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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA

ESCUELA DE DERECHO

Nociones de Constitución

CURSO:

DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

DOCENTE:

INTEGRANTES:

MENDEZ MENDEZ KARINA

OLAYA EZPINOSA ORIANA

SANDOVAL BACA CINDY


INDICE

I. Introducción ……………………………………………..1

II. Normatividad ……………………..……………..…...….3

III. Que es el Control Difuso……………………..……….…4

IV. I Introducción ……………..……………………..….5

IV.II Generalidades …………………………………..5-6

IV. III Antecedentes……………………………….…..7

Que es el control difuso ………………………………8

Control difuso en el Perú……………………..……...9

VI. Interpretación de la constitución e interpretación de las


leyes …………………………………………………...11

La constitución admite varias interpretaciones……

Pluralidad de intérpretes de la constitución………..

VII. Principios de la interpretación constitucional ………...12

VIII. límites de la interpretación Constitucional

resumen

IX. Conclusiones ……… ….……………………..…………….25

X. bibliografía ……………………………………………….....26
I.- INTRODUCCIÓN

La interpretación de las normas jurídicas implica otorgarles un sentido. En el caso de la


Constitución, su interpretación adquiere especial importancia pues a través de ella se
busca dar un sentido a las normas fundamentales que organizan la convivencia política
de un país. Además, dada su peculiar característica de norma suprema del
ordenamiento jurídico, de su interpretación depende la vigencia de las demás normas,
las cuales pueden quedar expulsadas de aquel ordenamiento debido a su
inconstitucionalidad. El presente trabajo tiene por objeto darnos a conocer cuáles son los
principales métodos de interpretación constitucional asi como también la importancia del
control difuso en si La idea de este estudio es identificar la función que ejercen los
organismos o poderes de los países, y especialmente, de nuestro país, para cumplir la
trascendental misión de Control de la Constitucionalidad de la Ley y la de velar por la
protección de los Derechos Fundamentales y las Libertades Públicas.

Al efecto, se hará en primer término referencia a las generalidades, orígenes y


antecedentes históricos de la institución con respecto al sistema difuso, para luego
analizar su concepto, características, su aplicación en Latino América y en el Perú.
II.- Normatividad:

Art VI.- Control difuso e interpretación constitucional:

Cuando exista incompatibilidad entre una norma constitucional y otra de inferior jerarquía, el Juez
debe preferir la primera, siempre que ello sea relevante para resolver la controversia y no sea
posible obtener una interpretación conforme a la Constitución.

Los Jueces no pueden dejar de aplicar una norma cuya constitucionalidad haya sido confirmada
en un proceso de inconstitucionalidad o en un proceso de acción popular.

Los Jueces interpretan y aplican las leyes o toda norma con rango de ley y los reglamentos
según los preceptos y principios constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que
resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional.

III.- GENERALIDADES.

El Control Constitucional es un mecanismo que consiste en verificar si las leyes


contradicen a la Constitución por el fondo o por la forma. El control de la legalidad tiene
la misma finalidad respecto a las normas de inferior jerarquía. Además, el control de la
constitucionalidad y de la legalidad de las normas jurídicas comprende también la
protección de los derechos fundamentales de la persona consagrados en la Constitución.

Doctrinariamente y en la práctica existen dos sistemas de control de la constitucionalidad


y legalidad de las normas jurídicas, según sea el órgano al cual la Constitución encargue
dicho cometido. Uno de ellos se denomina CONTROL CONCENTRADO porque se
crean órganos constitucionales con la específica finalidad de ejercer el control de la
constitucionalidad de las leyes; y, el otro sistema se llama CONTROL DIFUSO, porque
cualquier operador del derecho, en caso de conflicto entre una norma de superior
jerarquía con otra de inferior jerarquía, debe preferir la primera al resolver un caso
concreto. Por su origen, al primer sistema se le llama austriaco o europeo y al segundo
americano.
Con la evolución de los sistemas de control, diversas Constituciones, entre ellas la
nuestra, establecen ambos sistemas, puesto que no son incompatibles, no obstante que
difieren en cuanto a sus efectos, pues en el sistema concentrado la sentencia que
declara la inconstitucionalidad de la ley deroga la ley inconstitucional; mientras que en el
sistema americano o difuso el órgano que debe resolver, que puede ser el órgano
jurisdiccional, inaplica la ley inconstitucional al caso concreto del que está conociendo,
pero la norma queda vigente.

IV. ANTECEDENTES.

El Control Difuso, como Control de la Constitucionalidad de las Leyes tiene su origen en


los principios del constitucionalismo norteamericano en el cual, se le reconoce a la
Constitución el carácter de Norma Suprema y se le da a los jueces la función de velar
por la protección de la misma. Al juez lo obliga la ley y por encima de ésta la
Constitución.

El Sistema de Revisión de la Constitución, Judicial Review, inaugurado por el juez


Marshal quien aplicó el método difuso en el caso Marbury vs. Madison en 1803 en USA,
todos los jueces y todos los tribunales deben decidir sobre los casos concretos que les
son sometidos “de conformidad con la Constitución, desistiendo de la ley
inconstitucional”. Lo que constituye “la verdadera esencia del deber judicial”. Sin
embargo, en este sistema de control de la constitucionalidad, este papel le corresponde
a todos los tribunales y no a uno en particular, y no debe considerarse sólo como un
poder, sino como un deber que les está impuesto para decidir sobre la conformidad de
las leyes con la Constitución, inaplicándolas cuando sean contrarias a sus normas.

