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EL PANZINE ANARCOJUVENIL,

UNA UTOPÍA DEL ESTILO*

En algunos kioscos de diarios de Buenos Aires, y también en los


de otras ciudades de América y Europa, se renuevan año a año
Jos títulos de un conjunto pequeño, irregular y cambiante de pe-
riódicos políticos o, en su texto, antipolíticos. Sus nombres se des-
marcan de los clásicos en el sector, incluidos los nombres de los
periódicos anarquistas, los de izquierda o los culturales antisiste-
ma. En lugar de La Protesta o El combatiente se llaman Mierda o La
Burra; en vez de A!fonsina o El libertario, Kulote de vieja o La hiena.
Son los que en vez de anarquistas se llaman a veces anarkistas o
anarcas. Yque en su título o junto a él incluyen una marca, ella sí,
ya extensamente instalada en la circulación contemporánea de los
textos políticos: la A dentro de un círculo.
Como se sabe, esa letra "A" ha terminado por convertirse en
señal de pertenencia de cualquier fragmento de discurso -logoti-
po periodístico, inscripción mural, nombre de conjunto de rock,
sello editorial- al universo global de textos del anarquismo. Pero

u • Publicado en Cua<krnos de /nvestigaci6n, Facultad de Ciencias Sociales,


A~;· 1993 : Yen Vita Fortunat~ Osear Stcimberg y Luigi Volta, Utopías, Buenos
Co t\ ~dtituto Italiano de Cultura de Buenos Aires / Universidad de Bolonia /
1
rrcg1 or, 1994.

177
, eas temáticas literarias o artísticas, asociados por la con-
hasta hace poco identificaba las expresio d ¡¡aas ar d , fi
. . . nes e un 1 a.. , rnás o menos casera e su soporte gra ico y su circulación,
anarquismo, distmto del anarcosindicalism so o tiPod dioon ' bl'icameme como el producto de emprendi-
r constituirse pu
0
. 'dual'1smo c1as1cos:
d1v1 ' · un anarquismo · juvenil ¡¡ d anarco¡ 0t_
Y el y~ . d ~
.encos coopcrauvos e pcquenos grupos, o aun de autorías casi
. ., b' . , ga Oala,.,.1
roek-punk(d enommac1on ar ttrana de un con,· u d •u tura nucnceramente individuales.
. ., . nto ecarnb· 0
dcfimc1on, que abarca de las mamfestaciones culrural 1a¡¡1t De los rasgos visuales y materiales de esta prensa1 surge un 1
las del "rock duro"). La novedad del signo terminó es~nk~ efecto de no condición de objeto diseñado. Por supuesto, solo en el
. 1 . . . . lm po rnar~
espacios tcxrua es ya antiguos, m1c1a eme exteriores as , b' sentido en que sí lo es el conjunto de las otras revistas del kiosco:
uarn u0:
pero los textos a los que desde un comienzo quedó asociad . ' si bien los fanzincs anarcojuveniles (en adelante: FA) no dejan de
O-c1~r-
tos graffiti callejeros primero, esas publicaciones después- sigu~ remitir a un plan que incluye un acto de diseño (en la medida en
contrastando con los verosímiles del discurso político impreso, in- que sus insistencias recortan un dispositivo parcialmente predefi-
cluida una parte del discurso anarquista de antes y de ahora. nido de escritura visual y de operación del soporte), ese plan es
Siguen algunas observaciones acerca de una poética period'wi- oscurecido o puesto en cuestión, como se verá, por agujeros y rui-
co-poütica que no es privativa de esta prensa en todos sus rasgos, dos caractcristicos de la superficie de sus textos. No ocurre esto
pero que en conjunto la diferencia de todas las otras. con las revistas o periódicos anarquistas dásicos -en la Argentina,
por ejemplo, La Protesta, publicación casi centenaria, y El Liber-
tario-, ní con publicaciones anarquistas proposicionalmente más
LA RETÓRICA DE UN FANZJNB JUVENIL cercanas a los FA pero emplazadas en un estilo editorial que in-
cluye rigurosas búsquedas gráficas y excluye las desprolijidades
La inclusi6n en el género del fanzine Ylos permanentes cambios sociolcccalcs del lenguaje juvenil.3 Los

Genéricamente, escas revistas -que se reconocen a sí mismas como


de jóvenes y mantienen los rasgos de una prensa pobre, fugaz, la cxpansi6n del intcr& por los medios determín6. dos décadas después, no solo

r
¡ gráficamente sucia, tramada por jergas diversas y frecuentemente
recorrida por desvíos sintácticos. y ortográficos explícitamente re-
\'1til·~ conocidos y asumidos- se encuadran dentro del formato Yla
apuetta gráfica global dd fanzine. Esta denominación fue origina·
riamcnte adjudicada a pequeñas revistas defans del cémic, de ~~­
su ctccimíento sino también su afianz.amiento en regiones culruralcs distincu
de la original (los Estados Unidos).
1 Pua esta lectura se cont6 con una sclccci6n de fan:tincsde los años 1991

