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El respetable sacerdote, nos contó de su relación con la teología, del estudio de las sagradas
escrituras y como llegó a casarse con Dios entregado de lleno a la investigación, servicio y
devoción por la cristiandad. Detalló el largo camino que debió recorrer, el cual, requiere
comprensión, dedicación, entrega y tolerancia. Entendí a título personal, que para él "fe" y
"creencia" son lo mismo. No hay diferencias semánticas entre ambas, orientándonos más
bien, a un acto de convicción y enfoque personal. Asistir al templo es importante, ya que
te permite estar en consonancia con la "palabra de Dios" y con la guía del sacerdote a
cargo de la misión. ¡Jesús es mi pastor, él te guiará! - sentenció.
Era el turno del ateo, quien, con cierta dureza y displicencia en sus palabras, daba a
entender que Dios no existía y que todo era obra de "algo" que no era Dios. No necesitaba
creer en algo o tener algún tipo de "fe" específica, ya que, en definitiva todo depende de su
compromiso y dedicación por mantener una situación económica estable hasta fin de mes y,
así sucesivamente, año tras año. Con el respeto del sacerdote, explicó que para él ir a la
Iglesia es una pérdida de tiempo y que si existiese una fuente de reverencia sería su "yo
personal". Compito con todo y con todos y, entre más competitivo esté, más vigente me
vuelvo para el mercado. Para ello, no necesito creencias o fe. Más bien, religión es mi
capacidad de decisión y fortaleza personal, concluyó.
Pude darme cuenta que el ambiente se enturbio levemente, no tanto por sus palabras, sino
por el tono un tanto agresivo que salía de su voz. No creo que se deba encuadrar a todos los
"ateos" como "fundamentalistas", sin embargo, este contertulio estaba emocionalmente
muy involucrado con el significado.
No pude percibir las reacciones de los demás, ya que estaba muy concentrado en lo que
quería comunicar. No podría decirles cuál fue la conclusión de la charla, ya que era tiempo
de sacarse las fotos de rigor y todo pasó a segundo plano. Creo, sin embargo, que en las
cuatro consciencias individuales más de alguna reflexión debió haber aparecido a posterior
de nuestro encuentro. Destaco que todos escucharon con atención y se mostraron muy
respetuosos de la opinión del otro. ¡No hubo mayor intento de crítica o juicio al sistema de
creencias personales! No llegamos a ningún acuerdo común sobre "Cultura Espiritual",
aunque, claramente ese no era el objetivo de la discusión. La principal conclusión que
rescaté, fue que si aprendiéramos a escuchar - como dice regularmente el Dalai Lama -
quizás el mundo sería un poquito más amigable y comprensivo.
Un abrazo, Cristián.