Teniendo en cuenta los antecedentes, podría valuarse que el método denominado


común o difuso faculta a todos los jueces de un país determinado a declarar la
inconstitucionalidad de las leyes; pues, si la Constitución es la ley suprema del país y si
se reconoce el principio de Supremacía Constitucional, la Constitución se impone a
cualquier otra ley que le sea discordante.

Lo anterior conduce al aspecto central de la racionalidad del método de control de


constitucionalidad, el cual es que el poder para declarar la inconstitucionalidad de la
legislación es atribuido a todos los jueces de un país determinado, y no sólo a una Corte
o Tribunal en particular. Pero en su origen, la particularidad del sistema norteamericano
estuvo en que dicho poder en todos los tribunales no estaba expresamente previsto en la
Constitución. En el mismo sentido se desarrollo el sistema en Argentina, como creación
pretoriana de la Suprema Corte de la Nación. Sin embargo, en contraste con los
sistemas norteamericano y argentino los demás países latinoamericanos, el poder de
control difuso de la constitucionalidad de las leyes por parte de todos los jueces se ha
establecido expresamente de forma general, como una norma de derecho positivo.

V.- EL CONTROL DIFUSO.

La esencia del método difuso de control de constitucionalidad radica en la noción de


supremacía constitucionalidad y en su efectiva garantía, en el sentido de que si hay
actos que colinden con la Constitución, ellos son nulos y como tales tienen que ser
considerados por los tribunales, los cuales son, precisamente, los llamados a aplicar las
leyes.

Teniendo en cuenta lo anteriormente expresado, es posible elaborar un concepto de


Control Difuso y asignarle características como anotaremos a continuación.

5.1. Concepto de Control Difuso.

El significado de Control Difuso es el de una facultad constitucional concedida a los


órganos revestidos de potestad jurisdiccional para revisar la constitucionalidad de
las normas, haciendo prevalecer la Constitución sobre la ley y ésta sobre cualquier
otra norma de rango inferior.

El Control Difuso presenta las siguientes características:

a. Naturaleza Incidental:

Esto es, se origina a partir de un proceso existente en el cual se están


dilucidando pretensiones o cuestiones con relevancia jurídica.

b. Efecto Inter partis:

Esto es, de efecto entre partes, significando ello que los efectos de la
aplicación del control difuso sólo afectará a las partes vinculadas en el
proceso. No Erga Omnes.

c. Declaración de Inaplicabilidad de la Norma cuestionada:


Esto es, en el caso concreto, más no su declaración de inconstitucionalidad
o ilegalidad. Consecuentemente, la misma norma puede volver a ser
invocada en otros procesos, en tanto no se la derogue, a través de los
procesos legislativos correspondientes o la declaración de
inconstitucionalidad.

5.2. Control Difuso en Latino América.

Del análisis de los sistemas imperantes en el área de Control de


Constitucionalidad, puede afirmarse que la justicia constitucional desarrollada
desde el siglo pasado, es una de las más completas del mundo contemporáneo.

En la mayoría de los países de América Latina, existe el método difuso de control


de constitucionalidad de las leyes, que como ya se indicó es consecuencia del
principio de supremacía constitucional y de su garantía objetiva, conforme a la cual
todos los jueces tienen el poder-deber -siguiendo el modelo norteamericano- de no
aplicar las leyes que estimen inconstitucionales y que rigen la solución del caso
concreto que deben decidir, con efectos inter partis.

Pero además del método difuso, se ha establecido -paralelamente- el Método


Concentrado de Control de Constitucionalidad de las Leyes, atribuyéndose en
general, poder anulatorio -en algunos países "erga omnes"- por
inconstitucionalidad, a las Cortes Supremas de Justicia (Venezuela, Panamá,
Costa Rica, México, El Salvador) o a Tribunales Constitucionales (Colombia,
Guatemala, Perú, Bolivia). Aunque en algunos casos, la decisión de la Corte
Suprema que ejerce el control concentrado sólo tiene efectos entre partes
(Honduras, Uruguay, Paraguay).

El sistema de control difuso ha sido adoptado en varios países latinoamericanos. El


artículo 133° de la Constitución Mexicana reproduce casi textualmente el artículo
VI, sección 2 de la Constitución Norteamericana. Las Constituciones de otras
repúblicas -Bolivia, Chile Colombia, Uruguay, Venezuela, etc.,- acuerdan, con
algunas variantes entre ellas, atribución a la Corte Suprema para declarar la
inconstitucionalidad de las leyes. También, en otros continentes han sido
establecidos regímenes que acuerdan facultades semejantes al más alto Tribunal
Judicial, como Suiza, Irlanda, India, Japón, etc. Pero estos sistemas no deben ser
confundidos con el norteamericano.
A continuación rotularemos los fundamentos constitucionales que se implantan en
algunos países:

Venezuela:

“Cuando la ley vigente cuya aplicación se requiera está en


contradicción con cualquiera de las disposiciones constitucionales,
los jueces aplicarán preferentemente esta última” (Art. 20°, Código
de Procedimiento Civil, Venezuela, 1987).

· Ecuador:

“La Corte Suprema de Justicia y los tribunales de última instancia


tienen competencias para declarar inaplicable un precepto legal
contrario a las normas de la Constitución, no teniendo dicha
declaración fuerza obligatoria sino las causas en que se
pronunciare” (Art. 141°, Constitución Política de Ecuador de 1996).

