TIERRA FIRME 583

Tierra Firme. Caracas - Venezuela

N° 96, Año 24 - Vol. XXIV, pp. 583-592, 2006

La invasión de Francisco de
Miranda a Coro en la historiografía
regional1
ISAAC LÓPEZ
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

RESUMEN: Caracterizada por la exaltación, la mitificación, la fabulación y la fragmentación,

como el resto de la historias regionales venezolanas, la coriana o falconiana –también como el resto
de la producción histórica de las regiones de Venezuela- pretende puesto destacado en el máximo
hito de la historiografía nacional: la Independencia; de allí la necesidad de justificar la falta de
recepción a las proclamas y proyectos del llamado Precursor en 1806, como una especie de
vergüenza por los orígenes que marca determinantemente la interpretación de la historia regional.
Nuestro trabajo se propone una revisión y valoración de la historiografía regional coriana sobre el
tema de la invasión de Francisco de Miranda por La Vela de Coro en 1806, a fin de destacar la
significación otorgada al hecho para el proceso histórico de la entidad. Se parte de la presencia del
suceso en los más significativos manuales de Historia de Venezuela para establecer la interpretación
que desde esa perspectiva se la ha dado, para luego profundizar en el estudio de las principales obras
y autores que lo han abordado desde la perspectiva regional.

PALABRAS CLAVE: Miranda, Independencia, Historiografía, Región, localidad, Coro.

de Francisco de Miranda. Talavera –quien

quince años después figurará como uno de los

E n el Archivo Arquidiocesano
de Mérida se localiza una
carta de Mariano de Talavera
dirigida al Obispo Santiago
Hernández Milanés fechada en Coro el 22 de
agosto de 1806 en la cual expresa una de las
primeras visiones de la ciudad ante la invasión
prohombres de la Independencia en la región,
y hoy es considerado como icono fundamental
del procerato regional- funda quizás los
cimientos de lo que se constituiría después
como la ambigüedad de la posición
historiográfica regional sobre el hecho. Señala
el futuro Obispo Talavera: “Aquí regó muchas
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de aquellas proclamas y cartillas y a su
salida dexó esa proclama que incluyo, que
es la misma que fixó en la puerta de la Iglesia
en que inserta el oficio que pasó desde La
Vela al Cabildo y que no le recibieron. Me
están dando tentaciones de hacer un
manifiesto para enviarlo a que se inserte en
las gacetas de Puerto Rico y Filadelfia para
que vea el mundo los robos indignos con que
da principio a su nuevo sistema de gobierno
un hombre que se apellida bienhechor de los
pueblos, y lo haré si el Comandante lo tiene
a bien. Las proclamas no harán aquí daño
alguno, pues no las han leído ni quieren. El
Domingo 24 pensamos hacer misa de acción
de gracias. Yo predicaré algo, lo que pudiere
y leeré la Pastoral de V.S.I. que siempre me
parece bien que la oiga el Pueblo.
Nuestro trabajo se propone una revisión
y valoración de la historiografía regional
coriana sobre el tema de la invasión de
Francisco de Miranda por La Vela de Coro en
1806, a fin de destacar la significación
otorgada al hecho para el proceso histórico de
la entidad. Se parte de la presencia del suceso
en los más significativos manuales de Historia
de Venezuela para establecer la interpretación
que desde esa perspectiva se la ha dado, para
luego profundizar en el estudio de las
principales obras y autores que lo han
abordado desde la perspectiva regional.
Caracterizada por la exaltación, la
mitificación, la fabulación y la fragmentación,
como el resto de la historias regionales
venezolanas, la coriana o falconiana –también
como el resto de la producción histórica de las
regiones de Venezuela- pretende puesto
destacado en el máximo hito de la
historiografía nacional: la Independencia; de
allí la necesidad de justificar la falta de
recepción a las proclamas y proyectos del
llamado Precursor en 1806, como una especie
de vergüenza por los orígenes que marca
determinantemente la interpretación de la
historia regional.
Como ha sido señalado por destacados
historiadores, en la historiografía general de
Venezuela el tema y período predilecto es el
de la Independencia. Nuestra única época
dorada, el único momento que merece ser
rescatado. La historia del país pareciera solo
tener como punto importante aquel que va
desde finales del siglo dieciocho hasta 1830.
