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La cinemática del punto usa el concepto de espacio euclídeo para representar el espacio físico
real: para definir un marco de referencia euclídeo debemos dar un origen de coordenadas O y
una base, que para el espacio tridimensional es un conjunto de tres vectores ortogonales
unitarios (también llamados ortonormales).
Fig. 1: ejes ortogonales, base ortogonal, origen de coordenadas, definen una referencia euclídea
Cualquier punto P en el espacio tendrá asociado un vector de posición OP, que se expresará
según una combinación lineal de los vectores de la base; esto significa que, dados dos sistemas
de referencia con el mismo origen O pero distintas bases, los vectores de posición de un mismo
punto del espacio P serán distintos en cada referencia. También, dos referencias con la misma
base pero distintos orígenes O, O’ darán, para un mismo punto del espacio, diferentes vectores
de posición.
En la figura 2 vemos la geometría del problema; el vector O’P forma un triángulo con los vectores
OP, OO’. Usando las propiedades de los vectores, O’P = O’O + OP; el vector O’O es el inverso
de OO’, el cual a su vez es el vector posición de O’ respecto a O, que es un dato del problema:
O’O = -OO’ = – (0, 0, -2) = (0, 0, 2). Nos queda:
Ejemplo 2: Cuando dos referencias Ref1, Ref2 difieren en sus bases, puede determinarse el
vector posición en una referencia conociendo el de la otra usando la matriz de cambio de
base [S]; se cumple, para un vector cualquiera u:
[1]
donde la matriz [S] tiene por columnas los componentes de la base de Ref2 en la base de Ref1.
Por ejemplo, sea la base de Ref1 la habitual (1,0,0), (0,1,0), (0,0,1), y la base de Ref2 expresada
Se da el caso de que puede haber movimiento entre referencias: diremos que son referencias
móviles; en el caso especial de que el movimiento sea rectilíneo uniforme, diremos que
son referencias galileanas, también denominadas sistemas de referencia inerciales. Un espacio
euclídeo descrito por referencias galileanas representa un espacio físico homogeneo (todos los
puntos tienen las mismas propiedades) e isótropo (en todas las direcciones posibles el espacio
tiene las mismas propiedades), y un tiempo uniforme (transcurre al mismo ritmo en todo el
espacio). Las leyes de Newton fueron enunciadas, y sólo se cumplen en, sistemas de referencia
inerciales.
Si la referencia móvil tiene aceleración (no describe un movimiento rectilíneo uniforme), decimos
que es una referencia no galileana, o equivalentemente, una referencia no inercial. En estas
referencias no se cumplen las leyes de Newton.
Dado que, en la práctica, se dan muchos casos de movimientos complicados, que son
composición de diversos movimientos, y dan lugar a ecuaciones y expresiones también
complicadas, es muy útil expresar esos movimientos según vectores usando una base móvil, que
“acompañe” al cuerpo móvil, para simplificar las expresiones. Pero hemos dicho que una base
móvil con aceleración , no es un sistema de referencia inercial, y por tanto en ella no se cumplen
las leyes de Newton. Para resolver este punto, se recurre al “truco” de encontrar los vectores
posición, velocidad y aceleración respecto a una base fija inercial, en la que se cumplen las leyes
de Newton, pero expresando las componentes de los vectores en una base móvil adecuada para
simplificar las expresiones. Dado que la velocidad es la derivada de la función posición, y la
aceleración es a su vez la derivada de la velocidad, lo que acabamos de decir implica que
tenemos que saber derivar un vector que está expresado en una base que es móvil (no inercial,
en general), respecto a otra base que es fija (más exactamente, inercial).
Vector velocidad
Supongamos que tenemos un vector cualquiera u expresado respecto a una base móvil. Para
calcular su derivada respecto a una referencia fija:
[2]
donde las son los vectores de la base móvil, las componentes del vector u en la base
móvil. Damos ahora la siguiente propiedad algebraica, que no demostramos:
Propiedad 1: la derivada temporal de una base móvil respecto a una referencia fija puede
expresarse mediante el producto vectorial de la velocidad angular de la base por cada uno de
los vectores de la base.
[3]
[4],
que se expresará como propiedad así:
Ejemplo 2: Un disco de radio R está girando respecto nuestro sistema de referencia fijo con una
velocidad angular Ω. Encima del disco, a una distancia r del centro, una partícula P se está
moviendo a velocidad constante y siguiendo una línea paralela al diámetro del disco, como
muestra la figura 3; en el instante t = 0 ocupaba la posición O’. Definimos la referencia Ref1 como
la fija, y la Ref2 con origen en O’, un eje que sigue la trayectoria del punto, y el otro eje
perpendicular al anterior; esta Ref2 vista desde la Ref1 gira con el disco, como se ve en la figura
3. Notar que, al no tener movimiento rectilíneo uniforme, Ref2 no es galileana. Hallar el vector
velocidad de P respecto la Ref1 en (a) la base de Ref2, (b) la base de Ref1.
