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PRIMER ACTO

Obertura

Escena 1

(Plazoleta en el bosque delante de una taberna.


Tumulto de aldeanos. Música de las montañas de
Bohemia Max está sentado solo ante una mesa
Poco después de alzarse el telón sale un disparo
de la escopeta de Kilian y cae el último
fragmento de una placa en forma de estrella).

CAMPESINOS
¡Bravo! ¡Buen disparo!

MAX
¡Salud, campesinos!

CAMPESINOS
¡Victoria! ¡Victoria!
¡Larga vida al campeón
que ha acabado con la estrellita!
¡Ningún tirador le puede igualar!
¡Victoria! ¡Victoria! ¡Victoria!

MAX
¡Salud campesinos!
¡Gritad, gritad con renovado ímpetu!
¿Acaso estaría yo ciego?

(Se forma una comitiva. Delante los músicos


después muchachos que llevan el último
fragmento de la placa en una antigua espada.
Acto seguido Kilian, rey de los tiradores, con
un gran ramo y una banda, donde están sujetas
las estrellas que ha derribado. Tiradores con
escopetas, muchos de ellos con estrellas en sus
gorras; les siguen mujeres y muchachas. La
comitiva va dando vueltas y todos los que pasan
junto a Max le señalan burlonamente, hacen una
reverencia, murmuran y sonríen. Al final Kilian
se queda de pie delante de Max, se adelanta
ufano y canta):

KILIAN
¡Contempladme, señor, soy el campeón!
¿Le parece que mi habilidad no es suficiente?
¡Quitaos inmediatamente el sombrero!
¡Me pregunto si lo haréis, ja, ja, ja!

HOMBRES
¿Lo haréis?... ¿Lo haréis?...
¡Quitaos inmediatamente el sombrero!
KILIAN
¡La estrella y las flores las llevo en mi pecho!
¡El pequeño Sepherl ha conseguido la diana!
¿Acaso no tenéis ojos?
¿Qué es lo que habéis acertado? ¡Ja, ja, ja!

CAMPESINOS
¡Ja, ja, ja!...
¿Qué es lo que habéis acertado? ¡Ja, ja, ja!
¿Acaso no tenéis ojos?
¡Ja, ja, ja!...

KILIAN
La próxima vez que haya un campeonato de tiro
¿Puedo invitaros como espectador?
¡No desearía otra cosa!
Entonces... ¿vendréis, ja, ja, ja?

(se ríen y beben. Max se levanta de un salto, saca


el cuchillo de monte y coge a Kilian por el pecho)

MAX
¡Déjame en paz, o...!

Escena 2

KUNO
(entrando)
¿Qué sucede aquí?
¿Quién se atreve a ofender a mi montero?

KILIAN
¡Todo está en orden, señor!
Es costumbre que quien falla continuamente
quede excluido del «tiro maestro"
y sea objeto de burla.
¡Sólo era una broma!...
¡Todo está en orden!

KUNO
¿Quién? ¿Quién ha fallado constantemente?

MAX
No lo niego. No he dado ni una sola vez.

GASPAR
(Para sí)
Gracias a Samiel.

KUNO
¡Max! ¡Max! ¿Es posible?
¡El mejor tirador de los contornos!
Pero desde hace cuatro semanas
no has traído ninguna pieza a casa.

GASPAR
Créeme amigo, alguien te ha hecho objeto
de un hechizo, ¡tienes que deshacerlo!

KUNO
¡Qué insensatez!

GASPAR
Ve el próximo viernes a un cruce de caminos,
dibuja un círculo con el cañón de tu escopeta
o con un puñal manchado de sangre
y llama tres veces al Cazador Negro...

KUNO
¡Calla Gaspar!
O te despediré ahora mismo.
Pero tú, Max, ¡tenlo en cuenta!
He cuidado de ti como un padre
y estoy orgulloso de que el príncipe traspase
a mi yerno los derechos hereditarios de un hijo,
sin embargo, si mañana fallas en la prueba de tiro,
tendré que negarte la mano de mi hija Ágata.

MAX
¡Mañana! ¿Mañana ya?

UN CAZADOR
¿Qué es en realidad el «concurso de tiro»?
¡Hemos oído a menudo hablar de él!

KUNO
Por mi parte no hay inconveniente.
Un antepasado mío, cuyo retrato cuelga
en mi casa del bosque, también se llamaba Kuno.
Yendo un día de caza,
los perros ahuyentaron un ciervo,
sobre el que iba encadenado un hombre,
pues así se castigaban antiguamente
los delitos forestales.
El príncipe prometió al que derribara al ciervo,
sin herir al malhechor, que sería nombrado
guardabosques mayor hereditario.
Kuno apuntó, encomendó la bala a los ángeles...
el ciervo fue abatido y el ladrón resultó indemne.
El príncipe cumplió su promesa al pie de la letra.

CAMPESINOS
¡Fue un disparo maestro!

KUNO
¡Escuchad que aún hay más!...
Los envidiosos dijeron al príncipe que el disparo
era obra de hechicería y que en realidad Kuno
había acertado en el blanco por haber disparado
con una bala embrujada.

GASPAR
¡Ya lo sospechaba yo!

(para sí)

¡Ayúdame, Samiel!

KILIAN
¿Una bala encantada? ¡Son trampas del Maligno!
Seis dan en el blanco pero la séptima pertenece
al espíritu del Mal y la puede dirigir donde quiera

GASPAR
¡Tonterías!
Solamente son fuerzas de la naturaleza

KUNO
Por esta causa el príncipe
estableció una condición:
«Que cada uno de los sucesores de Kuno
debería ganar un concurso de tiro».
Pero, ya basta de hablar de cosas pasadas.
¡Tú, Max, te espero antes de la salida del sol!

(Terceto con coro)

MAX
¡Oh, el sol,
su ascensión será terrible para mí!

KUNO
Pena o alegría,
¡ambas cosas se encuentran en tu escopeta!

MAX
¡Ay, desespero,
de que mi disparo no sea efectivo!

KUNO
¡Entonces tendrías que renunciar a ella!

GASPAR
(A Max, misteriosamente)
¡Solamente con audacia
es como se alcanza la felicidad!

MAX
¡Renunciar a Ágata!
¿Cómo podría soportarlo?
Pero me persigue la adversidad...

CORO
¡Mirad que sombría es su mirada!
¡Parece que le agita un presentimiento!

CAZADORES
(A Max)
¡Oh, deja que la esperanza te infunda ánimo
y confía en el destino!

MAX
¡Ay de mí! ¡La suerte me ha abandonado!
¡Fuerzas oscuras me amenazan,
un presentimiento oprime mi pecho!
¡No podré soportar su pérdida!

KUNO
¡Si esa es la voluntad del Cielo,
debes soportarlo virilmente!

GASPAR
¡Deja correr la rueda de la fortuna;
aquel que confía en una fuerza superior,
no teme ni el cambio ni la pérdida!

CORO
¡No, no, jamás soportaría él la pérdida!
¡No!

