el futuro

llegó hace rato

Black Mirror, conspiranoia y tecnología

Grupo de lectura coordinado por Leonor Silvestri

Black Mirror (espejo negro) es una de las producciones de cien-
cia ficción interior (aquella que no trata de mundos irreales,
lejanos y fantásticos, sino de un tiempo actual y presente que
está por llegar o ya llegó y aún no nos hemos dado cuenta) con
la presentación más sólida de cómo la molecularidad micro-
fascistoide se expresa en nuestra época global a partir de eq-
uipamientos y dispositivos técnicos. En este grupo de estudio
tomamos dos de sus capítulos (e invitamos a ver toda la saga)
como acercamiento a algunas teorías que refuten los así llama- Para saber sobre Leonor Silvestri y sus talleres:
dos avances del mito del progreso para analizar y deconstruir (o
al menos estar al tanto) de los monstruos que la razón engen- http://leomiau76.blogspot.com/
dra y de la cómo el deseo de Justicia y Bien vehiculiza a la petit http://luddismosexxxual.blogspot.com/
Mirtha L. de Torquemada que todas llevamos dentro. Contacto : winona.free@gmail.com
Whatsapp: 1562691508
Este fanzine es el resultado del primer encuentro del
Grupo de lectura El futuro llegó hace rato: Black Mirror, conspir-
anoia y tecnología, coordinado por Leonor Silvestri en
octubre-noviembre del 2016.
 El futuro llegó hace rato:
Black Mirror, conspiranoia y tecnología

Primer encuentro
Lo que me interesa más de Black Mirror un cierto enfoque post
apocalíptico paranoide y su mezcla con un futuro cercano o
un futuro presente en la interacción tecnología y afectividad o
tecnología y amor, como le queramos decir, y su vehiculización
conspiranoica. Desde que salió la primera temporada, a ese
enfoque en realidad le podríamos llamar capitalismo cognitivo
global integrado y ciertos agenciamientos del ser humano, el
dispositivo y lo que eso puede producir teniendo las subjetivi-
dades que tenemos.
El capítulo “15 Millones de Méritos” (Cap. 2, Temp. 1) que para
quienes les guste la ciencia ficción es una lectura intertextual
con “1984” de Orwell, específicamente, y un poquito de “Un
Mundo Feliz” de Huxley. Orwell lo que está pensando es en el
stalinismo cuando hace 1984, está pensando en las supuestas
sociedades socialistas que en realidad son sociedades represi-
vas. Si el modelo orwelliano trabaja mediante la sociedad dis-
ciplinar, el modelo de Huxley trabaja con el modelo molecu-
lar, el psicopoder. Huxley está más cerca de la descripción de
Deleuze y Guattari, Orwell está más cerca de la descripción
de Foucault. “15 Millones de Méritos” es la mezcla de am-
bas, esa sociedad de buchones y castas donde todo el mundo
puede ser el policía en potencia y la policía de la mente y por
el otro lado la cuestión de la proliferación de ciertos deseos y
como esos deseos son producidos mediante el agenciamiento
con máquinas. Esa sería más o menos la manera en la que po-
demos configurar el esqueleto grande de la lectura de esa pieza,
que nos sirve para trabajar con los textos que teníamos para
hoy: “Posdata a las sociedades de control” de Deleuze y “Porno-
poder” de Preciado, en “Testo Yonki”. Me gustaría que podamos
buscar ejes teóricos que nos permitan analizar la pieza audiovi-
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para pensar también nuestro propio presente y poder empujar
los límites de lo pensable. A veces creo que en una suerte de
conjurar lo que ya está acá una intenta no pensarlo y una de
las maneras es pensar que eso que vemos en la pantalla no
existe ya, que es una distopía, yo creo que no es una distopía.
Acabo de venir de París y es Black Mirror, no lo podía creer, es
una mezcla de Walking Dead con Black Mirror. Una piensa que
acá no llegó porque no hay tanta pantalla de LED.
¿Cuáles son las diferencias entre sociedad disciplinar, de con-
trol y el régimen farmacopornográfico? Según la lectura de Pre-
ciado hay tres momentos históricos, yo no creo que sea así,
yo creo que son tres maneras de operar del poder bajo el mis-
mo paradigma que es el poder productivo: sociedades disci-
plinares, sociedades de control y régimen farmacopornográfi-
co. Cada tipo de sociedad tiene una característica específica.
