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ESCUELA DE DERECHO
Nociones de Constitución
CURSO:
DOCENTE:
INTEGRANTES:
I. Introducción ……………………………………………..1
resumen
X. bibliografía ……………………………………………….....26
I.- INTRODUCCIÓN
Cuando exista incompatibilidad entre una norma constitucional y otra de inferior jerarquía, el Juez
debe preferir la primera, siempre que ello sea relevante para resolver la controversia y no sea
posible obtener una interpretación conforme a la Constitución.
Los Jueces no pueden dejar de aplicar una norma cuya constitucionalidad haya sido confirmada
en un proceso de inconstitucionalidad o en un proceso de acción popular.
Los Jueces interpretan y aplican las leyes o toda norma con rango de ley y los reglamentos
según los preceptos y principios constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que
resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional.
III.- GENERALIDADES.
IV. ANTECEDENTES.
a. Naturaleza Incidental:
Esto es, de efecto entre partes, significando ello que los efectos de la
aplicación del control difuso sólo afectará a las partes vinculadas en el
proceso. No Erga Omnes.
Venezuela:
· Ecuador:
· Colombia:
· Bolivia:
· Guatemala:
Honduras:
Así podríamos mencionar también a otros países. Pues como se podrá observar el
sistema norteamericano de control constitucional de las leyes influenció en gran
partes de países latinoamericanos, los cuales terminaron adoptándolo de una u
otra forma (Argentina 1860; México 1857; Venezuela 1858; Brasil 1890; República
Dominicana 1884; Colombia 1850), orientándose incluso algunos hacia un sistema
mixto o integral, sea agregándole al método difuso el método concentrado del
constitucionalidad como en Brasil o México, o adoptando el sistema mixto o integral
desde el principio, como fue el caso de Venezuela, Colombia, Guatemala y nuestro
país (Perú). En cambio, el sistema argentino sigue siendo el más parecido al
modelo norteamericano.
Así mismo, se estableció por primera vez el control difuso en el artículo XXII del
Título Preliminar del Código Civil de 1936 que disponía que en caso de
incompatibilidad entre una disposición constitucional y una legal, se prefiere la
primera.
“La Constitución prevalece sobre toda norma legal; la ley, sobre las
normas de inferior jerarquía, y así sucesivamente. La publicidad es
esencial para la vigencia de toda norma del Estado” (Art. 51°,
Constitución Política del Perú de 1993).
El Texto Único de la Ley Orgánica del Poder Judicial, aprobado por Decreto
Supremo Nº 017-93-JUS de 28 de mayo de 1993, en el artículo 14° establece la
forma de proceder de los jueces, al aplicar el control difuso, disponiendo que las
sentencias de primera y segunda instancia, si no son impugnadas, se elevarán en
consulta a la Corte Suprema de la República.
Se cree que el Control Difuso es facultad exclusiva de los jueces que integran el
Poder Judicial; y, que no es competencia de otros organismos constitucionales que
también ejercen jurisdicción, como por ejemplo el Tribunal Constitucional y el
Jurado Nacional de Elecciones; y, por supuesto, de la Administración Pública en
general.
Estos artículos habrían sido suficientes para que el Poder Judicial ejercitara esta
facultad, pero los constituyentes, atendiendo la tradición histórica del Poder
Judicial, han hecho muy bien en consignar norma expresa a cumplirse por los
jueces.
Queda, pues, claro que el Poder Judicial, los órganos constitucionales autónomos y
la Administración Pública en general, tienen la facultad y obligación de preferir la
Constitución frente a la ley y la ley frente a las normas de inferior jerarquía, en el
caso de que tales normas sean contradictorias, al momento de resolver un caso
concreto.
Ocasionalmente se ha señalado que las pautas sobre interpretación de las leyes valen también
para la interpretación de la Constitución. b. VARIABLES Otros Fallos indican que interpretar a la
constitución no es interpretar una ley ordinaria, dado que la primera sienta bases normativas
generales que fijan el marco de posibilidades del legislador y están destinada a gobernar la vida
de las generaciones futuras, ,mientras que un código, en cambio, aspira a prever todas las
contingencias posibles. En algunos pronunciamientos la Corte subraya que al interpretar la
Constitución deben evitarse "distingos más menudos, surgidos de ramas del derecho ocupadas
centralmente en asuntos infra constitucionales cuando pueden producir a una fragmentación de
las cláusulas constitucionales que desnaturalice su contenido o imponga diferenciaciones
innecesarias, cuando, no perturbadoras, de su comprensión".