· Colombia:

“La Constitución es la norma de normas. En ese caso de


incompatibilidad entre la Constitución y la ley o cualquier otra norma
jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales” (Art. 4°,
Constitución Política de Colombia de 1991).

· Bolivia:

“La Constitución Política del Estado es la ley suprema del


ordenamiento jurídico nacional. Los tribunales, jueces y autoridades
la aplicarán con preferencia a las leyes, y éstas con preferencia a
cualesquiera otras resoluciones” (Art. 228°, Constitución Política de
Bolivia de 1994).

· Guatemala:

“Los Tribunales de Justicia en toda resolución o sentencia


observarán obligadamente el principio de que la Constitución de la
República prevalece sobre cualquier ley o tratado...” (Art. 204°,
Constitución Política de Guatemala de 1985).
·

Honduras:

“En caso de incompatibilidad entre una norma constitucional y una


legal ordinaria, el Juez aplicará la primera...” (Art. 315° Constitución
de la República de Honduras de 1982).

Así podríamos mencionar también a otros países. Pues como se podrá observar el
sistema norteamericano de control constitucional de las leyes influenció en gran
partes de países latinoamericanos, los cuales terminaron adoptándolo de una u
otra forma (Argentina 1860; México 1857; Venezuela 1858; Brasil 1890; República
Dominicana 1884; Colombia 1850), orientándose incluso algunos hacia un sistema
mixto o integral, sea agregándole al método difuso el método concentrado del
constitucionalidad como en Brasil o México, o adoptando el sistema mixto o integral
desde el principio, como fue el caso de Venezuela, Colombia, Guatemala y nuestro
país (Perú). En cambio, el sistema argentino sigue siendo el más parecido al
modelo norteamericano.

5.3. Control Difuso en el Perú.

En nuestro país existe un sistema mixto de control constitucional desde la


Constitución de 1979, donde se sentaron las bases del método difuso de justicia
constitucional y, además, según el modelo español, se creó un tribunal de
Garantías Constitucionales dotado de poderes concentrados de control de la
Constitución que la reforma de la Constitución de 1993, ha convertido en Tribunal
Constitucional. Este Tribunal Constitucional es, el único de su tipo, en América
Latina, ubicado fuera del Poder Judicial.

Así mismo, se estableció por primera vez el control difuso en el artículo XXII del
Título Preliminar del Código Civil de 1936 que disponía que en caso de
incompatibilidad entre una disposición constitucional y una legal, se prefiere la
primera.

El artículo 8° de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1963 recoge el principio


antes enunciado para los jueces, y dispone que las sentencias que se dicten en
primera o segunda instancia, si no son impugnadas, se eleven en consulta a la
Corte Suprema de la República, agregando esta norma el control de la legalidad de
las normas jurídicas de inferior jerarquía respecto a la ley en el mismo sentido
anteriormente indicado.

Es la Constitución de 1979 la que establece el control difuso en forma genérica en


el artículo 87° y en forma específica para el Poder Judicial en el artículo 236°.

La Constitución de 1993 establece el control difuso en sus artículos 51° y 138°.

“La Constitución prevalece sobre toda norma legal; la ley, sobre las
normas de inferior jerarquía, y así sucesivamente. La publicidad es
esencial para la vigencia de toda norma del Estado” (Art. 51°,
Constitución Política del Perú de 1993).

“La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por


el Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos con arreglo a
la Constitución y a las leyes.

En todo proceso, de existir incompatibilidad entre una norma


constitucional y una norma legal, los jueces prefieren la primera.
Igualmente, prefieren la norma legal sobre toda norma de rango
inferior” (Art. 138°, Constitución Política del Perú de 1993).

El Texto Único de la Ley Orgánica del Poder Judicial, aprobado por Decreto
Supremo Nº 017-93-JUS de 28 de mayo de 1993, en el artículo 14° establece la
forma de proceder de los jueces, al aplicar el control difuso, disponiendo que las
sentencias de primera y segunda instancia, si no son impugnadas, se elevarán en
consulta a la Corte Suprema de la República.

Se cree que el Control Difuso es facultad exclusiva de los jueces que integran el
Poder Judicial; y, que no es competencia de otros organismos constitucionales que
también ejercen jurisdicción, como por ejemplo el Tribunal Constitucional y el
Jurado Nacional de Elecciones; y, por supuesto, de la Administración Pública en
general.

Este criterio se fundamenta, en el origen de este sistema de control que lo ejercita


por primera vez el Poder Judicial de Inglaterra y el de los Estados Unidos de
Norteamérica. En nuestro ordenamiento jurídico, desde la Constitución de 1979 y la
vigente, no existe la menor duda de que el control difuso debe ser aplicado por
cualquier autoridad que debe resolver un caso concreto, porque los artículos 87° y
51° de las Constituciones de 1979 y 1993, respectivamente, contienen un mandato
que debe ser acatado por todas las autoridades, sin distinción alguna:

Estos artículos habrían sido suficientes para que el Poder Judicial ejercitara esta
facultad, pero los constituyentes, atendiendo la tradición histórica del Poder
Judicial, han hecho muy bien en consignar norma expresa a cumplirse por los
jueces.