y 1992 (en varios casos, la fecha no csd espccifiada} A,guanfe, Arulno.. Culmme,
El egonaUJa de La Ferot:. Nilulburgo. Hasta morir/o!, Kulou tk meja, La hieno.. Li-
bertad Kimdicfonal, Mitrdo.. Morgono, Negros Pmsamitntos, y ¿Volt la peno destniir
poelci6n habitualmente ingenua y artesanal, con criticas, nouoas d mundo?, de Buenos Aires y zonas vecinas, e identificados con la A" dentro de
M

históricas y dibujos de aficionados entusiasmados por las crea· un círculo salvo los dos primeros y d último, coincidentes sin embargo con los
ciones de la industria historietística, que se expandieron a parcir ouos ret6n·ca y temim:ameote,
· y rcconocidos en las.otraS publicaciones
. como
.
· b' 'd•~•on &nzmcs cxtran)C1"os y rcvLScu
de los cincuenta y los sesenta. 1 Despu~s, hubo fanzines orientados
<-
de su nusmo sector. Tam 1cn se const ~- ,
. . '-- ·ncs que se mencionan despues..
anarquistas argentinas que no son ranza •
1 E l A . , _ Úffa A. En los PA hay, por supucsco, manees: a.I-
n a rgenuna, ,,,.. ), ·do B
.,_La Fnw Ni ílburgo. aparee• en ucnos
guno (el ejemplo es el de El 'fl'no.ula ue ccl
1
Se ha td\abdo - Kim Thomp11011 en Hislr1ri11 tk los cQ,,,;es, Barcdona, Too· · en 1992) es gtancamcnte
Aires <"' <--zinc pero incluye búsqu as no comunes
"'"
todn, l98l - <¡uecare ripo ~ publicac:lonea exltre desde Ancs de lot treinta; pero

179
178
áfjcos y verbales de los FA componen su .
,
dispasiti~OS ~ lanos borrosamente superpuesr .·ns~~
1
tC('6rica visual dd fanzine A se manifiestan ciertos rasgos
c1ac1on en p l.d d as, reco Sil ~ ca expresionista característica de la prensa política de los
de enun d emisor con la genera 1 a con que ¡ h r~11
. rta figura e o a.
una c1e • · . de dibujante aficionado, con tesf'M>r+ • 1 ria 1111 c1eJaS~ creinta -vdocidad y elementalidad representativa en
lobo de b1Stoncta r'-'-•O PtrS<I. olj
~ ~~ematismo canto en el trazo como en la definición de
g . al que hace hablar. el ciibuJO- . sombreados y contrastes extremos- pero en una vcr-
naJC
foS ~~cgia en esos rasgos un efecto permanente de descuido
. , de una inmediatez
sión ~fcn los casos en los que el texto FA compo.ne el efecto de
Laapres1on ~ ·ador artista -tanto en lafonna del contenido como en la
1111 enun~ión: ccstimonios de tono lírico, alegatos de prosa levan-
, . ~del fanzine es convocada en estas publicacioncs
La retorica , ~su dc la ~aciones en doble página con párrafos que se acumulan
., , tesanal·' no estan presentes 1os rasgos de asim·i ....
vcrs1on mas ar , , . 11<1CJon ~perponcn, representaciones de estallidos de fragmentos o mi-
ia contemPoranca caractensttcos de otro tipo d
de la tecnolog . . ( d' . epu. o ros-. se perfila un productor textual que cuando se muestra
blicacioncs sectoriales y 1uveniles las cstu 1~nttlcs, por ejemplo, ~o sobre su escritura lo hace privilegiando una ideal inme-
con su utilización de los programas computaniados de imprcsiÓn; cliatcz dd énfasis, en la expresión o la apelación.
evidente que la computadora también es USa.l- _
en 1os FA es . . . u¡¡, r•O
como poco más que una má~m~ de escnb1~). Y no aparecai~.
los despliegues de dibu10 m las audacias de representación La práctica de una cita sin bordes
poco
de otros estilos juveniles de epoca
' que tam b''1en apc 1aron aun~
impresión Pobre (con característi~ de los viejos mimtos), como Contribuye a la singularidad de la prensa FA (y merecería un
106 de la gráfica llippit y pop de la dccada de1sesenta ysus con.