Así, poco más de treinta años se privilegian
para dejar al resto como oscuridad y sombra.
Resto que se nos presenta sólo como
personajes o hechos descontextualizados de
una visión de continuidad histórica. La
historiografía regional no podía escapar a ese
influjo. Teniendo ambas producciones como
fin principal la exaltación de la historia como
identidad y sentido patriótico, se entiende
entonces desde esa concepción que lo que
somos como país no tiene nada que ver con
las antiguas culturas habitantes de nuestro
territorio antes de la llegada del europeo, y
mucho menos con los trescientos años de
esclavitud y oscurantismo con los que
tradicionalmente se sigue identificando al
tiempo colonial. La patria, lo que somos como
pueblo, nació de la mano de los llamados
padres libertadores. Así se ha concebido y
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difundido una historia heroica que parece gozar La invasión de Francisco de Miranda por
de muy buena salud después de casi ciento La Vela de Coro en agosto de 1806 es
ochenta años de la publicación de los primeros precisamente el hito historiográfico que
textos que la concibieron. marca a nuestro juicio el nacimiento de ese
La invasión de Miranda ha sido sentimiento de culpa. La historiografía
estudiada por la historiografía nacional regional coriana siente la necesidad de
como un hito más dentro de las acciones justificar a unos hombres que no suscri-
conducentes a “la magna gesta de la bieron las ideas de la Independencia, sino al
independencia”. Manejamos aquí el contrario se mantuvieron siempre fieles a la
término “invasión”, porque Corona Española, lo cual
así es calificada por el grueso Caracterizada por la le valió a Coro las más
de la historiografía sobre el exaltación, la mitificación, fuertes críticas, entre ellas
tema, al contrario de “expe- las del mismo Libertador
la fabulación y la
dición libertadora” con la en su famosa carta de
cual se conmemoró por los
fragmentación, la historia 1826. 2 De las abun-
sectores oficiales en el año de falconiana pretende puesto dantes referencias al
su bicentenario. destacado en el máximo hecho que denotan tal
Como ya expresamos, hito de la historiografía actitud recogeremos
la historiografía regional algunos ejemplos.
nacional: la Independencia.
coriana sigue las pautas de Si la sublevación de
exaltación de la Indepen- Chirinos le permite a la
dencia que presenta el conjunto de la historiografía regional
producción histórica nacional. Del análisis de contar con la exhibición del “primer intento
su producción que se avoca a presentar los independentista registrado en nuestros
hechos que van desde el período indígena hasta anales históricos”, y con un destacado
1823, encontramos el privilegio del tema de la héroe, “el Espartaco de la Serranía”, la
Independencia. La insurrección de Chirinos, la invasión de Francisco de Miranda marca el
invasión de Miranda, la reacción de Coro frente surgimiento de la necesidad de justificación
a la Independencia en 1810 y la incorporación de la región por no adherirse a la Inde-
al movimiento liderado por Bolívar en 1821, pendencia.
predominan en el grueso de la producción La invasión de Miranda ha sido estudiada
histórica sobre la región. Presentándose como por la historiografía nacional como un hito más
característica esencial una especie de complejo dentro de las acciones conducentes a “la magna
de culpa por no aceptarse allí las propuestas de gesta de la independencia”. Rafael María
la Independencia sino hasta más de una década Baralt y Ramón Díaz en su obra Resumen de
después del levantamiento caraqueño. la Historia de Venezuela resaltan el
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recibimiento que los corianos hicieron al
Precursor, al indicar que: “Miranda tuvo el
disgusto de no ver en aquella ciudad muestra
alguna directa o indirecta de cooperación
por parte de los vecinos, ni de las
autoridades; acaso porque la pequeñez de
su fuerza, el componente de extranjeros y las
calumnias esparcidas acerca de sus inten-
ciones alejaban de él y de su empresa la
simpatía y la confianza”. De nada le valieron
a Miranda la publicación de proclamas
exponiendo su plan, ni la correspondencia
enviada al Obispo Hernández Milanés que se
encontraba en la región. Los vecinos de Coro
prefirieron alejarse de la ciudad o enclaustrarse
en sus casas, sin atender a su llamado.3
Héctor García Chuecos en sus Estudios
de Historia Colonial de Venezuela reseña la
invasión destacando el intento de su conductor
