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En definitiva, para el profesor particular se lanza el reto de encontrar una fórmula de éxito

para que los adultos aprendan y consideren que las clases particulares son provechosas,
pero en las que también se tenga en cuenta su propia experiencia y aquello que pueden
aportar a la formación.

Si vas a dar clases particulares a un adulto, aquí tienes algunos consejos básicos para dar
una clase para adultos y que no se aburran y decidan terminar con las clases antes de
tiempo.

Cómo dar una clase para adultos y que no se aburran


Dar clases particulares supone una excelente forma de conocer el mundo de la docencia y,
en concreto, de la enseñanza privada. Si hay algo bueno de este tipo de formación (algo
muy bueno) es que el profesor tiene mayor libertad para preparar sus clases y para
personalizar cada sesión con contenidos que pueden resultar de interés para el alumno. Así
que para dar una clases para adultos y que no se aburran aprovecha esta libertad, y
además:

Prepara un plan para las clases particulares en el que se tengan en cuenta los objetivos de
las clases, el punto de partida de la formación y el punto al que se pretende llegar. Este plan
se puede presentar al alumno y discutirlo para ampliar o reforzar los contenidos para hacer
las clases más interesantes y de más valor.

Prepara explicaciones completas para cada uno de los temas que hay que explicar:
esquemas, resúmenes o mapas conceptuales demuestran que el profesor se ha preparado
las clases, además, no olvides llevar una guía como profesor con contenido ampliado para
los temarios.

Deja que el alumno exponga sus conclusiones e invítale a desarrollar sus propias
explicaciones sobre qué ha aprendido durante la clase, en definitiva, dale voz para que
pueda comprobar por sí mismo qué esta aprendiendo, pero también, asegúrate así de que los
contenidos de las clases han quedado claros.

Cuando no conozcas un temario o te surjan dudas frente a una pregunta expuesta por el
alumno, no tengas miedo el decir que necesitas profundizar más sobre la clase y que te
gustaría preparar mejor la explicación (eso sí, acuérdate después de dedicar una clase a la
pregunta o tema en cuestión).

Un adulto suele tener claros los motivos por los que estudia, por ello, la formación para
ellos no siempre termina al concluir la clase, parte de la tarea de un docente que tiene que
dar una clase a adultos y que no se aburra es proporcionar contenidos complementarios a
las clases particulares, con los que el adulto pueda seguir trabajando y ampliando
conocimientos de forma autónoma.

No es difícil dar clases a adultos, con un poco de práctica verás que son alumnos muy
agradecidos y con los que las clases se desarrollan de forma muy amena.

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