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REINCIDENCIA, HABITUALIDAD Y
PROFESIONALIDAD EN LAS ÚLTIMAS
REFORMAS PENALES. ESPECIAL
REFERENCIA A LA DELINCUENCIA
PATRIMONIAL
Abstract: The main subject is the Spanish regulation for the sanction
imposed to those who commit two or more crimes, concentrating on the
changes made by the last legislative acts (LO 7/2003 and LO 11/2003) and
the future modification of our Criminal Code, making specific reference
to the effect of this changes on the sanctions for crimes against property.
The constitutional validity of this regulation is questioned, as well as its
positive effect in crime statistics.
Regarding the current project of a new Criminal Code, the coherence
of the changes in sanctions for two or more crimes with the rest of the
modification is questioned, maintaining that the current project gives
the politicians an opportunity to change the regulation now in force for
a fairer one for the convict.
Keywords: Recidivism, habitual basis, conversion of minor offences
into crimes, criminal danger, probation.
I. Planteamiento
El tema de este trabajo es el tratamiento jurídico de la
reincidencia, la habitualidad y la profesionalidad delictiva en
las últimas reformas penales y en el Proyecto de reforma que,
actualmente, se encuentra en tramitación1. El análisis de estas
instituciones se va a restringir al ámbito de la delincuencia patri-
monial común, primero, porque es la forma de delincuencia más
frecuente y la que arroja unos mayores índices de reincidencia.
15 Ibídem, p. 169.
16 MIR PUIG, S., La reincidencia…, ob.cit., pp. 523 y ss.; el mismo, “Sobre
la constitucionalidad de la reincidencia en la Jurisprudencia del Tribunal
Supremo y del Tribunal Constitucional”, en Anuario de Derecho Penal y
Ciencias Penales, 1993, fasc. 3, p. 1145; el mismo, Derecho Penal. Parte
General, 9º ed., Barcelona, 2009, p. 641.
17 MIR PUIG, S., La reincidencia…, ob.cit., pp. 477 y ss.; el mismo, “Sobre la
constitucionalidad…”, ob. cit., p. 1145; el mismo, Derecho Penal…, ob.cit.,
p. 641.
18 MIR PUIG, S., “Sobre la constitucionalidad…”, ob.cit., p. 1145.
19 Ibídem, p. 1145. En el mismo sentido, ZUGALDÍA ESPINAR, J.M., “Sobre
la constitucionalidad de la agravante de reincidencia”, en Poder Judicial
2º época/nº 13, 1989, p. 87, sostiene que el desprecio y rebeldía no puede
fundamentar “la intervención del Derecho Penal que no debe ser moralizador
ni utilizado para imponer una determinada ideología y que, por consiguiente,
no puede perseguir la fidelidad ni la sumisión interna de los destinatarios de
las normas”.
C) Conclusiones
Como conclusión a lo expuesto hay que señalar que no
existe un fundamento que goce de suficiente consenso como para
justificar de forma convincente la existencia de las circunstan-
cias agravantes de reincidencia y multirreincidencia. También
parecen evidentes las dificultades para acomodar la existencia de
estas circunstancias con las exigencias constitucionales, pese al
esfuerzo realizado por la STC 150/1991. Por todo ello, considero
plenamente acertada la propuesta doctrinal que, de lege ferenda,
solicita la supresión de estas circunstancias; o, cuando menos, la
derogación de la multirreincidencia y la conversión de la reinci-
dencia en una circunstancia de apreciación facultativa.
Ahora bien, no parece plausible, en el actual contexto so-
cial que vivimos, prescindir de toda reacción frente a la reiteración
delictiva. Genera alarma social; exige reafirmar la confianza del
ciudadano en la norma; y es un posible indicio de peligrosidad
criminal. Lo cuestionable es que la respuesta adecuada sea el
incremento de pena. Ninguno de los motivos expuestos puede
justificar la agravación de la sanción desde los valores y principios
que legitiman el ordenamiento penal. Esta afirmación cobra una
64 Según establece la Circular FGE 2/2003, basta con que se haya celebrado el
juicio, aunque no haya recaído sentencia, para excluir la falta del cómputo
total, dado que el juicio sólo puede concluir con una sentencia sobre el fondo
del asunto. También se muestran partidarios de excluir las faltas que ya han
sido juzgadas: REBOLLO VARGAS, R. “Reflexiones y propuestas…”,
ob.cit., p. 576; TORRES ROSSELL, N., “El delito de hurto (arts. 234, 235 y
236), en QUINTERO OLIVARES, G., La reforma penal de 2010: análisis y
comentarios, Cizur Menor, 2010, p. 197; GALLEGO SOLER, J.I., en COR-
COY BIDASOSOLO/MIR PUIG, Comentarios…, ob.cit., p. 521; MESTRE
DELGADO, E., en LAMARCA PÉREZ, C., Derecho penal…, ob.cit., p. 253;
LLOBET ANGLÍ, M., en MOLINA FERNÁNDEZ, F. (Coord.), Memento…,
ob.cit., p. 952, entre otros.
