella, comienza la verdadera
cimiento de sus credenciales democráticas. historia de ésta» [11]. Se subrayaban, entre
El partido español se encontró entonces otras cosas, el entusiasmo y las esperanzas
ante la necesidad de armonizar exigencias que aquel acontecimiento, al inaugurar una
a menudo contradictorias. En efecto, tenía «nueva era», había suscitado en España y
que conciliar el desarrollo de su nueva línea en el resto del mundo. Se destacaba en par-
política, que implicaba la aceptación de las ticular su impulso libertador, publicando
reglas propias de un sistema liberal y plu- por ejemplo los primeros decretos firmados
ralista, con el mantenimiento de la Revo- por Lenin, con los que se había declarado la
lución de Octubre como seña de identidad paz inmediata y abolido la propiedad priva-
primordial. Al mismo tiempo, debía evitar da de la tierra [12]. De todas formas, más allá
que las revelaciones de Jruschov provoca- de fórmulas rituales, la cuestión clave para
ran un derrumbamiento del mito de la «pa- los comunistas españoles consistía ahora
tria del socialismo» en su conjunto. Hacía en demostrar que el proceso revoluciona-
falta, por lo tanto, elaborar un relato que rio liderado por Lenin se había basado en
reafirmara la vigencia de la experiencia so- un proyecto político que, por lo menos en
viética desvinculándola de las arbitrarieda- sus orígenes, había presentado un carácter
des que habían caracterizado el fenómeno substancialmente democrático y pluralista.
estalinista [9]. El PCE pretendía así impedir que la reivin-
El intento de estructurar un marco dis- dicación de su pasado, de su identidad his-
cursivo coherente que compatibilizara y tórica forjada alrededor de la Revolución
satisficiera estas distintas exigencias duró de Octubre, quitara credibilidad a la nueva
grosso modo hasta la Primavera de Praga. A imagen moderada y dialogante que se esta-
Octubre», Mundo Obrero, 15-11-1952; Santiago Carrillo, 10.– Dolores Ibárruri, «Nuestro deber ante el aniversario
«La Gran Revolución de Octubre trajo el bienestar y la de la revolución socialista», Mundo Obrero, 31-10-1957.
felicidad al pueblo», Mundo Obrero, 15-11-1953. 11.– Dolores Ibárruri, «Problemas de hoy a la luz de Octu-
8.– Francisco Erice, «El Partido Comunista de España, bre», Nuestra Bandera, 55, 1967.
el giro de 1956 y la lectura selectiva del XX Congreso», 12.– Dolores Ibárruri, «En el año 45 de la nueva era», Mundo
Nuestra Historia, 2 (2016), pp. 66-88. Obrero, 1-12-1962; Juan Diz, «Del Este vino el ejemplo y la
9.– Santiago Carrillo, «El congreso de los constructores del esperanza», Mundo Obrero, 31-8-1957; «Primeros decretos
socialismo», Mundo Obrero, 1-12-1961. del poder soviético», Nuestra Bandera, 54, 1967.
cesidad […]. En cambio la gran masa cam- más evidente de que éstas habían sido algo
pesina y pequeño burguesa difícilmente ajeno a la naturaleza del régimen soviético
podían lograr […] ese alto nivel de concien- cuya validez, por lo tanto, seguía intacta.
cia. En tales circunstancias y de cara al cer- Además, en las publicaciones del PCE se
co del imperialismo mundial, la dictadura precisaba que el liderazgo de Stalin había
de la clase obrera tenía, por fuerza, que ser presentado no solo sombras, sino también
muy dura» [15]. Asimismo, en Nuevos enfo- luces, en el sentido de que, si bien había
ques se afirmaba: «Rusia se encuentra en- habido «momentos en que a ciertos niveles
tonces arruinada por la guerra imperialista, en determinadas cuestiones Stalin resolvía
la intervención extranjera y la guerra civil. personal y caprichosamente, […] a otros
[…] La primera revolución socialista […] era niveles y en otras cuestiones se proseguía
como el espolón de proa de la revolución una línea general correcta» [17]. En efecto, no
mundial. Y este espolón, al que correspon- era posible cuestionar integralmente la la-
día romper la dura costra de un sistema bor del llamado «hombre de acero», quien
social poderoso y fuerte, extendido a todo había sido el máximo dirigente de la URSS
el mundo, necesitaba la dureza del diaman- durante tres décadas, porque habría equi-
te». El hacer hincapié en la coyuntura con- valido a deslegitimar también buena parte
creta en la que se había gestado el Estado de la trayectoria soviética.
soviético era funcional a la pretensión del Así, el PCE subrayaba que, a pesar de
PCE de asegurar a sus potenciales aliados todo, durante los años de Stalin la «patria
que en cambio, en las condiciones propias del socialismo» había sido capaz de alcanzar
de España y de los países capitalistas de- méritos históricos: en este sentido, elogiaba
sarrollados, la dictadura del proletariado por ejemplo su solidaridad con la Segunda
habría tomado la forma de «un régimen de República española durante la guerra civil,
democracia […] pluripartidista» [16]. Oximo- su «extraordinario impulso al movimiento
rones como éste evidenciaban los límites de liberación» de los países del Tercer Mun-
que afectaban el intento de conjugar la po- do o el hecho de que, «cuando el hitlerismo
lítica de reconciliación con la persistencia amenazó con sumergir a la humanidad en
de la fidelidad al modelo soviético. la barbarie, la Unión Soviética, a costa de
El fenómeno estalinista, en este marco inmensos sacrificios […] fue el factor deci-
discursivo, era descrito como el produc- sivo de la victoria de la democracia» [18]. Uno
to de la superposición, a las dificultades de los aspectos de la experiencia soviética
propias del contexto del proceso revolu- más alabado por el PCE era el extraordina-
cionario, de aspectos negativos propios de
la personalidad del comunista georgiano, 17.– Santiago Carrillo, «Octubre de 1917»; «Resolución
quien había roto con la legalidad socialista del pleno del Comité Central sobre la situación en la
y se había colocado por encima del partido dirección del Partido y los problemas del reforzamiento
del mismo», Mundo Obrero, noviembre-diciembre de 1956.
y del Estado. El hecho de que había sido el
Sobre la problemática memoria del estalinismo en la
propio PCUS el que había denunciado las URSS durante estos años véase: Polly Jones, Myth, Memory,
deformaciones ligadas al culto a la perso- Trauma. Rethinking the Stalinist Past in the Soviet Union,
nalidad, se consideraba como la prueba 1953-70, New Haven, Yale University Press, 2013.
18.– «Declaración del Comité Central del PCE. En el
cincuenta aniversario de la Gran Revolución de Octubre»,
15.– Santiago Carrillo, «Octubre de 1917, primera acto de Mundo Obrero, 1ª quincena de octubre de 1967; «¿Qué
la revolución mundial», Nuestra Bandera, 55, 1967. hace la Unión Soviética?», Mundo Obrero, 1ª quincena de
16.– S. Carrillo, Nuevos enfoques, pp. 149-150 y 168. julio de 1967.
19.– «Venus-4», Mundo Obrero, 2ª quincena de octubre de 20.– Nuria Pla, «Octubre y juventud», Nuestra Bandera, 55,
1967; Fernando Claudín, «La URSS y el progreso técnico 1967.
y científico», Mundo Obrero, 31-10-1958; Gaspar Aribau, 21.– «Spanish Communist Response to Soviet Attack»,
«Desarrollo cualitativo de la economía soviética», Nuestra 28-6-1977, Central Foreign Policy Files: National Archives
Bandera, 55, 1967. and Records Administration (NARA); Sobre la polémica en
Reunión de Santiago Carrillo con un grupo de dirigentes soviéticos, Yuri Dubinin a la derecha,en la
conmemoración de la Revolución Rusa (Foto: Luis Magán. AHPCE, Fondo Mundo Obrero).
zado por una «mística del sacrificio y de la y la «profunda conciencia» de los pueblos
predestinación», por unos rasgos religiosos de la URSS que habían salvado «a la Huma-
de los que había que liberarse definitiva- nidad de la esclavitud fascista», por el otro
mente: «Llegamos a tener algo de una nue- subrayaba la necesidad de que los partidos
va iglesia, con nuestros mártires y nuestros comunistas se deshicieran de sus viejos há-
profetas. Durante largos años, Moscú [...] bitos, del «mesianismo semirreligioso» y de
fue como nuestra Roma. Hablábamos de la la «fe ciega» [26].
gran revolución socialista de octubre como De todas formas, en el período inmedia-
de nuestra Navidad. Fue nuestro período de tamente posterior a la Primavera de Pra-
infancia. Hoy nos hemos hecho adultos» [24]. ga, en su actitud hacia la Unión Soviética
La conquista de la mayoría de edad, por lo y la Revolución de Octubre la dirección del
tanto, suponía el abandono del pensamien- PCE intentó balancear el impulso renova-
to mítico, considerado como algo propio de dor con la continuidad, evitando bruscas
mentes infantiles. rupturas con las señas tradicionales de la
El proceso de configuración del euro- identidad comunista. Esta cautela se debió,
comunismo, como es notorio, empezó en entre otras cosas, a la situación que se daba
1968, cuando los comunistas españoles, dentro del propio partido, en cuyas filas no
a la par que los italianos y franceses, con- podían no estar profundamente arraigados
denaron la represión de la Primavera de aquellos mitos que habían sido cultivados
Praga por parte del Pacto de Varsovia. Los durante décadas [27]. Así, en un primer mo-
acontecimientos checoslovacos marcaron mento el PCE siguió reivindicando la vigen-
un antes y un después en la trayectoria del cia de la Revolución de Octubre y, al mismo
PCE, que rompió por primera vez con la tiempo, buscó en ella elementos que legi-
disciplina del llamado internacionalismo timaran su nuevo rumbo, en particular su
proletario, al darse cuenta de que el desa- reclamación de plena independencia res-
rrollo de la línea política que había lanzado pecto a la URSS: una plena independencia
a mitad de los cincuenta se hacía cada día que incluía, evidentemente, el derecho a la
más incompatible con el mantenimiento de crítica y la adopción de un modelo alterna-
su histórica fidelidad incondicional a Mos- tivo de socialismo.
cú. Desde entonces, la implementación de Resultan ejemplificativos en este sen-
sus credenciales democráticas en el ámbito tido unos artículos publicados en Nuestra
español y europeo pasó a prevalecer defini- Bandera a lo largo de 1970, con ocasión
tivamente sobre las exigencias dictadas por del centenario del nacimiento de Lenin. En
su pertenencia al movimiento comunis- ellos se presentaba el leninismo como una
ta articulado alrededor del PCUS. Se trató ideología originariamente antidogmática y
del «inicio del fin del mito soviético» [25]. De democrática que, con su método del análi-
hecho ese mismo año, a la hora de conme- sis concreto de la realidad concreta, admi-
morar el aniversario de la Revolución de tía la necesidad de elaborar diferentes es-
Octubre, Mundo Obrero publicó un artículo
que, si por un lado alababa el «heroísmo» 26.– «El aniversario del Octubre rojo», Mundo Obrero, 1ª
quincena de noviembre de 1968; «Experiencias de la
24.– Conferencia de Partidos Comunistas y Obreros de Euro- discusión sobre Checoslovaquia en nuestro partido»,
pa. Intervención de Santiago Carrillo, número extraordinario Mundo Obrero, 2ª quincena de diciembre de 1968.
de Mundo Obrero, junio de 1977. 27.– Véase «Reunión del CE», febrero 1972, Documentos
25.– Giaime Pala y Tommaso Nencioni (eds.), El inicio del del PCE: carpeta 53, AHPCE; Santiago Carrillo, Libertad y
fin del mito soviético, Barcelona, El Viejo Topo, 2008. socialismo, París, Editions Sociales, 1971, p. 64.
rialistas». El líder español ponía en tela de ba más preparada que nosotros para hacer
juicio el sistema soviético en su conjunto: esas reformas, para mejorar el nivel de vida
«Por mucho tiempo, con la fórmula del ‘cul- de los obreros?» [33]. Conforme a esta visión,
to a la personalidad’ hemos atribuido esos el internacionalismo promovido por el eu-
fenómenos a las características personales rocomunismo español dejó de tener como
de Stalin. […] Pero hay que preguntarse si horizonte de referencia el movimiento co-
el sentido práctico de Stalin no estaba más munista articulado alrededor del PCUS y
en consonancia con el tipo de Estado que buscó, con escasos resultados, una renova-
se estaba formando en realidad, con […] el da colaboración con los partidos socialistas
sistema. […] Ese sistema no se ha transfor- y socialdemócratas occidentales. Más en
mado, no se ha democratizado» [31]. general, Carrillo y otros dirigentes espa-
En esta fase Carrillo llegó incluso a sos- ñoles invocaron repetidamente la necesi-
tener que los Estados Unidos, en compara- dad de llegar a una reunificación de las dos
ción con la URSS, presentaban una «supe- principales familias de la izquierda, supe-
rioridad» no sólo económica y tecnológica, rando así la fractura producida en el seno
sino «también en otros temas»: «No creo del movimiento obrero por la constitución
—dijo en una reunión con una delegación de la III Internacional y la relativa creación
del PC italiano en 1977— que hoy la URSS de los partidos comunistas propiamente di-
pueda exhibir una superior condición so- chos: el PCE, por lo tanto, con su propuesta
cial y humana, un modo de vida más rico de eurocomunista pretendía anular los efectos
contenidos ideales, etc.» [32]. Afirmaciones de la que, al calor de la Revolución de Oc-
de este tipo equivalían a proclamar el fra- tubre, había sido el acta fundacional de su
caso del devenir histórico de la Revolución identidad histórica.
de Octubre. En la misma línea, Carrillo ad- El proceso de rechazo de la herencia in-
mitía la derrota de los partidos comunistas cómoda de 1917 por parte del partido espa-
frente a los socialistas y socialdemócratas. ñol tocó su punto álgido con el abandono
En la entrevista ya citada con Oriana Fa- del leninismo en 1978. En su IX Congreso,
llaci hizo unas declaraciones explícitas en contrariamente a lo que había sostenido
este sentido: «Hay que preguntarse por hasta entonces, el PCE admitió que no se
qué la socialdemocracia continua sien- podían reivindicar los planteamientos del
do, sobre todo en los países desarrollados, líder bolchevique como base ideológica
la favorita de la clase obrera. […] ¿No será de una estrategia democrática. En un artí-
[…] que los comunistas nos hemos dejado culo publicado en este sentido en Nuestra
paralizar por el ejemplo soviético, por la Bandera, por ejemplo, Ernesto García hacía
idea de tomar el Palacio de Invierno como hincapié en los rasgos autoritarios que ca-
los bolcheviques? ¿No será […] que no he- racterizaban el núcleo del pensamiento de
mos querido, que no hemos sabido hacer Lenin y afirmaba: «La discrepancia existen-
las reformas que podríamos haber hecho? te entre las concepciones eurocomunistas y
¿No será […] que la socialdemocracia esta- ciertas ideas fundamentales de Lenin sobre
el estado y la revolución […] es lo que hace
31.– Santiago Carrillo, Eurocomunismo y Estado, Barcelona, aconsejable que el partido deje de definirse
Crítica, 1977, pp. 198-202, 207-208. Federico Melchor, «Los
días que cambiaron la Historia», Mundo Obrero, 9-11-1977.
32.– «Nota su viaggio a Madrid e Barcellona», 28-7-1977, 33.– Oriana Fallaci, Entrevista con la historia, p. 529; «Reu-
Estero 1977: MF. 299, Archivio Storico del PCI, Fondazione nión del CE», septiembre 1974, Fondo Sonoro: DVD 130,
Gramsci. AHPCE.
como leninista» [34]. En la misma línea, Si- ramente que una forma de articulación del
món Sánchez Montero subrayaba en Mundo movimiento revolucionario […] en torno a
Obrero que el modelo leninista no podía se- la Revolución de octubre de 1917 […] está
guir siendo asumido por un PCE que con- definitivamente superada» [38]. Sin embargo,
sideraba que no era «posible, ni necesario, en una cultura política como la comunis-
ni conveniente, el establecimiento de la ta, caracterizada por un acentuado mile-
dictadura del proletariado para construir narismo, la desacralización de los mitos y
el socialismo» [35]. El partido español dejó el abandono de las referencias ancestrales
así atrás la lectura edulcorada y selectiva provocaron consecuencias traumáticas.
de Lenin que había sostenido en los años Efectivamente, el rechazo de la Revolución
anteriores. Al mismo tiempo, buscó nue- de Octubre conllevó la erosión profunda
vos referentes en figuras como la de Rosa de las señas de identidad primordiales del
Luxemburgo. De hecho, el discurso euroco- PCE y privó la memoria cultural comunis-
munista hizo suyas las críticas formuladas ta de su piedra angular, lo que contribuyó
por la dirigente espartaquista hacia «las in- al desarrollo de la grave crisis que afectó
suficiencias democráticas de la Revolución el partido entre 1979 y 1982, causando su
de Octubre» [36]. De todas formas, como es drástico declive [39].
notorio, el abandono del leninismo encon-
tró notables resistencias dentro del PCE. En La perestroika y la efímera redención
una de las numerosas cartas enviadas por la de la Revolución de Octubre
militancia a la dirección en este sentido, se
afirmaba significativamente que el partido, Gerardo Iglesias, secretario general del
renunciando a Lenin, renegaba el «gran co- PCE desde finales de 1982, a principios de
razón rojo y vivo de la revolución de octu- noviembre de 1987 viajó a Moscú para par-
bre de 1917» [37]. ticipar en uno de los actos centrales de las
La definitiva negación de la vigencia de celebraciones por el setenta aniversario de
la Revolución de Octubre por parte del eu- la Revolución de Octubre. A diferencia de
rocomunismo español se produjo a prin- lo que había pasado a Carrillo diez años
cipios de los ochenta. En efecto, a raíz del antes, esta vez el líder comunista español
golpe de Jaruzelski en Polonia, el Comité sí pudo pronunciar su discurso en presen-
Central del PCE difundió un amplia de- cia de la cúpula dirigente soviética. En su
claración que acababa sentenciando: «La intervención habló en favor del desarme,
realidad actual nos lleva a plantearnos cla- subrayó la indisolubilidad del nexo entre
democracia y socialismo y terminó afir-
34.– Ernesto García, «Las revisiones de Lenin. Leninismo mando: «Compañero Gorbachov, estamos
y marxismo revolucionario ayer y hoy», Nuestra Bandera,
persuadidos que el desarrollo de la peres-
92, 1978.
troika terminará proyectando, como la gran
35.– Simón Sánchez Montero, «Ante un congreso históri-
co», Mundo Obrero, 1-2-1978. 38.– «Resolución del Comité Central del PCE sobre la
36.– Pilar Brabo, «Los orígenes del eurocomunismo», situación en Polonia», 10-1-1982, Documentos del PCE:
en VV.AA., Para una historia del PCE. Conferencias en la caja 63, AHPCE.
FIM, Madrid, FIM, 1980, p. 201; Manuel Azcárate, «Raíces 39.– Para un análisis extenso de estos temas véanse: Car-
históricas del eurocomunismo», Nuestra Bandera, 106, me Molinero y Pere Ysàs, De la hegemonía a la autodestruc-
1981. ción. El Partido Comunista de España (1956-1982), Barcelo-
37.– Francisco Peñalba, «Sobre el abandono de la palabra na, Crítica, 2017; Emanuele Treglia, «Un partido en busca
leninismo», 22-3-1978, Documentos del PCE: IX Congreso, de identidad. La difícil trayectoria del eurocomunismo
Tribuna del IX Congreso, AHPCE. español», Historia del Presente, 18, 2011, pp. 25-41.
que, en los análisis del PCE, las esperanzas del PCE haberse adelantado a su tiempo, y
fueron constantemente acompañadas por a la cultura comunista predominante, en
la constatación de los obstáculos y resisten- estos temas. Pero hay algo que no pode-
cias que dificultaban el éxito del proyecto mos obviar. […] y este algo es que lo que
impulsado por Gorbachov. Obstáculos y re- ha fracasado en los países del llamado ‘so-
sistencias que efectivamente, entre finales cialismo real’ ha sido también un modelo
de los ochenta y principios de los noventa, de partido. Y este modelo de partido es, en
provocaron la disgregación del bloque so- sus líneas generales, el nuestro» [52]. Los de-
viético y el colapso de la URSS [50]. Ante este fensores de estos argumentos, por lo tanto,
escenario, los comunistas de todo el mun- consideraban que la Historia tenía un peso
do tuvieron necesariamente que hacer las excesivo, insostenible. Consecuentemente,
cuentas con su propia Historia, en mayús- proponían la disolución del PCE, a través de
cula. El legado de la Revolución de Octubre su integración en una Izquierda Unida con-
resultaba más problemático que nunca. En vertida en partido político. Hubo también
el partido español se delinearon entonces voces que invocaron la construcción de la
dos posturas. llamada «casa común» con los socialistas.
Un sector abrazó la tesis según la cual Sin embargo, los partidarios de esta pers-
los acontecimientos del Este decretaban pectiva «a la italiana» quedaron en minoría
definitivamente el fracaso histórico no en el XIII Congreso del PCE, celebrado a fi-
solo del socialismo real, sino también de nales de 1991 [53].
la identidad comunista en cuanto tal. En En efecto, en aquella ocasión se impuso
una reunión del Comité Central celebrada la tesis favorable a la continuidad del PCE
a raíz de la caída del Muro de Berlín, por encabezada por Julio Anguita quien, desde
ejemplo, Julio Setién calificó lo que estaba 1988, ocupaba el cargo de secretario gene-
ocurriendo en Europa oriental como «una ral del partido. El discurso promovido por
revolución anticomunista»: «Una revolu- el sector mayoritario agrupado alrededor
ción anticomunista en el único sentido que del «califa» aligeraba la Historia, liberándo-
hasta hoy ha tenido la palabra comunista, la de sus cargas incómodas mediante una
en los únicos modelos en los que hasta hoy operación de (des)memoria selectiva. Un
han gobernado los comunistas. Revolución documento difundido en 1990, con ocasión
que derrumba no un régimen, sino nues- del setenta aniversario de la fundación del
tro régimen, y no un modelo, sino nuestro PCE, era explícito en este sentido: «Al hilo
modelo» [51]. Asimismo, en enero de 1990, de nuestros setenta años de historia, quere-
Miguel Bilbatua escribió en Mundo Obrero mos recordar que ninguna estrategia políti-
que el hundimiento de la URSS afectaba ca se constituye sin un ejercicio de reconci-
plenamente al PCE: «He escuchado argu- liación entre la memoria y el olvido. Olvido
mentaciones del tipo: esto no atañe a nues- de aquella parte de nuestro acervo histórico
tro partido, porque nosotros criticamos la y político que no contribuye al presente, y
invasión de Checoslovaquia, planteamos la
exigencia de un paso pluripartidista al co- 52.– Miguel Bilbatua, «Inicio de debate», Mundo Obrero,
munismo, etc. Y ello es así. Y es un mérito 24-1-1990.
53.– Julio Anguita y Juan Andrade, Atraco a la memoria, Ma-
drid, Akal, 2015, pp. 157-166; Paul Heywood, «The Spanish
50.– Serhii Plokhy, The Last Empire. The Final Days of the Left: Towards a Common Home?», en Martin Bull y Paul
Soviet Union, Nueva York, Basic Books, 2014. Heywood (eds.), West European Communist Parties after the
51.– «El Este a debate», Mundo Obrero, 10-1-1990. Revolutions of 1989, Londres, MacMillan, 1994, pp. 56-89.
54.– «Setenta años del PCE. PCE, una función de porvenir», 55.– Ambas citas en «El PCE ante las nuevas realidades»,
en PCE, El socialismo, una búsqueda permanente (materiales Mundo PCE, 1, 14-3-1990.
del Partido Comunista de España entre el XII y el XIII 56.– Julio Anguita, «Izquierda Unida: la apuesta de los co-
Congreso), 1991, p. 356. munistas españoles», Nuestra Bandera, 145, 1990.
Publicamos a continuación como parte Arthur Rosenberg asumió las tesis fun-
de este número 4 de la revista Nuestra His- damentales del pensamiento historiográ-
toria sobre la Revolución Rusa el capítulo fico de Meyer. Para Meyer, el motor de los
6º de La historia del bolchevismo (1932) de cambios históricos, de los acontecimientos
Arthur Rosenberg. políticos, económicos, etcétera, debía ser
El autor, Arthur Rosenberg, es un pen- buscado en los hechos sociales, en la con-
sador marxista revolucionario y gran inte- flictividad social de cada época. Tesis que
lectual formado en la universidad alemana no debe ser considerada de inspiración
anterior a la Primera Guerra Mundial. Un marxista, sino que era compartida por otras
pensador que debería ser un clásico para corrientes de pensamiento. Recordemos
los marxistas, pero que ha resultado siem- que el propio Marx nos explica que él repa-
pre incómodo para todas las corrientes del ró en la importancia de las luchas de clases
marxismo. gracias a los estudiosos liberales, Guizot y
Arthur Rosenberg nació en Berlín en Thierry.
1889 y falleció en Nueva York en 1943. Es- Otra tesis, elaborada por Meyer y soste-
tudió en la universidad de Berlín, la mejor nida en continuación por Rosenberg, es que
universidad de un Estado que poseía, en el fundamento de la producción material
aquella época, el mejor sistema universita- del mundo griego no era el trabajo esclavo,
rio del mundo. mayoritario, sino la producción material
Arthur Rosenberg se especializó en His- generada por pequeños productores y tra-
toria Antigua. Por su inteligencia y capa- bajadores pobres, que eran mayoritarios
cidad de estudio, Rosenberg fue el alumno Una última tesis, no necesariamente
predilecto de uno de los grandes estudiosos vinculada a la anterior, sostenida por Meyer
de la historia de Grecia, el historiador hele- y Rosenberg, y la mayoría de los estudiosos
nista Eduard Meyer (1855- 1930), fundador actuales, es la de que las luchas de clases
de una escuela de estudios cuya tradición se en la Antigüedad fueron, en lo fundamen-
ha sostenido hasta la actualidad, y del que tal, entre hombres pobres libres y hombres
podemos encontrar obra traducida al cas- ricos. No entre esclavos y amos. Así lo testi-
tellano El historiador y la historia antigua [1]. monian los documentos y textos proceden-
tes de la Antigüedad, tanto los de los histo-
1.–Eduard Meyer, El historiador y la historia antigua: Estudios
sobre la teoría de la historia y la historia económica y política riadores como los de los filósofos clásicos
de la Antigüedad, México, Fondo de Cultura Económica, 1955. griegos y latinos. Fueron los trabajadores
las oligarquías y en todas partes es sobe- la precisamente por ese mismo hecho que
rano el elemento mayoritario»— que todo ha sido capaz de crear un consenso mayori-
régimen que se instaura y se sostiene, si tario —una hegemonía social, diría Antonio
consigue estabilizarse y permanecer en el Gramsci—. Todo régimen político estable
tiempo es gracias a que el núcleo social di- es resultado de que una clase o fracción de
rigente es capaz de organizar en torno de su clase ha sido capaz de constituir un bloque
proyecto social un consenso mayoritario. social que aúna a la mayoría social y canali-
La democracia ateniense, aristotélica y za y resuelve las necesidades materiales y se
platónica es, pues, el poder de los pobres. vale de la praxis de la mayoría para producir
Se puede comprender fácilmente que, una y reproducir consensualmente su orden.
vez Rosenberg asume como válida para el Por tanto, el consenso mayoritario no es
presente la alternativa político social de la una característica específica de las demo-
democracia entendida según la interpreta- cracias en oposición a los demás regímenes
ción clásica, identifique la democracia, el existentes. Con independencia del tipo de
concepto clásico, histórico, de la misma, régimen que se instaure, sea este el fascismo,
con la dictadura del proletariado instaura- el liberalismo, el poder absolutista, etcétera,
da en Rusia en 1917, con el poder soviético todo régimen que perdura lo hace porque ha
obrero y campesino. Y por tanto que a su logrado sumar una mayoría social.
vez Rosenberg se identifique y asuma con La interpretación alternativa, muy en
gran lucidez y capacidad de comprenderla boga, es muy perniciosa porque nos impide
en su sentido profundo, la revolución rusa, analizar y dar explicación de las estabilida-
una vez ha aceptado como válida la tradi- des y cohesiones sociales que hay detrás de
ción democrática clásica. todo orden social estable. Una vez caídos
En lo sucesivo, Rosenberg adoptará la de- en la misma, nos vemos obligados a recurrir
mocracia en su interpretación aristotélica a explicaciones extravagantes como la de la
como hilo heurístico de toda su futura re- estupidez de los subalternos que constitu-
flexión política marxista. Así seguirá hacién- yen la base de apoyo de un régimen, o la
dolo en la que es su obra culmen, publicada del «totalitarismo», explicación que achaca
en 1943, Democracia y socialismo. Historia el sostenimiento de un régimen al omnipo-
política de los últimos ciento cincuenta años tente dominio ejercido por la policía sobre
(1789 – 1937), que está pendiente de edición la vida cotidiana de todos y cada uno de los
en Ed El Viejo Topo, publicada anteriormen- miembros de la sociedad, sobre la vida coti-
te en México, (editorial Pasado y presente, diana de las gentes.
