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ASPECTOS FUNDAMENTALES EN CUANTO AL ESTUDIO DE LOS GRUPOS

DE DELINCUENCIA ORGANIZADA

Autora: Nancy Carolina Granadillo Colmenares. (Caracas, Venezuela)


Abogada Mención Cum Laude y reconocimiento a la excelencia académica.
Especialización en Ciencias Penales y Criminológicas (UCV). Especialización en
Derechos Humanos (UCV). Cursante del Doctorado en Derecho (UCV).
Participante de la VII versión del Programa Interamericano de Formación de
Capacitadores para la Reforma Procesal Penal del Centro de Estudios Jurídicos
de las Américas (CEJA)

El contenido del presente artículo tiene como finalidad reproducir un


cúmulo de ideas desarrollados por su autora mediante diversas publicaciones y
ponencias en materia de delincuencia organizada.

-I-

LA DELINCUENCIA ORGANIZADA INTERNACIONAL 1


La delincuencia organizada representa en la actualidad un tema de relevante
interés y estudio para la Doctrina Penal Internacional.

Abordar el desarrollo del tema sobre la delincuencia organizada implica


asumir como idea fundamental, ab initio, que el proceso de globalización ha
modificado profundamente el significado de las fronteras entre los Estados.

Así, la delincuencia organizada no escapa al fenómeno de la globalización,


siendo el caso que en los últimos diez años se ha multiplicado la cantidad de
grupos delictivos cuyas actividades afectan la seguridad jurídica de los Estados
y, por ende, de los ciudadanos.

Lo característico y novedoso de las últimas décadas ha sido el proceso de


acelerada transnacionalización de las actividades de los grupos de delincuencia
organizada, como fenómeno de creciente preocupación para la comunidad
internacional.

1
Algunas ideas del texto son extraidas por su autora de “La delincuencia organizada en el ordenamiento
jurídico venezolano”; publicado por Vadell Hermanos Editores, Caracas, Venezuela, año 2009.

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El incremento de las actividades delictivas desplegadas por grupos de
delincuencia organizada constituye una seria amenaza progresiva contra la
estabilidad de las sociedades, circunstancia que ha sido fundamental para
promover la cooperación entre los Estados.

Es por ello que los aspectos fundamentales sobre la delincuencia


organizada deben ser estudiados, en primer orden, desde la perspectiva del
marco legal internacional, toda vez que ésta es la que da origen a los
lineamientos jurídicos que posteriormente han sido desarrollados por cada uno
de los Estados.

Respecto al marco legal internacional sobre la delincuencia organizada, es


importante referir que actualmente existe una diversidad de instrumentos
internacionales dirigidos a combatir los problemas derivados de las actividades
delictivas desplegadas por los grupos de delincuencia organizada,
principalmente en la Unión Europea y Latinoamérica.

Sin embargo, a través de estas líneas únicamente se abordará el contenido


fundamental de la Convención de las Naciones Unidas contra la
delincuencia organizada transnacional, debido a la importancia e impacto que
generó el referido instrumento internacional por su carácter primigenio y
multilateral en materia de delincuencia organizada, marcando la pauta en
muchas definiciones respecto al tema.

Una de las características más relevantes que se atribuye a la Convención


de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional, o
también llamada Convención de Palermo es que, por primera vez, un
instrumento de naturaleza penal internacional lograba integrar a una gran
diversidad de Estados bajo un objetivo común: la lucha contra la delincuencia
organizada.

La importancia trascendental de la Convención de Palermo se debe


fundamentalmente a que marca un precedente relevante en materia de Derecho
Penal Internacional, logrando que el contenido de la Convención unificara
definiciones y estableciera delitos de delincuencia organizada comunes para
todos los Estados Partes.

Es por ello que a la Convención de Palermo se le atribuyen dos estrategias


fundamentales de acción:

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a) Armonizar las legislaciones nacionales de los Estados Partes para
tipificar delitos en común con la finalidad de lograr la compatibilidad de
las acciones

b) Desarrollar esquemas de cooperación entre los Estados para los


procedimientos de extradición y asistencia jurídica mutua, abarcando
una escala mundial, regional, subregional y bilateral.