,
ir.abajo específico}su tratamiento de la cita, ya que comporta la
tinuidadcs. Por otra parte, la modestia e imprecisión de este so- cuestión de la autoría y su supuesta privacidad, tema no dcsdcfia-
porte gráfico contrasta con la famíliaridad demostrada, en dii· blccn una prensa anárquica. Un expücito desdén por las normas
tintas notaS y reportajes, con la ardua tecnología musical ele la cita (y, consiguientemente, por las prerrogativas de la pro-
contemporánea, lo que podría constituir un argumento para des· piaiad intclccrual y el copyright) dota frecuentemente a la prosa PA
cartar, en relación con esta pobreza del soporte, una monocaus;i· de resonancias múltiples: títulos de obras musicales, fragmen-
lidad de tipo económico o relacionada con una ignorancia técnia tos de canciones, citas políticas, literarias o históricas, aparecen
determinada por restricciones socioculturales generales. solo a medias como tales, en los cambios de registro de una expre-
sión que convoca a otras a través de remisiones parciales o alusivas,
tolo evidentes pan una memoria social no explicitada por el texto.
de ilmtnci6n, y IU ptolil pcriodísrica y ensayística muestra cuidados ysoltllfll Las pocas citas específicas llegan a la mención de autor; casi nunca
que -como l0t de 111 nomb~- cambi&l lo desmarcan ,de algunas coOSUJlld de ~~~libro, lugar o fecha. Las excepciones se encuentran en pu-
esta prmsa po/Jrr. Se volvcri sobre csw diferencias.
•El vocablo Kraóricaft ranitc ......: ~ ,_ al con¡un·code t1lfl~
~IOllcs tipológicarnente fronterizas, de estructura más cercana
• .¡:c...._ _,. '"'I'"'• 1>- ·- .camcn....
pmnuen ~una cnnfiguraci6n textual de ocras. par su com ¡na ·
b. W"' ª de la prensa política o literaria en general: no se tcata de fanzi-
~de~ ~operadoncs Sgunles ysintáai~!~ ::~ sí de revistas anarquistas no tradicionales, coincidentes
9'ocl0 tnttrtatuales; el vocablo ~po&ica" ttficrc a 1U efecto de d~ ICíonalmcntc con los P.A. En ellas se guardan con respecto

tlO 181
"'"rmitan considerarla (bibli°" . r-
udos que r- . -t>ralte¡
a la cita los rcca ntonces que el contexto emlístico 1 · personales (" Para mí -dice _un redactor del fanzine Culmine acerca
.. • ooeurrec l . goba¡ de Nostr2darous- fue el mas grande embaucador de la historia").
mente) tai. pcr . . d lcnauaje verbal mue.stra os cuidados d
camb 1en ~rnb1a. , o-·ca y las 1.1ustrac1ones, la sistemat·
·' ....... · e la
'd ~interesante confr~ntar semejante hacerse cargo del juicio,!:!?
. ia o ensay1st1 , , tc1 ad
prosa llterar ·d d d la revista cultural. As1 ocurre en B solo con los opuestos cwdados retóricos característicos del ensa o
d' crs1 a e ucn0s
y aun 1a iv A uc impugna humorísticamente, en un . histórico remisión de los juicios a fuentes y autoridades, enun-
A:.- con La letra •q . . 1as normas dan.
ap1ica
nu'"' d echos de la cHa;pero ciación im~nal de las conclusion.es? s~o también con la poéti-
u.copyright", . d' crcon menc1on
los . l, lugar de ed· .,ela
. , de ed'1tona ca normanva de la prensa grande coud1ana, con sus borramientos
referencia eru ita, . . icton,
tor cte. en distmtas notas; no solo las nor cst2cuidos de las marcas de subjetividad, a veces explícitamente
nombre deuaduc sino • cambien., el soporte material . mismolllas
h orientados a lograr "un estilo uniforme en todo el diario".5 La pren-
gráficas generalcs• . an
. dla de un diseño profesional y novedoso con u sa FA se pone afuera de las restricciones enunciativas habituales en
sidoob¡ctocn . • na
caja dongada explotada en un coberen te tratamiento de página. d ensayo y el comentario periodísticos, específicamente políticos o
Es parcialmente similar el caso d~ ~/ egon~uta de La Pero~ Nihil. no. Y puede aclararse: ese productor cextual que .define no aparece,
bu revista, ella sí, con caractensucas gráficas de fanzinc pero meramente, como la versión tosca o inicial de algún tipo de escritor
artículos de conclus1v1
con'f!'.. ' . fragmentos o anticipos
. "dad ensay1st1ca, político; en esta prensa. las repeticiones (que también son perma-
de narraciones coloquiales que pueden emplazarse en el género ncnces) y la normativa retórica (que no deja de ser, como otras, res-
de la utopfa literaria e ilustraciones eróticas no irónicas (algo ente- ttictiva) componen una instancia de enunciación diferenciada, pre-
ramente ausente en el material de los periódicos FA no desviamcsk sentada como la del segmento cultural del que se asume como
en El egrmauta también aparecen, en La práctica, los reconocimientos pane,.~no implican solo una carencia o un descuido expresivo sino
de la cita, aunque no con la normalización editorial de LalttraA. 12Inb1cn los~ de una confrontativa producción de estilo. Pue-
En cambio, podría decirse que en el común de los escritos de la de~ ~r ejemplo, que la abrupta irrupción de la primera
prensa PA no se cita, aunque se convoquen otros textos: se hablan ~es similar a la que indica, en las participaciones televisivas
fragmentos de un repertorio de autoridades y referencias que 0 radiales de jóvenes de la constelación estilística del rock, la negati-
aparece como un bien a la vez valorado y mostrenco. va ·-o- dd neorromantu:tsmo
. (con~~ . . de muchas canciones . pertene-
i¡;ccs a la.misma constelación) a aceptar los modos impersonales
debate informado o de los géneros que lo incluyen.
Las entradas del autor

