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LA SANA DOCTRINA DE LA

PREDESTINACIÓN

La soberanía de Dios y la libertad del hombre, la predestinación y el


libre albedrío, conviven pacíficamente en la Sagrada Escritura:
ambas existen, ninguna se desestima. La contradicción entre ambas
es aparente.

Sin convertirse en un titiritero, Dios ha decretado un propósito


sempiterno, por el cual predestinó todos los acontecimientos de una
determinada manera, desde la creación hasta el juicio final, para dar
cabal cumplimiento a su plan de redención. Este decreto le permite
optar al hombre entre el pecado o la salvación de su alma. Un Dios
santo demanda santidad, devoción. La santidad del Espíritu Santo es
incuestionable.

“A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran
hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos.” Romanos 8: 29

“y de aclarar a todos cuál sea el plan del misterio escondido desde


los siglos en Dios, el creador de todas las cosas, para que la
multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de
la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús, nuestro
Señor,”
Efesios 3:9-11

Dios todo lo sabe de antemano, siempre. Nunca es sorprendido.


Escudriñó el corazón y se informó con lujos y detalles de los
corolarios de cada acto inicuo, de cada imprecisión y suceso, desde
antes de la creación del helio. Si las estrellas y cuerpos celestes
tuviesen también libre albedrío, el plan de la Santísima Trinidad no se
alteraría en un ápice, porque inmensamente grande es el Señor. Lo
que el hombre sembrare, eso cosechará. Esto implica que es el
hombre quien cosecha.

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el


hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para
su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el
Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de
hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”
Gálatas 6:7-9

“que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo


que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré
todo lo que quiero;”
Isaías 46:10

“¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y


sus obras están en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos
conoce?
Isaías 29:15

El Todopoderoso ha prefijado el orden de los tiempos, el número de


células en cada hombre, el tamaño de cada planeta y la ubicación
geográfica de cada ser al nacer y de cada átomo, mas no tiene
participación en las transgresiones y blasfemias de los hombres. Un
Dios santo y soberano creó a un ser humano santo y libre.
Independiente de lo obrado por el tentador es el hombre el autor y
responsable de su pecado, del cual responderá personalmente en el
último día. Conjeturar un contexto en el cual el Padre sería el autor
de la maldad es una infamia. La gracia divina está abierta a toda la
humanidad, gratis y las 24 horas del día y no es una alegoría.

“Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que


habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de
los tiempos, y los límites de su habitación;”
Hechos 17:26

“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el


mal;”
Deuteronomio 30:15

¿Qué elegirás tú? El hombre sí puede optar por el mal teniendo la luz
al frente de sí. Dios no participa del mal del hombre. Dios no condena
deliberadamente al pecador, es el pecador quien se condena. El
hombre, criatura de Dios, no es un títere.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.”
Juan 3:16

Como Dios sabía plenamente quienes aceptarían libremente a Cristo


Jesús como su Señor y Salvador desde antes del huerto del edén, los
predestinó a una salvación eterna, registrándolos en el libro de la
vida antes de que Adán naciera. El redimido escucha el llamado del
Redentor y decide ir; son los que ya estaban destinados a la
eternidad gloriosa, por esta actitud. El Padre previó mi futuro, mas no
lo determinó. Sin dar explicaciones Dios escoge a algunos hombres y
los llama al ministerio. El predicador obviamente se debe arrepentir,
limpiarse y perseverar en la fe, dando el ejemplo. Dios, a algunos
necios sin vuelta les endurece el corazón.

“Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra


del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida
eterna.”
Hechos 13:48

“¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los


escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos;”
Romanos 11:7

“de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del


cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como
las que están en la tierra.”
Efesios 1:10

“Porque a los que conoció, también los predestinó”.