Sin embargo, el aspecto más resaltante que se atribuye a la Convención de


Palermo, es haber logrado una definición sobre delincuencia organizada que
es común para todos los Estados Partes.

En este sentido, es necesario hacer referencia al artículo 2 de la C onvención


en referencia, en el cual se define como GRU PO DELICT IVO OR GAN IZ AD O a “un
grupo estructurado de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y
que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos
graves o delitos tipificados con arreglo a la presente Convención con miras a
obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de
orden material”.

Así mismo, el artículo in comento, define el DELIT O GR AVE como “la conducta
que constituya un delito punible con una privación de libertad máxima de al
menos cuatro años o con una pena más grave”.

Por otra parte, define como GRUPO ESTRUCTU RAD O a “un grupo no formado
fortuitamente para la comisión inmediata de un delito y en el que no
necesariamente se haya asignado a sus miembros funciones formalmente
definidas ni haya continuidad en la condición de miembro o exista una estructura
desarrollada.”

Otro aspecto que resulta relevante en cuanto al estudio del marco


internacional de la delincuencia organizada, es el ámbito de aplicación de la
Convención de Palermo.

En este sentido, el artículo 3 del referido instrumento internacional establece


su aplicabilidad para la prevención, investigación y enjuiciamiento de los
siguientes delitos:

 Es aplicable a los delitos previstos en la Convención

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Estos delitos específicamente son los siguientes: art. 5 participación en
grupo delictivo organizado o sus actividades; art. 6 blanqueo del producto
derivado de delito; art. 8 corrupción; art.23 obstrucción de la justicia.

 Es aplicable a los delitos graves, de conformidad con la definición de


la Convención.

Tal y como fuera indicado en líneas previas, la Convención define como


delitos graves aquellos que tienen una pena de al menos más cuatro años o
más, siempre que sean de carácter transnacional y entrañen la participación de
un grupo delictivo organizado.

Ahora bien, para determinar con mayor precisión el ámbito de aplicación de


la Convención de Palermo en el último caso (los delitos graves), es necesario
definir qué debe entender por un delito de carácter transnacional.

A tal efecto, la propia Convención, en el segundo aparte del artículo 3, define


bajo cuáles supuestos debe considerarse que un delito tiene carácter
transnacional, siendo los siguientes:

 Cuando se comete en más de un Estado;

 Cuando se comete en un solo Estado, pero una parte sustancial de su


preparación, planificación, dirección o control se realiza en otro
Estado;

 Cuando se comete dentro de un solo Estado pero entraña la


participación de un grupo delictivo organizado que realiza actividades
delictivas en más de un Estado;

 Cuando se comete en un Estado pero tiene efectos sustanciales en


otro Estado.

En otro orden de ideas, es relevante referir que uno de los aspectos


igualmente relevantes de la Convención de Palermo, lo constituye el artículo 10
que estableció formalmente la responsabilidad de las personas jurídicas, la
cual resulta independiente a la responsabilidad penal de cada uno de los
autores.

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A tal afecto, el artículo en referencia se encuentra redactado al siguiente
tenor:

“Artículo 10 .Responsabilidad de las personas jurídicas

1. Cada Estado Parte adoptará las medidas que sean necesarias,


de conformidad con sus principios jurídicos, a fin de establecer la
responsabilidad de personas jurídicas por participación en delitos
graves en que esté involucrado un grupo delictivo organizado, así
como por los delitos tipificados con arreglo a los artículos 5, 6, 8 y
23 de la presente Convención.

2. Con sujeción a los principios jurídicos del Estado Parte, la


responsabilidad de las personas jurídicas podrá ser de índole penal,
civil o administrativa.

3. Dicha responsabilidad existirá sin perjuicio de la responsabilidad


penal que incumba a las personas naturales que hayan perpetrado
los delitos.

4. Cada Estado Parte velará en particular por que se impongan


sanciones penales o no penales eficaces, proporcionadas y
disuasivas, incluidas sanciones monetarias, a las personas jurídicas
consideradas responsables con arreglo al presente artículo.”