La sociedad disciplinar tiene el panóptico, es un tipo de
construcción arquitectónica que la inventa Samuel Bentham.
¿Cómo funciona esa arquitectura? Hay un centro desde el cual
se puede ver todo lo que pasa alrededor pero lo que está afuera
no puede ver lo que sucede dentro, las personas se sienten con-
stantemente vigiladas por lo cual reprimen sus acciones. Eso
produce materialmente una subjetividad, se pueden ver todas
las celdas pero vos no podes verde desde la celda si hay alguien
ahí o no controlándote. Esto es lo singular de los grandes es-
pacios de encierro: cárceles, hospitales, escuelas, manicomios,
fábricas.
Lo específico de las sociedades de control tiene que ver con el
control pero ¿cuál es su manera de operar? Es líquido, la liq-
uidez en términos monetarios, de flujo de capital, númer-
icos, informáticos. En la sociedad disciplinar vos pasabas de
la escuela primaria a la secundaria, de ahí a la universidad,
de ahí a la fábrica y así. Entrabas a uno salías a otro. Esto es
todo un continuo, es como una Cinta de Moebius. La metáfora
es la autopista: nunca se detiene el flujo, aunque haya
un accidente. Por eso el filósofo húngaro que trabaja en Brasil,
Peter Pal Pelbart, cuando habla de las sociedades de control de
Deleuze dice que es el panópitco a cielo abierto, que ya esta-
mos en otro nivel más sofisticado de coerción que tiene que ver
con la cámara de seguridad filmándolo todo. Y también con los
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régimen farmacopornográfico es cristalizar la diferencia sexual.
Hasta el siglo XIX no existía el paradigma de la diferencia sexu-
al, ¿qué paradigma existía? No había diferencia entre varones y
mujeres, había un solo sexo, era un modelo unisexual. Si qui-
eren leer al respecto pueden leer el texto de Thomas Laqueur
“La construcción del sexo” se consigue en internet lo más piola.
¿Qué éramos todas aquellas que no éramos varones? Hombres
mal hechos, pero no había una diferencia sexual. Si, suena
espantoso porque estamos muy acostumbradas a que haya
varones y mujeres sino también sonaría espantoso. Hay que
ver cómo les suena a las culturas originarias, que todas tienen
terceros o montón de diversidades, cómo les suena que alguien
venga y les diga “yo soy varón o soy mujer”, por ejemplo el culto
umbada o el candomblé que pueden incorporar entidades u
orixas , divinidades femeninas siendo supuestamente varones.
No tenemos idea porque no podemos hacer esa experiencia pero
probablemente suene tan para el culo como nos suena para no-
sotras decir que las mujeres somos varones mal formados que
es lo que creyó casi todo el universo social hasta el siglo XIX.
Tratados de anatomía, los griegos creían en eso también, en fin.
Entonces ¿Qué hace este modelo farmacopornográfico? cris-
taliza la diferencia sexual como dato natural. Lo que hace
es mostrar esto que es una construcción tanto a nivel palabra,
discurso como a nivel visual, audiovisual como a nivel molec-
ular; lo cristaliza y lo vuelve natural, lo vuelve un dato como la
clorofila, como las moléculas de oxígeno, lo vuelve algo que es
así. Es un axioma de la realidad empírica más dura, como la
molécula del agua es H2O en esta atmosfera, lo es en la luna.
Bueno, la diferencia sexual no, lo siento, no es un número, no
tiene ese nivel.
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Biblografía para este encuentro:
Posdata a las sociedades de control - Gilles Deleuze
Testo yonki - Beatriz Preciado (capítulo 8: Farmacopoder)
estrógenos y de la testosterona. Por otro lado, cuando deci-
mos que el género es una construcción no queremos decir
que solo puede ser deconstruido solo a nivel enunciación
porque si no el régimen seria solo pornográfico y es farmacopor-
nográfico, es decir, hay una materialidad del cuerpo no es solo
una manera de leer el campo social sino es tan simple como
“leámosla de otra manera”. No tiene el más mínimo sentido el
pacto desde la enunciación sino es tan simple como “inundo el
campo social con semiosis de la deconstrucción y abolí el géne-
ro” Bueno, no, desgraciadamente hay disciplinas mecánicas
corporales que producen el cuerpo en la materialidad misma
del cuerpo y que no pueden ser anuladas simplemente diciendo
“bueno, no se usa más la palabra masculino y femenino”. Cuan-
do decimos que el género es una construcción, no quiere decir
que no exista. Esto que se nos dice como cuerpo natural dato
transparente ha sido tecnológicamente creado y viene siendo
creado, como los gatos, desde hace mucho tiempo. ¿Cómo hici-
mos para llegar de un gato onza a un gato doméstico? No tengo
idea pero algo se hizo porque un gato onza pesa treinta kilos y
uno doméstico pesa tres. No llevó un día o dos, ahora podemos
estar más refinados, supongo que la gente que hace gato onza
bonsái y te lo vende como siamés hoy puede usar moléculas
pero vienen haciéndose gatos siameses desde los egipcios. En-
tonces hay que ver como llegas de un felino pequeño, en estado
salvaje, al gato doméstico, no es un producto de la naturaleza.