1981), y en Argentina (editorial Claridad, El terror, un golpe de Estado, puede ser
1966)—ambas, ediciones agotadas—. el origen de un régimen político, no puede
En esta última obra, verdadero testa- ser, sin embargo, lo que explica su existen-
mento monumental del pensamiento polí- cia y estabilidad. La democracia, tal como
tico marxista, tal como nos explica Luciano lo explica Rosenberg, se caracteriza por
Canfora [3], Rosenberg ahonda la reflexión ser siempre un movimiento de masas ca-
sobre la cita aristotélica a partir del matiz pilarmente autoorganizado; un movimien-
que he destacado y en el que se recalca que to generador de poder inmediato sobre la
todo régimen político que se sostiene, reve- propia sociedad, que es hegemonizado por
una u otra fracción social. La democracia
3.– Luciano Canfora, Il comunista senza partito, seguito de
Democrazia e lotta di clase nell´antichità, di Arthur Rosen- es el nombre de dicho movimiento histó-
berg, Palermo, Sellerio, 1984. rico sustantivo, de masas, autoorganizado
por los estados parlamentarios y a tratar de Para terminar, una nota más, esta vez
pactar el Frente Único con los socialistas. sobre sobre Gramsci. Como el lector sabe,
En esas condiciones, a fecha de 1930, para la caracterización de la sociedad rusa
Rosenberg, la Komintern ya no tiene razón —«oriente»— como «gelatinosa», en opo-
de ser. sición a «occidente», es propia de Antonio
Si valoramos las críticas sobre la histo- Gramsci. Habitualmente se interpreta la
ria del bolchevismo que Rosenberg elabo- misma de forma genérica y universalizante:
ra en este texto, yendo más allá de esta o solo las sociedades capitalistas modernas
aquella interpretación concreta, leyéndolas habrían desarrollado organización capaz
en perspectiva, y las ponemos en paralelo de estructurar y movilizar la sociedad civil:
con las ideas elaboradas en su último libro habrían organizado, esto es, una verdadera
sobre la historia de la democracia, veremos «sociedad civil».
que trasparece por debajo un análisis muy Sin embargo, la obra en la que Gramsci
semejante al que Gramsci concluye en sus inspira la construcción de su teorización, El
Quaderni del carcere. Dieciocho brumario de Luis Napoleón Bona-
El lector que reflexione sobre el análisis parte, de Karl Marx, es un ejemplo a contra-
de fondo que nos presenta el capítulo de la rio. Tras la Revolución Francesa de 1789, en
obra de Rosenberg sobre la revolución rusa la que un potente y autoorganizado movi-
que hemos elegido, se percatará de que el miento de masas campesino —sociedad civil
origen de la derrota de la revolución, la organizada— impone un proceso revolucio-
causa de que esta termine, a su modo, como nario de masas, y como consecuencia de la
Revolución Pasiva se debe a la inexistencia derrota de la misma, en 1848, el campesi-
previa de un movimiento de masas sólida- nado francés está gelatinoso, desorganiza-
mente organizado que generase una hege- do, aislado familia a familia, «como patatas
monía social previa a la creación de estado dentro de un saco de patatas», según la frase
revolucionario. Es decir, se debe a que la del propio Marx. Y esto ocurre en Francia,
sociedad era gelatinosa, estaba desorgani- país cimero del mundo capitalista y burgués.
zada, y el movimiento de masas surge sobre Creo, por tanto, que la caracterización de
la marcha, como resultado de la descompo- una sociedad como organizada o gelatinosa
sición del orden social zarista. no es algo que dependa de un determinado
Ante la falta de sólidas trincheras y casa- estadio de desarrollo capitalista, de una de-
matas que organizasen el movimiento de- terminada fase de modernización o atraso
mocrático revolucionario, y de las propias social, sino de la persistente y continuada
fuerzas políticas populares, la debilidad tarea de organización capilar que haya ha-
de este lo cuartea, y hace que se desinte- bido en esa sociedad y que haya posibilita-
gre una vez sometido a situaciones políti- do la estructuración de un estable y poten-
cas extremas. En esa situación de vacío de te movimiento democrático de masas: en la
poder, surge el cesarismo. Un cesarismo de Rusia de 1917, en la Francia de 1789 o en la
partido. Atenas del siglo V antes de nuestra Era.
Desde septiembre de 1917 Lenin alimen- único medio para salvar la revolución y
taba la persuasión de que el partido bolche- también a Rusia, sería la sublevación, des-
vique llegaría al poder por medio de la re- tinada a transmitir todo el poder a manos
volución. Sobre todo en octubre, desde su de los soviet. Así, el partido tuvo las manos
escondrijo de Finlandia, apabulló a la direc- atadas.
ción central del partido en San Petersburgo, El 25 de octubre de acuerdo con el calen-
con cartas y artículos: allí exigía la subleva- dario ruso (7 de noviembre para el europeo)
ción, considerando con exactitud cada po- debía reunirse en San Petersburgo el con-
sibilidad y ofreciendo la solución apropiada greso de los consejos de todas las Rusias:
para cada dificultad. Esos escritos de Lenin debido al cambio de votos respecto de los
son únicos en su mezcla de ardiente pasión del verano, existía la posibilidad de que los
y fría reflexión. Se veía con claridad que la bolcheviques obtuvieran en este congreso
preocupación de Lenin era la posibilidad de la mayoría. Si el congreso decidía que toda
un caos anárquico como ocaso del gobierno la autoridad pasara a los consejos, también
Kérenski: entonces el momento justo hu- habría debido asumir el poder, es decir, de-
biera pasado ya para los bolcheviques, que rribar al gobierno de Kérenski. Ésta es la ra-
no habrían podido reconquistar la ventaja zón por la cual el 25 de octubre se convertía
perdida. en la jornada decisiva: ella debía ser el día
En las fracciones del partido, del grupo de la rebelión.
Zinóviev-Kámenev se mostraba contrario Los dos sectores tomaron sus respectivas
a la insurrección: es que seguían vislum- medidas para tener ese día la superioridad
brando como consecuencia de ella un ais- militar en las calles de San Petersburgo. Los
lamiento de los bolcheviques y cierta aven- regimientos allí instalados, en general eran
tura socialista de catastrófico final. Pero partidarios de los bolcheviques; entonces
Lenin, con la ayuda de Trotsky impuso su el gobierno dispuso que la mayor parte
propia opinión. El 10 (23) de octubre, ante de las tropas partiera hacia el frente. Si el
la presencia de Lenin, se realizó la decisi- alejamiento de la guarnición hubiera pros-
va sesión secreta de la dirección central del perado, el gobierno habría podido disolver
partido. Con todos los votos a favor menos ese día el congreso de los consejos con un
dos, se adoptó la resolución por la cual el puñado de tropas de asalto formadas por
* Por sugerencia de Joaquín Miras, y con la intención de aligerar el texto, se han suprimido varias citas literales de V.I.
Lenin: «Del Comité Central del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (bolchevique)», en V.I. Lenin, Obras, Vol. XXVI,
p. 288. ; «Declaración de los derechos del pueblo trabajador y explotado» en Ibid, Vol. XXVI, pp. 405-407; «La enfermedad
infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo», en Ibid, Vol. XXXI, p. 38. También se han suprimido dos prolijas citas de la obra
de I. Larin y L. Kritzmann, Vida económica y reconstrucción económica en la vida de los soviet, 1917-1920 [Wirtschaftsleben und
wirtschaftlicher Aufbau in Sowjet-Russland, 1917-1920, Petrograd, Kommunistische Internationale, 1921].
oficiales. Pero, con la instigación de los bol- de su gobierno, Kérenski se había decidido
cheviques, las tropas se negaron a marchar. a convocar las elecciones para la asamblea
El soviet de la ciudad, que estaba total- nacional, pero dichas elecciones se celebra-
mente a la influencia bolchevique, cons- ron sólo a la par de la revolución bolche-
tituyó un comité revolucionario militar, vique. En el momento crítico, entonces, la
y todas las tropas de la capital declararon asamblea no existía.
que en el futuro sólo obedecieron a dicho El grupo Kámenev-Zinóviev se opuso
comité, ya no al Estado mayor. La fuerza del hasta el último momento al estallido de
impulso del comité revolucionario militar la revolución: y aun después de la victoria
estaba representada por Trotski; y con esa siguió mostrándose pesimista. El 4 (17) de
resolución de las tropas, la revolución hu- noviembre, Zinóviev y Kámenev salieron de
biera vencido en la capital antes de que se la dirección central del partido, con el fin de
disparara un solo tiro. El 24 de octubre, el expresar con libertad sus opiniones. Ellos
comité revolucionario militar ocupó la cen- exigían que los bolcheviques ofrecieran in-
tral telefónica de San Petersburgo, y en la mediatamente un compromiso a los social-
noche siguiente se produjo la ocupación de revolucionarios y a los mencheviques, para
otros edificios públicos. El 25 fue tomado el constituir así un gobierno formado por to-
palacio de invierno, sede del gobierno: los dos los partidos soviéticos. Esta tendencia
ministros resultaron apresados y Kérenski fue apoyada aun por una cierta cantidad de
logró huir. Al mismo tiempo, según el pro- viejos bolcheviques. Hasta Losovski la de-
grama establecido, se reunió el congreso de fendió en una carta abierta. Aparece de to-
los consejos de todas las Rusias, y cuando das maneras destacable que los dos futuros
se anunció la ocupación del palacio de in- presidentes de la Internacional Comunis-
vierno, la minoría partidaria del gobierno ta y de la Internacional Sindical Roja, Zi-
abandonó la sala. La mayoría proclamó la nóviev y Losovski, al estallar la revolución
toma de posesión del gobierno por los con- consideraran que ella era justamente una
sejos de acuerdo con la tesis bolchevique. insensata aventura. Sin embargo, la pro-
Kérenski trató de reunir tropas ante paganda de ellos mismos se basaría luego
San Petersburgo, para marchar con ellas al íntegramente en la revolución de octubre.
asalto de la capital. Pero sufrió una derro- El 4 (17) de noviembre, la situación to-
ta absoluta, y se refugió en el extranjero. davía no se había aclarado: aún no se sabía
En pocas semanas, las tropas, las ciudades bien cómo sería acogida la revolución en el
y las poblaciones campesinas rusas se pa- frente y en las provincias. Una huelga gene-
saron en su integridad del lado de los bol- ral de empleados vino a paralizar la acción
cheviques: allí donde surgían oposiciones de los gobernantes bolcheviques. Partidos
a la revolución, se las derrotaba con leve enteros y grupos políticos rusos se habían
esfuerzo. Hay un hecho importante para declarado adversos a la revuelta bolchevi-
destacar: la revolución bolchevique podía que y, además de ello, hasta un fuerte grupo
apoyarse en la única representación po- dentro de la misma dirección del partido se
pular existente por entonces en Rusia, es unió a los opositores. La situación parecía
decir, en el congreso de los consejos, que desesperante; pero Lenin y Trotski no re-
había sido elegido verdaderamente por las trocedieron ni un solo paso.
masas. En cambio, las tan variadas comisio- La situación se aclaró rápidamente. Se vio
nes artificiosamente reunidas por Kérenski qué vasta había sido la victoria bolchevique
no tenían base alguna en el pueblo. Al final en el campo. La huelga de los empleados fra-
casó, y aun el grupo Kámenev-Zinóviev vol- Trotski, cuando este se puso a disposición
vió a las filas del partido. La actitud de los de su política.
dos jefes de grupo durante aquellas críticas El movimiento bolchevique fue transpor-
semanas demostró una vez más la solidez tado en esos días por una ola de simpatía: el
con que la tesis de la dictadura democráti- hecho impidió también su aislamiento polí-
ca de obreros y campesinos se había radi- tico. Los social-revolucionarios, principales
cado en el partido bolchevique. Aquellos enemigos del bolchevismo, se dividieron, y
viejos bolcheviques podían imaginar a la el nuevo partido de los social-revoluciona-
revolución rusa sólo como una subversión rios de izquierda dio los más importantes
democrático-burguesa, a realizar median- servicios a la Rusia de los soviet en el pri-
te la coalición de todos los partidos demo- mer semestre de su existencia. Tal como lo
cráticos y socialistas. Y en nombre de esta anotamos antes, las masas campesinas ha-
teoría se rebelaron contra Lenin, justamen- brían sido desilusionadas amargamente por
te en las más graves semanas de la historia el gobierno Kerenski. Esas masas esperaban
bolchevique. que un gobierno de social-revolucionarios
Después de este episodio, Lenin, con echara de las tierras a los propietarios: en
admirable objetividad, confió nuevamen- cambio, debieron asistir al hecho de que
te las tareas más importantes a Zinóviev los ministros social-revolucionarios, con la
y Kámenev. Y no les reprochó las incerti- ayuda de la fuerza constituida, protegieran
dumbres en que habían incurrido durante a los propietarios mismos.
la revolución. De la misma manera había Los dirigentes social-revolucionarios lo-
dado por terminada la añeja disputa con cales de los campesinos se rebelaron contra
la dirección del partido y, pronto, aún nota- sultado singular. Kérenski, aún perdiendo
bles funcionarios se unieron a la oposición. todo apoyo de la masa popular, obtuvo la
Así, durante la revuelta bolchevique, los mayoría de los votos: de los 36 millones de
social-revolucionarios se escindieron en un votos recogidos, los bolcheviques tuvieron
ala derecha, que seguía fiel a Kérenski, y un 9 millones, los mencheviques, 700.000, sin
ala izquierda, que exigía la expulsión de los contar el Cáucaso, y 1.400.000 en esa re-
propietarios y el tránsito de los consejos al gión donde, en Georgia, gozaban de mayor
poder. El día 25 de octubre (7 de noviem- popularidad; finalmente, los social-revolu-
bre), el congreso de los consejos de todas cionarios consiguieron 21 millones, y los
las Rusias debía tomar posición ante la re- distintos partidos burgueses, 5 millones.
vuelta: entonces los social-revolucionarios La gran masa de campesinos que había
de derechas y los mencheviques abandona- dado su voto a los social-revolucionarios se
ron la sala. Pero los de izquierda se queda- proponía con ello un apoyo a la expropia-
ron con los bolcheviques, y contribuyeron a ción de las tierras, y no a Kérenski; pero a
la constitución del poder del soviet. Luego, la cabeza de las listas de los social-revolu-
algunos jefes de los social-revolucionarios cionarios, casi por todos lados estaban los
de izquierda formaron parte del consejo de partidarios de Kérenski que, así, obtuvieron
los comisarios del pueblo, en el nuevo go- sus propios mandatos. En enero de 1918 se
bierno de la revolución. Sólo en razón de la reunió la asamblea nacional: entonces Le-
paz de Brest-Litovsk los social-revolucio- nin se mostraba decidido a combatirla por-
narios de izquierda salieron de la coalición que no quería dejarse arrebatar el fruto de
con los bolcheviques e iniciaron contra una revolución victoriosa por una mayoría
ellos una oposición impecable. parlamentaria que no tenía en lo más míni-
Así, Lenin, en los primeros meses del mo detrás suyo a la mayoría del pueblo.
poder soviético, pudo realizar por lo me- El gobierno de los soviet exigía de la
nos su propio viejo programa, y establecer asamblea nacional el reconocimiento de la
una alianza con un partido de campesinos revolución de octubre, del nuevo gobierno
democrático-revolucionario y no chovinis- y de su programa: y como la mayoría de la
ta. Durante los meses de julio a octubre de asamblea se negó a hacerlo, bolcheviques y
1917, las masas de obreros y de soldados social-revolucionarios de izquierda aban-
rusos se pasaron sin más a los bolchevi- donaron la sala. El comité central ejecuti-
ques; mientras tanto, la mayor parte de los vo, es decir, la representación permanente
campesinos siguió siendo social-revolucio- del congreso de consejos de todas las Ru-
naria, volviéndose, de amiga del gobierno, sias, decidió por la tanto que la asamblea
como era, en ferozmente enemiga de aquél. nacional quedara disuelta. El parlamento,
En verdad, cuando poco antes de la revo- así cercenado, fue dispersado violentamen-
lución de octubre cada uno de los partidos te. Si Lenin hubiera celebrado en ese mo-
presentó su propia lista de candidatos para mento nuevas elecciones, el gobierno de
la elección de la asamblea nacional, los so- los soviet, sin duda, habría obtenido una
cial-revolucionarios todavía no estaban di- aplastante mayoría en todo el país. Pero no
vididos. Social-revolucionarios de derecha se llegó a esta situación: la nueva consti-
y de izquierda, amigos de Kérenski y amigos tución rusa no incluyó la existencia de un
de Lenin, todos convivían pacíficamente en parlamento, porque, según las ideas de
la misma lista: así, las elecciones para la Lenin y de los bolcheviques, los consejos
asamblea constituyente llevaron a un re- eran la mejor forma de la democracia, y un
parlamento particular hubiera sido algo su- De todas estas consideraciones resulta
perfluo junto al congreso de los consejos de que no fueron los bolcheviques quienes ex-
todas las Rusias. propiaron a los empresarios rusos, sino, es-
Antes de tomar el poder, los bolchevi- pontáneamente, los obreros, contra el deseo
ques había prometido a los rusos libertad de los bolcheviques mismos. Lenin no tuvo
y tierra, paz y pan: y ahora se pusieron a otra posibilidad que la legalización, a pesar
la obra, inmediatamente, para mantener suyo, de cuanto habían hecho los obreros.
sus propias promesas. El gobierno bolche- El gobierno soviético, entonces, se dedicó a
vique dejó de lado a los viejos funciona- reunir a cada uno de los establecimientos
rios y oficiales y, por todos lados, confió los expropiados, constituyendo órganos direc-
puestos directivos a los consejos: así debía tivos para cada industria: así intentaba al-
realizarse verdaderamente la libertad. El canzar una producción planificada.
nuevo gobierno puso en vigor el control de Entonces surgieron inauditas dificulta-
los obreros sobre las industrias, para avivar des. La situación económica del país, que
la producción y para procurar a las ciuda- ya era seria en 1917, se acercó a lo catas-
des los medios de sustento y los artículos trófico en 1918-19. Cuando Rusia suscribió
de primera necesidad. Ofreció la paz a las la paz por separado, la Entente dejó de fa-
potencias adversarias, y dio facultades a cilitarle la vida económica: más aún, inició
los campesinos para que se apoderaran de con su propia flota aquel bloqueo que dejó
todas las tierras de los patrones. ¿Cómo se al país fuera del mundo. Y cuando en 1918
concretó ese gobierno de los consejos? los alemanes ocuparon Ucrania, la Rusia de
En primer lugar, la idea de Lenin para los soviet se vio sin el carbón de los campos
el control sobre la producción se mostró del Donetz y sin el petróleo del Cáucaso.
irrealizable: los obreros armados, entusias- Debido a la falta de combustible y al estado
mados por su propia victoria, no se podrían de consumición de las máquinas, la mayor
contener en los límites de una reforma tan parte de las industrias rusas se precipitó en
moderada. Echaban de las fábricas a los di- una decadencia completa: muchísimas fá-
rectores y se apoderaban de la dirección. En bricas quedaron inactivas, y los obreros re-
todo y para todo se verificaban las profecías tornaron a sus pueblos.
de Trotski. La revolución burguesa resulta- El estado de los medios de transporte era
ba entonces sobrepasada por el impulso es- desesperante. El caos dominaba a lo largo
pontáneo de los obreros, en las ciudades y del país. Una y otra cosa hicieron que los
en los establecimientos industriales. alimentos fueran llevados en cantidades
En el papel quedaba escrito entonces que insuficientes a las ciudades, cuyas pobla-
debía darse un primer paso para la expro- ciones, entre 1918 y 1920, padecieron tre-
piación de los establecimientos industria- mendamente. La posesión de rublos de pa-
les, mientras en realidad la expropiación pel, completamente depreciados, no daba
era ya cosa cumplida. Sólo el 28 de junio (11 a nadie la posibilidad de mejorar su condi-
de julio) de 1918, apareció el decreto de na- ción de vida; así, se había desvanecido toda
cionalización general de la gran industria. diferencia entre ricos y pobres, todo des-
Cotejamos con esta circunstancia el hecho nivel entre las distintas clases sociales. La
de que el decreto referido a la abolición de igualdad de los hombres se vuelto realidad
la propiedad terrateniente privada había en una especie de comunismo del hambre.
salido ya el primer día de gobierno, 26 de Lenin había expresado, especialmente
octubre (8 de noviembre) de 1917. en el otoño de 1917, esperanzas de una sal-
vación económica: ninguna de ellas se veri- los campesinos ricos y los pequeños arren-
ficaba. Y de ello no eran culpables ni Lenin datarios, se asimilaron entre sí.
ni su partido: se trataba de una consecuen- Hacia el año 1919 empezaron a mostrar-
cia de la guerra mundial y de aquella otra, se en toda Rusia los resultados de la revo-
civil, aun aniquiladora, y que Rusia debió lución agraria: ya entonces se había cons-
soportar luego de la primera. tituido por todos lados una masa uniforme
En las campañas, la revolución bolche- de pequeños propietarios de campos. Los
vique se halló ante cuatro clases: los lati- campesinos sabían cuánto debían recono-
fundistas, los campesinos ricos (o sea, los cer a la revolución bolchevique, y estaban
Kulaks), los pequeños campesinos y los listos para impedir aun con el sacrificio de
peones agrarios. Desde la abolición del ser- su propias vidas el retorno a las antiguas
vilismo de la gleba, y especialmente des- condiciones. Además, sólo con la ayuda vo-
de la revolución de 1905, los propietarios luntaria de la masa agraria era posible crear
habían vendido parte de sus tierras. Como el ejército rojo y vencer a los generales de la
compradores, aquellos campesinos con po- contrarrevolución: pero en las cuestiones
sibilidades de dinero fueron progresando; económicas, los campesinos mantenían
así, entre la nobleza y la masa de peque- su egoísmo. Ya habían soportado bastante
ños campesinos se fue constituyendo una hambre con el zar y durante la guerra: aho-
clase de campesinos propietarios que, en ra querían comer hasta hartarse. Aceptaban
los pueblos, ejercían también la usura. Las llevar mercancías a las ciudades sólo luego
tierras administradas directamente por los de adecuadas compensaciones, mientras
propietarios, y también las propiedades de los pagos hechos en rublos de papel depre-
los ya citados campesinos ricos, ocupaban ciados no los alentaban ni a la producción
a los peones agrarios. La mayor parte de las ni a la venta.
tierras pertenecientes a los señores no eran El gobierno soviético envió a las campa-
cultivadas directamente por los propieta- ñas todo cuanto de mercancías podía pro-
rios, sino que resultaban cedidas en arrien- curar a la paralizada industria rusa, para
do a campesinos pobres. Y las condiciones ofrecer a los campesinos compensaciones
de estos últimos aparecían como especial- por los productos alimenticios: peso, a pe-
mente miserables, a causa de los sacrificios sar de ello, el abastecimiento de la ciudad
a que estaban expuestos por toda suerte de siguió siendo insostenible. Para alimentar
tasas e impuestos. al ejército rojo y para dar por lo menos un
Los pequeños arrendatarios y los traba- poco de pan a los obreros, finalmente se
jadores de los campos se declararon a fa- recurrió a confiscaciones forzadas, y así el
vor de la revolución social, mientras que campesino dejó estar contento con su nue-
los propietarios y los campesinos ricos se va propiedad, a la que no podía explotar
mostraban partidarios del orden existente. económicamente. Dado que no existían ni
La revolución llevó a la expropiación abso- dinero serio ni libre comercio, el campesino
luta de los propietarios, y también los cam- no estaba en condiciones siquiera de valo-
pesinos ricos debieron ceder a la población rizar sus propias superproducciones, que le
pobre de las campañas una parte notable de eran quitadas en cuanto se las descubría.
sus propiedades. Así, aun los peones agra- De 1918 a 1920, entonces, las ciudades y los
rios recibieron en general parte de la tierra; campos, los obreros y los campesinos esta-
de las cuatro clases de la campaña, desapa- ban unidos contra la revolución aristocrá-
recieron dos, y las dos que seguían en pie, tica: es cierto. Pero psicológica y económi-
Asamblea de trabajadores de la fábrica Putilov. Petrogadro, julio de 1920 (Foto: dominio público).
ron de la línea del Volga, y desde allí se pre- crueldad: los blancos trataban de atemori-
paraban para marchar sobre Moscú. zar a la población de obreros y de campe-
El gobierno soviético, con esfuerzos in- sinos con los fusilamientos en masa, ven-
auditos, logró juntar tropas capaces de lu- gándose de la revolución. Los bolcheviques,
char: Trotski fue designado comisario del al terror blanco oponían el terror rojo. Pue-
pueblo para la guerra, y puso en juego toda den mantenerse distintas opiniones sobre
su energía con el fin de constituir el Ejérci- actos de violencia singulares cumplidos por
to Rojo. En septiembre, las tropas rojas re- el gobierno de los soviet en los años de la
conquistaron Kazan y rechazaron del Volga guerra civil, respecto de los fusilamientos
a los checos: era la primera victoria militar en masa, etc. Pero desde un punto de vista
del Ejército Rojo en un combate serio. histórico y general es necesario reconocer
Luego de la derrota de Alemania, la En- que el pueblo ruso, en ese momento, se vio
tente renovó su esfuerzos para abatir a la obligado a defenderse de una despiadada
Rusia de los soviet: viejos generales del zar contrarrevolución.
fueron financiados por Inglaterra, Francia, Luego de muchos y azarosos combates,
Japón. Se les dio todo el material bélico ne- que se prolongaron hasta 1920, el ejército
cesario. Desde el Mar del Norte y el Báltico, rojo venció en todos los frentes. En Asia,
desde el Ártico y el océano Pacífico llegaban el gobierno de los soviet ocupó todos los
las Guardias Blancas con los auxilios de la países que antes habían pertenecido al go-
Entente. Los más peligrosos enemigos del bierno zarista: reconquistó el Cáucaso y, en
gobierno de los soviet eran; en oriente, el ge- Europa, Ucrania y las costas del Mar Negro.
neral Kolchak; en el sur, el general Deninkin. Sin embargo, en occidente permanecieron
La guerra se desarrolló con tremenda independientes de Rusia tanto Finlandia
como los estados bálticos y Polonia. Las en parte se utilizó a viejos oficiales del zar,
victorias militares del año 1918 proporcio- colocándoles al lado, con fines de control,
naron a los bolcheviques una extraordina- a comisarios bolcheviques. Luego, con el
ria autoridad dentro del país: la vergüenza paso de los años, también se logró instituir
de Brest-Litovsk ya había sido borrada. Los un cuerpo de oficiales jóvenes, sinceramen-
obreros y campesinos rusos podían jactar- te revolucionarios. Las primeras tropas ro-
se de haber rechazado victoriosamente el jas estaban formadas por voluntarios, pero
asalto de las grandes potencias imperialis- pronto debió recurrirse a la conscripción
tas reunidas. Luego de este hecho, los con- obligatoria.
ceptos de bolchevismo y revolución rusa se La creación del ejército rojo era en aquel
asimilaron, ante los ojos de las masas. tiempo una amarga necesidad para la Rusia
Los bolcheviques, con las armas, habían de los soviet; pero ella provocó la prime-
llevado a término la guerra decisiva contra ra brecha en el sistema de consejos. Según
los oficiales propietarios de tierras zaristas: Lenin, una de las obras principales del or-
Trotski y Lenin habían triunfado sobre Kol- denamiento por consejos hubiera sido la
chak y Denikin. Todos los otros partidos, abolición del ejército como formación ex-
liberales, mencheviques, social-revolucio- traña y contrapuesta a la masa del pueblo:
narios, etc., habían quedado despedazados ahora, de nuevo existía en Rusia un ejército
en el choque entre los dos sectores adver- que respondía a un ordenamiento central,
sos. En la guerra civil, los bolcheviques separado de la masa popular y formado en
adoptaron este principio: quien no está con parte por soldados de oficio. Los soviet lo-
nosotros está contra nosotros. Así, hicie- cales ya no tenían en 1918 autoridad algu-
ron penetrar en las masas la persuasión de na sobre los regimientos del ejército rojo,
que todos lo partidos no bolcheviques eran de guarnición o de tránsito; así, quedaba
contrarrevolucionarios. reconstruido un importante elemento del
Cuando la guerra civil hubo cesado, la estado autoritario de cuño burgués.
revolución ya había vencido a sus propios Trotski quería un ejército rojo centrali-
enemigos: pero al mismo tiempo el pueblo zado, no sólo para alcanzar una eficacia mi-
ruso había perdido la libertad democrática litar, sino porque en él veía el instrumento
apenas conquistada y representada por los que sometería a las masas caóticas de los
consejos de obreros. Desde San Petersburgo campesinos a la conducción del proletaria-
hasta el océano Pacífico se extendía sólida do socialista. Para Trotski, los opositores
y omnipresente la bolchevique dictadura al ejército rojo son «federalistas reacciona-
de partido. rios», anarquistas y social-revolucionarios
En 1918 se había visto cómo la existen- de izquierda. Al afirmar esto, olvida que la
cia de la Rusia de los soviet dependía de la Comuna de París de 1871 fue obra de fede-
institución de un ejército capaz de com- ralistas anárquicos, y que la esencia de los
batir; pero un ejército así requería unidad conceptos soviéticos del 17 era, también ella,
de mando y solidez de disciplina. Un regi- un anticentralismo anárquico antiestatal.
miento no era apto para el combate si un Quizás el «centralismo proletario revolucio-
coronel, al dar una orden cualquiera, debía nario» sea una necesidad de la revolución y
pedir el parecer de una docena de soldados: de la guerra civil; pero su antepasado es el
por eso, Trotski constituyó el nuevo ejérci- terror francés de 1793, que nada tiene de co-
to con la completa abolición de los conse- mún con el sistema de los consejos obreros.
jos de soldados. Para los puestos de mando, En los años 1918-1920, paralelamente a
la constitución del ejército, en Rusia se pro- pura ficción: y lo mismo ha seguido siendo
dujo un retorno general al centralismo es- hasta nuestros días.
tatal. La lucha contra lo conjurados antirre- Formalmente, de acuerdo con la cons-
volucionarios hizo necesaria la institución titución de 1918, Rusia es gobernada por
de una policía política con poderes amplí- los soviet los órganos estatales inferiores
simos, y que respondía a un ordenamiento son los soviet locales de los pueblos y las
absolutamente centralizador. Era la famosa ciudades. Y los delegados de estos últimos
Checa (llamada luego GPU). Muchas fábulas constituyeron los consejos regionales, pro-
se han difundido a su respecto en Europa: vinciales, etc. La autoridad suprema del es-
aquí será suficiente destacar que la Che- tado se encuentra formada por el congreso
ca ha sido siempre un fiel instrumento del nacional ruso de los consejos y, durante el
estado centralista, un órgano ejecutivo del tiempo que corre de una a otra reunión del
gobierno, es decir, del partido bolchevique. congreso nacional, está confiada a una re-
Y que no ha seguido nunca una conducta presentación del mismo, es decir, el comité
política divergente de la gubernamental, y ejecutivo central. A partir de éste se forma
tampoco le ha sido dada autoridad política luego el consejo de los comisarios del pue-
alguna extraña a la dirección del partido. blo, que corresponde al llamado gabinete
Toda la responsabilidad por la acción de la de los países europeos.
