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¡QUE BUENO ES EL MAESTRO!

Re
¡Que bueno es el Maestro!
¡Con qué le podré pagar!
Cuando me vió navegando, en el mundo de maldad,
Extendió su santa mano,
El me quiso rescatar.

CORO
Maestro, Oh Maestro, Maestro de Galilea,
Tú me viste naufragando,
Como el barco en la marea,
Maestro, oh Maestro, Maestro de Nazareth,
No te olvides de los tuyos,
No los dejes perecer.

2
¡Qué bueno es Jesucristo!
Nunca se me olvidará
Cuando yo le había ofendido,
El no vio mi inquietud;
Se mostró muy fiel conmigo,
Perdonando mi maldad.

3
Mi vida ya era perdida,
El enemigo me hirió,
Pero el buen Samaritano,
Transitando me encontró;
Me extendió
Mis heridas El vendó.

4
Sólo te pido, Maestro,
Que me aumentas más la fe,
Para seguir avanzando
Y animando al que no cree,
Porque el tiempo está muy cerca
Y hay que predicar la fe.
¿QUÉ ME PUEDE DAR PERDÍN?

FA
¿Qué me puede dar perdón? Sólo de Jesús la Sangre.
¿Y un nuevo corazón? Sólo de Jesús la sangre.

CORO
Precioso es el raudal, que limpia todo mal;
No hay otro manantial, sólo de Jesús la sangre.

2
Fue el rescate eficaz, sólo de Jesús la sangre.
Trajo santidad y paz, sólo de Jesús la sangre.

3
Veo para mi salud, sólo de Jesús la sangre.
Tiene de sanar virtud, sólo de Jesús la sangre.

4
Cantaré junto a sus pies, sólo de Jesús la sangre.
El cordero digno es, sólo de Jesús la sangre.

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