A eso me refiero, bueno, ya estamos acá los seres bonsái, abo-
liendo el género por un acto de enunciación nos vamos a meter
en el lugar de “si una mujer me pega, yo le pego” que te lo dicen
todo el tiempo, “si somos todos iguales”, cada tanto pasa eso.
No me parece que de lo mismo, por decirlo de algún modo.
Lo que hace el régimen farmacopornográfico, ahora que lo
hemos desglosado un poco más, es hacer parte del cuerpo al
panóptico, materialmente, a tal punto que no se lo pueda sacar.
Vos no te podes sacar tus caracteres secundarios volitivamente,
hay que hacer mucho esfuerzo para sacarlos y no digo que esté
bien ni que esté mal, digo que no es tan simple como “mañana
no quiero tener más caracteres secundarios”. Si no quiero tener
más caracteres secundarios voy a tener que hacer un montón
de procesos químicos y mecánicos para perderlos, no es tan
simple como “me enuncio desde la neutralidad”. Lo que hace el
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tipos de subjetividad que producen ciertos consumos, si se qui-
ere, problemáticos con los flujos de capital. Aparece con mucha
fuerza es el salario como maquinaria de control en
estas sociedades y no como se pensaba a principios del siglo
XX o a finales del XIX por el contractualismo y todas las retor-
icas emancipatorias contractualistas del salario como método
de emancipación, que incluso es una de las cosas con las que
les taladraron la cabeza a las mujeres a principios del XX o
mediados del siglo XX como si tener una relación económica
asalariada fuera un espacio de libertad, lo cual es una verdad
a medias cuando no una cuestión muy criticable; lo que ha-
cen las sociedades de control es apropiárselo como captura y
volverte aún más esclava de ese salario, controlando a partir
de los flujos de capitales con la tarjeta de crédito, el préstamo
inmobiliario, el hipotecario, seguros de vida, etc.
Para que veamos los efectos tangibles de una sociedad de con-
trol: Menem gana la segunda elección producto de la sociedad
de control porque todo el mundo tenía hipotecada la casa, se
había comprado el departamento con el crédito inmobiliario,
tarjeteado en cuotas hasta los muebles del mobiliario del baño
y la compra del supermercado entonces se suponía que si se
cambiaba de modelo, nos íbamos todas al infierno económica-
mente hablando y por ende la gente votó esa pantomima nueva-
mente. Hay una cierta conexión a nivel si se quiere subjetivo o
cognitivo entre la sociedad disciplinar y la sociedad de control.
Se suele contar teleológicamente esta historia del control de
la sociedad disciplinar, la de control y el régimen farmacopor-
nografico, como se nos cuenta todo, empieza y termina. “Ya no
estamos más en la sociedad disciplinar, estamos en la de con-
trol” y no funciona así. Primeramente porque seguimos dentro
del paradigma del poder productivo y todas estas sociedades
funcionan bajo ese paradigma. Hay una diferencia si se qui-
ere sustancial entre como operaba el poder en periodo imperial
romano y el feudalismo de la Alta Edad Media, realmente no
tiene nada que ver. Primero que no pasó esa cantidad de tiem-
po como para decir que funciona tan radicalmente distinto, y
segundo tiene que ver con que el poder está funcionando con el
mismo sistema de poder productivo pero únicamente va sofis-
ticando sus tecnologías de coerción. ¿Para qué? Para que sea
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cada vez más coercitivo, más eficiente pero menos visible-
mente coercitivo. Esa es la estrategia, al punto tal de llegar al
régimen farmacopornográfico.