La existencia del artículo 51° de la Constitución, implica que el control difuso no es


función exclusiva del Poder Judicial. Así lo hemos sostenido respecto al Tribunal
Constitucional y al Jurado Nacional de Elecciones.

Respecto a los demás Poderes del Estado y a la Administración Pública en


general, la duda ha quedado totalmente despejada por la Ley Nº 27444, “Ley del
Procedimiento Administrativo General”, cuyo artículo IV inciso 1.1 del Título
Preliminar, dispone que las autoridades administrativas deben actuar con respeto a
la Constitución, la ley y al derecho.

Queda, pues, claro que el Poder Judicial, los órganos constitucionales autónomos y
la Administración Pública en general, tienen la facultad y obligación de preferir la
Constitución frente a la ley y la ley frente a las normas de inferior jerarquía, en el
caso de que tales normas sean contradictorias, al momento de resolver un caso
concreto.

VI. INTERPRETACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN E INTERPRETACIÓN DE LAS LEYES

a. COINCIDENCIAS Conviene alertar que muchas de esas "reglas de preferencia" son


explicadas por el Tribunal cuando habla de la interpretación de las leyes, y otras veces cuando
detalla la interpretación de la Constitución.

Ocasionalmente se ha señalado que las pautas sobre interpretación de las leyes valen también
para la interpretación de la Constitución. b. VARIABLES Otros Fallos indican que interpretar a la
constitución no es interpretar una ley ordinaria, dado que la primera sienta bases normativas
generales que fijan el marco de posibilidades del legislador y están destinada a gobernar la vida
de las generaciones futuras, ,mientras que un código, en cambio, aspira a prever todas las
contingencias posibles. En algunos pronunciamientos la Corte subraya que al interpretar la
Constitución deben evitarse "distingos más menudos, surgidos de ramas del derecho ocupadas
centralmente en asuntos infra constitucionales cuando pueden producir a una fragmentación de
las cláusulas constitucionales que desnaturalice su contenido o imponga diferenciaciones
innecesarias, cuando, no perturbadoras, de su comprensión".

6.1.- LA CONSTITUCIÓN ADMITE VARIAS INTERPRETACIONES

La constitución, con frecuencia, permite ser interpretada de distintos modos. Ello importa un
significativo rechazo, para muchas situaciones, de la "interpretación única" de la Constitución,
circunstancia que le permite de paso al Tribunal un buen margen de maniobra para optar por una
entre varias rutas exegéticas, incluso cambiantes en el tiempo, conforme a la doctrina de la
interpretación dinámica que de vez en cuando usa. a. INTERPRETACIÓN ORIGINARIA Sostiene
algunas ideas originales: La primera es que la Constitución tiene un significado que descubrir
para el cual no cabe acudir a aspectos extra constitucionales; Segundo que el intérprete carece
de discrecionalidad para escoger entre diversa s interpretaciones posibles, porque hay
solamente una, que es la correcta. Lo que interesa verdaderamente al intérprete para esta
posición es determinar qué quisieron expresar los constituyentes originarios, no pudiendo
avanzarse un paso más allá de ello. b. INTERPRETACIÓN EVOLUTIVA Sostiene otras ideas
totalmente distintas a las anteriores: En primer lugar sostiene que existen cláusulas abiertas que
dan al juez un margen de discrecionalidad legítima para optar entre varias interpretaciones
posibles de una determinada norma. En segundo lugar, que pueden recurrirse a valores o
fuentes no explícitas en el texto constitucional como valoraciones sociales, culturales, políticas;
se trata de una jurisprudencia de valores, de una interpretación axiológica receptiva, de una
interpretación progresista. El juez constitucional en este esquema, no puede jugar un rol

de espectador pasivo. Por vía de una interpretación dinámica inteligente, el juez puede extender
el mandato constitucional a hipótesis no previstas originalmente por el constituyente.

 PLURALIDAD DE INTÉRPRETES DE LA CONSTITUCIÓN

Distintas son las razones por las cuales se interpreta a una Constitución. Esta labor se puede
realizar con un mero afán de investigación como sucede en el caso de Defensor o investigador, o
de crítica, como sucede en el caso del analista político, quien interpreta de una determinada
manera los alcances de la constitución, influenciado por lo general por la coyuntura política de su
país. Pero de otro lado, al presentarse situaciones concretas en las cuales deben ser aplicados o
desarrollados los preceptos constitucionales, los órganos estatales involucrados en dichas
actividades se encuentran obligados a otorgarles un sentido. a.

 INTERPRETACIÓN DEL CONGRESO


El Congreso es una institución que debe interpretar los alcances de la Constitución al momento
de elaborar las leyes, especialmente aquellos que desarrollan los preceptos constitucionales, ya
sea que versen sobre la regulación de los derechos fundamentales o sobre las funciones y
competencias de los órganos constitucionales. Resulta importante anotar que nunca el criterio
del Congreso para llevar a cabo esta delicada tarea va ha ser estrictamente jurídico. Si bien el
legislador se encuentra obligado a respetar los preceptos contenidos en la Constitución y los
principios fundamentales en ella recogidos, no se pueden negar los importantes elementos
políticos presentes en el Congreso al momento de llevar a cabo cualquier tarea, más aún si se
trata del desarrollo de la ley fundamental. Pero si el legislador desnaturaliza mediante su
regulación a los alcances de las normas constitucionales tales decisiones son susceptibles de
ser revisadas en los órganos jurisdiccionales, y de ser el caso ser declarada su
inconstitucionalidad.