Así mismo, es importante hacer referencia al artículo 18 de la Convención en


referencia, el cual establece los aspectos fundamentales en cuanto a la
“asistencia judicial reciproca”, materia que fue redactada en términos
bastante amplios que faciliten el objetivo fundamental del presente instrumento
internacional penal, quedando establecida en tres actividades fundamentales :
prevenir, investigar y juzgar los delitos vinculados a la delincuencia
organizada.

Respecto a este punto, uno de los aspectos más resaltantes lo constituye el


numeral 8 del artículo 18 in comento, el cual establece que “los Estados Parte
no invocarán el secreto bancario para denegar la asistencia judicial
recíproca”; este elemento fue incluido con a intención de evitar que se
encubran las actividades financieras derivadas de la delincuencia organizada.

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Cabe destacar que la Convención de Palermo cuenta con tres Protocolos
adicionales, a saber:

1. Protocolo contra el Tráfico Ilícito de migrantes por tierra, mar y aire.

2. Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas,


especialmente niños.

3. Protocolo contra el tráfico y producción ilícita de armas de fuego, sus


componentes y municiones.

Es importante acotar que los Estados Parte que suscriban y ratifiquen los tres
Protocolos de la Convención de Palermo podrán invocar sus normas como
derecho interno y, a su vez, frente a terceros Estados; de tal manera que, en
caso contrario, aquellos Estados suscritos que aún no hubieren ratificado su
adhesión bien sea a uno o todos los Protocolos, sólo podrán aplicarlos en el
ámbito interno, sin efectos contra terceros Estados hasta tanto cumplan con la
debida ratificación.

Por otra parte, será relevante hacer seguimiento a la ejecución del “Plan de
Acción Hemisférico contra la Delincuencia Organizada Transnacional”, a
cargo de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuya finalidad es
coadyuvar a los Estados del Hemisferio en la coordinación e implementación de
las principales obligaciones previstas en la Convención de las Naciones
Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus Protocolos.

Las ideas expuestas evidencian que ciertamente los instrumentos


internacionales en materia de delincuencia organizada están orientados a
unificar, fortalecer y facilitar los mecanismos de cooperación entre los Estados.

-II-

CARACTERÍSTICAS DE LOS GRUPOS DE DELINCUENCIA ORGANIZADA. 2

Una vez delimitados los fundamentos sobre el marco legal internacional de la


delincuencia organizada internacional, es relevante proseguir con una breve
referencia a otros aspectos vinculados al estudio sobre tales grupos delictivos.

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Algunas ideas del texto son extraidas por su autora de “La delincuencia organizada en el ordenamiento
jurídico venezolano”; publicado por Vadell Hermanos Editores, Caracas, Venezuela, año 2009.

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Uno de los grandes problemas que ha enfrentado la aplicación de las
normas en materia de delincuencia organizada ha sido la confusión para
determinar las características que diferencian a tales grupos de las pandillas y
de los grupos de delincuencia común.

Es por ello que la autora reconoce como de vital importancia la determinación


de las características fundamentales que, en cierto modo, describen el perfil
criminológico más común o coincidente en cuanto a la estructura de los
grupos de delincuencia organizada.

Para ello, se establecerán caracteres muy concretos que permitirán marcar


algunas diferencias importantes con respecto a otras formas grupales de
actividades delictivas.

La delincuencia organizada se caracteriza por diversos aspectos


fundamentales, entre los cuales es menester destacar los que se exponen a
continuación:

 La Transnacionalización de las actividades;

A diferencia de la delincuencia común y de las pandillas, los grupos


delictivos organizados despliegan sus acciones en más de un Estado, o
bien cuentan con la colaboración de personas que se encuentran
ubicadas en diversos Estados.

El elemento transnacional es fundamental en las características de los


grupos organizados, ya que la naturaleza de sus actividades requiere la
mayor amplitud posible que permita confundir la ubicación exacta de los
miembros del grupo.

El elemento de la transnacionalización es uno de los factores que más


afecta la seguridad de los Estados frente al fenómeno de la delincuencia
organizada, debido al empleo de mayores herramientas tecnológicas en
las operaciones desplegadas.

 La estructura de los grupos;

Durante décadas, los grupos de delincuencia organizada conformaban


una estructura vertical o jerarquizada, organizada bajo una división de
tareas estricta. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que
actualmente la estructura vertical es la menos empleada por los grupos
de delincuencia organizada.

