Professional Documents
Culture Documents
Cada noche y cada mañana oro porque nuestro líder, el presidente Kimball, sea
bendecido con salud y fortaleza, con sabiduría y entendimiento, inspiración y
revelación necesarias para guiar a la Iglesia como el Señor lo desea.
Oro para que todos nosotros, las Autoridades Generales, seamos guiados y
dirigidos por el Señor al magnificar nuestros llamamientos; que podamos todos
hablar con una sola voz y vivir correctamente, a fin de ser dignos de los llamamientos
que poseemos; y que todos los poseedores del Sacerdocio y todos los miembros de la
Iglesia en todo el mundo, vivan de tal manera que sean un ejemplo e influencia para
el bien sobre aquellos con quienes se relacionan; para que el mundo pueda ver
nuestras obras buenas y se interese en el evangelio, el cual es el plan de vida y
salvación para todos aquellos que crean y vivan sus enseñanzas.
Todo el propósito de nuestra misión aquí sobre la tierra es probarnos a nosotros
mismos, y ayudar a otros a ser dignos y a prepararse para regresar a la presencia de
nuestro Padre Celestial.
Para hacer esto debemos vivir de acuerdo con las enseñanzas del evangelio; el
Señor ya nos ha proporcionado los medios por lo cuales podemos obrar para cumplir
con este propósito.
Tenemos la noche de hogar, las organizaciones auxiliares, la reunión sacramental
y los quórumes del Sacerdocio; todos estos tienen el propósito de alentarnos y
ayudarnos a prepararnos. Además, recalcan la importancia de guardar estrictamente
la Palabra de Sabiduría, pagar nuestro diezmo, asistir a las reuniones, ser honestos, y
rectos en todos nuestros hechos, y refrenarnos del uso de drogas, de la blasfemia, de
hacer cuentos sucios, de la homosexualidad, y de otras prácticas perversas e
inmorales que son desagradables a la vista del Señor, y nos privan de bendiciones tan
importantes como las de avanzar en el Sacerdocio, cumplir una misión, e ir al templo.
Estoy seguro de que ningún miembro del Sacerdocio querría hacer cosa alguna
que menoscabara y atrasara la obra del Señor. Cuando nos encontramos con otros,
ya sea que posean el Sacerdocio o que no sean aun miembros de la Iglesia, nuestras
acciones, pensamientos e influencia, deben siempre ser los mejores para que puedan
vernos como a alguien que esta ayudando a edificar el reino de Dios y salvar almas.
La responsabilidad de un obispo o presidente de estaca es ayudar a enseñar,
capacitar, alentar, y fortalecer a aquellos sobre los cuales preside, a que vivan y
hagan estas cosas a las que me he referido.
Un joven tiene la responsabilidad de vivir de tal manera que pueda estar
preparado para todo esto.
Al trabajar unidos, el obispo debe ser el mejor amigo que nosotros los hombres
tengamos fuera de nuestro hogar, y ser naturalmente un ejemplo para nosotros en
todos los aspectos; pero el obispo y el presidente de estaca tienen la responsabilidad
de determinar por medio de una entrevista si un hombre es digno de ser avanzado
en el Sacerdocio, digno de salir a cumplir una misión, o de ir al templo.
Conferencia General Octubre 1978
El joven debe saber que es mucho mejor posponer una misión por un periodo de
tiempo, que salir indignamente. En casi todos los casos puede capacitarse y
prepararse para ser digno de cumplir una misión.
Cuando haya habido transgresión seria, se debe enviar al joven a una Autoridad
General para que le dé el visto bueno; pero no hasta que tanto el obispo como el
presidente de estaca, por medio de entrevistas indagatorias, se encuentren
completamente seguros de que él se ha arrepentido verdaderamente y es
completamente digno. Recordad también que no debéis pedir esa entrevista, hasta
que el presidente de estaca haya discutido el caso con la Autoridad General
correspondiente, para determinar si es o no el momento de llevarla a cabo.
Si un joven ha cometido una falta, debe ir a ver a su amigo, el obispo, por
iniciativa propia, sin esperar a ser entrevistado.
Es un motivo de regocijo el que un joven que ha cometido algún error aclare su
vida y pueda empezar de nuevo, en forma limpia y digna, para ser un embajador del
Señor.
Recordad que las entrevistas deben tener como base la consideración, la
comprensión y el amor. Es sumamente importante hacer saber a las personas que las
amamos y que sólo estamos tratando de ayudarlas.