En consecuencia, la libertad política presente en el Congreso, que necesariamente influye en el


contenido de las normas que aprueba, puede ser controlada por la actividad, esencialmente
jurídica, del órgano jurisdiccional encargado de la defensa de la Constitución. No han sido pocos
los casos en los cuales el Congreso ha cometido excesos al desarrollar las normas
constitucionales. El tribunal constitucional se ha pronunciado también sobre los alcances de otras
facultades del Congreso, como por ejemplo, la de otorgar amnistías. Al respecto el Tribunal ha
señalado que el ejercicio de esa atribución tiene que realizar "en

consonancia y coherencia con el resto del ordenamiento constitucional", por lo que dicha facultad
no puede ejercerse ilimitadamente y dándole a la ley que la otorga contenidos ajenos a la
institución en sí.

b. INTERPRETACIÓN DEL EJECUTIVO

En nuestro sistema constitucional el Poder Ejecutivo tiene una gran influencia en el campo
legislativo. La facultad de emitir decretos legislativos –previa delegación de las facultades
respectivas por parte del Congreso- así, como decretos urgencia, han convertido prácticamente a
este órgano político en el ente que legisla sobre los temas de mayor importancia. Obviamente al
momento de elaborar estas normas, el órgano ejecutivo tiene que tomar en consideración, al
igual que el Congreso cuando elabora las leyes, que los preceptos constitucionales constituyen
un límite a su actividad legislativa, pues se enfrenta asimismo con la posibilidad de que las
normas que promulgue sean susceptibles de ser declaradas inconstitucionales. En el marco de
las atribuciones que le han sido asignadas al Presidente de la República en el campo legislativo,
no puede dejar de pasarse por alto su facultad de vero u observación de las leyes. En muchas
oportunidades, los fundamentos de tales observaciones han hecho referencia a la
inconstitucionalidad de las leyes aprobadas en el Parlamento. Resulta ilustrativo señalar que en
algunos países se contempla la posibilidad de que ante los casos de vetos presidenciales
basados en argumentos sobre la inconstitucionalidad de una ley aprobada en el Congreso, la
controversia sea resuelta por Tribunal Constitucional. En Colombia, por ejemplo, su Corte
Constitucional tiene la atribución de "decidir definitivamente sobre la constitucionalidad de los
proyectos de la ley que hayan sido objetados por el gobiernos como constitucionales".

 INTERPRETACION DEL PODER JUDICIAL

El ejemplo más claro del éxito de esta institución en el ámbito de la interpretación constitucional
puede encontrarse en la actividad desarrollada por el Poder Judicial de los Estados Unidos de
América, y más en concreto, en las importantes decisiones que sobre tal materia ha pronunciado
su Tribunal Supremo. El inicio de esta reconocida instancia jurisdiccional en tan fundamental
tarea se encuentra en la célebre resolución del juez John Marshall, en el leading case Marbury
vs. Madison (1803). En esta trascendental decisión Marshall interpretó la norma suprema de su
país, a efectos de señalar el decisivo rol de los magistrados en defensa de

la Constitución, resaltando la facultad implícita (implied power) que ellos tienen para dejar de
aplicar toda ley que la contradiga. A pesar de la importancia de esta decisión, en la
jurisprudencia Norteamérica del siglo XIX no se encuentra un desarrollo orgánico sobre la
interpretación de las normas constitucionales. El importante rol de los jueces para la defensa de
la Constitución, y por ende para la interpretación constitucional, fue asimilado por diferentes
países en los cuáles se les reconoció a los magistrados la posibilidad de controlar la
constitucionalidad de las leyes. Pero esta actividad del Poder Judicial como institución a la cual le
compete la defensa de la Constitución frente a los posibles excesos legislativos del Congreso,
conocida como el control difuso de la constitucionalidad de las leyes.

 . INTERPRETACIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En el caso de Europa continental, desde los orígenes del constitucionalismo, por la carencia de
una concepción de la Constitución como norma jurídica suprema de obligatoria observancia por
parte de los entes públicos, pues sus preceptos no fueron considerados como una garantía
frente a la arbitrariedad de los poderes del estado, sino simplemente como una garantía de la
organización de éstos en base a determinados principios. Por estas razones el Parlamento fue
considerado en ese continente como la institución depositaria de la soberanía del pueblo, no
sometido a la limitación de norma alguna, y cuyas decisiones no podían ser objeto de revisión.
Los jueces no podían por lo tanto controlar la actividad del Parlamento, siendo considerados
simples aplicadores de la ley, sin posibilidad alguna de confrontarlas con la Constitución, y de ser
el caso, declararlas inconstitucionales. Estas circunstancias han cambiado profundamente en
este siglo, lo que ha llevado a la implementación paulatina, en distintos países de Europa, de un
Tribunal ad-hoc, independiente del Poder Judicial, encargado de la defensa de la Constitución.
En el caso de los países de América Latina, la notable influencia del sistema constitucional de los
Estados Unidos sirvió para que fuera adoptado en diversos ordenamientos el control judicial de la
constitucionalidad de las leyes. Sin embargo, las variantes políticas que han llevado a una
sumisión total, incluso hasta nuestros días, del Poder Judicial ante el Poder político han originado
la misma desconfianza que en

Europa se produjo respecto a esta institución para controlar a los poderes públicos al exceder
sus marcos de competencia constitucionalmente asignadas. La solución adoptada a este
problema fue asimismo compartida con Europa, pues debido al auge de los tribunales
constitucionales en ese continente, dichas instituciones son literalmente importadas a nuestros
países, como en su momento lo fue la judicial review. Para el adecuado ejercicio de sus
funciones, los Tribunales Constitucionales han sido considerados en los ordenamientos jurídicos
que los han incorporado, como el intérprete supremo de la Constitución, de ahí su peculiar
importancia para el desarrollo de la interpretación constitucional, más aún si se considera que
sus decisiones son de obligatorio cumplimiento para las demás instituciones de un país. En
cuanto a su labor de interpretación, la actividad del Tribunal Constitucional puede considerarse,
en principio, como netamente jurídica.