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Tal circunstancia se debe a que la decadencia de los principales grupos
mafiosos de los años setenta demostró que la gran debilidad fue la
aprehensión a los directores, cabecillas, o miembros relevantes, con lo
cual las organizaciones cayeron por completo.

Es por ello que, en la actualidad, las organizaciones criminales tienden a


estructurarse bajo una forma horizontal, en la que distintos subgrupos
de pequeño tamaño, especializados en tareas complementarias,
conforman al gran grupo organizado, trabajando en forma de red y bajo la
dirección de un grupo de jefes que también trabaja en red.

Tal circunstancia incrementa el problema, pues estamos ante una


infinidad de eslabones relativamente autónomos que ejecutan acciones
planificadas de conformidad con los lineamientos de los jefes,
circunstancia que dificulta el proceso de erradicación definitiva de los
grupos de delincuencia organizada.

 Código de Honor:

Los grupos de delincuencia organizada se caracterizan por un alto grado


de cohesión interna que, generalmente, está garantizado por un código
de honor o mediante reglas de lealtad que obligan a guardar silencio
respecto a la identidad de los miembros y a las actividades criminales
ejecutadas por el grupo.
Uno de los ejemplos más interesante para ilustrar este aspecto, es el
caso del grupo mafioso de origen italo-norteamericano denominado “La
Cosa Nostra”, cuyo rito de iniciación comenzaba en presencia del jefe que
era un “Padrino” quien pinchaba un dedo al nuevo miembro y procedía a
manchar con tal sangre la imagen de Santa Rosalía (patrona de Palermo)
y, posteriormente, la imagen era quemada y reducida a cenizas que eran
depositadas por el Padrino entre las manos del nuevo miembro, quien
debía pronunciar el siguiente juramento: "Juro lealtad a mis hermanos; no
traicionarlos nunca y socorrerlos siempre. Si no lo hiciera, que sea
quemado y reducido a cenizas como esta imagen".

Aún cuando actualmente muchos de esos ritos simbólicos de iniciación


han sido suprimidos, o al menos no se conocen reseñas de reciente data
sobre tales, sigue manteniéndose en vigencia un código de honor o
lealtad entre los miembros de los grupos organizados, con lo cual se

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procura la cohesión, pertenencia e identidad con los objetivos de la
organización criminal y sus miembros.

 La variabilidad de las formas delictivas ejecutadas;

Otra característica fundamental asociada a la delincuencia organizada es


que los actos criminales varían de acuerdo con los intereses de cada
grupo.

En tal sentido, las especialidades delictivas son variables, diversas y/o


múltiples conforme a los objetivos de cada grupo, e inclusive atienden a
las habilidades o destrezas de sus miembros.

No obstante, los grupos de delincuencia organizada, cualquiera que sea


su especialidad, tienen como propósito fundamental lograr beneficios
económicos de alto impacto y bajo operaciones bien planificadas que
aseguren la mayor vigencia posible del grupo.

 Plataforma económica, tecnológica y operacional;


La delincuencia organizada cuenta con una amplia plataforma económica,
tecnológica y operacional para sus fines y, por tal motivo, estas
organizaciones criminales pueden llegar a ser una empresa
suficientemente poderosa que, en muchas ocasiones, rebasa la
capacidad de reacción de los Estados.

Tal poder no sólo es útil para lograr sus fines, sino además para
procurarse la impunidad de sus acciones.

Así mismo, es importante destacar que los grupos de delincuencia


organizada procuran reclutar personas especializadas en las materias de
conveniencia para las actividades delictivas del grupo, por ende, suelen
ofrecer grandes ganancias a cambio de información importante o para
captar la participación de personas cuya colaboración resulta fundamental
en la consecución de determinados objetivos.
Los caracteres expuestos ut supra determinan características fundamentales
de los grupos de delincuencia organizada, cuyos propósitos se dirigen
principalmente a obtener la mayor cuota de control y poder conforme a la
especialidad de sus actividades.