La constitución, con frecuencia, permite ser interpretada de distintos modos. Ello importa un
significativo rechazo, para muchas situaciones, de la "interpretación única" de la Constitución,
circunstancia que le permite de paso al Tribunal un buen margen de maniobra para optar por una
entre varias rutas exegéticas, incluso cambiantes en el tiempo, conforme a la doctrina de la
interpretación dinámica que de vez en cuando usa. a. INTERPRETACIÓN ORIGINARIA Sostiene
algunas ideas originales: La primera es que la Constitución tiene un significado que descubrir
para el cual no cabe acudir a aspectos extra constitucionales; Segundo que el intérprete carece
de discrecionalidad para escoger entre diversa s interpretaciones posibles, porque hay
solamente una, que es la correcta. Lo que interesa verdaderamente al intérprete para esta
posición es determinar qué quisieron expresar los constituyentes originarios, no pudiendo
avanzarse un paso más allá de ello. b. INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA Sostiene otras ideas
totalmente distintas a las anteriores: En primer lugar sostiene que existen cláusulas abiertas que
dan al juez un margen de discrecionalidad legítima para optar entre varias interpretaciones
posibles de una determinada norma. En segundo lugar, que pueden recurrirse a valores o
fuentes no explícitas en el texto constitucional como valoraciones sociales, culturales, políticas;
se trata de una jurisprudencia de valores, de una interpretación axiológica receptiva, de una
interpretación progresista. El juez constitucional en este esquema, no puede jugar un rol
de espectador pasivo. Por vía de una interpretación dinámica inteligente, el juez puede extender
el mandato constitucional a hipótesis no previstas originalmente por el constituyente.
Distintas son las razones por las cuales se interpreta a una Constitución. Esta labor se puede
realizar con un mero afán de investigación como sucede en el caso de Defensor o investigador, o
de crítica, como sucede en el caso del analista político, quien interpreta de una determinada
manera los alcances de la constitución, influenciado por lo general por la coyuntura política de su
país. Pero de otro lado, al presentarse situaciones concretas en las cuales deben ser aplicados o
desarrollados los preceptos constitucionales, los órganos estatales involucrados en dichas
actividades se encuentran obligados a otorgarles un sentido. a.
consonancia y coherencia con el resto del ordenamiento constitucional", por lo que dicha facultad
no puede ejercerse ilimitadamente y dándole a la ley que la otorga contenidos ajenos a la
institución en sí.
En nuestro sistema constitucional el Poder Ejecutivo tiene una gran influencia en el campo
legislativo. La facultad de emitir decretos legislativos –previa delegación de las facultades
respectivas por parte del Congreso- así, como decretos urgencia, han convertido prácticamente a
este órgano político en el ente que legisla sobre los temas de mayor importancia. Obviamente al
momento de elaborar estas normas, el órgano ejecutivo tiene que tomar en consideración, al
igual que el Congreso cuando elabora las leyes, que los preceptos constitucionales constituyen
un límite a su actividad legislativa, pues se enfrenta asimismo con la posibilidad de que las
normas que promulgue sean susceptibles de ser declaradas inconstitucionales. En el marco de
las atribuciones que le han sido asignadas al Presidente de la República en el campo legislativo,
no puede dejar de pasarse por alto su facultad de vero u observación de las leyes. En muchas
oportunidades, los fundamentos de tales observaciones han hecho referencia a la
inconstitucionalidad de las leyes aprobadas en el Parlamento. Resulta ilustrativo señalar que en
algunos países se contempla la posibilidad de que ante los casos de vetos presidenciales
basados en argumentos sobre la inconstitucionalidad de una ley aprobada en el Congreso, la
controversia sea resuelta por Tribunal Constitucional. En Colombia, por ejemplo, su Corte
Constitucional tiene la atribución de "decidir definitivamente sobre la constitucionalidad de los
proyectos de la ley que hayan sido objetados por el gobiernos como constitucionales".