por granjearse la simpatía del obispo
Hernández Milanés. Mientras Gil Fortoul y
Siso Martínez mencionan marginalmente el
hecho, subrayando el escaso eco de las
proclamas mirandinas ante una ciudad
evacuada por el jefe de guarnición Juan de
Salas. José Luis Salcedo Bastardo en Historia
Fundamental de Venezuela justifica el rechazo
a Miranda por el recuerdo de la sublevación
de la sierra de 1795. Señala el autor que: “El
fantasma sangriento de la revuelta de
Chirinos todavía atemoriza y espanta a los
vecinos. Nadie se le suma; la gelidez del
recibimiento lo desconcierta; en los diez días
que allí permanece no acomete ninguna
acción audaz; sin que lo ataquen, emprende
la retirada con sus mercenarios. El 13 de
agosto leva anclas.”4
Antonio Arellano Moreno en su Breve
Historia de Venezuela muestra una referencia
marginal del hecho, refiriéndose al
desembarco, menciona los pertrechos
militares, acciones y actitud de los habitantes
de Coro.5 Guillermo Morón en su Historia de
Venezuela, al hablar sobre las actividades de
Francisco de Miranda, apenas señala
brevemente la invasión por La Vela de Coro
en 1806. Indica que: “En Puerto España
reorganizó Miranda la expedición, logrando
formar escuadra de ocho buques con
cuatrocientos hombres de armas. El 27 de
julio salen del puerto y el 1 de agosto se
presenta en Coro la armada, donde
desembarcan el día 3, ocupando la ciudad
al siguiente. Los vecinos huyen, dejando sola
la ciudad, sin que Juan de Salas, jefe de la
guarnición pueda oponer resistencia. Las
proclamas de Miranda, sus notas de
redención, no fueron oídas, por lo que se
embarca de nuevo y se refugia en las Antillas;
además de que pronto marchan tropas
venidas del interior del país a combatir al
‘hereje’ invasor.”6 Mientras que Miguel Izard
en Tierra Firme. Historia de Venezuela y
Colombia reseña la invasión en estos
términos: “Y en 1806, el llamado precursor,
Francisco de Miranda, amigo de Gual y
suspecto de estar influido por las ideas de
los revolucionarios franceses, fracasó

estrepitosamente en su intento de sublevar
la colonia, al tomar la ciudad de Coro con
ayuda de la armada británica; los mantuanos
no sólo no le siguieron, sino que de nuevo
ofrecieron su apoyo y ayuda a las
autoridades y una considerable suma por la
cabeza del jefe expedicionario.”7
En la perspectiva de la historiografía
regional, Pedro José Muñoz en su trabajo
“Coro: Claro Esplendor de Grandeza” dice
que “la expedición de Miranda es el primer
paso en la lucha por la Independencia. Es
una confirmación de la frustrada intentona
que en la Sierra encabezó José Leonardo
Chirinos.”8 Mario Briceño Perozo en Trazos
de Historia Falconiana sólo describe algunos
momentos del episodio y exalta la figura de
Miranda.9 Lucas Guillermo Castillo Lara en
su trabajo Santa Ana de Coro, Símbolo de Fe,
al narrar la entrada de Miranda a Coro señala
los nombres de personas que permanecieron
en la ciudad, y apunta que al retiro de las
fuerzas invasoras se le unieron indígenas de
varias jurisdicciones de la región, así como
varios esclavos y otras personas, siendo el
único historiador que hasta ahora sostiene,
basado en documentación revisada en el
Registro Principal de Caracas, el apoyo de
indígenas y esclavos a Miranda.10
Manuel Vicente Magallanes ganó en 1966
un concurso del Centro de Historia del Estado
Falcón para conmemorar el 160 aniversario
del desembarco del Precursor por La Vela de
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Coro. El trabajo se titula “Miranda. Libertador
de Coro”, y en él se señala como causas del
fracaso mirandino el hecho de que los
habitantes de Coro “eran los más fieles
subditos de las autoridades españolas”,
además sostiene -apoyándose en Gil Fortoul-
el temor de los criollos de perder su
predominio oligárquico ante una acción
amparada por Inglaterra para apoderarse de
la provincia.11 Ante la penuria económica
de la ciudad, las noticias de la incursión
causarían profunda alarma, cuestionando
Manuel Vicente Magallanes a Miranda por no
haber sabido “...ganar adeptos, trazar
rumbos, convencer a los reacios. Era
indispensable sacar a los pueblos de su
secular ignorancia.” Las descripciones que
hace el escritor falconiano de La Vela y Coro
son muestra evidente de mezcla de creación
literaria y narración histórica: “El pueblo
estaba desierto. A veces un niño medroso
pasaba por las callejuelas. Alguna vieja,
mascullando padrenuestros con el rostro
cubierto, se escurría en una esquina llevando
entre trapos la arepa de maíz pelado para
