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El Rapto en 2 Tesalonicenses 2:3

Por Dr. Thomas Ice

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía,
y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
— 2 Tesalonicenses 2:3 —

Creo que existe una fuerte posibilidad de que 2 Tesalonicenses 2:3 esté
hablando del Rapto. ¿Qué quiero decir? Algunos pretribulacionistas, como yo,
pensamos que el sustantivo griego apostasia, usualmente traducido
“apostasía”, es una referencia al Rapto y debería ser traducido “partida”. Por lo
tanto, este pasaje estaría diciendo que el día del Señor no vendrá hasta que el
Rapto venga antes que él. Si apostasia es una referencia a una partida física,
entonces 2 Tesalonicenses 2:3 es una fuerte evidencia a favor del
pretribulacionismo.

El Significado de Apostasia

El sustantivo griego apostasia se utiliza solamente dos veces en el Nuevo


Testamento. Además de 2 Tesalonicenses 2:3, se presenta en Hechos 21:21
donde, hablando de Pablo, se dice, “que enseñas a todos los judíos que están
entre los gentiles a apostatar (apostasia) de Moisés”. La palabra es un
compuesto griego de apo, “fuera de”, e istemi, “estar de pie”. Por lo tanto,
tiene el significado básico de “alejarse de” o “partida”. El Léxico Griego de
Liddell y Scott define apostasia en primer lugar como “deserción, rebelión”; y
luego, en segundo lugar como “partida, desaparición”[1]. Gordon Lewis explica
cómo el verbo del que se deriva el sustantivo apostasia apoya el significado
básico de partida en lo siguiente:
El verbo puede significar remover espacialmente. Hay pocas razones entonces
para negar que el sustantivo pueda significar tal remoción espacial o partida.
Puesto que el sustantivo se usa sólo una vez más en el Nuevo Testamento de
apostatar de Moisés (Hechos 21:21), difícilmente podemos concluir que su
significado bíblico está necesariamente determinado. El verbo se usa quince
veces en el Nuevo Testamento. De éstas quince, sólo tres tienen que ver con
un alejamiento de la fe (Lucas 8:13; 1 Timoteo 4:1; Hebreos 3:12). La palabra
se usa para apartarse de iniquidad (2 Timoteo 2:19), de hombres impíos (1
Timoteo 6:15), del templo (Lucas 2:27), del cuerpo (2 Corintios 12:8), y de
personas (Hechos 12:10, Lucas 4:13)[2].

“Es con plena certeza de un adecuado estudio exegético y con plena confianza
en los idiomas originales”, concluye Daniel Davey, “que el significado de la
palabra apostasia es definido como partida”[3]. Paul Lee Tan añade lo
siguiente:

¿Qué precisamente quiere Pablo decir cuando dice que “la apostasía” (2:3)
debe venir antes de la tribulación? El artículo definido “la” denota que éste será
un evento definido, un evento diferente de la aparición del Hombre de Pecado.
La palabra griega para “apostasía”, tomada por sí misma, no significa
apostasía religiosa o deserción. Tampoco la palabra significa “caer”, ya que los
griegos tienen otra palabra para eso [pipto, yo caigo]. La mejor traducción de
la palabra es “partir”. El apóstol Pablo se refiere aquí a un evento definido al
que llama “la partida”, y que tendrá lugar justo antes del inicio de la
tribulación. Éste es el Rapto de la Iglesia[4].

Así que la palabra tiene el significado básico de partida, y depende del


contexto determinar si se utiliza en el sentido de partida física o una partida
abstracta, como un abandono de la fe.