Antes de entrar en este desarrollo de Preciado pensemos ¿qué
es el poder? ¿Cómo funciona? Según Foucault, lo primero que
no hay que confundir es el despliegue de la fuerza del
poder y el poder en sí. Es decir, cuando viene la policía ese
es el despliegue de la fuerza, el poder está en otro lado. El pod-
er es creador de subjetividad, no le da forma a algo que no
tiene forma, produce algo que no hay. Nosotras somos el efecto
del poder, su trampa es hacernos creer que hay una masa de
subjetividad previa que es susceptible de ser moldeada para
un lado o para el otro. Por supuesto reprime también, no está
completamente anulada esa función, porque si no no habría
policía. El tema es que si solo la policía nos tuviera que con-
trolar no alcanzaría, a pesar de que tenemos mucha. Tiene que
haber otra manera, somos demasiadas. En la Edad Media, el
poder soberano operaba de esa manera, para sofocar una re-
vuelta campesina medieval necesitabas por lo menos el mismo
número de fuerzas armadas mercenarias que tenías de camp-
esinos, lo cual era desde todo punto de vista poco económico.
Poco económico no me refiero a que te va mal en plata, en
lingüística es algo poco efectivo. Puede ocurrir que alguno se
lleve la plata y no quiera pelear, lo convenzan los campesinos
de que su revuelta es justa y cambien de bando, que los maten
uno por uno, que pidan mucho más dinero porque es muy ries-
goso, que tengas que empezar a hacer ofertas de otra índole,
todo esto pasó en la Edad Media. Así se colonizó y se conquistó
el sur de España, diciéndoles a los mercenarios que iban a en-
frentarse a las poblaciones árabes “no solamente te pago sino
que si te quedas ahí y bancas los trapos quedas como noble de
la tierra, te hago heredero señor de la tierra”, entonces la gente
se quedó enfrentando, sino no se quedaban, “dame la plata,
yo ya te eche a los moros y que la próxima se haga cargo otro”
porque imagínate que viene gente con elefantes y con todo el
despliegue que podían tener los árabes, no era moco de pavo
. Básicamente los castellanos no lo querían hacer porque no
hay plata que pague eso. Así fue que ofrecieron títulos nobiliar-
ios que era lo mejor que podían ofrecer. Así nació parte de la
burguesía en España con la conquista de los territorios árabes
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izadas. Explicame más esa línea”
M- “Decimos que tal tiene características estrogenicas o tal
tiene más o menos testosteronicos. O me gustan más chicos o
chicas con características estrogenicas o testosteronicas para
marcar de alguna forma las características que dan las hor-
monas”
Leonor- “Si, ¿cuál es la trampa de eso? Te metés en una trampa
ahí”
G- “Pensar que es solo esto es por estrógeno o por testosterona.
Capaz es como un entramado de algo que es androgénico y algo
que es estrogénico”
M- “Claro es seguir asociando a características secundarias”
G- “Para mí es enlazar, es lo mismo en ese contexto decir mas-
culino o femenino porque lo testosteronico termina construy-
endo lo masculino”
Leonor- No solamente eso sino que es negar. Cuando decimos
que el género es una ficción no es que no existe. Entonces vos
decile el nombre que quieras, a vos los hombres no te gustan ni
te gusta nadie con caracteres secundarios masculinos. Hay lec-
turas más aberrantes. A veces las mejores interpretaciones fem-
inistas vienen del enemigo, o sea causan muertes pero vienen
del enemigo. Hay un periodista en Salta, lo subió una amiga
porque estamos maravilladas que alguien en Salta nos lea así,
debería todo el mundo leernos así, diciendo que el movimiento
de mujeres-mujeres no es el movimiento de las lesbianas. Esa
persona nos tomó en serio, esa persona leyó a Wittig. Las lesbi-
anas rompen todo, son agresivas y que hay como una especie
de lesbiana interna a la cual ellas están convocando para que
salga a destruir todo. “Con el aerosol en la mano” dijo. El facho
nos empodera, efectivamente eso es lo que dice Monique Wittig,
que es una clase política la lesbiana, ni siquiera es una manera
de coger, es la que quiere romper el Cabildo, no la que quiere
ir con el cartelito y “exijo mi respeto”, es la que quiere matar a
un rati. Yo creo que la trampa de eso es lo que pasa con la di-
versidad funcional. A mí decime disca, no me digas diversa fun-
cionalmente, todas somos diversas funcionalmente. Es como
dicen Jimmy en South Park, que le dice al Profesor PC: “A mí
decime tullido”, yo prefiero que me diga minusválido, no diver-
so funcionalmente. Lo único que estás haciendo es no decir las
palabras políticamente incorrectas acerca de los efectos de los
los caracteres secundarios van a ser leídos como masculi-
nos-femeninos? Las hormonas son anabolizantes. Le deci-
mos hormonas masculinas-femeninas a sustancias que hacen
crecer o decrecer los tamaños de los huesos, los músculos, los
órganos, no tiene nada que ver con la masculinidad-feminei-
dad. Las hormonas están ahí, lo que hacen es evitar o posponer
la osteopenia en los cuerpos, producir más o menos, hacer que
el corazón pueda adquirir, si lo ejercitas un tamaño y no otro,
eso es lo que hacen, son anabolizantes. Hay un montón de hor-
monas solo que a estas les pusimos sexo, como hicimos con la
silla que es mujer. Si vas a la parte dura las ciencias las hor-
monas no son ni hombre ni mujer, es solo un anabolizante que
en mayor o menor cantidad produce efectos sobre los cuerpos.