los parientes fugitivos. Perros famélicos
desde la playa miraban los barcos y sus
aullidos hacían más triste el ambiente. No
tañían las campanas de la iglesia. Los rezos
se habían tornado exclusivamente domés-
ticos. Seguramente se elevaban plegarias
pidiendo a los santos alejaran con prontitud
aquellos herejes enemigos del Rey, de Dios y
de la Religión.”12
588 TIERRA FIRME
Por su parte, Diego Nicolás Chirinos
–aficionado a la Historia, cronista de la
sierra coriana- en un trabajo de titulo similar
al de Magallanes, refiere los hechos
heroicos de la ciudad de Coro y de Miranda
hasta la invasión de 1806, para -apoyándose
en autores como Federico Brito Figueroa y
Guillermo García Ponce- señalar que la
intransigencia de la nobleza coriana apegada
a sus privilegios y compenetrada con el clero
se unió al desconocimiento de Miranda sobre
la situación de la región en cuanto a su
identificación con la monarquía.13 Además,
la «calumniosa propaganda» había calado
en el pueblo, que también lo rechazó. Sin
embargo, apunta el autor: “El que se vayan
unos pocos no será óbice para que
Miranda clave bien alto la antorcha de la
libertad en tierra venezolana. La antorcha
que vibra de emoción en los colores del
glorioso trapo, que mantiene unidos a
quienes siguen sus huellas.”14 Se detiene
el autor en una polémica sostenida por varios
escritores falconianos en torno al día, hora
y lugar del desembarco del Precursor.
Oscar Beaujón en su Historia del Estado
Falcón, luego de hacer una reseña de los
“movimientos políticos y/o económicos” que
culminan con “el levante de los negros de
José Leonardo Chirinos” estudia “la
resistencia de la Provincia de Coro a sumarse
al movimiento revolucionario del 19 de abril
de 1810”, y omite cualquier referencia al
desembarco de Miranda por La Vela. Elina
Lovera en “Autonomismo y Realismo en la
Provincia de Coro durante la Independencia”
–hasta ahora quizás el trabajo más
documentado sobre el período- se refiere al
hecho indicando que “la ayuda de Francia
no se exteriorizó, y a las autoridades
provinciales no les quedó más remedio que
declarar la guerra fría a Miranda.
Evacuaron la ciudad de Coro y el puerto de
La Vela, movilizando la población a la sierra
y otros lugares de la ciudad, estrategia que
sirvió para burlar las acciones y planes de
Don Francisco de Miranda, sobre la
emancipación de Venezuela, a la vez que
logró el éxito deseado. Miranda y los ingleses
fracasaron en su empeño.”15
Carlos González Batista en su trabajo
“Coro a la llegada de Miranda”16 expone la
situación de crisis en la sociedad coriana
debida, entre otras catástrofes, a la epidemia
de viruela que azotó la región años antes y a
la depresión económica ocasionada por la
sublevación de los negros de la sierra en
1795. Apunta otros factores como la
inquietud generada por la invasión realizada
por ingleses y franceses a Curazao en 1800,
junto a un grave período de sequías. Pero las
causas de mayor peso para el historiador, son:
“Por una parte la conciencia de una
antigüedad y de un prestigio indiscutibles (de
Coro), por otra la frustración de sus
legítimas aspiraciones por el ascenso de
Caracas y en tercer lugar, esa desconfianza
hacia el extranjero, sobre todo frente a los
ingleses, que habían destruido la ciudad, y
que al igual que los franceses merodeaban

por las costas. Coro era una ciudad inerme,
sin defensas naturales, y sin construcciones
de carácter militar tales como recintos
amurallados, de allí que la ciudad en
momentos de peligro casi siempre fuera
abandonada por sus habitantes. Concluye
González Batista preguntándose: “¿ Por qué
se le hizo aquel implacable silencio a
Miranda? La gran razón es que la ciudad,
una ciudad de cultura tan tradicional,
afectada por aquellas razones señaladas al
comienzo de esta exposición, que
contribuyeron a forjar la mentalidad pública
de Coro durante la Colonia, indiscutible-
mente que para ser fiel a sí misma, tenía que
abandonar a Miranda. No podía seguir
siendo ella misma y permanecer a su lado,
hubiera sido una traición a su propia razón
de ser. Por eso se fue de Coro, por eso se
fueron los corianos.” Esta posición de
González Batista es la que se repite en la
historiografía regional tradicional. Sin negarla,
nos parece necesaria una mejor sustentación,
y consideramos que es precisamente la
exigencia a las nuevas generaciones de
historiadores no repetir las verdades absolutas
en relación a la historia de la región coriana,
sino profundizar en la investigación y el
análisis.