La Historia de la Traducción

Todas las siete primeras traducciones inglesas de apostasia tradujeron el


sustantivo como “partida”. Son las siguientes: Wycliffe Bible (1384); Tyndale
Bible (1526); Coverdale Bible (1535); Cranmer Bible (1539); Breeches Bible
(1576); Beza Bible (1583); Geneva Bible (1608). [5] Esto apoya la noción de
que la palabra realmente significa “partida”. De hecho, la traducción latina de
Jerónimo, conocida como la Vulgata, de alrededor del año 400 EC, traduce
apostasia con la “palabra discessio, que significa ‘partida’”. [6] ¿Por qué fue la
Versión King James la primera en apartarse de la traducción establecida de
“partida”?
Theodore Beza, el reformador suizo fue el primero en transliterar apostasia y
crear una nueva palabra, en lugar de traducirla como otros habían hecho. Los
traductores de la Versión King James fueron los primeros en introducir la
nueva traducción de apostasia, como “apostasía”. La mayoría de los
traductores ingleses han seguido a la KJV y a Beza en apartarse de traducir
apostasia como “partida”. Una buena razón jamás fue dada.

El Uso del Artículo

Es importante señalar que Pablo usa un artículo definido con el sustantivo


apostasía. ¿Qué significa esto? Dave observa lo siguiente:

Puesto que el idioma griego no necesita un artículo para hacer definido al


sustantivo, queda en claro que con el uso del artículo se está haciendo
referencia a algo en particular. En 2 Tesalonicenses 2:3 la palabra apostasía
está precedida por el artículo definido, lo que significa que Pablo es apuntando
a un tipo particular de partida, claramente conocido a la iglesia de
Tesalónica[7].

El Dr. Lewis ofrece una respuesta probable cuando señala que el artículo
definido sirve para diferenciar una palabra y para llamar la atención hacia ella.
En este caso, él cree que su propósito es “denotar una referencia previa”. “La
partida a la que Pablo se refirió previamente fue ‘nuestra reunión con él’ (v. 1)
y nuestro ‘arrebatamiento’ con el Señor y los arrebatados muertos en las
nubes (1 Tes. 4:17)”, señala el Dr. Lewis[8]. La “partida” era algo de lo que
Pablo y sus lectores claramente tenían un entendimiento mutuo. Pablo dice en
el verso 5, “¿No os acordais que cuando yo estaba todavía con vosotros, os
decía esto?”.

El uso del artículo definido también apoyaría la noción de que Pablo habló de
un evento claro y discernible. Sin embargo, el Nuevo Testamento enseña que
la apostasía ya había llegado en el Siglo I (Hechos 20:27-32; 1 Tim. 4:1-5: 2
Tim. 3:1-9; 2 Pedro 2:1-3; Judas 3-4; 17-21) y, por tanto, dicho proceso no
denotaría un evento claro, según lo exigido por el lenguaje de este pasaje. La
comprensión de partida como el rapto satisfaría el matiz de este texto. E.
Schuyler English explica lo siguiente: Una vez más, ¿cómo estarían los
tesalonicenses, o los cristianos de cualquier siglo desde entonces, calificados
para reconocer la apostasía cuando debería venir, asumiendo, simplemente por
el bien de esta investigación, que la Iglesia podría estar en la tierra cuando
ésta llegue? Ha habido apostasía de Dios, rebelión contra Él, desde que el
tiempo comenzó [9].

A lo que fuera que Pablo se estuviera refiriendo en su referencia a “la partida”,


era algo que los creyentes tesalonicenses y él habían discutido a profundidad
anteriormente. Cuando examinamos la primera carta de Pablo a los
tesalonicenses, él nunca menciona la doctrina de la apostasía, sin embargo,
prácticamente cada capítulo en esa epístola habla del Rapto (1:9-10;
probablemente 3:13; 4:13-17; 5:1-1). En estos pasajes, Pablo ha usado una
variedad de términos griegos para describir el Rapto. No debería sorprender
que él usa otro término para hacer referencia al Rapto en 2 Tesalonicenses
2:3. El Dr. House nos dice:

