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INTRODUCCIÓN

Dentro de la Declaración de las Naciones Unidas, elaboradas, para el Milenio se


delinearon ocho objetivos. El primero de ellos fue “erradicar la pobreza extrema y el
hambre” teniendo como metas, hasta el año 2015, reducir en un 50% la proporción de
personas que tienen un ingreso menor de 1 dólar por día; y por otro lado reducir la
proporción de personas que experimentan el hambre en un 50%.

Históricamente la malnutrición ha sido asociada a la desnutrición y esta se ha


encontrado relacionada a la pobreza y a la inseguridad alimentaria. Sin embargo estos
dos componentes también se encuentran ligados a los estados de sobrenutrición como
por ejemplo la obesidad. Esta condición paradójica existe por cuanto mucha de las
dietas de la población que vive en condiciones de pobreza son adecuadas para cumplir o
exceder sus requerimientos energéticos pero falta la calidad dietaria necesaria para
promover una buena salud y prevenir las enfermedades crónicas.

En un comunicado de prensa del 3 de octubre del 2005, referido al informe de la


Organización Mundial de la Salud (OMS): Prevención de las enfermedades crónicas:
inversión vital, se llama la atención para que los países tomen medidas con la finalidad
de detener la epidemia de enfermedades crónicas. Se mencionó que existen mil millones
de personas en el mundo con sobrepeso y obesidad y se prevee que las cifras superaran
los 1500 millones para el año 2015 si no se toman medidas inmediatas, entre las cuales
se considera la mejora de los estilos de vida con una alimentación saludable, una buena
actividad física y un no rotundo al tabaquismo. En la actualidad la obesidad se la
relaciona mucho con procesos inflamatorios.

Un reporte que reafirma la hipótesis que los problemas devenientes de la obesidad


parten de una formación de una mayor cantidad de sustancias que tienden al stress
oxidativo, está dado por el trabajo de Yesilbursa donde muestra que los obesos forman
mayor cantidad de marcadores que indican a su vez incremento en la peroxidación de
lípidos, entre ellos malondialdehido, en relación a los controles no obesos.

Si bien este estudio fue realizado en adultos, sirve para llamar la atención del destino
que les espera a los niños que mantienen su obesidad hasta la adultez. Weinbrenner
demostró que las personas que presentan una Circunferencia de la Cintura (CC) por
encima de 88 y 102 cm, en la mujer y varón respectivamente, tienen un incremento de la
oxidación de las LDL y de la proteína C reactiva, independientemente del Indice de
Masa Corporal (IMC) . El primer indicador es un buen marcador del desarrollo de la
aterosclerosis y está asociado con la severidad de los síntomas, mientras que el segundo
se ha encontrado aumentado en pacientes obesos. Este panorama desalentador, se hace
mucho más dramático en los niños obesos dado que la tendencia epidemiológica de la
obesidad es a incrementarse. Estos aumentos son diferentes en razón del tiempo en que
se han estudiado y de acuerdo a cada país, pero lo que si guarda un común denominador
es que en todos se está dando este fenómeno.. Especificamente en algunos países las
tendencias son parecidas, así se ha reportado en Portugal, en el período de 4 años el
sobrepeso se ha incrementado de 15.2 al 20.8% y la obesidad de 1.4 al 2.2% .En
Noruega, en el lapso de 10 años, el sobrepeso y la obesidad, se incrementaron de 6.5 a
15.5% en varones y de 11 a 21% en mujeres.

En Italia reportaron un 31.3% de sobrepeso y un 8.2% de obesidad, en población


adulta, cifras superiores a las encontradas en el año 1983. La población mediterránea no
escapa a esta situación y en un período de 5 años la prevalencia de obesidad pasó de
15.4 a 21.9% en varones y de 15.4 a 21.4% en mujeres. En algunos países que están en
pleno proceso de transición económica, como la China, también se presenta este
fenómeno, tal es así que el sobrepeso y la obesidad, han pasado de 9.6 al 20% y del 0.6
al 3% en los varones y del 14.5 al 26.5% y de 1.8 a 5.2%, en las mujeres,
respectivamente; y esto ha sucedido en el período que va de 1991 al 2000. En Suecia
también se reporta un incremento de la obesidad pero que lo que más les preocupa es
que el incremento de la circunferencia de la cintura en la mujer lo consideran alarmante
por todo lo que significa como riesgo. En niños dinamarqueses se ha observado la
misma tendencia durante los años 30 al 50 que ha continuado a partir de los 60, lo
mismo pero en menor medida se está observando con niños polacos. Incluso en Japón,
también mencionan que en estos últimos 25 años la tendencia del sobrepeso y la
obesidad vienen aumentando. En Grecia, en un período de 10 años y en niños de 6 a 11
años, hubo un aumento tanto en el sobrepeso como la obesidad en ambos géneros. Al
inicio del trabajo se encontró en niños, una prevalencia de sobrepeso y obesidad de 27.8
y 12.3% y en niñas el 26.5 y 9.9%. Al finalizar el estudio los valores habían aumentado
en 4.2 y 2.9% y 3.8 y 1.6%, respectivamente. Nuestro país no vive al margen de esta
realidad. Similar tendencia a lo expresado para los diferentes grupos, se observa en la
población adulta. Esto fue debidamente documentado en los estudios nacionales que se
realizaron el año 1975 y el año 2005. En lo que se refiere al grupo escolar de 6 a 9 años
y a los adolescentes existe información proporcionada por la Evaluación Nutricional del
Poblador Peruano (ENPPE 1975) y de la Situación Nutricional de Niños y
Adolescentes. La gran mayoría de trabajos realizados al estudio del sobrepeso y la
obesidad, en los escolares y adolescentes, hasta el año 2002 fueron recopilados en una
publicación de la Facultad de Medicina UNMSM, titulada “La Obesidad Infantil en el
Perú” . En referencia a los niños en edad pre-escolar, existen dos grandes estudios con
representación nacional que permiten observar que la presencia de obesidad en este
grupo es pequeña pero con una tendencia a incrementarse en función del tiempo, la
Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNSA 1984) y el Monitoreo de Indicadores
Nutricionales (MONIN 2004) . Últimamente esto adquiere mayor validez, en función de
lo reportado por el MONIN 2008. El hecho de conocer datos epidemiológicos del
sobrepeso y la obesidad y su respectiva tendencia implica, también, estudiar las
morbilidades asociadas, en ese sentido existen estudios en niños y adultos que
demuestran la presencia de estos riesgos que comprometen seriamente la salud.
Proporcionar las causas y consecuencias con la finalidad de poder sensibilizar del gran
problema que se tiene y se tendrá si no se toman las medidas pertinentes para enfrentar
lo que se ha denominado La Epidemia del Siglo XXI

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