KUNO
(Coge a Max de la mano)
¡Hijo mío, valor!
¡Quién confía en Dios, edifica bien!

(A los cazadores)

¡Y ahora vámonos! En montes y valles


se desencadenará mañana esta amistosa lucha!

CAZADORES
El ciervo que vaga por las cañadas,
el águila que se eleva por los aires
serán nuestros ¡y nuestra la victoria!

CAMPESINOS
¡Dejad que resuenen las trompas de caza!

CAZADORES
¡Sí, haremos resonar los cuernos!

TODOS
Cuando nuevamente empiece a caer la noche,
resonará en el eco y en las peñas:
¡Viva el novio, viva la novia!

(Sale Kuno con Gaspar y los cazadores)

Escena 3

KILIAN
¡Un buen hombre el guardabosques mayor!
Max, deseo que seamos siendo amigos.
¡Te deseo mucha suerte para mañana!
¡Ahora saca esas ideas negras de tu cabeza,
elige una muchacha y baila con nosotros!

(Kilian coge a una de las muchachas y baila.


Vals Bohemio. La mayoría dan vueltas bailando,
otros entran en la taberna, el resto se dispersa
por los alrededores. Ya es muy de noche)

Escena 4

MAX
(que se ha quedado solo)
(Recitativo)
¡No, no puedo soportar más tiempo mis penas,
el miedo que me roba toda esperanza!
¿Qué culpa tengo que expiar?
¿A qué se debe esta mala suerte?

(Aria)

A través de los bosques, a través de las praderas


marchaba yo despreocupado;
todo cuanto alcanzaba a ver,
lo ganaba con mi certera escopeta.
Por la noche traía un rico botín
y como si fueran suyo,
Ágata contemplaba los trofeos
con mirada feliz y enamorada.

(Recitativo)

¿Acaso me ha olvidado el cielo


y se ha vuelto contra mí?

(Aparece Samiel, casi sin moverse, al


fondo, dando un paso desde la maleza.)

¿La providencia me ha vuelto la espalda?


¿He caído en manos del destino?

(Samiel desaparece nuevamente)

(Aria)

Ahora abrirá ella su ventana


y escuchará mis pasos,
no cederá su fiel esperanza:
¡Max traerá algo bueno!
Cuando crujan las hojas al caer,
se figurará que son mis pasos entre los árboles;
saltará de alegría y saludará desde la ventana...
¡Tanto amor tan sólo para las hojas!

(Samiel aparece al fondo y atraviesa


con grandes pasos, lentamente, la escena)
¡Siniestros poderes me envuelven en sus redes!
¡Se apodera de mí la desesperación!
¿No traspasará ninguna luz estas tinieblas?
¿El destino, ciego, impera?
¿Acaso no hay Dios?

(Samiel al oír la palabra "Dios" desaparece


con un escalofrío.)

¡Se ha apoderado de mí la desesperación!

Escena 5

(Gaspar se aproxima hacia él)

GASPAR
(en cuanto Max lo ve)
¡Ya veo que aún estás aquí, amigo!
Quería hablar contigo.
He pensado algo que te hará bien.

(llamando a la posada)

¡Vino, vino! ¡Y dos vasos!


¡Tienes que beber conmigo!

(mientras habla, una camarera trae vino.


Max esconde la cabeza entre las manos.
Gaspar deja caer hábilmente unas gotas
de un líquido en el vaso de Max y luego
sirve el vino.

(para sí)

¡Ayuda, Samiel!

(Samiel a soma la cabeza de entre


un matorral y desaparece de nuevo)

MAX
¿Con quién hablas?

GASPAR
¿Yo? Con nadie... ¡Bebamos!

(canción)

En este valle de lágrimas


no habría más que penas y tormentos,
si no fuera por la viña;
por lo tanto, hasta mi último aliento,
me abrazo al vientre de Baco!
Como la vid sacia...

(a Max)
¡Tienes que cantar conmigo!

MAX
¡Déjame!

GASPAR
¡A la salud de Ágata!

MAX
¡Serás desvergonzado!

(brindan)

GASPAR
¡Uno es uno y tres son tres!
Y ya puestos sumémosle además dos
al zumo de las viñas:
el juego de cartas y dados
y una muchacha de redondo pecho
ayudan a la vida eterna!

(a Max)

¡Qué aburrido eres!


¡A la salud de nuestro señor príncipe!
¡Quién no esté de acuerdo es un Judas!

MAX
¡Pero después ni una gota más!

(Brindan)

GASPAR
Sin este trío
no hay verdadera diversión
desde el pecado original.
La botella es mi A B C,
mi libro de oraciones Catalina,
y las cartas mi Biblia!

MAX
¡Ágata tenía razón al prevenirme contra ti!

GASPAR
¿Qué te parecería si te ayudara a conseguir
un disparo afortunado,
que tranquilizara a Ágata
y garantizara mañana tu felicidad?

(de vez en cuando se ve a Samiel escuchando a


los dos hombres sin que estos se percaten de ello)

Toma mi escopeta ¡Dispara!

MAX
¿Estás loco?
Aquel pájaro no está a tiro.

GASPAR
¡Por Satanás... dispara, dispara!

(Un disparo. Una enorme águila dorada planea


un instante antes de caer a los pies de Max)

MAX
¿Qué es esto?

GASPAR
(cogiendo el ave)
¡La mayor águila real! ¡Qué presa!

MAX
¿Con qué clase de bala has cargado?

GASPAR
¡No fue una bala, imbécil!
Una lombriz ciega: ¡Nunca falla!

MAX
(agarrándolo)
¿Qué clase de bala era esa?

GASPAR
¡Suéltame!

MAX
(soltándole)
¿Dónde has conseguido esa bala?

GASPAR
¿De verdad que eres tan inocente?
¿No has oído nunca lo que es una bala encantada?

MAX
¿Tienes más?

GASPAR
Se acaban de terminar. Pero eran suficientes

MAX
¿Suficientes? ¿Qué quieres decir?

GASPAR
Porque en esta noche se pueden conseguir.

MAX
¿Esta noche?

GASPAR
¿Así es!
Hoy, a media noche habrá eclipse de Luna.
¡Max, amigo!
¡La suerte te vuelve a sonreír!
¡La naturaleza te tiende su mano!

MAX
¡Consígueme una bala así!
¿Cómo se obtienen?

GASPAR
Yo te enseñaré cómo.
¡Tienes que estar a las doce en punto
en El Desfiladero del Lobo!

MAX
¿En El Desfiladero del Lobo? ¡No!
¡Es un lugar maldito!

GASPAR
¡Bah! Yo soy tu amigo
Te ayudaré a fundirlas.
Yo mismo las fundiré para ti,
pero debes de estar presente

MAX
¡Juro por Ágata que iré!

GASPAR
¡No digas nada a nadie!
Podría ser peligroso para los dos.
¡Te espero a las doce!

MAX
¡A las doce en punto!

