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De la idea anterior parto para hablar sobre lo que significa para Aristóteles la virtud, ya
que para él, la evolución del concepto de la virtud no reside simplemente en actuar de
manera honrada y cosechar la tierra en tiempo y forma, su concepto aún va más allá,
siendo así que toma como referencia la realización humana plena, es decir, que ha
valido la pena vivir la vida tal y como se ha vivido.
En esta idea nace la ética aristotélica, la cual crea la constatación de que “el bien es
aquello a lo que tienden todas las cosas” y el bien más perfecto y el que todos
perseguimos, es la felicidad. Pero no es la felicidad a la que estamos acostumbrados,
a la pasajera que nos hace sentirnos bien o sacar sonrisas, Aristóteles se refiere a la
felicidad de poner en práctica una serie de virtudes si es que se desea alcanzarla. Él
habla sobre valentía, la moderación de los placeres, libertad, magnificencia del dinero,
por citar algunas. Las virtudes que el propone, no las define completas ni como un todo
si no como término medio, plantea que cada virtud consta de tres partes, es decir, no
solamente tiene su opuesto sino que tiene dos: su exceso y su defecto, por lo que en
si el término de virtud queda en medio, esto nace a partir de los vicios y las virtudes.
Es así como Aristóteles define al hombre un ser pólitico, guiado por acciones que
buscan medios y fines, y que la felicidad en los hombres debería radicar en hacer el
bien realizando actos virtuosos, guiados siempre por el alma y la razón, para el alma
siempre estará inclinada por la justicia y para la razón la sabiduría y la prudencia.
Con esto se concluye que para Aristóteles la éticas es una virtud que consiste en unir
e identificar sabiamente entre los excesos y los defectos.
A mi manera de pensar Aristóteles creo la ética no solo para explicar el
comportamiento ideal de los hombres si no que dio otra perspectiva al hablar del punto
medio, ya que unos podríamos pensar que ser más que valientes está bien y que ser
cobarde está mal y no apreciamos lo que está en medio de esto. Y cuando hablar de
realizar actos virtuosos no es lo que muchos piensan como hacer la caridad y
simplemente portarse bien o como una religión lo indique, si no hacer actos en los que
involucremos el alma y la razón a través de la justicia, sabiduría y prudencia, que para
mí la prudencia es el acto más importante de los tres.
De este modo estaremos definiendo que ser hombre implica ciertamente ser justo,
sabio y prudente para que pueda alcanzar su fin último, ser feliz.