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Handout, Filosofía de la ciencia 1

Cuestionamientos clásicos dentro de la filosofía de la ciencia


En la filosofía de la ciencia más tradicional hay dos cuestionamientos clásicos en los cuales
la ciencia ha tenido mucha participación: ¿qué es lo racional? Y ¿qué es lo real? Existen
problemas sobre la razón, la evidencia y el método y por otro lado hay preguntas acerca de
qué es y cómo se constituye (construye) el mundo, de lo que hay en él y de lo que es verdadero
en él. ¿Qué es el realismo científico? El realismo acerca de las teorías dice que el objetivo de
las teorías es la verdad, y que a veces se acercan a ella. Por otro lado, en una discusión
filosófica amplia, el realismo acerca de las entidades dice que los objetos mencionados en las
teorías deberían existir realmente.
Por otro lado, la racionalidad ha sido un tema obsesivo para lxs filósofxs de la ciencia. ¿Qué
es lo que realmente sabemos? ¿Qué deberíamos creer? ¿Qué es la evidencia? ¿Qué son
buenas razones? ¿Es la ciencia tan racional como la gente pensaba? Estas y otras preguntas
sobre la racionalidad se abordan desde la lógica y la epistemología.
El realismo científico es el otro tema principal de la epistemología y la lógica. ¿Qué es el
mundo? ¿Qué clase de cosas hay en él? ¿Qué es verdadero acerca de estas cosas? ¿Qué es la
verdad? ¿Son reales las entidades postuladas por la física teórica, o sólo son construcciones
de la mente humana? Estas son preguntas acerca de la realidad. Son preguntas metafísicas.

Corrientes clásicas en filosofía de la ciencia


1. Positivismo lógico

 Autorxs representativos: Bergmann, Carnap, Feigl, Gödel, Hahn, Kraft, Menger,


Natkin, Neurath, Olga Hahn-Neurath, Radakovic, Schlick, Waismann
 Sus integrantes trabajaron en el ámbito científico, no fueron “filósofxs purxs”

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Si se desea revisar de manera profunda alguna de las temáticas, verificar las bibliografías de las cuales se
extraen las definiciones y conceptos del presente escrito (informal) en general: Stanford Encyclopedia of
Philosophy (http://plato.stanford.edu/index.html); Hacking, I. (1996). Representar e Intervenir. [Trad. al
español de Representing and Intervening]. En particular, para el apartado de positivismo lógico, consultar:
Lorenzano, P. (2002). “La concepción científica del mundo”. REDES. 9 (18), 103-149. Para los apartados de
Kuhn y Feyerabend, consultar: Suárez, R. (2008). Feyerabend. CdMx, México: Universidad Autónoma
Metropolitana; Kuhn, T. (1971). “Las revoluciones como cambios de la concepción del mundo”. [Trad.
Modificada del original Olivé y Pérez]. Feyerabend, P.K. (1983). “Problemas del empirismo”. [Trad. Francisco
Hernández Quiroz]. En Olivé, León y Pérez Ransanz, Ana Rosa (Comp.) (1989). Filosofía de la ciencia: teoría
y observación. México, Siglo XXI Editores y UNAM; Kuhn, T. (1982). La tensión esencial, estudios selectos
sobre la tradición y el cambio en el ámbito de la ciencia. CdMx, México: FCE. Para el apartado de Wittgenstein,
consultar: Guevara-Aristizábal, J.F. (2014). Interpretación y juegos de lenguaje: una mirada a la filosofía
tardía de Ludwig Wittgenstein. (Tesis de maestría, Universidad Nacional Autónoma de México). Recuperado
de http://132.248.9.195/ptd2014/junio/513451960/Index.html
Las imágenes utilizadas sobre ejemplos de la psicología Gestalt fueron recuperadas de internet con palabras
clave del mismo tema.

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 1929: primer congreso internacional que buscaba convertir al positivismo lógico en
un movimiento mundial
Antecedentes

El nombre positivismo se acuñó por el filósofo francés Auguste Comte, en su Curso de la


filosofía positiva publicado entre 1830 y 1842. Comte eligió dicha palabra para capturar una
serie de valores que requerían recalcarse en su época; la palabra “positivo” tiene
connotaciones afortunadas, de forma redundante, significa algo “positivo”. En ciertas
lenguas de Europa Occidental, “positivo” implicaba realidad, utilidad, certeza, precisión y
otras cualidades que Comte estimaba.

Comte es un producto de la primera mitad del siglo XIX, lejos de formular el empirismo en
una forma lingüística, lo hacía de manera historicista: creía firmemente en el progreso
humano, en la casi inevitabilidad de las leyes históricas. Comte heredó de Condorcet una
estructura de la evolución del espíritu humano, definida por la ley de los tres estadios. Al
principio atravesamos el estadio teológico, caracterizado por la búsqueda de causas primeras
y divinidades ficticias. Luego pasamos por un periodo metafísico, en el que gradualmente se
sustituyeron lxs diosxs por las entidades teóricas de la ciencia incompleta. Finalmente,
progresamos al estadio de la ciencia positiva.
Anticausa

Aunado a lo anterior, otro antecedente relevante del positivismo lógico se encuentra en el


empirismo clásico, el cual se consolida con el trabajo de David Hume (1711-1776). El
fundamento de la realidad para Hume son los datos de los sentidos. Sólo lo comprobable a
través de los sentidos sirve para construir conocimiento.
Hume sostuvo que la causa es sólo una conjunción constante, de aquí la postura de
“Anticausa”. Decir que A causó B no quiere decir que A, debido a algún poder o característica
interna, llevó a cabo B. Sólo quiere decir las cosas del tipo A son regularmente seguidas por
cosas del tipo B. Pero Hume no fue responsable de la aceptación filosófica sobre la idea de
causalidad (otro “gran tema” de la filosofía de la ciencia), entendida como conjunción
constante. Fue Issac Newton, sin querer, el responsable de esta aceptación. En los tiempos
de Hume se consideraba que el gran triunfo del espíritu humano era la teoría de la gravitación
de Newton; inmediatamente después de él y la lectura de su obra, todxs pensaban que el
mundo debía entenderse en términos de empujones (fuerzas) y jalones mecánicos.
Aprendimos a pensar que las leyes de la gravitación son regularidades que describen lo que
pasa en el mundo. ¡Entonces decimos que todas las leyes causales son meras regularidades!
Para personas con mente empirista, la actitud post-newtoniana era la siguiente: no debemos
buscar causas en la naturaleza, sólo regularidades. No deberíamos considerar las leyes de la
naturaleza reveladoras de lo que tiene que pasar en el universo, sino sólo de lo que
efectivamente pasa. Lxs científicxs tratan de encontrar enunciados universales –teorías y

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leyes– que abarquen todos los fenómenos como casos especiales. Decir que hemos
encontrado una explicación de un suceso es sólo decir que el suceso puede deducirse de una
regularidad general.

Así, se aceptó en el positivismo lógico la explicación humeana de las causas como conjunción
constante. Las leyes de la naturaleza, según Schlick, describen lo que pasa, pero no lo
prescriben. Dan cuenta de regularidades y nada más, de aquí su postura de “anticausa”.

En la actualidad, cuando se habla de positivismo se hace con referencia al positivismo lógico,


quienes formaron un famoso grupo de discusión filosófica en Viena, alrededor de 1920. El
Círculo de Viena tenía vínculos cercanos con el grupo de Berlín, en donde Hans Reichenbach
era una figura central. Durante el régimen nazi estos trabajadores se fueron a Estados Unidos
o a Inglaterra y formaron una tradición filosófica totalmente nueva.

Aunque sus orígenes se rastreen en Hume y Comte, y además de los puntos que se enlistan a
continuación, lo característico del positivismo lógico es la importancia que le da a la lógica,
el significado y el análisis del lenguaje:

 Hincapié en la verificación (o alguna variante como la falsabilidad): las proposiciones


significativas son aquellas cuya verdad o falsedad puede determinarse de alguna
manera
 Pro-observación: lo que podemos ver, tocar y recibir por los demás sentidos
proporciona el mejor contenido o fundamento para el resto de nuestro conocimiento
matemático
 Anticausa: no hay causalidad en la naturaleza, más allá de la constancia con que los
sucesos de un tipo son seguidos por sucesos de otro tipo
 Restar importancia a las explicaciones: las explicaciones pueden ayudar a organizar
fenómenos, pero no proporcionan respuesta más profunda a las preguntas sobre
porqués, excepto para decir que los fenómenos ocurren regularmente de tal y cual
manera
 Entidades antiteóricas: lxs positivistas tienden a ser no realistas, no sólo porque
restringen la realidad a lo que es observable, sino también porque están en contra de
las causas y explicaciones dudosas. No van a inferir la existencia de electrones a partir
de sus efectos causales porque rechazan las causas y sostienen que solamente hay
regularidades constantes entre fenómenos.
 Lxs positivistas recapitulan los primeros cinco puntos al oponerse a la metafísica. Las
proposiciones no contrastables, las entidades no observables, las causas, las
explicaciones profundas… según lxs positivistas son metafísica y deben dejarse de
lado

Sin embargo, pese al impacto del positivismo lógico en la filosofía de la lengua inglesa, ahora
nadie quiere llamarse positivista. En muchos círculos de Alemania y Francia el “positivismo”
se convirtió en un término oprobioso que se refiere a una obsesión con las ciencias naturales

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y un desprecio por las rutas alternativas del entendimiento en las ciencias sociales. Se tiende
a asociar, incorrectamente, con una ideología conservadora o reaccionaria.

Antimetafísica
Lxs positivistas han sido buenxs para el eslogan. Hume sentó sus bases en las frases con las
que concluye su Investigación sobre el entendimiento humano:

Si procediéramos a revisar las bibliotecas convencidxs de estos principios, ¡qué estragos


no haríamos! Si elegimos cualquier volumen de teología o metafísica escolástica, por
ejemplo, preguntemos: ¿Contiene algún razonamiento abstracto sobre la cantidad y el
número? No. ¿Contiene algún razonamiento experimental acerca de cuestiones de hecho
o existencia? No. Tírese entonces a las llamas, pues no puede contener más que sofistería
e ilusión.

En la introducción a su antología El positivismo lógico, A. J. Ayer dice que la cita anterior


“es una formulación excelente de la posición positivista”. En el caso de lxs positivistas
lógicos el epíteto “lógico” se agregó porque querían anexar los descubrimientos de la lógica
moderna. Entonces, Hume es el origen del criterio de verificación que intentaba distinguir
entre el sinsentido (la metafísica) y el discurso sensible (básicamente la ciencia). Un
enunciado sería significativo, tendría “significado cognoscitivo”, si y sólo si era verificable.
Sorprendentemente, nunca nadie fue capaz de definir la verificabilidad de manera tal que se
excluyera toda la mala conversación metafísica y se incluyera todo el buen discurso
científico.
Además, el positivismo lógico desconfiaba de las entidades teóricas, porque las entidades
inferidas debían reemplazarse por construcciones lógicas. Un enunciado que implica una
entidad cuya existencia es meramente inferida de los datos, debe reemplazarse por un
enunciado lógicamente equivalente acerca de los datos. En general, estos datos están
conectados con la observación. De esta manera surgió un programa reduccionista para lxs
lógicxs positivistas quienes esperaban que todos los enunciados que contenían términos
teóricos pudieran reducirse por medio de la lógica a enunciados que no hacían referencia a
esas entidades. Este proyecto fracasó.
Los miembros del Círculo de Viena creían en la física de su tiempo: algunxs habían hecho
contribuciones a ella. El atomismo y el electromagnetismo habían sido establecidos mucho
tiempo atrás, la relatividad era un éxito comprobado y las teorías cuánticas ganaban fama
rápidamente. En este ambiente surgió la versión extrema del positivismo lógico, una doctrina
reduccionista. Se proponía que en principio hay transformaciones lingüísticas y lógicas en
los enunciados de las teorías que las reducirían a enunciados acerca de fenómenos. Pero los
resultados no tenían exactamente el efecto deseado por el positivismo lógico. Tampoco había
una sola reducción lingüística de alguna ciencia genuina.

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Propuestas

El positivismo lógico correspondió a un movimiento cuyo modo de pensar se fundaba en la


experiencia, contrario a la especulación
a. Rechazo de la metafísica
b. Respeto del método científico
c. Resolución de problemas filosóficos por medio de la lógica

Purificar a la física de pensamientos metafísicos, por medio de proposiciones de dos tipos:


a. Formales: lógicas, matemáticas, puras, tautológicas
b. Fácticas: verificables empíricamente

 Entonces, sólo se podía expresar algo formalmente, considerarse verdadero o falso,


de lo contrario no tenía sentido como conocimiento (p.e. discusiones sobre el
absoluto, el destino de la humanidad, entidades trascendentes, esto era lo que
consideraban metafísica)
 También estaban en contra del conocimiento a priori (Kant), es decir, aquel que es
independiente de la experiencia, que no requiere ninguna investigación para ser
establecido como verdadero
 Lo que no tiene o no es lógico entonces es pura palabrería
 Un análisis lógico del lenguaje mediante los “enunciados elementales”, la unidad
lingüística mínima que indica lo que hay en el mundo (la reducción mínima)
 Se parte de “veo esto” a “hay esto”
 Construcción de los conceptos científicos a partir de los elementos últimos, los datos
de los sentidos
 Las discusiones sobre la vida, lo biológico, no se encontraron entre las prioridades
del Círculo
 Así como buscaron emanciparse de toda metafísica, también se apartaron de la
teología
 Se esforzaron por ponerse en contacto con los movimientos dispuestos a la
concepción científica, es decir, promover y diseminar la concepción científica del
mundo (ccm), con el objetivo de lograr una ciencia unificada
 Lo anterior se basaba en un trabajo colectivo: la búsqueda de un lenguaje de fórmulas
neutral, de un simbolismo liberado de la escoria de los lenguajes históricamente dados
y la búsqueda de un sistema total de conceptos (“La concepción científica del mundo”
2002:112)
 Limpieza y claridad versus profundidades inescrutables: en la ciencia no hay
“profundidades”, hay superficie en todas partes, todo lo experimentable forma una
red complicada, no siempre aprehensible en su totalidad, sino que a menudo sólo
comprensible por partes

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 Todo es accesible a la humanidad y la humanidad es la medida de todas las cosas
Metodología
 Se basaron en un método de análisis lógico
 Los enunciados en las ciencias empíricas se basan en una reducción de los mismos a
enunciados más simples
 Únicamente se reconocen oraciones de la experiencia sobre objetos de todo tipo y
oraciones analíticas de la lógica y de la matemática
 Algo es real en la medida en que se incorpora a la estructura total de la experiencia
 Todo lo que empieza por intuiciones debe someterse a una justificación racional
posterior, paso a paso
 El espacio y el tiempo son conceptos purificados, son ordenadores de procesos
elementales en la física
 Las leyes (de la naturaleza y estadísticas) se logran por inducción e inferencia
Las leyes y los enunciados universales nunca son verificables de manera concluyente, es
decir, el problema de la inducción:
De las observaciones X1, X2, X3, X4, Xn… se pasa a una ley general
(inferencia)

 Cuando se trata de biología, cabe resaltar que ciertos ámbitos de la realidad no están
sujetos a una legalidad unitaria, reducible y uniforme
 Por lo tanto, la metafísica como la teología generan sólo creaciones, no dicen nada,
únicamente son expresión de un cierto sentimiento sobre la vida. Su canalización
puede darse mediante el arte

Inducción y deducción
¿Qué es el método científico? ¿Qué es el método experimental? La pregunta no está
correctamente planteada. ¿Por qué debería haber el método de la ciencia? No hay una única
manera de construir una casa, o incluso de sembrar tomates. No deberíamos esperar que algo
tan abigarrado como el crecimiento del conocimiento esté atado a una sola metodología.

Recordemos que desde el positivismo se está en contra de las causas, en contra de las
explicaciones, en contra de las entidades teóricas y en contra de la metafísica. Lo real se
restringe a lo observable. Con una aprehensión firme de la realidad observable la-el
positivista puede hacer lo quiera con el resto.