~ l~janía con respecto a las prácticas tradicionales de la prosa pcrio- las confronracioncs de un observador estilístico
dísnca , · se expresa también, en la prensa PA, en aucorte-
. . Yensay1St1ca
m151oncs de tono conversacional: temas sociales y poüticos generales. Son
~ canaeristtcas
, . de la prensa FA las autodefmiciones y distan-
:mo los de la represión a la juventud, la aceptación o rechazo de~· -P ntcadasen termmos
, · de rsat.(). Espec1a
. 1mente en las notas
. ~(e~ fr~entes notas y comentarios), o la oposición entre reh·
~ 0 .misnC1Smo Yciencia, son tratados desde un "yo"~
t1monial:..aun en am'culos que no incluyen en absoluto rdierenClas
'v~ . .
El P'-. l99<:J.norrrw de redacci6n en El Paú. Lrl!ro tk ~m'/o, Madrid, Ediciones

182
113
- numerosas en general, y centrales en varias de las pu~l,icaciones,
sobre o de conjuntos de rock, toma la escena la reflex1on sob
'fi ., reet
est ilo y' más especí fi1camente, so. bre 1a. c las1 1cac1on
, .
estil' .
.. . . 1st1ca.6 La construcción del relato: ser revolución/hacer la revolución
Ejemplos en una pagma del fanzme Mierda sobre ediciones¡
sicalcs] independientes" : "Intense Mosh (...) su est1·1o es crossovlllu.
Paul Yonnet7 se refirió al realismo de los jóvenes de la cultura punk:
tienen letras muy divertidas"; "RIP: h~cen trash'. como no rne u:'. en el sentido de un arte representativo de los conflictos sociales,
00
ga mucho esta música no puedo opinar, en vivo suenan como el del realismo del siglo XIX, sino en el de un retorno a las
bien..."; "Sopa de Garrón (ex Ladillas)... hacen .punkrock al~~~ ~de su presente, empezando por "su ciudad y su noche", ante
español..."; "BAD (...)hacen punk-rock demasiado ramonero. "· las que el joven punk, "anarquizante pero no anarquista", habría
"Anestesia (...}. hacen hardcore positivo". "' resuelto no asumir esperanzas de futuro, no adoptar "la máscara
Pero el análisis estilístico practicado por la prensa FA no es de la edad de oro". Los fanzines anarcojuveniles no provienen
meramente clasificatorio. En sus textos, el modo de hacer y actuar únicamente de la cultura punk, pero la inmediatez de ese "realis-
es relacionado con un modo de estar en el mundo, y tematizada mo" está presente, en sentido amplio, en su escritura, y más especí-
con una intensidad difícil de encontrar, hoy, en otra prensa poJí. ficamente en su construcción narrativa de un estar en el mundc.
Ser revolución/hacer la revolución: en la prensa FA coexisten,
cica: "Vas incorporando cosas de los grupos que escuchás, tanto
como emblemas, fragmentos de los textos anarquistas de distintas
en tu ropa, como en tu ideología... " (EDO en Mierda); "El Punk es
tendencias, a veces opuestas. Los ataques a la religión o la supers-
más que la anarquía, es más cotidiano, realista, es más verdad..." tición desde una posición procientífica de raíz positivista se alter-
(Patricia, ídem); "hoy con 27 años no puedo ser punk pero lo res- nan, a veces en la misma publicación, con fragmentos de Foucault
peto (...) un punk no te puede bardear..." (Art Nouveau, ídem). y o Feyerabend. Algunas publicaciones -como Morgana o La Feroz
aun aquí, un estilo pide la muerte de otro, en antiguos términos; NilU/burgo- proponen "ser revolución" (ahora. no después. explici-
es el mismo interrogado el que continúa después con una re- tando su disidencia con los movimientos orientados hacia la revo-
flexión ocupada por un cierto elitismo: "No es lo mismo que yo lución}, Morgana incluso aclara el carácter provisorio y "rescin-
me fume un porro a que se lo fume uno de la hinchada de Boca. dible" de todo lo que propone; otras, como Culmine, reproducen
Te puedo asegurar que nos va a pegar muy diferente, es por la en cambio proclamas por la revolución social tomadas del
conciencia no por el porro". anarquismo de las primeras décadas del siglo xx. Sin embargo,
hay un rasgo que es general en toda esta prensa: la escriitura y la
reflexión sobre la experiencia remiten siempre a una diferencia
que se supone vivida en el lugar y el momento (el minuto que se
vive, el fragmento de suelo que se pisa). "No hablamos de la grie-
ta, estamos en !agrieta", dice un fanzine catalán de ese nombre. Y
la construcción de una instancia revolucionaria global no suscita
despliegues de escritura actuales (sino, solamente, reproduccio-
6
Entiendo por estilo al conjunto de propiedades que permite advertir una nes parciales de textos) ni siquiera en los fanzines que toman a la
condición de unidad en la factura de objetos culturales o comportamient~.so­
cialea, unidad que &e expresa, como la del género, en regularidades rt/01'1:·
mnJti«ls y enunciativas; traté de acotar algo más el problema en "Género-est <>" 1

género... ", incluido ahora en este volumen, p. 51 (nota de mayo de 2008~ PauJ Yonnct,Juegos, rrwdas y masas, Barcelona, Gedisa, 1988.