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Tales circunstancias diferencian a los grupos organizados, en líneas
generales, de los grupos de delincuencia común y de las pandillas, en los
aspectos siguientes:

Por un lado, los grupos de delincuencia común no se preocupan por la


planificación extrema de sus actividades con las previsiones a corto, mediano y
largo plazo, ni tienen interés en reclutar y adiestrar a los mejores miembros para
la ejecución más perfectible de sus actividades criminales, que son
características fundamentales de los grupos de delincuencia organizada; por el
contrario, los grupos de delincuencia común efectúan actividades conforme a
“oportunidades” eventuales en las cuales pretenden obtener una ganancia
económica inmediata, sin importarles la vigencia o no del grupo.

Por otra parte, las pandillas tienen una naturaleza criminológica diferente,
toda vez que a pesar de actuar en grupo, las actividades que despliegan
implican un estado “constante de rebeldía contra el sistema” y, por ello, sus
actividades delictivas abarcan acciones de toda naturaleza que procuran llamar
la atención dentro de un entorno social determinado, a diferencia de los grupos
de delincuencia organizada que procuran actuar bajo perfil para asegurar la
mayor vigencia del grupo.

Las características expuestas no sólo determinan aspectos fundamentales


que permiten esclarecer las diversas confusiones en cuanto a la naturaleza de
los grupos de delincuencia organizada, sino además constituyen los factores de
preocupación más importantes de la comunidad internacional para el diseño de
mecanismos efectivos y eficaces en la persecución de los grupos de
delincuencia organizada.

Tales factores establecen el nivel real de "peligrosidad" que genera el


incremento de la delincuencia organizada transnacional, cuyo peligro radica
fundamentalmente en diversos aspectos:

- la habilidad para el reclutamiento de individuos eficientes.

- la capacidad para proporcionar un entrenamiento especializado.

- la disposición de tecnología avanzada.

- el acceso a información privilegiada.

- la progresividad de sus operaciones.

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- la mayor perfectibilidad de sus acciones que supera en muchas ocasiones
la posibilidad de reacción de los Estados.

Diversos estudios sobre los grupos de delincuencia organizada coinciden, en


líneas generales, que el propósito de la delincuencia organizada no es competir
contra el Poder del Estado sino colocarlo a su disposición para alcanzar sus
objetivos.

Las organizaciones criminales cuentan con la habilidad de miembros que les


permiten infiltrarse con facilidad en las organizaciones públicas y privadas,
adquiriendo en muchas ocasiones cuotas de Poder económico y político
importantes que amenazan la infraestructura de los Estados.

La complejidad del tema implica abordar un problema que se ha


transformado en una preocupación de ámbito mundial, por su capacidad para
poner en peligro el funcionamiento de la sociedad, la integridad de las
instituciones públicas y privadas, y los equilibrios internacionales.

Finalmente, es importante dejar claro que la compleja estructura de los


grupos de delincuencia organizada requiere necesariamente de estrategias
conjuntas que permitan disminuir el incremento que este fenómeno ha
presentado en las últimas décadas, partiendo de la base que la seguridad
jurídica de los ciudadanos debe ser la garantía por excelencia tutelada por los
Estados.

-III-

NIVELES DE CONEXIÓN ENTRE LOS DELITOS COMUNES Y LOS GRUPOS


DE DELINCUENCIA ORGANIZADA

Como es bien sabido, el proceso de globalización ha modificado


profundamente las fronteras entre los Estados y, con ello, se ha producido un
cambio de paradigma en el ámbito de aplicación de las leyes y su alcance.

Podría afirmarse que ningún Estado ha escapado a la necesidad de


implementar profundas modificaciones legislativas sobre la base de los nuevos
retos en el marco de las relaciones transnacionales, las cuales llevan consigo –
entre otros - el fenómeno de la delincuencia transnacional a través de grupos
organizados y estructurados que rompen los esquemas de la delincuencia
tradicional.

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Ahora bien, uno de los problemas fundamentales que presenta la
interpretación de los delitos desplegados por los grupos de delincuencia
organizada está en determinar inequívocamente si tal conducta es o no un
verdadero acto de la criminalidad organizada.