VII.- PRINCIPIOS DE LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL

Se trata de la labor hermenéutica que tiene por finalidad encontrar un sentido a las normas
contenidas en la Constitución. Para tal efecto se han esbozado en el derecho constitucional
determinados principios que orientan la labor del intérprete de las normas constitucionales.

Entre estos tenemos:

 PRINCIPIO DE LA UNIDAD DE LA CONSTITUCIÓN El intérprete de la Constitución debe


comprender que ‘ésta contiene un conjunto de normas que han de ser correlacionadas o
coordinadas entre sí. En otras palabras, la Constitución debe entenderse de modo
integral y no como formada por compartimientos estancos. Por los tanto, el análisis de
cada disposición constitucional debe efectuarse tomando en consideración las demás
normas contenidas en la Constitución. De la forma en que sea interpretada una norma
constitucional se puede originar la variación en otras del sentido de las instituciones por
ellas reconocidas.
 PRINCIPIO DE LA CONCORDANCIA PRÁCTICA La unidad antes mencionada remite a
la necesidad de coherencia, o en otros términos, a la falta de contradicciones entre las
distintas normas que integran el sistema constitucional, a lo cual se denomina
concordancia práctica. Desde esta perspectiva, los bienes jurídicos constitucionalmente
protegidos deben ser compatibilizados en la solución de los problemas interpretativos, de
manera que cada uno conserve su identidad.
 PRINCIPIO DE LA EFICACIA INTEGRADORA

Si la norma constitucional promueve la formación y mantenimiento de una determinada


unidad política, su interpretación debe dirigirse a potenciar las soluciones que refuercen
dicha unidad. Como se aprecia, este principio se enmarca dentro de la concepción de la
Constitución como una norma política.

 PRINCIPIO DE LA CORRECIÓN FUNCIONAL La interpretación que se efectúe no debe


interferir en el ámbito de las funciones asignadas por la Constitución a diferentes órganos
del Estado. En este sentido, el intérprete se ve obligado a respetar el marco de
distribución de funciones estatales consagradas por la Constitución.

 PRINCIPIO DE LA EFICACIA O EFECTIVIDAD El intérprete debe encauzar su actividad


hacia aquellas opciones hermenéuticas que optimicen y maximicen la eficacia de las
normas constitucionales, sin distorsionar su contenido y actualizándolas ante los cambios
de la realidad.

PREDOMINIO DE LA INTERPRETACIÓN LITERAL

"Cuando la letra de la ley no exige esfuerzo de interpretación debe ser aplicada directamente",
con prescindencia de otras consideraciones. El Tribunal advierte que si no se procede así, se
corre el riesgo de prescindir del texto legal sin declararlo inconstitucional. El Punto de partida de
esta postura es sostener que la primera fuente de exégesis de la ley es su letra.

VÁLVULAS DE ESCAPE DE LA INTERPRETACIÓN LITERAL

La tesis de la superioridad de exégesis gramatical, a pesar de lo dicho, no es absoluta, y tiene -


ella misma- válvula de escape. Algunas veces la excepción a la aplicación de la interpretación
literal es admitida de modo muy excepcional, cuando la aplicación textual de la ley conduce a
resultados "tan irrazonables que no sería justo atribuirlos a la intención del Congreso"

En tal sentido el Juez debe apartarse de interpretación literal por:

a. MOTIVOS DE JUSTICIA Y EQUIDAD. El juez puede apartarse de las palabras de la ley" para
aplicar la norma con auténtico sentido de justicia y recto juicio prudencial en los casos concretos"

b. RECTA RAZÓN No es recomendable atenerse estrictamente a las palabras de la ley, ya que


el espíritu que la nutre ha de determinarse en procura de su aplicación racional.
c. DEFECTOS, INCOHERENCIAS O IMPRECISIONES DEL TEXTO

Cuando la expresión literal presenta imperfecciones técnicas, dudas o ambigüedades jurídicas, o


admite razonables distinciones, el juez debe recurrir a la ratio legis, ya que no es el espíritu de la
ley el que debe subordinarse a las palabras de la norma sino, cuando ratio legis se vincula con
principios constitucionales que siempre han de prevalecer en la interpretación de las leyes.

d. NECESIDAD DE PRACTICAR UNA INTERPRETACIÓN ORGÁNICO- SISTEMÁTICA

El juez puede apartarse de las palabras de la ley, cuando su interpretación sistemática u


orgánica así lo impone. En otros fallos análogos se sostiene que no cabe atenerse rigurosamente
a las palabras de la norma, cuando así lo requiera su interpretación razonable y sistemática. La
interpretación sistemática u orgánico- armonizante es pues, ella que atiende a la totalidad de los
preceptos de una norma (en particular, de la constitución que posee "unidad sistemática", así
como su enlace con todas las del ordenamiento jurídico y, de modo que mejor se adecuen al
espíritu ay a las garantías de la constitución nacional).