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LOS TBMAS Y SUS CORRBLACIONBS
· ' acial. como una de sus proposiciones. Aun C11/rn .
revo1ucwn s
• na n 1
, codo el presente destruido u ~t.
. "C ando este
que reitera: u h h ,, se presenta como la búsqued d lleva Un universalismo del fragmento
., á un ec o ' a e"
gcnerac1on ser h hos solos ("conocimos gente e~.
. . "d dos mue ac , Pero el!
pcnenc1a e ") Un viaje individual toma la escen . os "'cmáticamente, la prensa FA presenta como u d
' formados.... · d a. en 1 l' . ., no e sus rasgos ca-
ya
' 1 cstan
· úmero de 1992 de Mierda, uno e sus editores (tamb··e 1 racterísticos la generahzac1on de una problem' t· b"
u timo n b M redo) anuncia sorpresivamente en la úi . en . . . a 1ca tam ten
segrnental; no se pnvileg1a el comentario de los probl d
son dos: Josep Y . ~, n de la publicación (después d.e habe ttrri. _, ,. emas e con-
á ina la desapancio . b' , r Pt(). junto de una reg1on po1iuco-geográfica o de una "actualidad inter-
P g. 1 . 0 número me¡oras y cam 1os tematicost ".
eudo en e m1sm f · " lEI nacional" (como ocurre en el resto de la prensa poütica), ni tam-
m
motivo? Marce1o d ecidió hacer un ) anzme paralelo l a este S°tn s.•
poco el de los temas clásicos del discurso anarquista sino,
. ha b'ermelo mencionado(
quiera . ... .no
, lnos pe eamos
. ni inueh1o
fundamentalmente, los de un segmento social transrcgional en el
menos pero es algo así como desilus1on . ' . odque ' siento(...). 'fa! vez que confluyen rasgos de edad, m~os de asociación y marginación,
haya conc1u1 ·do el ciclo del fanzme
. . ,, R l pero ahora corn¡,.......
M1er a,
asunciones de jergas y modas, prácticas de una ritualidad artístico-
zan dos nuevoS YCon más expenenc1a . , . . e ato escandaloso' impu · ·
1de un divorcio penod1st1co por deslealtades que aún mediática li zones a lu ares-si no diseminados r distintos
blica ble, e al . 'd l' .
no han sido interp.retadas soci ru 1 eo og1camente, para cual. espacios urbanos y nacionales. Espacios que, en esta prensa (no se
quier revista de ideas, anarquista o no; salvo cuando ha nacido y dice aquí que no lo sean en otros intercambios sociales de sus ha-
perecido en el campo FA. , _ _ . .
bitantes concretos) no son los del barrio o el gueto, sino los de ese
El privilegio poético de una problematica md1v1dua! y juve. segmento transregional enfrentado a una ciudad genérica y ubi-
nil se concreta entonces, en la prensa FA, no solo a través de la cua. Solo las marcas de un castellano regional permiten advenir,
expresión de una palabra mostrada como límite -inicio y fin de un en algunas de estas pubicaciones, su pertenencia a una ciudad u
esto de contacto con los pares, de enfrentamiento con los otros-, otra de Latinoamérica o España.
~ino también en la narraci6n de una experiencia que se resiste a
anticipar su sentido: "la única historia que puedo pregonar, reco-
nocer y afirmar: la mía" (Simón en Laferoz Nil111burgo); "..caminar, Una temática experiencia!
correr, saltar, gatear, volar, nadar(...). No sé, ser un poco más soli-
darios, más copados" ("Lek" en La hiena); "Pensamos que lo mejor C.Onstituiría un error la consideración de este componente de trans-
era abrirnos camino por nuestros propios medios, así, tirándonos regionalidad como la simple insistencia de la condición univcrsalis-
al vacío..." (Culmine}, "Todo esto lo vi sola, nadie me dijo 'esto es ta dd discurso libertario. En los textos anarquistas, d ataque al Es-
así', también se necesita autoeducación... " (Patricia en Mierda); "(la tado nacional en tanto ente represor ha estado acompaña~o, d~~
propuesta)... quizás no esté escrita como tal, sino que surgirá co_n:o el siglo x1x, por apelaciones patrióticas o regionales. As1 ocur~1~
resultado de la descripción de mi imaginario, mi ideal" (Mo~ucia oon d tema dd patrictismo djfermcial de obreros y patronos en Bakurun,
en Morgana; aclarará después que "estos puntos son rescindibles,
conforme varíen mis pensamientos").
1 · ¡5" Y ..Llamamiento a
V&nse "Carta a un francés sobre la acrual cns
1os eslavos" (con su concepto de ..fronteras que ¡os pueblos trazarán por su