Fin. Ahora, para que la silla pueda ser mujer como el estróge-
no, para que eso ocurra y para que los caracteres secundarios
sean leídos como femenino o masculinos yo tengo que produ-
cir una semiosis audiovisual, de escritura, tengo que tener
una tecnología, una matriz de inteligibilidad, un paradig-
ma donde esas cosas sean decodificadas de determinada
manera, sino la gente no lee “barba=varón”. Los cromañones
estoy segura que no leían “barba=varón” porque la gente parece
ser que era bastante velluda. Esto quiere decir que esta con-
strucción que leemos como natural es técnica, pero además
de la construcción técnica que en el caso de Preciado y de este
texto, es molecular…además de eso hay una matriz de inteli-
gibilidad, con la semiosis, con las retoricas audiovisuales y de
escritura…Semiótica es todo lo expresado a través de un signo,
todo lo que vehiculiza un mensaje, entonces vamos a tener
semiosis de género en las novelas, en las revistas, la televisión,
en Facebook, en la publicidad, un fanzine, los discursos del
feminismo, en los discursos de los movimientos de mujeres;
no es que es de afuera, es propio, todo es semiótica. Y toda
esa semiótica está orientada a producir un mundo donde “es-
trógeno=mujer” “hirsutismo=varón”.
M- “Por eso con Caro siempre que hablamos de características
hablamos de testosterónico o estrogénico. Hablar de hombre o
mujer es ser partícipe de la misma cultura de asignarle género
a las hormonas”
Leonor-“Si, las hormonas en principio no tienen género en el
sentido de no salió de un árbol ese género pero si están gener-
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antes de los romanos. Así operaba, era palo por palo, uno por
uno. De hecho piensen en cómo eran las guerras en la Edad
Media, “vamos a un campo de batalla, de un lado tu ejercito del
otro lado el mío y cargamos”. Cada vez que aparecía un pueblo
que sabía hacer guerra de guerrilla y se trepaba a los arboles
no había manera. Cada tanto aparecía uno de estos: los vascos
que matan a Roldán, el mariscal de campo de Carlomagno. Al
monte, a los bosques, “venime a buscar, a piedrazos te bajo”.
Es poco eficiente desde todo punto de vista, sale mucha pla-
ta, pueden pasarte miles de cosas, no va a salir y necesitas
mucha gente que en una de esas se da vuelta. Entonces hay
que sofisticar, hay que convertirlo en otra cosa para que con
poca policía puedas controlar. Por ejemplo, en el Encuentro
Nacional de Mujeres del año pasado ¿cuánta policía hubo en-
frente de la Catedral? Creo que había sesenta, ponele. ¿Cuánta
policía hubo en la última marcha de Ni Una Menos? No había,
no hacía falta, aunque en principio había mucha policía de civil
pero además había mucho civil de policía, que no es lo mismo.
Hasta el control lo hacen los fotógrafos con su idea de propagar
buenas imágenes y de construir un relato, eso es el control.