Es una fórmula que descarta la interpretación aislada de un precepto jurídico. Ninguna de sus
cláusulas puede ser interpretada solidariamente, desconectándolas del todo que compone sino
que cabe entenderlas integrando las normas dentro de la unidad sistemática de la Constitución,
comparándolas. Coordinándolas y armonizándolas de tal forma que tal forma que haya
congruencia y relación entre ellas. En materia de derechos constitucionales, corresponde por ello
también ser interpretado armónicamente, para hallar un marco de correspondencia recíproca.

PREVALENCIA DE LA INTRERPRETACIÓN "JURÍDICA" SOBRE LA LITERAL

Otras sentencias de la Corte privilegian una exégesis especializada, y no simplemente


gramatical, de las palabras de la normas. Así puede leerse que "por encima de lo que las leyes
parecen expresar literalmente, es propio de la interpretación indagar lo que ellas dicen
jurídicamente". Añade el Tribunal que un precepto legal no debe ser aplicado ad literam, sin una
formulación circunstancial previa, conducente a su "recta exégesis jurídica", por que de lo
contrario se corre el riesgo de arribar a una conclusión irrazonable.

No se trata de desconocer las palabras de la ley, sino de dar preeminencia a su espíritu, a sus
fines, y en especial, al conjunto armónico del ordenamiento jurídico y los principios
fundamentales del derecho, en el grado y jerarquía en que éstos son valorados por el todo
normativo." Lo importante es averiguar que dice la ley "jurídicamente", sin que esto signifique
apartarse del texto legal, pero tampoco sujetarse a él.
REALIDAD JURÍDICA.-

Otro pasaje a la revisión de la interpretación literal es el argumento de la realidad jurídica; por


ejemplo, La Corte afirma que las instituciones jurídicas no dependen del nomen juris que le haya
dado el otorgante de un acto, o el mismo legislador, sino de "verdadera esencia jurídica y
económica", de tal modo que si hay oposición entre la denominación dada a algo por el autor de
la norma, y la realidad, deberá prevalecer esta última. La obra del constituyente, o sea la
Constitución, no puede tampoco ser entendida sino como un todo o estructura coherente.

VIII.- LÍMITES DE LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL

La interpretación de la Constitución no es un actividad que quede libre de límites. En tanto se


trata de una tarea que realizan los poderes constituidos, la interpretación que por ellos se lleve a
cabo no puede contradecir la labor realizada por el poder constitucional se encuentra en la propia
Constitución, pues su labor no puede encaminarse a la creación de preceptos constitucionales.
Desde esta perspectiva,, cuando una Constitución señala el proceso especial a través del cual es
posible su reforma, está excluyendo la posibilidad que se genere un derecho constitucional
consuetudinario mediante la jurisprudencia constitucional, así como la modificación de la
Constitución mediante sentencias particulares o una interpretación del Tribunal Constitucional.
Así como el intérprete de la Constitución no puede sustituir la labor del poder constituyente,
tampoco le está facultado sustituir la de los poderes constituidos, en especial la labor del
legislador ordinario. Esto significa que el intérprete constitucional no puede crear normas d}en el
ordenamiento jurídico, pues de un lado, escaparía a su principal función, cual es otorgar un
sentido a las normas contenidas en Constitución, y de otro, invadiría un ámbito de competencia
legislativa que la propia ley fundamental le ha otorgado a otro órgano constitucional.
RESUMEN

La interpretación de las normas jurídicas implica otorgarles un sentido. En el caso de la


Constitución, su interpretación adquiere especial importancia pues a través de ella se busca dar
un sentido a las normas fundamentales que organizan la convivencia política de un país.
Además, dada su peculiar característica de norma suprema del ordenamiento jurídico, de su
interpretación depende la vigencia de las demás normas, las cuales pueden quedar expulsadas
de aquel ordenamiento debido a su inconstitucionalidad. La interpretación constitucional ha de
orientarse a mantener la seguridad jurídica y la vigencia del Estado de Derecho, pues las normas
constitucionales constituyen la base del resto del ordenamiento jurídico. De una determinada
interpretación de la Constitución, pueden ser expulsadas del sistema jurídico de un país algunas
leyes, debido precisamente a la imposibilidad de interpretarlas conforme a los preceptos
constitucionales. Esto puede originar asimismo la inconstitucionalidad de otras normas que
encuentren en conexión con tales leyes.

La Constitución admite varias interpretaciones:

• Interpretación Originaria: Sostiene algunas ideas originales: la primera es que la Constitución


tiene un significado que descubrir para el cual no cabe acudir a aspectos extra constitucionales;
Segundo que el intérprete carece de discrecionalidad para escoger entre diversas
interpretaciones posibles, porque hay solamente una, que es la correcta. Lo que interesa
verdaderamente al intérprete para esta posición es determinar qué quisieron expresar los
constituyentes originarios, no pudiendo avanzarse un paso más allá de ello.