GPU, tanto en lo bueno como en lo malo, Pero todo este sistema complicado no
recae sobre el partido bolchevique: en ab- es sino un biombo para la dictadura del
soluto sobre un órgano especial y secreto. partido bolchevique. Para que los consejos
Junto al ejército y a la policía centralista, puedan tener vida, las elecciones deben ser
que se separaban del pueblo, se agruparon libres: el elector debe poseer la libertad de
los órganos administrativos centralistas. elección entre distintos candidatos, y estos
Cada rama de la industria, en toda Rusia, últimos la facultad de ilustrar con libertad
fue recogida en trust, con el fin de poder sus propios puntos de vista, en la prensa y
dar una base unitaria a la producción. en los actos públicos.
Para esa finalidad se utilizaron los órga- En las condiciones creadas por la guerra
nos centrales para la economía general del civil, esa libertad de elección de los candi-
país, para el comercio, para el transporte y datos desapareció paulatinamente, prime-
para los bancos. También se centralizaron ro con la exclusión de los partidos burgue-
la administración, la justicia y la instruc- ses, como partidos contrarrevolucionarios,
ción, y todas las cuestiones de importan- impuesta inmediatamente después de la
cia fueron reguladas de acuerdo a decretos toma del poder por los bolcheviques. Lue-
inapelables del gobierno. go, fueron excluidos el partido de Kérenski,
En 1917, los soviet locales habían des- el de los social-revolucionarios de derecha
truido el antiguo estado; pero ahora un y el de los mencheviques. Al final, en la pri-
nuevo estado aún más fuerte los tenía su- mera mitad del año 1918, quedaron sólo
jetos, y no les dejaba sino miserables tareas dos partidos autorizados por la ley: los bol-
comunales. Y este potente aparato estatal cheviques y los social-revolucionarios de
centralista ¿estaba sometido por lo me- izquierda.
nos a un control democrático, ejercido por Los social-revolucionarios de izquierda
el congreso de los consejos de todas las hubieran tenido la posibilidad de organizar
Rusias? En 1918 se vio claramente que el a los campesinos revolucionarios: de ello
gobierno de los consejos era en Rusia una podía esperarse el desarrollo de un sistema
mo en su forma más avanzada, es decir, la violencia contra los campesinos era acaso
igualdad de todos en los derechos y en los una necesidad de tiempos de la guerra ci-
bienes, la abolición de las clases y la vic- vil y de la escasez, pero por cierto no podía
toria sobre el dinero. Haber vivido la más conformar una institución para el poder so-
grande conmoción de todos los tiempos era viético. Lenin estaba decidido a buscar un
como un sueño para el obrero ruso; y cuan- compromiso con los campesinos, en cuanto
do hubiera terminado la guerra civil con la paz retornara al país: pero la paz, para
sus duras necesidades, debía desarrollarse la Rusia de 1918-1920, parecía algo bien le-
libremente la vida paradisiaca de la socie- jano. Primero fue sometido al férreo yugo
dad sin clases sociales. de la potencia militar alemana; luego apa-
En esta embriaguez comunista del pro- reció la amenaza de la Entente, y en el país
letariado ruso, sus dirigentes encontraron mismo estaba la enorme masa de campesi-
una gran fuerza y, a la vez, un gran peligro. nos, amigos de muy poco confiar. ¿Cuánto
Todo podía ser pedido a esos obreros entu- tiempo habrían resistido los soldados cam-
siastas: todo lo soportaban, un día fueran pesinos del ejército rojo si, un día, un gran
arrancados de sus ilusiones por la dureza ejército anglosajón hubiera marchado real-
de los hechos, incalculables habían de ser mente sobre Moscú?
las consecuencias del desgarramiento. Le- Los bolcheviques, absolutamente en
nin no había tenido nunca como mira, al contra de sus propios planes, habían lle-
asumir el poder, un salto así al comunis- gado a constituir un estado socialista. Es
mo, y tampoco había tenido ese sentido el decir, habían llegado a realizar en Rusia la
cambio de nombre de la vieja socialdemo- política de Trotski: y, por lo tanto, debían
cracia rusa por el de partido comunista. Es aceptar las conclusiones por él formula-
cierto que el gobierno soviético, en las de- das cuando aseguraba que una revolución
claraciones oficiales dictadas entre 1918 y obrera rusa podía ser salvada sólo median-
1920, se inclina a poner bien en evidencia te una revolución obrera europea. Desde
su propia misión socialista, la destrucción 1918 hasta 1920, Lenin y todos los dirigen-
de la burguesía y la liberación de los traba- tes bolcheviques siguieron la doctrina de
jadores. Pero Lenin siguió todavía escépti- Trotski sobre la revolución permanente,
co en cuanto a los resultados efectivamente ingeniándoselas para que la revolución se
logrados. extendiera por Europa central y occidental.
Lenin veía que los muchos millones de El objeto era encontrar apoyo en gobiernos
pequeños campesinos de Rusia seguían obreros victoriosos en Europa, y así salvar
existiendo a pesar de todas las leyes dic- la revolución rusa. Ésta es la causa que hizo
tatoriales del comunismo de guerra, y que del éxito de la III Internacional en los años
ellos no constituían elementos de un esta- que van de 1918 a 1920 una cuestión de
do proletario, sino burgués. La política de la vida o muerte para los bolcheviques.
Queridos miembros del Grupo Trabajo- a mis colegas de la parte laboral y, como
Empresa [1]: individuos, a aquellos que representan a la
Lamento mucho que haya sido necesa- elite empresarial dentro del Grupo.
rio cancelar la reunión programada para el Por atractivas que las personas puedan
19 de julio. Era mi intención deciros en esa ser, todos estamos allí en calidad de repre-
reunión lo que ahora me dispongo a comu- sentantes. He llegado a la conclusión de
nicar en esta carta ya que el Grupo no tiene que mi participación en estas reuniones
previsto volver a reunirse hasta finales de ya no es útil ni para mí ni para el millón y
septiembre. He llegado a la no deseada con- medio de trabajadores a los que represento
clusión de que mi participación en el Grupo como presidente de la UAW [3]. Yo creo que
Trabajo-Empresa no puede continuar. Por hoy los líderes de la comunidad empresa-
lo tanto dimito con fecha de 19 de julio. rial en este país, con pocas excepciones,
Tenéis derecho a saber la razón por la que han elegido librar una guerra de clases uni-
hago esto y también quiero que sepáis que lateral– una guerra contra los trabajadores,
tengo en la mayor estima a John Dunlop [2], los desempleados, los pobres, las minorías,
los muy jóvenes y los muy viejos e incluso
1.–Organismo creado durante la presidencia de Richard contra muchos de la clase media de nuestra
Nixon como instrumento de conciliación de las relacio-
sociedad. Los líderes de la industria, del co-
nes industriales. Estaba formado por dirigentes sindi-
cales de diferentes sectores industriales y por altos eje- mercio y de las finanzas de los Estados Uni-
cutivos de grandes empresas como la General Motors, dos han roto y desechado el frágil contrato
Mobil Oil; U.S. Steel Cop. o el First National City Bank. no escrito que existió anteriormente, en un
2.–John T. Dunlop (1914-2003), catedrático en la Uni- periodo que fue de crecimiento y progreso.
versidad de Harvard y especialista en relaciones labo-
Durante un tiempo considerable, los di-
rales, estudió en Cambridge con John Maynard Keynes;
su libro Industrial Relations Systems supuso una nueva rigentes empresariales y los dirigentes la-
forma de entender las relaciones laborales en los Esta- borales se han sentado a la mesa del Grupo
dos Unidos. Fue Secretario de Trabajo del Gobierno de
Estados Unidos y dimitió de su cargo por desavenen- National Committee of Labor-Management Group.
cias ante la suspensión de la Ley de Emplazamiento Le- 3.–United Automobile Workers, organización sindical
gislativo que se había comprometido a firmar con los que reúne a los trabajadores del sector automovilístico
representantes de los trabajadores. En 1978 dirigía el de Estados Unidos, Puerto Rico y Canadá.
* Douglas Fraser´s Resignation Letter from the Labor-Management Group, 17 july, 1978 en www.historyisaweapon.com.
El original en Archives of Labor and Urban Affairs, President´s Office, Douglas Fraser Collection, caja UAW, Wayne State
University, Detroit, Michigan. Traducción y notas de Antonia Tato Fontaiña.
** Douglas Andrew Fraser (1916-2008). Fue presidente de la United Automobile Workers entre 1977 y 1983; vocal del
Movimiento por los Derechos Civiles y profesor de Relaciones Laborales en la Wayne State University (Detroit). Toda
la documentación generada por la actividad sindical de Douglas Fraser está disponible en la Walter P. Reuther Library,
Wayne State University.
Cambio de turno en la Ford Rouge Plant de Dearborn, Michigan. Década de 1950 (Autoría
desconocida. Reuthers Library).
Trabajo-Empresa reconociendo las dife- ese segmento. Ese «dar» generalmente lle-
rencias pero buscando un consenso donde gaba después de una lucha continuada, tal
existiera. Eso funcionó porque la comuni- como la que libró el movimiento obrero en
dad empresarial en USA consiguió defen- los años 30 o el movimiento de derechos ci-
der una lealtad general a un capitalismo viles de los 60.
supuestamente benigno que preconizaba la La aceptación del movimiento obrero,
propiedad privada, la independencia y au- tal y como ha sido, tuvo lugar porque el po-
torregulación junto con la adhesión a una der empresarial temía las alternativas. La
política democrática libre. América empresarial no se incorporó a la
Ese sistema ha funcionado mejor, por su- lucha para que se aprobasen la Ley de Dere-
puesto, para «los que tienen» que para «los chos Civiles de 1964 o la Ley de Derecho al
que no tienen» en nuestra sociedad. Sin Sufragio pero finalmente aceptó la inevita-
embargo, en parte sobrevivió gracias a un bilidad de esa legislación. Otras disposicio-
fundamento tácito: que cuando las cosas se nes legislativas similares dirigidas a las ne-
ponían mal para un segmento de la socie- cesidades humanas de los desfavorecidos
dad, la elite empresarial «daba» un poquito se han convertido en políticas nacionales
—capacitando al gobierno o grupos de in- sólo después de una auténtica lucha.
terés para mejorar algo las condiciones de Este sistema no es lo que debería ser pero
se han hecho progresos con él. Sin embar- representantes empresariales del Grupo
go hoy estoy convencido de que por parte se aliaron con grupos como el Comité para
de la comunidad empresarial ha habido un la Derrota de los Dirigentes Sindicales, el
giro hacia la confrontación, más que hacia Comité para un Entorno Libre de Sindica-
la cooperación. Ahora los grupos empresa- tos, el Comité por el Derecho a Trabajar,
riales están intensificando el control sobre Americanos Contra el Control Sindical del
la sociedad americana. Según aumenta ese Gobierno y con individuos como R. Heath
control, los oprimidos son de «los que no Larry, Richard Lesher y Orrin Hatch [5].
tienen». La nueva demostración de fuerza del
La última ruptura en nuestra relación empresariado se puede ver en otras mu-
es probablemente la más seria también. La chas áreas. El aumento de corporaciones
guerra librada por la comunidad empresarial multinacionales que no saben lo que es el
contra la Ley de Reforma de la Legislación patriotismo ni la moralidad pero sí el inte-
Laboral es el ataque más injusto y despia- rés personal, ha hecho que el asumir res-
dado contra el movimiento obrero en más ponsabilidades sea algo inexistente. Prácti-
de 30 años. Los líderes empresariales sa- camente a todos los niveles, percibo que el
bían que no suponía «la asunción del poder empresariado demanda un gobierno dócil y
por parte del Big Labor» que ellos querían un individualismo empresarial desenfrena-
hacer ver. Más bien resultó una disposición do. Donde antes las compañías anhelaban
justa y extremadamente moderada que solo sindicatos sumisos ahora no quieren sindi-
tendrían que temer los empresarios fuera catos para nada.
de la ley. La reforma de la legislación labo- La General Motors Corp. es un buen
ral en sí misma no hubiera organizado ni a ejemplo de ello. GM, la mayor corporación
un trabajador. Más bien habría empezado a industrial del mundo, ha recibido coopera-
limitar la capacidad de ciertos empresarios ción, productividad y responsabilidad de la
sin escrúpulos de impedir que los trabaja- UAW y de sus miembros. A cambio, la GM
dores eligieran democráticamente ser re- nos ha dado una estrategia sureña diseñada
presentados por sindicatos, por causa de la para establecer una red sin sindicatos que
demora del empleador y la violación directa amenaza los logros que la UAW consiguió
de la legislación laboral existente. con tanto esfuerzo. Nosotros hemos dado
Ya sé que algunos de los representan- estabilidad y se nos ha recompensado con
tes empresariales del Comité abogaron en hostilidad. En el extranjero pasa lo mismo.
la Business Roundtable [4] por la neutrali- La General Motors no sólo invierte mucho
dad. Pero una vez que perdieron, ayudaron en Sudáfrica, también se niega a reconocer
a financiar (a través de la Roundtable y de a los sindicatos negros de allí. Mi mensaje
otras organizaciones) la deshonesta y su- es muy claro: si las empresas como Gene-
cia campaña multimillonaria contra la ley ral Motors quieren confrontación, que no
de reforma laboral. Para ese empeño los esperen a cambio cooperación por parte de
los trabajadores.
4.– The Business Roundtable es un grupo de presión
empresarial formado en 1972 por altos ejecutivos que
representan a las grandes corporaciones y bancos de los 5.– R. Heath Larry (1914-2011) fue portavoz de relacio-
Estados Unidos para limitar la influencia sindical en la nes laborales de la US Steel Corp. entre 1975 y 1997;
relaciones laborales. En los años setenta consiguieron Richard Lesher, fue Presidente de la Cámara de Comer-
bloquear las reformas de legislación laboral que trata- cio de los Estados Unidos y Orrin Hatch, senador repu-
ban de fortalecer la capacidad de los trabajadores para blicano desde 1976, fue presidente de la Comisión de
crear sindicatos en las empresas. Trabajo y Recursos Humanos del Senado.
Hay otros muchos ejemplos de la nueva bajos que los de USA, exceptuando Botswa-
lucha de clases declarada por el empresa- na. Además, nuestra participación electoral
riado. En el Grupo todos saben que no hay tiene un sesgo de clase —vota aproximada-
ninguna posibilidad de que la elite empre- mente un 50% más de los acomodados que
sarial se una a la lucha por el seguro na- de los trabajadores y del 90% al 300% más
cional de enfermedad o de que permanez- de los ricos que de los pobres, los negros,
ca neutral, a pesar de que USA es el único los jóvenes y los hispanos. A pesar de eso,
país industrial del mundo, con excepción los grupos empresariales financian regular-
de Sudáfrica, que no lo tiene. En este mo- mente a los políticos, los referendos y las
mento estamos enzarzados en una batalla batallas legislativas para que continúen las
contra los intereses corporativos de la ley barreras a la participación ciudadana en las
de empleo pleno de Humphrey-Hawkins. elecciones. En Ohio, por ejemplo, muchas
Estamos en desacuerdo con las mejoras del corporaciones del Fortune 500 [6] aportaron
salario mínimo, con la financiación de la el dinero para anular el registro justo y de-
Seguridad Social y prácticamente con cual- mocrático de votantes.
quier disposición legislativa que se haya Incluso si se suprimieran todos los obs-
presentado al Congreso recientemente. táculos para esa participación, hay muchos
El empresariado culpa de la inflación a en nuestra sociedad que no correrían a las
los trabajadores, a los pobres, a los consu- urnas porque se sienten impotentes e inca-
midores y la usa como arma contra ellos. paces de afectar al sistema en modo alguno.
Las subidas de los precios y el aumento de El Partido Republicano sigue controlado
los beneficios se ignoran mientras los re- por los intereses empresariales y el Partido
presentantes empresariales nos dicen que Demócrata está fuertemente influenciado
no podemos permitirnos parar de matar o por ellos. La realidad es que ambos son dé-
mutilar a trabajadores en fábricas peligro- biles e ineficaces como partidos, no tienen
sas. Nos dicen que tenemos que posponer diferencias ideológicas claras y visibles en-
pequeñas subidas en el salario mínimo de tre sí a causa de la supremacía empresarial.
aquellos que ganan tan poco en su trabajo Por todas estas razones he llegado a la
que apenas pueden sobrevivir. conclusión de que no tiene sentido que siga
Nuestras leyes tributarias son un escán- sentándome en las reuniones del Grupo
dalo, a pesar de lo cual la América empresa- Trabajo-Empresa, filosofando sobre el futu-
rial quiere desigualdades aún mayores. Si la ro del país y del mundo cuando los que es-
gente comprendiera de verdad, no eligiría tamos del lado de los trabajadores tenemos
la Propuesta 13’s sino más bien una refor- tan poco en común con los que se sientan
ma del sistema fiscal que hiciera pagar a en el otro lado de la mesa. Yo no puedo sen-
los ricos y a las empresas su parte equita- tarme allí buscando la unidad con los diri-
tiva. Los ricos no buscan cerrar vacíos sino gentes de la industria americana mientras
ampliarlos propugnando la reducción del ellos intentan destruirnos y arruinar las vi-
impuesto de plusvalías que les proporcio- das de la gente a la que represento. Prefiero
nará una enorme bonanza. Incluso los pro-
pios fundamentos del proceso democrático 6.– La lista Fortune Global 500 es compilada y publicada
americano están amenazados por el nuevo anualmente por la revista Fortune y es un escalafón de
las primeras 500 empresas de todo el mundo, medidas
enfoque de la elite empresarial. Ningún
por los ingresos. La lista contenía exclusivamente cor-
país democrático del mundo tiene unos poraciones de EE.UU. en el año de publicación de esta
índices de participación de votantes más carta.
Marcha en las a fueras de Selma (Alabama), el 10 de marzo de 1965 (Foto: A.P. File).
sentarme con los pobres del campo, con los en los 60 [7].
desesperados niños del deterioro urbano, No puedo garantizaros que consigamos
con las víctimas del racismo y con los tra- nuevas alianzas y nuevas coaliciones para
bajadores que buscan una vida mejor que ayudar a que nuestra nación encuentre su
con esos cuya religión es el status quo, cuya camino. Pero puedo aseguraros que lo in-
meta es el lucro y cuyos corazones son du- tentaremos.
ros. En la UAW tratamos de restablecer los Sinceramente,
lazos con los que creen en la lucha: la clase
de gente que hacía sentadas en las fábricas Douglas A. Fraser
en los años 30 y se manifestaba en Selma Presidente
7.–Se refiere a los acontecimientos que tuvieron lugar en la ciudad de Selma, Alabama, durante el llamado Domin-
go Sangriento. El 7 de marzo de 1965 la policía reprimió duramente una marcha pacífica de 600 personas que se
dirigían de Selma a Montgomery en protesta por el asesinato de un joven estadounidense afroamericano, Jimmie
Lee Jackson. Las marchas, enmarcadas en la lucha por los derechos civiles, se repetirían en los días siguientes con
la asistencia de Martin Luther King que inició el 21 de marzo la Marcha de la Libertad con 2.000 personas y llegó a
Montgomery el día 25 con 50.000. Las movilizaciones de Selma fueron determinantes para que el presidente Lyn-
don B. Johnson firmase el 6 de agosto la Voting Rights Act (la Ley de Derecho al Voto).
Kristen R. Ghodsee
Universidad de Pensilvania
Resumen:
Palabras clave: Memoria pública, comunismo, fascismo, Europa del Este, 2ª Guerra
Mundial, Ucrania, Bulgaria.
Abstract:
Since the beginning of the global financial crisis in 2008, the public memory of World War II
in Eastern Europe has been increasingly revised to exonerate both nations and individuals who
collaborated with Nazi Germany. From Belgrade to Riga, politicians have chosen to vilify former
communists, even those who fought heroically against the Axis forces as partisans or soldiers in the
Red Army. Instead, former leftist idealists are recast as agents of totalitarianism while those who
fought with right-wing nationalists have become «victims of communism». This article examines
the public memory of the left, and argues that contemporary memory politics in Eastern Europe
serve to legitimize the continuing rise of right wing politicians and movements throughout the
region.
Keywords: Public memory, communism, fascism, Eastern Europe, World War II, Ukraine, Bulgaria.
* Kristen R. Ghodsee, «Exonerating Fascists in Eastern Europe», 2017. Traducción de Antonia Tato Fontaiña.
Desde el comienzo de la crisis financiera ciudades y villas que cargan con nombres
global en 2008, la memoria pública de la 2ª considerados «demasiado comunistas» por
Guerra Mundial en la Europa del Este ha sido el gobierno [2]. Por todo el país, brigadas de
cada vez más revisada para exonerar tanto a demolición desmantelaron monumentos de
las naciones como a los individuos que cola- la 2ª Guerra Mundial que conmemoraban la
boraron con la Alemania Nazi. De Belgrado victoria del Ejército Rojo sobre el Nazismo,
a Riga, los políticos han preferido vilipen- mientras las autoridades locales se afanaban
diar a los antiguos comunistas, incluso a en borrar de los mapas los nombres propios
aquellos que lucharon heroicamente contra que ellos consideraban inapropiados para la
las fuerzas del Eje como partisanos o al lado nueva Ucrania democrática [3].
de los soldados del Ejército Rojo. En cambio, Pero la sección más controvertida del
los antiguos idealistas de izquierdas ahora nuevo estatuto prohibió que se cuestionara
son considerados agentes del totalitarismo públicamente el «carácter criminal del ré-
mientras que los que lucharon al lado de los gimen totalitario comunista de 1917-1991
nacionalistas de derechas se han convertido en Ucrania» [4]. En otras palabras, el estado
en «víctimas del comunismo». Si queremos ucraniano legisló cual era la opinión correc-
comprender el ascenso de líderes de la dere- ta que sus ciudadanos debían tener sobre un
cha y la expansión de los movimientos na- pasado reciente que muchos de ellos habían
cionalistas y de la «democracia antiliberal» vivido. Cualquier alusión en periódicos o
en la Europa del Este actual, tenemos que
2.– Alec Luhn, «Ukraine bans Soviet symbols and criminal-
comprender la historiografía contemporá-
ises sympathy for communism», The Guardian, 21 de mayo,
nea del pasado comunista. 2015. http://www.theguardian.com/world/2015/may/21/
En el caso quizá más extremo, un esta- ukraine-bans-soviet-symbols-criminalises-sympathy-for-
do democrático ha legislado la historia y ha communism. Fecha de acceso: 11 de marzo, 2016; Vi-
taly Shevchenko, «Goodbye, Lenin: Ukraine moves to ban
criminalizado el cuestionamiento histórico.
communist symbols», BBC Monitoring, 14 de abril, 2015:
Después de subir al poder tras las protestas http://www.bbc.com/news/world-europe-32267075; y
de Maidán, el nuevo gobierno europeísta Sabra Ayres, «Ukraine’s plans to discard Soviet symbols are
de Poroshenko en Ucrania forzó a sus ciu- seen as divisive, ill-timed», L.A. Times, 13 de mayo, 2015.
http://www.latimes.com/world/europe/la-fg-ukraine-de-
dadanos a aceptar la única verdad autoriza-
communization-20150513-story.html. Fecha de acceso:
da por el estado sobre el pasado del país [1]. 15 de marzo, 2016.
Este proceso oficial de «descomunización» 3.– Shaun Walker, «Ukrainians say farewell to ‘Soviet
empezó en abril de 2015 cuando los legis- champagne’ as decommunisation law takes hold», The
ladores ucranianos se plantearon borrar Guardian, 4 de enero, 2016. http://www.theguardian.com/
world/2016/jan/04/ukrainians-say-farewell-to-soviet-
todos los vestigios físicos de su pasado so-
champagne-as-decommunisation-law-takes-hold. Fecha
viético. El 15 de mayo, el Presidente Petro de acceso: 11 de marzo, 2016.
