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Honor en la Ilíada de Homero

Alan D. Mosqueda Cruz


El honor de la Ilíada

El honor es una idea recurrente que podemos observar en culturas tan antiguas
como lo es la romana, o en otras diferentes a ella, tal como la cultura japonesa.
Ciertamente la diferencia cultural se hace notar y ocasiona que varíe la
concepción que se tiene del honor de una cultura a otra, pero aun así, éste no
deja de presentarse en situaciones que son experimentadas de manera similar
en diferentes culturas.

Con esto me refiero a que no obstante el contexto cultural de una persona es


vital para la apreciación de una cualidad moral como lo es el honor, existen
diferentes constantes en las culturas que permiten que nuestra apreciación sea
muy semejante, ya sea el observador un soldado iraquí o un ciudadano de la
República de Argentina.

Muchas personas seguramente aseveran que debido a esta distancia cultural el


sentido que al honor se le dé dependerá solamente de la misma cultura, la
diferencia de una interpretación a otra será totalmente radical. Sería muy
debatible el caso en que siquiera se considerara alguna similitud, en lo que al
honor respecta, entre religiones en contextos culturales, geográficos, raciales,
etc. tan diferentes como lo son la católica romana y el islam. Considerando
que en la primera se puede “observar” el honor en la buena obra buscando la
salvación, mientras que en la otra se refiere al honor al acatar las leyes del
Corán.

Hace falta dar una definición del honor para de ahí, partir hacia las diferentes
valoraciones que se tienen del mismo. El Diccionario de la Lengua Española
(vigésima segunda edición) de la Real Academia Española define la palabra
honor como: gloria o buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las
acciones heroicas, la cual trasciende a las familias, personas y acciones
mismas de quien se la granjea.

Haría también falta ver si nosotros mismos nos entendemos del todo con esta
definición, o habrá algún detalle, alguna parte que no encaje en nuestra
definición de honor. Lo que de cualquier forma nos servirá para el ejercicio de
observar las similitudes en la percepción del honor de miembros de diferentes
culturas.

Dentro del poema de Homero podemos encontrar muchos ejemplos


importantes de honor dentro de la cultura griega, muchos de los cuales
podemos ver hasta nuestros días debido a la gran herencia recibida de parte de
las culturas griega y romana; ya sea acerca del honor de un soldado al pelear
en la guerra, o de los honores debidos a los Dioses.

Un rasgo muy significativo en los griegos con respecto al honor, es aquél


debido a los antepasados y el linaje que representan los mismos. Es muy
frecuente encontrarse en la Ilíada la mención de un personaje a otro acerca de
su linaje. Tal es el caso de Glauco y Diomedes al interrogar éste último al otro
sobre su identidad. Glauco le cuenta que desciende de Belerofonte y por tanto
acuerdan que se deben respeto como descendientes de aquel que se albergó en
casa de Eneo y de aquel que dio hospedaje a Belerofonte, respectivamente.1

También, y tal vez más frecuente, se presenta el caso en que el nombre del
personaje se compone por el que es conocido y por un “apellido” compuesto
por el nombre de su padre y la terminación –ida. Tal es el caso del Atrida
Agamenón (hijo de Atreo) o del Pelida Aquiles (hijo de Peleo).

Todo esto surge de la importancia de mantener el honor en la familia, siendo


que en la antigua Grecia los hombres trascendían por sus virtudes o sus actos,
era esperado que los hijos pudieran mantener el prestigio de pertenecer a
cierto linaje cometiendo hazañas iguales o mejores aún.

Siendo que no toda cultura maneja del mismo modo el concepto de familia, es
bien sabido que en la mayoría se debe un respeto especial a las personas que
identificamos como nuestros padres. Aunque difiera un poco de la importancia
que se le da a la figura paterna en la antigua Grecia, en nuestra cultura es
evidente el cariño y el respeto que profesamos por nuestra madre, siempre se
habla del honor de ser madre, de ser padre.

Partiendo de esta idea, podemos ver la importancia aún mayor al pertenecer a


un linaje de reyes. Se reconoce cierta jerarquía al sólo pertenecer a la familia y
1
Homero, La Ilíada, trad. Luis Segalá y Estalella, Espasa-Calpe Mexicana, México, VI, pp. 66-67
es reconocido que no cualquiera puede ser gobernante. Se reconoce el honor
que Júpiter concedió a esa persona “especial” para que sea gobernante de los
aqueos, por tanto merece mayor respeto al dirigírsele.

Otra idea que es importante en la cultura griega es la importancia que le dan a


los consejos de los viejos. El simple hecho de pertenecer a este grupo de
personas denota cierto reconocimiento, son considerados sabios y representan
una autoridad por esta sabiduría. Este aspecto en especial podemos
observarlos en demasiadas culturas alrededor del mundo; el pueblo judío
confía en los doctores de la ley, quienes han pasado una vida estudiando la
Torá. No es hasta que han completado ciertos estudios y han llegado a cierta
edad que son reconocidos.