186 187
vimiencos por Tierra .Y libertad uesta del establecimiento de vínculos nuevos en el reclamo
de tos mO d en proP d .,
a~taciones tamienro del tema e las autono"'' de liberta es para su expres1on acompañan las regularidades
con 1as r- eon e1tra e·
América. . 0 a y la Guerra 1v1 Española 0 con
·1 "•lél¡¡ retóricas. Pero este puede ser un fenómeno de asociación solo lo-
Europa Y 1 c16n "ºs 1 . d e1 caJ. En Buenos Aires (y lo mismo aparentemente pasa en el res-
n tc la ReVO U la ¡ireratura, re ac1ona os con la p de la Argentina), la unión de rock y prtnsa pobre presenta esa
dura . del arce y . . . ro.
de las cucsnones . al (en la Argentina, desde pnnc1pios d ~:ble similaridad retórica y temática y esa adscripción a un
blemácica cultural ~ionlacionarse el universalismo de la pren e discUrso político, así sea de manera genérica, rebelde y anárquico.
., ..,,,.lriare . . d. 'd sa
siglo).~ Tambie 0 Y""' ,c:ca de un anarquismo m 1v1 ualista ( No hay en la actualidad fanzines que recojan solamente el com-
d. ·•nespecut en
PA con larra ic10 . '- ne_ro es probable que tampoco una hús. p0nente nihilista de la.cultura rock-punk, ni que estén insertos
,,__ d Mu Surner1. r- l l' · · . en esa cultura y consutuyan a la vez la expresión impresa de
la m.,.. e ºblº~~ftcas 0 de a po 1t1ca escnta onentada e
.J d fuentes b1 tui;--· . . . n
qucua e , de la dinámica de este umversalismo par. agrupamientos juveniles con ideas y simbología de ultradere-
ese se ncido de cuenta ·fiesta con las rrormas d e un in · d 1v1
· ·d ualisrno cha. La comparación de los fanzines locales con los que en otros
·cu1 que se man i i . . . espacios nacionales presenten,.en cambio, esa asociación, consti-
ti ar, . ncial y 00 como cita, sino como imaginario
fuertemente expene . 1\lÍCÍa una ecapa complementarra de esca lectura y permitiría inda-
. , . lcad0 en una escritura que se presenta como de e:xpre- gar la existencia de articulaciones diferenciales (y no solo co-
d1a1ogico vo d
• e · ' n que tiene más puntos e contacto con otras es- rrelaciones) de rasgos temáticos, retórico-gráficos y argumentativos
sión y COOICSIO 1 •

crituras juveniles que con el texto anarquista con el que confluye en cada una de ambas series.
en la materia de su contenido.