65 En el mismo sentido, REBOLLO VARGAS, R. “Reflexiones y propuestas…”,
ob.cit., p. 576; GARCÍA ARÁN, M., en CÓRDOBA RODA/GARCÍA
ARÁN, Comentarios…, ob.cit., p. 643, quien señala que, puesto que no es
preciso que las faltas hayan sido juzgadas no se trata de un supuestos específico
de multirreincidencia en las faltas, sino de un supuesto de delito habitual,
definido a partir de la repetición de faltas.
72 SANZ MORÁN, Á., “La nueva medida de libertad vigilada: reflexión político-
criminal”, en Libertas. Revista de la Fundación Internacional de Ciencias
Penales, nº 0, p. 212.
73 Ibídem, p. 212.
74 Ibídem, p. 212.
75 Para esto y para lo que sigue: NISTAL BURÓN, J. “La «libertad vigilada».
La dificultad de su aplicación práctica”, en Diario La Ley, nº 7368, 24 de
marzo de 2010, año XXXI.
79 Ibídem, p. 207.
80 El texto del Anteproyecto que se envía al Consejo de Estado, está pu-
blicado en la página web del Ministerio de Justicia, en la siguiente
dirección: http://www.mjusticia.gob.es/cs/Satellite/es/1215198252237/
ALegislativa_P/1288774452773/Detalle.html (fecha de consulta 1 de junio
de 2013).
87 Ibídem, p. 98.
88 La imposición de la medida de libertad vigilada tendrá carácter obligatorio
cuando se cumplan los requisitos establecidos en el art. 104.3 en la redacción
del Proyecto: “a) cuando se suspenda la ejecución de una medida de seguridad
privativa de libertad; b) cuando se cumpla el plazo máximo de duración de la
medida de seguridad privativa de libertad que se hubiera impuesto y resulte
necesario para compensar el riesgo de comisión de nuevos delitos”.
V. Reflexiones finales
Concluyo con unas reflexiones. En primer lugar, es un
lugar común la idea de que el delito es algo normal. Y utilizo la
palabra normal no en un sentido axiológico, sino en el sentido de
que es consustancial a la convivencia en sociedad. Toda sociedad,
por el hecho de serlo, genera un índice más o menos elevado de
delincuencia. Ni existe, ni ha existido nunca una sociedad sin de-
lincuencia, ni tampoco existe un método infalible para erradicarla
de forma definitiva. Por tanto, cualquier política criminal cuyo
objetivo sea la seguridad a toda costa es una utopía que si, además,
se impone a través de un desmedido incremento de sanciones,
provoca como único efecto el sufrimiento inútil.
Por otro lado, el origen de la delincuencia patrimonial
común está en la marginalidad. Es decir, en las deficiencias en
la educación; en la pobreza; en el paro; o, en el consumo de
drogas. Por ello, esta forma de delincuencia demuestra, primero,
un fracaso en el proceso de socialización primaria del individuo.
Y la reincidencia, demuestra un segundo fracaso en el objetivo
reeducador y resocializador de la pena. Por ello, una política
criminal que responda frente a esta forma de delincuencia con
el único instrumento del incremento de la pena, implica, cuando
menos, un reparto poco equitativo del coste social que supone el
fracaso en la socialización y resocialización del individuo.
Y, por último, si bien es cierto que el legislador debe aten-
der a la demanda social de protección para elaborar una normativa
que goce de consenso e incentive su cumplimiento, también lo
es que el carácter especialmente aflictivo del Derecho Penal y la
drástica restricción de libertades que produce aconsejan que la