El conocimiento de Dios sobre cada hombre es integral, cabal. El
Padre sabe de antemano absolutamente todo lo que vamos a pensar,
decir o hacer. Sabe lo que hará cada ser humano frente a la decisión
de aceptar o no al Nazareno como el amo de su vida. A éstos conoció
totalmente y los predestinó según su libre opción. La gracia común, la
gracia de la fe está disponible a toda alma. Al hacer un uso corrupto
de su libertad Judas Iscariote se condenó solo y por esto estaba
predestinado a condenarse, y se suicidó, sin intervención del Señor.
No hay mérito alguno en decirle SÍ a Cristo. No hay mérito alguno en
el hambriento que acepta gratis el más nutritivo y exquisito plato de
comida. El arrepentimiento es un mandamiento. El que rechaza al
Salvador se condena él mismo. Jesús está a la puerta y llama; el que
le abre la puerta se reencuentra con el Padre, a través del Hijo, en el
ministerio del Espíritu Santo. La salvación del alma posee un aspecto
divino y otro humano. El aspecto humano consiste en aceptar la
amorosa invitación a la vida eterna por parte del Salvador.

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la


puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere,
le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y
me he sentado con mi Padre en su trono.”
Apocalipsis 3:20-21

“Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le


echo fuera.”
Juan 6:37

¿Irás hoy al Señor o continuarás postergándole? La obra de la


salvación es de Dios de principio a fin, mas Jesús golpea la puerta de
tu corazón con infinito amor, esperando a que tú la abras.

Dios llama, mas el hombre se puede negar, se puede resistir.


También algunos convertidos a Cristo deciden no perseverar más en
la oración al Padre, en el angosto camino de la fe. Si bien Dios pone
el querer como el poder, el ser humano puede desatender libremente
el evangelio. En algunos casos el hombre se doblega ante el
sufrimiento y otros mantienen su terquedad hasta el último aliento.
Algunos cristianos se enganchan sabiamente al Padre y resisten las
pruebas y tentaciones, ganando una batalla espiritual tras otra. Dios
pone el querer orar y el poder orar, pero es el hombre quien
determina si va a orar al Dios Padre o no, si va a perseverar o no, si
va a aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador o no. Jesús te
invita afectuosamente a cenar con él.

“¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros


resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también
vosotros.”
Hechos 7:51
Deja de resistirte y conviértete ahora a Cristo Jesús. Dios no participa
de la necedad humana.

“Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que


persevere hasta el fin, éste será salvo.”
Mateo 10:22

Si no perseveras te perderás. Es tu obligación pedirle a Dios esa


fuerza que te permitirá perseverar, porque en la salvación en sí no
hay mérito humano.

“Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía


desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de
entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si
no le fuere dado del Padre. Desde entonces muchos de sus
discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.”
Juan 6:64-66

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir
en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.”
Efesios 6:13

“Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.”


Mateo 21:22

“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo,


no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene
al Padre y al Hijo.”
2 Juan 9

“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres


amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.”
Juan 3:19

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en
el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”
Juan 3:36
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por él.”
Juan 3:17

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré


descansar.”
Mateo 11:28

“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os


lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.”
Juan 14:2

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos


de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el
que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa de mí, la hallará.”
Mateo 16:24-25

Dios golpea con cariño la puerta de los corazones humanos. Algunos


le invocan, otros le postergan y otros le rechazan.

“Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no


sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra
firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la
eternidad. Amén.”
2 Pedro 3:17-18

“Cercano está Jehová a todos los que le invocan,


A todos los que le invocan de veras.”
Salmo 145:18

¿Invocarás al Señor con sinceridad y fidelidad? Algunos


sencillamente no quieren ir a Jesucristo.

“y no queréis venir a mí para que tengáis vida.”


Juan 5:40
“Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis;
pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo
esto, no os arrepentisteis después para creerle.”
Mateo 21:32

“Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un


pueblo rebelde y contradictor.”
Romanos 10:21

“Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al mandato de


Jehová, y persistiendo con altivez subisteis al monte.”
Deuteronomio 1:43

“El es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas; ¿Quién se endureció


contra él, y le fue bien?”
Job 9:4

A algunos tercos Dios les endurece el corazón, los desecha, ya que


se cerraron a toda posibilidad de arrepentimiento. Dios los condenó
porque ellos se condenaron primero irreversiblemente.

“Plata desechada los llamarán, porque Jehová los desechó.”


Jeremías 6:30

“Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste


la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas
rey sobre Israel.”
1 Samuel 15:26

“Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes


entre las naciones.”
Oseas 9:17

El Padre se regocija con sinceridad cuando un pecador libremente se


arrepiente y accede el llamado del Señor.

“Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se
arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de
arrepentimiento.”
Lucas 15:7

Dios anhela que absolutamente todos los hombres de todas las


ciudades del mundo se arrepientan.

“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia,
ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;”
Hechos 17:30

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por


tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
2 Pedro 3:9

“el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad.”
1 Timoteo 2:4

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos


los hombres,”
Tito 2:11

Sólo para Dios toda la historia de la humanidad y sus detalles están


fijados antes de Adán. Para Dios todo está predestinado, para el
hombre no es así. El que sepa Dios con exactitud todo lo que haré en
diez años más no significa que no respete mi libre albedrío, ya que
conoce lo que ocurrirá con cada duda e intención. El hombre es el
responsable de su destino. Sin la previa llamada de Jesús, la
redención es imposible y la indiferencia es reprobación. El libre
albedrío no altera en un milímetro la gloria de Dios. No hay nada que
lo amenace, y menos la libertad que Él nos obsequió. Dios descarta
del libro de la vida al que le rechazó. Ningún hombre está
predestinado para que blasfeme, ya que esto implicaría que Dios es
el diseñador del pecado. Relacionar al Padre con el pecado es una
aberración. El infierno es horrible y Dios no enviará a nadie a ese
lugar por Su voluntad.
“según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo,
según el puro afecto de su voluntad,”
Efesios 1:4-5

“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si


a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron
al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra
habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”
Josué 24:15

“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo


claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios,
seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió
palabra.”
1 Reyes 18:21

“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se


hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen
excusa.”
Romanos 1:20

“y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas


éstos no quisieron venir.”
Mateo 22:3

“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios


rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo:
Reconciliaos con Dios.”
2 Corintios 5:20

“Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del
impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos,
volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de
Israel?”
Ezequiel 33:11
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los
que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la
gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”
Mateo 23:37

“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y


mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida
del Cordero.”
Apocalipsis 21:27

La soberanía de Dios y la libertad del hombre son dos pilares


fundamentales del credo apostólico. De Su soberanía se desprenden
Su voluntad y la gracia. Estos pilares no poseen grietas ni trucos. La
predestinación y el libre albedrío aparecen en la Biblia y no se
contradicen y conviven pacíficamente.

“al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era
imposible que fuese retenido por ella.”
Hechos 2:24

“la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey


de reyes, y Señor de señores,”
1 Timoteo 6:15

“Como la justicia conduce a la vida,


Así el que sigue el mal lo hace para su muerte.”
Proverbios 11:19

“Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y


sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a
ellos. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el
castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad.”
Marcos 6:11

“Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.”


Lucas 21:19

La gracia moviliza la voluntad humana. Un hombre sí puede negarse


de seguir o de adorar a Jesucristo. Si bien Cristo murió por todos en
la cruz, muchos esquivan el nuevo pacto. Si es efectivo que un
decreto divino determinó fríamente a todos los que iban a salvarse y
condenarse desde antes del nacimiento de Jesús, se desprende que
la muerte del Redentor en la cruz fue un formalismo, un capítulo más
de una historia decretada. Mejor sería decir que el Señor supo con
anticipación quienes doblarían sus rodillas delante del Padre
libremente, y así los predestinó.

“porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la


voluntad de Dios, obtengáis la promesa.”
Hebreos 10:36

Si algunos hombres están predestinados irremediablemente a ser


salvados y muchos a ser condenados al fuego del infierno la
evangelización y las plegarias son elementos decorativos e inútiles.
No nos olvidemos que la oración eficaz del justo puede mucho. La
doctrina de la predestinación no incentiva a la pureza, a la
perseverancia, a los jóvenes a que prediquen de la Palabra porque
está todo consumado. Cuidarse de Satanás que anda como león
rugiente no sería necesario. El diablo no es un personaje ficticio. La
predestinación condena al lago de fuego y azufre a aquel pecador
que no ha nacido y ayunar un año completo por la salvación de un
ladrón no posee sentido entonces.