En el positivismo lógico les gustaba la idea de utilizar la lógica para “reducir” los enunciados
teóricos, de tal manera que la teoría se convierte en una taquigrafía lógica para expresar
hechos y organizar los pensamientos acerca de lo que puede observarse. En una versión esto
llevaría a un realismo débil: las teorías pueden ser verdaderas, y las entidades de los que
hacen mención pueden existir, en tanto que nadie se tome esta manera de hablar literalmente.
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Esta otra versión de la reducción lógica puede mostrarse en los términos que se refieren a las
entidades teóricas, una vez que son sometidos a análisis, no poseen la estructura lógica de
términos referenciales. Puesto que no son referenciales, no se refieren a nada, y las entidades
teóricas no son reales. Pero como nadie ha hecho una reducción lógica que resulte interesante
de ninguna ciencia, tales cuestiones son irrelevantes.
La concepción científica del mundo (ccm)

a. Es empirista y positivista, sólo hay conocimiento dado inmediatamente. Así se demarca el


conocimiento científico legítimo
b. Se distingue por la aplicación de un método determinado, el de análisis lógico

Lo anterior para alcanzar una ciencia unificada por medio de la aplicación de ese análisis
lógico al material empírico. En contraste, las cualidades experimentadas subjetivamente –lo
rojo, el placer– son sólo vivencias, no conocimiento
Teoría de la constitución

 Exposición de un sistema de “constitución”, un árbol genealógico de conceptos,


donde cada concepto se deriva, define, “constituye” a partir de los que le preceden
 El valor de la teoría de la relatividad reside en que describe a la estructura geométrica
y física del mundo mediante leyes generales de un modo más sencillo y preciso
 El motivo más puro para la investigación física es el deseo de dar con la pista del
orden oculto de la naturaleza

Carnap, uno de los personajes más famosos dentro del positivismo lógico, escribe dentro de
una tradición común desde el XVII, la cual habla de las “ciencias inductivas”. Esto se refería
a que quien investiga debe hacer observaciones precisas, llevar a cabo experimentos con
cuidado y registrar honestamente los resultados; entonces se hacen generalizaciones y se
extraen analogías y gradualmente se da forma a hipótesis y teorías, desarrollando todo el
tiempo nuevos conceptos para organizar y dar sentido a los hechos. Podemos incluso llegar
a las leyes subyacentes en la naturaleza. La filosofía de Carnap es una versión del XX de esta
actitud. Él pensaba que nuestras observaciones son los fundamentos de nuestro
conocimiento.
Consideraciones finales

 Se critica el acceso directo al mundo que propone el positivismo lógico, sin


mediaciones. Relación directa entre el lenguaje y la realidad, entre el sujeto y el
mundo. También hay mediación cultural, carga teórica, formación
 En su momento, el positivismo lógico no sólo trazó el camino para la filosofía de la
ciencia, sino también para la ciencia misma, dejando en el aire a las ciencias sociales
y la biología, dada la falta de compatibilidad con el método de la lógica analítica que
proponen

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 El problema de la inducción presenta múltiples limitaciones respecto a toda la carga
que se le da a la observación de los hechos, resulta muy determinista su extrapolación
de los hechos analizados

2. Falsacionismo
Autor: Karl Popper (1902-1994), filósofo oponente a todas las formas de escepticismo y
relativismo en la ciencia. Tuvo coqueteos durante su adolescencia con el marxismo y la
historia. Sus trabajos más apasionados fueron The Poverty of Historicism (1944) y The Open
Society and Its Enemies (1945), como consecuencia de una poderosa defensa del liberalismo
democrático y como filosofía política y social, así como una crítica devastadora de los
fundamentos filosóficos del totalitarismo.
Falsacionismo
En este contexto, Popper toma al falsacionismo como su criterio para demarcar lo que es
científico de aquello que no lo es: si una teoría es incompatible con posibles observaciones
empíricas, entonces es científica; por el contrario, una teoría que es compatible con todas
estas observaciones, incluso en el caso de, por ejemplo, el marxismo, ha sido modificada
aisladamente para acomodar tales observaciones o, como en el caso del psicoanálisis, es
consistente con todas las observaciones, entonces ambas posturas no son científicas.
Para Popper, afirmar que una teoría no es científica significa que tiene explicaciones
mitológicas de función valiosa para el entendimiento de la realidad. Pero puede haber teorías
sin sentido en algún momento que después, gracias a la tecnología puedan refinarse y hacerse
falsificables, entonces se convierten en científicas.
El problema de la demarcación

Como lo presenta Popper, el problema central en la filosofía de la ciencia (de su tiempo) es


el de la demarcación, es decir, distinguir entre lo que es ciencia de aquello que no lo es.
Además, realiza una crítica al sentido observacional del positivismo lógico, estableciendo
que toda observación es selectiva y guiada por una teoría, no hay observaciones puras o libres
de teoría, apartándose de que distinguir a la ciencia de lo que no lo es bajo el criterio de la
metodología inductiva. Así, Popper sostiene que no hay una metodología específica para la
ciencia, sino que ésta misma consiste en una práctica ardua de resolución de problemas.

Repudia la inducción y la inferencia, negándolas como el método característico de la


investigación científica, proponiendo así el falsacionismo en su lugar. Es fácil obtener
evidencia a favor de casi cualquier teoría y sostiene que tal “corroboración” debería contar
como científica únicamente si es el resultado positivo de un “riesgo” genuino de predicción,
que bien pudo haber sido falso. Así, para él una teoría es científica si es refutable por un
evento concebible.

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Cada prueba genuina de una teoría científica es un intento por refutarla o falsearla. La teoría
de demarcación de Popper se basa en la percepción de la lógica asimétrica que sostiene entre
la verificación y la falsación: es lógicamente imposible verificar de manera concluyente una
proposición universal con base en la experiencia (como lo definía Hume en su momento),
pero un simple contra-ejemplo conclusivo falsifica a la ley universal en cuestión. Entonces,
una excepción, lejos de “probar” una regla, la refuta de manera concluyente.
Popper señala que no debe inferirse el hecho de que una teoría ha resistido las pruebas más
rigurosas por un largo periodo de tiempo, que ha sido verificada; en contraste, debemos
reconocer que tal teoría ha recibido un alto grado de corroboración y se ha conservado como
la mejor teoría disponible hasta que finalmente es falseada (si alguna vez le toca) o es
superada por una teoría mejor.
La ciencia para Popper comienza con problemas más que con observaciones, esto es
encerrarse con el problema de que lxs científicxs observan antes que nada, por el contrario,
sus observaciones se diseñan de forma selectiva para probar el grado en el cual una teoría
dada funciona como una solución satisfactoria a un problema específico. Bajo este criterio
de demarcación, la física, la química y la psicología no introspectiva, entre otras, son
consideradas como ciencia; el psicoanálisis es una pre-ciencia, porque contiene verdades
útiles e informativas, pero hasta que se formulen como falsificables alcanzarán el grado de
teorías científicas. La astrología y la frenología son pseudociencias.
De manera formal, su demarcación es la siguiente: un “enunciado básico” se reporta como
una observación, entonces decimos que una teoría es científica sí y sólo si divide el tipo de
enunciados básicos dentro de estas subclases: (a) la clase de todos los enunciados básicos
con los cuales es inconsistente, es decir, de sus falsificadores potenciales, aquellos
enunciados que, de ser ciertos, falsifican la teoría; y (b) la clase de enunciados básicos con
los cuales es consistente o permisiva, es decir, aquellos con los cuales se lleva a cabo o que
la corroboran.

Para Popper el crecimiento del conocimiento humano proviene de nuestros problemas y


nuestros intentos por resolverlos. Estos intentos involucran la formulación de teorías que
deben explicar anomalías existentes en teorías anteriores e ir más allá del conocimiento. Se
comienza con problemas más que con observaciones y sólo una técnica lógica que es una
parte integral del método científico es la de probar las teorías de manera deductiva, que no
son producto de ninguna operación lógica. En este procedimiento deductivo las conclusiones
se sacan de una hipótesis tentativa. Tales conclusiones se comparan unas con otras y con
enunciados relevantes para determinar si falsifican o corroboran la hipótesis. Las
conclusiones no se comparan directamente con los hechos, simplemente porque no hay
hechos “puros” disponibles; todos los enunciados observacionales son guiados por teorías,
así como por el papel que juegan factores subjetivos como intereses, expectativas, deseos,
etc., conforme cuadren en lo que es objetivamente real.

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¿Cómo trabaja el procedimiento deductivo?

Popper propone cuatro pasos en Logic of Scientific Discovery:


a. El primer paso es formal, una prueba de la consistencia interna del sistema teórico para ver
si involucra alguna contradicción

b. El segundo es semi-formal, axiomatizar la teoría para distinguir entre sus elementos lógicos
y empíricos. En este paso, el-la científica hace explícita la forma lógica de la teoría. Fallar en
hacer este paso puede llevar a errores categoriales – se termina por preguntarse cosas
equivocadas y se buscan datos empíricos que no están disponibles.
c. El tercer paso es la comparación de la nueva teoría con las existentes para determinar si
constituye un avance entorno a ellas. De no constituir un avance, no será adoptada; pero si
tiene éxito explicativo y aparte explica fenómenos anómalos o resuelve cuestiones que no
habían hecho las otras teorías, constituye un avance y se adoptará. Así la ciencia involucra
progreso teórico, corroborando que una teoría es mejor que otra probándolas de manera
deductiva, más que por inducción. Por esta razón, una teoría será considerada mejor que otra
si tiene mayor contenido empírico y por lo tanto mayor poder de predicción que su rival. La
ilustración clásica para esto en física es el reemplazo de la teoría de la gravitación universal
de Newton por la teoría de la relatividad de Einstein. Esto elucida la naturaleza de la ciencia
a la forma de Popper: en un momento dado habrá teorías o conjeturas en conflicto, algunas
de las cuales explicarán más que otras, entonces éstas últimas serán adoptadas. En resumen,
para Popper una teoría X es mejor que una teoría Y “rival” si tiene mayor contenido empírico,
y por lo tanto, mayor poder predictivo que Y.
d. El último paso es la prueba de una teoría por la aplicación empírica de las conclusiones
derivadas de ella. Si tales conclusiones son mostradas como verdaderas la teorías es
corroborada (pero nunca verificada). Si la conclusión muestra ser falsa, se toma como una
señal de que la teoría no se puede completar correctamente (se falsifica lógicamente) y el-la
científica comienza su búsqueda por una mejor teoría, sin abandonar la presente hasta que
tenga una mejor por la cual sustituirla. Popper sostiene que la experiencia no puede
determinar una teoría (no inferimos de la observación a la teoría), sino que la delimita:
muestra cuáles teorías son falsas, no cuáles son verdaderas. También niega la doctrina
empirista de que las observaciones (empíricas) son o pueden ser infalibles, esto basado en el
hecho de que son guiadas por una teoría.

Las teorías científicas para Popper no se infieren inductivamente de la experiencia, ni su


experimentación se lleva cabo para verificar o establecer la verdad de las teorías; por el
contrario, todo conocimiento es provisional, conjetural, hipotético, nunca podremos probar
nuestras teorías científicas, sólo podemos confirmarlas (de manera provisional) o refutarlas
(de manera conclusiva). La mejor teoría disponible tendrá el más alto nivel de fuerza
explicativa y poder predictivo. Es precisamente este tipo de pensamiento crítico el que está
ausente en el marxismo y el psicoanálisis para Popper.
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Positivismo lógico y falsacionismo en crisis

Para Ian Hacking ocurre una crisis de racionalidad en filosofía de la ciencia con el trabajo de
Thomas S. Kuhn La estructura de las revoluciones científicas (discutida más adelante), dado
que Kuhn considera a la historia como algo más que un depósito de anécdotas o cronología,
la cual puede producir una transformación decisiva de la imagen que poseemos de la ciencia.
¿Cómo podría la historia producir una crisis? Primero, como consecuencia de la previa
imagen momificada de la ciencia. Ilustrativamente, no pareciera que hay una imagen única,
considerando sólo a Ruldolph Carnap y Karl Popper, quienes iniciaron sus carreras en Viena
y huyeron de ahí en la década de los treinta del siglo XX. Carnap, en Chicago y Los Ángeles
y Popper, en Londres, ambos montaron el escenario para muchos debates posteriores en
filosofía de la ciencia. Pese a muchos desacuerdos entre ambos, tenían en común que las
ciencias naturales son grandiosas y que la física es la mejor: ejemplifica la racionalidad
humana. Sería bueno tener un criterio que nos permita distinguir la buena ciencia del mal
sinsentido o de la especulación deforme.

En cuanto a sus diferencias, para Carnap la verificación es de abajo para arriba (inducción):
hagamos observaciones y veamos cómo van adquiriendo sentido para confirmar o verificar
un enunciado más general. La falsabilidad de Popper es de arriba para abajo. Primero
formamos una conjetura teórica y entonces deducimos consecuencias y las contrastamos para
ver si son verdaderas (deducción)

Existe una tradición más temprana, Platón admiraba la geometría y no estimaba mucho la
metalurgia, medicina o astronomía de su tiempo. Su respeto por la deducción se interiorizó
en las enseñanzas de Aristóteles, respecto a que el conocimiento verdadero –la ciencia– es
cuestión de derivar consecuencias a partir de los primeros principios por medio de
demostraciones. Aunque Popper deteste los “primeros principios” es común llamarlo
deductivista, porque él piensa que sólo hay una lógica: la lógica deductiva. Popper, al igual
que el positivismo lógico, está de acuerdo con Hume, quien en 1739 proponía que a lo mucho
tenemos una propensión psicológica a generalizar a partir de la experiencia. De acuerdo con
Popper, la racionalidad no tiene que ver con qué tan bien las pruebas “apoyan” nuestras
hipótesis. La racionalidad es una cuestión de método; este método es conjetura y refutación.
Contrastemos para ver si son verdaderas. Si es así, procedamos a contrastarlas nuevamente.
Si no pasan la contrastación, revisemos la conjetura, mejor aún, inventemos otra nueva… Y
así se hace ciencia en un mundo popperiano…

Para Popper, una hipótesis que ha sido contrastada varias veces con éxito ha sido
“corroborada”. Pero esto no quiere decir que esté bien apoyada por las pruebas que hemos
adquirido. Sólo significa que la hipótesis se ha mantenido a flote en los mares borrascosos
de la contrastación crítica. Carnap, por otro lado, trató de elaborar una teoría de la
confirmación, y analizó la manera como la evidencia hace más probables las hipótesis. Lxs
popperianxs se burlan de lxs carnapianos porque no han logrado producir una teoría aceptable

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de la confirmación. Lxs carnapianxs en venganza dicen que el discurso de Popper sobre la
corroboración es vacío.

Campos de batalla
Carnap pensaba que los significados y una teoría del lenguaje eran importantes para la
filosofía de la ciencia. Popper los desdeñaba como escolásticos. Carnap favorecía la
verificación para distinguir la ciencia de lo que no es ciencia. Popper proponía la falsabilidad.
Carnap trató de explicar las buenas razones desde el punto de vista de una teoría de la
confirmación; Popper sostenía que la racionalidad consiste en el método. Carnap pensó que
el conocimiento tiene fundamentos; Popper alegaba que no hay fundamentos y que todo
nuestro conocimiento es falible. Carnap creía en la inducción; Popper sostenía que no hay
otra lógica que la deducción.

De lo anterior se puede concluir que no hay una “imagen” tradicional de la ciencia en la


década anterior a Kuhn. Por el contrario, cuando encontramos a dos filósofos que se alinean
en los extremos opuestos de media docena de cuestiones, sabemos que de hecho están de
acuerdo en casi todo. Comparten una imagen de la ciencia, una imagen que Kuhn rechaza.
Si dos personas están genuinamente en desacuerdo, no van a encontrar un campo común para
disputar una por una cuestiones específicas.

Base común
Popper y Carnap asumen que la ciencia natural es nuestro mejor ejemplo de un pensamiento
racional. Agreguemos algunas otras creencias compartidas. Lo que hacen con estas creencias
difiere, el asunto es que las comparten. Ambos piensan que hay una distinción entre
observación y teoría. También que el conocimiento es, en gran medida, acumulativo. Popper
puede estar al acecho de refutaciones, pero piensa que la ciencia evoluciona y tiende hacia la
teoría de la verdad del universo. Ambos piensan que la ciencia tiene una estructura deductiva
muy bien definida. También que la terminología científica es, o debe ser, bastante precisa.
Ambos creen en la unidad de la ciencia. Esto tiene implicaciones serias. Todas las ciencias
emplean el mismo método, por lo que las ciencias sociales y humanidades tienen la misma
metodología que la física. Es más, por lo menos las ciencias naturales son parte de una
ciencia, y esperamos que la biología se reduzca a la química, así como la química se reduce
a la física. Popper llegó a pensar que por lo menos parte de la psicología y del mundo social
no se reducía estrictamente al mundo físico, pero Carnap no tenía tales preocupaciones.
Carnap fue el fundador de una serie de volúmenes titulada “La enciclopedia de la ciencia
unificada”.
Ambos están de acuerdo en que hay una diferencia fundamental entre el contexto de
justificación y el contexto de descubrimiento, términos de Hans Reichenbach, un filósofo
distinguido de aquella generación. En el caso de un descubrimiento, historiadorxs,
economistas, sociólogxs o psicólogxs se plantearán una serie de preguntas: ¿quién hizo el
descubrimiento? ¿Cuándo? ¿Fue una casualidad, una idea robada, o el producto de veinte
12
años de trabajo? ¿Quién pagó por la investigación? ¿Qué medio religioso o social ayudó u
obstaculizó? Éstas son preguntas acerca del contexto de descubrimiento.