(sale rápidamente)

Escena 6

GASPAR
(lo ve marchar con aire burlón)
¡No se lo digas a nadie,
para que nadie pueda advertirte!
¡Calla para que nadie pueda advertirte!
¡La red del infierno te envuelve!
¡Nada te puede salvar del profundo abismo!
¡Rodeadlo, espíritus de las tinieblas!
¡Pronto roerá vuestras cadenas con sus dientes!
¡Triunfo, triunfo, triunfo, el mal ha vencido!...

(sale)

SEGUNDO ACTO
Escena 1

(Antesala con entradas laterales en la mansión


forestal. Cornamentas de ciervo y trofeos de caza
le dan una apariencia de antigüedad e indican
que, en tiempos pasados, fue un palacio forestal.
En el centro hay una salida que conduce a un
balcón. A un lado está la rueca de Anita, en el
otro una gran mesa, sobre la que arde una
lamparita y hay un vestido con una banda verde)

ANITA
(Está subida a una escalera, ha vuelto a colgar el
cuadro del primer Kuno y está clavando el clavo.
Ágata se quita una venda de la cabeza)
¡Canalla, quieres sostenerte!
¡Ya te enseñaré yo!
No queremos espectros
en un viejo nido de lechuzas como éste.

ÁGATA
¡Deja el cuadro del antepasado en paz!

ANITA
Al anciano señor
le rindo homenaje con gusto;
pero enseñarle buenas costumbres al criado
no puede proporcionarle disgusto.

ÁGATA
Habla, ¿a quién te refieres? ¿A qué criado?

ANITA
¡Pues al clavo! ¿Por qué preguntas?
¿Acaso no debería sostener a su señor?
¡Dejarle caer!... ¿No es esa una mala acción?

ÁGATA
Ciertamente, no estuvo bien,
Claro, claro, no estuvo bien...

ANITA
Le dejó caer, ¿no es esto una mala acción?
Desde luego, ¡eso estuvo muy mal!

ÁGATA
Todo se te vuelve fiesta,
¡todo te proporciona risa y broma!
¡De cuán distinta manera siente mi corazón!

ANITA
¡Las tristezas son malos huéspedes para mí!
Siempre con ánimo alegre
bailar a través de la vida.
¡Éste es el mayor premio!
¡Hay que ahuyentar preocupaciones y penas!...
Siempre con ánimo alegre...

ÁGATA
¿Quién aplacará el latir de mi pecho?
¿Quién el dulce dolor del amor?
Siempre por ti, amado,
tiene que temblar este corazón...

ANITA
(Mirando el cuadro)
¡Así, me gusta ver al viejo allí arriba
por otros cien años!
¡Ahí, en alto no molesta!

(volviéndose a Ágata)

¿Ya te has quitado la venda?


¿Has dejado de sangrar?

ÁGATA
¡No te preocupes, Anita!
Ya ha pasó el susto.
¿Dónde estará Max?

ANITA
Vendrá, con seguridad.
El señor Kuno afirmó que
lo mandaría otra vez a casa.
No es muy apetecible
pasar la víspera de la boda
en un castillo embrujado como este,
sobre todo si los señores caballeros,
ya difuntos desde hace mucho tiempo,
bajan de las paredes sin avisar.
¡Yo prefiero hombres jóvenes y bien vivos!

(aria)

(acompaña la canción con gestos)

Si un hermoso mancebo,
con rizos rubios o castaños,
de ojos claros y mejillas rojas,
se me cruzase en el camino
¡ay, lo miraría con agrado!
Ciertamente que bajaría los ojos
como conviene a una recatada doncella,
pero disimuladamente se volverían a levantar
cuando el caballerito no lo notara.
Y si se encontrasen las miradas
¿qué habría de malo en ello?
Ninguno quedaría ciego por ello,
aunque se sonrojara un poco.
Una miradita aquí otra mirada allí
hasta que la boca se atreva a decir algo!
Él suspira: ¡es la más bella! Ella dice: ¡Querido!
Pronto se llamarán novio y novia.
¡Acercaos, amigos!
¡Qué bella es la novia
y el muchacho no es menos hermoso!...

ÁGATA
¡Y el muchacho no es menos hermoso!

ANITA
¡Así me gusta verte, Ágata!
¡Así de feliz estaré yo
si algún día me caso!

ÁGATA
¿Quién sabe?
Mi noviazgo no está libre de preocupaciones.
Sentía como una piedra en el corazón...
Pero desde que fui a ver al ermitaño,
ya estoy más animada.

ANITA
¿Qué te dijo? ¿Cuéntame?
Aún no me has contado nada de lo que te dijo,
excepto que te dio
un ramo de rosas benditas.

ÁGATA
Me previno de un peligro desconocido.
Ya se ha cumplido su aviso,
el cuadro podía haberme matado al caer.

ANITA
¡Bien dicho!
Hay que hacer caso de los malos augurios.

ÁGATA
Cuidaré las rosas aún con más cariño.

ANITA
Estarían mejor si las sacaras al fresco de la noche.

ÁGATA
¡Sí, ponlas tú, querida Anita!

ANITA
Y ahora acostémonos.

ÁGATA
¡No sin haber visto otra vez a Max!

(Anita sale)

Escena 2

ÁGATA
¿Cómo se ha de acercar a mí el sueño,
antes de haberle visto?
¡Sí, el amor y las preocupaciones
muchas veces van de la mano!
¿Brillará la luna en el camino?

(Abre la puerta de/ balcón, de tal manera que


puede verse la noche estrellada.)

¡Qué noche más hermosa!

(cruza las manos con devota emoción.)

¡Despacio, despacio, elévate dulce canción!


Lleva mi canto hasta el estrellado cielo.
¡Resuena, canción alegre! ¡Flota festivamente!
Lleva mi plegaria a la mansión celestial.

(Mirando hacia afuera)

¡Cuán claramente brillan las doradas estrellas!


Solamente allí en la lejanía,
sobre los montes,
parece que se levanta una tempestad.
Allí, en el bosque, flota un ejército
de oscuras nubes sofocantes y pesadas.
¡A ti levanto yo las manos
Señor sin principio ni fin!
Para protegernos del peligro
¡envíanos tus legiones de ángeles!
El silencio hace ya tiempo que lo cubre todo;
Querido amado,
¿dónde estás?
Aunque mis oídos escuchan ávidamente,
solamente murmuran las copas de los pinos;
solamente el follaje de los abedules en la arboleda
susurran en el silencio solemne.
Solamente el ruiseñor y el grillo
parece que se alegran del fresco aire nocturno.
¿Pero cómo? ¿No me engaña el oído?
¡Allí resuena como si fueran pasos!
¡Allí en medio de los pinos! ¡Alguien viene!
¡Es él! ¡Es él!
¡La bandera del amor debe ondear!
Tu amada vela ¡aún en la noche!

(agita un pañuelo blanco)

¡Parece que aún no me ha visto!