Poroshenko firmó una nueva ley decretando 4.– «Проект Закону про засудження комуністичного
la retirada de todas las estatuas y símbolos та націонал-соціалістичного (нацистського)
de la era soviética y el cambio de nombre de тоталітарних режимів в Україні та заборону про-
паганди їх символіки», http://w1.c1.rada.gov.ua/pls/
zweb2/webproc4_1?pf3511=54670. Fecha de acceso:
1.– Oficina de Prensa del Vice Primer Ministro, «El gobier- 11 de marzo, 2016; y Pers Anders Rudling y Christopher
no aprobó una serie de proyectos de ley sobre la des- Gilley, «Laws 2558 And 2538-1: On Critical Inquiry,
comunización, conmemoración de los luchadores por la the Holocaust, and Academic Freedom in Ukraine»,
independencia de Ucrania y de la victoria sobre el Nazis- Political Critique, 29 de abril, 2015. http://ukraine.
mo», 1 de abril, 2015.http://www.kmu.gov.ua/control/en/ politicalcritique.org/2015/04/laws-2558-and-2538-
publish/article?art_id=248057658&cat_id=244314975. 1-on-critical-inquiry-the-holocaust-and-academic-
Fecha de acceso: 11 de marzo, 2016. freedom-in-ukraine/. Fecha de acceso: 11 de marzo, 2016.
Protesta contra el aumento del nazismo en Ucrania (Foto facilitada por la autora).
revistas a que el período comprendido en- to de que 1,5 millones de ucranianos lucha-
tre 1917 y 1991 tenía algunas cualidades ron contra Hitler como soldados del Ejército
rescatables era inaceptable. La Comisión Rojo. En abril de 2015 en una «Carta Abierta
Kharkiv de Derechos Humanos denunció: de Investigadores y Expertos en Ucrania» 69
«el Presidente Poroshenko ha firmado leyes estudiosos de América del Norte y Europa
sumamente polémicas, una de las cuales condenaban preventivamente las leyes pro-
criminaliza en la práctica la expresión pú- puestas, escribiendo:
blica de opiniones que mantienen muchos
ucranianos» [5]. Esto incluía el reconocimien- «Por muy noble que sea la intención, la con-
dena general de todo el período soviético
5.– Halya Coynash, «El Presidente firma leyes de ‘desco- como uno de ocupación de Ucrania tendrá
munización’, peligrosamente viciadas», Human Rights in consecuencias incongruentes e injustas.
Ukraine. 16 de mayo, 2015. Este artículo tiene también
Cualquiera que llame la atención sobre el
traducción al inglés del importante texto del Artículo 6 de
la Ley Sobre el Status Legal y Homenaje a la Memoria de los
Luchadores por la Independencia de Ucrania en el siglo XX: la lucha por la independencia de Ucrania en el siglo XX es
«los ciudadanos ucranianos, extranjeros y personas apá- considerada como profanación de la memoria de los lu-
tridas que manifiesten públicamente falta de respeto por chadores por la independencia de Ucrania en el siglo XX,
aquellos citados en el Artículo 1 de esta ley […] asumen como denigración de la dignidad del pueblo ucraniano y
una responsabilidad de acuerdo con la legislación ucra- es ilegal». http://khpg.org/index.php?id=1431743447. Fe-
niana vigente. 2. La negación pública de la legitimidad de cha de acceso: 15 de marzo, 2016.
grupos políticos más extremistas de Ucrania mocráticos necesarios para una democracia
Occidental en la época de entreguerras y europea. El dictamen decía:
que colaboró con la Alemania nazi al inicio
de la invasión soviética en 1941. También «La ley abarca un ámbito demasiado am-
tomó parte en los pogromos anti-judíos en plio e introduce sanciones que son despro-
Ucrania y, en el caso de la facción de Melnyk, porcionadas con el legítimo objetivo que se
permaneció aliado con el régimen de ocupa- persigue. Cualquier asociación que no acate
ción durante la guerra» [12]. la Ley nº 317-VIII puede ser prohibida, lo
cual es problemático con respecto a la li-
A pesar de la continua oposición inter- bertad de asociación de cada individuo. Este
nacional (y la revelación de que la ley de particularmente es el caso de los partidos
homenaje a los luchadores por «la inde- políticos, que juegan un papel crucial para
pendencia ucraniana» fue iniciada por el asegurar el pluralismo y el adecuado funcio-
hijo de un antiguo comandante del Ejér- namiento de la democracia» [15].
cito Insurgente Ucraniano) el gobierno de
Poroshenko siguió adelante con su plan La hermosa ironía del Consejo de Europa
para erradicar los símbolos y las ideas an- y del dictamen de la OSCE es que en primer
ti-ucranianos. El 17 de diciembre de 2015, lugar la inspiración para las leyes ucrania-
un tribunal de Kiev ratificó la legalidad de nas muy probablemente nació en la Unión
la prohibición del Partido Comunista Ucra- Europea y de ahí pasó al Este. Durante los úl-
niano hecha por el gobierno, alegando que timos ocho años he observado con creciente
este fomentaba el separatismo. El Partido interés (y ocasional indignación) como los
(cuya bandera incluía una hoz y un martillo) burócratas de la UE intentan legislar una
se negó a acatar la ley del 15 de mayo que revisión de la historia de Europa. Las fuer-
ilegalizaba los símbolos soviéticos y el uso zas conservadoras dentro de la EU quieren
del término «comunista» [13]. Al día siguien- legitimar las narrativas de «los dos totalita-
te, la Comisión Europea para la Democracia rismos» y del «doble genocidio», dos pers-
a través del Derecho (Comisión de Venecia) pectivas complementarias que ponen en el
y la Oficina de Instituciones Democráticas mismo plano al comunismo y al nazismo,
y Derechos Humanos (OSCE/ODIHR) emi- fomentando la idea de que el sufrimiento de
tió un dictamen conjunto declarando que los europeos del este bajo la ocupación so-
la ley ucraniana «Para la Condena de los viética debería ser tratado como igual al de
Regímenes Totalitarios Comunista y Na- los judíos durante el Holocausto. Después
cional Socialista (Nazi) y la Prohibición de de 2007 muchos europeos (y especialmente
la Propagación de sus Símbolos» (Law nº los alemanes) han abrazado esta equivalen-
317- VIII) [14] no cumplía con los niveles de- cia, que en los ochenta sería impensable.
Aunque estos debates históricos tienen
12.– Marples, «Open Letter from Scholars and Experts on
Ukraine». sus raíces en la Guerra Fría, una fecha clave
13.– «Ukraine bans Communist party for ‘promoting sepa- para mí fue el 3 de Junio de 2008, cuando
ratism’» The Guardian, December 17, 2015. [http://www.
theguardian.com/world/2015/dec/17/ukraine-bans-com- Fecha de acceso: 11 de marzo, 2016.
munist-party-separatism]. Fecha de acceso:11 de marzo, 15.– «La ley ucraniana sobre ‹descomunización› no cumple
2016. con los requerimientos de la EU» – Venice Commission,
14.– La traducción al inglés de la ley se puede encontrar OSCE/ODIHR» Interfax Ukraine. 19 de diciembre, 2015.
en la web de la Venice Commission [http://www.venice. [http://en.interfax.com.ua/news/general/312592.html].
coe.int/webforms/documents/?opinion=823&year=all]. Fecha de acceso: 11 de marzo, 2016.
24.– Para un estudio excelente del sesgo anti-comunista 25.– Bernard Weinraub, «Reagan Joins Kohl in Brief Memo-
de los libros de texto alemanes véase: Dimou, Augusta. rial at Bitburg Graves» New York Times, May 6, 1985. Sec-
«Changing Certainties?: Socialism in German History Text- tion A, Page 1, Column 6.
books», in Maria Todorova (ed). Remembering Communism: 26.– Ernst Nolte citado en Daniel Schönpflug «Histoires
Genres of Representation, (New York» SSRC, 2010): 293-316. croisées: François Furet, Ernst Nolte and a Comparative
29.–Norbert Frei, «The Historikerstreit Twenty Years On», 31.– Frei, «The Historikerstreit Twenty Years On».
German History, 24, no. 4 (2006): 587-607, pg. 590. 32.– Ernst Nolte citado en Ian B. Warren, «Throwing Off
Detalle del Monumento Conmemorativo al Soldado Soviético en Treptower Park, Berlín (Foto
facilitada por la autora).
2.0 fue un conflicto entre dos eminentes his- la revolución soviética no era el principio de
toriadores de los 90, uno británico y el otro la revolución mundial. Si lo hubiera sido, no
francés. En 1994 el impenitente marxista estoy seguro.
Eric Hobsbawm publicó The Age of Extremes: — Ignatieff: Lo que eso viene a decir es que si
The Short Twentieth Century, 1914- 1991 [35], de hecho se hubiera creado el radiante ma-
libro que siguió a su popular trilogía sobre ñana, la pérdida de quince, veinte millones
«el largo siglo XIX»: The Age of Revolution, de gente podría haber estado justificada?
The Age of Capital y The Age of Empire. The — Hobsbawm: Sí» [37].
Age of Extremes fue un éxito internacional
instantáneo, traducido a veinte lenguas en La defensa del estalinismo por parte de
unos treinta países y saludado como una Hobsbawm impidió inicialmente que su li-
obra maestra por críticos de todo el espec- bro se tradujera al francés aunque el libro se
tro político [36]. El extraordinario éxito del li- estaba leyendo en alemán, español, portu-
bro en países tan dispares como Taiwan, los gués, chino, japonés, árabe, ruso y casi todas
Estados Unidos y Bulgaria tuvo lugar a pe- las lenguas del antiguo Bloque del Este, ni
sar del escándalo causado cuando en 1994 un solo editor francés —ni siquiera Fayard,
Hobsbawm sugirió en una entrevista en la el editor de la trilogía de Hobsbawm sobre
BBC con Michael Ignatieff que los muchos el siglo XIX— estaba dispuesto a invertir en
crímenes cometidos por la Unión Soviética el libro. Dado su éxito comercial fuera de
habrían sido perdonados si hubieran dado a Francia, parecía claro que el mundo editorial
luz a una sociedad comunista que funciona- francés intentaba silenciar a Hobsbawm. En
se: un artículo para Lingua Franca en noviem-
bre de 1997, Adam Shatz expuso que había
«— Ignatieff: en 1934 millones de personas tres razones que impedían la traducción del
morían en el experimento soviético. Si usted libro de Hobsbawm: «el crecimiento de un
hubiera sabido eso ¿habría supuesto alguna anti-marxismo injurioso entre los intelec-
diferencia para usted en aquella época? ¿en tuales franceses; la restricción presupuesta-
su compromiso? ¿en ser comunista? ria en la publicación de humanidades; y, bá-
— Hobsbawm: …Probablemente no. sicamente, una comunidad editorial reacia
— Ignatieff:: ¿Por qué? o temerosa de desafiar estas tendencias» [38].
— Hobsbawm: Porque en un período en el El libro de Hobsbawm apareció dos años
que, como usted puede imaginar, el asesi- después de Past Imperfect: French Intellec-
nato en masa y el sufrimiento en masa son tuals 1944-1956 de Tony Judt publicado en
absolutamente universales, la oportunidad francés por Fayard con el título Un passé im-
de un nuevo mundo que nazca en medio de parfait. El libro de Judt contribuyó significa-
gran sufrimiento seguiría valiendo la pena tivamente al creciente «anti-marxismo in-
respaldarlo… Los sacrificios eran enormes; jurioso entre los intelectuales franceses» [39].
eran excesivos por casi cualquier medida
y excesivamente grandes. Pero ahora miro 37.– Según cita de: Alex Massle, Eric Hobsbawm and the
hacia atrás y digo esto porque resulta que Fatal Appeal of Revolution - Spectator Blogs, 2 October
2012. [http://blogs.spectator.co.uk/alex-massie/2012/10/
35.– Publicada en España con el título Historia del siglo eric-hobsbawm-and-the-fatal-appeal-of-revolution/].
XX. Ed. Crítica. Barcelona 2012. 38.– Adam Shatz, «Chunnel Vision», Lingua Franca (No-
36.–Adam Shatz, «Chunnel Vision», Lingua Franca vember 1997). [http://linguafranca.mirror.theinfo.
(November 1997). [http://linguafranca.mirror.theinfo. org/9711/9711.ip.hobs.html].
org/9711/9711.ip.hobs.html]. 39.– Shatz, «Chunnel Vision».
40.– «Sur l’histoire du XXe siecle» [On the History of the diplo.com/1999/12/05hobsbawm].
20th Century], Le Débat (January-February 1997). 43.– «A History of the 20th Century: Age of Extremes defies
41.– Pierre Nora, «Traduire: nécessité et difficulties», Le French Censors».
Débat, 142, no. 93 (January/February 1997): 93–95. 44.– «A History of the 20th Century: Age of Extremes defies
42.– Pierre Nora citado en Eric Hobsbawm, «A History of French Censors».
the 20th Century: Age of Extremes defies French Censors», 45.– François Furet, The Passing of an Illusion: The Idea of
Le Monde diplomatique (5 December 1999) [http://monde- Communism in the 20th Century (2000).
yo de la denuncia del comunismo que hacía recién abiertos, Courtois aseguraba que Le
Furet y de su equivalencia con el nazismo [46]. Livre noir du communisme: Crimes, terreur,
El éxito de Le Passé d’une illusion en Alema- répression exponía de forma definitiva la
nia supuso una rehabilitación parcial de los naturaleza criminal de todos los regímenes
puntos de vista de Nolte. En una serie de comunistas y clamaba que los intelectua-
cartas que se intercambiaron más tarde am- les occidentales que apoyaban los ideales
bos historiadores [47], Nolte reconocía que el comunistas no eran mejores que «vulgares
libro de Furet había ayudado a la comunidad prostitutas» [50].
histórica internacional a ver la legitimidad Sin embargo, casi inmediatamente des-
de su enfoque «a pesar de un número de di- pués de la publicación del libro, dos de los
ferencias de opinión individuales» [48] historiadores prominentes que colaboraban
La persistente negativa a traducir The en el libro, Jean-Louis Margolin y Nicolas
Age of Extremes se reforzó todavía más por la Werth, atacaron a Stéphane Courtois en un
tormenta política desatada en Francia des- artículo publicado en Le Monde, declarando
pués de la publicación en 1997 de Le Livre que estaban en desacuerdo con su vitrióli-
noir du communisme: Crimes, terreur, répres- ca introducción y su propósito claramente
sion de Éditions Robert Laffont. Este tomo político [51]. Margolin y Werth desautoriza-
—más de ochocientas páginas— era una co- ron el libro, declarando que Courtois esta-
lección de ensayos que intentaba ofrecer un ba obsesionado con llegar a la cifra de cien
cómputo mundial de víctimas comunistas. millones y que esto provocó un trabajo aca-
En un principio Furet había sido nombra- démico chapucero y sesgado. Además afir-
do para escribir la introducción del libro, maron que Courtois escribió la introducción
pero después de su muerte en julio de 1997, en secreto, negándose a compartirla con los
la tarea recayó en el editor Stéphane Cour- demás colaboradores. Rechazaron la equi-
tois, que aseguró que había 100 millones de valencia entre nazismo y comunismo que
víctimas del comunismo en el mundo, un hacía Courtois y Werth declaró a Le Mon-
número cuatros veces mayor que el de las de «que los campos de exterminio no exis-
víctimas del nazismo. Courtois arremetió tieron en la Unión Soviética» [52]. De hecho
contra todos los líderes comunistas del si- en un repaso del 2000 de The Passing of an
glo XX y afirmó que la «atención obsesiva Illusion y The Black Book of Communism, el
hacia el genocidio judío» había impedido la historiador sovietólogo J Arch. Getty señaló
contabilización de los crímenes comunis- que más de la mitad de los 1.090 millones de
tas [49]. Dadas las revelaciones contenidas muertos en el mundo supuestamente atri-
en archivos soviéticos y de Europa del Este buidos al comunismo eran «un exceso de
muertes» debidas al hambre. Con respecto
46.– Communisme et fascisme au XXe siecle» [Communism
a los números de la Unión Soviética, Getty
and Fascism in the 20th Century]. Le Débat (March-April
1996). escribe: «El aplastante peso de la opinión
47.– Francois Furet and Ernst Nolte, Fascism and Commu- entre los expertos que trabajan en los nue-
nism (2004).
48.– Ernst Nolte citado en Daniel Schönpflug «Histoires 50.– Ibid.
croisées: François Furet, Ernst Nolte and a Comparative 51.– Jean-Louis Margolin and Nicolas Werth. Véase Margo-
History of Totalitarian Movements», European History lin and Werth, «Communisme: Le Retour a l’histoire», No-
Quarterly, 37, no. 2 (2007): 265-290, pg. 284. vember 14, 1997 Le Monde.
49.– Stéphane Courtois según cita de Adam Shatz en «The 52.– Nicolas Werth citado en J. Arch Getty, «The Future Did
Guilty Party», Lingua Franca (October 1999) [http://lin- Not Work», Atlantic Monthly, 285, no. 3 (March 2000): 113-
guafranca.mirror.theinfo.org/br/9911/shatz.html]. 117, pg. 114..
vos archivos (incluyendo a Werth, co-editor te dado el contexto de más amplios deba-
de Courtois) es que la terrible hambruna de tes franceses sobre la memoria después de
los años 30 fue resultado de la chapucería y la publicación del proyecto de Pierre Nora
rigidez de Stalin y no de un plan genocida. Lieux de Memoire. Un mes después de la
¿Las muertes por hambre causadas por la aparición francesa de The Age of Extremes,
estupidez e incompetencia de un régimen… cuarenta mil ejemplares eran editados y as-
van a ser equiparadas a gasear deliberada- cendía al primer puesto de todas las listas
mente a los judíos?» [53]. de libros más vendidos. Sin embargo a pesar
A pesar del clima inhóspito en Francia de su éxito comercial en Francia en 2000, el
para The Age of Extremes, Hobsbawm no se libro seguía encendiendo debates. Michele
rindió. Peleó por la traducción al francés, Tepper sostenía en Lingua Franca que «la
que finalmente se llevó a cabo por el esfuer- continua reacción violenta contra las ten-
zo conjunto de la editorial belga Editions dencias marxistas que formaron la cultura
Complexe y el periódico francés Le Monde intelectual francesa durante la mayor par-
diplomatique. El 5 de diciembre de 1999, en te del siglo XX puede que continúe mante-
una introducción a un artículo de Hobs- niendo las puertas de las editoriales cerra-
bawm, los editores de Le Monde diploma- das para el próximo Hobsbawm» [55].
tique arremetieron contra Pierre Nora y el De hecho, en el mismo año en el que The
mundo editorial francés: Age of Extremes de Hobsbawm fue finalmen-
te publicado en francés, la Germany Foun-
«Después del largo período de ‘estaliniza- dation —una organización asociada con la
ción’ del que finalmente había salido, se Unión Demócrata Cristiana Alemana— le
percibía que el clima intelectual e ideoló- concedió a Ernst Nolte el prestigioso pre-
gico no era el adecuado para su [The Age mio Konrad Adenauer, que dio lugar a que
of Extremes] publicación. Los editores pre- Robert Cohen en el New York Times procla-
ferían libros que defendieran las ideas del mase «Apologista de Hitler Gana Galardón
escritor francés François Furet que sostenía Alemán» [56]. Inmediatamente se desató una
que el siglo se reducía al comunismo y al controversia en Alemania, particularmente
nazismo [sic] y que ambos era formas igual- por el contexto del ascenso político de la
mente peligrosas de totalitarismo […] Al extrema derecha en varias elecciones loca-
decidir traducir el libro de Hobsbawm, Edi- les en los cinco estados de la antigua GDR,
tions Complexe y Le Monde diplomatique han además del aumento de la actividad violen-
rechazado reducir la historia a una única ta neo-nazi contra los peticionarios de asilo
teoría oficial. Los lectores francófonos han y otros inmigrantes. Con el Frente Nacional
aplaudido esta postura [54]. ganando popularidad en Francia y Jörg Hai-
der y el FPÖ subiendo en Austria, los partidos
Cinco años después de su publicación en de derechas se colaban en la escena política
inglés, apareció la traducción francesa que
tuvo un éxito inmediato, particularmen- 55.– Michele Tepper, «Once-Shunned History Proves
«Extreme»-ly Popular in Paris» Lingua Franca (February
53.– J. Arch Getty, «The Future Did Not Work», Atlantic 7, 2000) [http://linguafranca.mirror.theinfo.org/webonly/
Monthly, 285, no. 3 (March 2000): 113-117, pg. 114. update-hobsbawm.html].
54.– Eric Hobsbawm, «A History of the 20th Century: 56.– Robert Cohen, «Hitler Apologist Wins German Honor,
Age of Extremes defies French Censors», Le Monde di- and a Storm Breaks Out» (June 21, 2000) New York Times.
plomatique (5 December 1999) [http://mondediplo. [http://www.nytimes.com/2000/06/21/world/hitler-apol-
com/1999/12/05hobsbawm]. ogist-wins-german-honor-and-a-storm-breaks-out.html].
por todo el Continente. El reconocimiento Aunque los intereses poderosos puedan lo-
del trabajo de Nolte por parte de destacados grar detener la marea durante un tiempo,
historiadores alemanes precipitó fieras acu- a largo plazo es inevitable un tratamiento
saciones de que Nolte era un negacionista más ‘revisionista’ de la historia, incluso de
del Holocausto. Muchas organizaciones ju- la historia del Tercer Reich» [59].
días condenaban la decisión de la Germany
Foundation de conceder a Nolte un premio El artículo de Weber fue premonitorio de
con el que previamente había sido galardo- la posterior oleada de historias populares
nado Helmut Kohl. Argumentaban que la americanas que se derivaron de la postura
rehabilitación de Nolte envalentonaría a los revisionista de Nolte [60]. Por ejemplo los dos
investigadores que cuestionaban el llamado libros de la periodista Anne Applebaum, Gu-
culto al Holocausto. lag: A History y Iron Curtain: The Crushing of
Un excelente ejemplo del gran alcance Eastern Europe 1944-56 apoyaban la idea de
del legado de la renovada Historikerstreit que los horrores del comunismo eran igua-
fue un artículo que apareció en el Journal les o peores que los terrores del nazismo. No
of Historical Review en 2000. Mark Weber, es de sorprender, por lo tanto, que a Apple-
director del conservador Institute for Histo- baum le concedieran el Premio Húngaro
rical Review [57], afirmaba que la entrega del Petöfi en el Museo del Terror de Budapest
Premio Adenauer a Nolte podría ser un pre- el 14 de diciembre de 2010 por «sus sobre-
sagio de «mayor objetividad histórica» [58]: salientes esfuerzos para el avance de la li-
bertad y la democracia en los países centro-
«Una visión judía de la historia del siglo XX europeos» [61]. Aún más importante, Weber
—que incluye lo que incluso algunos inte- sospechaba que el reconocimiento de Nolte
lectuales judíos llaman ‘culto al Holocausto’ iba a tener auténtica repercusión en la his-
o ‘industria del Holocausto’— es obviamen- toriografía «judeocentrista» de la 2ª Guerra
te incompatible con un tratamiento verda- Mundial. Se podría decir que las posiciones
dero objetivo […] [como] el reciente galar- de Nolte en la Historikerstreit sentaron los
dón a Nolte sugiere, hay señales de que el fundamentos ideológicos de la Declaración
clima intelectual está cambiando. No solo de Praga y, a la larga, prepararon el cami-
en Alemania sino por toda Europa hay un no para que en 2015 el gobierno ucraniano
creciente reconocimiento de que la visión venerara a los fascistas vilipendiando a los
histórica impuesta por los Aliados victorio- comunistas. Estas varias batallas de los his-
sos en 1945, así como la visión judeocentris- toriadores europeos sobre la naturaleza del
ta que ahora predomina, es una distorsión comunismo del siglo XX, y del estalinismo
burda e incluso peligrosa. A esta historia ha en particular, influenciaron el enfoque de
contribuido el fin del imperio soviético con los estudios históricos en los antiguos paí-
su avalancha de nuevas revelaciones sobre
el nefasto legado del comunismo soviético 59.– Mark Weber, «Changing Perspectives on History in
y el colapso de un pilar principal de la vi- Germany: A Prestigious Award for Nolte: Portent of Great-
sión ‘antifascista’ de la historia del siglo XX. er Historical Objectivity?» The Journal of Historical Review
19, no. 4 (July/August 2000): 29.
57.– www.ihr.org 60.– «Anne Applebaum Receives Petőfi Prize» Embajada
58.– Mark Weber, «Changing Perspectives on History in de USA en Budapest. website:http://hungary.usembassy.
Germany: A Prestigious Award for Nolte: Portent of Great- gov/event_12142010.html. Fecha de acceso:11 de marzo,
er Historical Objectivity?» The Journal of Historical Review 2016.
19, no. 4 (July/August 2000): 29. 61.– «Anne Applebaum Receives Petőfi Prize».
Monumento soviético en Budapest con una pancarta solicitando su demolición (Foto facilitada por
la autora).
ses del Bloque del Este. La Unión Europea Crímenes Comunistas y de la Memoria del
y el VisegrádGroup —Hungría, Polonia, Es- Exilio Rumano (IICCMRE) se centran en los
lovaquia y la República Checa— proporcio- crímenes del comunismo contra las pobla-
naron los fondos para los estudios antico- ciones nacionales de los países de la Europa
munistas a través de la Plataforma para la del Este y restan importancia a los efectos de
Memoria y Conciencia Europea. En museos las alianzas locales con la Alemania nazi [65].
como la Casa del Terror Húngara [62] y el Mu- Hay también un debate en marcha so-
seo Lituano de las Víctimas del Genocidio [63], bre la expulsión de los alemanes étnicos del
se les adjudicó más espacio a las víctimas este, los «Vertriebenen». Aparentemente, el
del comunismo que a las del Holocausto. tema de los alemanes expulsados solía limi-
Institutos de Historia como el Instituto para tarse a un puñado de estudiosos marginales
Estudios del Pasado Reciente en Bulgaria [64] que colaboraban con el Día de la Asociación
y el Instituto para la Investigación de los de los Alemanes Expulsados o Sudetes. Hoy,
sin embargo, la polémica sobre los alema-
62.–Véase la página web de la Hungarian Terror House :
nes como víctimas de la expulsión, de masa-
http://www.terrorhaza.hu/en/index_2.html
cres, de violaciones en el Este, está relativa-
63.– Véase la página web del Lithuanian genocide mu-
seum: http://www.genocid.lt/muziejus/en/ 65.– Véase la página web: http://www.iiccr.ro/index.html/
64.– Véase su página web : http://www.minaloto.org/, Fe- about_iiccr/institute/?lang=en§ion=about_iiccr/insti-
cha de acceso: 1 de setiembre, 2013. tute, Fecha de acceso: 1 de setiembre, 2013.
mente a la orden del día y hay un centro que matanza de polacos o judíos.
se abrió en 2016, que documenta y memo- Abundan en la Europa del Este los ejem-
rializa las expulsiones de alemanes [66]. Hay plos de este proceso de rehabilitación. Por
también encendidos debates sobre los bom- ejemplo, en 2009, una página web dedica-
bardeos aliados de ciudades como Dresde da a honrar a las «víctimas del comunis-
y Hamburgo. En este discurso, los alema- mo» (victimsofcommunism.bg) incluía el
nes son ahora considerados como víctimas nombre del Ministro del Interior que firmó
de crímenes de guerra perpetrados por los personalmente las órdenes de deportación
Aliados. Aunque estas cuestiones son quizá de más de 11.000 judíos de Tracia y Mace-
más un debate sobre la política interna de donia, ocupadas por Bulgaria [67]. En marzo
la memoria alemana que sobre el anticomu- de 2015, un tribunal húngaro rehabilitó a
nismo, son interesantes si las consideramos Bálint Hóman, exonerándolo de todos los
al lado de la tesis del «doble genocidio». crímenes de guerra contra la minoría judía
¿Fue entonces una coincidencia que la húngara, a pesar de que era uno de los ar-
institucionalización de la narrativa de los quitectos de las leyes húngaras antisemitas
«totalitarismos gemelos» ocurriera después e impulsó los asesinatos de judíos húngaros
de la crisis financiera global que empezó en a manos de los nazis. Hóman sostenía que
2008? Mientras los mercados se desploma- los judíos no tenían lugar en Hungría debi-
ban y la economía de la Eurozona se tam- do a su «espíritu opuesto a las ideas de la
baleaba al borde del colapso, el Parlamen- Cristiandad» y a su «papel fundamental en
to Europeo aprobaba una resolución que movimientos subversivos y en la difusión
establecía el Día Europeo del Recuerdo de de ideologías destructivas» [68]. En mayo de
las Víctimas del Estalinismo y el Nazismo. 2015, el alto tribunal de Serbia rehabilitó a
Mientras el capitalismo neoliberal desfa- Dragoljub ‘Draza’ Mihailovic, el líder de los
llecía, afrontando una economía arruinada, nacionalistas serbios «Chetniks», ejecutado
una crisis de migrantes, una creciente des- por los comunistas yugoslavos en 1946 por
igualdad de la riqueza, los líderes europeos alta traición y colaboración con los nazis [69].
gravitaban hacia un paradigma intelectual En el mismo mes, justo cuando los ucrania-
que unía la política de izquierdas con los nos promulgaban sus leyes de descomuni-
peores crímenes del estalinismo y ponía zación que legislaban la veneración de los
esos crímenes al mismo nivel de la Solu- luchadores de la derecha por la indepen-
ción Final. No es de extrañar que el renova- dencia de Ucrania, la presidenta de Croacia,
do foco sobre las víctimas del comunismo Kolinda Grabar Kitarovic, hizo una visita al
permitiera a los gobiernos de la Europa del
Este exonerar o rehabilitar a conocidos fas- 67.– Kristen Ghodsee, The Left Side of History: World War
cistas, proceso que condujo directamente II and the Unfulfilled Promise of Communism in Eastern Eu-
rope, Durham: Duke University Press, 2015.
a las leyes ucranianas de 2015 que conver-
68.– «Genio académico y/o Intragable Anti-Semita? –
tían en crimen la crítica a cualquier figura
Quién era Bálint Hóman?», Hungary Today, 10 de diciembre,
nacional que hubiera luchado por la inde- 2015 [http://hungarytoday.hu/news/academic-genius-
pendencia ucraniana, aun en el caso de que andor-unpalatable-anti-semite-balint-homan-31000]. Fe-
esos hombres hubieran colaborado en la cha de acceso: 11 de marzo de 2016.