Examinemos ahora el producto final: una hipótesis, teoría o creencia. ¿Está razonablemente
apoyada por las pruebas, confirmada por el experimento, corroborada por las contrastaciones
estrictas? Éstas son preguntas acerca de la justificación o la corrección. Lxs filósofxs se
preocupan por la justificación, la lógica, la razón, la validez, la metodología. Las
circunstancias históricas del descubrimiento, sus giros psicológicos, sus interacciones
sociales, el medio económico, no son del interés profesional de Popper y Carnap. Ellos
utilizan la historia sólo con el propósito de establecer una cronología o de ilustrar por medio
de anécdotas, exactamente como dijo Kuhn. De forma esencial las posturas de Carnap y
Popper son atemporales, ahistóricas: están fuera del tiempo, fuera de la historia; funcionan
como abstracciones de lo que no son las prácticas científicas.
3. Programas de investigación científica (PICs)
Imre Lakatos (1922-1974) fue un filósofo de la ciencia y las matemáticas, húngaro que se
formó en Gran Bretaña, donde construyó la postura de la “Metodología de los programas de
investigación científica” (PICs) un revisión radical del criterio de demarcación de su colega,
Popper, para definir aquello que no es ciencia y lo que da origen a una teoría científica
novedosa. Fue un pensador provocador y combativo, amigo ocurrente y carismático así como
un profesor inspirador. Se graduó en física, matemáticas y filosofía en 1944 en la universidad
de Debrecen en Hungría, tiempo en el cual se hizo un comunista comprometido, atendiendo
reuniones ilegales e iniciando su propio grupo de estudio comunista en 1943.
Lakatos caricaturizó la teoría de la ciencia de Kuhn llamándola “psicología de masas”. Según
Lakatos, con Kuhn desaparece el “método científico (o la lógica del descubrimiento),
concebido como la disciplina de la evaluación racional de las teorías científicas –y de los
criterios del progreso. Desde luego, de todos modos podemos tratar de explicar los cambios
en los ‘paradigmas’ desde el punto de vista de la psicología social. Este es […] el
procedimiento de Kuhn”. Lakatos se opuso a la reducción de la filosofía de la ciencia a la
sociología, según él, propuesta por Kuhn. Pensaba que no dejaba lugar para los grandes
valores científicos de objetividad, racionalidad y razón. Pese a que lo anterior es una parodia
de Kuhn, las conclusiones al respecto son relevantes.
Lakatos presentó su filosofía de la ciencia como el resultado de una sucesión histórica de
filosofías. Esta secuencia incluye lo que más se sabe acerca de las posturas clásicas en
filosofía de la ciencia. La demostración matemática era el modelo inicial de la ciencia
verdadera. Las conclusiones tenían que demostrarse y hacerse absolutamente ciertas.
Cualquier cosa que no alcanzara la certeza total era defectuosa. La ciencia era por definición
infalible.
El siglo XVII y el método experimental del razonamiento hicieron que esto pareciera una
meta posible para Lakatos. Aun así, la historia sólo se modifica cuando pasamos de la
13
deducción a la inducción. Si no podemos tener un conocimiento seguro, tengamos por lo
menos un conocimiento probable basado en fundamentos firmes. Las observaciones hechas
correctamente deberían servir de base. Generalizaremos sobre la base de experimentos
confiables, haremos analogías, y así sucesivamente, hasta llegar a conclusiones científicas.
Mientras mayor sea la variedad y la cantidad de observaciones que confirmen una conclusión,
más probable será. Ya no tendremos certeza, pero tendremos alta probabilidad.
Así, las dos etapas en el camino real a la metodología son la demostración y la probabilidad.
Hume, conociendo la falla del primero, ya pone en duda el segundo en 1739. Los hechos
particulares de ninguna manera pueden proporcionar “buenas razones” para enunciados más
generales o creencias del futuro. Popper estaba de acuerdo y Lakatos también.
Los falsacionismos: Popper y Lakatos

La idea más simple de la que podemos partir es similar a “la gente propone y la naturaleza
dispone”. Esto es, nosotrxs ideamos una teoría y la naturaleza la tira a la basura si está
equivocada. Esto implica una distinción bien marcada entre teorías falibles y observaciones
básicas de la naturaleza. Estas últimas una vez confirmadas, son el veredicto final e
inapelable. Una teoría que es inconsistente con una observación debe rechazarse.
Esta historia de la conjetura y la refutación nos hace pensar en una ciencia placenteramente
objetiva y honesta. Pero las prácticas científicas no se comportan de este modo. En primer
lugar, porque “todas las teorías nacen refutadas”, o por lo menos es muy común que se
proponga una teoría aun cuando se sepa que no se adecua a todos los hechos conocidos. Eso
es lo que Kuhn plantea acerca de la ciencia normal como resolución de acertijos (puzzle-
solving). En segundo lugar, según Lakatos, no hay una distinción firme entre teoría y
observación. En tercer lugar, está una afirmación que Lakatos sigue del historiador de la
ciencia Pierre Duhem, quien observa que las teorías se someten a prueba a través de las
hipótesis auxiliares. Según su ejemplo, si un astrónomo predice que un cuerpo celeste se ha
de encontrar en cierta posición pero resulta que se encuentra en otra, no necesita corregir toda
su astronomía. Podría tal vez corregir la teoría del telescopio (o producir hipótesis adecuadas
acerca de cómo los fenómenos difieren de la realidad –Kepler–, o inventar una teoría de la
aberración astronómica –G. G. Stokes–, o sugerir que el efecto Doppler funciona de manera
diferente en el espacio). Por lo tanto, una observación recalcitrante no necesariamente refuta
una teoría. Duhem probablemente pensaba que es un asunto de elección o convención si una
teoría o una de sus hipótesis auxiliares deben corregirse. De manera que la persona
falsacionista agrega dos argumentos. Primero, ninguna teoría se rechaza o se abandona a
menos que exista una teoría rival mejor. Segundo, una teoría es mejor que otra si hace
predicciones más novedosas. Tradicionalmente, las teorías debían ser consistentes con los
elementos de prueba. El falsacionismo, según Lakatos, no exige que la teoría sea consistente
con los elementos de prueba, sino que de hecho vaya más allá de ellos.

14
Aquí entra la controversia, dado que desde el positivismo lógico se piensa que los elementos
de prueba consistentes con una teoría la apoyan, independientemente de si la teoría precedió
a los elementos de prueba o los elementos de prueba precedieron a la teoría. Mientras que la
gente más inclinada a la deducción insiste en lo que Lakatos llama “el requisito de Leibniz-
Whewell-Popper de que la construcción cuidadosamente planeada de las casillas proceda
mucho más rápidamente que el registro de los hechos que van a ocuparlas”.
Modelo de filosofía de la ciencia

En la opinión de Lakatos, las versiones ingenuas del falsacionismo popperiano son en un


sentido falsificadas por la historia de la ciencia, porque representan mucho un asunto
irracional con muchxs científicxs sosteniendo hipótesis que buscan sean reconocidas como
refutadas. Los factores no racionales o “externos” a veces interfieren con el desarrollo
racional de la ciencia. Según Lakatos una teoría no racional jamás resolverá problemas por
qué, por ejemplo, la genética mendeliana desapareció en la Unión Soviética en la década de
los cincuenta (la razón es que Lysenko, el favorito de Stalin, adquirió un estatus hegemónico
dentro de la biología soviética, censurando cualquier coqueteo con el mendelismo en su
época). Así es como la postura de Lysenko queda falseada por la historia de la ciencia
lakatosiana.
Programas de Investigación Científica (PICs)

Los PICs fueron una de las mayores contribuciones de Lakatos a la filosofía de la ciencia,
una revisión radical del trabajo de Popper que desembocó en una teoría novedosa sobre la
racionalidad científica. Aunque haya algo que decir sobre el criterio de Popper, este es muy
restrictivo, ya que descartaría demasiado de la práctica científica diaria (sin mencionar los
juicios de valor de la élite científica) como cuestiones no científicas e irracionales. Así,
siempre persiste lo racional en los estándares popperianos, los cuales buscan “refutar” a
teorías que han permitido predicciones falseables.

La idea de Lakatos es construir una metodología de la ciencia y con ella un criterio de


demarcación, cuyos preceptos son más acordes con la práctica científica específica. ¿Cómo
trabaja esto? Aunque la falsación sigue jugando un papel en la concepción lakatosiana de la
ciencia, su importancia se ha mermado. En lugar de una teoría individual falseable que busca
ser negada tan pronto como es refutada, tenemos una secuencia de teorías falseables
caracterizadas por un núcleo duro compartido de tesis centrales que se consideran irrefutables
–o al menos, resistentes a la refutación– por la vía metodológica. Esta secuencia de teorías
constituye un programa de investigación.
El núcleo compartido de esta secuencia de teorías con frecuencia no es falsificable en dos
sentidos. Primero, lxs científicxs que trabajan con el programa típicamente (y en su derecho)
se niegan a rendirse en las demandas que constituyen el núcleo duro. Segundo, las tesis del
núcleo duro por sí mismas se deben con frecuencia a consecuencias empíricas. Por ejemplo,
la mecánica newtoniana por sí misma –las tres leyes de la mecánica y la ley de la gravitación
15
universal– no te dirán lo que verás por la noche en el cielo. Para derivar predicciones
empíricas de la mecánica newtoniana necesitas un conjunto de hipótesis auxiliares acerca de
las posiciones, masas y velocidades relativas de los cuerpos celestes, incluyendo la Tierra.
Así que cuando algo va mal y los enunciados observacionales que esto implica resultan ser
falsos, se tienen dos opciones intelectuales: modificar las proposiciones teóricas o modificar
las hipótesis auxiliares.
Para Lakatos una teoría individual dentro de un programa de investigación consiste en dos
componentes: el núcleo duro (más o menos) irrefutable más un conjunto de hipótesis
auxiliares. Junto con el núcleo duro, estas hipótesis auxiliares implican predicciones
empíricas, entonces hacen la teoría como un todo (tanto núcleo duro como hipótesis
auxiliares) un asunto falsificable. ¿Qué pasa cando la refutación está en juego, esto es, cuando
el núcleo duro en conjunto con las hipótesis auxiliares que implican predicciones empíricas
que resultan falsas? Lo que tenemos aquí es esencialmente un argumento de tipo modus
tollens en el cual la ciencia suple una de las premisas (además de la experimentación y la
observación) y la naturaleza suple la otra:

a. Si (hipótesis del núcleo duro), entonces O (donde O representa un enunciado


observacional);
b. No es el caso que O (la naturaleza dice “no”: la predicción no tiene éxito);
Entonces
c. No (el núcleo duro más las hipótesis auxiliares)

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Pero la lógica nos deja una elección, la conjunción del núcleo duro más las hipótesis
auxiliares se tienen que ir, pero podemos retener o el núcleo duro o las hipótesis auxiliares,
es decir, lo que Lakatos nombra como heurística2 negativa del programa de investigación,
nos permite retener el núcleo duro, pero modificar las hipótesis auxiliares. Se debe utilizar
ingenio para articular o inventar “hipótesis auxiliares” que formen un cinturón de seguridad
alrededor del núcleo duro y debemos redireccionar el modus tollens a esto. Es dicho cinturón
de seguridad de las hipótesis auxiliares el que tiene que soportar el peso de las pruebas y
(re)ajustarse, o incluso reemplazarse por completo, para defender el núcleo ya endurecido.
Así, cuando la refutación está en juego, lxs científics construyen una nueva teoría, la siguiente
en la secuencia, con el mismo núcleo duro pero con un conjunto modificado de hipótesis
auxiliares. ¿Cómo se logra esto? Asociado al núcleo duro, está lo que Lakatos llama la

2
Heurística como técnicas, procedimientos o metodologías para resolver problemas.

16
heurística positiva del programa, un conjunto articulado de sugerencias parciales sobre cómo
cambiar, desarrollar las “variantes refutables” del programa de investigación, cómo
modificar, sofisticar el cinturón de seguridad “refutable”. De esta manera para Lakatos se
muestra lo que lxs científicos usualmente hacen y lo que él piensa que buscan hacer. Pero,
¿qué hay con el criterio de demarcación entre la ciencia y la no ciencia o entre ciencia buena
y ciencia mala? Incluso si a veces persiste algo irracional con el núcleo duro de una teoría
cuando han sido refutados tanto el núcleo duro como el conjunto de hipótesis auxiliares, debe
haber algunas circunstancias en las cuales es irracional rendirse. La metdología de los PICs
es algo más que la defensa de necedades científicas.

La teoría de la gravitación de Newton, la teoría de la relatividad de Einstein, la mecánica


cuántica, el marxismo, el freudianismo (éstos últimos seudociencia para lxs popperianxs),
son todos programas de investigación, cada uno con un núcleo duro característico tercamente
defendido, cada uno con su cinturón de seguridad flexible y cada uno con su maquinaria de
resolución propia. Cada uno de ellos, en cualquier etapa de su desarrollo, tiene problemas sin
resolver y anomalías sin digerir. Así, todas las teorías nacen refutadas y mueren refutadas,
pero ¿son todas igual de buenas? Por supuesto Lakatos piensa que no, alguna ciencia es
objetivamente mejor que otra, distinguiendo entre “un programa progresivo o científico” y
otro “pseudocientífico o degenerativo”.
Entonces la pregunta está en sí la secuencia de teorías, el programa de investigación, es
científico o no científico o si constituye buena o mala ciencia. Un programa es teóricamente
progresivo (buena ciencia) porque cada nueva teoría en la secuencia debe tener un exceso de
contenido empírico sobre su predecesora, debe predecir hechos no esperados y novedosos;
además es empíricamente progresiva, porque algunos de esos datos novedosos tienen que
corroborarse, algunos “hechos” nuevos que la teoría predice deben resultar verdaderos.
Entonces, un programa de investigación es progresivo si tiene tanto lo teórico como lo
empírico antes mencionado, y degenerativo en caso contrario. La buena ciencia es progresiva
y la mala ciencia es degenerativa y un programa de investigación inicia o termina como tal.
En resumen, para la demarcación lakatosiana es necesario que al menos existan dos teorías y
un hecho, donde es buena ciencia aquella que tenga un exceso de contenido corroborado.
Además, sigue varado en la noción de progreso moderno sin rupturas, al igual que Popper
(exceso de conocimiento-inclusión del mismo-conmensurabilidad), lo que se identifica como
una reconstrucción racional de la historia de la ciencia, no hay pérdida de conocimiento, sólo
subsunción de teorías (A=B; B=C por lo tanto A=C).
Ahora bien, distingamos entre “proyecto de investigación” y “programa de investigación”.
Con el primero se denotará lo que lxs investigadorxs llaman normalmente un proyecto de
investigación, a saber, una manera específica de enfocar un problema utilizando alguna
combinación bien definida de ideas teóricas y experimentales. Un proyecto de investigación
lo lleva a cabo una persona o grupo de personas, solicitan fondos para él, obtienen ayuda a
partir de él, etc. Un programa de investigación es un asunto más abstracto e histórico; es una
17
sucesión de teorías que podrían perdurar siglos, y que podrían caer en el olvido durante 80
años para ser revividas más tarde por una infusión completamente fresca de hechos o ideas.

En casos particulares regularmente es sencillo reconocer un continuo de teorías en desarrollo.


Lakatos introduce la palabra “heurístico” para ayudar, como un adjetivo que describe un
método o proceso que guía el descubrimiento o la investigación. Desde los comienzos de la
“inteligencia artificial” en la década de los cincuenta del siglo XX, la gente hablaba de
procedimientos heurísticos que ayudarían a las máquinas a resolver problemas. La
inspiración de Lakatos en lo heurístico vino de su maestro y compatriota, el matemático
Georg Polya. Posteriormente, Lakatos adaptó la idea de heurística como clave para identificar
los programas de investigación. Él sostiene que un programa de investigación se define por
su heurística positiva y negativa. La heurística negativa dice: manos fuera de aquí, no te
entrometas (relación entre el núcleo duro, hipótesis auxiliares y modus tollens, ver arriba).
La heurística positiva dice: aquí hay un conjunto de problemáticas clasificadas por orden de
importancia; preocúpense sólo de los temas que se encuentran hasta arriba de la lista, aquí sí
se pueden modificar las cosas.

La heurística negativa es el “núcleo duro” de un programa, un grupo de principios centrales


que nunca se deben desafiar. Se consideran irrefutables. Así, en el programa newtoniano
tenemos en el núcleo las tres leyes de la dinámica y la ley de la gravitación. Si los planetas
se portan mal, unx newtonianx no va a corregir la ley de la gravitación, sino que tratará de
explicar la anomalía postulando un planeta posiblemente invisible, un planeta que, de ser
necesario, podrá detectarse por medio de sus perturbaciones en el sistema solar.

La heurística positiva es una agenda que determina los problemas de lo que debería
trabajarse. Lakatos se imagina un programa de investigación saludable nadando
decididamente en un mar de anomalías, pero sin dejar de ser exuberante. Según él, la opinión
de Kuhn sobre la ciencia normal hace casi azaroso cuáles anomalías se convierten en objeto
de la resolución de acertijos. Lakatos dice, por el contrario, que hay una jerarquización de los
problemas. Unos cuantos se escogen sistemáticamente para la investigación. Esta selección
genera un “cinturón protector” alrededor de la teoría, pues unx sólo se ocupa de los problemas
previamente ordenados. Usa esto para explicar por qué, con el perdón de Popper, la
verificación parece ser importante en la ciencia. La gente escoge algunos problemas para
trabajar en ellos, y se siente justificada por una solución; las refutaciones, por su parte,
pueden no ser interesantes.
El progreso y la degeneración

¿Qué es lo que hace que un programa de investigación sea bueno o malo? Los buenos son
progresivos, los malos están en proceso de degeneración. Un programa será una sucesión de
teorías T1, T2, T3… Cada teoría debe ser por lo menos tan consistente con los hechos
conocidos como su predecesora. La sucesión es teóricamente progresiva si cada teoría
predice algunos hechos novedosos no previstos por sus predecesoras. Es empíricamente

18
progresiva si se consolidan algunas de esas predicciones. Un programa es progresivo a secas
si es teórica y empíricamente progresivo, es decir, si avanza teórica y experimentalmente. De
otra manera está degenerándose.