Si no me engaña la luz de la luna,


¡adorna su sombrero un ramo de flores!
¡Con certeza, él ha hecho el mejor disparo!
¡Es un buen presagio de felicidad para mañana!
¡Oh, dulce esperanza, mi ánimo renace!
¡Mi pulso se acelera
y mi corazón palpita impetuosamente,
con su dulce deseo!
¿Puedo atreverme a tener esperanza?
Sí, la suerte vuelve nuevamente
a favor de mi amado
¡y mañana le seguirá siendo fiel!
¿No es un engaño?
¿No es una ilusión?
¡Cielos, aceptad estas lágrimas de agradecimiento
como prenda de esperanza!

Escena 3

(Max entra, con la mirada perdida,


Anita le sigue en camisón)

ÁGATA
¡Max! ¡Por fin has llegado!

MAX
¡Ágata mía!

(se abrazan)

Sólo me quedaré un momento

ÁGATA
¿Tienes que partir de nuevo?

MAX

ÁGATA
Pareces enojado...
¿Otra vez has tenido mala suerte?

MAX
No, ¡todo lo contrario! ¡Mira!
Conseguí esta enorme ave de las mismas nubes.
Pero ¿qué te ha pasado? ¿estás herida?

ÁGATA
No, no ha sido nada.

ANITA
Fue el cuadro que se cayó...
En parte fue culpa de Ágata
pues a las siete en punto
corrió para asomarse a la ventana.

MAX
(para sí)
¡A las siete! ¿Qué extraño?
Esa fue la hora en que maté el águila.

ÁGATA
Estás hablando sólo.
¿Qué tienes?

MAX
¡Nada, nada!
¡Debo irme!

ÁGATA
¿Qué te preocupa?

MAX
He sido nuevamente afortunado con la caza.

ÁGATA
¿Otra vez?

MAX
(incapaz de mirar a Ágata)
Sí. ¡Un venado de dieciséis puntas!
Lo derribé al atardecer.
Más tarde te lo traeré.

ÁGATA
¿Y dónde está?

MAX
Bastante lejos, en el bosque,
¡junto al Desfiladero del Lobo!

ÁGATA
¿Cómo? ¿Qué? ¡Horror!
Allí, ¿en el desfiladero de los horrores?

ANITA
El Cazador Negro dicen que caza allí,
y quien le oye, emprende la huida.

MAX
¿Acaso un cazador puede tener miedo?

ÁGATA
¡Peca aquel que tienta a Dios!

MAX
Estoy familiarizado con los horrores que
la media noche teje en el bosque,
cuando los robles silban movidos por la tormenta,
el grajo grazna y la lechuza vuela.

(Toma el sombrero, el morral y la escopeta.)

ÁGATA
Tengo miedo,
oh, ¡quédate!
¡Oh, no te vayas tan rápidamente!

ANITA
Tiene miedo, ¡oh, quédate!
¡Oh, no te vayas tan rápidamente!

MAX
(Mirando por el balcón, lúgubremente para sí)
Aún no está empañado el disco lunar,
aún brilla su resplandor puro y claro;
sin embargo pronto perderá su luz.

ANITA
¿Quiere observar el cielo?...
¡Sin embargo eso no es cosa mía!

ÁGATA
¿No te conmueve mi temor?

MAX
¡Me arrancan de aquí mi palabra y el deber!

ÁGATA, MAX, ANITA


¡Adiós! ¡Adiós!

MAX
(Sale apresuradamente, sin embargo
en la puerta se vuelve de nuevo)
¿Podrás olvidar
los reproches, las sospechas?

ÁGATA
Mi corazón está lleno de angustia.
¡Ten en cuenta mis advertencias!

ANITA
¡Así es la vida del cazador!
¡Sin descanso de día ni de noche!

ÁGATA
¡Pobre de mí, tengo que dejarte marchar!
¡Piensa en las palabras de Ágata!

MAX
Pronto palidecerá la luna,
¡mi destino me arrastra de este lugar!

ANITA
(A Ágata)
¡Sosiégate, querida!

(A Max)

¡Piensa en las palabras de Ágata!

(calándose el sombrero hasta


los ojos, Max sale corriendo)

Escena 4
(Un desfiladero en el bosque de negros árboles y
rodeado de montañas. De una de ellas cae una
cascada. La luna llena brilla pálidamente. Dos
tormentas se ciernen sobre el lugar procedentes
de direcciones opuestas. Más adelante hay un
árbol seco, destrozado por el rayo y podrido por
dentro, que parece resplandecer. En el otro lado,
sobre una nudosa rama está una gran lechuza
con ojos llameantes, cuervos y otros pájaros)

(Gaspar con morral y cuchillo de monte está


ocupado en hacer un círculo con guijarros negros
alrededor de una calavera; un poco más adelante
las alas del águila cortadas, una cuchara de
fundidor y un molde para fundir balas)

VOCES DE ESPÍRITUS INVISIBLES


¡La leche de la luna cae sobre la hierba!...
¡Uhui! ¡Uhui!
¡La tela de araña está rociada de sangre!...
¡Uhui! ¡Uhui!
Antes de que anochezca nuevamente...
¡Uhui! ¡Uhui!
¡Estará muerta la delicada novia!
¡Uhui! ¡Uhui!
Antes de que la noche descienda nuevamente,
¡Se habrá ofrecido el sacrificio!
¡Uhui! ¡Uhui!

Escena 5

GASPAR
(se oye, en la lejanía, un reloj que toca las
doce de la noche. Gaspar saca violentamente el
cuchillo de monte y lo clava en la calavera; alza
el cuchillo con la calavera clavada en él, da tres
vueltas y grita)
¡Samiel! ¡Samiel! ¡Aparece! ¡
Por el cráneo del hechicero!
¡Samiel! ¡Samiel! ¡Aparece!

(Coloca nuevamente la calavera en el círculo)

SAMIEL
(saliendo de entre las rocas)
¿Por qué me llamas?

GASPAR
(Se arroja al suelo, servilmente)
Tú sabes que mi plazo casi ha expirado.

SAMIEL
¡Mañana!

GASPAR
Prolóngamelo una vez más.

SAMIEL
¡No!

GASPAR
Te traigo nuevas víctimas...

SAMIEL
¿Cuáles?

GASPAR
Mi compañero de caza, mira cómo se aproxima...
¡Él nunca penetró en tu tenebroso reino!

SAMIEL
¿Cuál es su deseo?

GASPAR
¡Balas encantadas, sobre las que funda su esperanza!

SAMIEL
Seis alcanzan el blanco, la séptima falla.

GASPAR
¡La séptima será tuya!
Desde su escopeta se dirigirá a su prometida.
Esto le hundirá en la desesperación,
a él y al padre.

SAMIEL
¡Pero no tengo poder sobre ella!

GASPAR
(inquieto)
¿No te basta con él?

SAMIEL
¡Ya se verá!

GASPAR
¿Me concedes pues un nuevo plazo?
¿Nuevamente por tres años?
¡Al expirar te lo traeré como botín!

SAMIEL
Sea. ¡Por las puertas del infierno!
¡Mañana o él o tú!