“Bienaventurado el hombre que me escucha,


Velando a mis puertas cada día,
Aguardando a los postes de mis puertas.”
Proverbios 8:34

“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros,


para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”
Santiago 5:16

“Servid a Jehová con temor,


Y alegraos con temblor.”
Salmo 2:11

“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino


de los que tienen fe para preservación del alma.”
Hebreos 10:39

¿Es la voluntad de Dios que el hombre salve su alma primero y


después retroceda y se extravíe para terminar en el infierno? No, es
el hombre quien retrocede.

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león


rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;”
1 Pedro 5:8

¿El diablo es el león rugiente que se devora a algunos cristianos por


la voluntad de Dios? No, es el hombre quien se descuida cuando deja
de orar con fuerza.

Es Jesucristo quien salva, no la iglesia, por medio de la fe en Él, a


través de la gracia.

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,


como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”
Romanos 1:17

Poseen un dios pequeño aquellos que piensan que el libre albedrío


es capaz de taladrar o arañar el plan de Dios.

“Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú eres Dios.”


Salmo 86:10

El Señor disciplina y azota a todo aquel que recibe por hijo. Si en mi


libertad no acepto la disciplina divina, me convierto en un bastardo y
no en un hijo de Dios. De principio a fin la redención posee un
aspecto humano. Fue Dios quien decretó la libertad individual.

“y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige,


diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo.
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo
es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin
disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois
bastardos, y no hijos.”
Hebreos 12:5-8

“Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su


piel y su carne de sobre los huesos;”
Miqueas 3:2

“El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece.”


Juan 15:23

“y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado”. Éxodo 34:7

Dios, que es infinitamente santo no se mancha ni se equivoca (Isaías


6:3).

Creer que un pecador está predestinado a quemarse en el infierno


por un decreto divino sin ninguna posibilidad de revertir esta trágica
situación es una herejía.

“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su


amor para con los hombres,”
Tito 3:4

“Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia,


Y su verdad por todas las generaciones.”
Salmo 100:5

“Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos,


¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones?
El que mira por tu alma, él lo conocerá,
Y dará al hombre según sus obras.”
Proverbios 24:12

“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el


tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.”
2 Corintios 5:10
Es el hombre libre quien siembra, y con consecuencias.

“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará


escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente
también segará.”
2 Corintios 9:6

No es Dios quien siembra la cizaña.

“pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró


cizaña entre el trigo, y se fue.”
Mateo 13:25

Dios cosecha donde no sembró. Y si no fue el buen Dios quien


sembró, fue entonces el hombre, libremente.

“Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor,


te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y
recoges donde no esparciste;”
Mateo 25:24

Sólo un hombre libre puede decir:”hágase tu voluntad”.

“Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo


conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”
Lucas 1:38

“El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,


Y tu ley está en medio de mi corazón.”
Salmo 40:8

La soberanía de Dios no le quita ni tendría porque quitarle la libertad


al hombre. La libertad del hombre o cualquier otra cosa no disminuye
ni la quitará jamás a Dios un miligramo de su soberanía. Nada ni
nadie le pellizca la soberanía al Dios Todopoderoso, nunca. La
responsabilidad moral del hombre es ineludible y el juicio final no es
un montaje. Suponer que Dios es el autor o partícipe es una
blasfemia. El sendero de la salvación está predestinado desde el
inicio de los tiempos y se llama Jesucristo. En esta era del Espíritu
Santo y de la gracia, cualquier pecador podría salvar su alma.

De los cinco puntos del calvinismo.


1.- Elección incondicional o predestinación.
Lucas 3:6; Lucas 13:22-24; Juan 3:18-21; Lucas 21:19.

2.- Expiación limitada-sólo para los electos.


1 Timoteo 2:4-6; Tito 2:11-12; Hebreos 2:9; 2 Corintios 5:14

3.- Incapacidad natural o depravación total- la regeneración debe


preceder a la conversión,
Apocalipsis 3:20; Juan 6:37

4.- La gracia irresistible o el llamado eficaz- el hombre a quien Dios


otorga gracia será salvo; no puede resistirla.
Hechos 7:51; 2 Pedro 1:10; Hebreos 6:4-6; Hebreos 2:3; 2 Pedro
2:21; Hebreos 10:26-29,39.