El programa en degeneración gradualmente se encierra en sí mismo. Por ejemplo, una de las


versiones clásicas de la historiografía de la ciencia es la de Pasteur, cuyo trabajo sobre
microbios le permitió salvar a la cerveza, el vino y la industria de la seda que estaban
amenazadas por varios organismos diminutos. Después empezamos a pasteurizar la leche.
Pasteur también identificó a los microorganismos que le permitieron encontrar una vacuna
contra la rabia. Esto llevó al desarrollo de un programa de investigación cuyo núcleo duro
sostenía que todo daño orgánico que hasta la fecha no fuera explicable en términos de
parásitos o de órganos lesionados era explicable en términos de microorganismos. Cuando
se descubrió que muchas enfermedades no eran causadas por bacterias, la heurística positiva
dirigió la búsqueda hacia algo más pequeño, el virus. Este programa de investigación
progresivo tenía subprogramas de investigación en degeneración. Tal fue el entusiasmo por
los microbios que lo que ahora llamamos enfermedades carenciales tenían que ser causadas
por bichos.

No obstante, los nuevos procesos de limpieza del arroz con vapor, importados de Europa,
causaron una epidemia de beriberi que mató a millones de chinxs e indonesixs para quienes
el arroz era la comida básica. La vitamina B1 de la cáscara del arroz se destruía con la
limpieza. En gran medida gracias a experimentos dietéticos llevados a cabo en la marina
japonesa, la gente se empezó a notar gradualmente que con el arroz descascarillado el
problema no era la presencia de microbios, sino algo que faltaba en él. Cuando todo lo demás
falló, Manson insistió en que hay bacterias que viven y mueren en el arroz descascarillado
pero no en el arroz con cáscara, y éstas son la causa del problema. Este paso fue teóricamente
degenerativo porque cada modificación en la teoría vino sólo después de nuevas
observaciones, no antes, y era empíricamente degenerativo porque no se encuentran tales
organismos en el arroz descascarillado.
En retrospectiva
No se puede saber con anticipación si un programa de investigación es progresivo.
Consideremos el problema de la modificación del programa de Pasteur, en el que los virus
reemplazan a las bacterias como la fuente de la mayoría de los males que persisten en el
mundo. En los años sesenta del siglo XX surgió la especulación de que los cánceres –
carcinomas y linfomas– eran causados por un virus. Se han registrado algunos éxitos muy
raros al respecto. Por ejemplo, un linfoma tropical extraño, el linfoma de Burkitt, que causa
inflamaciones en las extremidades de la gente que vive a una altitud de 1,500 metros en el
ecuador, es casi seguramente causado por un virus. 3 Pero, ¿qué podemos decir del programa

3
Actualmente ciertos tipos de virus de papiloma humano juegan un papel importante para desencadenar lesiones
cancerosas en el cuello del útero. Pero esto no es una implicación directa entre esos tipos específicos de VPH y

19
de investigación general del virus del cáncer? Lakatos nos dice que “debemos tomar con
indulgencia los programas en ciernes, los programas pueden requerir décadas antes de
despegar y convertirse en empíricamente progresivos”. Sin embargo, aun cuando hayan sido
progresivos en el pasado –como el programa de Pasteur– esto no nos dice nada, excepto: “no
seamos dogmáticxs; si estamos estancadxs, emprendamos numerosos tipos distintos de
investigación”.
El aumento de conocimiento

Toda la empresa teórica construida por Lakatos lleva consigo la idea de que es conocimiento
aumenta (avance, progreso científico). Sobre esto trata de edificar su filosofía, a partir del
hecho de que podemos ver que el conocimiento aumenta independientemente de lo que
pensemos acerca de la “verdad” o la “realidad”. Debemos observar tres aspectos relacionados
con este hecho. En primer lugar, unx puede ver desde un primer examen que el conocimiento
ha aumentado. Esta no es una lección de filosofía general o de historia, sino de la mera lectura
detallada de secuencias específicas de textos. Es obvio que después del trabajo de Rutherford
y Soddy y del descubrimiento de los isótopos, se supo muchísimo más acerca de los pesos
atómicos de lo que se había soñado, después de que Prout propusiera en 1850 la hipótesis de
que el hidrógeno es el elemento básico del universo y los pesos atómicos son múltiplos
enteros del peso atómico del hidrógeno. Esto porque Lakatos tiene un punto de partida
profundo pero elemental, a saber, que hay aumento de conocimiento: sabemos más acerca de
los pesos atómicos que lo que alguna vez supimos, aun cuando el futuro nos lleve a
reconceptualizaciones completamente nuevas expandidas de esos dominios.

Además, desde las perspectivas hasta aquí discutidas, no puede discutirse que algunos
sucesos históricos muestran el aumento del conocimiento. Lo que se necesita es un análisis
que nos diga en qué consiste ese aumento, y que nos diga cuál es el aumento al que llamamos
ciencia y cuál no lo es. Tal vez haya gente que piense que el descubrimiento de los isótopos
no es un verdadero aumento del conocimiento. La actitud de Lakatos es no refutarles;
probablemente sean holgazanxs que nunca han leído los textos ni han tomado parte en los
resultados experimentales de tal aumento. No deberíamos discutir con esa gente inculta,
según Lakatos. Cuando hayan aprendido cómo usar isótopos, o simplemente hayan leído los
textos, descubrirán que el conocimiento (científicos y sólo dentro de esta perspectiva) sí
aumenta (¡ja!).
Este pensamiento lleva a otro punto. El aumento del conocimiento científico, dado un análisis
inteligente, podría proporcionar una demarcación entre la actividad racional y el
racionalismo. A pesar de que Lakatos expresó los asuntos de esta manera, no es la manera
adecuada de decir las cosas o la mejor para hacerlo. Por ejemplo, nada ha crecido más
consistente a través de los años que los comentarios sobre el Talmud. ¿Es esa una empresa

cáncer cérvico uterino, ya que con las medidas adecuadas de revisión y prevención, la enfermedad no suele
presentarse.

20
racional? Vemos inmediatamente cuán vacía resulta la palabra “racional” si la queremos
utilizar para evaluaciones positivas. Los comentarios son el cuerpo de textos más razonado
que conocemos, mucho más razonado que la literatura científica, y deben situarse en los
momentos y contextos históricos en los cuales son enunciados.
Otro ejemplo, ciertxs filósofxs de la ciencia se plantean la pregunta tediosa de por qué la
astrología occidental del siglo XX, tal como es, no es ciencia. Pero no es aquí en donde reside
el difícil problema de la demarcación. Popper fue en busca de presas mayores cuando
cuestionó el derecho del psicoanálisis y de la historiografía marxista a considerarse
“ciencias” (¿pero por qué todo debe ser “ciencia” a la forma de ellos para que pueda “ser
válido”?). La maquinaría de los programas de investigación, núcleos duros y cinturones de
seguridad, progreso y degeneración, debe, sin en algo vale, llevarnos a una distinción, no
entre lo racional y el razonamiento y lo irracional y el no razonamiento, sino entre los
razonamientos que llevan lo que Popper y Lakatos llaman conocimiento objetivo y los que
persiguen fines diferentes y que tienen trayectorias intelectuales diferentes.

Lakatos era mordaz, tenía observaciones fuertes y no poca seguridad en sí mismo. Hizo
muchas observaciones amenas sobre diferentes proyectos de investigación, pero estos
comentarios punzantes eran incidentales en la filosofía, y posiblemente independientes a ella.
La historia interna y la historia externa

La herramienta de Lakatos para entender la objetividad es algo a lo que él llamaba historia.


Ciertxs historiadorxs de la ciencia encuentran en Lakatos sólo “una parodia histórica que
pone los pelos de punta”. Lo anterior porque ignora todo lo referente a las metodologías y
procesos que se utilizan en distintos tipos de tradiciones historiográficas, reduciendo lo que
Lakatos considera como “historia” a una perspectiva muy particular.

Lakatos principia con una “nueva demarcación no ortodoxa entre ‘historia externa’ e ‘historia
interna’”, pero no está muy claro qué es lo que ocurre. La historia externa, por lo general,
trata de los factores económicos, sociales y tecnológicos que no están directamente
implicados en el contenido de la ciencia, pero que se considera que influyen o explican
algunos sucesos de la historia del conocimiento. La historia externa puede incluir un suceso
como el primer satélite soviético que se puso en órbita –el Sputnik– y que fue seguido por la
inversión instantánea de grandes sumas de dinero estadounidense en la educación científica.
La historia interna es por lo general la historia de las ideas que guardan relación con la
ciencia, y se preocupa de las motivaciones de lxs investigadorxs, sus patrones de
comunicación y las líneas de afiliación intelectual: quién aprendió qué y de quién. La historia
interna ha de ser un extremo de ese espectro, porque excluye cualquier cosa del dominio
subjetivo o personal. Lo que la gente creyó no es pertinente: ha de ser la historia de algún
tipo de abstracción, del conocimiento enajenado. La historia de los programas de
investigación anónimos y autónomos.

21
Esta idea acerca del aumento del conocimiento para convertirse en algo objetivo y no humano
se vislumbraba ya en el primer trabajo filosófico de Lakatos, Proofs and Refutations. En este
diálogo sobre la naturaleza de las matemáticas encontramos lo siguiente:

La actividad matemática es actividad humana. Algunos aspectos de esa actividad –como


de toda actividad humana– pueden ser estudiados por la psicología, otros por la historia.
La heurística no está principalmente interesada en estos aspectos. Pero la actividad
matemática produce matemáticas. Las matemáticas, ese producto de la actividad humana,
“se enajenan” de la actividad humana que las ha estado produciendo. Se vuelven un
organismo viviente en crecimiento que adquiere cierta autonomía de la actividad que lo
produjo. (Lakatos en Hacking, p. 148).
En la cita anterior están los antecedentes lakatosianos sobre la “historia interna”, la doctrina
que subyace en sus “reconstrucciones racionales”. Una de las lecciones de su obra temprana
es que las matemáticas pueden ser a la vez el producto de la actividad humana y autónomas,
con su propia caracterización interna de la objetividad que puede analizarse desde el punto
de vista de cómo ha aumentado el conocimiento matemático. Popper ha sugerido que tal
conocimiento objetivo podría ser un “tercer mundo” de la realidad y Lakatos le daba vueltas
a la idea.
La metáfora de Popper de un tercer mundo es enigmática. En la definición de Lakatos, “el
‘primer mundo’ es el mundo físico; el ‘segundo mundo’ es el mundo de la consciencia, de
los estados mentales y, en particular, de las creencias; el ‘tercer mundo’ es el mundo platónico
del espíritu objetivo, el mundo de las ideas”. Para Hacking es preferible cuando Popper señala
que el tercer mundo es el mundo de los libros y las revistas almacenados en bibliotecas, de
los diagramas, de las memorias de las computadoras. Estas cosas “extrahumanas”, oraciones
pronunciadas, son más reales que cualquier cosas que lo que hablar de Platón (sensu el mito
de la caverna) pudiera sugerir.

La historia interna consiste en una construcción racional de lo que realmente sucedió, que
muestra por qué lo que sucedió en muchos de los incidentes más célebres de la historia de la
ciencia –canónica– es digno de nombrarse como “racional” y “objetivo”. Lakatos tiene una
máxima que suena bien, una parodia de una de las expresiones kuhnianas: “la filosofía de la
ciencia sin la historia de la ciencia está vacía; la historia de la ciencia sin la filosofía de la
ciencia es ciega”. Suena bien, pero Kant había hablado de algo diferente, se trata de una
reelaboración desde la filosofía de la ciencia de Kuhn, cuando se comienza a tomar a la
historia de manera más seria. Para Kuhn, “la historia sin filosofía está vacía, la filosofía sin
historia es ciega”, inspirado en el Kant de la Crítica de la Razón Pura: “los conceptos sin
intuiciones son vacíos, las intuiciones sin conceptos son ciegos”, sólo que esta discusión no
va sobre el rastreo de estos antecedentes.
Todo lo que tiene que decirse acerca de la historia irreflexiva de la ciencia lo dijo el mismo
Kant en sus escritos sobre la Lógica: “la mera polihistoria es una erudición del cíclope al que

22
le falta un ojo, el ojo de la filosofía”. Lakatos quiere reescribir la historia de la ciencia de tal
manera que los “mejores” incidentes de la historia de la ciencia sean ejemplos de programas
de investigación progresivos, una lectura alternativa y muy lakatosiana de Kant.

Pero Lakatos tiene un problema: caracterizar el aumento del conocimiento internamente por
medio de un análisis de ejemplos de tal aumento. Hay una conjetura, que la unidad del
crecimiento es el programa de investigación (definido por el núcleo duro, el cinturón de
seguridad, la heurística) y que los programas de investigación son progresivos o están en
proceso de degeneración, y finalmente, que el conocimiento aumenta por el triunfo de los
programas progresivos por encima de los que están en proceso de degeneración. Para poner
a prueba esta suposición seleccionamos un ejemplo que debe ilustrar algo que lxs científicxs
han descubierto. El ejemplo debería pues ser admirado por lxs científicxs, no porque estemos
ligadxs a la ortodoxia, sino porque la gente que trabaja en un dominio en particular tiende a
tener una mejor idea que lxs legos de lo que es importante. Feyerabend llama a esta actitud
elitismo. ¿Lo es? El otro mandamiento de Lakatos es que nos pongamos a leer todos los
textos que podamos encontrar que abarquen una época en la que se desarrolle el programa de
investigación, así como a todos lxs practicantes del programa. Sí, esto es elitismo porque
pocxs pueden darse tiempo para leer y sólo algunxs tienen acceso material e intelectual de
los mismos. Pero Lakatos intenta salvarse con una premisa intelectual antielitista, diferente
a una premisa económica elitista: que si los textos están disponibles, cualquiera puede leerlos,
más bien, cualquiera debería tener acceso público a los mismos.
Lakatos define la objetividad y la racionalidad en térinos de PICs progresivos y permite que
un incidente en la historia de la ciencia sea objetivo y racional si su historia interna puede
escribirse como una sucesión de cambios progresivos de problemas. Hacking no considera
que una lectura distinta de Kuhn tenga el aire apocalíptico de relativismo cultural que Lakatos
cree encontrar. Pero hay una preocupación importante detrás de la antipatía de Lakatos por
el trabajo de Kuhn, relacionada con un comentario de Feyerabend, respecto a que las teorías
de Lakatos acerca de la racionalidad científica, en el mejor de los casos, encajan con los
grandes logros “de los últimos dos o tres siglos”, lo demás no es histórica ni mucho menos
científicamente relevante para Lakatos. Después de ponernos de acuerdo en restringirnos a
esta parte “interna” de los datos, podemos intentar organizar el resultado en una historia de
los PICs. Sin embargo, la racionalidad se define simplemente desde el punto de vista de lo
que una comunidad (científica al poder) en el presente considera correcto.
Un cuerpo de conocimiento puede romper con el pasado de dos maneras. Ahora ya estamos
familiarizadxs con la posibilidad de que nuevas teorías reemplacen completamente la
organización conceptual de sus predecesoras. La historia de Lakatos de programas
progresivos y en proceso de degeneración es un buen comienzo para decidir cuándo son
“racionales” tales reemplazos. Pero todo el razonamiento de Lakatos da por sentado lo que
podemos llamar el modelo hipotético deductivo del razonamiento. A pesar de todas sus
correcciones a Popper, sigue dando por sentado que las conjeturas se hacen y se ponen a

23
prueba cotejándolas con problemas del cinturón de seguridad (modus tollens). Una fractura
mucho más radical en el conocimiento ocurre cuando surge un estilo totalmente nuevo de
razonamiento. La fuerza de la burla de Feyerabend acerca de los “últimos dos o tres siglos”
es que el análisis de Lakatos es pertinente con respecto a un conocimiento atemporal y una
razón atemporal, además, únicamente es pertinente a un tipo específico de conocimiento
producido por un estilo particular de razonamiento. Este conocimiento y ese estilo tienen un
comienzo específico, es decir, el científico.

Paréntesis: Ludwig Wittgenstein


Pese a que existen diferentes revisiones y lecturas del trabajo filosófico de este autor, la
nuestra se acota específicamente en su relación con el positivismo lógico y la manera tan
interesante, compleja y flexible en la cual analiza al lenguaje, pese a encontrarse en un
momento más lógico y tradicional en la filosofía (de la ciencia).

La frase de “el significado es uso” (del lenguaje) funciona como hilo conductor y conclusión
de la filosofía tardía de Wittgenstein a partir de la década de 1930, en el contexto de su
filosofía tardía. Otro, entre muchos conceptos relevantes, dentro de la filosofía de
Wittgenstein es el de Sprachspiele o Juegos DEL lenguaje. La traducción es complicada,
dada la maleabilidad del alemán para fusionar palabras que construyen otras, lo que para
Guevara-Aristizabal (2014) sugiere un reto de traducción:

 Language-games (maleabilidad utilizando guiones)


Preposición conectora que responda a la pregunta ¿De qué son los juegos?