Ojalá el patrullero fuera el que te saca fotos sospechosamente,
eso pasaba en los 70. Ojalá la gente supiera que es una pub-
licidad, no existe más Astiz, un señor al que yo le digo “te voy
a enseñar marxismo, te voy a infiltrar en las filas de un parti-
do, vos me vas a botonear a toda la gente y la vamos a hacer
desaparecer”. Es ser un ciudadano, estamos mucho peor, por
eso no hace falta policía donde hay tanta cantidad de
mujeres vehiculizadas con un discurso pacífico. La gente
misma no hubiera permitido la más mínima expresión de agre-
sividad. Esto lo que demuestra es que nos movimos del poder
soberano al poder disciplinar y al de control, que sigue siendo
la tesis del poder productivo. Es decir, el poder productivo pro-
duce efectos. El poder no es algo que te oprime desde
afuera y si vos lo levantas te liberas, sino que va
a ser mucho más difícil de desandar esa subjetividad donde
no rompimos todo Buenos Aires. Hay que tener legitimación
social para romper, saben cuándo va a romperse algo y cuando
no, saben cuándo va a haber determinados movimientos más
agresivo y una necesidad de control más mecánico. No hace
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falta porque hay un control cognitivo molecular y en especial
ese control es aquel que es vehiculizado por las peticiones más
nobles y trágicas, o sea se ha invertido el cálculo. Estas tra-
gedias o estas catástrofes ahora vehiculizan estados pasivos.
Además de que somos sociedades civiles pacificadas, la manera
de operar de la democracia actual, es esta: sociedades civiles
pacificadas entonces no es necesario el poder coercitivo o
el despliegue de la fuerza que hablábamos antes.
Si el contractualismo nos dijera: nace un individuo, que como
diría Locke nació libre e igual por naturaleza, entonces viene
el poder que es muy malo malo malo…los contractualistas del
bien como Marx creen que es malo, los contractualistas del
bien como Hobbs creen que el poder es bueno. Viene el poder,
¡Ah! Está oprimiendo al pobre individuo nacido libre e igual
por naturaleza entonces ¿qué tenemos que hacer? Levantar el
poder y ¿qué tenemos? Al individuo libre e igual por naturaleza.
Bueno, eso es una mentira lisa y llanamente, no tiene sentido,
las cosas nunca funcionaron así, no funcionaron así en la épo-
ca de Locke, hoy menos. ¿Cómo funciona? En el poder disci-
plinar un dispositivo externo al cuerpo produce al cuerpo en la
materialidad del cuerpo porque las disciplinas son materiales,
son mecánicas, y en lo intrapsíquico cognitivo. En las formas
del control se produce un continuo pero sigue siendo externo el
dispositivo, solo que es continuo como la autopista o como las
viejas impresoras de chorro de tinta. En el régimen farmacopor-
nográfico, ¿cómo opera, de acuerdo a Preciado? No se trata de
que impone, ojalá impusiera porque vos te podrías desimponer
o imponer más. Por ejemplo, yo grito alto, vos gritas más alto,
a ver quién grita más alto, en algún momento el que tiene más
capacidad pulmonar gana. Es más coercitivo y más sofisticado,
vos lo tragás, lo asimilas, lo digerís, lo haces cuerpo, lo incor-
poras en el sentido etimológico del término. Sigue operando el
poder productivo, es decir un poder sin el cual no existiríamos.
No podemos sacarnos el dispositivo “Ah, soy libre me saqué
el dispositivo”. Te sacás el dispositivo y es como quedarte sin
el respirador artificial, te vas a morir. Por lo menos alguno de
los dispositivos, no es tan simple como “me desconecto de la
máquina, apago el interruptor” En muchos casos si hacemos
eso morimos, no hay adonde volver, no hay un mundo anterior
originario. Eso que se lo piense un guaraní tupí que todavía lo
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la arena, te picaban el culo. No hace falta mentir, por decirlo de
algún modo.