(Desaparece, se oyen truenos sordos)

Escena 6

GASPAR
(Se levanta lentamente, agotado, y se seca el
sudor de la frente. La calavera con el cuchillo de
monte ha desaparecido; en su lugar aparece una
pequeña hoguera con ardientes carbones junto a
un haz de leña)
¡Excelente servicio!

(bebe un trago de su cantimplora)

¡Por ti, Samiel!

(Bebe)

¡Me ha hecho entrar en calor!


Pero ¿dónde está Max?
¿No cumplirá su palabra?
¡Ayúdame Samiel!

(Gaspar se pasea, no sin temor, de un lado a otro


del círculo; los carbones amenazan con apagarse;
se arrodilla junto a ellos, echa leña y sopla. La
lechuza y otros pájaros mueven sus alas, como si
quisieran avivarlo. El fuego chisporrotea. Max
aparece sobre una roca situada frente a la
cascada, inclinándose hacia el desfiladero.)

MAX
¡Ay! Temible se abre el sombrío abismo
¡Qué espanto!
¡Los ojos creen mirar! el abismo de los infiernos!
¡Cómo se amontonan allí las nubes de tormenta!...
¡La luna se oculta!
Espectrales imágenes de niebla flotan en el fondo.
¡Las rocas tienen vida!
Y aquí - ¡husch, husch, fuera! -
vuelan aves nocturnas entre los árboles!
¡Las ramas grisáceas y nudosas
alargan sus garras gigantescas hacia mí!
¡No! ¡Aunque mi corazón se horrorice,
tengo que hacerlo!
¡Porfío a pesar de todos los horrores!

(Desciende algunos pasos.)

GASPAR
(Para sí)
¡Gracias, Samiel! ¡He ganado la prórroga!

(A Max)

¡Por fin vienes, camarada!


¿Te parece bien haberme dejado tan solo?
¿No adviertes cómo he tenido que trabajar?

MAX
Yo abatí el águila que surcaba el alto espacio.
¡No puedo volverme atrás!
¡Me llama el destino!
(Desciende unos pasos, permanece de nuevo
quieto y mira fijamente al frente. El espíritu de
su madre aparece en las rocas)

¡Ay de mí!

GASPAR
¡Ven de una vez, el tiempo apremia!

MAX
¡No puedo descender!

GASPAR
¡Corazón de conejo!
¡Tú, que siempre has trepado como una cabra!

MAX
¡Mira allí! ¡Mira!

(señala hacia la roca, sobre la que se ve una


forma con un velo blanco que levanta la mano)

¡Aquella aparición es el espíritu de mi madre!


Tal y como yace en su féretro...
¡Así descansa en su tumba!
¡Me suplica con una mirada llena de advertencias!
¡Me hace señas de que retroceda!

GASPAR
(Para sí)
¡Samiel, ayúdame!

(En voz alta)

¡Caricatura ridícula! ¡Ja, ja, ja!


Mira nuevamente y verás
hasta donde te ha llevado tu cobarde estupidez.

(La figura velada ha desaparecido, se ve la


figura de Ágata con el cabello suelto y adornado
extravagantemente con hojas y paja. Parece
completamente loca y como si estuviera en
situación de arrojarse por la cascada.)

MAX
¡Ágata! ¡Va a saltar al río!
¡Abajo! ¡Abajo! ¡Tengo que bajar!

(La figura desaparece, Max desciende del


todo, la luna se empieza a oscurecer.)

GASPAR
(Burlonamente para sí)
¡Lo mismo pienso yo!...
MAX
Aquí estoy. ¿Qué tengo que hacer?

GASPAR
¡En primer lugar, bebe!
El aire de la noche es fresco y húmedo.

(Le ofrece su cantimplora que Max rechaza)

¿Quieres fundirlas tú mismo?

MAX
No, no fue eso en lo que quedamos.

GASPAR
Oigas y veas lo que sea,
permanece tranquilo.

(sobreponiéndose a su propio miedo)

Aunque venga un desconocido a ayudarnos,


¿qué puede esto importarte?
Si ocurre cualquier otra cosa ¡qué importa!
Un hombre listo sabe cuando no debe de ver nada.

MAX
(para sí)
¿Cómo terminará esto?

GASPAR
No sin resistencia regalan los poderes ocultos
sus tesoros a los mortales.
Solamente cuando me veas a mí mismo en peligro,
entonces ayúdame y grita lo que yo gritaré,
de otro modo estaremos perdidos ambos.

(Max va a interrumpirlo,
pero Gaspar se lo impide)

¡Silencio!¡Unos segundos son preciosos!


Presta atención, para que aprendas este arte.

(Saca los ingredientes de su morral y los


va echando poco a poco en el crisol.)

Aquí está el plomo.


Algo de cristal molido de vidrieras de iglesia;
se encuentran fácilmente...
Algo de mercurio.
Tres balas que ya acertaron una vez.
¡El ojo derecho de una abubilla,
el izquierdo de un lince! ¡Probatum est!
¡Y ahora la bendición de las balas!

(Se inclina hacia la tierra deteniéndose)


Cazador, que velas en las tinieblas,
¡Samiel, Samiel, cuídanos!
¡Ayúdame en esta noche,
hasta que el sortilegio haya terminado!
¡Bendice las hierbas y el plomo,
bendice por siete, nueve y tres veces,
para que las balas sean eficaces!
¡Samiel, Samiel, aquí!

(La masa del crisol empieza a hervir y a borbotar


lanzando un resplandor verde lechoso. Una nube
oculta la luna, de manera que todo el lugar se
encuentra solamente iluminado por el fuego del
hogar, los ojos de la lechuza y la madera podrida
del árbol. Gaspar vierte la masa de fundición,
sacando las balas del molde una a una)

¡Una!

EL ECO
(Repite)
¡Una!

(Los pájaros del bosque descienden, se


posan en torno al círculo, saltan y aletean.)

GASPAR
(saca otra bala y cuenta)
¡Dos!

EL ECO
¡Dos!

(Un jabalí negro atraviesa


la maleza y huye salvajemente.)

GASPAR
¡Tres!

EL ECO
¡Tres!

(Se levanta una tormenta, dobla y rompe las


copas de los árboles, lanza chispas de fuego, etc.)

GASPAR
¡Cuatro!

EL ECO
¡Cuatro!

(restallar de látigos y galope de caballos,


cuatro ruedas de fuego cruzan la escena,
sin que se pueda divisar el carro.)

GASPAR
(Cada vez más atemorizado, cuenta)
¡Cinco!

EL ECO
¡Cinco!

(Ladridos de perros y relinchos llenan el aire;


figuras de niebla de cazadores a pie y a caballo,
ciervos y perros pasan por las alturas.)

ESPÍRITUS INVISIBLES
¡A través del monte y el valle, de gargantas y simas,
a través del rocío y nubes, de la tormenta y la noche!
A través de cavernas, pantanos y abismos,
a través del fuego, tierra, mar y aire.
¡Jaho! ¡Wauwau! ¡Ho! ¡Ho! ¡Ho!