En la Ilíada encontramos como un personaje preponderante a Néstor, un


personaje elocuente al hablar, que él mismo exige el respeto y honor que se le
debe, por su edad, al dirigirse al Atrida Agamenón y aconsejarle el
tranquilizarse y no arrebatarle Briseida a Aquiles.2

Otro complemento fundamental de la cultura griega, es el honor ganado por la


guerra. La idea occidental del honor ganado por algún tipo de combate o
competencia (dándole en algunos casos un sentido heroico), ciertamente se
remontará hasta tiempos de Homero.

Hemos también mencionado que el prestigio de un linaje muchas veces se


ganaba por sus hazañas, y muchas de éstas eran ya sea en la guerra o en algún
combate menos numeroso. Clara evidencia de la importancia de la guerra para
los griegos.

La manera para trascender por parte de los soldados helenos era la de dar
grandes batallas y lograr gestas heroicas. Lo que se buscaba con esto era que
poetas y cantores recogieran los relatos de dichas proezas y los divulgara por
toda la polis, así la gente siempre recordaría a los grandes héroes de las más
feroces batallas. El honor al pelear es la esencia de la Ilíada, al narrar la guerra
de Troya y toda una serie de sucesos que acontecían en torno a ella. La
bravura que demuestran todos los personajes que luchan conforme avanza el
relato es inmensa, es un tema que se toma con una seriedad sorprendente, que
2
Homero, La Ilíada, trad. Luis Segalá y Estalella, Espasa-Calpe Mexicana, México, I, p. 13
los cuerpos de los caídos en batalla quieran ser rescatados para darles ese
último ritual de dignidad y todos los códigos de honor que conforman una
guerra justa para los griegos causa que nos preguntemos (al menos a mí sí),
por qué varios de estos aspectos del buen combate no se siguen empleando
hoy en día.

Siendo tanto el honor que se puede ganar en la guerra, que los guerreros más
logrados y llamados los más valientes son quienes poseen las armas y
armaduras más ostentosas. Es dicho que a Ajax le fue confeccionado un
escudo de siete pieles de buey y una última capa de bronce por Tiquio, esta
descripción es hecha justo cuando Ajax está a punto de enfrentarse a Héctor
en un duelo.3

Tanto así como son vitoreados los héroes de guerra, los temerosos son
aborrecidos. El mostrar algún vestigio de miedo o cobardía significaba la
oportunidad de burlarse de aquel miedoso por parte del ejército contrario, o
motivo de deshonra, vergüenza y ser tomado hasta como insulto. Claro es el
ejemplo de Paris al huir de Menelao tan sólo verlo aproximarse y esconderse
entre sus amigos. Después de la reprimenda de Héctor, Paris es capaz de
decidirse a pelear solo contra Menelao y así demostrar gran valor por
enfrentarse a un hombre con mayores capacidades que él.

Al igual que se puede encontrar el honor al luchar en la guerra, se puede


utilizar los medios de las armas para recuperarlo. Tal cual lo hizo Menelao,
buscando la guerra por haber raptado Paris a Helena, finalmente ocasionando
la guerra de Troya. Él busca en la venganza, matando a Paris, recuperar el
honor por haberle robado éste a su esposa y de paso, a Helena.

Finalmente, los honores debidos a los dioses, la veneración hacia ellos


también forma parte significativa de la cultura griega. Tan sólo en los cantos
que relatan las batallas, se habla de cómo los hombres que osan atacar a los
inmortales “ni llega a viejo ni los hijos le reciben llamándole ¡papá! y
abrazando sus rodillas de vuelta del combate y de la terrible pelea.” 4

3
Homero, La Ilíada, trad. Luis Segalá y Estalella, Espasa-Calpe Mexicana, México, VII, p.76
4
Homero, La Ilíada, trad. Luis Segalá y Estalella, Espasa-Calpe Mexicana, México, V, p. 56
Es de esperarse que lo que digan los dioses los hombres lo han de hacer, tanto
así por el respeto que merecen los primeros. Ésta, me parece es una cualidad
universal conforme a las demás culturas. Se trata del honor divino de un
dios(es) al que todos veneran por ser él (los) más honorable(s) de todos los
seres.

Sí existen ciertos factores que, aunque varíen un poco de cultura a cultura, no


alteran de forma drástica la concepción del honor.

Siendo una cualidad moral, inscrita en cada uno de las personas, existe esa
compatibilidad de ideas con respecto a una misma noción. El honor no es la
única noción que cumple estos preceptos, seguramente una chica hindú podrá
amar de igual forma que un anciano canadiense; no me refiero a que su idea
del amor sea la misma, sino a que los dos tienen esa posibilidad de
experimentar el sentimiento que llamamos amor. Seguramente influenciado
por la cultura de cada persona, el sentir, entender, percibir, etc. estos valores,
sentimientos o normas; indica la existencia de algo que comparten las
personas alrededor del globo terráqueo, un sentido común que nos indica
como actuar o la sensibilidad que nos permite querer, tal vez nos estemos
refiriendo al alma.

- Bibliografía

Homero, La Ilíada, trad. Luis Segalá y Estalella, Espasa-Calpe Mexicana,


México

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