Podemos decir que la invasión de
Miranda no ha sido estudiada desde una
óptica regional, que profundice en las
características del momento coriano y que
logre dar una explicación de conjunto sobre el
tema. Para la historiografía nacional la
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invasión de Miranda es uno de los
prolegomenos de la Independencia vene-
zolana tradicionalmente catalogado en la
nomina de los llamados movimientos
preindependentistas; pero cuando se trata de
localizar el hecho en la historiografía
falconiana, se revelan tres aspectos signi-
ficativos: el sentimiento de culpabilidad por
no haber Coro apoyado la invasión
mirandina; la exaltación del hecho en
función de destacar que fue en la región
donde el Precursor izó por primera vez su
bandera, y la falta de sustentación en lo
referente a la indiferencia de los corianos a
las proclamas libertarias de Miranda. Una
respuesta a este aspecto podría encontrarse
-tal como lo sugiere González Batista- en el
estudio de la realidad socio-económica-
política de Coro entre la derrota de los
negros alzados en la sierra y el desembarco
del Precursor en La Vela.
Mariano de Talavera, como parte de la
elite coriana de la Colonia y a pesar de la
radical oposición a las proclamas libertarias
de Miranda en 1806, será factor de
conciliación y comprometido a favor de la
Independencia en 1821, considerado hoy
como tribuno de las ideas patriotas y una de
las máximas figuras de la historia regional.
Al igual que el resto de las elites del territorio
hoy venezolano, la coriana –por su ser y
formación- se opuso a las intenciones de
subversión de Francisco de Miranda. Eso no
tendría porque alimentar ningún sentimiento
de culpa en el escenario regional de hoy, sino
590 TIERRA FIRME
fuera porque la comprensión del proceso
histórico falconiano o coriano se ha basado
–a pesar de importantes esfuerzos recientes-
en el anacronismo. De allí la necesidad de
superar una historiografía asentada en un
regionalismo arcaico, escasa de análisis y
reflexión, fundada en la fabulación más que
en el escrutinio riguroso de las fuentes,
ayuna de metodología y basamentos teóricos
de la especialidad.
El sentimiento de culpa que hemos
señalado predomina en la historiografía
falconiana sobre el tema, se emparenta con la
necesidad que tiene la historiografía general
de Venezuela de justificar la conducta de
Simón Bolívar frente a Francisco de
Miranda en 1812, cuando le entrega a las
autoridades españolas. Significativo a este
respecto –aunque quizás no el más
ilustrativo- es el artículo de José Luis
Salcedo Bastardo sobre Miranda en el
Diccionario de Historia de Venezuela de la
Fundación Polar. Señala Salcedo Bastardo
que “Si las circunstancias lo condujeron a
enfrentarse en 1812 con Miranda, el
reconocimiento de lo que éste representaba
en la historia de América quedó expresado
diáfanamente en 1826, con el juicio definitivo
de Simón Bolívar, ya Libertador, que
consagra a Miranda calificándolo de el más
ilustre colombiano.”17
Fue en 1896 cuando el presidente Joaquín
Crespo encargó a Arturo Michelena la pintura
de Miranda para conmemorar los ochenta años
de la muerte del precursor. Al contrario del
grueso de la iconografía de la historia
venezolana ejecutada a finales del siglo
diecinueve, que muestra la gloria de la patria
en el triunfo de sus hombres y el derroche de
valentía en magnánimas batallas, Miranda en
la Carraca nos muestra a un héroe abatido y
amargado, decepcionado y vencido. En otro
cuadro de esta época, el de La firma del acta
de la Independencia de 1811, cuyo autor fue
Martín Tovar y Tovar, aparece Miranda como
un advenedizo, el único en la escena en portar
uniforme militar. Pareciera desencajar en un
ambiente de caraqueños, de hijos de familias
tradicionales, seguros de su origen en el mundo
provincial. Alguien a su lado le susurra al oído,
mientras el resto de los personajes lo observan
desde lejos con recelo. Frente a él, el sacerdote
Manuel Vicente Maya le mira con
desconfianza. Ese parece el sino de Francisco
de Miranda en la historia venezolana: el
intruso, el extraño, lo cual lo marcará también
con el sello del resentimiento.