GASPAR
¡Horror, las mesnadas salvajes!
¡Seis! ¡Ay!

EL ECO
¡Seis! ¡Ay!

(el cielo se oscurece de repente, las tormentas


se encuentran y descargan con terribles rayos y
truenos; fuegos fatuos aparecen en los montes...)

GASPAR
(Vacilando y gritando)
¡Samiel! ¡Samiel!

(Es arrojado el suelo)

¡Ayúdame! ¡Siete!

EL ECO
¡Siete!

(Max, tambaleándose por el viento, se


agarra ala rama de un roble a punto de caer)

MAX
¡Samiel!

(En este mismo instante empieza a apaciguarse la


tempestad, en el lugar del árbol podrido está el
Cazador Negro cogiendo la mano de Max.)

SAMIEL
¡Aquí estoy!

(Max hace la señal de la cruz y cae el suelo. Se


oye dar la una. Silencio repentino. Samiel ha
desaparecido. Gaspar yace con el rostro hacia el
suelo. Max se levanta entre convulsiones.)
TERCER ACTO

Escena 1

(entran Gaspar y Max)

MAX
¿Tienes aún alguna bala mágica?

GASPAR
Yo tomé tres, ¡cuatro fueron para ti!
¿Se puede repartir de una manera mas honrada?

MAX
¡Solamente me queda ya una!
El príncipe prestaba su atención en mí,
así que hice tres disparos para deslumbrarle.
¿Qué has hecho con tus balas?

GASPAR
Con dos he disparado a las urracas.

MAX
¡Estás loco!

GASPAR
Yo tengo aún una, tú otra...
Ésta la guardo para el concurso de tiro.

MAX
¡Dame tu tercera bala!

GASPAR
¡No quiero.!

MAX
¡Gaspar!

(entra un montero del príncipe)

MONTERO
(a Max)
¡El príncipe os reclama, pero al instante!
Se ha originado una disputa
sobre qué distancia alcanzan vuestros disparos.

MAX
Al momento.

(El montero sale. Max dice a Gaspar)

¡Dame la tercera!
GASPAR
¡Aunque te arrojaras a mis pies!

MAX
¡Traidor!

(Sale)

GASPAR
¡Inmediatamente tengo que utilizar la sexta bala!

(carga la escopeta)

Él utilizará la séptima para el concurso de tiro,


¡la bala del diablo!

(Otea el horizonte y
dispara)

¡Por la bella novia!

(sale)

Escena 2

(Dormitorio de Ágata. Anticuado, pero adornado


de una forma encantadora. Un pequeño altar,
sobre él, en un florero, un ramo de rosas blancas
iluminadas por un rayo de sol)

ÁGATA
(Vestida de novia, de blanco con una
banda verde, está arrodillada ante el altar)
Aunque las nubes lo oculten,
el sol permanece en el firmamento;
allí gobierna una Voluntad Divina,
¡el mundo no sirve a un azar ciego!
La mirada eternamente pura y clara
¡mira con amor sobre todas las criaturas!
También el Padre cuida de mí,
y en Él confío con corazón y mente de niña,
y aunque ésta fuera mi última mañana
y me llamara su paternal palabra
su mirada eternamente pura y clara,
¡velaría por mí con amor!

Escena 3

ANITA
(Entra vestida magníficamente,
pero sin flores)
¡Me has hecho apresurarme!
Pero ¿parece que has llorado?
Según el refrán,
las lágrimas de una novia
y la lluvia matinal no duran demasiado.
¡Y vaya que si ha llovido!
Anoche, más de una vez,
me dio la impresión
que las tormenta derribaría
nuestra casa.

ÁGATA
¡Max estaba en el bosque durante la tormenta!
¡He tenido unos sueños tan atormentadores!

ANITA
¿Sueños?
Oh, los sueños del día antes de la boda
dicen que son importantes.
Al igual que las ranas predicen la lluvia,
los sueños nos previenen
de los avatares de la vida matrimonial.

ÁGATA
Soñaba que era una blanca paloma.
Que revoloteaba entre las ramas.
Max me disparaba, yo caía...
Pero de repente,
me convertía nuevamente en Agata,
y un ave de rapiña negra
se retorcía en medio de un charco de sangre.

ANITA
(aplaudiendo)
¡Muy bien! ¡Muy bien!

ÁGATA
¿Cómo? ¿Te alegras de un sueño así?

ANITA
Uhmm... El ave de rapiña negra....
¡Bien, te lo explicaré todo!
Pensaste, antes de dormirte,
en tu blanco traje nupcial... ves...
¡Ahí tienes la paloma blanca!
Te asustaste de las plumas del águila
que Max llevaba en el sombrero...
¡Ahí tienes el ave de rapiña!
¿No soy una buena intérprete de sueños?

ÁGATA
Dices eso para tranquilizarme
querida y dulce Anita...
¿No has oído nunca que los sueños se cumplen?

ANITA
Desde luego, no se los puede ignorar.
Yo misma sé un caso horripilante.

Una vez soñaba una difunta tía,


que la puerta de su cámara se abría,
y blanca como la pared se volvió su nariz,
pues cerca, espantosamente cerca,
se deslizaba un monstruo
con ojos como de fuego,
con cadenas chirriantes se acercaba a la cama,
en la que dormía.
Me refiero a mi tía
con la nariz blanca como la pared;
y ella se quejaba, ¡ay! ¡de una manera tan honda!
y gemía, ¡ay! ¡tan profundamente!
Se santiguaba y gritaba
después de muchos rezos y jaculatorias:
¡Susana, Margarita! ¡Susana! ¡Margarita!
Y vinieron con una luz
y, ¡no vayas a asustarte!
y, ¡me horrorizo tan sólo de recordarlo!
el fantasma era:
¡Nerón, el perro guardián!

(Ágata se vuelve indignada)

¿Te has enojado conmigo?


¿Acaso puedes suponer, que no sufro contigo?
¡No convienen las lágrimas a una novia!

Los ojos tristes, queridita,


no convienen a una bella novia.
Que con su mirada recree, haga feliz y cautive
a todo lo que haya a su alrededor,
¡Ese es su más bello, su más bello deber!
Deja que en las desiertas celdas
hagan penitencia las pecadoras.
¡A ti te llama la rosada luz de la esperanza!
¡Ya están encendidas las velas
para unir a dos leales corazones!
¡Bella amiga, no vaciles!

¡Ahora tengo que ir a buscar tu corona de flores!


¡Escucha, ahí vienen tus damas de honor!

(Las damas de honor entran con vestidos


regionales de fiesta, pero sin ramos de flores)

¡Buenos días, queridas amigas!


Entretened a la novia con vuestros cantos,
Yo vuelvo enseguida.

(sale)

Escena 4

PRIMERA DAMA DE HONOR


Tejemos tu corona de novia
con seda azul violeta.
¡Te acompañaremos al canto y a la danza,
a la felicidad y a la alegría del amor!
TODAS
(Bailando en corro alrededor de Ágata)
¡Bella y verde, bella y verde corona de novia!
¡De seda azul violeta!
¡De seda azul violeta!