Tal labor no constituye el cumplimiento de una mera formalidad procesal,


sino que debe ser entendida bajo la real necesidad de alcanzar estandares altos
de investigaciones exitosas para los Fiscales del Ministerio Público, que
conduzcan efectivamente al menor margen de impunidad por equívoca
aplicación e interpretación de los tipos penales en las imputaciones y/o
acusaciones relativas a las actividades de la delincuencia organizada.

En tal sentido, es necesario analizar las repercusiones que conlleva la


clasificación de los catálogos de delitos que las legislaciones de cada Estado
contemplen como “delitos de la delincuencia organizada”, pues a priori podría
mal interpretarse que cualquier conducta entra en en gran saco de la
criminalidad organizada, cuando lo cierto es que debemos partir de la idea
contraria para lograr el objetivo de una buena investigación fiscal, es decir,
partiendo de la premisa que “no todo es delincuencia organizada”.

Retomando la definición internacional sobre “grupo delictivo organizado”


prevista en el artículo 2 de la Convención de Palermo (la cual fue referida al
inicio del presente), es posible inferir que los grupos de delincuencia organizada
tienen caracteres específicos que les diferencia de la delincuencia tradicional o
de aquellos grupos que delinquen ocasionalmente.

Así, un grupo organizado debe estar debidamente estructurado bajo una


modalidad que permita identificar que sus miembros actúan concertadamente en
la ejecución de determinados delitos, y que dicha conducta ha sido reiterada en
el transcurso de un tiempo prolongado. A todo evento, es necesario excluir
cualquier estructura eventual u ocasional, sólo así podemos afirmar que estamos
ante un grupo de delincuencia organizada.

Aunado a tal planteamiento, es menester agregar que la Doctrina


Internacional ha sido conteste al afirmar que la relación entre la delincuencia
organizada y la delincuencia económica debe ser analizada desde su estructura.

Es allí precisamente donde llegamos al punto fundamental en el cual


debemos enfatizar la idea de que no todo delito cometido por un grupo de
personas implica la vinculación con la criminalidad organizada.

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Es pertinente citar las palabras del autor Luigi Foffani, quien ha
establecido que “en determinadas realidades sociales y nacionales existen una
serie de estructuras organizadas ilícitas que preexisten a (y prescinden de) la
influencia que ejercen sobre las actividades económicas; por otra parte, parece
ignorar también que la criminalidad económica conforma un universo
extremadamente vario: abarca desde formas de criminalidad en la empresa (que
pueden asumir connotaciones exquisitamente individuales) pasando por las más
complejas formas de criminalidad de empresa (entendiendo por tal la inserción
de conductas ilícitas en el contexto de una actividad y de una política de
empresa por lo demás lícita), hasta el más grave fenómeno de la empresa ilícita
(entendida como empresa heterodirigida por una estructura criminal a ella
sometida)”3

Así mismo, señala acertadamente el autor Miguel Ángel Iglesias Ríos que
“el concepto de “criminalidad organizada” es, por un lado, más amplio que del de
“criminalidad económica” pues aquel no se agota en la delincuencia económica
en sentido estricto sino que engloba otros campos numerosos y diferenciados;
por otro lado, sin embargo, es más restringido, pues los delitos económicos no
están necesariamente vinculados a una estructura organizativa, sino que
también pueden ser cometidos por sujetos particulares.” 4

Sobre la base de las consideraciones expuestas, es posible inferir que los


delitos vinculados a la delincuencia organizada requieren de elementos
específicos que caracterizan fundamentalmente a las actividades desplegadas
por los grupos estructurados que los ejecutan.

Tales elementos son los que permitirán aproximarnos a un estandar más


alto que permitirá establecer más inequívocamente la conexión entre los delitos
concretos y su relación con el grupo de criminalidad organizada.

La calidad de la aproximación será fundamental para el caso, bajo la idea


de que a mayor aproximación en el establecimiento de la conexión será más
alto el nivel que podrá demostrar el Fiscal o el acusador privado, mientras que a

3
FOFFANI, Luigi; Criminalidad Organizada y Criminalidad Económica; en Estudios de Derecho Penal Económico; LIVROSCA, C.A.;
Caracas, Venezuela; 200 – 201 p.p.