 Juegos de lenguaje
“Juegos del lenguaje” se adscribe más a un lenguaje ideal único y universalista, pero justo
Wittgenstein acepta que hay múltiples acepciones del lenguaje las cuales dependerán del
juego. Similar a “juegos de mesa”, que no hace referencia a juegos que sólo puedan llevarse
a cabo en una mesa en particular (de la mesa), sino que son un tipo de juegos que pueden
llevarse a cabo sobre cualquier superficie plana, de ahí el manejo en la traducción como
“juegos de lenguaje” en lugar de “juegos del lenguaje”.
Es en el contexto anterior que se tiene que colocar la siguiente constelación conceptual para
que “Juegos de lenguaje” cobre sentido, sumándose a su relación con “uso”, “interpretación”
y “reglas”. No se puede entender estos conceptos de manera aislada en la filosofía de
Wittgenstein. Así, el significado es uso (…) es una oración que se enlaza a su vez con el
siguiente cuestionamiento: ¿Al significado y al uso de qué está haciendo referencia?
Wittgenstein, contemporáneo pero no perteneciente al Círculo de Viena, analiza el lenguaje
de una manera distinta al movimiento. Para él NO es posible sostener que haya un único
lenguaje, ya sea ideal o no, lógico o abstracto, al cual deberíamos dirigirnos y en el cual se
abrace de manera exhaustiva la multiplicidad de usos lingüísticos y formas de expresión que

24
disponemos. Entonces, con Wittgenstein se posiciona una tensión entre subordinar el
lenguaje y el mundo a la lógica versus un lenguaje que cobra vida a través de los juegos, de
los usos del mismo.

Para él, la lógica es sólo una herramienta de cálculo derivada en el estudio teórico de los
juegos. Por ejemplo, pese al uso de palabras o expresiones familiares, éstas no significan lo
mismo en el ámbito de la ética:

 Emilia es una buena niña (juicio ético o moral)


 Emilia es una buena bailarina (habilidades psicomotrices)
 Verde es verde
Tan sólo con los ejemplos anteriores, los juegos de lenguaje de las palabras “buena” y
“verde” incorporan la interpretación de los mismos dentro de situaciones diferentes. Además,
las palabras no tienen un solo significado, también pueden tener símbolos distintos. En este
sentido el análisis filosófico de Wittgenstein se distancia de la postura universalista del
lenguaje que proponía el Círculo de Viena y el positivismo lógico.
Lenguaje
Cuando se entiende el lenguaje en un sentido estrecho para Wittgenstein, se hace referencia
a un conjunto de signos (palabras y proposiciones) que pueden combinarse en infinidad de
formas y así obtener los significados más diversos.
Sin embargo, y aunque el uso anterior no es incorrecto, tampoco es el único. Para
Wittgenstein se incluyen también una gama de recursos utilizados de forma repetida en
nuestras prácticas lingüísticas, tales como gestos, movimientos y acciones; impostar la
entonación, cambios en la duración de las pausas; las mismas palabras y proposiciones junto
con todo el sistema de signos de puntuación que acompañan a la escritura; imágenes, cosas,
música, sensaciones e incluso el silencio, el cual deja de tomarse como la salida al
inconveniente que supone emitir sinsentidos en el lenguaje, deja de ser un vacío y toma un
lugar en la expresividad.
Suponer que “lenguaje” es lo que está implícito en la máxima del uso nos lleva a estas
dificultades y a tratar de poner en un viejo término (lenguaje), con todo un campo histórico-
semántico que arrastrar, aquello mismo que pretende romper con él: no se trata de un único
lenguaje, sino de una multiplicidad de juegos del lenguaje; tampoco de lenguaje en el sentido
proposicional, sino de una variedad de formas y estrategias que se usan y practican de manera
efectiva en nuestros intercambios lingüísticos, cada una de las cuales adquiere un sentido
propio en relación con el juego desde el que emergen.

Es con base en lo anterior que Wittgenstein dialogó intensamente con el Círculo de Viena,
dada la importancia que este último le da a su trato lógico proposicional del lenguaje versus
la complejidad contextual y flexibilidad que Wittgenstein propone en “el significado es uso”.

25
4. Anarquismo epistemológico
Paul K. Feyerabend (1924-1994) fue primero expositor y después crítico de Popper, así como
uno de lxs filósofxs de la ciencia más famosxs, dada su crítica de la misma, particularmente
a los intentos “racionalistas” de dictar o descubrir reglas del método científico.
Para Feyerabend, lxs defensorxs de la ciencia, que también se colocan como defensorxs de
la razón, son el tipo de intelectual imperialista cuyas actitudes y consejos en el pasado
permitieron, vivenciaron o colaboraron con la destrucción de las comunidades de primer
mundo (o del mundo en general). También critica la idea de que la ciencia es exitosa, que
comienza de los hechos para construir teorías y dar comprensión a los mismos, refiriéndose
a lo anterior como un mito. Del mismo modo, para las afirmaciones de que la ciencia está
libre de valores y de que los resultados científicos son relevantes para problemas sociales
urgentes. La imagen platónica racionalista de la ciencia como pensamiento puro acerca de la
naturaleza de la realidad es una distorsión.

Con lo anterior Feyerabend sostiene que “Science is not one thing, it is many”. La supuesta
correlación ontológica de la ciencia con “el mundo”, no sólo es una cosa, sino un sinfín de
tipos de cosas, las cuales no pueden “reducirse” una a la otra (cf. positivismo lógico,
falsacionismo, PICs). De hecho, tampoco hay una razón para suponer que el mundo tiene una
única naturaleza determinada, sino que las investigaciones construyen al mundo en el curso
de sí mismas y su pluralidad asegura que el mundo tenga una calidad plural profunda: el dios
homérico y las partículas subatómicas SON diferentes formas en las cuales “Ser” responde a
(diferentes tipos de) investigación, se mueven en nociones diferentes de Naturaleza. Cómo
es el mundo “en sí mismo” no es cognoscible, más bien, se construye; de esta manera, la
etapa final de Feyerabend se asocia a un constructivismo social.
Para él, el progreso científico viene a través del pluralismo teórico, permitiendo una
pluralidad de teorías incompatibles y por lo tanto de contenido empírico. Este modelo
pluralista implica que las teorías pueden aumentar su contenido empírico, porque pueden
enfrentar dificultades que sólo se descubren con la ayuda de teorías alternativas. En lugar de
esperar a que la teoría actual entre en dificultades, y sólo entonces comenzar a buscar por
alternativas, se busca que proliferen teorías que sean defendidas tenazmente con la esperanza
de que nos permitan una refutación indirecta de la teoría existente. Sólo las teorías que son
empíricamente adecuadas contribuirán al aumento del conocimiento. Aquí Feyerabend
insiste en que cualquier teoría, no importa cuán débil, puede convertirse en empíricamente
adecuada y así contribuir al proceso.

Así, el pluralismo implica reconocer la inconmensurabilidad como componente de cambio


dejando de lado la adscripción a una única teoría. La carga teórica nos limita o posibilita la
interpretación. Hay una experiencia interpretativa, los enunciados se eligen por convención
y pueden cambiar, tienen movilidad histórica. Toda interpretación es limitada, se acepta
que partimos de una expectativa y que es esta misma la que condiciona o limita a la

26
observación. No todos los objetos están a nuestro alcance teórico, los hechos pueden
ocultarse por nuestras propias teorías, entonces, comprendemos pero no traducimos. Las
críticas a las teorías deben provenir del exterior. La experiencia es reinterpretación desde la
inconmensurabilidad (la cual brinda cierta distancia), lo que desemboca en un pluralismo
teórico y el desarrollo científico. La adecuación deja de ser empírica y pasa a ser histórica,
hay pérdida de contenido en la inconmensurabilidad.
Carnap trató de convencer a Feyerabend sobre las virtudes de la claridad, pero falló, porque
éste seguía atado a lo “científico” y consideraba que la filosofía no servía de nada al menos
que hiciera una contribución significativa y cuantificable al crecimiento de conocimiento.
Pero durante un seminario en Hamburgo en 1965, discutiendo sobre los fundamentos de la
mecánica cuántica, Feyerabend sostuvo que una persona que intenta resolver un problema,
ya sea en ciencia u otros lugares, debe tener completa libertad y no puede ser restringida por
ninguna demanda, norma, no importa cuán plausibles puedan ser para la lógica filosófica que
se les enseñó. Entonces, cuando explica cómo Bohr usa esta filosofía y cómo difiere de los
procedimientos más abstractos, Feyerabend comienza a girar al “anarquismo”
(epistemológico), movimiento que consolidó hasta 1977.

En 1970 publica “Against Method” un artículo en el cual ataca muchos informes de la


metodología científica. En esta época sostuvo mucha comunicación con Lakatos, planeando
la construcción del debate en una publicación conjunta, que debiera titularse For and Against
Method, en la cual Lakatos defendería el “racionalismo” con base en un conjunto
identificable de reglas para el método científico que hacen que la buena ciencia sea ciencia y
Feyerabend lo atacaría. Pero la muerte inesperada de Lakatos en 1974 afectó profundamente
a Feyerabend, dejando incompleta la parte racional del trabajo.
Feyerabend construyó espacios en los cuales la gente pudo respirar nuevamente, demandó a
la filosofía que fuera receptiva a ideas disparatadas para que el conocimiento creciera.
Against Method no fue un libro para él, sino un collage, con descripciones, análisis,
argumentos pasados; todos arreglados de una forma adecuada, añadiendo cosas,
reemplazando pasajes moderados por otros indignantes, nombrando al resultado
“anarquismo”. Le encantaba dejar a la gente en shock.
Feyerabend defendió una metodología “pluralista”; insatisfecho con cualquier metodología
(anything goes). Enfatizó que teorías antiguas, como la del movimiento de Aristóteles, tenían
apoyo argumentativo y empírico poderoso y señaló que los héroes de la revolución científica,
como Galileo, no fueron tan escrupulosos como se pensaba, dado que éste utilizó retórica,
propaganda y muchos trucos epistemológicos y sociales con la finalidad de apoyar su visión
heliocéntrica. El ejemplo de Galileo es crucial para Feyerabend, dado que la “revolución
científica” es su paradigma de progreso científico y de cambio conceptual radical. Against
Method menciona que el anarquismo epistemológico como una postura en la cual no se
reconocen reglas metodológicas útiles y excepcionales que gobiernen el progreso de la
ciencia o el aumento del conocimiento. La historia de la ciencia es tan compleja que si
27
insistimos en una metodología general que no inhiba el progreso, la única “regla” que
contendrá será la útil sugerencia de: todo se vale (anything goes).

Inconmensurabilidad, experiencia, ontología y realismo


Al igual que Hanson y Kuhn, Feyerabend se sirvió de las imágenes construidas por la
psicología de la Gestalt para mostrar que las teorías no son sólo instrumentos descriptivos,
sino estructuras conceptuales que constituyen fenómenos mediante los sistemas de
clasificación y formas de ver el mundo que cada una de ellas impone sobre la realidad. Lo
que estas figuras revelan es que diferentes esquemas mentales provocan que el mismo
estímulo se perciba de formas distintas; los esquemas ofrecen cierta evidencia de las
consecuencias empíricas de la tesis de la inconmensurabilidad y de los cambios perceptuales
que lxs sujetxs sufren cuando cambian de una teoría a otra

El fenómeno de la inconmensurabilidad hace que las normas que lxs “racionalistas” usan
para comparar teorías sea inaplicable, lo que lo abanderó como un “irracional”. Las
reacciones críticas en su contra lo tomaron por sorpresa, estaba impactado por ser acusado
como agresivo y desagradable, así que respondió acusando a sus acusadores de lo mismo.
Sintió la necesidad de responder y armó una sección en otra publicación¸ Science in a Free
Society, titulada “Conversations with Illiterates”, donde regaña a los comentarios poco
afortunados por haber malinterpretado Against Method, así como por ser incapaces de
distinguir la ironía y las reducciones al absurdo de sus argumentos, llevándolo al grado de la
depresión: “now I was alone, sick with some unknown affliction; my private life was in a
mess, and I was without a defense. I often wished I had never written that fucking book”
(Feyerabend 1945: 147). Debido a que no hay método científico, no podemos justificar a la
ciencia como la mejor manera de adquirir conocimiento; sus resultados no prueban su
excelencia, porque dependen de la presencia de elementos no científicos. La ciencia sólo
prevalece porque el espectáculo ha sido manipulado a su favor, mientras que otras
tradiciones, pese a sus logros, no tendrán oportunidad.

Con Feyerabend, toda tradición de suficiente generalidad enjuicia las cosas a su modo propio.
Nosotrxs tenemos la sensación de algo natural ante la fotografía de una casa o ante un dibujo
con perspectiva; una persona no familiarizada con la perspectiva ve un edificio que se
derrumba… Así, múltiples son las posibilidades de nuestra conducta ante la naturaleza, e
igualmente múltiple es también la “realidad” que contemplamos en ella.

La circunstancia de que hoy parece dominar sólo una forma de contemplar la naturaleza no
puede seducirnos con el error y hacernos pensar que, a fin de cuentas, a pesar de todo hemos
alcanzado “la” realidad. Esto únicamente significa que otras formas de realidad no tienen
provisionalmente consumidores, amigxs, defensorxs y ciertamente no porque no tengan nada
que ofrecer, sino porque no se las conoce o no hay interés por sus productos.
Las teorías inconmensurables ordenan, clasifican y dotan de significado de manera distinta a
la misma realidad: lo que ocurre cuando se da el paso de una teoría T’ restringida a una teoría
28
T más amplia (capaz de abarcar todos los fenómenos abarcados por T’) es algo mucho más
radical que la incorporación de la teoría T’ inalterada al contexto de T, que es más amplio.
Es una sustitución de la ontología de T’ por la ontología de T, y el correspondiente cambio
en el significado de todos los términos descriptivos de T’ (suponiendo que esos términos se
sigan empleando).
Así, el término “poseso” que una vez fuera utilizado para dar una descripción causal de las
particularidades de comportamiento (hoy) relacionadas con la epilepsia se conservó, pero fue
vaciado de sus componentes diabólicos (¿dónde?). A pesar de la conservación del concepto,
el cambio implica la desaparición de un tipo de entidades a las que en algún momento se
concebía como causantes de ciertas conductas humanas. Entonces, ¿el mundo es siempre uno
y el mismo?
En la transición entre teorías no sólo cambian las impresiones, los fenómenos, las
experiencias y los conceptos, sino que un nuevo tipo de “realidad” es introducido como base
de la explicación. Lo que se considera “naturaleza” en una época (o cultura) es un producto
nuestro, en el sentido de que todos los rasgos que se le adscriben han sido primero inventados
por nosotrxs y usados después para otorgar orden a lo que nos rodea. La sustitución de las
viejas ontologías responde a nuestro progresivo acercamiento a verdades. “Realismo” quiere
decir que se trata de comprender lo real en función de lo teórico, en lugar de considerarlo
como algo dado.
Someter a crítica cualquiera de nuestras creencias no es lo mismo que negarlas; cuando dos
teorías o lenguajes son inconmensurables, no es posible comparar directamente sus
contenidos ni tampoco traducir los enunciados de un lenguaje a otro. De aquí se sigue la
imposibilidad de expresar todos los términos de una teoría utilizando los términos de otra, e
incluso la de usar indiscriminadamente ambos significados en un mismo argumento, pues
eso significaría que están aceptando y negando, al mismo tiempo, ciertos principios
universales, por ejemplo, no se puede decir, y pensar que se es coherente al hacerlo, que “toda
vez que hubiera una posesión demoniaca se produce una descarga en el cerebro”.

El aprendizaje y la interpretación (pero no la traducción directa) permiten al mismo sujeto


“vivir” mundos inconmensurables (siempre y cuando no se pretenda hacerlo al mismo
tiempo) y compararlos. A lo largo de la comparación, el-la antropólgx puede redactar ciertas
ideas originarias en inglés. Esto no significa que el inglés, tal y como es hablado
independiente de la comparación, sea conmensurable con el idioma originario; significa que
los lenguajes pueden estirarse en muchas direcciones y que la comprensión no depende de
ningún conjunto particular de reglas (ver Wittgenstein). Hasta dónde es posible comprender
efectivamente al otro es una pregunta cuya solución es una cuenta pendiente no sólo para
Feyerabend, sino de toda la filosofía.

29
Relativismo

Muchos de los artículos importantes de Feyerabend a mitad de la década de los ochenta


fueron recolectados en Farewell to Reson (1987), cuyo mensaje principal es que el
relativismo es la solución a los problemas de las creencias conflictivas. Sugiere que el
escenario occidental actual está fragmentado en el ámbito intelectual, apostando por la
uniformidad, monotonía generada y sostenida por el imperialismo cultural e ideológico.
Dicha uniformidad se confronta con la diversidad cultural de muchas sociedades. Tal
diversidad es valiosa porque es la mejor defensa en contra de la dominación totalitaria. Tiene
una posición crítica en cuanto a la racionalidad señalando que las confrontaciones entre las
culturas con opiniones distintas y fuertes pueden implicar, objetivamente, que la verdad
puede resultar en distintas maneras. El resultado de tal confrontación puede ser la persistencia
de las viejas visiones, interacción fructífera, relativismo o evaluación argumentativa. Trata
al “relativismo” como la decisión de otras formas de vida y las creencias que incorporan
“como verdad para ellxs”, mientras que nuestras propias perspectivas son “verdaderas para
nosotrxs”.

En su obra The Tyranny of Science (Feyerabend 2011) se enfocó en analizar cómo lxs
científicxs y filósofxs ven a la ciencia como un mundo sin modificación, un monolito (o un
monstruo, dependiendo de las preferencias), cuando no es así, ya que la ciencia no está
unificada ni tampoco completa. La ciencia no puede entenderse de manera abstracta; no hay
fundamentos para una ideología del objetivismo o del materialismo científico, que toma a
estas prácticas como la última medida de lo que existe. Sus defensorxs, que también se
colocan como defensorxs de la razón, son el tipo de intelectual imperialista cuyas actitudes
y consejos en el pasado permitieron, vivenciaron o colaboraron con la destrucción de las
comunidades de primer mundo. También la idea de que la ciencia es exitosa, que comienza
de los hechos para construir teorías y dar comprensión a los mismos, de hecho es un mito.
También para las afirmaciones de que está libre de valores y de que los resultados científicos
son relevantes para problemas sociales urgentes. La imagen platónica racionalista de la
ciencia como pensamiento puro acerca de la naturaleza de la realidad es una distorsión.