El Miranda que arriba a las costas
corianas en agosto de 1806 es un ciudadano
del mundo, un aventurero de las colonias
españolas que se ha granjeado la atención de
las más destacadas personalidades del
momento de allá y de aquí: Washington,
Napoleón, Catalina II, Gustavo III, Dantón,
Jefferson, Lafayette, Pitt, Wellington, Bolívar,
Bello, San Martín, Nariño, O’Higgins o Sucre.
Pero a quien desde los recintos parroquiales,
de lo que entonces era Venezuela, se le observa
en general con desconfianza y temor. Como
bien lo apunta el historiador Elías Pino

Iturrieta: “La escena de un invasor solitario
en las playas de Coro, acompañado por un
puñado de gringos cuando apenas faltan
cuatro años para el 19 de abril, ofrece
respuestas plausibles. Ningún venezolano
está allí para oír su proclama, ni para ver la
bandera que trae. Los mantuanos deben
observar con desconfianza el cuadro de
Regnault, como observan al viejo caraqueño
que se asoma en el lienzo y ahora está
abandonado a la orilla del mar. Están
acostumbrados a una visión convencional del
ser humano, como la que reflejan desde
antiguo los retratos de sus antepasados.”
“Los aristócratas criollos murmuran asuntos
lugareños en Chacao, mientras el vecino que
se marchó cuando cumplía veintiún años vive
la geografía volteriana.” Miranda “Rodeado
de oficiales de fantasía, de subalternos
indisciplinados y de bisoños sin soporte
doctrinario, es apenas un forastero
desesperado.” “Por eso Miranda termina sus
días en la cárcel de La Carraca, entregado
por los compañeros de armas. Por eso su
nombre no está grabado en el monumento de
Carabobo, sino en el Arco del Triunfo de
París.” 18 Por eso quizás su imagen
consagrada en nosotros sea la que nos legara
Michelena, la del hombre harto y amargado,
consumido por la incomprensión.
NOTAS
1 Este trabajo es parte del proyecto titulado La
Independencia en la región coriana. Problemas
históricos-historiográficos, que bajo el código H-748-
03-06-B, es financiado por el CDCHT de la Universidad
de Los Andes.
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2 “El resto del pueblo lo creo tan godo como antes. Ni
aún por mi llegada se acercan a verme, como que sus
pastores son jefes españoles. Yo creo que si los
españoles se acercan a estas costas, levantarán 4 ó
5.000 indios en esta sola provincia. La nobleza de este
país permanece renuente y abstraída de todo; pero
cobrando millones y Coro no ha valido jamás un
millón”. Carta de Simón Bolívar a Rafael Urdaneta.
Coro, 24 de diciembre de 1826. Simón Bolívar. Obras
Completas. Caracas, Líder Editores, Vol. II, pp. 518-519.
3 Rafael María Baralt y Ramón Díaz. Resúmen de la
Historia de Venezuela. Caracas-Brujas-París, Academia
Nacional de la Historia. 1939. Tomo I, p. 36.
4 José Luis Salcedo Bastardo. Historia Fundamental de
Venezuela. Caracas, UCV, p. 270.
5 Antonio Arellano Moreno. Breve Historia de Venezuela.
Caracas, Italgráfica. 1974. p. 135.
6 Guillermo Morón. Historia de Venezuela. Caracas,
Italgráfica, 1971. Tomo III, p. 110.
7 Miguel Izard. Tierra Firme. Historia de Venezuela y
Colombia. Madrid, Alianza Editorial, 1987, p. 127.