El tema de la utopía; lo que el relato dice de él


Faozioc y rock, fanzinc y anarquía
¿Hay utopía y/o texto utópico en el fanzine FA? Nítidas contesta-
Por su retórica gráfica y verbal, un fanzine A puede ser similar ciones pueden encontrarse, por supuesto, en las proposiciones
a u~ fanzine-rock (nos referimos siempre a las variantes punks y explícitas de esca prensa, que en unos casos niega claramente esa
vecinasi Dentro de la muestra, Mierda y Negros pensamientos apa- posibilidad y en ouos la afrrma con énfasis, sobre la base de dis-
~ecen. como fanzines de rock y a la vez como FA, con su símbolo tintas selecciones de autoridades o referencias (Landauer o Stirner,
incluido; Aguante, en cambio, solo como fanzine de rock. Sin em- entre otros, para la respuesta negativa; Malatesta o Di Giovanni u
bargo, las prnnncicioncs te . . otros para la afirmativa). Pero también es posible buscar en la
.. -~- • stunonios y acusaciones de J,..,,antt
b
tam ien son sunilarcs a l del , "6 .. prensa FA, en relación con la pregunta por la utopía, una respues-
su gráfi...... , __ os resto de la prensa FA, tanto como
...... &.il3 C0nstantcs t ' ·
cmaucas de la rebeldía juvenil y de la ta menos inmediata, pero más atenta a su trama expresiva y narra-
tiva. Reconozcamos en principio que, en los recorridos y deten-
ciones de esca narración, hay viaje (se abandona un lugar o un
soberana volur¡cad ....,.., . contexto para lograr un objetivo o desprenderse de algo), com-
, -¡¡un tut s1m""t' . P_<>nenre clásico del texto uc6pico y que contemporáneamente ha
"""""'" ,,,W. Bahn,;,, n_ _ , · ,... •u nac:1onales"), en Sam Dolgoff (cd.~ La
'Se • UV~1ona, T sido señalado, desde ordenadoras pcrspcctivas anaüticas como las
t«ortan en la pt" • wqucc,, 1977.
al contexto · •mera epoca del 1lgl ¡ ·
d._ . llllcional que form bba o os reclamos de un arte semi ble
IS!•nru publicac:ionq, enuc ~llaa ~ ana.rquuta Alberto Ghiraldo desde
n Fkrro (a partir de 1904). 189
contemporaneidad, especialmc d
ntc csdc fi
de Vita Fortunati y Raymond Trousson, 1° como uno de los COI)}. con p royectos como el de una le . •ncs del siglo pasado
ponentes insoslayables de la utopía como género. Pero en esce caso ·, ngua un1vc ··' ( '
de comprcns1on y comu11icación r"'" con sus efectos
en tste mund )
el viaje presenta horizontes cercanos y con un futuro no del tod~ mo, con sus propuestas de cambio
. en 1arela .,
o o el del naruris-
definible: se traca de abandonar los espacios del trabajo, el estudio bre con su propio cuerpo y con la cion actual del hom-
. . naturaleza en .
o la familia oprimentcs o represores para ganar el de la calle (y allí tiempo d e1v1a1e, en esos casos pu d su con1unco. El
• e e ser ran b
establecer con los propios y afines un nuevo régimen de intercam. como el de cualquier otra decisión de .. ~cve o tan extenso
bios y sol idaridades provisorias y cotidianas) o el del escenario, hay una diferencia de base con los cambiar de vida"; pero
comporta ·
para desplegar la expresión de las mismas singularidades, ape. sugeridos en la prensa PA. Aquell , . micnros de cambio
as practicas · , ·
!ando al soporte social y estilístico de un desempeño musical y (o son) formuJables con concisión , . mixtop1cas eran
, en termmos d
poético. Se trata de agujeros o zonas de momentánea autonomía y restricciones. El relato construido r 1 f . e sus preceptos
en cambio, la indicación de un procpod. ~ anzines no contiene,
0
en u n mundo hostil que insiste como tal; el viaje no conduce . e un1enco apto ¡d
claramente hacia un mundo otro, condición de toda utopia desde PJazanucoto. entre unos y otros valores y sus sopones· para e cs-
·
el modelo de Tomás Moro, aunque implique el "abandono de los dicho, contiene muchos, que se mod·fi 1 • 0 • me¡or
. b tcan o prometen modi-
viejos valores hacia valores nuevos", como también señala Vita ficarse en tiempos revcs, como correspo d ¡ ,
. , ., n e a a go que podna
Fortunati (lo utópico no llega a conformarse textualmente en fj
de muse como utop1a tShl1stica: la de lo t d
. s creeros e un hacer
d f
utopía). Tampoco (por lo mismo) estos textos forman parce de las q ue no se .e m e como un hacer algo • o como un h acer de
st'n
antiucopías, aunque compartan con ellas una visión "individua- un derermmado ,modo, q ue cambiará como una ¡erga · y que,
lista y contestataria", ausente en la utopía clásica. 11 Presentan en como ella, contara con la provisoriedad como uno d esusvalo-
cambio mayores puntos de contacto con las mixtopías, prácticas res, y no como una falta.
con un componente de utopía restringida que Osear Traversa
analizó en un congreso sobre utopías realizado hace algunos
años en Buenos Aircs: 12 en ellas, el logro a obtener es contempo- ENUNCIACIONBS. ANARCAS DEL LJBRO y DBL FANZINB
ráneo de una práctica o cercano a ella, como ocurre en nuestra
El narrador dd fanzine adopta en ocasiones el nombre de "anarca".
Al respecto, Ernst Jüngcr describió en distintos textos y, con es-
pecial extensión, en la palabra de un personaje de novela, u la
R~ymond ~rousson, "Utopie et utopisme", en Nadia Minerva (comp.), Ptr
10

una deJ!mr.10.ne ~e!I utopia, Ravena, Longo, 1992. El texto incluye un exhaustivo diferencia entre el anarquista, con su "confuso idealismo, su bon-
recorrido h1stonco de la noción degéMro utópico y de conceptos fundadores dad sin compasión, su compasión sin bondad", y el anarca, que en
~mo el de Vita Fo~runati (La lttteratura utopica ing/&. Morfologia egrammatita los trabajos de su búsqueda de libertad "solo quiere domin arse a
~1 un genere le~t~rano, Ravena, Longo, 19 79) acerca del pn'ncipio del viajt como sí mismo" y "puede vivir en solitario", con objetivos como "hazte
• estructura
. mmca fundam--'" ~·"" de ese genero,
, , de acceso (Trousson y otros)
v1a feliz a ti mismo". El recorrido por los rasgos de la prensa FA nos ha
ªla interrogación sobre d estatuto del narrador en el texto utópico".
'.'Vira Fortunati, "Leforme letttrarie dell'anti-utopia", en Nadia Minerva,
ob. Cit.
11
d Osear Traversa, Mixtoplas, Jer. Congreso Argentino de Semiótica. Lomas u Ernst Jüngcr, Eumeswi~ Barcelona, Seix Barral, 1980.
eZamora, Facultad de Ciencias Sociales, UNU, 1989.