Fue visto como un relativista cultural, no solo porque señaló que algunas teorías eran
inconmensurables, sino porque defendió el relativismo en la política así como en la
epistemología. Sus denuncias sobre la agresión del imperialismo occidental, su crítica a la
ciencia misma y su conclusión de que “objetivamente” hablando no hay mucho que elegir
entre las pretensiones de la ciencia y las de la astrología, vudú y la medicina alternativa, así
como su preocupación por los problemas ambientales que lo aseguraron como un héroe de la
contracultura anti-tecnología.

Para Feyerabend la continuidad y acumulación del conocimiento científico dejan de ser una
meta per se, lo que para él es importante es la búsqueda de inconmensurabilidad, que puede
ocurrir en teorías inter-existentes. De esta manera, el desarrollo científico ocurre en un juego
entre teorías conmensurables y teorías inconmensurables, característica que resulta su unidad
30
de análisis para la confrontación y el cambio. Se trata con conjuntos de teorías (versus series,
PICs cf. Lakatos), parcialmente superpuestas, fácticamente adecuadas y mutuamente
inconsistentes. Pueden derivarse en conflictos teóricos que surgen de la inconmensurabilidad
porque hay críticas externas.
El pluralismo recae en reconocer la inconmensurabilidad como componente de cambio
dejando de lado la adscripción a una única teoría. La carga teórica nos limita o posibilita la
interpretación. Hay una experiencia interpretativa, los enunciados se eligen por convención
y pueden cambiar, tienen movilidad histórica. Toda interpretación es limitada, se acepta que
partimos de una expectativa y que es esta misma la que condiciona o limita a la observación.
No todos los objetos están a nuestro alcance teórico, los hechos pueden ocultarse por nuestras
propias teorías, entonces, comprendemos pero no traducimos. Las críticas a las teorías deben
provenir del exterior. La experiencia es reinterpretación desde la inconmensurabilidad (la
cual brinda cierta distancia), lo que desemboca en un pluralismo teórico y el desarrollo
científico. La adecuación deja de ser empírica y pasa a ser histórica, hay pérdida de contenido
en la inconmensurabilidad.

¿Qué busca el anarquismo?


Reconceptualizar las normas y los métodos (como principios heurísticos), así como una
“nueva” actitud frente a estos mismos, un oportunismo que genere una mayor capacidad para
la solución de problemas debido a que las decisiones epistémicas o metodológicas son
tomadas, en casi todos los casos, en función del problema en sí y no de una serie de normas,
principios y métodos que supuestamente hacen racional al proceso científico. El anarquismo
tiene una función liberadora y el pluralismo tendrá la de crítica.
Conceder que en el conocimiento, sobre todo en el científico, hay un componente humano
que le resta sobriedad, la cual se le imprime en las reconstrucciones racionales, con el fin de
devolverle esa “pasión” que Feyerabend considera indispensable no sólo para el desarrollo
del “buen” conocimiento, sino para la construcción de “seres humanos bien desarrollados”
(religión, metafísica, sentido del humor, vida sexual delx investigadorx, etc). Así se justifica
la lectura de la epistemología anarquista:
Como una respuesta al racionalismo, un truco retórico y un compendio jocoso de sus
preocupaciones, donde se muestra que la violación (voluntaria o no) de toda norma
epistemológica ha sido una condición necesaria para el progreso

Hay una relación entre razón y práctica con toque pragmático y oportunista, fundamentada
en el criterio de buen juicio en el cual las normas y los métodos son conceptualizados como
principios heurísticos donde la pluralidad hace las veces de crítica. Se trata también de una
labor terapéutica, de una apuesta por “humanizar” el conocimiento desde una actitud distinta
frente a los principios que, se dice, la hacen racional y reconociendo componentes
“irracionales” en su construcción.

31
La proliferación teórica y el anarquismo son mecanismos para hacer frente a la tiranía de la
opinión… para trascender una etapa intermedia accidental de nuestro conocimiento, para
procurar el ejercicio de las facultades humanas mediante la elección y finalmente para
alcanzar un desarrollo progresivo y multilateral, pues cualquier estabilidad prolongada que
no se esté dispuestx a abandonar, indica un fracaso puro y simple para la razón.
El terreno epistemológico para Feyerabend está en el anarquismo y pluralismo y la sociedad
es libre con base en el relativismo político: no va más allá que el otorgar una igualdad de
derechos y oportunidades a todas las tradiciones… igualdad en el derecho que cada unx tiene
para promover y vivir acorde con la tradición que se elige.

A dicha igualdad de derechos y oportunidades justificada en lo epistémico se traduce en el


ámbito político en una estructura protectora básica que permite legitimar la participación de
las distintas tradiciones en el contexto de una sociedad libre, en tanto que elimina la posición
o la predisposición a otorgar un juicio preferencial a lxs expertxs y admite órganos políticos
ciudadanos que evalúan las distintas opciones éticas o epistémicas a las que se les dará cabida
en dicha sociedad.
Con todo lo novedosa que ofrece la propuesta de Feyerabend, resulta prescriptiva en cuanto
a la proliferación teórica en cualquier momento del desarrollo científico. Asimismo, dicha
proliferación es económicamente insostenible a largo plazo, lxs científicxs pertenecen a
tradiciones y éstas se sostienen y defienden porque ahí se juega parte de lo que somos. Su
inconmensurabilidad es radical que por momento olvida que también lo conmensurable es
parte de la ciencia.
La argumentación de Feyerabend poco o nada tiene que ver con un intento por eliminar a la
ciencia y a sus expertxs, o negarles un lugar en la toma decisiones, sino que trata de incluirles
como parte y partícipes de la discusión, siempre y cuando en el debate se tome como base la
igualdad ya referida.

5. La carga teórica del conocimiento


Norwood Russell Hanson (1924-1967) fue un filósofo de la ciencia estadounidense, cuyo
evidente, pero controversial análisis sobre la observación guiada por teorías y su
entrelazamiento profundo con la comprensión histórica, fueron elementales para su
entendimiento de la lógica del descubrimiento científico, para su criterio de demarcación.
Por otro lado, los ensayos de Feyerabend, contemporáneos al trabajo de Hanson, también le
restaron importancia a la distinción entre teoría y observación. Con ambos se abandona la
obsesión filosófica con el lenguaje y los significados. Sin embargo, Feyerabend critica la
frase misma de “cargado de teoría” o “carga teórica”. Pero esto no es porque piense que haya
cosas libres de teoría, sino que llamar a los enunciados cargados de teoría, según Feyerabend,
sugiere que hay algo como un camión observacional al que se le carga un componente
teórico. No hay tal camión. La teoría está en todas partes.

32
En su famoso libro Against the Method (1977), Feyerabend dice que no tiene sentido hacer
la distinción entre teoría y observación. Curiosamente, con su profundo rechazo a las
discusiones lingüísticas, todavía habla como si la distinción teoría-observación fuera una
distinción entre oraciones. Sugiere que sólo es cuestión de oraciones que son más o menos
obvias, o de oraciones largas y cortas. No se niega que tales distinciones pueden hacerse,
pero nadie va a tomarlas en serio, porque no desempeñan ningún papel decisivo en los
asuntos de la ciencia.
En su obra más conocida Patterns of Discovery (1958), en sintonía con los aportes de Kuhn
y Feyerabend, Hanson y otrxs sospechan sobre la objetividad de la evidencia observacional
retando la afirmación de que quien observa está protegido por sus prejuicios y compromisos
teóricos. Aunque algunos de los ejemplos que utilizan para mostrar la evidencia generada,
tienden a hablar acerca de la observación como un proceso perceptual. Hanson puntualiza
que “ver es una empresa ‘cargada de teoría’” (1958: 19).
La propuesta de la carga teórica es quizá mejor apreciada cuando se contrasta con la tradición
positivista, para la cual, tanto la evidencia epistémica como semántica es anterior a la teoría.
Lxs positivistas con frecuencia insistieron en que las unidades fundamentales de
significación –enunciados observacionales o ‘enunciados protocolares’– sólo deberían
emplear vocabulario que está dentro del idiolecto de cualquier hablante mínimamente
competente sobre la relevancia del lenguaje. Entonces, idealmente, los enunciados
observacionales deberían comprenderse y verificarse por individuos que no tienen
conocimiento especializado o términos sofisticados. Carnap recomendó “azul” y “difícil”
como predicados ejemplares para enunciados observacionales.

En contraste con lo anterior, Hanson construye esta argumentación a lo largo de Patterns of


Discovery, es decir, la idea es que cada término y enunciado observacional lleva
supuestamente consigo una carga teórica. “Carga teórica” nos recuerda que hay reglas
lingüísticas muy sutiles acerca de las palabras más comunes (cf. Wittgenstein). Por ejemplo,
acerca del verbo “herir” y el sustantivo “herida”. Sólo algunas cortadas, heridas, etc., en
situaciones específicas cuentan como heridas. Si un cirujano describe una cortada larga y
profunda en la pierna de alguien como herida, esto puede implicar que la persona fue herida
en una pelea, accidente laboral, entre otras situaciones. Estas implicaciones son muy
comunes, pero no vale la pena llamarles suposiciones teóricas.
Esta parte de la doctrina de la carga teórica es una aseveración importante y nada excepcional
acerca del lenguaje ordinario. De ninguna manera implica que todos los informes
observacionales deban llevar una carga teórica. Hanson también hace notar que tendemos a
darnos cuenta de las cosas cuando tenemos expectativas, por lo general teóricas, que hacen
que estas cosas sean interesantes, o por lo menos que tengan sentido. Esto es correcto, pero
es diferente de la doctrina de la carga teórica que paso a examinar.

33
Con lo anterior, Hanson insiste en que unx abogadx simplemente no puede ver aquello que
ve unx físico… Cuando el físico mira un tubo de rayos X, mira el instrumento en términos
de teoría de circuitos, termodinámica, las teorías de la estructura de metales y gases, emisión
térmica, transmisión óptica, refracción, difracción, teoría atómica, teoría cuántica y
relatividad. Pero lo que vale para ambas profesiones, también se aplica para “físicos” con
diferentes compromisos teóricos, por ejemplo, decir que Tycho y Kepler, Simplicio y
Galileo, Hooke y Newton, Priestly y Lavoisier, Soddy y Einstein, De Broglie y Born,
Heisenberg y Bohm, todos hicieron las mismas observaciones pero las utilizaron diferente es
demasiado fácil. Esto manifiesta la doctrina epistemológica sencilla de que todx observadorx
normal ve la misma cosa en x, pero la interpreta de manera diferente (x está estática esperando
a ser interpretada, descubierta), situación que no nos explica la controversia en la
investigación científica.
El grado en el cual la carga teórica permanece sigue siendo controvertido. El grado en el cual
evidencia que se apoya en una teoría no admite una caracterización neutral entre aquellos
con compromisos teóricos diferentes lo suficiente, amenaza el límite de la habilidad de tal
evidencia, para cumplir el papel de árbitro central en dichos casos. Así, su argumento recae
que aquello que vemos y apreciamos no es lo que reciben nuestros sentidos, sino que es
información sensorial filtrada, donde el filtro son nuestras preconcepciones existentes.
Interpretar está en el Ver, no son momentos distintos, sino uno mismo; la visión es una
experiencia, algo que aparece para ser organizado por la interpretación. Sin interpretación no
podemos ver, los objetos tienen significado gracias a este proceso, el objeto es para mí, no es
el objeto en sí. En el positivismo lógico, los objetos eran autoidentificables en el exterior y
con ello se escinde un mundo independiente de la consciencia, una dicotomía moderna que
se difumina con Feyerabend, Hanson y Kuhn.
La interpretación se da por conocimiento previo, por entrenamiento para ver las cosas.
Entonces, si interpretamos diferente, vemos diferente en nuestros enfoques y contextos
históricos. La observación es un movimiento de dos pasos: primero con los sentidos y la
experiencia, aquella que está pegada a la visión, sólo se ve; segundo, con los datos
interpretados por la experiencia. Ahora bien, ¿cómo se organiza la experiencia visual? Por
medio de la carga teórica de aquello que es observado, ver qué (estructura), es un elemento
constitutivo. El conocimiento previo nos da pautas para articular el sentido de lo que se
aparece a la vista (interpretación/visión/conocimiento previo).
Se pone en juego al realismo metafísico, donde hay una separación fuerte entre la humanidad
y una realidad externa que espera a ser descubierta, dado que nos posiciona como seres
históricos condicionados por nuestra formación. La mente no está separada del cuerpo y estos
a su vez son uno con el mundo, por lo tanto son agentes históricos y mutables. Hanson
también elimina la prescripción de que todxs vemos lo mismo a raíz de un mismo objeto
(pasivo, el cual espera ser visto).

34
El condicionamiento para ver no se quita de los conceptos previos, sólo vemos lo que
organizamos interpretativamente. Así, puede darse el caso de que dos teorías tengan
presupuestos distintos y estén empíricamente adecuadas respecto a un hecho que se
consideraría “el mismo”, porque se pueden ver cosas diferentes a raíz de la observación de
un mismo objeto o fenómeno. Asumir al condicionamiento teórico conduce a una nueva
filosofía de la ciencia, sin objetos autoidentificantes, por lo tanto, el mundo no está separado
de mí, construyo conocimiento con mis saberes previos y me muevo en el mundo. Quien
mira el mundo lo hace mediado por interpretaciones, las cuales, claramente, tienen historia.

6. La estructura de las revoluciones científicas


Thomas S. Kuhn (1922-1996) es uno de los nombres más populares en la historia y filosofía
de la ciencia de la segunda mitad del siglo XX. Entre sus obras más notorias está The
Structure of Scientific Revolutions escrita en 1962, como uno de los libros más citados en el
área, donde narra un desarrollo de la ciencia que goza de periodos de crecimiento estable,
marcados por revoluciones o rupturas, a lo que añade la tesis de inconmensurabilidad de
diferentes etapas históricas entre las que se tienen fallas profundas de comparación teórica.
Para él, inconmensurabilidad no implica incomunicación, nos podemos comunicar con lo
inconmensurable. No podemos traducir fielmente el pasado inconmensurable pero sí
interpretarlo. Nos comunicamos porque comprendemos a partir de lo teórico.
Kuhn sostiene lo siguiente:

a. No hay una distinción precisa entre observación y teoría


b. La ciencia no es acumulativa
c. Una ciencia en desarrollo no tiene una estructura deductiva férrea
d. Los conceptos científicos en uso no son particularmente precisos
e. La unidad metodológica de la ciencia es falsa: hay muchas herramientas diferentes no
relacionadas que se utilizan para diferentes tipos de indagaciones.

Las ciencias mismas no están unificadas. Están compuestas de un gran número de disciplinas
reducidas que sólo se traslapan ligeramente (irónicamente, el famoso libro de Kuhn apareció
en la moribunda serie La enciclopedia de la ciencia unificada). El contexto de justificación
no puede separarse del contexto de descubrimiento. La ciencia es un producto histórico de la
humanidad que la construye.

Kuhn traza una imagen del desarrollo de la ciencia diferente a los anteriores, en un momento
(1950) donde la historia de la ciencia era una disciplina académica joven. Para él, el cambio
científico no siempre era sencillo como lo planteaban visiones más tradicionales. El
desarrollo científico ocurre de manera no uniforme, alternando entre fases “normales” y
“revolucionarias” (o “extraordinarias”). Las fases revolucionarias no son únicamente
periodos de progreso acelerado, pero difieren de la ciencia normal, porque ésta última se
parece a la imagen estándar y acumulativa del progreso científico, al menos en la superficie.

35
Para Kuhn, la ciencia normal es como “armar un rompecabezas” (puzzle-solving), quienes
los resuelven esperan tener una oportunidad razonable para ello, lo que depende de las
habilidades y la familiaridad con el mismo rompecabezas. Dado que los rompecabezas y sus
soluciones son familiares y relativamente sencillas, la ciencia normal puede esperar acumular
un conjunto creciente de soluciones (de rompecabezas).
La ciencia normal

La palabra más famosa de Kuhn es paradigma. Pero este no se separa de pensar también en
la estructura de la revolución kuhniana: ciencia normal, crisis, revolución, nueva ciencia
normal.
La tesis de ciencia normal dice que una rama establecida de la ciencia se dedica en su mayor
parte a modificaciones relativamente menores de la teoría corriente. La ciencia normal
consiste en la resolución de acertijos (puzzle-solving). Ninguna teoría bien elaborada, sea
sobre lo que sea, logrará encajar punto por punto en los hechos del mundo. A tales defectos
en una teoría que de otra manera resultaría atractiva y útil se los llama anomalías. Se espera
que por medio de modificaciones menores la teoría pueda ser remendada hasta que llegue a
explicar estos pequeños contraejemplos. Una parte de la ciencia normal se ocupa de la
articulación matemática de la teoría, para que la teoría sea más inteligible, sus consecuencias
más aparentes y su conexión con los fenómenos más intrincaba. Gran parte de la ciencia
normal es aplicación tecnológica. Parte de la ciencia normal es la elaboración de
experimentos y la clarificación de hechos implicados por la teoría. Es también tarea de la
ciencia normal el refinamiento de las mediciones de cantidades que la teoría dice que son
importantes. La ciencia norma, es triste decirlo, no tiene como objetivo la confirmación, la
verificación, la falsación o la tarea de proponer conjeturas y refutaciones. Lo que sí hace, es
acumular constructivamente un cuerpo de conocimientos y conceptos en dominios
particulares.