La velocidad de P respecto la Ref1 viene dada por la derivada del vector OP respecto a Ref1;
queremos expresar este vector en la base de la Ref2, que es móvil. Para ello, usamos la
expresión [4], siendo el vector . El vector OP cumple OP = OO’ + O’P, tenemos que
expresar estos vectores en la base móvil de la Ref2:
donde es el ángulo formado por los ejes de Ref2 y Ref1, que será igual a la velocidad angular
por el tiempo: . Los coeficientes de la matriz S los deducimos de la geometría del
problema:
Fig. 4: Los vectores e1, e2 de la base móvil Ref2 pueden descomponerse según las direcciones
de los ejes de Ref1
Comparand vemos que el último tiene una expresión bastante más complicada, aunque hay que
recordar que ambas expresiones son el mismo vector velocidad del punto P respecto Ref1, sólo
que expresadas en bases distintas. Es por esto que puede ser conveniente trabajar con bases
móviles, para simplificar las expresiones. En la figura 5 vemos las gráficas de las componentes
del vector velocidad [7] respecto al tiempo; son oscilantes con módulo creciente, ya que a medida
que P se mueve hacia la periferia del disco, su distancia al centro de giro O aumenta, y por tanto
también su velocidad lineal respecto Ref1 (respecto Ref2 es constante). Los picos de velocidad
respecto a cada eje corresponden a ceros en el otro eje perpendicular.
Fig. 5: gráficas de las componentes de la velocidad respecto Ref1
Ejemplo 3: Consideramos el mismo disco del ejemplo 2, pero ahora el punto se está moviendo a
lo largo de un radio.
En la referencia móvil Ref2, que está girando con el disco, la posición O’P es simplemente (0,
r(t), 0), y el vector OP expresado en la base móvil será el mismo, {OP}ref2 = {O’P}ref2, ya que O
y O’ coinciden. La velocidad de P respecto la referencia fija Ref1 expresada en función de la base
de Ref2 es:
La componente es perpendicular a la trayectoria de P, siendo la velocidad tangencial
que sabemos del movimiento circular, la componente r'(t) es simplemente la derivada respecto
al tiempo de la función r(t), con el sgnificado de velocidad en sentido radial.
Ejemplo 4: Calcular la aceleración de P del ejemplo 3 respecto a la referencia fija Ref1 en las
coordenadas móviles de Ref2, considerando que la velocidad de rotación del disco es variable
(el disco está acelerando).
Aplicamos la definición
El vector velocidad viene dado según la base móvil Ref2, pero derivamos respecto a la base fija
Ref1, por tanto usamos la expresión [4], abreviamos las derivadas respecto al tiempo usando
apóstrofes: r’ significa dr/dt, r” significa d²r/dt², etc:
Ejemplo 5: calcular la aceleración del punto P del ejemplo 2 respecto a la referencia fija Ref1.
El vector velocidad viene dado según la base móvil Ref2, pero derivamos respecto a la base fija
Ref1, por tanto usamos la expresión [4]: las aceleraciones y fuerzas “ficticias”, o “pseudofuerzas”
Es una costumbre generalizada llamar ficticias a las aceleraciones que hemos visto que
“aparecen” en el cálculo, al derivar vectores expresados en bases no inerciales respecto de
bases inerciales, como la aceleración centrípeta o la de Coriolis; el motivo de rebajar estas
aceleraciones, que de hecho existen, al rango de “ficticias”, es por que, según nos dicen, no hay
ningún agente que las provoque, “nadie hace fuerza” para provocar esas aceleraciones. Dado
que la 2ª ley de Newton, F = ma, relaciona aceleración con fuerza, se sigue que a cada
aceleración ficticia le podemos asociar una fuerza ficticia, o “pseudofuerza”. Por ejemplo es esa
(pseudo)fuerza centrífuga que, cuando vamos en un coche que coge una curva a gran velocidad,
nos presiona contra la puerta que tenemos al lado.
Para mi humilde opinión, esta forma de discriminación entre aceleraciones confunde más que
ayuda a comprender la realidad física. Todas las aceleraciones son reales, no existen las ficticias.
Las aceleraciones lo que son es cambios temporales de la velocidad: siempre que el vector
velocidad cambie, hay una aceleración. En el caso de un sistema de referencia no inercial, es el
propio espacio que tomamos como referencia el que está cambiando las velocidades, que
recordemos, son relativas al sistema de referencia, y por tanto, por definición, hay aceleraciones.
Estas aceleraciones son las responsables de, por ejemplo, variar la velocidad para que el móvil
efectúe un movimiento circular (por tanto no rectilíneo uniforme)
Entonces, hay una aceleraciones producidas directamente por fuerzas aplicadas, y hay otras
producidas por el espacio de referencia no inercial; en este último caso, también pueden existir
fuerzas reales vinculadas: en el caso del coche que toma la curva, la fuerza que hace el asiento,
el cinturón de seguridad, y quizás la puerta, sobre nosotros, es la que genera la aceleración
centrípeta necesaria para que nuestra masa tome la curva; si soltamos el cinturón y abrimos la
puerta, salimos despedidos hacia fuera del coche, en dirección tangencial a la curva, debido a
que en ausencia de fuerzas nuestra masa vuelve a la referencia inercial sin aceleración: a la
trayectoria recta. En cambio, la fuerza centrífuga si podría llamarse una pseudo-fuerza, pero creo
que es más apropiado no llamarla de ningún modo, pues simplemente no existe: no hay ninguna
fuerza que nos empuje fuera del coche en la curva, al contrario, hay una única fuerza real, la
centrípeta, que nos obliga a tomar la curva.