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DISCURSO DE ORATORIA

“Un niño con valores sólidos crece seguro, y fortalece las posibilidades de ser
un adulto feliz”
¡Buen día! Honorable jurado calificador, profesores, padres de familia y alumnos,
mi nombre es Andrea Stephanie Rosales Rojas, del grupo de 3º. A de la escuela
Eva Sámano Bishop.
Les voy a hablar sobre la vivencia de los valores.
Los seres humanos una escala de valores, las cuales vamos conformando o
modificando con el tiempo, sin embargo existen valores universales que no
podemos dejar de lado en nuestra escala, porque nos permiten convivir con los
demás y conformar una sociedad en armonía.
Los valores surgen primordialmente en el individuo por influjo y en el seno de la
familia y son valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, el
trabajo y la responsabilidad, entre otros.
Para que se dé esta transmisión de valores, es de vital importancia la calidad de
las relaciones con las personas significativas en nuestra vida: los padres,
hermanos, parientes, y posteriormente amigos y maestros. Es además
indispensable el modelo y ejemplos que estas personas nos muestran cuando
somos niños, para que se dé una coherencia entre lo que se dice y lo que se
hace.
La honestidad es aquella cualidad humana por la que la persona se determina a
elegir y actuar siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia, por eso
los invito a que en cada acción que realicemos seamos justos y actuemos sin
perjudicar a nadie.
La honestidad se expresa en el respeto por uno mismo y por los demás, siendo
tolerantes a la diversidad de opiniones sin imponer la nuestra, teniendo
confianza en uno mismo, diciendo la verdad.
Para vivir los valores es importante la comunicación con los demás, sobre todo
en la familia, por eso invito a que dialoguemos cuando haya algún problema y
demos solución pacífica no con golpes o con rencores.
Porque actualmente en algunas familias no existe el respeto, el amor, la justicia,
la tolerancia, etc., por tanto cada quien hace lo que quiere, incluso los niños,
quienes a veces no quieren obedecer o no tienen claras las reglas de disciplina
en casa, porque a veces los papás sólo llegan a dormir, cansados de trabajar y
por tanto los hijos permanecen solos en casa y no tienen modelos claros a
seguir.
Yo los invito a inculcar los valores, a vivirlos, empezando en casa y en la
escuela, ya que ello nos ayudará a ser mejores personas, niños más
disciplinados, estudiosos y felices.
Si queremos justicia, seamos justos, si queremos amor, demos amor, si
queremos respeto, respetemos a los demás. Fortalezcamos nuestro carácter
viviendo los valores y no haciendo a otros lo que no quieran que nos hagan.

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