69.– Marija Ristic y Sven Milekic, «Serbia Rehabilitates WWII
66.–Para más información sobre las víctimas alema- Chetnik Leader Mihailovic», Balkan Insight, May 14, 2015..
nas véase: http://www.zeitgeschichte-online.de/thema/ http://www.balkaninsight.com/en/article/serbia-rehabilitates-
online-ressourcen-zur-debatte-um-das-zentrum-gegen- wwii-chetnik-leader-mihailovic. Fecha de acceso: 11 de marzo
vetreibungen-und-zum-diskurs-zum-thema-der. de 2016.
lismo con rostro humano en Checoeslova- ciente de la Segunda Internacional, que es-
quia en 1968, y permitió que esas mismas tablecía la existencia de rígidas leyes de la
clases dominantes perdieran su miedo y historia que determinaban el curso evoluti-
reiniciaran la mayor contraofensiva con- vo de las sociedades, que debían completar
tra los derechos conquistados por las cla- su desarrollo capitalista pleno para poder
ses subalternas, y cuyo alcance y resultados llegar al socialismo. Nos muestra, mediante
padecemos en la pesadilla de la globaliza- la glosa de la crítica de Rosa Luxemburg a
ción neoliberal (pp. 41-51). Lenin y Trotsky, la persistencia de elemen-
El artículo de Leopoldo A. Moscoso y tos del marxismo canónico de la Segunda
Pablo Sánchez León es un repaso del papel Internacional —que Domènech denomina
de la revolución en el imaginario del movi- como «marxismo doctrinario cristalizado
miento obrero a lo largo del siglo XIX y co- en la Belle Époque» (pp. 103-104)— a pesar
mienzos del siglo a través de la evaluación de las profundas diferencias teóricas de am-
de la importancia del entusiasmo como bos dirigentes con Kautsky. Pero también,
sentimiento capaz de articular movimien- y como efecto contrario a las verdaderas
tos colectivos. La dialéctica reforma-revo- intenciones de los revolucionarios bolche-
lución, la primera entendida como vía de viques, el producto de Octubre de 1917 no
arribada a la segunda sustituyendo el fra- fue la vía hacia el comunismo y la extinción
caso insurreccional que jalonan 1797, 1830, del Estado, sino por el contrario transformó
1848 y 1871. Sin embargo, señalan la «ori- al capitalismo heredado del zarismo en un
ginalidad» de la Revolución Rusa al produ- «despotismo industrial» en la etapa estali-
cirse a la manera de las insurrecciones de- nista (pp. 124-126), que cumplía más con
cimonónicas, que los autores atribuyen al las metas redistributivas propuestas por la
carácter atrasado de la autocracia zarista, Segunda Internacional que con la tradición
pero con una diferencia: la existencia de y pulsión emancipatoria que originada por
un engarce teórico —el materialismo his- la Gran Revolución Francesa fue continua-
tórico— que les proveía de un conjunto ar- da por la Primera Internacional.
ticulado de herramientas intelectuales que Wendy Z. Goldman nos explica como la
actuaban como sustrato adecuado de los cuestión de género fue abordada por las
impulsos morales y éticos, del entusiasmo, mujeres durante la revolución, desde una
propio de aquellas. La Revolución Rusa re- perspectiva sumamente original, organi-
flejaría el desarrollo desigual y combinado zando a las mujeres en el partido bolche-
de la sociedad rusa del zarismo, ya que reu- vique en organismos que promovían los
nía componentes «arcaicos» —para las tesis intereses específicos de las mismas, espe-
de la socialdemocracia hegemónica del mo- cialmente la lucha contra el patriarcado y
mento— junto a otros modernos desde el la sustitución de las tareas domésticas por
punto de vista del anticapitalismo. El poder servicios gestionados por el Estado (guar-
movilizador de las energías revoluciona- derías, lavanderías, etc.). También en este
rias que produce el entusiasmo, comentado aspecto se produjo una diferencia entre el
por los autores como el sentimiento, causa período 1917-1928 y el siguiente, en el cual
y efecto de la consciencia revolucionaria, se experimentaron retrocesos en el desa-
puede ser equiparable al de la esperanza tal rrollo de la igualdad plena entre mujeres y
como lo sostiene Ernst Bloch. hombres. Con todo, el balance que efectúa
Antoni Domènech nos recuerda cómo la esta autora es positivo, ya que incluso los
Revolución Rusa refutó la doctrina prevale- experimentos truncados por la regresión
oponían a la guerra y simpatizaban con el del planeta está realizando el pueblo ruso»
bolchevismo, un amplio abanico que abar- (p. 240). Reconoce tres grandes cuestiones
caba a socialistas, anarquistas y miembros que conectan la Revolución Mexicana con
del sindicalismo revolucionario (IWW); y la rusa: el carácter político y social que le
las relaciones exteriores en las que EEUU imprimen las masas campesinas y obreras,
pronto participó en la confrontación con la conciencia de la dimensión mundial de
la Unión Soviética, en apoyo de los ejérci- la lucha anticapitalista y el antimperia-
tos blancos en la guerra civil y como an- lismo como condición necesaria para el
tecedente del rampante anticomunismo triunfo revolucionario. Hay una identidad
que lideró durante la Guerra Fría (recono- entre ambas revoluciones también en la
cería a la URSS en 1933, con el gobierno importancia del campesinado como suje-
Roosevelt). También explica la profesora to revolucionario, ya que en ambos países
Bosch cómo la Revolución mexicana ini- la consigna central es la de tierra y liber-
ciada en 1910 contribuyó a radicalizar el tad. Acaba afirmando como esa identidad
pensamiento conservador y los temores de alcanza también al arte como un punto de
unas clases dirigentes norteamericanas que encuentro entre ambas revoluciones, en la
veían estos procesos como una amenaza a obra de los muralistas mexicanos, como en
sus intereses. Ambas revoluciones, mexica- el cine de Eisenstein.
na y rusa, contribuyeron a definir los per- Sebastiaan Faber nos habla del impacto
files del nacionalismo norteamericano de de la Revolución Rusa en la cultura polí-
carácter netamente conservador, así como tica española de la época, destacando que
la política exterior norteamericana duran- las primeras noticias de la misma llegan
te el siglo XX, basada en el enfrentamiento cuando el movimiento obrero está prota-
con la URSS. gonizando movilizaciones en el marco de
Elvira Concheiro Bórquez analiza la re- la crisis del régimen de la Restauración,
lación entre la Revolución Rusa y América como las huelgas generales de 1916 y 1917
Latina, sosteniendo que en América Latina en las que actúan de forma unitaria UGT y
el impacto de la Revolución Rusa llegó más CNT. Señala que su impacto tiene dos con-
allá del ámbito específico de los partidos secuencias, favoreciendo la movilización
comunistas. Centra su análisis en el caso de trabajadores de la ciudad y el campo y, al
de la Revolución mexicana y los gobernan- mismo tiempo, contribuyendo a las divisio-
tes que la sucedieron, repetidamente cali- nes entre las organizaciones obreras y en el
ficados como «bolcheviques» por realizar seno de las mismas; divisiones que también
políticas contrarias a los intereses esta- se manifestarán con ocasión de la adhesión
dounidenses. Destaca que el impacto de la a la recién constituida III Internacional,
Revolución Rusa no fue la de una recepción tanto en el PSOE-UGT como en la CNT. Por
pasiva, sino por el contrario, quienes se in- ende, la Revolución Rusa obligó al movi-
teresaron por esa experiencia lo hicieron a miento obrero a leer la realidad española
la luz de la propia experiencia revolucio- en clave internacional y a definir su rela-
naria y además consideraron que en virtud ción con los organismos internacionales
de la misma se imponía un deber de soli- surgidos como consecuencia de la misma.
daridad con una lucha que sentían propia También destaca que las clases dominantes
en muchos aspectos. Considera que debe- españolas participaron del anticomunismo
ría concebirse la relación como el intento rampante que exhibieron las burguesías y
de «un diálogo con lo que en otro extremo gobiernos de otros países europeos y ame-
ricanos, y que acompañó la brutalidad con democrática a la que aspiran para España
que reprimieron al movimiento obrero, muy (pp. 324-325).
activo entre 1917 y 1920, una reacción anti- Francisco Erice nos explica que el origen
obrera y anti-izquierdista que encontraría del PCE no es una reproducción mecánica
en los fascismos su máximo exponente. de las divisiones de los partidos socialistas
Ángel Duarte plantea que el republica- europeos, sino que se asentaba en divisio-
nismo de esas décadas primeras del s. XX nes previas existentes en el PSOE y la UGT
continúa ofreciendo para amplias capas so- relacionadas con el contexto español, tanto
ciales el marco de una modernización de- en lo relativo a la política de alianza con el
mocrática de España, que redujera el pre- republicanismo, como en el debate entre
dominio cultura eclesiástico y oligárquico, confrontación y moderación en los medios
y cómo ese marco cultural político debe sindicales. Erice sitúa el problemático ini-
dialogar y afrontar el desafío revolucionario cio y dificultad de crecimiento del PCE en
ruso, que trasciende las expectativas eman- su radicalismo izquierdista, justamente en
cipadoras ofrecidas hasta ese momento por el momento en que se debatían las tesis
los republicanos y su acercamiento pro- expuestas por Lenin en su texto, El izquier-
gresivo a la socialdemocracia. En el ámbi- dismo, enfermedad infantil del comunismo,
to del republicanismo la Revolución Rusa donde criticaba el antiparlamentarismo y
será interpelada en el marco de la guerra y la negativa a participar en organizaciones
los desafíos político-sociales a la crisis de de masas de mayoría reformista, y que lo
la Restauración. La Revolución Rusa, desde impedía conectar con la que debía ser su
octubre de 1917 es valorada o descalificada base social fundamental, los trabajadores.
en función de su impacto en la guerra eu- A su vez el PCOE, formado por la corrien-
ropea, superando y neutralizando el valor te tercerista del PSOE, más moderado, con
icónico que la toma del Palacio de Invierno mayor implantación sindical y con mayor
podría haber tenido para la simbología re- militancia se unió, después del III Congre-
volucionaria, equivalente al de la toma de so de la IC al PC Español, formando ambos
la Bastilla en 1789. Por ese motivo será ne- el PCE. Para Francisco Erice el entusiasmo
gativa y oscura para la mayoría de los repu- producido por la Revolución Rusa y la in-
blicanos, siendo un grupo muy reducido de terpretación de la realidad nacional a tra-
su ala izquierda más extrema, que irá con el vés de su prisma no fueron suficientes para
tiempo simpatizando con el anarcosindica- generar una organización política capaz de
lismo, el que la considerará positivamente. conectar con la clase obrera española y res-
Por lo tanto, la Revolución Rusa despierta ponder a sus reivindicaciones específicas,
esperanzas y temores en los ámbitos del ni tampoco de hacerse un hueco significa-
republicanismo peninsular, ya que es, por tivo entre el PSOE, que no había sufrido el
una parte, en su primera fase objetivación desprestigio de los partidos pertenecientes
del triunfo de la razón emancipatoria, pero a los países beligerantes, y un movimiento
por otro su carácter proletario choca con la anarcosindicalista sólidamente asentado
visión del republicanismo que ve un fun- (p. 355).
damento de cooperación interclasista en la José Luis Martín Ramos explica que la di-
conquista de la democracia. Por ello los re- sipación de las expectativas revolucionarias
publicanos españoles cambiarán Rusia por inmediatas a Octubre, condujo a partir de
Alemania, la URSS por la República de Wei- 1920 a una reconsideración de los ritmos y
mar, como paradigma de la modernización formas de la acción revolucionaria. La re-es-
tacan que, a pesar de que las organizaciones con violencia y distopía, para invitarnos a
a la izquierda del PCE mantuvieron durante reflexionar sobre el rol fundamental de la
la Transición un discurso revolucionario, lo violencia en la génesis y desarrollo del ca-
desvincularon completamente de la expe- pitalismo.
riencia soviética por motivos similares a la Constantino Bértolo nos muestra cómo
desconexión que estaba practicando la iz- la literatura de la Transición ha retratado
quierda europea española y europea espe- a la militancia comunista con sarcasmo y
cialmente a partir de 1968 y de las formula- ridiculización, a través del comentario de
ciones del eurocomunismo. Cabe destacar tres novelas que el autor considera repre-
que ambos señalan como una característica sentativas de esta tendencia, que reconoce
fundamental de la Transición que esta fue no se encuentra en novelas más recientes,
un proceso desarrollado «Bajo la presión de donde se intenta una aproximación litera-
la violencia del aparato represivo hereda- ria al fenómeno militante desde el respeto
do del franquismo» y por lo tanto aquella a la misma. Realiza una muy interesante
«se desarrolló desde la tutela del régimen diferenciación entre la ironía y el sarcas-
anterior, en un proceso de reforma que fue mo, considerando a la primera el recurso
paulatinamente aceptado por el PSOE y el de los débiles frente a los poderosos, y el
PCE» (p. 481), señalando con ello el contex- segundo lo inverso, el recurso del poder
to fundamental que impidió el surgimien- para aislar y reducir a la impotencia a los
to de las condiciones de posibilidad de una débiles. De este modo los novelistas glosa-
verdadera ruptura democrática. El régimen dos se situarían en la perspectiva postmo-
del 78 y su relato triunfal hegemónico aca- derna de la exaltación del individualismo y
bó liquidando cualquier vinculación de la de la actitud competitiva, correspondientes
izquierda con los horizontes utópicos que al modelo social del capitalismo rampante.
abrió 1917. En auxilio de ese relato triunfal En este sentido observa dos características
de la Transición acudieron por una parte la que al mismo tiempo son carencias de esta
acomodación y conformismo creciente por novelística: la mayoría se centra en estu-
el acceso a pautas de consumo «europeas» diantes universitarios, reduciendo así el
y de modernización en las clases medias y ámbito social de la resistencia a la dictadu-
parte de la clase obrera a partir especial- ra, y la segunda característica es la ausencia
mente de 1982, que se sumó al efecto ne- de personajes pertenecientes al mundo del
gativo generado por la violencia desatada trabajo, y si aparecen lo hacen como tras-
por la dictadura franquista durante todo su fondo de los protagonistas de los relatos.
dominio sobre la población española, re- Guillem Martínez reflexiona sobre los
forzando el rechazo y temor a cualquier ex- diferentes anticomunismos y se pregunta
periencia revolucionaria. En ellas están en cuál será el del siglo XXI. Parte de la con-
parte las raíces del desencanto y la desafec- sideración de que el comunismo, junto con
ción de toda una generación de militancia el feminismo y el psicoanálisis, ha sido el
revolucionaria. Acaban sin embargo ofre- hecho diferenciador del siglo XX. Pero con-
ciendo una posibilidad de resignificar 1917 tinúa diciendo que ha debido enfrentar a su
no como proceso a imitar sino como sím- oponente desde el momento de su surgi-
bolo que, vinculado a quienes mantenían miento en el siglo XIX. Y agrega que ese an-
la posibilidad de ruptura durante la Tran- tagonista ha sido diferente según las épo-
sición, nos permita desestabilizar el discur- cas. El anticomunismo decimonónico que
so hegemónico del 78, que une revolución se prolonga, con un breve intervalo entre
1917 y 1921, hasta el final de la guerra civil por otra es un proceso que por regla gene-
española, procede del otro gran tronco de ral puede ser de muy larga duración, García
la izquierda, el anarquismo. Pero la derecha Linera subraya que la celeridad con que se
y la extrema derecha no esperarán hasta el desarrolla la Revolución Rusa es explicable
final de los años treinta para incorporar el por las excepcionales circunstancias en las
anticomunismo como núcleo fundamental que se produce, en primer término, la gran
de su arsenal ideológico. Lo que sucede es carnicería que significa la Gran Guerra, que
que para conservadores y fascistas el anti- carcome hasta sus cimientos las bases del
comunismo se proyectará sobre cualquier poder autocrático. Pero también afirma que
movimiento político y social que reivindi- paradójicamente esa excepcionalidad no se
que el reino de la igualdad y la libertad para contradice con la universalidad de las con-
el género humano, lo que incluirá a los vie- diciones revolucionarias, en tanto cualquier
jos rivales del marxismo: los anarquistas. país en una determinada coyuntura puede
En el caso de España, la dictadura franquis- experimentar esa grieta en el dominio he-
ta como claro régimen fascista, hará del gemónico, esa apertura de posibilidades de
anticomunismo un núcleo fundamental de pensar y proceder a erigir otra sociabilidad,
su acción política represora, anticomunis- otro ethos y otro nomos (p. 556), cuando en
mo oficial de Estado (522), pero el ocaso del realidad la clase organizada ha ido elabo-
movimiento anarquista, y el protagonismo rando previamente las condiciones de esa
del PCE y PSUC en la lucha antifranquista ruptura, desde los micro-fundamentos de
devolverá al término un contenido ideoló- la sociedad, desde la cotidianeidad de las
gico más preciso. clases subalternas. Lamentablemente el es-
Álvaro García Linera nos ofrece una in- pacio de que dispongo no me permite se-
terpretación del significado de la revolución guir glosando este brillante capítulo, pero
en términos de «transformación radical de reproduzco este paso que de alguna manera
los esquemas de sentido común de la socie- sintetiza lo que ha escrito, y especialmen-
dad, del orden moral y del orden lógico que te su análisis de los problemas que surgen
monopoliza el poder político centralizado» durante la guerra civil y la implantación
(p. 354). La metáfora del asalto al Palacio del «comunismo de guerra»: «El socialismo
de Invierno, tantas veces repetida en las como construcción de nuevas relaciones
izquierdas como el momento revoluciona- económicas, no puede ser una construc-
rio, no es —señala— más que un episodio ción estatal ni una decisión administrativa,
contingente de un proceso revolucionario sino, por encima de todo, una obra mayo-
de largo plazo protagonizado por las masas ritaria, creativa y voluntaria de las propias
populares movilizadas, tanto la clase obre- clases trabajadoras que van tomando en
ra como el campesinado, que van vaciando sus manos la experiencia de nuevas for-
las estructuras y conceptos que aseguraban mas de producir y gestionar la riqueza» (p.
la hegemonía de la clase dominante bajo el 592). Uno de los riesgos que advierte García
zarismo y el gobierno provisional surgido Linera es el de la formación de una «bur-
de febrero, para sustituirlos progresiva- guesía de Estado» si las direcciones de las
mente por otros valores, objetivos y proce- empresas estatizadas no sólo se apropian
dimientos que modelan una nueva moral y en exclusiva del poder de decisión, sino que
una nueva praxis presididas por la demo- esa situación de monopolio administrati-
cracia radical, representada por los sóviets. vo se prolongua y consolida a lo largo del
Si bien la sustitución de una hegemonía tiempo (pp. 593-594).
Enzo Traverso analiza los relatos apo- ampliando su base social, con la incorpora-
logéticos y condenatorios de la Revolución ción de la intelectualidad y las clases me-
Rusa y sus consecuencias, concluyendo que dias radicalizadas en su rechazo al fascismo
tanto unos como otros no sirven para el (p. 643), y con un proyecto de transforma-
análisis del proceso revolucionario. Distin- ción social avanzado —la democracia po-
gue cuatro momentos del comunismo, que pular—, no mimético del modelo soviético,
se suceden o son simultáneos a lo largo del como sucedió con el bloque de partidos que
siglo XX: como movimiento revolucionario, sostenía al gobierno republicano durante la
como régimen, como impulsor de la lucha guerra civil española. Destaca Hernández
anticolonial y antifascista y como sustitu- Sánchez, al igual que Traverso, que los par-
to de la socialdemocracia. Este último as- tidos comunistas de la Europa Occidental,
pecto se daría de un modo más circunscrito especialmente el PCI y el PCF, devinieron
geográfica y temporalmente ya que corres- entre los años cincuenta y setenta verdade-
pondería a la etapa de los «30 gloriosos», el ras contra-sociedades desde las que orga-
pacto social de la segunda postguerra, esti- nizaban una sociabilidad alternativa y una
mulado no sólo por la existencia del bloque forma de presión político-cultural sobre los
socialista sino también por la potencia de estados al estar vetada su participación di-
los partidos comunistas occidentales, espa- recta en los gobiernos después de 1947. En
cialmente en Italia y Francia, y se caracte- alguna medida y en ese sentido, era una
rizaría, en una etapa de fuerte crecimiento recuperación del viejo modelo socialdemó-
económico en el mundo occidental, por el crata decimonónico cuyo paradigma fue
abandono momentáneo de la lucha antica- el SPD. Atribuye la pérdida por la URSS de
pitalista a cambio de conseguir una mejora su carácter referencial, fundamentalmen-
substancial de las condiciones de vida y la- te por los tremendos errores cometidos al
borales de las clases populares. afrontar los conflictos surgidos en la RDA
Fernando Hernández Sánchez cierra el (1953), Hungría y Polonia (1956) y Checo-
volumen destacando la formación de los eslovaquia (1968).
frentes populares no sólo como instrumen- Vaya por delante que todas las contri-
tos para combatir el fascismo, sino como buciones son excelentes y cada una, desde
impulsores de los primeros experimen- el tema abordado, da cumplida visión de la
tos del Welfare State que se desplegarían Revolución Rusa, su impacto y consecuen-
en la segunda postguerra. Un recordatorio cias. Es una obra poliédrica, no sólo por las
importante que demuestra que incluso la diferentes especificidades temáticas trata-
«humanización del capitalismo», el pac- das en el mismo, sino también por el peso
to social de postguerra, no se debió sólo a diferente de las evaluaciones del fenómeno
los factores apuntados por Traverso sino revolucionario analizado en esta obra. Pero
también a la comprensión por las fuerzas su carácter caleidoscópico le otorga una
antifascistas de los años treinta, y especial- valiosa característica, ya que la diversidad
mente de los comunistas, de los factores de temas y enfoques le permite al lector
sociales y económicos que habían contri- tener una visión muy completa y comple-
buido a la llegada al poder de los fascismos ja de lo que significó la Revolución Rusa y
y especialmente del alemán. Destaca que la su impacto en nuestro tiempo. Una prime-
propuesta frentepopulista no sólo revitali- ra conclusión que puede extraerse es que
zó los objetivos de transformación social en la misma existencia de esta obra es prueba
el movimiento comunista, sino que lo hizo de que la Revolución Rusa cien años sigue
pues son los capítulos que recogen el nú- cimientos publicados sobre la economía, la
cleo de la tesis del autor, que es la del cues- sociedad y la política del siglo XVIII europeo
tionamiento de la visión de la Ilustración le acompaña una crítica aguda de algunas de
como movimiento intelectual liberador. El las más recientes tesis sobre las transforma-
séptimo capítulo se ocupa de la oposición ciones ocurridas en el siglo XVIII. Una de las
que existió entre una inmensa mayoría de más destacadas, aunque no la única, tiene
población europea analfabeta y la expan- que ver con las propuestas que plantean la
sión de nuevas instituciones y posibilidades existencia de una «revolución del consumo»
educativas de los grupos sociales pudientes en el siglo XVIII, basada en la expansión so-
emergentes, que se apoyaron en los inte- cial del uso y consumo nuevos productos de
lectuales ilustrados y en su oposición a la importación americana y asiática en Europa,
instrucción de campesinos y trabajadores y la «revolución industriosa», propuesta he-
urbanos. El octavo capítulo estudia las prin- cha por Jan de Vries y de acuerdo con la cual
cipales características de la cultura burgue- en el siglo XVIII se produjo un incremento
sa del siglo XVIII, sus elementos plebeyos de la demanda que estimuló el trabajo de los
(de los que la burguesía acabó renegando), europeos fuera del marco del hogar con el fin
la construcción de espacios de sociabilidad de incrementar recursos con los que invertir
entre los que destacaban las academias, los en el consumo de productos existentes en el
observatorios, las galerías de arte, los jardi- propio mercado. Ambos elementos habrían
nes botánicos y las sociedades culturales, así favorecido transformaciones económicas de
como del papel de los periódicos y de las im- mayor profundidad, como la Revolución In-
prentas, que se convirtieron en auténticos dustrial. Gonzalo Pontón discute estas pro-
negocios, en la expansión de esa nueva cul- puestas, y para ello se apoya en las críticas
tura burguesa. El último capítulo de la obra que cuestionan que el consumo se expan-
recoge el grueso de la crítica a la Ilustración diera más allá de grupos sociales pudientes,
entendida por tantos historiadores como un entre otras cosas porque disminuyó el poder
movimiento que pivotaba sobre el esfuerzo adquisitivo de la mayoría de los europeos,
de un grupo de intelectuales que fomenta- y en el hecho de que la producción de las
ron ideas basadas en la razón y la libertad y manufacturas se apoyara, antes y después
en el avance de la filosofía y la ciencia. El nú- de la Revolución Industrial, en el trabajo de
cleo de la crítica contra dicha visión se apo- niñas, niños y mujeres, realidad fundamen-
ya en evidencias tan claras como el hecho de tal obviada por el grueso de la historiografía
que la mayor parte de los ilustrados estuvo sobre el tema y que resulta imprescindible
lejos de plantear, ni siquiera sobre el papel, para comprender las transformaciones en
la necesidad de la igualdad entre todos los el comportamiento de la producción y de la
grupos sociales, y también en el hecho de demanda en el siglo XVIII.
que en el siglo XVIII no se produjeran avan- En todo caso, el extraordinario valor de
ces significativos en los campos filosóficos esta obra radica en su crítica, tan mordaz
y científicos, dado que los grandes avances como sugerente, de la Ilustración. No es que
ocurridos en los campos de la filosofía y la Pontón esté en contra de los ideales de li-
ciencia había ocurrido un siglo antes. bertad, razón y crítica que se le atribuyen
Se trata, en definitiva, de una obra que al movimiento ilustrado del siglo XVIII, es
bascula entre el manual de historia, con pro- que, tal y como demuestra, son estas atri-
fusa y rica información, y el ensayo interpre- buciones posteriores a la propia Ilustración
tativo. A la síntesis de los principales cono- que no resisten la crítica histórica.
