LA GLORIA DE LA IGLESIA - Era “el gozo de toda la tierra” (v.2b).
Lo
TEXTO Salmo 48
Introducción
Cuando miramos un mapa del mundo, y
ubicamos la nación de Israel, nos damos cuenta
que es muy pequeña. ¿Por qué o escogió Dios
un territorio más grande? Porque se deleita en
usar lo que el mundo menosprecia.
¡Así es la iglesia! A veces nos preguntamos,
“¿Por qué no es la iglesia más grande?”
Bueno, es por la misma razón.
Sin embargo, había y aún hay una grandeza en
Israel. ¡Es mucho más grande de lo que parece!
¡Dios la hace grande!
Así es la Iglesia.
Ese es el tema del Sal 48. En su contexto
histórico, es un poema que enaltece la ciudad de
Jerusalén. Fue compuesto luego que Dios diera
a la ciudad una gran victoria sobre sus enemigos
(v.4-7).
Simbólica o espiritualmente, habla de la Iglesia;
la Nueva Jerusalén. Describe la gloria de ella.
¿En qué consiste la gloria de la Iglesia?
1. ES LA CIUDAD DEL GRAN REY (v.1-3)
En el Antiguo Testamento, Jerusalén era la
ciudad de Dios. El autor declara esta gran
verdad en v.1, 2, 8. Él la escogió; levantó Su
siervo David para establecerla; luego estableció
Su residencia allí.
Por ser la ciudad del Gran Rey, Jerusalén tenía
TRES características:
- Era un monte santo (v.1). Es la palabra
que se usa de la tierra santa de la zarza
que ardía (Éx 3:5).
- Era una “hermosa provincia” (v.2a). Un
monte hermoso. Ver Sal 50:2. No tanto
porque era hermoso geográficamente,
sino porque era la residencia de Jehová
de los ejércitos.
era porque Dios estaba allí y allí se
revelaba Su Palabra.
Podemos decir lo mismo de la Iglesia. Dios
envió a Su Siervo, el Hijo de David, el Mesías,
para establecer la Iglesia. Luchó por ella, contra
el pecado y Satanás. En Hch 2 la tomó por Su
residencia, por el Espíritu Santo.
Por ser la Ciudad de Dios, la Iglesia tiene estas
mismas tres características:
- Es un lugar santo; no tanto el edificio,
sino la congregación.
- Es un pueblo hermoso. No en términos
físicos o sociales o económicos o
políticos, sino en términos de la presencia
de Dios y lo que Él hace en medio de ella.
- Es un lugar de gozo y alegría, porque
Dios se manifiesta en ella.
¿Lo entendemos así?
2. ES UN LUGAR DE REFUGIO (v.4-8)
Jerusalén fue atacada frecuentemente; tenía
muchos enemigos. Los reyes de la tierra se
levantaban contra ella (Sal 2:1-3). El autor del
Sal 48 narra uno de esos incidentes (v.4).
No sabemos cuándo fue. Una posibilidad es que
se refiere al ataque por parte de los moabitas y
los amonitas (ver 2 Crón 20:1-2). Ellos fueron
los descendientes de Lot, por la relación
incestuosa con sus dos hijas (Gén 19). Estos
pueblos reunieron “una gran multitud” de
soldados, incluyendo gente de Siria y del otro
lado del mar (v.2). Los habitantes de Jerusalén
clamaron a Dios, y Dios les libró (2 Crón 20:18-
24). Ver lo que leemos en 2 Crón 20:27-29.
Ahora leamos otra vez Sal 48:4-7.
La gloria de Jerusalén era que Jehová de los
ejércitos la defendería; por lo tanto, sus
habitantes podían estar tranquilos.
Lo mismo es cierto de la Iglesia. Ella tiene
muchos enemigos. A lo largo de los siglos
muchos han intentado destruirá. Por ejemplo, el
Imperio Romano, el comunismo, Mao Tse Tung,
etc. Pero Dios está en medio de ella (Sal 46:5-
7).
La Iglesia está segura, porque es la ciudad del
Gran Rey. Ella será asaltada en muchas
maneras; pero Dios la protegerá.

3. ES EL TEMPLO DE JEHOVÁ (v.9-11)

Cuando David conquistó Jerusalén, hizo

preparativos para llevar el Arca del Pacto y
construir un templo para Jehová. Salomón llevó
a cabo la construcción. Fue un edificio
espléndido. El templo de Salomón fue una de
las glorias de Jerusalén.

En el templo el pueblo de Dios se acordaba de

las misericordias de Jehová (v.9). La palabra es
‘jesed’, que significa ‘amor fiel’; el compromiso
del pacto (ver Lam 3:22-23).

Por eso el templo vino a ser el centro del culto a

Dios (v.10). Ese culto llevaba a gran gozo y
alegría (v.11).

Cuando los hijos de Israel iban a Jerusalén

durante las fiestas espirituales quedaban
admirados de la belleza del templo y de la
ciudad. Eso es lo que vemos en los vv.12-13.

¿Qué de la Iglesia? ¿No es ella el templo del

Espíritu Santo? En la Iglesia celebramos la
fidelidad de Dios. Eso nos lleva a adorar a Dios.
También debe llenarnos de gozo y alegría
espiritual.

Además, la Iglesia, como templo del Espíritu

Santo, tiene una gran hermosura. No una
hermosura física, sino espiritual (dones,
ministerios, servicio, evangelismo, misiones,
etc.).

Conclusión:

¡Qué tremenda gloria tiene la Iglesia! Debemos

alegrarnos en la grandeza de nuestro Dios (v.1,
14).