• Interpretación Evolutiva: Sostiene otras ideas totalmente distintas a las anteriores: En primer
lugar sostiene que existen cláusulas abiertas que dan al juez un margen de discrecionalidad
legítima para optar entre varias interpretaciones posibles de una determinada norma. En
segundo lugar, que pueden recurrirse a valores o fuentes no explícitas en el texto constitucional
como valoraciones sociales, culturales, políticas; se trata de una jurisprudencia de valores, de
una interpretación axiológica receptiva, de una interpretación progresista. A su vez, la
Constitución puede ser interpretada, por el Congreso, el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial y el
Tribunal Constitucional.

El objeto de la interpretación constitucional, es encontrarle un sentido a las normas contenidas


en la Constitución.

Para llevar a cabo esta tarea, se deben respetar 5 principios fundamentales:

• Principio de la unidad de la Constitución


• Principio de la concordancia práctica.

• Principio de la eficacia integradora.

• Principio de la corrección funcional.

• Principio de la eficacia o efectividad. Cuando la letra de la ley no exige esfuerzo de


interpretación debe ser aplicada directamente", con prescindencia de otras consideraciones. El
Tribunal advierte que si no se procede así, se corre el riesgo de prescindir del texto legal sin
declararlo inconstitucional. El Punto de partida de esta postura es sostener que la primera fuente
de exégesis de la ley es su letra. Algunas veces la excepción a la aplicación de la interpretación
literal es admitida de modo muy excepcional, cuando la aplicación textual de la ley conduce a
resultados "tan irrazonables que no sería justo atribuirlos a la intención del Congreso".

En tal sentido el Juez debe apartarse de la interpretación literal por:

• Motivos de justicia y equidad

• Recta razón

• Defectos, incoherencias o imprecisiones del texto

• Necesidad de practicar una interpretación orgánico-sistemática


CONCLUSIONES

• La interpretación constitucional implica dar un sentido a los prec La interpretación constitucional


implica dar un sentido a los preceptos, contenidos en toda ley fundamental.

• El Derecho es Ley, pero antes que Ley es vida; debe surgir de la vida misma y debe seguir las
necesidades del Hombre.

• La constitución debe ser más sagaz y previsora que el constituyente.

• La interpretación evolutiva no significa dar cualquier contenido a las normas constitucionales; la


interpretación evolutiva faculta al intérprete a cubrir aspectos no previstos, pero no contrarias las
normas expresas o decisiones fundamentales tomadas en otro tiempo.

• La Ley no es un Gancho elástico capaz de tirar sobre su texto de tal modo que se llegue
siempre a solucionar los diferentes casos, el rendimiento de una norma no siempre es ilimitada.

• Los Jueces tienen el deber de ponderar las consecuencias sociales de sus decisiones.

• La interpretación tiene que ser práctica y útil, esto quiere decir, que tiene que ser apta para dar
respuestas sensatas y proveedoras para la Sociedad.

• El Juez debe optimizar las posibilidades de una constitución para dar solución adecuada a los
problemas y no agudizarnos a dejarlos inconclusos.

• La interpretación además de ser práctica tiene que ser creativa, debe de ajustarse o
acomodarse a los preceptos de la Constitución que las nuevas necesidades y circunstancias
Sociales vayan presentando.

• La Corte toma en cuenta las consecuencias privadas, pero también tiene que pensar en las
consecuencias mediatas o Sociales.

• Los jueces deberían tener disponibles estas herramientas de interpretación al momento de


administrar justicia, y no, obligar al juez nada más que a repetir la letra de la ley debido a que, de
tal manera no vamos a conseguir mejorar la justicia.

• El juez además de ser un buen conocedor del derecho debe ser un buen hombre.

• No se trata de desconocer las palabras de la ley sino de dar preeminencia a su espíritu.


• Es bueno que una Corte de siempre respuestas coherentes, pero un tribunal de este tipo no va
a ser recordado en la historia por haber dado en todo momento respuestas coherentes,
impecables y seguras; sino por dar respuestas útiles a los problemas que le toco resolver

Corresponde destacar en primer plano, la posición que ocupa en el Derecho, la Constitución


como Ley Suprema y tener en cuenta que ella es un pacto, donde confluye lo político y lo jurídico
y que el Estado de Derecho significa la primacía de la Constitución.

- En el método difuso todos los jueces tienen el poder-deber; siguiendo el modelo


norteamericano, de desaplicar las leyes que estimen inconstitucionales y que rigen la solución
del caso concreto que deben decidir, con efectos inter partis, teniendo la decisión efectos
declarativos.

- Encuadrando los regímenes vigentes en América concluimos que salvo el del control difuso
creado por Estados Unidos de América, adoptado por la República Argentina, con algunas
variantes en la mayoría de los países latinoamericanos se han instituido por un lado un sistema
concentrado exclusivo; y, por el otro, un sistema mixto o integral de control (el control
concentrado de las Cortes Supremas o Tribunales Constitucionales y a la vez el difuso que
incumbe a los habitantes a modo de acción popular ).

- Si la Constitución no obtiene efectividad a través de conductas espontáneas de los agentes


gubernamentales y de los particulares, su propia fuerza normativa tiene que conducir a movilizar
un aparato instrumental garantista para instar a su defensa, a su acatamiento, a su efectividad, o
en último caso a la sanción o reparación de su trasgresión.

- El Control Difuso es importante porque provoca variadas soluciones a al ausencia de


uniformidad de decisiones judiciales. Pues gracias a este mecanismo, se han podido observar
sentencias magistrales y reivindicar así derechos vulnerados
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