Entonces, ya ven que se puede ir poquito más allá con esta idea
de la conspiranoia. ¿Por qué pornográfico? ¿Cuál es la lectura,
básica, de la pornografía? Literalmente hablando, es la escritu-
ra de la porne, que es la trabajadora sexual esclava en el mun-
do griego, básicamente es eso la pornografía. Es una semiosis,
puede ser semiosis audiovisual, escrituraria, sobre la sexuali-
dad. Para que haya pornografía, en el análisis clásico, no quiere
decir que yo esté de acuerdo con esto, lo primero que tiene que
haber es un cuerpo cosificado, un cuerpo que usamos para
la contemplación de otra/otras personas. No tenemos por qué
estar de acuerdo con esta definición clásica, en realidad es lo
mismo que ocurre con los estrógenos y para evitar el suicidio:
no es que esta definición clásica este errada sino que también
porta su resistencia. Si yo sé que una foto mía desnuda con mi
novia o mi amiga la puedo vender en internet a tanta plata, me
pongo a producir mi propio porno, dejo de trabajar, me armo
mi empresita de porno y todos los boludos me compran el vid-
eo pelotudo que filme. Hay un montón de pibas haciendo eso,
las webcamers todas. No es que no sea cierto el discurso de la
objetivación del cuerpo sino es que tiene una arista donde la
usuaria puede dejar de ser consumida pasivamente y volverse
agente de su propia economía. Esa sería la definición clásica
de lo que entendemos por porno. Lo que está diciendo Preciado
con régimen farmacopornográfico, en principio tiene que ver
con que hay una pata de producción del deseo, de la subjetiv-
idad, de la corporalidad, de las conductas, del diseño de las
emociones…hoy ya hay gente como Han que habla de diseño
emocional, se diseñan emocionalmente las conductas a punta
de molécula. Bueno, tiene otra pata que es la pata semiótica,
hay una matriz de inteligibilidad semiótica que hace que “vello
facial” sea varón. Eso es una ficción somatopolítica. Hay una
película que vi el otro día muy divertida, una pelotudez pocho-
clera, “Balada triste de trompeta” que en un momento tienen
que reclutar gente para pelear contra los franquistas en un cir-
co, un freak show, entonces agarran a la mujer barbuda para
el ejército y dicen “pero es mujer”, pero tiene barba” dice uno.
Carácter secundario que leo como varón, varón. ¿Eso cómo se
produce?¿cómo construyo esa matriz de inteligibilidad donde
hace peor, para minorrea o disminorrea…en fin, hay casi diez
síntomas donde te van a dar una pasti de estrógenos cuando
no un implante subcutáneo, no necesitas controlar esa mar-
cha, la gente ya viene controlada. Pensá que lo que la justicia
llama castración química es básicamente el coctel de estrógeno
y progesterona en los agresores sexuales. Acá en Argentina no
hay pero en otros países del mundo si sos un agresor sexual
hay un atenuante de la pena si vos te sometes voluntariamente
a la castración química. Yo pensaba pelotudamente que la cas-
tración química era que te echaban un ácido en el pito, que te
daban electrochoques, te cortaban los huevos, pensaba en una
cosa más mecánica. Realmente lo pensaba porque una va con
HPV y te echan acido en el cuello de útero diciéndote “no si-
ente, no siente”, ¡que no va a sentir! No tiene las terminaciones
nerviosas del clítoris, por suerte, porque si no ves las estrellas.
Yo pensé que era eso pero no, te dan un implante subcutáneo
de progesterona y estrógenos, es decir, todas nosotras somos
potenciales agresoras sexuales castradas, básicamente. Eso es
la castración química, te baja la libido y te pone más depre…
pero habla a las claras de lo que es este carácter farmacológico
del tercer régimen.
Entonces, la primera parte es molecular, la molécula que se
hace cuerpo, que entra por vía oral, endovenosa o respiratoria,
se jala, se traga, se inyecta. Estamos hablando del estrógeno,
podríamos hablar de otras sustancias, incluso yo diría que, a
las pruebas me remito, la alianza Monsanto-Bayer creo que hay
ciertas sustancias, que ya no estamos ni siquiera en el tercer
régimen sino que hemos dado un paso más allá donde no hace
falta ni siquiera consumir ninguno de estos productos farma-
cológicos, basta con estar puesta en el patio de la casa de una o
en la plaza al sol y esperar que caiga el rocío para rociarse con,
por ejemplo, glifosato de sodio. O la harina enriquecida que se
están comiendo en la galletita, que está enriquecida por ley.