Cada científicx trabaja dentro de la ciencia normal, la cual tiene como fin refinar, ampliar y
articular un paradigma que ya existe. La ciencia normal conduce al reconocimiento de
anomalías y crisis; y éstas dos últimas se culminan, no mediante la deliberación e
interpretación, sino por un suceso relativamente repentino y no estructurado, a la manera de
un cambio gestáltico (revolución científica). La ciencia extraordinaria son los momentos en
los que la ciencia normal se comienza a quebrar, pasos para ir construyendo el nuevo
paradigma.

Al ver la caída obstaculizada, el aristotélico mediría el peso de la piedra, la altura vertical a


que había sido elevada y el tiempo requerido para que quedara en reposo. Junto con la
resistencia del medio, éstas fueron las categorías conceptuales tomadas en consideración por
la “ciencia aristotélica” para tratar la caída del cuerpo. La investigación normal guiada por
ellas no hubiera podido producir las leyes que descubrió Galileo, sólo podía conducir a la
serie de crisis de la que surgió la concepción de Galileo acerca de la piedra oscilante; como

36
consecuencia de estas crisis y otros cambios intelectuales, Galileo vio la piedra que se
balanceaba de manera totalmente diferente.

En un sentido más actual, las operaciones y mediaciones que realiza unx científicx en el
laboratorio no son “lo dado” en la experiencia, sino más bien “lo reunido con dificultad”. No
son lo que ve, por lo menos no antes de que la investigación esté bastante avanzada y su
atención enfocada; más bien son indicadores concretos del contenido de percepciones más
elementales y, como tales, se seleccionan para el escrutinio más detallado de la investigación
normal sólo porque prometen una oportunidad para la elaboración fructífera de un paradigma
aceptado. Las operaciones y mediciones están determinadas por los paradigmas. Lxs
científicxs con paradigmas diferentes se comprometen con diferentes manipulaciones
concretas del laboratorio.
Las mediciones que deben realizarse en el caso del péndulo no son las relevantes en el caso
de la caída obstaculizada de los aristotélicos en una época más antigua. Tampoco las
operaciones pertinentes para la elucidación de las propiedades del oxígeno son
uniformemente las mismas que las requeridas al investigar las características del aire
deflogistizado.
Lxs científicxs ni lxs legxs aprenden a ver el mundo parte por parte, ni cosa por cosa. A saber,
y en palabras de Kuhn, el niño que transfiere la palabra “mamá” de todos los humanos a todas
las mujeres, y más tarde a su madre, no sólo está aprendiendo qué significa “mamá”, o quién
es su madre. Simultáneamente, aprende algunas de las diferencias entre hombres y mujeres,
así como también algo acerca del modo como todas las mujeres, excepto una, se comportarán
con él. Sus reacciones, expectativas y creencias –de hecho, gran parte de su mundo
percibido– cambian en consecuencia.
Es por lo anterior que los seguidores de Copérnico que le negaban al Sol su título tradicional
de “planeta”, no estaban aprendiendo sólo el significado del término “planeta” o lo que era
el Sol. En lugar de ello, estaban cambiando el significado de “planeta” para poder continuar
haciendo distinciones útiles, en un mundo en el que todos los cuerpos celestes, no sólo el Sol,
estaban siendo vistos de manera diferente que antes.
Después de una revolución científica, muchas de las antiguas mediciones y manipulaciones
se vuelven irrelevantes y son reemplazadas por otras. No se aplican las mismas pruebas al
oxígeno que al aire deflogistizado. Pero los cambios de este tipo nunca son totales. Gran parte
de su vocabulario y de sus instrumentos de laboratorio serán todavía los mismos que antes,
aun cuando entonces los haya podido emplear de manera diferente.
Crisis y revolución

A veces las anomalías no desaparecen. Se acumulan. Algunas de ellas llegan a considerarse


particularmente problemáticas. La energía de los miembros más activos de la comunidad de
investigadores se concentra en ellas. Una perspectiva teórica entera se nubla. La disciplina

37
está en crisis. Un resultado posible es un enfoque totalmente nuevo que utilice nuevos
conceptos. Los fenómenos problemáticos son de repente inteligibles a la luz de nuevas ideas.
Muchxs trabajadorxs, a menudo jóvenes, se cambian a las nuevas hipótesis, aunque pueda
haber algunos focos de resistencia de gente que no entienda los cambios radicales que están
tomando lugar en su campo. Conforme la nueva teoría avanza, las viejas ideas se dejan de
lado. Una revolución ha tenido lugar.
La nueva teoría, como cualquier otra, nace refutada. Una nueva generación de trabajadores
se dedica a tratar de resolver las anomalías. Hay una nueva ciencia normal. Una vez más,
resolución de acertijos, realización de aplicaciones, articulaciones matemáticas, elaboración
de fenómenos experimentales, mediciones, etc.
La nueva ciencia normal puede tener intereses muy diferentes del cuerpo de conocimientos
que desplazó. Tomemos el ejemplo menos controversial, como la medición. La nueva ciencia
normal puede escoger, medir otras cosas y ser indiferente a las mediciones precisas de sus
antecesoras. En el siglo XIX la química analítica trabajó para determinar los pesos atómicos.
Cada elemento era medido con una precisión de por lo menos tres decimales. Para 1920, la
nueva física hizo ver claramente que los elementos que aparecen naturalmente son mezclas
de isótopos. En muchas aplicaciones todavía es útil saber que el cloro terrestre tiene un peso
atómico de 45.453. Pero este es un hecho más bien fortuito acerca de nuestro planeta. El
hecho de fondo es que el cloro tiene dos isótopos estables, 35 y 37, los cuales no son números
exactos, debido a un factor adicional llamado energía de enlace. Estos isótopos se mezclan
aquí en la Tierra en las proporciones de 75.53% y 24.47%

La revolución no es novedosa
La idea de la revolución científica no es de Kuhn. Desde hace mucho tiempo tenemos la idea
de una revolución copernicana, o de la “revolución científica” que transformó la vida
intelectual en el siglo XVII. En la segunda edición de la Crítica de la razón pura (1787),
Kant habla de la “revolución intelectual” por medio de la cual Tales, o algún filósofo antiguo,
transformó las matemáticas empíricas en una ciencia demostrativa. La idea de revolución en
la ciencia es coetánea de la revolución política. Ambas se introdujeron con la revolución
francesa (1789) y con la revolución en la química (circa 1785). Sin embargo, en Inglaterra
habían tenido una “gloriosa revolución” en 1688, al mismo tiempo que se hizo claro que una
revolución científica ocurría también en las mentes de mujeres y hombres.

Bajo la guía de Lavoisier, la teoría del flogisto de la combustión fue reemplazada por la teoría
de la oxidación. Por esa época hubo una transformación total en muchos conceptos químicos,
tales como mezcla, compuesto, elemento y sustancia, que antes eran entendidos, por ejemplo,
desde la alquimia. Para entender adecuadamente a Kuhn no debemos pensar en revoluciones
grandes como esas. Es mejor pensar en revoluciones pequeñas en la química. Lavoisier
enseñaba que el oxígeno es el principio ácido, que cada ácido es un compuesto del oxígeno.
Uno de los ácidos más poderosos (antes y ahora) fue llamado ácido muriático. En 1774 se

38
mostró cómo liberar un gas a partir de este ácido. El gas fue llamado muriático desflogistado.
Hacia 1811, Humphry Davy mostró que este gas es un elemento, a saber, el cloro. El ácido
muriático es lo que ahora en el lenguaje científico se conoce como ácido clorhídrico, HCl.
No contiene oxígeno. De esta manera fue abandonada la concepción de Lavoisier sobre la
acidez. En su tiempo este suceso fue considerado, y con razón, una revolución.
La idea de revolución científica de por sí no pone en entredicho la racionalidad científica.
Hemos tenido la idea de revolución por largo tiempo, y aun así hemos sido buenos
racionalistas, pero Kuhn sugiere la idea de que cada ciencia normal acarrea las semillas de
su propia destrucción.

Revolución científica
Lo que sucede durante una revolución científica no es totalmente reducible a una
reintrepretación de datos individuales y estables. Recordando el ejemplo anterior, un péndulo
no es una piedra que cae, ni el oxígeno es aire deflogistizado; los datos que se reúnen sobre
estos fenómenos también son diferentes. El proceso por el cual la persona y su comunidad
hacen la transición de la caída obstaculizada al péndulo, o del aire deflogistizado al oxígeno,
no se parece a una interpretación. Más que un intérprete, se abraza un nuevo paradigma,
frente a la misma constelación de objetos, sabiendo que es la misma de antes, los encuentra,
sin embargo, totalmente transformados en muchos de sus detalles, así cada interpretación
presupone un paradigma.

Sin embargo, el progreso no es imposible y una escuela puede crear una ruptura al compartir
problemas con las escuelas en competencia para resolver cosas de una manera novedosa. Este
éxito traza adherentes de otras escuelas y amplia en consenso formado alrededor de los
nuevos rompecabezas. El consenso ampliamente conocido permite el acuerdo sobre los
fundamentos, una solución de problemas involucrará teorías particulares, procedimientos e
instrumentación, lenguaje científico, metafísica, etc. La solución por consenso del
rompecabezas genera nuevos cuestionamientos. En la tradición de investigación que se
inaugura, un ejemplo paradigmático cumple estas funciones: primero, sugiere nuevos
rompecabezas o cuestionamientos; segundo, sugiere enfoques para resolver los problemas;
tercer, es el estándar por el cual la calidad de una solución de rompecabezas puede medirse.
El “método científico” designa el apartado dicotómico de “contexto de descubrimiento”,
permitiendo que las reglas de racionalidad para decidir en el “contexto de justificación” sobre
si una nueva hipótesis debería añadirse, a la luz de la evidencia, en el conjunto de teorías
aceptadas.4 Kuhn rechaza la distinción entre el contexto de descubrimiento y el de

4
Recordemos que la distinción entre “contexto de descubrimiento” y “contexto de justificación” fue propuesta
por H. Reichenbach para distinguir, entre otras cosas, la manera como realizan los descubrimientos en ciencia
y la manera en que se justifican y aceptan. En la forma tradicional, se argumenta que sólo el contexto de
justificación es filosóficamente importante porque en él se abordan cuestiones metodológicas y epistémicas.
Pero el contexto de descubrimiento también implica cuestionamientos epistemológicos relevantes para la
generación de conocimiento.

39
justificación así como los informes tradicionales de cada uno. Los disuelve en una misma
práctica, en cuanto al contexto de descubrimiento, la visión estándar sostiene que la filosofía
de la ciencia no tiene nada que decir sobre el funcionamiento de la imaginación creativa, pero
en la noción de paradigma, donde se brindan explicaciones parciales, desde que los ejemplos
permiten a lxs científicxs ver nuevas situaciones en el rompecabezas y entonces les posibilita
ver soluciones potenciales a sus nuevos cuestionamientos.
La evaluación teórica en el empirismo estándar considera nuestro juicio de la calidad
epistémica de una teoría por medio de la aplicación de reglas de un método para la teoría y
la evidencia. El contraste kuhniano es que juzgamos la calidad de una teoría (y su tratamiento
de la evidencia) comparándola con una teoría paradigmática. No hay reglas porque éstas
dependen de relaciones de similitud, no son permanentes porque pueden cambiar por una
revolución científica. Por ejemplo, el informe de la gravitación de Newton, involucrando la
acción a distancia sin explicación subyacente, pareciera un reporte pobre, cuando se compara
con la explicación de Ptolomeo sobre el movimiento de los planetas.

La comparación entre teorías no es tan sencilla como en la imagen del positivismo lógico,
porque los estándares de evaluación también están sujetos a cambio. Esta idea es la de
“inconmensurabilidad”, porque las teorías son inconmensurables cuando no tienen medida
común, si los paradigmas son las medidas para medir las soluciones de los rompecabezas,
dichas soluciones se desarrollan en tiempos diferentes de ciencia normal y serán juzgados en
comparación a diferentes paradigmas y con ello existe la falta de un sentido común.

El paradigma como logro


El paradigma ha sido una palabra en boga dentro de la filosofía de la ciencia, todo gracias a
Kuhn. Es una palabra antigua, importada del griego al inglés desde hace unos 500 años.
Significa patrón, ejemplar o modelo. La palabra tiene un uso técnico. Cuando se aprende un
lenguaje extranjero, unx aprende de memoria, por ejemplo, cómo conjugar el verbo amar
como amo, amas… y a conjugar entonces todos los verbos de esa clase siguiendo ese modelo,
llamado paradigma. Un santo, según el cual podríamos modelar nuestras vidas, era también
llamado un paradigma. Esta es la palabra antigua que Kuhn aplicó para su modelo de
investigación de la ciencia.
Se ha dicho que Kuhn utiliza la palabra “paradigma” de 22 formas distintas. Posteriormente,
y con base en Hacking, se concentró en dos de sus sentidos. Uno es el de paradigma como
logro. En el momento de la revolución hay generalmente algún éxito ejemplar que resuelve
los viejos problemas de una manera novedosa, utilizando nuevos conceptos. Este éxito sirve
como modelo para la generación siguiente de investigadorxs que tratan de resolver problemas
de la misma manera. El paradigma como logro es el modelo de la ciencia normal.

40
El paradigma como conjunto de valores compartidos

Otro sentido de paradigma se explica en este apartado. Cuando Kuhn escribe sobre la ciencia
no se refiere a la vasta empresa que es la ciencia moderna, sino a pequeños grupos de
investigadores que idean una línea de investigación. Él ha llamado a esto una matriz
disciplinaria, compuesta por grupos de investigaciones que se influyen recíprocamente, con
problemas y objetivos comunes. Puede consistir en unos cuántos cientos de personas en
primera línea, más estudiantes, asistentes, personal administrativo y de mantenimiento,
empresas que proveen de material, etc.

El paradigma como conjunto de valores compartidos está tan íntimamente ligado al


paradigma como logro que parece natural usar la misma palabra “paradigma”. Uno de los
valores compartidos es el logro. El logro inicial impone normas de excelencia, un modelo de
investigación, una clase de anomalías para la cual resolver acertijos se considera su
recompensa. Aquí “recompensa” es ambiguo. Quiere decir que dentro de un marco de
restricciones conceptuales impuestas por el logro original, este tipo de trabajo recompensa
intelectualmente. También quiere decir que es el tipo de trabajo que la disciplina recompensa
con promoción, financiamiento, estudiantes de investigación, etc.
La búsqueda de la verdad y de la razón indudablemente se organizará conforme con las
mismas fórmulas sociales de otras búsqueda. El hecho de que lxs científicxs sean gente, y de
que las sociedades científicas sean sociedades, no tiene por qué arrojar dudas sobre la
racionalidad científica.

Conversión
La amenaza a la racionalidad proviene principalmente de la concepción de Kuhn del cambio
revolucionario en los paradigmas. Él lo compara con una conversión religiosa y con el
fenómeno de un cambio gestáltico. Si se dibuja en un papel la figura de un cubo en
perspectiva, unx puede ver el cubo a veces orientado de una manera y a veces de otra (Fig.
1). Wittgenstein utilizó una figura que podía verse a veces como un conejo, a veces como un
pato (Fig. 2). Se dice que la conversión religiosa es una versión notable de un fenómeno
similar, que trae consigo un cambio radical en la manera como percibimos la vida.

Figura 1. Diferentes perspectivas para observar a un cubo

41
a
Figura 2. (a) Patonejo de Wittgenstein. (b) otra ilustración de patonejo
Los cambios gestálticos no involucran razonamiento. Puede haber conversión religiosa
razonada –un hecho quizás más recalcado en la tradición católica que en la protestante. Kuhn
mismo nos incita a un cambio gestáltico, que dejemos de ver el desarrollo de la ciencia como
sujeto únicamente a los viejos cánones de racionalidad y de lógica. Todavía más importante
es su sugerencia de una nueva concepción: después de un cambio de paradigma, los
miembros de una nueva matriz disciplinaria “viven en un mundo diferente” del de sus
predecesores.
Inconmensurabilidad

Vivir en un mundo diferente parece implicar una consecuencia importante. Puede ser que
queramos los méritos del viejo paradigma con los de su sucesor. La revolución fue razonable
sólo si la nueva teoría encaja con los hechos conocidos mejor que la anterior. Kuhn sugiere
que, por el contrario, uno no puede ni siquiera expresar las ideas de la vieja teoría en el
lenguaje de la nueva. La nueva teoría es un nuevo lenguaje. Literalmente, no hay una manera
de encontrar un lenguaje neutral en el que las dos teorías puedan expresarse para
posteriormente compararse.

Complacientemente, se asumía que la teoría sucesora incorporaría los descubrimientos de su


predecesor. Según Kuhn, no puede ni siquiera ser capaz de expresar estos descubrimientos.
Nuestra vieja idea del crecimiento del conocimiento se basaba en la acumulación del
conocimiento, a pesar de traspiés ocasionales. Kuhn dice que si bien cualquier ciencia normal
es acumulativa, la ciencia en general no lo es.