Los obispos y los presidentes de estaca pueden iniciar una entrevista para
extender una recomendación para el templo, en la manera siguiente:
"Usted ha venido a verme para obtener una recomendación para entrar al
templo. Yo tengo la responsabilidad de representar al Señor al entrevistarlo. Al
terminar la entrevista, debo poner mi firma en la recomendación; pero la mía no es la
única firma importante en su recomendación, sino que para que la recomendación
sea válida, usted también debe firmarla. Al firmar su recomendación, usted hace un
compromiso con el Señor de que será digno de los privilegios que se otorgan a
aquellos que la poseen.
Hay varias preguntas que tengo la obligación de hacerle y debe contestar a cada
una de ellas con honradez.''
Un compañero me contó hace algunos años, que cuando tenía un puesto en su
barrio fue a ver al obispo para obtener una recomendación para el templo. Este se
hallaba muy ocupado y le dijo: "Hermano, yo lo conozco a usted muy bien, y no tengo
que hacerle las preguntas para poder firmar su recomendación''. Este miembro le
contestó: "Obispo, ¿no tiene usted la responsabilidad de hacer esas preguntas? Para
mi será un privilegio contestarlas. Necesito contestarle esas preguntas, tanto a usted
como al Señor, y le agradecería mucho si me las hiciera".
Así es. El Señor da a los miembros de la Iglesia el privilegio de responder esas
preguntas en tales entrevistas. Entonces, si hay algo impropio en su vida, el miembro
puede ponerla en orden a fin de demostrar que es digno de ser avanzado en el
Sacerdocio, de salir a una misión, o de recibir la recomendación para el templo.
Conferencia General Octubre 1978
Hermanos, nuestras entrevistas deben llevarse a cabo con amor, con modestia.
Algunas veces los errores pueden corregirse si preguntáis:
''¿Hay alguna razón por la que usted se sentiría incómodo o quizás deshonesto
con el Señor si tuviera que firmar su propia recomendación para el templo?" ''¿Le
gustaría disponer de un tiempo para poner en orden algunos asuntos muy
personales, antes de poder firmarla? Recuerde que el Señor lo sabe todo y no podrá
ser burlado. Nunca mienta para tratar de obtener un llamamiento, una
recomendación. o una bendición del Señor ''
Si enfrentáis la situación en la forma antes mencionada, el miembro tendrá la
responsabilidad de entrevistarse a si mismo. El obispo o el presidente de estaca
tienen el derecho al poder de discernimiento, y se darán cuenta de si hay o no algo
impropio que deba corregirse, antes de extender la recomendación.
¡Cuán bendecidos somos como oficiales en el Sacerdocio, al tener el don de
discernimiento a nuestra disposición!
En alguna ocasión un obispo o presidente de estaca, puede recibir una confesión
de un miembro de la Iglesia con respecto a una transgresión que ocurrió muchos
años antes. Esa persona debió haber confesado su falta tiempo atrás, pero no lo hizo;
y por lo tanto, ha sufrido innecesariamente.
No siempre es preciso llevar a la corte tales casos; vosotros tenéis el derecho a la
inspiración y guía particularmente si la persona ha demostrado por su conducta a
través de los años que ese error no es algo corriente en su vida.
¡Cuán maravillosas son esta inspiración y revelación, que pueden guiarnos en
nuestros deberes! Hermanos, manteneos dignos de recibirlas.
Frecuentemente escuchamos relatos sobre obispos y presidentes de estaca que,
llevados por la consideración y el amor, han sido inspirados al efectuar las
entrevistas, y al presentárseles los problemas, han podido ayudar a los miembros de
la Iglesia a corregir su derrotero en la vida, a fin de que pudieran llegar a ser
completamente dignos de cumplir misiones, ser avanzados en el Sacerdocio o entrar
en la Casa del Señor.
Repito que es una bendición tener el poder de discernimiento, de revelación e
inspiración para guiamos en nuestro propósito principal, que es el de salvar almas,
aun la nuestra, y ayudar a preparar a nuestros miembros para que comprendan el
propósito de su misión aquí en la tierra, y preparamos nosotros mismos para volver a
la presencia de nuestro Padre Celestial.
Ahora, hermanos, estamos a punto de oír las palabras de nuestro amado
Presidente, Spencer W. Kimball, un Profeta de Dios por medio del cual el Señor
mismo dirige su Iglesia. Que podamos escuchar, creer, y seguirlo en todo, lo ruego
humildemente en el nombre de Jesucristo. Amen.