Desde este lado del Atlántico, el libro puede y el utillaje conceptual básico del libro, el
tomarse como una contribución que llena primer capítulo ofrece una primera panorá-
un vacío historiográfico en lo referente a la mica de los principales temas de esta obra.
aplicación práctica de la compleja legisla- Este capítulo se centra en Carmona, un mu-
ción imperial sobre la esclavitud indiana. nicipio a la sombra de la Sevilla imperial del
Desde hace tiempo se ha venido debatien- quinientos. En este ejercicio de microhisto-
do sobre las distintas reformas legales que, ria global la autora reconstruye la coexis-
a pesar de abolir la esclavitud de los indios tencia de hombres y mujeres llegados de
bajo dominio castellano en teoría, en la las cuatro partes del mundo en el paisaje
realidad ofrecía una base legal para su per- humano local, y su influencia en los proce-
vivencia. El trabajo de Van Deusen permite sos judiciales de dos indígenas americanas
observar ese andamiaje legal en la práctica, que intentaban demostrar la ilegalidad de
y no desde una perspectiva cualquiera, sino su condición como esclavas. El segundo
desde la que nos brindan más de 180 indí- capítulo continúa ampliando el zoom para
genas americanos que plantaron batalla le- pasar a estudiar la esclavitud indígena en el
gal ante los tribunales castellanos para de- contexto doméstico. Lejos de constituir un
mostrar la ilegalidad de su condición como mero ejercicio de «voyeurismo histórico»
esclavos. este capítulo explora una pléyade de dra-
Ahora bien, conviene dejar claro desde mas domésticos para iluminar como estas
el principio que el volumen que estamos relaciones domésticas reflejaban la asime-
reseñando es algo más que un libro sobre el tría política detrás de esta forma de movi-
derecho indiano. Es un elaborado estudio lidad forzosa.
de lo que significaba ser un indio en la Cas- En el siguiente capítulo los indígenas
tilla del siglo XVI, una categoría identitaria ceden parte de su protagonismo al jurista
que, según la autora, fue tomando forma castellano Gregorio López Tovar. Su labor
al compás de interacciones tanto locales implementando las reformas de los años
como globales. Así, según Van Deusen, la 1540, fruto de la cual muchos indios que
pertenencia a este grupo no se determina- habitaban en Sevilla alcanzaron la libertad,
ba en función del mero lugar de origen, o permite a la autora demostrar cómo estos
al menos no sólo, sino al calor de cambian- manejaban la cambiante cultural legal cas-
tes contextos locales y globales que, a su tellana. El cuarto capítulo continua por esa
vez, se veían profundamente influenciados línea, pero pasa a analizar la mecánica bu-
por esta nueva forma de masiva movilidad rocrática de estos particulares casos judi-
humana. El argumento puede parecer un ciales y, más concretamente, las evidencias
tanto circular a primera vista: la esclavi- escritas. Con ello la autora arroja luz sobre
tud aparece como agente de cambio en los los diferentes discursos, a favor y en con-
contextos locales y globales, pero, a su vez, tra, de la esclavitud indígena que se iban
se ve influenciada por esos mismos contex- reformulando en cada pleito al hilo de los
tos que estaba contribuyendo a configurar. cambios en la praxis judicial. El siguiente
Sin embargo, el contenido del libro ayuda capítulo se centra en las deposiciones de
a diseccionar la mecánica de esta compleja los testigos para mostrar la habilidad de los
interacción de una manera bastante con- litigantes a la hora de utilizar algunos de
vincente. los conceptos clave de la cultura legal cas-
Tras una completa introducción que pre- tellana. Acto seguido la autora nos ofrece
senta al lector los objetivos, la metodología un detallado análisis de las nociones que
los habitantes de la Castilla del siglo XVI ble. El principal corpus lo constituyen los
empleaban para distinguir entre indios es- más de 120 casos de la Casa de la Contrata-
clavos o libres. En lo que constituye una de ción y el Consejo de Indias. Lejos de confor-
las aportaciones más destacadas del libro marse con este impresionante acervo docu-
desde nuestro punto de vista, Van Deusen mental, Van Deusen ha recurrido también a
demuestra que estas nociones se construían un amplio abanico de fuentes (desde proto-
sobre una percepción de la diferencia que, colos notariales hasta crónicas pasando por
a su vez, cambiaba a medida que el mundo decretos reales, correspondencias oficiales,
de testigos y litigantes se volvía más y más registros de barcos, etcétera) recogidas en
complejo. Por último, en el último capítu- archivos y bibliotecas a ambos lados del
lo la autora pasa a examinar varios casos Atlántico. La dimensión transatlántica de
en los que diferentes indígenas intentaron este trabajo también resulta evidente en
construirse una identidad como indios es- lo referente a la maestría que la autora de-
pañoles con la que obtener un veredicto muestra a la hora de combinar una amplía
favorable en los tribunales. Más allá del re- literatura secundaria en temas tan dispares
sultado de sus juicios, su caso abre una ven- como la historia del imperio español o las
tana a una realidad imperial en la que estos múltiples historias locales de la esclavitud
espacios políticos pueden percibirse como indígena en el siglo XVI.
un variado abanico de intercambios inter- El texto, en lo que se refiere a las citas
oceánicos, intercambios, movimientos de literales, presenta algunas imprecisiones
gentes, y de súbditos trans-imperiales. que, aunque evidentes, no impiden la per-
A lo largo de todos estos ejercicios ana- fecta comprensión del contenido. Por otra
líticos Van Deusen hace gala de una pro- parte, el aparato gráfico que acompaña al
funda capacidad interpretativa. Quizá en texto puede parecer un tanto inconsisten-
algún momento se echa en falta una bre- te. El mapa de Latinoamérica ayuda al lec-
ve reflexión sobre la autoría ¿individual o tor a comprender las divisiones geográficas
colectiva? de los testimonios citados. Sin del continente, un aspecto crucial en las
duda los indios, litigantes o testigos, son batallas legales emprendidas por los indios.
las voces que interesa escuchar aquí, pero De la misma manera, el mapa del mundo
queda por determinar hasta qué punto sus con todos los lugares citados en los pleitos
voces nos han llegado mediatizadas por permite hacerse una idea de la dimensión
los demás actores que participaban en los del imaginario global desplegado en estas
procesos judiciales. Por plantear un ejem- batallas legales. Sin embargo, el mapa de
plo concreto, las nociones de pertenencia la península ibérica, plagado de referen-
imperial desplegadas en los juicios ¿eran cias a lugares que como «Santorcas» (sic)
construcciones mentales de los indígenas no aparecen en el texto, deja al lector con
litigantes o una traducción del burócrata la duda de qué criterio ha llevado a autor y
encargado de plasmarlas en el papel? Ahora editor a considerarlo útil. El capítulo sépti-
bien, es de justicia señalar que, si bien esta mo incluye un mapa de las Molucas que no
precisión hubiera podido robustecer algu- aporta gran cosa y, sin embargo, en el ca-
nos argumentos, no es menos cierto que las pítulo inicial se echa en falta un mapa que
fuentes disponibles no puedan ayudarnos a ayude a entender la compleja distribución
dilucidar esta cuestión en profundidad. De territorial de los indios considerados legíti-
hecho, el concienzudo trabajo de la autora mos esclavos y los libres desde un punto de
con las fuentes es, cuanto menos, reseña- vista legal. De la misma manera, el capítulo
tores que se ampliaron más allá de los es- que la condición desigual en América, bá-
trictamente académicos. sicamente entre población de filiación eu-
c) Rendir homenaje a una de las figuras ropea en la época de las grandes migracio-
intelectuales del siglo XX más decidida- nes, la emergencia de Estados nacionales,
mente implicadas en su oficio, y a través de la onda de la revolución mexicana y su im-
él en el ejercicio de estudiar el pasado para pacto mundial, la construcción del socialis-
comprender el presente y proceder, en la mo en la Unión Soviética, la expansión del
medida que fuese posible, a abrir las puer- sindicalismo revolucionario y el asociacio-
tas en las que fuese viable ir liquidando, nismo de masas socialdemócrata, el ascen-
o aminorando, las prácticas de opresión, so del fascismo, el inicio de un nuevo ciclo
exclusión o marginación de las que eran y de movimientos anticolonialistas, etc., de-
siguen siendo objeto las mayorías sociales mandaron explicaciones sobre las acciones
populares. Unas mayorías que habían sido, colectivas que la historia académica omi-
con anterioridad a ese momento dulce de tía». Ese es, justamente, el contexto inicial
la historia social, «sujetos olvidados». En de una opción militante, la de Hobsbawm,
diálogo con la ciencia social y partiendo de que se resiente pero no se liquida en 1956.
una historia económica anterior a derivas Es también el punto de partida de una Edad
econométricas Hobsbawm procuró una for- de Oro para la historia social. Lo es, recor-
ma de conocimiento del pasado que ayuda- demos los otros dos nombres citados, en la
ba a comprender el presente. Como algunos misma medida que otros optaron por otros
de otros de sus cultores, lo hizo con el áni- compromisos. Biografía e historiografía se
mo de transformar ese presente hacia «un solapan. Se explican mutuamente.
mundo donde siendo comunes los bienes y Piqueras procede a una labor filológica
recursos cuya apropiación estaba en el ori- que fija la larga cadena de propósitos en un
gen de los antagonismos sociales, acabara oficio y en un saber en cuyo interior —o en
la injusticia, la desigualdad, la dominación terrenos limítrofes— desde Pierre Lacombe
de unas naciones por otras, el dominio po- y François Simiand, como mínimo, en ade-
lítico». lante, se habían oído voces que reclamaban
Esta última dimensión, la del intelec- la cientificidad de la historia, el paso de lo
tual comprometido con los de abajo y los singular a lo regular, la asunción de una
de fuera, con los sometidos y los excluidos perspectiva sociológica y de los sistemas
queda esclarecida mediante un pertinente explicativos de causalidad, la atención por
juego de imágenes. Las que facilitan las tra- un conjunto de hecho omitidos, o relegados,
yectorias contrapuestas de gente como Karl por el historiador. Al avance de la labor de
Popper o Joseph Schumpeter. Gentes que Hobsbawm, y con él al de la historia social,
adoptaron posicionamientos y compromi- coadyuvó, antes de y durante la densa tem-
sos científicos, profesionales y cívicos dis- poralidad antes establecida, el hecho que el
tintos, por no decir opuestos, al del prota- movimiento obrero, el surgido con la facto-
gonista e hilo conductor del volumen. Los ría (recuérdese aquí la existencia de uno de
caminos divergen cuando se presentan las los grandes contenciosos con la obra de E. P.
grandes crisis civilizatorias, las coyunturas Thompson), hiciese de la historia un moti-
de ruptura con el Ochocientos: «La Gran vo de interés y, finalmente, de legitimación
Guerra Europea, con su interminable carni- y dotación de sentido a sus combates. Junto
cería, la Revolución Rusa y las situaciones a ello, el desarrollo, en el que participa jus-
revolucionarias centroeuropeas, al igual to antes de la eclosión econométrica, de la
historia económica (a la manera de Ernest pesar del meticuloso trabajo de edición lle-
Labrousse y sus discípulos) y, en general, de vado a cabo por el autor, algunas reitera-
los estudios económicos con su análisis de ciones. En cualquier caso, la introducción
ciclos y fluctuaciones, de estructuras y co- de matices y precisiones nuevas hacen que,
yunturas, de crisis. Eran tiempos en los que incluso ese rasgo, el de las redundancias
la historia social y económica formaba un sea llevadero. En esas conferencias queda
todo; en la que se asumía que la coyuntura en evidencia, una vez tras otra, que Hobs-
económica contribuía a explicar lo social, bawm se inscribe en un programa de his-
que el conocimiento de la base económica toria de la sociedad que arranca en los de-
permitía evaluar las características de los cenios de entreguerras de la primera mitad
grupos sociales —¡ay, de las clases!— y que del siglo XX, que da sus primeros pasos con
establecer los fundamentos del poder eco- Bloch y Febvre aunque tenga raíces previas
nómico ayudaba decisivamente, aunque no y que cuenta con un papel fundamental de
en exclusiva, a explicar la dinámica social. la concepción marxista de la historia. Pero
Queda claramente establecido, en el li- no sólo eso. Hobsbawm va a Latinoaméri-
bro de Piqueras, hasta qué punto el traba- ca pronto, en los años cincuenta. Pronto el
jo de Hobsbawm, como el de tantos otros análisis de las violencias y las resistencias,
historiadores británicos se beneficiaría de de lo arcaico como potencial arma de ente-
la adscripción a una tradición nacional — reza comunitaria, se presenta con toda su
relacionada con la academia o, como en los capacidad heurística en relación a las re-
Webb o los Hammond, situada en la perife- beldías, sus tipos, sus actores, su morfolo-
ria de la misma— que hacía del trabajo em- gía, su operatividad y sus limitaciones. Sin
pírico una seña de identidad. Una tradición evaluaciones que procedan acríticamente,
en la que, y los historiadores marxistas bri- por la simple aunque irrenunciable simpa-
tánicos ahondaron en ese rasgo, la agenda tía hacia los desposeídos Hobsbawm entra
del historiador no se supeditaba a la agenda en un terreno y al entrar contribuye, como
política del día. Estos perfiles facilitarían la bien explica Piqueras, a la forja de agendas
posibilidad de diálogo generacional —en de investigación, y en su papel posterior en
revistas como Past & Present— con quienes, las mismas, en toda América Latina y, de
británicos al fin, compartían el gusto por la manera muy particular, en escenarios como
estrecha conexión entre teoría y empiria. el colombiano o el peruano.
Nada paradójicamente, eso mismo le sumi- De las múltiples lecciones que pueden
nistraría, en su caso concreto, un sustento entresacarse de La era Hobsbawm en histo-
no para el cierre sino para la conversación ria social quisiera, para concluir esta nota,
fecunda con aquellos que, en la estela de destacar un par. La primera que ni Hobs-
los maestros —Lucien Febvre y, de manera bawm ni el autor del libro parece creer que
muy especial, Marc Bloch— investigaban, el éxito del calificativo «rígido» aplicado
escribían y decían en el continente, en re- por sistema al sintagma «marco teórico»
vistas de referencia o en los congresos aca- sea una opción que haga progresar el saber
démicos que en la década de los cincuenta historiográfico. La segunda, acaso más di-
pergeñaron las agendas investigadoras. rectamente vital pero no menos significati-
El libro de Piqueras recoge diversas in- va, queda apuntada por Piqueras a modo de
tervenciones que tuvieron lugar frente a elogio ad personam: «Hasta el final de sus
diversos auditorios académicos mexicanos, días sostuvo una voz lúcida y crítica en el
latinoamericanos. Ello, sin duda, genera, a panorama cada vez más gris de la razón, sin
dejarse conquistar por la actitud entre con- historiográfica con las ciencias sociales, que
venientemente escéptica y conformista en asumen la perspectiva de la historia-proble-
que ha venido a parar el medio académico. ma, que resisten en el ámbito de la búsqueda
Tampoco se dejó llevar por las andanadas de causalidades que religan en una misma
apocalípticas de los vencidos de tantas de- trama explicativa los procesos materiales y
rrotas, afanosamente trabajadas, de las que los acontecimientos políticos, las relacio-
nada desean aprender». nes sociales el comportamiento de grupos y
José Antonio Piqueras había arrancado masas, de sujetos colectivos. En el elogio a
su reflexión en tono un tanto melancólico y Hobsbawm Piqueras halla una palanca para
cervantino a propósito de una Edad de Oro, hacer frente al hastío de la historia de las
ya lejana en el tiempo, de la historia social. personalidades y los acontecimientos, y, de
No se llamen a engaño. No hay hipocondría. manera muy decidida, al cansancio por esas
El autor ancla al lector, desde las prime- curiosidades que nos apartan de lo relevan-
ras páginas, en una serie de convenciones te. La historia personal pasa a ser la historia
metodológicas y epistemológicas que nos del siglo. Y la historia de la historia: un hilo
sitúan en el terreno de quienes comparten conductor a través del cual reseguir la evo-
la conveniencia del encuentro de la labor lución de la historiografía.
Por diferentes razones que tienen que tivo en el contexto en que FFB escribía. Lo
ver con los cambios geopolíticos, ideológi- mismo se puede decir de su lectura de los
cos y sociológicos que han experimentado comunistas consejistas de los años vein-
las sociedades occidentales, y que estudia- te y treinta, como Anton Pannekoek, Karl
rán en detalle los historiadores del maña- Korsch y Paul Mattick, en cuyas teorías FFB
na, las cosas han cambiado. Como tenden- encontraba ideas que aún creía utilizables
cia general, la izquierda actual ya no tiene para la lucha política y sindical en la Espa-
tanto interés por su pasado ni se enzarza ña posfranquista. Su misma introducción a
con frecuencia en discusiones filológico- un libro de 1975 que recogía el debate entre
políticas acerca del pensamiento de sus Antonio Gramsci y Amedeo Bordiga sobre
grandes teóricos. Verbigracia, a casi nadie la visión gramsciana de los consejos de fá-
hoy le escandaliza el uso superficial de los brica de Turín como germen de una futu-
conceptos gramscianos por parte de no po- ra democracia obrera, estaba pensada para
cos políticos progresistas de toda Europa. Y, recuperar ideas —las del consejismo italia-
si nos referimos a España, a veces se tiene no— que no por salir derrotadas merecían
la sensación —muy fuerte cuando se obser- acabar en el basurero de la historia. Aun-
van a algunos líderes de la llamada «nue- que sea indirectamente, también percibo su
va política»— de que todo lo anterior a la voluntad de intervenir en los debates de la
Transición a la democracia no sea digno de izquierda de los setenta en un texto histo-
estudio. riográfico como «La revolución rusa como
Digo esto tras haber leído la antología de problema histórico», publicado en 1978 por
textos de Francisco Fernández Buey (FFB) El Viejo Topo.
sobre la Revolución de Octubre de 1917 y Con el paso del tiempo, y en concomi-
la trayectoria histórica del movimiento co- tancia con el reflujo que padeció el movi-
munista, editada recientemente por Salva- miento comunista en los años ochenta, la
dor López Arnal y Jordi Mir. Una antología visión de FFB de la Revolución de Octubre
interesante por muchos motivos, pero, ante y del comunismo del siglo XX tendió a ha-
todo, porque en ella veo a un brillante in- cerse menos «inmediata», es decir, no tan
telectual comunista que modificó con los funcional a las necesidades estratégicas y
años su manera de enfocar la tradición po- tácticas de la izquierda española. Máxime
lítica a la que se adhirió en juventud y que, después del hundimiento de los regímenes
al mismo tiempo, se confrontó con acon- de los países del Pacto de Varsovia a par-
tecimientos internacionales que marca- tir de 1989. Como no podía ser menos, sus
ron una época y le empujaron a hacer un escritos del periodo 1990-1996 reflejan la
esfuerzo de clarificación política que duró conciencia de que la izquierda se hallaba
hasta su muerte en 2012. ante una cesura histórica que la obligaba
En efecto, en los textos de FFB de los a formular una reflexión en profundidad
años setenta, como los dos fragmentos del sobre su pasado y presente. Si ya en 1977
libro Conocer Lenin y su obra (1977) que FFB se mostraba, en un artículo publicado
los editores han incluido en su selección, en Materiales, escéptico hacia una regene-
se nota, entre otras cosas, la tentativa de ración socialista de la URSS, en sus textos
ver lo que había de vivo en los escritos de posteriores a la caída del Muro de Berlín es
Lenin. Y por vivo entiendo —en línea con patente la voluntad de analizar con espíri-
lo que decía al comienzo de esta reseña— tu autocrítico el fracaso del socialismo real,
aquello que podía ser políticamente opera- que, velis nolis, afectaba a todos; hasta a
aquellos que nunca habían comulgado con los de la generación anterior, ya no se sen-
el modelo soviético. De lo que se trataba tían particularmente atraídos por aconteci-
era de «revisar, rehacer, renovar sin perder mientos como la Revolución de 1917 o por
la naturaleza propia» (p. 164). En suma, de políticos como Lenin. Era un hecho que la
volver a empezar con humildad y de recu- izquierda marxista no podía aceptar de for-
perar todo un vocabulario de emancipación ma resignada —volveré sobre este punto en
social desvirtuado por las nomenklaturas de un momento— pero al que tenía que adap-
los países del Este. Lo cierto es que esta au- tarse. Él, desde luego, lo hizo. Porque, aun-
tocrítica del socialismo, reclamada y prac- que FFB siguió definiéndose hasta el final
ticada por un intelectual que —hay que re- como comunista, no sacralizó esta palabra
cordarlo— siempre había sido crítico con el y le dio un significado parecido al que tenía
socialismo real, no debió de ser fácil. Aque- para Karl Marx: un militante del más am-
llos eran años en que un libro esquemático plio y transversal movimiento democrático
e ingenuo como El fin de Historia de Francis que recorrió el siglo XIX y protagonizó las
Fukuyama era presentado por los medios luchas sociales de la época. No por casua-
de comunicación como una lectura obliga- lidad, en la presentación del libro El comu-
toria para pensar el presente, y en los que nismo. Contado con sencillez (2003) de Fran-
abundaban los intelectuales que reducían cisco Frutos, entonces secretario general
la historia del comunismo a una galería de del PCE, le parecía que lo más llamativo de
horrores y crímenes contra la humanidad. la obra fuera el hecho de que apenas habla-
Aun así, FFB no esquivó la tarea y, en una ra «de comunismo (ni siquiera de sociedad
entrevista de 1991, demostró tener una socialista) cuando se refiere al futuro. Dice
idea nítida de la dimensión del problema y que el mundo necesita una pasada por la iz-
de su solución: «El drama es que esta fase quierda. Habla de democracia radical y par-
histórica que ahora empieza tiene detrás el ticipativa, de otra globalización, de nuevo
descrédito tremendo de las palabras ‘socia- humanismo. Y sobre todo de derechos (…)»
lismo’ y ‘comunismo’ (…) Parece claro que (p. 258). FFB opinaba que el comunismo or-
en tales condiciones la noción misma de ganizado no había perdido su función polí-
socialismo tiene que ser reconstruida» (pp. tica siempre y cuando estuviera dispuesto a
171-172). En ello trabajó Francisco Fernán- unirse con todas las fuerzas progresivas de
dez, con especial intensidad en los años no- la sociedad y trazar con ellas un programa
venta, con obras como Ni tribunos. Ideas y de transformación social viable y realista.
materiales para un programa eco-socialista Los tiempos en que el movimiento comu-
(1996) o Marx (sin ismos) (1999). nista creía ser políticamente autosuficiente
También son muy interesantes sus escri- habían acabado para siempre. Para un se-
tos redactados a partir del 2000. Una etapa guidor del filósofo de Tréveris, el objetivo
en que FFB, aun sin dejar de colaborar con tenía que ser ahora la construcción de una
partidos y plataformas alternativas, tendió suerte de V Internacional que recordase a
a alejarse de la política activa al tiempo que la antigua y plural Asociación Internacio-
intensificó su producción político-filosófi- nal de Trabajadores.
ca. En lo que se refiere al tema central del Como decía antes, dicha renovación no
libro, FFB era consciente de que el cambio implicaba en absoluto que los militantes
generacional había modificado los intere- radicales del nuevo milenio hicieran un
ses intelectuales de las nuevas hornadas borrón y cuenta nueva con el pasado. Todo
de activistas radicales, que, a diferencia de lo contrario. FFB no dejó de recomendarles
el estudio riguroso de la historia del movi- Para concluir, no faltan motivos para re-
miento comunista —o, mejor dicho, de la comendar la lectura de este libro tan bien
historia tout court— para que su práctica editado por López Arnal y Mir. De entrada,
política no cayera en el presentismo estéril. por el interés intrínseco de las reflexiones
En el libro se incluyen diferentes muestras de un intelectual sólido y original, cuyo
de ello. Pienso, por ejemplo, en la larga re- talento a la hora de hilvanar argumentos
seña de la espléndida novela Chevengur de tiene pocos paragones en la izquierda es-
Andréi Platónov, ambientada en los años pañola de los últimos cincuenta años. En
del comunismo de guerra y la Nueva Po- segundo lugar, porque los textos del libro
lítica Económica, y en su comentario del conforman, en sí, toda una lección meto-
libro de Rafael Poch de 2003 acerca de la dológica sobre cómo interrogar la expe-
caída del sistema socialista y la transición riencia histórica comunista y sacar de ella
al capitalismo en los territorios de la vieja conclusiones provechosas para el presente.
