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LA NOCIÓN DE HETEROTOPÍA Y LOS LÍMITES DE REPRESENTACIÓN

DESDE “LAS PALABRAS Y LAS COSAS” DE MICHEL FOUCAULT

La expresión que Foucault utiliza para explicar la reacción ante una heterotopía1,
es inquietud, de manera que habría que decir la razón, por la que tal término,
produce inquietud y, en qué sentido, sacude nuestra comprensión cuando
pensamos heterotopía como un contra-espacio.

Foucault hace uso del concepto de heterotopía para hacer explícito el lugar
que ocupa un tipo de orden que es no visible como lo es el mar o los cielos, sin
embargo, añade que existe y está expuesto en el lenguaje y en las prácticas de una
sociedad. El lugar de la heterotopía es el espacio de lo diferente, es decir, hay
lugares o posibles órdenes creados por la sociedad para organizar la realidad. En
este sentido, existen múltiples heterotopías u órdenes, que dan cuenta de las
relaciones de una cultura con su entorno, que en un momento dado dejan de ser
y se consumen durante el transcurso del tiempo. Es decir, la heterotopía se
entiende como un espacio otro, en oposición a aquel en el cual se encuentra el
espectador de lo diferente. La heterotopía es resultado de un orden, o en sí
misma es parte de esté. Sin embargo, este orden escapa a aquellos que lo crearon,
lo que hace considerar unaa heterotopía como una región inconsciente.

Es necesario pensar que las relaciones que existen en el fondo de este


orden, entre el lenguaje y el espacio son exclusivas de la sociedad que las
determina, este hecho, hace de la heterotopía una dimensión impensable por
sociedades que se encuentren fuera de este saber y esto es, lo que provoca la
inquietud y agita los ánimos por emprender el conocimiento por espacios
diferentes. “Las heterotopías inquietan, dirá Foucault, sin duda porque minan
secretamente el lenguaje, porque impiden nombrar esto y aquello, porque

1 Foucault, Michel, Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas, México, Ed. Siglo XXI, 2010, p. 13.

1
rompen los nombres comunes o los enmarañan, porque arruinan de antemano la
“sintaxis”, y no sólo la que construye las frases: también aquella menos evidente
que hace “mantenerse juntas” (lado a lado y frente unas y otras) las palabras y las
cosas”2. Y esta inquietud es lo que nos hace emprender la búsqueda por lo otro.

EL LUGAR DE LA HISTORIA AL INTERIOR DE LAS CIENCIAS HUMANAS.


ARGUMENTACIÓN DE LOS ASPECTOS DE REPRESENTACIÓN, LOS
LÍMITES DE REPRESENTACIÓN EN LAS CONTRACIENCIAS.

La historia para Foucault ocupa el lugar de una “contrahistoria”, su lugar estará


al lado de las ciencias humanas al formar parte del análisis que dio comienzo en
siglo XIX, el cual señala el tipo de operaciones profundas que hacen posible que
algo sea de tal forma y no de otra. Si bien, en sentido hace referencia a una
historicidad profunda de los objetos de estudio, la cual surge, como una
preocupación característica de este siglo. Como lo anuncia en el prefacio de tal
obra, Foucault se proponía esclarecer las condiciones que posibilitaron el
surgimiento de las ciencias humanas en el pensamiento occidental.

Ciertamente y como lo menciona De Certeau, Foucault de antemano


menciona el movimiento que, según su interpretación, condujo al pensamiento
occidental de la época clásica a la formación de las ciencias humanas, tal análisis
propone que fue por la mediación de tres modelos característicos del siglo XIX:
la biología, la economía y la filología, siendo raíces de la psicología, de la
sociología y de la lingüística, las que llevaron a la contestación de estas ciencias

2 Idem.

2
por la historia, la etnología, y el psicoanálisis3. Lo que pretende explicar Foucault
al hacer una arqueología del saber, son las condiciones que participaron como los
fundamentos que permitieron emerger un nuevo saber, lo que no significa que
esto se explique cómo una continuidad o bien, un desplazamiento, en el que un
saber anterior necesariamente permanece intacto. El umbral de un nuevo saber
está marcado por configuraciones que se definen desde el sistema que permite su
creación, a veces, el orden puede mutar y hay otros casos, en los que permanece
casi intacto o es modificado a fin de circunscribir una nueva positividad.

El análisis de Foucault muestra que la coherencia que había a lo largo de la


época clásica entre la teoría de la representación y las del lenguaje, los órdenes
naturales, la riqueza y el valor, cambio por completo a partir del siglo XIX4. Surge
algo llamado subjetividad. En medio del hombre y su objeto de estudio, hay algo
que mediatiza la comprensión de la realidad y se presenta a través de juicios y
valores que intervienen en la configuración del mundo. Se descubre que la
comprensión está gobernada por las experiencias del hombre y que un puñado de
ellas, hacen relativa la representación de lo real. Entonces, “una historicidad
profunda penetra en el corazón de las cosas, las aísla y las define en su coherencia
propia, les impone aquellas formas del orden implícitas en la continuidad del
tiempo”5. La pérdida por la objetividad vino a significar en la historia, que la
escritura, la representación del pasado, no es el resguardo del hecho real.

Así, la emergencia de una conciencia histórica modificó las relaciones entre


lo mismo y lo otro, es decir, tras la representación se encuentra una base
epistemológica, un subsuelo coherente que es la condición y el principio
organizador de una cultura. Y este subsuelo al no aparecer visible sino implícito,

3 De Certeau, Michel, “El sol negro del lenguaje: Michel Foucault” en: Historia y psicoanálisis, México, Ed.
Universidad Iberoamericana, A.C., 1995, p. 20.
4 Las palabras y las cosas…, op. cit., p. 16.
5 Idem.