SEGUNDA DAMA DE HONOR


Lavanda, mirto y tomillo
crecen en mi jardín;
¿Cuánto tiempo estará ausente aún el novio?
¡Apenas puedo esperar!

TODAS
¡Bella y verde, bella y verde corona de novia!
¡De seda azul violeta!
¡De seda azul violeta!

TERCERA DAMA DE HONOR


Ha tejido durante siete años
el lienzo de oro de la falda:
el velo es tan sutil como una tela de araña
y la corona para sus rizos es verde.

TODAS
¡Bella y verde, bella y verde corona de novia!
¡De seda azul violeta!
¡De seda azul violeta!

CUARTA DAMA DE HONOR


Y cuando llegue el arrogante novio,
habrán pasado siete años;
y cuando tome a la amada de su corazón
habrá ganado una corona para ella.

TODAS
¡Bella y verde, bella y verde corona para la novia!
¡De seda azul violeta!
¡De seda azul violeta!

Escena 5

ANITA
(entra con una caja, redonda)
Ya estoy de nuevo aquí.
Pero he estado a punto de tropezar.
¿Sabes, Ágata?
El viejo Kuno ha vuelto a hacer de las suyas.

ÁGATA
(con angustia)
Pero ¿qué dices?

ANITA
Que casi me parto una pierna
al tropezar con el retrato de ese viejo.
Es la segunda vez que se cae de la pared,
desde ayer por la tarde.

ÁGATA
¡Es como para asustarse!

ANITA
¡Tú te asustas hasta de una araña!
Aunque no me extraña,
con el temporal hizo ayer,
que hizo crujir todas las vigas del techo.
¡Pero alegres, nuevamente cantemos la canción!

(Corta las ataduras de la caja, y se la ofrece


a Ágata arrodillándose ante ella, mientras las
otras cantan.)

DAMAS DE HONOR
¡Bella y verde, bella y verde corona de novia!
¡De seda azul violeta!...

ÁGATA
(abre la caja y retrocede)
¡Ah!

(todas las demás, excepto Anita que


sigue de rodillas, la imitan)

ANITA
¿Qué ocurre?

(Ágata saca de la caja una


corona mortuoria)

¡Una corona de muerto! ¡Dios mío, es...

(se levanta)

Esto ¡esto no se puede tolerar!.


La anciana recadera o la vendedora
han confundido las cajas.
¿Qué haremos ahora?

(cierra la caja)

¡Llevaos eso! ¡Necesitamos una corona!

ÁGATA
El ermitaño me dio las rosas blancas.
¡Quizás fue una advertencia!
¡Trenzad con ellas la corona de novia!

ANITA
(Toma las rosas del jarrón y las une
formando una corona)
¡Una idea preciosa!
Se enlazan muy bien...
¡Te sentarán maravillosamente!

(pone la corona en la cabeza de Ágata)

¡Y ahora vayamos,
nuestros acompañantes se impacientan!
¡Cantad! ¡Cantad!

DAMAS DE HONOR, ANITA


¡Bella y verde, bella y verde corona de novia!
¡De seda azul violeta!
¡De seda azul violeta!

(salen todas)

Escena 6

(Un paraje romántico y bello. En un lado la


tienda de caza del príncipe, donde se celebra un
banquete, al que asisten huéspedes distinguidos y
cortesanos, todos con plumas en el sombrero. En
el otro lado se encuentran acampados cazadores
y ojeadores; detrás de ellos ciervos, jabalíes y
otros animales salvajes, como botín de caza.

(Ottokar, sentado a la mesa; en el último


lugar Kuno. Max cerca de Kuno, pero ya fuera
y apoyándose en su escopeta. En el lado opuesto
Gaspar detrás de un árbol espiando.)

CAZADORES
¿Qué puede igualar en la tierra al placer de la caza?
¿Qué colma más la copa de la vida?
Ocultarse hasta esperar el toque del cuerno,
perseguir al ciervo por espesuras y estanques,
es una alegría principesca, un placer para el hombre,
fortalece los miembros y sazona la comida.
Cuando los bosques nos rodean,
brilla con más alegría y libertad la copa de la vida!
¡Jo, Ho! ¡Tralalalala!
Diana es experta en iluminar la noche
y refrescar el día con su fresca sombra.
Abatir al sanguinario lobo y al jabalí,
que ávidamente revuelve las tiernas siembras,
es alegría principesca, un placer para el hombre,
fortalece los miembros y sazona la comida.
Cuando los bosques nos rodean
brilla con más alegría y libertad la copa de la vida!
¡Jo ho! ¡Tralalalala!

OTTOKAR
¡Ya nos hemos divertido bastante
con las alegrías de la comida,
apreciados amigos y compañeros de caza!
Ahora hablemos de asuntos serios.
Y tú, honrado Kuno:
¡me gusta tu yerno!
Dile que se prepare para la prueba.

GASPAR
¡Ayúdame Samiel!

(trepa a un árbol y otea el horizonte)

OTTOKAR
¿Dónde está la novia?

KUNO
Mi hija llegará de un momento a otro.
Si quisierais darme vuestro consentimiento, príncipe,
llevaría a cabo la prueba de tiro antes de su llegada.
Últimamente la puntería de este joven
no ha sido muy buena
y la presencia de la novia podría perturbarle.

OTTOKAR
Quien sabe, viejo amigo, si a nosotros
en el día de nuestra boda nos hubiera ido mejor.

(A Max)

Bien, joven cazador, otro disparo como


los tres que hiciste esta mañana y habrás vencido

(Después de mirar en torno suyo.)

¿Ves aquella paloma blanca en el árbol?


El blanco es fácil

MAX
Una vez más y nunca más

OTTOKAR
¡Dispara!

(Max apunta. En el momento que va a apretar


el gatillo, entra Ágata, Anita, el ermitaño y su
séquito de entre los árboles, cerca de donde está
posada la paloma blanca.)

ÁGATA
¡No dispares, Max! ¡Yo soy la paloma!

(La paloma revolotea alrededor del árbol


del que desciende apresuradamente Gaspar.
Max la sigue con el arma y dispara. La paloma
huye. Tanto Ágata como Gaspar caen. El
ermitaño se acerca a Ágata, la mira y
desaparece entre el pueblo. Todo esto sucede
en unos instantes.)
CORTESANOS CAZADORES, CAMPESINOS
¡Mirad, oh mirad!
¡Alcanzó a su propia novia!
¡El cazador cayó del árbol!
¡Apenas nos atrevemos, a mirar!
¡Oh terrible destino, oh espanto!
¡Nuestros corazones se estremecen,
cesan de latir!
¿Será posible que haya sucedido este crimen?
Apenas se atreven los ojos
a mirar quién ha sido la víctima.

(Ottokar y otros varios se dirigen hacia Ágata;


otros hacia Gaspar. Traen a Ágata sobre una
elevación cubierta de césped. Max se arrodilla
ante ella.)