O por ejemplo, los aviones a chorro. En Barcelona te lo dice el
ayuntamiento, no hace falta la conspiranoia, la gente aplaude
“no me pican los mosquitos, no tengo que untarme con este
veneno” En otras partes del mundo está clarísimo, está blan-
queado, acá no. Ahí no opera la conspiranioa, a nadie le moles-
ta, dicen “que conveniente, no hay bichitos en la playa”. No hay
cosas que antes había, cuando yo era chica había hormigas en
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tiene ahí al lado, nosotras game over, ya está. No sabemos ni
quiénes somos, es mucho más triste. Este tipo de régimen far-
macopornográfico tiene muchísimos tentáculos pero tiene dos
tenazas, por decirle de algún modo: su lado farmacológico y
su lado pornográfico. El lado farmacológico tiene que ver con
la ingesta, asimilación de ciertas sustancias producto del pod-
er. Sustancias moleculares, ya sea por vía píldora, ya sea por
vía endovenosa. La metáfora, así como del disciplinar era el
panóptico, del farmacopornográfico es el estrógeno, la pas-
tilla anticonceptiva. La pastilla anticonceptiva que hoy se ag-
giorno y puede ser un implante subcutáneo. Lo cierto es que,
en la hipótesis de Preciado de este régimen, la industria farma-
cológica podría haber producido los mismos efectos antiovula-
torios con otras sustancias pero eligió estas sustancias. Si una
no quisiera ovular podríamos estar tomando andrógenos. ¿Qué
pasa si yo tomo andrógenos? Además de los caracteres secund-
arios leídos como masculinos te pones agresiva, te vas a coger
por ahí por todo el mundo, ¡músculos, mami! Fuerza física, sale
de ahí de la testosterona, cualquier fisicoculturista lo sabe, se
inyectan testosterona sino no la desarrollas. Te aseguro que es-
tás cuarenta años haciendo crossfit y no desarrollas esos mus-
culos, esa masa es chute de testosterona. Eso es lo que hace
la testosterona, y también te impide ovular. Si vos te empezás
a inyectar testosterona no ovulás, es decir quedas estéril, que
es lo mismo que produce el estrógeno. O sea se podía llegar al
mismo resultado pero generando un síndrome premenstrual
permanente, básicamente una persona irascible, agresiva con
ganas de contestarle a todo el mundo, cargadas de músculos,
sobre existada e hiperventilada permanentemente: genial la
testosterona. ¿Qué nos tocó en el reparto? Estrógenos y proges-
terona ¿Qué produce? Caracteres secundarios leídos como
femeninos. Por ejemplo, la piel y el pelo divinos y solo en los
lugares correctos, una disminución de la libido, no te vas a ir
a coger por ahí porque vas a tener ganas de dormir, un estado
depresivo controlado, no la de la loca que ya no le sirve al siste-
ma porque no te bañas, haces bardo, te pones acumuladora,
no te lavas los dientes, sos una hinchapelotas, te invitan a un
cumpleaños y te pones a llorar, sos sucia, olorosa; esa no va,
no tira nada, la que tira es un poquito triste, no como para
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que digas “estoy triste, mato al de al lado” sino para que si-
gas produciendo; estado de dardo tranquilizante entristecedor
pero estable; la pérdida total de la irascibilidad del trastorno
premenstrual que es el mejor momento de la vida de las mu-
jeres, no tiene ningún beneficio ovular, lo único que tiene es
que estás irascible. La píldora anticonceptiva es el
panóptico molecular porque te controla, permite producir
un cuerpo dócil, lo produce molecularmente. ¿Para qué nos
dan la píldora? Aparte del control de la natalidad para: ovarios
poliquísticos, endometriosis mal diagnosticada, para el acné,
para el dolor de ovarios, para la alopecia…osea entramos en
todas, y si estás muy irascible por el trastorno premenstrual…
el trastorno premenstrual es maravilloso, es como un devenir
animal, no es que te pone irascible es que te das cuenta que
el mundo es una mierda y no tenes ganas de callártelo, que es
básicamente lo que hace cualquier animalito, lo que te saca
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es un poco del mundo de la civilización. Es como dice Violen-
cia Rivas “no le echemos la culpa a la regla de que vos sos un
pelotudo”, lo que pasa que el trastorno premenstrual te pone
border, te lleva ahí donde decís “vos sos un pelotudo y no tengo
ganas de callármelo y te lo digo, si puedo te lo zampo en forma
de cachetazo” y de paso tengo la coartada: le echo la culpa a
la menstruación. El régimen farmacológico lo que hace es pro-
ducir un cuerpo dócil, una tecnología para producir cuerpos
feminizados dóciles, los produce y además los hace ver como
naturales, por eso es el panóptico molecular. En vez de con-
trolar que las mujeres se vuelvan locas, ¿para qué necesitas
policía en una marcha donde todas las manifestantes van a ser
mujeres y están todas hormonadas de esta manera? No hace
falta. A la marcha vamos desempoderadas porque imagínate
que te van a dar estrógenos, por la caída del pelo, el acné, el
tratamiento para la endometriosis que en realidad no sirve y te