191
190
mostrado algunas propiedades de este hacer, en las tomas d d' . dusión en escos fanzines de jergas• moti'vos, se1ccc1ones
lll
· ".
tcmau-
. d e IStan
cas. etc. juve~il~ Yde la cul.tura rock-punk los define como des-
cia con respecto a las esperanzas toca l iza oras del anarqu· ·
., l od il' . isrno clá.
sico y en l a atenc1on a os m os est 1st1cos que permita vl·ances, o mas. bien como miembros asimilados yno cona·1ctivos .
trastar cada acción de diferenciación individual o grupal con~con. de esos espacios culturales? El enunciador y el enunc1atano· · defi1-
· ·1an'dades se sostienen
Pero tampoco aqw' las s1m1 · en una dim tras
. ,
., ·
ens1on . textos,,¿son marginales culturales, o por e1contra-
nl·do.s Por estos
global. El anarca de Jünger practica sus busquedas de libertad d rio son ofi~iantes -ncofitos ~ no- de cienos rituales de Ja cultura,
manera planificada y evenrualmente subrepticia ("tras el unifor e can inclusivos como cualquier otro? Porque el lenguaje juvenil,
sigue inalterada su libertad interior"}, personaje "no moral,smo .me c:n general. posee los rasgos de una programación que, como se ha
trágico", "posee un agudo sentido de las normas" que incorpora a señalado en investigaciones sobre el desempeño lingüístico
15
un juego muchas veces secreto, mientras en la superficie "no rinde adolescente, presenta no solamente propiedades desviantes con
peores servicios que los demás"; jamás, ante ellos, "brama" como respecto a otras interlocuciones sino también emplazamientos en
los anarquisras.14 El enunciador que surge de la prensa anarcojuve- las previsiones de una "audiencia imaginaria" que privilegia in-
nil, en cambio, nunca aparenta cerrar su trabajo de acuerdo con tercambios socialmente codificados.
esquemas de intercambio veroslmiles y legibles; sus gestos y sus Esa codificación está aquí también presente. Sin embargo, pue-
textos nunca se organizan en la superficie de una normalidad de postularse que, paralelamente a esa condición inclusiva, en esta
universal de la comunicación. Su retórica gráfica y verbal constru- prensa hay un efecto de insularidad y desvío más allá del que pu~
ye objetos aparentemente "no diseñados", por su caducidad prea- de originarse en la condición segmenta! de sus sociolectos. Las
nunciada, su exhibición explícita del descuido y el error, eJ efecto descripciones de Jos rasgos que definirían actualmente a la cultu-
de inmediatez de sus énfasis y el de su superposición de intertcxtos ra de la posmodernidad señalan un carácter de insula.ridad (con
o referencias no ordenados por la cita. Y sus espacios verbales es· características renovaciones y mezclas de géneros) en espacios dis-
tán siempre cubiertos por el léxico y los giros de una jerga seg· cursivos múltiples, movilizados en un contexto de universales de
mental, con apelaciones a una comunicación entre pares, que com· sentido que se descentran. Pero la complejidad de ese proceso solo
parten en soledad común problemas y experiencias. se advierte si se atiende a la vez a la singularidad de cada operato-
Esta presencia en la prensa FA de un fantasma de interlocución ria de diferenciación: en este caso, el efecto dcsviante es también
característico plantea un problema descriptivo e interpretativo: ¿la el del componente de provisoriedad explícita de sus proposiciones,
unido a la condición carente {también tematizada y exhibida) de
su retórica verbal y su soporte gráfico, mostrados como de posibi-
. " Es probable que el anarquumo manifestado como última actirud anee lo lidades limitadas y sin planteos de desarrollo. La ética grupal
socu1por otros escritores de · . implicada en sus textos se muestra ejerciéndose en la defensa y
nuestro uempo guarde en general similandadcscon
atos ra.1gos del de JUngcr A · ·
1 .. L • un, por e¡emplo, el de Borgcs caracrcriiado ramb1&i transmisión. de un hacer que privilegia esos valores de fugacidad
por e r<=1azo de las ilUJíoncs y 1 d ¡ ' . (··,_
se Fer d So . •ª ª vez, e as confromacioncs de superficie vu·
nan o rrcntino, Sietl!conwn . . r •••
Pudo J973 4Ct0nts «mJorge Luis Borgrs, Buenos Aires. ..,....
• •entre otros muchos · ). .
cncsrccaso scp d' . reportaics apcsardelashondasdifcrcnciasque.
••;. . ' aran~ igrcsioncs polhico-biográficas de las rccu""ncioncs u Vé:uc Marccl Danes~ ..Adoksccnt languagc as affectivdy codcd bchavior.
~ncnanas y 1os marices ni h r--
JOnger. cttsc canos característícos de las novelas-ensayo de llndings ofan observacional rcscarch project", en Aáolaun«, vol. xxrv, Nº 94,
San Diego, 1989.

192
193
y perpetuo recomienzo. Un discurso siempre inci ¡
. , ., . . penre~el
go que garantizara separac1on y a1s1anuento, con res ras.
_J .od. pecroalt
normalizado de toao otro pen 1smo político. La d . eicto
errotad 1
continuidad, amenaza permanente de todo proyecto r" • ~ a 1
·
asa, en esta escritura ·
1uve01 ·¡, a 10tegrar
· una empresape odíst1c
.lí . 0•
P . . CSt¡ Sttca
Por todo esto, puede lffiag10arse que un redactor ideal d ·
. . . d od CCSfa
prensa. coherente con sus d1spos1uvos e pr ucción de SCntido,
encontraría difícil aceptar otra de las proposiciones del anarca d
Jüngcr en los párrafos doctrinarios de Eumesw11: allí vuelve ade~
cirse que, en el fondo, todos somos anárquicos. Algo poco creíble
{pero más aún: poco deseable) para el /oser que se ha entregado a
una confrontativa utopía del estilo. Aunque el suyo sea un estilo
de perdedor.

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