8 Pedro José Muñoz. “Coro claro esplendor de grandeza”,
en Boletín de la Academia Nacional de la Historia, 240
(Caracas, octubre-diciembre de 1977), p. 661.
9 Mario Briceño Perozo. Trazos de Historia Falconiana.
Caracas, Junta Pro Celebración de los Cuatrocientos
Cincuenta Años de Coro. 1977.
10 Lucas Guillermo Castillo Lara. Santa Ana de Coro-
Símbolo de Fe. Los Teques, Asamblea Legislativa del
Estado Miranda, 1977, pp. 93-108.
11 Manuel Vicente Magallanes “Miranda. Libertador de
Coro”, en Boletín del Centro de Historia del Estado
Falcón, 11 (Coro, febrero de 1967), pp. 27-59.
12 Ibídem, p. 52.
13 Diego Nicolás Chirinos “Miranda Libertador de Coro”,
en Boletín del Centro de Historia del Estado Falcón,
11 (Coro, febrero de 1967), pp. 60-73.
14 Ibídem, p. 68.
15 Elina Lovera. “Autonomismo y Realismo en la Provincia
de Coro durante la Independencia”. Anuario de Estudios
Bolivarianos. 1 (Caracas, 1990) pp. 168-169.
16 Carlos González Batista. “Coro a la llegada de Miranda”,
en Boletín del Centro de Historia del Estado Falcón,
26 (Coro, julio de 1981), pp. 28-39.
17 Entrada: Miranda, Francisco de. En Diccionario
Multimedia de Historia de Venezuela. Fundación
Polar. 1998.
18 Elías Pino Iturrieta. “Ese admirable musiú nuestro”.
En Miranda, el extranjero. Caracas, Monte Ávila
Editores Latinoamericana. 2003, pp. 82-84.
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Tierra Firme. Caracas - Venezuela
N° 96, Año 24 - Vol. XXIV, pp. 583-592, 2006
Francisco de Miranda’s invasion of Coro
by regional historiography
Isaac López
Abstract:
Characterized by excessive praise,
mythification, and fragmentation -as the rest
of Venezuelan regional histories- the history
of the city of Coro and the state of Falcón -
once again, as the rest of Venezuelan regional
histories- aims at a privileged place within the
highest milestone in Venezuelan history: its
Independence. That explains the necessity of
justifying the lack of interest in the speeches
and projects of Miranda (El Precursor as of
1806) as a shame for the origins that marked
significantly the interpretation of regional
history. This essay will review and value the
regional historiography of Coro, paying
especial attention to Francisco de Miranda’s
invasion through La Vela de Coro in 1806 in
order to determine the importance of the fact
for the historical process of the place. We will
examine the report of the invasion in the most
significant books of History of Venezuela to
determine how this fact has been portrayed,
and we will study in detail the most important
books and authors that have analyzed the topic
under a regional perspective.
Key words: Miranda, Independence,
Historiography, Region, Village, Coro.
*********
L’envahissement de Coro par Francisco
de Miranda dans l’historiographie
régionale
Isaac López
Résumé:
Marquée par l’exaltation, la mythifi-
cation, la fabulation et la fragmentation,
l’histoire de Coro ou de Falcón, tout comme
le reste des histoires régionales et de la
production historique de Venezuela, aurait une
place importante dans le jalon le plus
remarquable de l’historiographie nationale :
l’indépendance. D’où la nécessité de justifier
l’absence de réponse aux proclamations et aux
projets du dit Précurseur en 1806, comme une
sorte de honte vis-à-vis des origines qui
détermine l’interprétation de l’histoire
régionale. Le présent travail comporte une
révision de l’historiographie régionale de Coro
sur le thème de l’envahissement de la Vela de
Coro en 1806 par Francisco de Miranda, en
vue de souligner l’importance de cet
évènement pour le processus historique de
cette région. Le travail comprend d’abord une
interprétation de la manière dont cet
évènement est présenté dans les plus
significatifs manuels de l’Histoire de
Venezuela, et ensuite une analyse plus détaillée
des principaux auteurs et œuvres qui ont
abordé cet évènement depuis une perspective
régionale.
Mots-clés: Miranda, Indépendance,
Historiographie, Région, Localité, Coro.
*********