3
como orden subsumido en la representación, puede ser comprendido por su
diferencia y su irrupción en el orden de lo Mismo. “La alteridad se colocó como
un lugar inaccesible”6. Es por ello, que De Certeau considera a la historia como
una heterología, lo que quiere decir que, se le asigna un lugar a lado de las
ciencias que se ocupan por el saber de lo diferente, de lo Otro.

LAS RELACIONES ENTRE LO MISMO Y LO OTRO EN LA ESCRITURA DE LA


HISTORIA SEGÚN FOUCAULT.

No hay definición de lo Otro, no al menos una que concrete lo que es. Sin
embargo, Foucautl advierte que lo Otro produce un encanto exótico, inquietud al
ser una heterotopía, entonces al inquietar se puede pensar que es el deseo que
despierta encanto por otro pensamiento. Entonces la alteridad también es
definición de lo distinto, su búsqueda no puede prescindir de lo Mismo por ser
su opuesto. La idea de otros pensamientos hace que las ciencias emprendan la
aventura por querer pensar eso, lo diferente. En esta travesía, la psicología y la
etnología acompañan a la historia en su querer comprender ese espacio negro que
determina lo que visible.

La relación de lo Otro y lo Mismo permite entender que en tal


yuxtaposición, el Otro es lo diferente a lo Mismo, lo cual supondría una
búsqueda de la diferencia pensada bajo los límites de la representación si lo
representado no puede comprenderse fuera del saber que lo compone, porque es
Otro y pertenece a un espacio distinto, y sólo puede ser explícito al
contraponerse con lo Mismo. Lo que supe esto, es una búsqueda de la diferencia
pensada bajo los límites de la representación. Es por eso que lo Otro se va a
buscar como aquello que cuestiona a lo Mismo7. Lo que hay entre lo Mismo con

6 Nava, Ricardo, Decosntruyendo el concepto de archivo. Jaques Derrida para historiadores, Tesis de doctorado, México,
2010, p.55.
7 Idem.

4
lo Otro, es una fuerza por querer explicar y revelarse a esta imposibilidad de
pensar lo que está más allá de la frontera visible, es un querer saber lo
impensable.

EL SENTIDO DE LA HISTORIA COMO UNA ERÓTICA DEL DUELO PARA


MICHEL DE CERTAU. (CONSIDERACIÓN SOBRE LA NOCIÓN DE LA
HISTORIA COMO LO AUSENTE Y EL VÍNCULO QUE HACE ESTE AUTOR
CON EL PSICOANÁLISIS Y POR QUÉ LA HISTORIA ES UNA HETEROLOGÍA.

Al menos en la sociedad Occidental, lo Mismo, es el conjunto de todas las cosas


reunidas bajo categorías que a su vez excluyen a las que son incomprensibles y no
visibles. De aquí que la relación de lo Mismo y lo Otro advierta la existencia de
un lugar visible y de uno no visible. La relación entre Lo Otro y lo Mismo
cambió cuando, por un lado, las ciencias comenzaron a preguntar sobre el
funcionamiento de las cosas y por el otro, mientras que dejaron de establecer
relaciones de la realidad a partir del análisis. Este proyecto que nace como un
nuevo conocimiento en el siglo XIX, se da cuenta de que lo Otro, puede ser
explicito cuando se comprende su condición histórica, entonces ese Otro puede
ser comprendido a pesar de su condición no visible en lo aparente. Esta postura
surgió gracias a que hay un reconocimiento por los límites de la representación,
es decir, aquello que se llama subjetividad es el primer límite que impide pensar
como otra persona, y a otros pensamientos. Tal hecho, hace que sólo sea posible
comprender, un pensamiento Otro, bajo sus condiciones históricas, puesto que
pensar fuera de estos límites sólo conseguiría anular su sentido al ser
representado con las categorías de lo Mismo y no de las que le son específicas.
En adelante se cree que el fundamento del conocimiento está en la región de lo

5
no visible, para el psicoanálisis se encuentra en el inconsciente, para la historia en
el pasado y en la etnología es el salvaje8. En este sentido para Michel De Certeau,
la historia es una heterología, dado que hacer historia es un querer escribir del
pasado, lo que se entiende, como el deseo por dar un lugar a lo otro. Este deseo
es el que alimentó a las ciencias humanas al tratar de explicar lo Otro a partir,
concretamente, del pensamiento de la muerte. La historia es una heterología para
De Certeau, en tanto que, se trata de un saber que intenta explicar lo otro a partir
de la ausencia. Es por eso que el relato histórico es considerado como una
heterología, al pretender hacer una poética de lo imposible, de lo Otro9.

8 Nava, Ricardo, Decosntruyendo el concepto de archivo. Jaques Derrida para historiadores, Tesis de doctorado, México,
2010, p. 55.
9 Ibid., p.59.

6
ESTUDIOS

DE CERTEAU, MICHEL. “El sol negro del lenguaje: Michel Foucault” en: Historia y psicoanálisis,
México, Ed. Universidad Iberoamericana, A.C., 1995, pp.10-25.

—―—.Psicoanálisis e historia en: Historia y psicoanálisis, México, Ed. Universidad Iberoamericana,


2003, pp. 23-39.

FOUCAULT, MICHEL. Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas. México,
Ed. Siglo XXI, 2010.

NAVA, RICARDO. Deconstruyendo el concepto del archivo. Jaques Derrida para historiadores.
México, 2010.

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