El ejemplo más claro del éxito de esta institución en el ámbito de la interpretación constitucional
puede encontrarse en la actividad desarrollada por el Poder Judicial de los Estados Unidos de
América, y más en concreto, en las importantes decisiones que sobre tal materia ha pronunciado
su Tribunal Supremo. El inicio de esta reconocida instancia jurisdiccional en tan fundamental
tarea se encuentra en la célebre resolución del juez John Marshall, en el leading case Marbury
vs. Madison (1803). En esta trascendental decisión Marshall interpretó la norma suprema de su
país, a efectos de señalar el decisivo rol de los magistrados en defensa de
la Constitución, resaltando la facultad implícita (implied power) que ellos tienen para dejar de
aplicar toda ley que la contradiga. A pesar de la importancia de esta decisión, en la
jurisprudencia Norteamérica del siglo XIX no se encuentra un desarrollo orgánico sobre la
interpretación de las normas constitucionales. El importante rol de los jueces para la defensa de
la Constitución, y por ende para la interpretación constitucional, fue asimilado por diferentes
países en los cuáles se les reconoció a los magistrados la posibilidad de controlar la
constitucionalidad de las leyes. Pero esta actividad del Poder Judicial como institución a la cual le
compete la defensa de la Constitución frente a los posibles excesos legislativos del Congreso,
conocida como el control difuso de la constitucionalidad de las leyes.
En el caso de Europa continental, desde los orígenes del constitucionalismo, por la carencia de
una concepción de la Constitución como norma jurídica suprema de obligatoria observancia por
parte de los entes públicos, pues sus preceptos no fueron considerados como una garantía
frente a la arbitrariedad de los poderes del estado, sino simplemente como una garantía de la
organización de éstos en base a determinados principios. Por estas razones el Parlamento fue
considerado en ese continente como la institución depositaria de la soberanía del pueblo, no
sometido a la limitación de norma alguna, y cuyas decisiones no podían ser objeto de revisión.
Los jueces no podían por lo tanto controlar la actividad del Parlamento, siendo considerados
simples aplicadores de la ley, sin posibilidad alguna de confrontarlas con la Constitución, y de ser
el caso, declararlas inconstitucionales. Estas circunstancias han cambiado profundamente en
este siglo, lo que ha llevado a la implementación paulatina, en distintos países de Europa, de un
Tribunal ad-hoc, independiente del Poder Judicial, encargado de la defensa de la Constitución.
En el caso de los países de América Latina, la notable influencia del sistema constitucional de los
Estados Unidos sirvió para que fuera adoptado en diversos ordenamientos el control judicial de la
constitucionalidad de las leyes. Sin embargo, las variantes políticas que han llevado a una
sumisión total, incluso hasta nuestros días, del Poder Judicial ante el Poder político han originado
la misma desconfianza que en
Europa se produjo respecto a esta institución para controlar a los poderes públicos al exceder
sus marcos de competencia constitucionalmente asignadas. La solución adoptada a este
problema fue asimismo compartida con Europa, pues debido al auge de los tribunales
constitucionales en ese continente, dichas instituciones son literalmente importadas a nuestros
países, como en su momento lo fue la judicial review. Para el adecuado ejercicio de sus
funciones, los Tribunales Constitucionales han sido considerados en los ordenamientos jurídicos
que los han incorporado, como el intérprete supremo de la Constitución, de ahí su peculiar
importancia para el desarrollo de la interpretación constitucional, más aún si se considera que
sus decisiones son de obligatorio cumplimiento para las demás instituciones de un país. En
cuanto a su labor de interpretación, la actividad del Tribunal Constitucional puede considerarse,
en principio, como netamente jurídica.
Se trata de la labor hermenéutica que tiene por finalidad encontrar un sentido a las normas
contenidas en la Constitución. Para tal efecto se han esbozado en el derecho constitucional
determinados principios que orientan la labor del intérprete de las normas constitucionales.