4
IGLESIAS RÍOS, Miguel Ángel; Criminalidad Organizada y Delincuencia Económica; Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez Ltda. ;
Medellín, Colombia, 2002; Pág. 21.

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menor aproximación en el establecimiento de la referida conexión será más
alto el nivel de la Defensa para desacreditar el caso como una actividad de la
delincuencia organizada.

Todo ello nos conduce necesariamente a establecer, entonces, que


existen diversos niveles de conexión que pueden establecerse entre los grupos
de delincuencia organizada y el catálogo de delitos establecidos para sancionar
las actividades desplegadas por tales grupos, tal y como procede a detallarse a
continuación:

 Grupos Organizados que se especializan en la comisión de


específicos delitos

En primer lugar, y como base fundamental de la conexión entre ambos


temas, se encuentran los grupos organizados que se dedican exclusivamente a
la comisión de específicos delitos.

Ahora bien, atendiendo a las nociones fundamentales que fueron expuestas


en líneas previas, es evidente definir que se trata de grupos debidamente
estructurados por tiempo prolongado, cuyas actividades delictivas se dedican
exclusivamente a la comisión de delitos específicos. Por ejemplo, grupos que se
dedican exclusivamente a la comisión de delitos bancarios, o grupos que se
dedican excluisvamente a la comisión de delitos informáticos, o grupos que se
dedican exclusivamente a delitos de trata de personas, o secuestros, o
sicariatos, en fin, todas las posibilidades que según la legislación de cada
Estado contemple dentro del catálogo de delitos propios de la delincuencia
organizada.

En tal sentido, es relevante acotar que por las características expuestas,


estos grupos organizados suelen financiar todas sus actividades y obtener todos
sus ingresos ilícitos con ocasión a la comisión de los delitos específicos a los
cuales dedica sus actividades.

 Grupos Organizados que ocasionalmente cometen diversos delitos.


En segundo lugar, y continuando con los niveles de conexión entre ambos
temas, es posible identificar aquellos grupos de delincuencia organizada cuyas
actividades están vinculadas exclusivamente a la comisión de específicos
delitos, pero ocasionalmente efectúan otras actividades delictivas, ya sea como
medio de financiación, o como forma de coadyuvar con otros grupos, o con la
finalidad de procurar información, ganar acceso, asegurar impunidad o, en fin,

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cualquier provecho específico en beneficio de la vigencia del grupo o de sus
miembros.

A todo evento, en un proceso de investigación es necesario determinar


previamente la finalidad, modalidades y conexiones del grupo organizado, así
como lo atinente a su estructura, todo ello con el objeto de determinar si nos
encontramos ante el delito cometido ocasionalmente por el grupo delictivo
organizado, o si nos encontramos ante los delitos permanentemente
desplegados por el grupo organizado.

 Personas que colaboran con grupos organizados en la comisión de


delitos.

Finalmente, es menester incluir como tercer nivel de conexión, aquellas


personas que colaboran con grupos organizados para facilitar perpetración de
delitos bancarios.

Cabe destacar que, en este caso, no es necesario determinar previamente una


relación permanente entre el grupo organizado y la persona que colaboró con
éste, tan sólo basta determinar que el sujeto actuó como órgano de un grupo de
delincuencia organizada para la comisión del delito de delincuencia organizada
que es objeto de la investigación.

Esta figura está prevista, por ejemplo, en la legislación venezolana en materia de


delincuencia organizada que prevé esta modalidad al considerar como
delincuencia organizada “la actividad realizada por una sola persona como
órgano de una persona jurídica o asociativa.”

En todo caso, lo que habría que diferenciar necesariamente es cuando el delito


ha sido cometido por una persona en cualquiera de las circunstancias que
describen los tipos penales genéricos previstos en las Leyes, con respecto de
aquellos casos cuando el delito ha sido cometido por cualquiera por una persona
actuando como órgano facilitador de un grupo de delincuencia organizada.

Sólo este último aspecto podría conducir a la aproximación más inequívoca de la


conexión entre el delito investigado y el presunto imputado, a los fines de
esclarecer si efectivamente es un delito vinculado con la delincuencia
organizada o si, por el contrario, estamos ante la mera comisión del delito
genérico.

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