Unión Soviética. Pero también en su rese- Y por último, porque es un libro útil para
ña de las memorias de Rossana Rossanda, todos aquellos historiadores y politólogos
La muchacha del siglo pasado (2005), en que que estén interesados en analizar cómo la
FFB encontraba, amén de la admisión de la izquierda de España vio el final del socialis-
derrota del comunismo italiano, enseñan- mo real e intentó reconstruir sus categorías
zas fecundas para el futuro. analíticas a partir de los años noventa.
nes sobre las diferentes vertientes represi- y jurídica de ambos sistemas, las institu-
vas del régimen de Franco y la violencia en ciones que participaron y su rango de ac-
la retaguardia republicana durante la gue- tuación. Unas páginas sin duda necesarias
rra. En 2011 el autor dedicó su Trabajo Fin para comprender sus diferencias, pero que
de Máster a la relación entre el propagan- podían haberse dirigido también a expli-
dismo católico y la movilización de masas car las similitudes entre la redención y el
entre 1923 y 1931. En ese mismo año, sus trabajo forzado, sobre todo cuando ambas
variados intereses quedaron fijados en sen- experiencias legaron una memoria a veces
das publicaciones, como «La Prisión Cen- intercambiable. ¿Por qué coincidieron las
tral de Mujeres de Segovia» (de nuevo con nociones de «desafecto» y «enemigo» en los
Santiago Vega) o «El semanario Redención: mismos sujetos? ¿Es posible interpretar la
un estilo de coacción y propaganda», den- construcción del franquismo, social y cul-
tro de una publicación colectiva resultado turalmente, pero también desde su propia
de un congreso de la Asociación de Histo- materialidad, a partir del trabajo de presos
ria Contemporánea. A sus reflexiones so- y prisioneros? Una cuestión que profundi-
bre la prisión franquista y la extensión del zaría en uno de los debates planteados por
discurso y la práctica redentorista en el este estudio, el de una perspectiva analítica
mundo penitenciario unió su experiencia anclada en el «tiempo largo». ¿De qué for-
investigadora en el marco del Fondo Docu- mas el «derecho al trabajo» franquista fue
mental de la Memoria Histórica de Navarra una subordinación más de las condiciones
(proyecto desarrollado desde la UPNA) y laborales al «interés nacional» y cómo se
la realización de una tesis doctoral sobre codificó este interés en la década de 1940?
el trabajo forzado en el conjunto del terri- Los capítulos tres y cuatro se consagran
torio español. La publicación de este libro a estudiar las raíces del sistema de trabajo
puede interpretarse así como una primera forzado en la Guerra Civil y su extensión a
decantación de su investigación doctoral, los años de «paz». De este modo, la inter-
que ha defendido felizmente en septiembre pretación continúa una serie de trabajos
de 2017. que trascienden el año de 1939 para inte-
En términos generales, son dos las rrogarse más por la continuidad de las ins-
grandes aportaciones de esta obra. Prime- tituciones y dinámicas del franquismo que
ro, su propia apuesta interpretativa desde por la ruptura que supuso la sublevación.
la multiplicidad de planos superpuestos e Es más, el autor dibuja unas líneas de con-
interconectados. Segundo, su profunda vo- tinuidad que atraviesan no sólo la Segunda
luntad explicativa ante la complejidad que República y la dictadura de Primo de Rive-
alcanzó la represión franquista. En este ra, sino que se hunden con profundidad en
sentido, a lo largo de las páginas de A re- el siglo XIX. Desde hace ya algún tiempo,
coger bombas desfilan prisioneros dentro no sólo la guerra de 1936-1939 se interpre-
del sistema de Batallones de Trabajadores ta en términos de colmatación de tensiones
y presos redimiendo pena a través del tra- y conflictividades de largo recorrido, una
bajo, dos figuras diferentes, sobre las que cuestión ya de por sí crucial, sino que la
recayó una justificación distinta de la pena, propia configuración de la dictadura se in-
y que no siempre se han clarificado correc- terpreta a través de importantes persisten-
tamente en el debate historiográfico. El cias más allá del último parte de guerra. Es
autor dedica el segundo capítulo del libro en esta secuencia de rupturas y continui-
a desgranar la fundamentación intelectual dades donde se sitúa la importante función
de los batallones de trabajo forzado, a los el franquismo. Una realidad, la del acceso a
que Juan Carlos García Funes enfoca des- las fuentes del estudio de la dictadura, que
de Castilla y León. Una vez presentado el se opone a la masiva presencia de otro tipo
«problema» de los prisioneros de guerra a de patrimonio, más cotidiano y, por tanto,
partir de 1937 y después de dibujar la bu- quizá más «invisible». En efecto, lo que de-
rocracia de los campos de concentración, muestra esta obra es que los cautivos tra-
todo ello en el tercer capítulo, el cuarto se bajadores no participaron únicamente en
destina a definir la relación entre campos la construcción de fortificaciones y otras
y batallones como la construcción de un labores de intendencia militar, sino que el
«espacio de control, estabilidad e inten- trasvase de mano de obra a proyectos civi-
dencia». La definición de una retaguardia les fue masiva. Así, carreteras, infraestruc-
pacificada se produjo al mismo tiempo turas del ferrocarril, trabajos forestales o de
que se catalogaba a los soldados enemigos reconstrucción en las ciudades e, incluso,
capturados en el frente. Y más aún, ambos aeropuertos, fueron destinos recurrentes.
fenómenos no pueden interpretarse de for- La escasez de mano de obra especializada
ma aislada, pues en ellos cristalizaron gran hizo que algunos cautivos trabajadores fue-
parte de las raíces ideológicas del todavía ran realmente solicitados por los poderes
«Estado campamental». En la construcción locales o los patronos de las fábricas, que
de la dictadura franquista, la violencia ex- anteponían el desarrollo de sus industrias
presó gran parte de su naturaleza política a la catalogación moral e ideológica de los
al tiempo que modelaba la futura sociedad trabajadores.
de posguerra. La amplia variedad de tipos de trabajo
Es aquí donde se sitúa la «clave de bó- forzado, su influencia en el desarrollo eco-
veda» de este libro, la finalidad del trabajo nómico del proyecto autárquico, incluso su
forzado como elemento de encuadramien- permanencia hoy en día, hacen de la am-
to y clasificación ideológica. Un fenómeno pliación de escala un acierto metodológico.
que puso en relación a múltiples instancias El libro nos presenta un fenómeno próxi-
del poder franquista, fueran civiles o milita- mo, del que todavía hoy podemos vislum-
res, desde que la Inspección de Campos de brar algunos de sus efectos. La ausencia de
Concentración de Prisioneros se percatara fuentes y la dificultad de su consulta para
del aprovechamiento económico que podía estudiar el trabajo forzado contrastan con
obtener del trabajo de «desafectos» y «afec- la materialidad de las obras. ¿Qué hay de su
tos dudosos». Las diferentes burocracias memoria? El autor conoce bien las publi-
que conformaron el franquismo crearon caciones de algunos trabajadores forzados,
un espacio de control a través del trabajo, como demuestra en su recorrido bibliográ-
primero en la retaguardia, después a través fico. Sin embargo, la riqueza de estas fuen-
de la reconstrucción del país tras la guerra. tes, que ponen rostros al sufrimiento y deli-
El esfuerzo empírico mostrado en este libro mitan las fatigas de miles de personas, se ve
demuestra la dificultad de ofrecer un análi- relegada a la introducción y al epílogo del
sis cuantitativo concluyente, aun vaciando libro. Limitaciones de espacio y la arquitec-
de forma intensiva los fondos del Tribunal tura del estudio, centrado en una más que
de Cuentas, como es el caso. Las fuentes necesaria explicación funcional, explican
que podrían permitir un análisis más pro- esta utilización testimonial de las memo-
fundo del trabajo forzado forman parte de rias, cuyo aprovechamiento trasciende este
ese «agujero negro documental» que es aún trabajo y queda incluido en esos «nuevos
retos» a los que el autor se compromete al monio de este trabajo. Pero A recoger bom-
final del libro. Habrá, seguro, otras oportu- bas. Batallones de trabajo forzado en Castilla
nidades para que las personas que aparecen y León (1937-1942), pertenece a esa tradi-
en la portada, mirando desafiantes a la cá- ción de libros académicos con voluntad de
mara, protagonicen otros estudios firmados derribar barreras, y su lugar se ubica más
por Juan Carlos García Funes. Su trayectoria allá de las facultades de Historia. Preocu-
le avala en la continuidad de una reflexión pado por una época en que el trabajo fue
que ha sorteado importantes dificultades concebido como un derecho y como una
pero que, al fin, ha podido ver la luz. condena, su autor, Juan Carlos García Fu-
Casi 400 páginas después de abrirlo, nes, se sitúa en mitad de nuestro espacio
puede decirse que este libro es una gran público interpretando fuentes de archivo y
noticia. Sin duda alguna, para el panorama sosteniendo afirmaciones, pero por encima
historiográfico español, que ve cómo algu- de todo planteando problemas y formulan-
nos debates que eran patrimonio exclusiva- do preguntas. Preguntas y problemas que
mente foráneo se instalan definitivamente nos ayudan a comprender nuestro patri-
en nuestra Academia. La originalidad y el monio traumático, también en su dimen-
atrevimiento de dialogar con la historia del sión material, cotidiana, «inocente». Quizá
trabajo y la historia económica desde los sea ésta la primera y fundamental tarea del
estudios sobre violencia política son patri- historiador comprometido.
peligro», escribió muchos años después He- otra parte, según recalca el autor en diver-
rrero Merediz, «pero nunca olvidaré la son- sos pasajes de su estudio, es necesario en-
risa de satisfacción de mi juez instructor» al tender el fenómeno represivo sin perder de
pronunciar aquellas palabras. vista su extraordinaria complejidad, su ca-
Militancia clandestina y represión se si- rácter de práctica híbrida donde se comple-
túa en una suerte de terra incognita. Aborda mentaron las formas de violencia física, la
la represión franquista en el tiempo corto coacción y la imposición, el miedo, las inti-
circunscrito entre 1956 y 1963, lejos ya de midaciones y la presión psicológica, además
la extraordinaria virulencia de posguerra de la movilización simbólica, la disuasión y
y antes de los estertores de violencia es- la prevención, junto a la indispensable ges-
tatal que acompañaron la recta final de la tión de las adhesiones, los consensos, las
dictadura. Este hecho obliga al autor a un aquiescencias y las pasividades. Este es-
esfuerzo de categorización sobre el fenó- cenario multiforme permite correlacionar
meno represivo, en un momento en que la represión más expeditiva —y la segunda
las cifras más visibles del mismo decrecían parte del libro hace minucioso inventario
coincidiendo con el notable esfuerzo oficial de la misma— junto a esas otras estrategias
por redefinir sus mecánicas de legitimación de socialización franquista antes mencio-
social. El emblema de ese empeño tomó nadas desplegadas a lo largo de los años
forma al socaire de la ruidosa campaña de sesenta y que se mantuvieron aún, con un
los XXV Años de Paz (1964), pero sin duda acusado tono ad nauseam, en los cinco pri-
puede rastrearse ya desde 1956. La imagen meros años del siguiente decenio.
de una dictadura benévola que se auto-jus- El otro escenario abordado en Militan-
tificaba ante la esfera pública en virtud de cia clandestina y represión, igualmente de
criterios funcionales —proporcionar creci- evidente complejidad, corresponde a las
miento económico, desarrollo social y tran- coordenadas históricas donde situar al par-
quilidad ciudadana impulsando el bienestar tido. Lejos de conformar un todo unívoco, el
colectivo mediante iniciativas pragmáticas, mundo comunista español estuvo recorrido
en apariencia apolíticas y coherentes con durante este período por esferas y tensio-
el entorno del mundo occidental— ha sido nes diferenciadas. La más notable corres-
interpretada como expresión histórica sus- pondió a la territorialidad dual y al riesgo
tancialmente distinta a la realidad de 1939. de desembocar en dos partidos, el del in-
La versión más exaltada de esta lectura so- terior y el del exilio, disperso este último a
bre el segundo franquismo estribaría en si- su vez en múltiples focos geográficos. Pero
tuar al propio Franco como matriz, siquiera asimismo se incorporaron otras dinámicas,
involuntaria, de la transición a la democra- como las dialécticas trazadas entre ruptu-
cia y como ejecutor del fracaso de la conti- ra y continuidad generacional. También el
nuidad de su propio régimen. largo camino que iba del diseño teórico a
Francisco Erice recalca, en cambio, cómo la resolución práctica de las orientaciones
los cadalsos permanecieron en su sitio en- políticas, el hacer valer el principio de au-
tre 1956 y 1963. De hecho, siguieron locali- toridad ante la presencia de tejidos autó-
zados en el emplazamiento fijado desde el nomos, el optimismo de la dirección frente
nacimiento de la dictadura, aunque bajasen al día a día del antifranquismo comunis-
en número y se empleasen en contadas oca- ta a ras de calle o las posibles fallas entre
siones, pero siempre en coherencia con el el ideal y la cotidianeidad de las prácticas
principio de «lo excepcional normal». De militantes clandestinas. Con una base hu-
mana efectiva modesta, nutrida quizá por acerca de los rasgos y contradicciones del
entre diez y doce mil activistas, el reto era ejercicio de militar en las estructuras sub-
enorme al añadirse otros muchos extremos: terráneas del PCE: ahí se concitaron los
el prolongado esfuerzo por materializar el activos de la fidelidad, de un ejercicio vital
«entrismo» en las estructuras sindicales, la que exigía muchas veces un compromiso a
implicación en las dinámicas de conflicti- tiempo completo o del sentimiento de per-
vidad social, la necesidad de dar forma a la tenencia a un todo con resonancia casi fa-
difícil y frustrada táctica del «jornadismo» miliar, pero que también resultaba en gran
y la Huelga Nacional Política o el tener que medida imaginado e idealizado y que, con
sortear los reiterados golpes policiales. frecuencia, se acompañó de un lado oscuro
Francisco Erice contrasta el vasto catá- plagado de frustraciones —la «castración»
logo de las formas de violencia estatal con según el autor— de expectativas y posibili-
el vademécum codificado del buen comu- dades personales.
nista, alertándonos acerca de la tensión Esa interacción asimétrica entre el PCE
presente entre ambos extremos, en oca- y la dictadura se expresó asimismo a través
siones humanamente insuperables. El libro de la dinámica de réplicas y contrarréplicas
se nutre de la rica literatura testimonial de que han sido ejemplificadas al inicio de las
dirigentes, cuadros y afiliados de base que presentes páginas. El relato comunista asi-
evocaron aquellos años que continuaban miló rápidamente, desde la misma conclu-
siendo grises, junto a un uso en profundi- sión de la Guerra Civil, los vectores de la re-
dad de los fondos de archivo de la organi- sistencia y la lucha contra la represión. Este
zación, en particular de la sección sobre discurso constituye un prolongado eje de
represión franquista. Nos recuerda como continuidad que debe explicarse, en parte,
la policía fue, por ejemplo, «inusualmente en clave de movilización de referentes co-
cortés» con Antoni Gutiérrez, tal vez por su hesivos internos, si bien sus manifestacio-
«respetable profesión de médico pediatra». nes precisas ofrecieron mutaciones y adap-
Aunque ello no nos debe hacer olvidar otras taciones sensibles. En todo caso, la épica del
sofisticaciones, como las de un policía as- antifranquismo se apoyó en tres grandes
turiano —Recaredo— aficionado a taladrar pilares complementarios: en el sempiterno
pabellones auditivos con una máquina de optimismo acerca del inminente colapso del
perforar billetes de tranvía. régimen, en el valor moral otorgado al acti-
La represión formó parte consustan- vismo en la clandestinidad y en la importan-
cial de la interacción asimétrica estableci- cia de la solidaridad. Francisco Erice, un cui-
da entre el PCE y la dictadura franquista. dadoso analista de las ambiguas relaciones
El partido hizo del antifranquismo su seña entre memoria e historia, siempre ha aler-
de identidad más notable y el régimen si- tado sobre el riesgo de confundirlas como si
guió cultivando insistentemente la veta fuesen sinónimos perfectos. Sin embargo,
anticomunista como corazón mismo de su Militancia clandestina y represión pone en
narrativa y su lucha antisubversiva. La pre- evidencia la posibilidad efectiva de ubicar
sencia del partido en el interior se intentó en una perspectiva explicativa e interpreta-
contrarrestar con la maquinaria represiva, tiva histórica sólida los jalones fragmenta-
al tiempo que esta actuó como factor cohe- rios del episodio biográfico y el testimonio
sivo respecto al colectivo comunista. Erice sin necesidad de renunciar ni al espíritu crí-
reflexiona de modo especialmente lúcido tico ni tampoco al reconocimiento.
La privatización de la memoria en
España y sus consecuencias*
Ricard Vinyes
Universitat de Barcelona
Una política pública no es más que la Derecho perdido con la derrota de la Segun-
combinación de tres elementos: un obje- da República, y se desplegaron y se instaura-
tivo, un programa y un instrumento. Y lo ron con una intensidad que estaba limitada
cierto es que en España no hemos tenido por el juego de hegemonías, no tan sólo polí-
políticas públicas de memoria, lo que ha ticas y sociales, sino también culturales.
habido son disposiciones específicas des- En aquel contexto, y aún años después,
tinadas a reparar colectivos concretos de ni el conocimiento y responsabilidades de la
afectados. Disposiciones que, por otra par- devastación humana y ética que había pro-
te, han aparecido dilatadas a lo largo de 32 vocado el franquismo, ni la restitución social
años, y el último episodio ha sido la ley de y moral de la resistencia –cuyos complejos
reparaciones de octubre de 2007 [1]. valores se convertían en los fundamentos
Durante el período fundacional de nues- de la Constitución y los Estatutos de auto-
tra democracia se constituyeron las leyes, nomía–, ni el deseo de información y debate
instituciones y políticas que parecían con- que sobre aquel pasado tan inmediato iba
venientes para garantizar los derechos de expresando la ciudadanía más participati-
los ciudadanos. Procedían de los programas va, nada de todo eso fue nunca considerado
de la oposición a la dictadura y de las de- por el Estado de Derecho parte constitutiva
mandas de los diferentes movimientos so- del bienestar social ni de la calidad de vida
ciales que habían nacido y crecido trenza- de muchos ciudadanos. Tampoco fue consi-
dos con el antifranquismo. derado como una pregunta que interrogaba
Aquellas demandas, aquellos proyectos, sobre la base ético-institucional del Estado
aquellas políticas, abarcaban la casi totalidad que se estaba construyendo, cuál era su se-
de necesidades generales y sectoriales de un dimento ético, dónde se hallaba el origen de
país que estaba construyendo el Estado de la democracia.
En un libro clásico de Alexander y Mar-
* Reproducido aquí por gentileza del autor y de Jordi
Guixé. Publicado originalmente en: J. Guixé i Corominas garete Mitscherlich [2], los autores se pre-
(ed.), Past and Power: Public Policies on Memory. Debates, guntaban por qué no se habían examinado
from Global to Local, Barcelona, Publicacions UB, 2016. los comportamientos de sus conciudadanos
1.– Me refiero, con este calificativo, a la Ley 52/200, de 26 alemanes durante la República de Weimar
de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos
y se establecen medidas en favor de quienes padecieron 2.– Alexander y Margarete Mitscherlich, Fundamentos del
persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura. comportamiento colectivo: La imposibilidad de sentir duelo,
BOE, 310. 27/12/2007. Madrid, Alianza Universidad, 1973 (1.ª ed., 1967).
y el Tercer Reich «de un modo suficiente presente y el futuro que trae consigo repa-
y crítico. Desde luego, al decir esto no nos sar el pasado [4].
referimos a los conocimientos de ciertos
especialistas, sino a la deficiente difusión En España, esas demandas sobre el patri-
de esos conocimientos en la conciencia monio ético de nuestra democracia a las que
política de nuestra vida pública». Y aña- me refería antes, siempre fueron considera-
dían: «utilizamos la transición y el Estado das, hasta hoy, como un peligro de destruc-
democrático para producir bienestar, pero ción de la convivencia. Por tanto, debían ser
apenas para producir conocimiento» [3]. No apaciguadas por el bien de la ciudadanía. El
se referían a la erudición profesional —in- Estado debía inhibirse para evitar cualquier
sisten mucho en este aspecto—, sino al co- conflicto, sin tener presente que así como
nocimiento de los orígenes y del proceso de no hay instituciones sin ciudadanos que las
crecimiento ético —la conciencia— de una sustenten, tampoco hay ciudadanía sin con-
ciudadanía. Los Mitscherlich sostenían que ciencia ni conflicto.
este conocimiento forma parte del Estado Esa actitud del Estado y sus distintos ad-
del bienestar, de la calidad de vida. Situaban ministradores conllevó —y conlleva— un
la ética política no sólo en la historia, sino discurso cuyo núcleo es la equiparación y
en la responsabilidad de la ciudadanía y del unificación de valores, y para ello ha recu-
Estado de Derecho. rrido a la institucionalización de un nue-
Pero actuar de esta manera requiere una vo sujeto, la víctima. Más que una persona
decisión política del Estado de Derecho: (una biografía, una historia, un proyecto),
requiere acordar cuál es su origen ético y el sujeto-víctima constituye un lugar de
proceder en consecuencia. Una decisión encuentro con el que el Estado genera el
que siempre ha instalado una querella en espacio de consenso moral necesario por
los procesos de transición y en la democra- el sufrimiento impuesto; de ese modo y
cia posterior. Elzabeth Lira ha descrito muy por ese camino el sujeto-víctima deviene
bien dónde reside el núcleo universal de la una institución moral y jurídica que actúa
disputa: como tótem nacional. Un espacio que reúne
a todos, desde el principio de que todos los
Para unos, la paz (y la reconciliación) de- muertos, torturados u ofendidos son igua-
pende de la supresión de los conflictos, les. Algo que resulta tan indiscutible empí-
empezando una ‘cuenta nueva’, sin historia ricamente, como inútil y desconcertante a
ni pasado. Para otros, la paz (y la reconci- efectos de comprensión histórica al disipar
liación) depende de procesos complejos de la causa y el contexto que produjo el daño, o
reconocimiento, asumiendo las responsabi- las distintas vulneraciones a las que fue so-
lidades, y creando condiciones para lograr metido el ciudadano. Pero lo importante es
una relación sin deudas pendientes, o al que ese aprovechamiento del sujeto-víctima
menos, con el compromiso de esclarecer y genera un espacio donde se disuelven todas
resolver lo pendiente consensuando solu- las fronteras éticas, generando un vacío. La
ciones aceptables para todos o casi todos. declaración del gobierno español con moti-
Esta ha sido y sigue siendo una disputa cuyo vo del cincuenta aniversario de la rebelión
desarrollo está en proceso, puesto que no militar ilustra bien esa situación:
hay consenso explícito en el ‘bien’ para el
4.– Elizabeth Lira, «Memoria en tiempo presente» en: F.
Zeran, M.A. Garretón, S. Campos y C. Garretón (eds): Encuentros
3.– ibid., pp. 21-22. con la memoria, Santiago de Chile. LOM, 2004, p. 158.
Carmen Polo visita el Valle de los Caídos en el primer aniversario de la muerte de Franco en 1976.
Más de cuarenta años después sigue siendo un lugar de culto y exaltación del franquismo (Foto:
elpais.com).
9.– Para una valoración extensa de ese espacio memorial 10.– S. Juliá, «Echar al olvido. Memoria y amnistía en la
ver: Montserrat Iniesta, «Instrumentos para una política transición», en Claves de razón práctica, n.º 129, p. 22.
de la memoria: el memorial democrático de Cataluña», 11.– Para este planteamiento, véase: S. Juliá, «Memoria,
en El Lugar de la Memoria. Seminario sobre un centro de historia y política de un pasado de guerra y dictadura», en
la memoria en el País Vasco. Bilbao, 24 y 25 de noviembre, S. Juliá, (dir.) Memoria de la guerra y del franquismo, Madrid,
2012. Taurus, 2007, pp. 56 y ss.
han popularizado la expresión—, en el caso gatorio del Estado sobre el sedimento ético
español el término impunidad, en referen- de las instituciones democráticas al que an-
cia a la Dictadura, se ha modelado con un tes me he referido: Aparecen las víctimas, a
contenido diferente, específico: impunidad las que todo se debe dar porque su dolor no
no equivale a la inexistencia de procesos ha tenido derechos y será compensado por
judiciales a los responsables políticos de alguno o varios de los apartados de la nueva
la dictadura y a los directamente implica- Ley de reparación que supuestamente ce-
dos con la vulneración de los derechos de rrará la carencia. Aparecen los responsables
las personas, sino que el particular trayecto de la tragedia, con la encomienda de que les
cronológico, el ordenamiento jurídico deri- olvidemos, evaporándolos así del espacio
vado de la amnistía de 1977 y la evolución público, con lo que resulta difícil saber por-
política, social y cultural del país, ha ido qué algún día hubo víctimas sin derechos. Y
vinculando la expresión impunidad a la ne- desde luego, se mantiene la ausencia (que
gativa del Estado de destruir —anular— jurí- ha tenido siempre carácter estructural —y
dicamente la vigencia legal de los Consejos fundacional— en los discursos y acciones
de Guerra y las sentencias emitidas por los del nuevo Estado de Derecho) de cualquier
tribunales especiales de la Dictadura contra referencia a la actitud ética de quienes con-
la resistencia, la oposición y su entorno so- tribuyeron a la democratización del país. No
cial. Así como el mantenimiento del criterio estoy diciendo que la reflexión parlamen-
de equiparación ética entre rebeldes y leales taria del presidente —o de cualquier man-
a la Constitución de 1931, o entre servido- datario anterior— deba hacer referencia al
res y colaboradores de la dictadura con los esfuerzo civil de intensidades diversas que
opositores a ella. Una equiparación que la constituyen un patrimonio político, ético;
Administración del Estado sostiene todavía ellos sabrán qué quieren, dicen y hacen. Tan
hoy, haciéndoles, por tanto, impunes ética y sólo pretendo hacer notar que en el discur-
culturalmente y, en consecuencia, política- so público realizado en la coyuntura de más
mente; y la ley de reparaciones de 2007 no preocupación reparadora y memorial de
ha resuelto el tema. nuestra historia democrática, se consolida
Un año después de aprobada dicha ley, el un sujeto: la víctima, cuya identidad se fun-
entonces presidente del gobierno, J.L. Ro- da en lo pasivo y fortuito, por lo que el con-
dríguez Zapatero, a la pregunta realizada en senso moral en ella, su extensión y uso, es
el Congreso por un diputado de la oposición maravillosamente versátil y generosamente
sobre la identificación de responsabilidades apolítico. Se establece y difunde una reco-
de la dictadura, respondía con las palabras mendación: la desaparición del causante de
siguientes: «Recordemos a las víctimas, las víctimas. Y se instituye un vacío ético y
permitamos que recuperen sus derechos, político: el creado por el desvanecimiento,
que no han tenido, y arrojemos al olvido a marginación o negación de valor político a
aquellos que promovieron esa tragedia en la responsabilidad política y civil ejercida
nuestro país. Esa será la mejor lección. Y por una parte de la ciudadanía que transgre-
hagámoslo unidos. (Aplausos)» [12]. dió las leyes de la dictadura, y que constitu-
Las palabras del Presidente del Gobierno, ye el legado democrático diverso en el que
son una síntesis magnífica del criterio dene- se funda el Estado de Derecho. La cuestión
está en que si las instituciones con las que
12.– Congreso de los Diputados, IX Legislatura. Diario de nuestro país se ha dotado son desposeídas
Sesiones nº 49. 26-XI-2008, p. 5. de la huella humana, y nadie es legatario de
nada, ¿cómo puede alguien sentir el orden Pero merece la pena recabar la atención
democrático reciente como algo propio? sobre el sujeto de la Ley para comprender la
Lo cierto es que esa ley de reparaciones, enorme y estable fidelidad del Estado a una
aprobada en octubre de 2007, no deshace tradición de marginación política de los va-
este modelo de impunidad declarando la lores que movilizaron, con intensidades di-
nulidad de las sentencias de los tribunales versas, a una parte de la ciudadanía contra
de la dictadura, si bien establece su carác- la dictadura y a favor de la democratización
ter ilegítimo en un alarde de retórica que ha del país, y que constituyen precisamente la
generado más insatisfacciones que solucio- memoria democrática a la que apela el mis-
nes. Pero la Ley de 2007 constituye una ex- mo texto de la Ley [15]. El sujeto de la Ley no
presión importante del peso que han tenido es otro que la víctima, ese espacio de reu-
en los últimos años las reivindicaciones de nión que vertebra la ideología de la reconci-
reparación y memoria expuestas por distin- liación al que me he referido y comentado a
tos colectivos, y sin duda expresa también lo largo de este texto. La ampliación de re-
los miedos de las élites políticas. paraciones y el saneamiento moral que pro-
A pesar de que la Ley advierte en su pone la Ley al establecer, con una cautela
preámbulo que «sienta las bases para que infinita, la retirada de símbolos fascistas, es
los poderes públicos lleven a cabo políti- un elemento positivo de la Ley que al mismo
cas públicas dirigidas al conocimiento de tiempo revela cual ha sido durante treinta y
nuestra historia y al fomento de la memo- dos años la actitud de los distintos gobier-
ria democrática» [13], la Ley no está orientada nos. Pero ni esa medida, ni la declaración de
ni mucho menos a iniciar y desarrollar una condena del franquismo que aparece en el
política pública de reparación y memoria preámbulo u otras disposiciones reparado-
dirigida al conjunto de la ciudadanía. Más ras, cambian lo que ha sido la orientación
bien se orienta con optimismo a evitar esa general del Estado de Derecho en este asun-
política sustituyéndola, por una política de to, la privatización de la memoria.
la víctima. Lo dice el preámbulo y lo dice reitera-
Escribí al comenzar que una política pú- damente su articulado. No me refiero a si
blica es la combinación de tres elementos: establece que los costes de señalización o
un objetivo, un programa y un instrumento. exhumación eventual de fosas deberá sufra-
La ley no establece ninguno de ellos. No de- garlo la administración, autonómica, local o
fine su objetivo, tan sólo apela al «espíritu del Estado, sino a algo mucho más profundo
de reconciliación […] y a la defensa pacífi- porque sigue una práctica política iniciada
ca de todas las ideas» [14]. No crea un instru- en 1977, el confinamiento de la memoria y
mento específico para esa supuesta política la reparación al ámbito estrictamente priva-
pública más allá de la propia Ley (la dispo- do. Lo dice el texto: «Se reconoce el derecho
sición adicional tercera es un brindis al Sol) individual a la memoria personal y familiar
y desde luego no hay asomo de programa, de cada ciudadano» [16]. La Ley confunde po-
como no sea la aplicación misma de la Ley, lítica pública de memoria con memoria pú-
lo cual se supone. blica, y ambas con memoria oficial.
La primera, la política pública, sólo puede
13.– Ley 52/200, de 26 de diciembre, por la que se recono-
ser garantista, proteger un derecho —el de-
cen y amplían derechos y se establecen medidas en favor
de quienes padecieron persecución o violencia durante la
guerra civil y la dictadura. BOE, 310, 27/12/2007. p. 53410. 15.– Ibid. p.53410.
14.– Ibid. p. 53410. 16.– Ibid. p. 53410
17.– R. Vinyes, «La memoria como política pública», 18.– Ley 52/200, de 26 de diciembre. BOE, 310, 27 de
Puentes (25) 2009, p.p. 22-29. diciembre de 2007, artículo 4.2. p. 53411.
