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“No somos muxes, somos muchos”

¿Influencia Europea o Influencia cultural?

Solo quien se involucra en las profundas y enmaradas


manifestaciones culturales de un pueblo puede comprender
enteramente el significado de cada uno de sus actos. El
estado de Oaxaca lugar donde conviven más de 16 grupos
étnicos que conservan sus costumbres y tradiciones, alejados
de los procesos mediáticos que el desarrollo global, propone
día con día, a través de estereotipos culturales, las etnias se
mantienen y luchan armados de una ancestral y maravillosa
cosmovisión que nos remite a reconocer la grandeza de las
civilizaciones precolombinas.

Dividida en ocho regiones, de las cuales el istmo de


Tehuantepec, es una de las zonas geográficas considerada el
motor económico, debido a las inversiones extranjeras por sus vastas riquezas naturales, y a
su posición geográfica de este lugar, el cual se ubica
a 352 kilómetros de distancia de la capital del estado
de Oaxaca, es una región llena de manifestaciones
culturales y cuna de personajes que forjaron la
historia de nuestra país. Es en esta zona de la región
Zapoteca, dónde tiempo atrás se originó la lucha por
el reconocimiento de un tercer sexo, bajo la influencia
movimientos ocurridos en Europa y cobijados bajo el
emblema de la diversidad. Los medios impresos de
circulación nacional en alguna de sus publicaciones
ha dedicado paginas completas sobre artículos que exponen claramente, como los muxes
son considerados por los pobladores como un tercer género, aceptados en en la cultura
zapoteca, quienes tienen no solo tienen el reconocimiento social sino que además
desempeñan "roles especiales en la sociedad e incluso hay familias donde se llega a alentar
su desarrollo".

Cabe mencionar que la lucha no solo se limita a un reconocimiento parcial, además de


buscar una identidad sexual, temas como el matrimonio civil y otros temas asociados que
son motivo de un encendido debate social por parte de los grupos conservadores
representados por instituciones religiosas y políticas.

Lo real es que no solo es una manifestación propia del itsmo de Tehuantepec, puesto que
son muchas culturas que no dividen socialmente a las personas únicamente en varones y
mujeres. En Alemania se reconoció jurídicamente al llamado tercer sexo o tercer género,
permitiendo que en el registro de los bebés quede en blanco la condición referida al sexo. En
Nepal, el 2007, la Corte Suprema obligó a incluir en los censos y documentos ciudadanos la
categoría de tercer género.
En lo que respeta a las manifestaciones de los denominados Muxes son 42 años de lucha
por su identidad buscando erradicar la discriminación en su comunidad. Es por ello que
realizan una fiesta denominada “velas istmeñas” la cual es una celebración exclusiva de la
comunidad homosexual y la más importante de Latinoamérica. Es por ello que la BBC de
Londres ha nombrado al Istmo de Tehuantepec “la región más tolerante del mundo”.

Los antecedentes son varios algunos se remontan


a la década de los años sesenta, coincidiendo
con los movimientos de grupos considerados
“minoritarios” promotores de las revoluciones
sexuales que permitieron en su momento
aminorar la opresión y despertar entre ellos a
este grupo que reconociéndose como legítimos
Oaxaqueños y Mexicanos, buscaron en sus actos de rebeldía, a no ser discriminados por sus
preferencias sexuales, ni política. Aunque la mayoría de los líderes de este movimiento
fueron hostigados y encarcelados por las autoridades del estado, las manifestaciones se
intensificaron cuando el pueblo istmeño en un acto de conciencia humana, empezó a
reconocer la importancia de los Muxes, y les brindo un espacio y el reconocimiento en la
sociedad, se les permitió, hacer su propia fiesta, la cual me atrevo a decir es la más
importante de todas las fiestas que se celebran anual mente, pues por si sola reúne un total
de casi trece mil personas que provienen de diferentes países, prueba de ello queda en los
cientos de fotografías publicadas por la revista National Geographic.

Hoy en día los Muxes caminan unidos, manifestándose en diferentes ciudades, con
influencias provenientes de los países europeos en la búsqueda del reconocimiento jurídico
se han unido bajo un bandera multicolor que ondean con la esperanza, de triunfar en el
reconocimiento de un grupo con identidad propia. “un reconocimiento que establezca una
norma jurídica que no solo nos permita poder cambiar nuestra identidad, en cuanto a un
nombre femenino, si no que nos de plenitud de desarrollo, con lineamientos de justicia social
a la que todo ciudadano tiene derecho.

En pueblo istmeño ha creado una cultura de tolerancia hacia la homosexualidad, y pudiera


definirse como algo normal, debido a las actividades que realizan en favor de la comunidad
estos hombres visten, los trajes típicos y se les respeta y se conducen como mujeres, han
recibido del pueblo el reconocimiento y el respeto del pueblo; solo falta que los creadores de
iniciativas en pro de la sociedades vulnerables generen propuestas que puedan ser
aprobadas para mejorar las condiciones a las que la leyes están obligadas.

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