5.-Perseverancia final- seguridad eterna incondicional.


Mateo 24:22; Marcos 13:13; Gálatas 5:4

La salvación del alma depende la fe en Cristo, de la gracia de la fe.


Si un hombre posee poca fe puede pedirle al Padre que aumente la
fe, y la gracia de la fe salvadora de la fe se incrementará en su
corazón.

“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.”


Lucas 17:5

El alma se justifica y se santifica por la fe. La fe por si sola es estéril,


la fe en Cristo salva. La santidad consiste en la presencia del Señor.

“Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en


otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”
Hechos 2:4

Los hombres están conscientes de que son responsables de sus


actos, y los terribles conflictos de conciencia no son las fábulas de un
guión. Cristo aborrece el pecado y ama a todos los pecadores, sin
excepción.
“Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el
pecado abundó, sobreabundó la gracia;”
Romanos 5:20

Cristo no hace acepción de personas, los ama a todos, y a todos


invita a la dulce salvación del alma.

“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que


Dios no hace acepción de personas,”
Hechos 10:34

Delante de la santa cruz somos todos iguales.

El libre albedrío es como encerrar a un bebé en una celda de alta


seguridad y permitirle que haga todo lo que se le antoje. Nada
cambia. Ese bebé es la humanidad que ni roza los propósitos de
Dios. Algunos están predestinados para el ministerio no para la
salvación. Todos los pastores genuinos se tienen que arrepentir,
convertir y perseverar.

Dios es galardonador de los que le buscan.

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el


que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los
que le buscan.”
Hebreos 11:6

El hombre es libre para perdonar al prójimo o no hacerlo; y si no lo


perdona Dios no tiene responsabilidad alguna.

“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará


también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los
hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras
ofensas.”
Mateo 6:14-15

La conciencia y ese mínimo discernimiento son pruebas de que la


gracia preveniente habita en todos los seres humanos. Algunos no
utilizan esta gracia, no buscan a Dios. En este punto la
evangelización es vital. En cierta forma, ir en contra de la conciencia
es ir en contra de Dios. La salvación del alma es por la fe, no por
obras o bellos ritos. La gracia de la fe o el poder para creer es
diferente del acto o determinación personal de creer. Es el hombre el
que se arrepiente y es la gracia la que genera la capacidad para
poder arrepentirse. La moral básica objetiva o la ley divina está
escrita en nuestro corazón. Si el más grande de los criminales se
arrepiente de sus pecados es porque esa partícula de Dios o gracia
preveniente mora en todo ser vivo. Es el Espíritu Santo quien nos
lleva a Cristo Jesús y nadie más.

“que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas
oraciones; éstos recibirán mayor condenación.”
Lucas 20:47
Algunos impíos recibirán mayor condenación, por sus obras
personales.

El Padre no actúa en contra de la voluntad del hombre, quien es el


que decide al final en que reino reposará su alma. Creer en
Jesucristo es obedecerle al Padre. Es muy difícil que un redimido
caiga de la gracia, pero si persevera en su pecado, es posible que lo
logre.

El pecado es la prueba gigantesca de que el hombre posee libre


albedrío y que opta por acción u omisión entre las dos únicas vías
existentes.

“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que
os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición;
escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;”
Deuteronomio 30:19

“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es


enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del
mundo, se constituye enemigo de Dios.”
Santiago 4:4

“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues


haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”
1 Timoteo 4:16

Estimado, persevera en el Señor y sálvate. No desmayes y


subordínate a la gracia. Descansa en Él. De Dios viene la fuerza para
perseverar hasta el fin y esta se solicita de rodillas, clamando al
Padre. La participación del hombre en la redención consiste en decir
de corazón e influenciado por el Espíritu Santo: sí, te acepto como mi
Señor y Salvador.

En la Biblia, la doctrina de la sana predestinación y el libre albedrío


viven en paz y armonía. Las contradicciones entre éstas dos son
aparentes.

FIN

http://apologeticaes.blogspot.com

Del blog “Las sotanas de Satán”


http://lassotanasdesatan.blogspot.com

JAIME FARIÑA MORALES

ARICA-CHILE

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