Desde que se aprobara por el Parlamen- Partido Popular sí que tiene política de me-
to español la conocida como Ley de la Me- moria: la memoria de los franquistas.
moria Histórica (Ley 52/2007 de 26 de Di- Por ello las administraciones autonómi-
ciembre), y especialmente, tras la llegada cas, ante las reivindicaciones de las vícti-
del Partido Popular en diciembre de 2011 mas del franquismo, colectivos de memoria
al Gobierno de España, distintas comuni- o de derechos humanos, han tomado la ini-
dades autónomas vienen desarrollado leyes ciativa de legislar en este campo, iniciativa
o proyectos de leyes de memoria, ya sean que l@s militantes de la memoria histórica
generalistas como las de Navarra, Andalu- en principio celebramos. El problema que
cía, Valencia, Aragón, Asturias, Castilla la vemos y denunciamos l@s que luchamos
Mancha y Extremadura, o específicas para por poner fin al denominado modelo espa-
la localización y exhumación de fosas co- ñol de impunidad, es que las comunidades
munes del franquismo, como es el caso de autónomas no tienen competencias para
Catalunya e Islas Baleares. Ello se debe a legislar en materia de justicia, y por lo tanto
dos motivos: por un lado, a las limitaciones en nada pueden contribuir, jurídicamente
materiales e insuficiencias de la Ley de me- hablando, a acabar con la impunidad de los
moria para dar respuesta a las demandas de crímenes del franquismo. Más bien ocurre
las víctimas del franquismo, de los colecti- el efecto contrario, particularmente cuan-
vos de memoria histórica y ciudadanía en do se arrogan competencias sobre la exhu-
general; por otro, a su práctica inaplicación mación de fosas comunes del franquismo.
tras la llegada al gobierno del Partido Po- Las leyes o proyectos de leyes autonó-
pular, que no la ha dotado de partida eco- micas que se vienen desarrollando en el
nómica alguna en los Presupuestos Gene- conjunto del Estado, se dice que se inspi-
rales del Estado. ran y que incluso aplican las directrices de
Es de destacar que el partido actualmen- Naciones Unidas sobre Crímenes contra la
te en el Gobierno, a la par que no ha dedi- Humanidad, y principios para la protección
cado ni un euro a la memoria histórica, sí y la promoción de los derechos humanos;
ha previsto cuantiosas partidas presupues- sin embargo no se actúa en consecuencia.
tarias para exhumar y repatriar los restos De conformidad con los Principios y direc-
mortales de soldados españoles de la Divi- trices básicos sobre el derecho de las vícti-
sión Azul muertos en Rusia, para mantener mas de violaciones manifiestas de las nor-
y restaurar el Valle de Cuelgamuros (de los mas internacionales de derechos humanos
Caídos) o para subvencionar a la Fundación y de violaciones graves del derecho inter-
Francisco Franco. Se puede afirmar que el nacional humanitario a interponer recursos
Manifestación Estatal por la Memoria Histórica. Madrid, 22/11/2015 (Foto de Twitter: @apces).
Pues bien, las leyes de memoria autonó- restos de un represaliado para entregarlos
micas, al legislar sobre fosas comunes del al familiar que los reclama, no se pueden ni
franquismo, continúan en la misma línea deben perpetuar las consecuencias del de-
que la Ley de Memoria Histórica del Es- lito, negando el amparo judicial a la vícti-
tado, es decir, sustraen a las víctimas del ma, garantía fundamental e inalienable en
franquismo de la acción de la justicia, les cualquier Estado democrático de derecho.
niegan sus derechos, tanto a las víctimas Es cierto, por ejemplo, que en la ley
directas (asesinad@s o desaparecid@s) de andaluza se prevé la comunicación y de-
la represión como a las víctimas indirectas nuncia (arts. 10.3 y 14) a los Juzgados, de
(familiares). Las víctimas del franquismo la aparición de restos mortales tras la ex-
son doblemente penalizadas, el día en que humación, pero eso en modo alguno ga-
se cometió el crimen y el día que se les nie- rantiza la acción de la justicia, tratándo-
ga el auxilio judicial. Las víctimas del fran- se de una mera comunicación o denuncia
quismo, al amparo del derecho internacio- formal. Si la Junta de Andalucía pretendía
nal son víctimas de delitos, de delitos contra judicializar la exhumaciones de fosas co-
la comunidad internacional (crímenes de munes del franquismo, lo que debería ha-
Guerra, contra la Paz y contra la Humani- ber hecho, al menos, era prever en la Ley
dad que no prescriben, que no se pueden la personación de sus servicios jurídicos
amnistiar y que eran delitos en el momento en el Juzgado, denunciado el hallazgo de la
de su comisión), y como tal deben ser tra- fosa común como la prueba material de los
tadas. Por muy loables y humanas que sean delitos contra la comunidad internacional
las iniciativas no judiciales de recuperar los (crímenes de guerra, contra la paz y contra
puede entenderse como una reparación con actuaciones para hacer copartícipes
consecuencias legales para las víctimas del de las medidas de reconocimiento y
franquismo, incluidas las catalanas. Pero el resarcimiento a las organizaciones
valor político, en tanto que supone un gran que pudieron utilizar los trabajos
espaldarazo a una de las principales reivin- forzados en su beneficio.
dicaciones del movimiento memorialista, ȘȘ No se reconoce como víctimas del
es enorme, dado que es la primera vez que franquismo al colectivo de víctimas
un parlamento del Estado español consi- del robo masivo y sistemático de be-
dera nulas de pleno derecho las acciones bés cometidos durante el franquis-
represivas del franquismo, y en consecuen- mo.
cia, ilegal la dictadura que las llevó a efecto,
dictadura instaurada tras el golpe de estado La falta de una política pública de me-
de julio del 36 contra el régimen legal de moria y reconocimiento jurídico de las víc-
la Segunda República española y posterior timas del franquismo por parte del Estado
guerra civil. Visto el apoyo unánime que re- Español, ha dado lugar a esta proliferación
cibió en el Parlamento catalán, en especial de leyes autonómicas, que como hemos
por el voto afirmativo del Partido Popular y visto no solo no resuelve el problema de la
del Partido Socialista, estas organizaciones impunidad de los crímenes del franquismo,
ya no tienen excusas, argumento de la se- sino que además genera discriminación en-
guridad jurídica incluido, para no aprobar tre las víctimas, ya sea por ideología de la
en las Cortes Generales iniciativas simila- formación política que dirija la administra-
res (ilegalidad de los tribunales franquistas ción pertinente, ya sea por razones territo-
y nulidad de sus resoluciones). riales:
A continuación, se señalan otros impor- Discriminación por razones ideológicas.
tantes déficits en que han incurrido las le- Como se expuso anteriormente, la Ley de
yes o proyectos de leyes autonómicas que Memoria histórica estatal ha quedado en
se han desarrollado hasta el momento: una vía muerta tras la llegada al gobierno
del Partido Popular quien no ha presu-
ȘȘ No se establecen medidas de repa- puestado partida económica alguna para su
ración económica a favor de las víc- desarrollo. De igual modo, en las Comuni-
timas del franquismo. dades Autónomas donde gobierna esta for-
ȘȘ No se establecen medidas destina- mación política no se ha desarrollado nin-
das a investigar el destino del patri- gún proyecto normativo relacionado con la
monio robado durante el franquis- recuperación de nuestra memoria demo-
mo. crática y antifascista. A su vez, en comuni-
ȘȘ No se establecen medidas concretas dades como las de Castilla León y Madrid,
destinadas a investigar las empresas en sus respectivos parlamentos se están
y patrimonios que se lucraron con el desarrollando nuevas leyes de protección
trabajo esclavo de presos antifran- de otros colectivos de víctimas, como las
quistas, ni medidas que comprome- del terrorismo.
tan a los beneficiarios del trabajo Discriminación por razón del territorio.
esclavo a reparar económica y sim- Hemos llegado al sinsentido en el que a las
bólicamente a las víctimas. Tan solo víctimas del franquismo también se las dis-
la ley andaluza, prevé que desde la crimina por razones territoriales, de modo
Junta de Andalucía se impulsarán que dependiendo de la comunidad autóno-
ma donde residan, ya sean víctimas directas terrorismo, que estas quedaran en el más
o indirectas de la represión, van a gozar de absoluto desamparo legal porque hubiera
unos determinados derechos y garantías. un cambio de gobierno, que no recibieran
Por ejemplo, un familiar de un ejecutado auxilio judicial o policial por no conside-
extrajudicialmente o desaparecido en An- rarlas víctimas de la violencia política, o
dalucía, Navarra, Catalunya o Baleares, po- que se las discrimina por razón de su do-
drá reclamar sus restos mortales pero no si micilio? Esto sería inconcebible para cual-
se encuentra en cualquier otra comunidad, quier Estado que se denomine democrático
donde la Ley estatal de Memoria no opera y de derecho. Sin embargo esto ocurre en
por falta de presupuesto o donde aún no España, donde unas víctimas, las del te-
hay ley autonómica. A lo anterior se añade rrorismo, tienen todo el reconocimiento
que nos encontramos ante una variedad de político y jurídico por parte del Estado y la
leyes de memoria o de exhumación de fosas sociedad, como debe ser en cualquier de-
comunes del franquismo, en las que se es- mocracia avanzada, mientras que las vícti-
tablecen unas medidas y garantías de dis- mas del terror franquista no tienen recono-
tinto nivel, con unos requisitos, protocolos, cimiento jurídico alguno, pudiendo afirmar
presupuestos y respuestas de la adminis- sin temor a equivocarnos que las víctimas
tración variables, dependiendo de la zona del franquismo no existen en nuestro país.
geográfica donde se encuentra la víctima. Ante esta situación de injusticia, des-
¿Sería imaginable que esto ocurriera con amparo e incluso criminalización que su-
otros colectivos de víctimas de la violencia fren las víctimas del franquismo en nuestro
política, como por ejemplo las víctimas del país, colectivos de víctimas, de la memoria
histórica y de los derechos humanos ve- que como legislación básica del Estado
nimos exigiendo al Estado español, como (Art. 149 CE), establezca los derechos, me-
garante de la igualdad de todos los ciuda- didas y garantías inalienables mínimas que
danos españoles y responsable de poner den amparo al conjunto de las víctimas del
fin a las graves violaciones de derechos hu- franquismo y del nazismo, que deberán ser
manos cometidos en nuestro país durante cumplidas por todas las instituciones del
el franquismo, unas políticas públicas de estado. En definitiva, una ley que ponga
memoria democrática por las que se con- término al olvido y a la impunidad de los
dene el golpe del estado de 18 de julio del crímenes del franquismo. Las comunidades
36, la guerra civil a la que nos condujeron autónomas, dentro de sus competencias, y
los golpistas, y la dictadura franquista; que obviamente atendiendo a la múltiple natu-
se reconozca la legitimidad y la legalidad raleza de la represión franquista por causas
de la Segunda República Española, se re- territoriales o culturales, podrán y deberán
conozcan políticamente a l@s luchador@s complementar esos mínimos imprescindi-
antifranquistas y jurídicamente a las vícti- bles e inalienables establecidos por el Es-
mas del franquismo y del nazismo. Por ello, tado para el conjunto de las víctimas del
las más de 90 organizaciones participantes franquismo, nunca aminorarlos.
en el Encuentro Estatal de Colectivos de Quienes abogamos por el fin de la impu-
Memoria Histórica y de Víctimas del fran- nidad del franquismo, sabemos que el pro-
quismo, desde mayo de 2016, venimos re- blema ante el que nos encontramos no es
clamando a las instituciones del Estado y un problema jurídico, ya que el derecho in-
a las formaciones políticas integrantes del ternacional nos ampara, sino político, que
arco parlamentario español, que se com- debe ser abordado y resuelto por el con-
prometan a desarrollar una LEY DE RECO- junto de la sociedad española en aras a una
NOCIMIENTO Y PROTECCIÓN INTEGRAL mejor convivencia democrática y de respe-
A LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO, ley to a los derechos humanos.
monte adyacente para albergar a sus fami- El espacio de los barracones de reclusión
liares, un mecanismo de vigilancia más po- se organiza en torno a un patio central que
deroso que las alambradas de espino. Allí, servía para el recuento de los presos, la ce-
en apenas cuatro metros cuadrados, mu- lebración de misas y adoctrinamiento, con
jeres y niños se hacinaban, buscando agua un pilón donde lavaban su ropa. Además de
y leña en las cercanías, tanto en el tórrido los dormitorios colectivos donde se les en-
verano como en el frío invierno, cuando la cerraba por la noche, había letrinas, coci-
nieve les llegaba a las rodillas. Se han en- na y economato, despachos de Policía y de
contrado tinteros y plumas con las que es- funcionarios de prisiones.
cribían sus cartas. Mediante un conjunto de intervenciones
Del estudio arqueológico de los restos, de conservación y valorización, el Ayun-
cotejado con testimonios orales de familia- tamiento de Bustarviejo, gobernado por la
res de presos y lugareños, se puede inferir coalición PSOE-IU, decidió convertir este
que las condiciones de vida allí eran bas- espacio en un activo del turismo histórico,
tante duras: trabajo agotador y peligroso, cultural y paisajístico de primer orden en la
dieta escasa, adoctrinamiento religioso y Comunidad de Madrid.
político de los presos, miseria y aislamiento La Asociación de Memoria Histórica Los
de los familiares… Barracones, en colaboración con el Ayunta-
Nada chocante, dado el concepto que miento, ofrece visitas guiadas gratuitas [1]
tenía el Estado de los allí confinados: in- todos los sábados a las 11 de la mañana
tegrantes de la anti-España que estaban desde la estación ferroviaria de Bustarvie-
purgando sus pecados. Estos destacamen- jo e invita a las instituciones educativas
tos suponían para los presos la última esta- y al público en general a visitar este sitio
ción antes de la libertad, donde reducían su histórico y a abrir la reflexión y el diálogo
condena a través del trabajo y desde donde sobre el trabajo forzado como instrumento
accederían al tercer grado. Esto, sumado a de represión; una reflexión que trascienda
la presencia en el destacamento de sus fa- lo sucedido en el pasado y que sirva a las
milias, resultaba una razón de peso para nuevas generaciones para construir un fu-
olvidar cualquier tentativa de evasión. Pese turo mejor de respeto irrestricto a la vida y
a ello, están documentadas varias fugas, al- la dignidad de las personas y a los valores
guna de ellas exitosa. democráticos.
El destacamento penal de Bustarviejo En 2011, al calor de la denominada Ley de
estaba enclavado en un bello paisaje, pero Memoria Histórica, mediante una enmienda
sólo si se contempla en libertad; sin embar- del diputado Gaspar Llamazares a los Pre-
go los presos y sus familiares estaban obli- supuestos Generales del Estado, el Minis-
gados a vivir allí con lo mínimo y soportar terio de Cultura asignó una subvención de
un sol de justicia en verano y un frío extre- 120.000 euros para la restauración del edi-
mo en invierno, trabajando hasta la exte- ficio principal del campo y la creación de
nuación sin las más básicas condiciones de una incipiente zona museística. El Ayunta-
seguridad. miento inauguró la obra el 29 de junio de
Las garitas, con centinelas armados, es- 2013, con la participación de familiares de
tán orientadas hacia el exterior, para repe- los presos y en presencia de una nutrida re-
ler cualquier intento de liberación de los
presos por parte de los maquis, muy activos 1.– Visitas guiadas los sábados: Para solicitar fecha,
en la cordillera. escribir a: amhlosbarracones@gmail.com
rojo antiespañol y se acercaba a la salida del nio Barahona, Raúl, fueron en coche a Val-
espacio físico de la cárcel recobrando el es- demanco para cargar 50 kilos de dinamita.
píritu nacional perdido. Pero al volver, en Cabanillas de la Sierra se
toparon con una pareja de la Guardia Civil y
La guerrilla mataron a los guardias. Hubo unos 50 dete-
nidos y un consejo de guerra que acabó con
En la zona que circunda el penal de Bus- varios fusilamientos, entre ellos el de tres
tarviejo se conservan varias garitas de vigi- presos de Valdemanco» [5].
lancia, con centinelas de la Policía Arma-
da: orientadas hacia el exterior por miedo Anécdotas
a la guerrilla —muy activa en 1946-47 en la
cordillera desde Somosierra—. Los policías En agosto de 1949 se produjo un gran in-
patrullan los alrededores, vigilan los barra- cendio en el Valle de Bustarviejo. Los presos
cones y los explosivos, y organizan los re- se ofrecieron y colaboraron en la extinción.
cuentos. El Pleno del Ayuntamiento pidió que se les
Con la llegada de Francia a Madrid de rebajaran las penas y algo se les rebajó.
Cristino García, héroe de la Liberación del También se relatan algunas fugas sona-
Sur de Francia, se reavivó la guerrilla de la das. Entre las que se produjeron en Bustar-
Sierra de Gredos, cuyo jefe era el teniente viejo está la del joven anarquista Manuel
coronel de las Fuerzas Francesas del Inte- Bajo Bueno quien, alzando un papel atrave-
rior Manuel Castro, y de Guadarrama, lide- só el paso de salida gritando a los policías:
rada por Adolfo Reguilón (Severiano Eubel «¡Ya me han dado la libertad provisional!».
de la Paz) con los guerrilleros Ramón Ar- Estos le contestaron «¡Enhorabuena!» y él
güelles (el asturiano), Clemades Rubio y Al- siguió andando hasta doblar un recodo y
fonso Martínez. Este grupo hizo un informe aceleró el paso tanto que llegó a México pa-
sobre los destacamentos penales de Bustar- sando por Lisboa a donde llegó escondido
viejo, Valdemanco, Lozoyuela, Fuencarral, en un camión cargado de sardinas pagado
Colmenar Viejo y Cuelgamuros, para robar por su madre. Otro preso, el joven médico
dinamita y facilitar la fuga de prisioneros. Alberto Martínez, se fugó hasta Vigo y de
Tras el fusilamiento de Cristino García allí viajó a Buenos Aires donde fue un ciru-
en 1946, la Agrupación guerrillera Euge- jano famoso [6].
nio Mesón, liderada por Juan Sanz Pascual, En la primavera de 2016 Fernando True-
sacó dinamita de los destacamentos pena- ba filmó en los barracones secuencias de su
les madrileños, que les entregaban prisio- película La Reina de España, que se estrenó
neros comunistas. el 26 de noviembre de 2016. Acudió al roda-
El historiador Francisco Moreno relata je la propia reina Letizia de España, amiga
un robo de explosivos, a finales de 1946, de Trueba y de la protagonista de la pelícu-
en el destacamento de Valdemanco. «Se- la, Penélope Cruz.
manalmente, Juana Doña se desplazaba
hasta allí en el coche de viajeros y cargaba 5.– Francisco Moreno Gómez, La resistencia armada contra
en su bolsa los cartuchos de dinamita que Franco, Barcelona, Critica, 2008.
sus compañeros de partido presos le podían 6.– Alicia Quintero Maqua, «El trabajo forzado durante el
primer franquismo: Destacamentos penales en la cons-
proporcionar clandestinamente. Los entre-
trucción del ferrocarril Madrid-Burgos», en Cuartas Jor-
gaba a Juan Sanz Pascual, Félix, que era su nadas Archivo y Memoria, Fundación de los Ferrocarriles
contacto en Madrid. Una vez Félix y Anto- Españoles, 2009.
años a servir y a los cincuenta lo echaban recibió el más importante galardón, el Pre-
a la calle y, no le quedaba más que una ga- mio Nacional de Folklore (1932) por su can-
rrota para pedir limosna. Me dolía también cionero de Castilla elaborado tras años de
cuando llegaba la época de las rentas, y, los investigación etnomusicológica. Aparecía
que pasaban todo el invierno jugando en el en la prensa en un extraordinario reportaje
casino iban y cobraban las rentas aunque titulado «Canciones populares de Castilla»
hubiese habido granizo o mala cosecha. Yo en la revista gráfica y literaria Estampa. En
ante aquello entraba en rebeldía. Tampoco la misma medida se implicó políticamente,
me cabía en la cabeza que un rey tuviese que fue socio fundador de la Asociación de Ami-
ser rey porque lo fuese su padre». A medida gos de la Unión Soviética junto a cientos de
que avanzaba el siglo y los movimientos so- intelectuales de amplio espectro ideológico
ciales se hacían más multitudinarios y com- como Pío Baroja, Manuel Machado, Jacinto
bativos contra la monarquía sustentada en Benavente o Concha Espina. También parti-
la oligarquía caciquil, su ideología política y cipó en la Liga Nacional Laica junto al doc-
social fue evolucionando. Inicialmente sim- tor Gregorio Marañón y otros tantos perso-
patizó con los republicanos, después con los najes.
socialistas. Cuando se creó el Partido Comu- Fiel a su compromiso con el pueblo, co-
nista, «muchas de las cosas que decía ya las laboró con las Misiones Pedagógicas. Mar-
pensaba yo». tínez Torner, creador y director del Coro de
Como otros muchos intelectuales, duran- las Misiones Pedagógicas refirió una de ellas
te la República vivió sus mejores años artís- «[...] luego hacemos funcionar la gramola.
ticos, en las dos facetas musicales que culti- La música clásica no les dice nada, pero está
vaba, dio sus conciertos más importantes y ahí, con nosotros, un gran músico que les
explica cada uno de los momentos musica- Marazuela con su guitarra, interpretando
les, les da el lenguaje de la música y ya no les «piezas clásicas y folclore de la tierra» [6].
deja tan indiferentes Beethoven. Además de Unos días antes había actuado ante los pre-
músico es un estupendo folklorista, ha reco- sos en la Prisión Provincial, no sospechaba
gido todo lo popular de Segovia y ahora les entonces que cuatro años después él mismo
muestra todas esas canciones que ellos han sufriría cárcel en Madrid.
ido adulterando y olvidando de la música Volvió a colaborar con el profesor Torner
popular» [4]. El maestro y también misionero en un cursillo sobre música popular espa-
Pablo de Andrés Cobos escribió que Agapito ñola organizado en Madrid por el Centro de
Marazuela, «uno de los mejores guitarristas Estudios Históricos. En la conferencia refe-
y un dulzainero de condiciones extraordi- rida al folklore castellano participó Agapito
narias, estuvo con nosotros tres noches en Marazuela acompañado de los instrumentos
diciembre de 1932 en La Cuesta [Segovia]. típicos: dulzaina, zambomba, tejoletes y al-
Les llevó canciones y tonadillas que solo mirez, «cantó de manera insuperable con la
los viejos recordaban y fueron las noches desnudez primitiva con que suenan en las
de más desbordante alegría. Después de la eras y las plazas castellanas». La crónica de
sesión, hombres y mujeres de sesenta años prensa finaliza: «conferenciante y cantante
estuvieron cantando todo lo que recordaban fueron muy aplaudidos» [7].
de sus años de juventud. Viejecillos hubo a Entre los variados actos culturales pre-
los que no se oyó nunca cantar y cantaron vistos para 1936 truncados por la subleva-
estas noches» [5]. ción militar que desencadenó la guerra ci-
En 1932, culminó su compromiso políti- vil, destacaba la Olimpiada Popular que se
co cuando se afilió al Partido Comunista de iba a celebrar a finales de julio en Barcelona
España, que no abandonaría hasta su muer- como rechazo a la Olimpiada «oficial» or-
te. Compaginaba sus actividades musicales ganizada por la Alemania nazi. Allí tenían
con las sociales y políticas a las que apor- previsto acudir representando a Segovia
taba sus dotes artísticas. Tras la represión Agapito Marazuela y un grupo de «danzan-
de la huelga general revolucionaria de 1934, tes» de Abades. Sería al año siguiente en
participó en numerosos actos de apoyo a los París donde mostrarían la música y danzas
presos, como el realizado en abril de 1935 de Castilla abortadas en 1936. La Exposi-
en el Teatro Juan Bravo a beneficio de las ción Internacional donde se vio por primera
familias de los presos políticos de Segovia. vez al Guernica de Picasso acogía un pabe-
Recaudaron 900 pts. «después de desconta- llón de la República con Agapito Marazuela
dos los gastos» como recogía la prensa local. como director de las actuaciones folklóricas,
Aportaron donativos, entre otros persona- a la sombra del mayor protagonismo de Ju-
jes, el alcalde conservador Pascual Guajardo lio González, Joan Miró, Josep Renau o Luis
y el presidente de Izquierda Republicana, Buñuel.
José Carrasco. Proyectaron una película de Como otros muchos paisanos en Madrid,
«contenido social», que «gustó mucho» El era socio del Centro Segoviano, situado en
camino de la vida. También actuó Agapito el número 1 de la Calle Mayor, al lado de la
Puerta del Sol. Allí, todavía a comienzos de
4.– Las Misiones Pedagógicas en España 1931-1936, exposi-
agosto de 1936 se jugaba a las cartas, ajenos
ción en Murcia, 2015, tríptico.
5.– Pablo de Andrés Cobos, El maestro, la escuela y la aldea
y otros escritos pedagógicos, Segovia, Ayuntamiento de Se- 6.– Heraldo Segoviano, 14 de abril de 1935.
govia, 2017, p.255. 7.– ABC, 24 de febrero de 1936.
dral. Después a la «Universidad» de Burgos, se las enrama. Iba todo enlazado. Son otros
para terminar en Ocaña, «lo peor de todo» [9]. tiempos».
De nuevo en la calle el maestro, sin abri- Su sentida militancia hasta el final se
gar el más mínimo rencor, hubo de malvivir aprecia cuando agradece como «una de las
pobremente dando algunas clases. Vuelve a mayores emociones de su vida» la entrega
Segovia donde sufre en silencio la margina- personal del carnet nº 747 del PCE, en un
ción que padecen los vencidos, pocos son los acto público celebrado en Segovia «lo que
que le ayudan. En 1958 un grupo de artistas e yo desearía es que la labor que emprendió
intelectuales jóvenes lo reivindican y llevan a el Partido hace muchos años se vea consu-
participar en un festival del XII Curso de Ve- mada por completo y nada me alegraría más
rano para Extranjeros. El éxito rotundo hace que poderlo ver». En su entierro, Simón Sán-
que repita al año siguiente y en 1960 recibe chez Montero le definió como «un artista del
un primer sentido homenaje promovido por pueblo y dado al pueblo profundamente. Un
esos jóvenes. Por fin, en 1964, alguna mano hombre que tenía plena conciencia de que
amiga consigue que la Delegación Provincial la canción, la música, la danza y el romance
del Movimiento publique su Cancionero pre- son el sedimento que va quedando del alma
miado en 1932. Muy al final de su vida, entre popular. Esperemos que el pueblo de Sego-
el Ayuntamiento y la Caja de Ahorros de Se- via, el pueblo de Castilla y las autoridades
govia habilitan un humilde y apartado local que representan a ese pueblo sepan desta-
como flamante «Cátedra de folklore» donde car la obra de Marazuela» [10]. La propuesta
impartiría -con una mísera subvención eco- de monumento en su honor por parte del
nómica- su magisterio hasta que fallece en concejal del PCE Luis Peñalosa, ya se apro-
1983. bó en 1983 en el Ayuntamiento de Segovia,
Explicaba el ABC en 1975 con malévola pero la escultura prevista no se realizó hasta
condescendencia que Agapito Marazuela 2002. Llama la atención que otro segoviano
había estado «discretamente olvidado du- ilustre como el mesonero Cándido, tuvo su
rante muchos años». Con la democracia lle- merecido monumento pocos meses después
gó el reconocimiento más extenso, aparecía de fallecido. El reconocimiento al músico
en distintos medios de comunicación, inclu- como recuperador del folklore es unánime,
so en televisión en el programa Siete Días pero su perseverante militancia comunista,
(1980). Cuando le preguntaron por la dife- aún hoy limita sus honores: apenas un co-
rencia entre la música de los años setenta legio público, el de Enseñanza Primaria de
y la tradicional, respondió que ambas son la localidad de La Granja lleva su nombre.
expresión popular, un sentimiento del pue- En la capital, el monumento y la calle a él
blo, «lo que pasa es que ahora está comer- dedicadas están muy alejados de los lugares
cializada. En mis tiempos creo que eran más más concurridos de la ciudad. El Conserva-
puras las raíces [...] se tocaba más por senti- torio Profesional de Música de Segovia, de
miento, por dolor, por gozo, que por llenar momento es anónimo. ¿Será descabellada la
el bolsillo de algunos. Hoy, por supuesto, no idea de que el padre del folklore castellano y
se haría música para un canto de boda o una mejor concertista de guitarra clásica pueda
canción de siega. Ni se ronda a las novias ni darle nombre?
Antoni Doménech
Sección de Historia de la FIM