"Cuando la letra de la ley no exige esfuerzo de interpretación debe ser aplicada directamente",
con prescindencia de otras consideraciones. El Tribunal advierte que si no se procede así, se
corre el riesgo de prescindir del texto legal sin declararlo inconstitucional. El Punto de partida de
esta postura es sostener que la primera fuente de exégesis de la ley es su letra.
a. MOTIVOS DE JUSTICIA Y EQUIDAD. El juez puede apartarse de las palabras de la ley" para
aplicar la norma con auténtico sentido de justicia y recto juicio prudencial en los casos concretos"
Es una fórmula que descarta la interpretación aislada de un precepto jurídico. Ninguna de sus
cláusulas puede ser interpretada solidariamente, desconectándolas del todo que compone sino
que cabe entenderlas integrando las normas dentro de la unidad sistemática de la Constitución,
comparándolas. Coordinándolas y armonizándolas de tal forma que tal forma que haya
congruencia y relación entre ellas. En materia de derechos constitucionales, corresponde por ello
también ser interpretado armónicamente, para hallar un marco de correspondencia recíproca.
No se trata de desconocer las palabras de la ley, sino de dar preeminencia a su espíritu, a sus
fines, y en especial, al conjunto armónico del ordenamiento jurídico y los principios
fundamentales del derecho, en el grado y jerarquía en que éstos son valorados por el todo
normativo." Lo importante es averiguar que dice la ley "jurídicamente", sin que esto signifique
apartarse del texto legal, pero tampoco sujetarse a él.
REALIDAD JURÍDICA.-
• Interpretación Evolutiva: Sostiene otras ideas totalmente distintas a las anteriores: En primer
lugar sostiene que existen cláusulas abiertas que dan al juez un margen de discrecionalidad
legítima para optar entre varias interpretaciones posibles de una determinada norma. En
segundo lugar, que pueden recurrirse a valores o fuentes no explícitas en el texto constitucional
como valoraciones sociales, culturales, políticas; se trata de una jurisprudencia de valores, de
una interpretación axiológica receptiva, de una interpretación progresista. A su vez, la
Constitución puede ser interpretada, por el Congreso, el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial y el
Tribunal Constitucional.
• Recta razón
• El Derecho es Ley, pero antes que Ley es vida; debe surgir de la vida misma y debe seguir las
necesidades del Hombre.
• La Ley no es un Gancho elástico capaz de tirar sobre su texto de tal modo que se llegue
siempre a solucionar los diferentes casos, el rendimiento de una norma no siempre es ilimitada.
• Los Jueces tienen el deber de ponderar las consecuencias sociales de sus decisiones.
• La interpretación tiene que ser práctica y útil, esto quiere decir, que tiene que ser apta para dar
respuestas sensatas y proveedoras para la Sociedad.
• El Juez debe optimizar las posibilidades de una constitución para dar solución adecuada a los
problemas y no agudizarnos a dejarlos inconclusos.
• La interpretación además de ser práctica tiene que ser creativa, debe de ajustarse o
acomodarse a los preceptos de la Constitución que las nuevas necesidades y circunstancias
Sociales vayan presentando.
• La Corte toma en cuenta las consecuencias privadas, pero también tiene que pensar en las
consecuencias mediatas o Sociales.
• El juez además de ser un buen conocedor del derecho debe ser un buen hombre.
- Encuadrando los regímenes vigentes en América concluimos que salvo el del control difuso
creado por Estados Unidos de América, adoptado por la República Argentina, con algunas
variantes en la mayoría de los países latinoamericanos se han instituido por un lado un sistema
concentrado exclusivo; y, por el otro, un sistema mixto o integral de control (el control
concentrado de las Cortes Supremas o Tribunales Constitucionales y a la vez el difuso que
incumbe a los habitantes a modo de acción popular ).
2. "Diccionario de Términos Jurídicos", Pedro Flores Polo; Editores importadores S.A., Jr.
Contumaz 1066 Lima- Perú
5. "El Control de la constitucionalidad en Ibero América: sus rasgos generales y sus génesis en
el pasado siglo. En pensamiento constitucional"; Año III, N°3, Lima: Fondo editorial de la Pontifica
Universidad Católica del Perú"
- Fundación tomas moro. Diccionario jurídico Espasa, editorial espasa calpe, madrid, 1998.
- gallego anabitarte, a. constitución y personalidad jurídica del estado. editorial. tecnos. madrid,
1992.
- Nueva constitución política del Perú, ediciones “el Carmen”, lima –Perú, 2001.