Típicamente, después de una revolución, una buena parte de la química, la biología o lo que
sea, será olvidada, será accesible sólo a lxs historiadorxs que con dificultad recuperan una
visión descartada del mundo. Lxs críticxs por supuesto van a estar en desacuerdo acerca de
qué tan “típico” es esto. Ellxs van a sostener –con algo de justicia– que es más típico un caso
como, por ejemplo, la incorporación de la teoría cuántica de la relatividad a la relatividad
clásica.
Quien cree en la inconmensurabilidad dice que quien ha usado la palabra “electrón” a lo largo
de la historia se refiere a algo diferente para cada caso. Estaban hablando de cosas diferentes,

42
dicen lxs creyentes de la inconmensurabilidad, mientras que lxs realistas acerca de las
entidades piensan que hablan acerca de elctrones.

Tipos de inconmensurabilidad
El uso filosófico de la palabra “inconmensurable” es producto de las conversaciones entre
Feyerabend y Kuhn en Telegraph Avenue en Berkeley, hacia 1960. Antes su significado en
la matemática griega era “sin medida común”. Cuando se usa filosóficamente la metáfora de
la inconmensurabilidad se piensa en comparar teorías científicas.
Por otro lado, la ciencia revolucionaria no es acumulativa, sino que las revoluciones
científicas para Kuhn involucran una revisión del pensamiento científico existente. La ciencia
revolucionaria se considera como algo positivo, como un objetivo. Así, la ciencia normal
puede ser exitosa sólo si hay un compromiso fuerte por parte de una comunidad científica
significativa para que compartan sus creencias teóricas, valores, instrumentos y técnicas,
incluso a veces su metafísica. Esta constelación de compromisos compartidos es nombrada
por Kuhn como “matriz disciplinar” y en otros trabajos como “paradigma”.
Dado que el compromiso con la matriz disciplinar es un pre-requisito para una ciencia normal
exitosa, la inculcación de dicho compromiso es un elemento clave en el entrenamiento
científico y en la formación de la mentalidad de unx científicx célebre. Esta tensión entre el
deseo de innovación y la necesidad de conservar de muchxs científicxs fue el tema del ensayo
“The Essential Tension” (1959).
Una ciencia madura experimenta fases alternativas de ciencia normal y revoluciones. En la
ciencia normal, las teorías claves, instrumentos, valores y compromisos metafísicos que
implicas a la matriz disciplinar están fijados, permitiendo la generación de rompecabezas y
soluciones, mientras que en la revolución científica la matriz disciplinar se somete a revisión,
a fin de permitir la solución de los rompecabezas anómalos que perturban el periodo
precedente de ciencia normal.
In-conmensurabilidad, comparabilidad y comunicabilidad

El término inconmensurable deriva de un uso matemático, de acuerdo al cual el lado y


diagonal de un cuadrado son inconmensurables en virtud de que no hay unidad que pueda
utilizarse para medirlos con exactitud. Kuhn señala que la inconmensurabilidad no significa
sin punto de comparación (justo como el lado y la diagonal de un cuadrado son comparables
en muchos aspectos). Podemos distinguir tres tipos de inconmensurabilidad según Kuhn: (1)
metodológica, no hay medida común porque los métodos de comparación y evaluación
cambian; (2) la evidencia observaciones no puede brindar una base común para la
comparación teórica (perceptual/observacional), porque la experiencia perceptual está
cargada de teoría; (3) semántica, porque el hecho de que los lenguajes de las teorías de
diferentes periodos de ciencia normal no pueden ser enunciados inter-traducibles hace un
obstáculo para la comparación de dichas teorías.

43
Los cambios de paradigma causan que lxs científicxs vean el mundo de investigación con el
que están comprometidxs de manera diferente y así, a través del tiempo, las etapas históricas
se van haciendo inconmensurables. En la medida en que la única vía de acceso al mundo de
la ciencia consiste en lo que se ve y se hace, estamos tentadxs a decir que después de una
revolución, lxs científicxs responden a un mundo diferente. Es decir, lo que antes eran patos,
ahora son conejos (recordar Gestalt). Cabe resaltar que este tipo de cambios (históricos) son
graduales e irreversibles; sólo después de un cierto número de transformaciones de la visión,
lxs estudiantes se convierten en habitantes del mundo de lxs científicxs. El mundo al que
entran lxs estudiantes no se queda fijo, sino que está condicionado por el ambiente, la cultura
y en particular por la tradición particular de ciencia normal en la que ha sido educadx.

Después de lo anterior, el mundo de la investigación del científicx parecerá, en ciertos


aspectos, inconmensurable con el que habitaba antes. Sin embargo, esto depende siempre de
un paradigma como requisito previo de la percepción misma, es decir, requirió de
adiestramiento, porque lo que alguien ve depende tanto de lo que mira como de lo que su
experiencia visual y conceptual previa lo ha enseñado a ver. En ausencia de tal
adiestramiento, sólo puede haber confusión.

El artículo principal de un simposio de 1982 con el cual habló Kuhn fue “Conmensurabilidad,
comparabilidad y comunicabilidad”, recibiendo comentarios al respecto de sus colegas
Kitcher y Hesse. Para 1982 ya habían pasado 20 años desde que Feyerabend y Kuhn
emplearon el término inconmensurabilidad para describir la relación entre teorías científicas
sucesivas. Pero el uso de Kuhn fue más amplio, las posiciones de Feyerabend más radicales,
pero la coincidencia en aquel tiempo era sustancial. Cada autor estaba preocupado por
mostrar que los significados de los términos y conceptos científicos (p.e. “fuerza”, “masa”,
“elemento” y “compuesto”) cambiaban frecuentemente con la teoría en la que aparecían.
En 1962, Kuhn pensaba que cuando ocurría el tipo de cambios del párrafo anterior, era
imposible definir todos los términos de una teoría en el vocabulario de la otra. Retoma a la
“inconmensurabilidad” a partir de que el cuadrado de un triángulo rectángulo isósceles es
inconmensurable con su lado, o la circunferencia de un círculo con su radio, en el sentido de
que no hay una unidad de longitud contenida un número entero de vedes sin resto en cada
miembro del par, no hay medida común. Pero la falta de una medida común no significa que
la comparación sea imposible, en contraste con Feyerabend, quien sostuvo una posición más
radical de lo inconmensurable, para Kuhn las magnitudes inconmensurables pueden ser
comparadas con cualquier grado de aproximación requerido.
Entonces, cuando se aplica al vocabulario conceptual que se da en una teoría científica y su
entorno, el término “inconmensurabilidad” funciona metafóricamente. La frase “sin medida
común” se convierte en “sin lenguaje común”. Afirmar que dos teorías son inconmensurables
significa afirmar que no hay ningún lenguaje, neutral o de cualquier otro tipo, al que ambas
teorías, concebidas como conjuntos de enunciados, puedan traducirse sin resto o pérdida. Ni

44
en su forma metafórica ni en su forma literal inconmensurabilidad implica incomparabilidad.
Surgen problemas de traducción únicamente con un pequeño subgrupo de términos.

Sólo hay problemas de traducción con un pequeño subgrupo de términos y los enunciados
que los contienen; la afirmación de que dos teorías son inconmensurables es más modesta de
lo que la mayor parte de sus críticos ha supuesto. A esta versión le nombra
“inconmensurabilidad local”, los términos que preservan sus significados a través de un
cambio de teoría proporcionan una base suficiente para la discusión de las diferencias y para
las comparaciones que resultan relevantes en la elección de teorías.

La objetividad
Kuhn jamás pretendió negar que las teorías deberían ser precisas, esto es, adecuarse a los
datos experimentales existentes. Deberían ser internamente consistentes y consistentes con
otras teorías aceptadas. Deberían ser amplias en alcance y ricas en consecuencias. Deberían
ser simples en estructura y organizar los hechos de una manera inteligente. Deberían ser
fructíferas y descubrirnos nuevos sucesos, nuevas técnicas, nuevas relaciones. Dentro de una
ciencia normal, los experimentos cruciales que deciden entre hipótesis rivales utilizando los
mismos conceptos pueden ser raros, pero no son imposibles.
Lxs integrantes de las nuevas teorías son para Kuhn, hablantes de lenguas diferentes, con
esto él afirma que existen límites significativos para lo que los proponentes de teorías
diferentes pueden comunicarse entre sí. Cuando aceptamos una teoría, se habla el lenguaje
como lengua materna. Tienes dos teorías en la cabeza y las comparas punto por punto, pero
son demasiado diferentes para esto. Gradualmente, te conviertes, esto demostrado en el
movimiento hacia una nueva comunidad lingüística.

Las ideas “radicales” de Feyerabend a menudo suelen traslaparse con las de Kuhn, pero el
primero se ha llamado a sí mismo un anarquista. Que no haya un canon de racionalidad, ni
una clase privilegiada de buenas razones, ni una ciencia preferida o paradigma. Estos
preceptos morales provienen en parte de una concepción de la naturaleza humana. Lxs
racionalistas tratan de limitar sistemáticamente el espíritu libre de la mente humana. Hay
muchas racionalidades, muchos estilos de razón y también muchas buenas maneras de vivir
donde nada que merezca llamarse razón importa mucho. Por otra parte, Feyerabend no
excluye el uso de todo estilo de razón, y él ciertamente tiene el suyo.

Reacciones
A diferencia de algunas de las polémicas de Feyerabend, las principales corrientes del libro
de Kuhn no se oponen explícitamente a la racionalidad científica. Ofrecen una visión
diferente de la ciencia que ha sido cuestionada punto por punto. Su historia ha sido puesta en
duda, sus generalizaciones han sido cuestionadas y sus ideas del lenguaje y la
inconmensurabilidad han sido ferozmente criticadas. Algunxs han optado por ideas
defensivas para defender las viejas ideas; otrxs atacan desde una nueva concepción,

45
esperando “mejorar” a Kuhn. Lakatos es uno de ellos, quien consideraba que estaba
proponiendo una revisión de Popper que tomara en cuenta el trabajo de Kuhn. Quería una
racionalidad científica libre de la “psicología de masas” de Kuhn. Inventó una intrigante
“metodología de programas de investigación científica”, no tanto para refutar a Kuhn, sino
para ofrecer una visión alternativa, racionalista de la ciencia.
Algunos ejemplos históricos

El consenso en una “matriz disciplinaria”, basado en los paradigmas como ejemplos trata de
explicar la naturaleza de la ciencia normal y los procesos de crisis, revolución y renovación
de la nueva ciencia. También esto explica el surgir de la ciencia madura. Kuhn contrasta una
ciencia inmadura en lo que él nombra el periodo “pre-paradigma”, como la falta de consenso.
Las escuelas de pensamiento en competencia tienen diferentes procedimientos, teorías
incluso de presupuestos metafísicos. En consecuencia hay poca oportunidad de progreso
colectivo. Incluso el progreso localizado por una escuela particular se hace difícil, porque
mucha energía intelectual se argumenta sobre fundamentos con otras escuelas en lugar de
desarrollar una tradición de investigación.
En la investigación existe el consenso, Kuhn cita ejemplos de buena ciencia, utilizando el
término “paradigma” en un sentido estrecho, como el análisis del movimiento de Aristóteles,
las posiciones planetarias de Ptolomeo, la matematización de campos electromagnéticos de
Maxwell. Dichos ejemplos de ciencias se encuentran típicamente en libros y artículos:
Almagest de Ptolomeo, Traité élémentaire de chimie de Lavoisier y Principia Mathematica
y Optiks de Newton.
Tales textos contienen no sólo las teorías y leyes clave, sino las aplicaciones de dichas teorías
(lo que los hace paradigmas), como la solución de problemas importantes, junto con las
nuevas técnicas matemáticas experimentales: así tenemos las aplicaciones de esto en el
balance químico que aparece en Traité élémentaire de chimie y el cálculo en el Principia
Mathematica de Newton.
Por ejemplo, el periodo durante el cual la luz era “a veces una onda y a veces una partícula”
fue un periodo de crisis, en el cual algo iba mal, y concluyó sólo con el desarrollo de la
mecánica ondulatoria y la comprensión de que la luz era una entidad con identidad propia, y
diferente tanto de las ondas como de las partículas. Otro caso lo tenemos cuando Lavoisier
vio oxígeno donde Priestley había visto aire deflogistado y donde otrxs no vieron nada en
absoluto. Al aprender a ver oxígeno, Lavoisier tuvo que modificar también su visión de otras
muchas sustancias. Por ejemplo, tuvo que ver un mineral compuesto donde Priestley y sus
contemporáneos vieron tierra elemental. Cuando menos, como resultado del descubrimiento
del oxígeno, Lavoisier vio a la naturaleza de manera diferente, trabajó en un mundo diferente.
Para el caso de lo que ahora conocemos como péndulo, desde la antigüedad, la mayoría de
las personas han visto algún objeto pesado balanceándose en el extremo de una cuerda o
cadena; para los aristotélicos, quienes creían que un cuerpo pesado se desplazaba por su
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propia naturaleza de una posición superior a una más baja, hasta llegar al reposo, el cuerpo
que se balanceaba simplemente estaba cayendo con dificultad. Sujeto a la cadena, podía
quedar en reposo en su posición más baja, después de un movimiento tortuoso y de un tiempo
considerable. Pero no fue hasta que Galileo observó en el cuerpo que se balanceaba a un
péndulo, un cuerpo que casi lograba repetir el mismo movimiento, una y otra vez, hasta el
infinito. También observó otras propiedades del péndulo y de acuerdo a esas propiedades,
construyó muchas de las partes originales de su nueva dinámica. Vio todos esos fenómenos
naturales de manera diferente como habían sido vistos antes. Así, que la manera de ver de
los aristotélicos y la de Galileo es inconmensurable.

¿Por qué ocurrió este cambio de visión? Galileo no había recibido una instrucción totalmente
aristotélica, por el contrario, había sido adiestrado para analizar los movimientos en términos
de la teoría del ímpetu, un paradigma de fines de la Edad Media que sostenía que el
movimiento continuo de un cuerpo pesado se debía a un poder interno, implantado en él, por
el propulsor de quien inició el movimiento. Se trata de una concepción que se hizo posible
gracias a la transición de un paradigma escolástico, no había péndulos sino piedras oscilantes;
los péndulos comenzaron a existir gracias a algo muy similar al cambio gestáltico inducido
por un paradigma.

Muchxs lectorxs dirán que lo que cambia con un paradigma es sólo la interpretación que
hacen lxs científicxs de las observaciones, las cuales quedan fijadas, de una vez por todas,
por la naturaleza. Según esta idea, tanto Priestley como Lavoisier vieron oxígeno, pero
interpretaron sus observaciones de manera diferente; tanto Aristóteles como Galileo vieron
péndulos, pero difirieron en las interpretaciones de lo que habían visto.

Breve recapitulación sobre la racionalidad y el realismo en la ciencia


Para Ian Hacking, siguiendo a Larry Laudan, el realismo científico se resume como sigue:

 Las transiciones entre teorías son por lo general no acumulativas, esto es, ni el
contenido lógico ni el empírico (ni siquiera las consecuencias confirmadas) de teorías
anteriores se preservan completamente cuando esas teorías se suplantan por otras más
nuevas.
 Las teorías, generalmente, no se rechazan por el simple hecho de presentar anomalías,
tampoco se aceptan sólo porque se las confirme empíricamente.
 Los cambios en las teorías científicas y las controversias acerca de ellas dependen a
menudo de cuestiones conceptuales y no de cuestiones de apoyo empírico.
 Los principios específicos y “locales” de la racionalidad científica que los científicos
utilizan para la evaluación de teorías no están fijados permanentemente, sino que se
han alterado significativamente a lo largo del curso de la ciencia.
 Hay un amplio espectro de actitudes cognoscitivas que lxs científicxs adoptan hacia
las teorías, incluyendo aceptar, rechazar, seguir, poner a consideración, etc. Cualquier

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teoría de la racionalidad que se restrinja a examinar las dos primeras será incapaz de
dirigirse a la vasta mayoría de las situaciones que enfrentan lxs científicos.
 Dadas las notorias dificultades con las nociones de “aproximación a la verdad” no es
plausible que las caracterizaciones del progreso científico que consideran la
evolución hacia una mayor verosimilitud como el objetivo principal de la ciencia
permitan a unx representar la ciencia como una actividad racional.
 La coexistencia de teorías rivales es la regla, más que la excepción, así que la
evaluación de teorías es principalmente un asunto comparativo.

Laudan piensa que la racionalidad científica reside en el poder de la ciencia para resolver
problemas. La teoría T debe preferirse a la teoría T* cuando T resuelve más problemas que
T* (punto 6). Las teorías pueden ser evaluadas sólo si comparamos su habilidad para resolver
problemas (punto 7). La adecuación a los datos experimentales no es lo único que cuenta,
cuenta también la habilidad para resolver problemas conceptuales (punto 3).

Con todo, Aristóteles enseñaba que los seres humanos son seres racionales, lo que quiere
decir que tienen la capacidad de razonar. Podemos estar de acuerdo con esto sin pensar que
“racional” es una palabra evaluativa. Sólo “irracional” en nuestro lenguaje actual es
evaluativo y puede querer decir fastidioso, incorrecto, titubeante, inseguro, falto de
conocimiento de sí mismo y mucho más.

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