ÁGATA
(Despertando de su profundo desmayo)
¿Dónde estoy?
¿Ha sido solamente un sueño?...

ANITA
¡Tranquilízate!

MAX, KUNO
¡Vive!

MAX, KUNO, CORO


¡Gracias y alabanzas sean dadas al Santísimo!
¡Ha abierto los ojos!

KUNO
(inclinándose hacia Gaspar)
A éste es al que han acertado.
¡Yace entre su roja sangre!

GASPAR
(Retorciéndose convulsivamente)
¡He visto al ermitaño junto a ella!
¡El cielo ha vencido!
¡Es mi fin!

ÁGATA
(Recobrándose poco a poco y levantándose)
Aún respiro, fue el susto lo que me hizo caer.
Aún respiro el delicioso aire... ¡aún respiro!

KUNO
¡Respira normalmente!

MAX
¡Nuevamente sonríe!

ÁGATA
¡Oh, Max!...
MAX
¡Oigo de nuevo tu dulce voz!

ÁGATA
¡Oh Max, aún vivo!

MAX
¡Ágata, aún vives!

TODOS
¡Gracias y alabanzas sean dadas al Santísimo!

(Samiel sale de la tierra detrás


de Gaspar, invisible para los demás)

GASPAR
(Ve a Samiel)
Samiel, ¿ya estás aquí?
¿Así mantienes tu promesa? ¡Toma tu botín!
¡Yo porfío en la destrucción!

(Levanta su puño cerrado, amenazando al cielo)

¡Maldito sea el cielo! ¡Maldito!

(Muere entre violentas convulsiones,


Samiel desaparece)

CORO
¡Ay! ¿Ésa ha sido su oración a la hora de la muerte?

KUNO, CORO
¡Siempre fue un malvado!
¡Le ha alcanzado la justicia divina!

ALGUNOS
¡Ha maldecido al propio cielo!

KUNO, CORO
¿Acaso no lo oísteis?
¡Llamó a Satanás!

OTTOKAR
¡Fuera!
¡Arrojad a ese monstruo al Desfiladero del Lobo!

(Algunos cazadores se llevan el cadáver.)

(A Max)

Solamente tú puedes solucionar este enigma.


¡Ha tenido lugar un delito atroz!
¡Ay de ti, si no cuentas toda la verdad!

MAX
¡Señor, soy indigno de vuestra gracia.
Me tentaron los engaños del muerto,
de tal manera que me desvié, por desesperación,
de la senda de la piedad y la virtud;
las cuatro balas que he disparado hoy,
son balas encantadas, que había fundido con él.

OTTOKAR
¡Apresúrate a abandonar la región,
y no vuelvas jamás a este país!
¡Hay que separar el infierno del cielo,
jamás, jamás, recibirás esta mano pura!

MAX
No me atrevo,
a quejarme;
pues fui débil,
aunque no un malvado.

KUNO
¡Constantemente fue fiel a su deber!

ÁGATA
¡Oh, no lo arranquéis de mis brazos!

CAZADORES
¡Es bravo, lleno de fuerza y valor!

CAMPESINOS
¡Oh, siempre fue fiel y bueno!

ANITA, KUNO, CORO


¡Señor, tened piedad!

OTTOKAR
¡No, no, no!
¡Ágata es demasiado pura para él!

(A Max)

¡Fuera, fuera de mi vista!


¡Si alguna vez vuelves,
te espera la prisión!

(el Ermitaño entra. Todos se retiran llenos


de respeto y le saludan, incluso el príncipe
se descubre.)

EL ERMITAÑO
¿Quién lanza sobre él tan severo destino?
¿Un paso en falso, merece acaso este castigo?

OTTOKAR
¿Eres tú el santo varón
al que reverencia toda la región?
¡Te saludo, bendito del Señor!
Te obedezco con agrado.
Pronuncia tu sentencia;
cumpliré tu voluntad con alegría.

EL ERMITAÑO
Fácilmente puede flaquear el piadoso corazón
y pasar sobre la justicia y el deber,
cuando el amor y el miedo, fronteras de la virtud,
rompen todas las barreras por desesperación.
¿Acaso es justo colocar en el curso de una bala
la felicidad de dos nobles corazones?
Y si sucumben a la pasión,
¿quién arrojará la primera piedra?
¿Quién no tendrá presente sus propios pecados?
¡Por esto nunca más deberá tener lugar
el concurso de tiro!

(lanzando a Max una mirada llena de reproches)

A él, Señor que ha pecado gravemente,


pero que siempre ha sido puro y virtuoso,
¡concédele un año de prueba!
Y si permanece como siempre lo he conocido,
¡que sea suya la mano de Ágata!

OTTOKAR
Tu palabra me basta.
Uno más alto habla a través de ti.

TODOS
¡Viva nuestro príncipe,
no rechaza lo dicho por el piadoso ermitaño!

OTTOKAR
(A Max)
¡Si logras que el anciano te perdone,
entonces yo mismo os uniré!

MAX
¡El futuro protegerá mi corazón,
la justicia y el deber serán siempre sagrados para mí!

ÁGATA
(A Ottokar)
¡Oh, mira mi agradecimiento en estas lágrimas;
no son suficientes las débiles palabras!

OTTOKAR, EL ERMITAÑO
¡El que se encuentra sobre las estrellas es piadoso,
por eso el perdonar honra a los príncipes!

KUNO
(A Max y a Ágata)
¡No os apartéis jamás de la senda de la virtud,
para ser dignos de vuestra felicidad!
ANITA
(A Ágata)
Entonces, querida amiga, cuando llegue el día,
¡te adornaré nuevamente para tu boda!

EL ERMITAÑO
¡Y ahora elevad vuestra mirada hacia Aquél,
que ha sido protector de la inocencia!

(Se arrodilla y levanta las manos. Agata, Kuno,


Max, Anita y mucha gente del pueblo siguen su
ejemplo.)

TODOS
¡Sí, elevemos hacia el cielo nuestra mirada y
actuemos rectamente bajo la protección del Eterno!

ÁGATA, ANITA, MAX, OTTOKAR, KUNO, EL ERMITAÑO


¡El puro de corazón y aquel que está libre de culpa,
puede confiar como un niño en la bondad del Padre!

TODOS
¡Sí, elevemos nuestras miradas y
actuemos rectamente bajo la protección del Eterno,
confiemos firmemente en la clemencia del Padre!
¡El puro de corazón y aquel que está libre de culpa,
puede confiar como un niño en la bondad del Padre!

Traducido por: Trinidad Nájera


Escaneado por: Antonio Luna García de la Infanta. 2000
EL CAZADOR FURTIVO

Personajes

OTTOKAR Príncipe de Bohemia

KUNO Guardabosques

ÁGATA Hija de Kuno

MAX Enamorado de Ágata

ANITA Amiga de Ágata

GASPAR Antiguo Pretendiente de Ágata

KILIAN Amigo de Max


SAMIEL El Diablo

ERMITAÑO Santo Varón

Pagina de referencia

http://www.geocities.com/ubeda2002/cazador/acto1.htm

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