Recuerde que los tesalonicenses habían sido extraviados por la falsa


enseñanza (2:2-3) que el Día del Señor ya había llegado. Esto era confuso,
porque Pablo ofreció una gran esperanza, en la primera carta, de una partida
para estar con Cristo y un rescate de la ira de Dios. Ahora una carta que
pretende ser de Pablo parece decir que primero tendrían que pasar el Día del
Señor. Pablo entonces aclaró su enseñanza previa, haciendo hincapié en que
no tenían ninguna necesidad de preocuparse. Ellos nuevamente podrían ser
consolados porque la partida que él había discutido en su primera carta, y en
su enseñanza mientras estaba con ellos, seguía siendo la verdad. La partida de
los cristianos para estar con Cristo, y la posterior revelación del inicuo,
argumenta Pablo, son prueba de que el Día del Señor no había empezado
como habían pensado. Esta comprensión de apostasia tiene mucho más
sentido que la opinión de que van a ser consolados (v. 2) porque una
deserción de la fe debe preceder al Día del Señor. Todo el segundo capítulo
(así como 1 Tesalonicenses 4:18, 5:11) sirve para consolar (véase los
versículos 2, 3, 17), suministrado por una reconfirmación de la venida de
Cristo, como se enseña en su primera carta [10].

La Partida y El Que Restringe

Puesto que los pretribulacionistas creen que el Retenedor mencionado en los


versos 6 y 7 es el Espíritu Santo, y enseña un Rapto pre-tribulación, entonces
no debería ser sorprendente ver que hay una progresión similar de
pensamiento en la progresión del verso 3. Allan MacRae, Presidente del Faith
Theological Seminary en una carta a Schuyler English ha dicho lo siguiente con
respecto a este asunto:

Me pregunto si has notado el llamativo paralelo entre este versículo y los


versículos 7 y 8, un poco más abajo. Según tu sugerencia, el versículo 3
menciona la partida de la Iglesia ocurriendo primero, y luego habla de la
revelación del hombre de pecado. En los versículos 7 y 8 nos encontramos con
una secuencia idéntica. El versículo 7 habla de la remoción de la Iglesia; el
versículo 8 dice: “Y entonces se manifestará aquel inicuo”. Así pues, un
examen cercano del pasaje muestra una unidad y coherencia interna, si
tomamos la palabra apostasia en su sentido general de “partida”, mientras que
un examen superficial fácilmente daría lugar a una interpretación errónea
como “caída”, debido a la proximidad de la mención del hombre de pecado
[11].

Kenneth Wuest, un erudito del griego del Moody Bible Institute añade el
siguiente apoyo contextual para tomar apostasia como una partida física:

Pero entonces hee apostasia de la que Pablo está hablando, precede a la


revelación del Anticristo en su verdadera identidad y es hoo katechon lo que
frena su revelación (2:6). La hee apostasia, por lo tanto, no puede ser una
apostasía general en la Cristiandad que precede a la venida del Anticristo, ni
puede ser la apostasía particular que es el resultado de sus actividades al
hacerse a sí mismo el solo objeto de culto. Además, lo que frena su revelación
(v. 3) está vitalmente conectado con hoo katechon (v. 7), El que retiene el
mismo evento. Este último es, en mi opinión, el Espíritu Santo y Sus
actividades en la Iglesia. Todo lo cual significa que llego a la ineludible
conclusión de que la hee apostasia (v. 3) se refiere al Rapto de la Iglesia, el
cual precede al Día del Señor, y que retiene la revelación del hombre de
pecado quien marca el comienzo del aspecto mundial de ese periodo[12].

Conclusión

El hecho de que apostasia muy probablemente tenga el significado de partida


física es un claro apoyo para el pretribulacionismo. Si esto es cierto (el Dr. Tim
LaHaye y yo creemos que lo es), entonces esto significa que una secuencia
profética clara es presentada por Pablo temprano en su ministerio apostólico.
Pablo enseña en 2 Tesalonicenses 2 que el Rapto ocurrirá primero, antes de
que el Día del Señor comience. No es hasta después del comienzo del Día del
Señor que el Anticristo es desatado, dando como resultado los eventos
descritos por él en el capítulo 2 de 2 Tesalonicenses. Ésta es la única
interpretación que provee esperanza para un pueblo desconsolado. ¡Maranata!
¿Ha Traicionado el Presidente Obama a Israel con el Acuerdo con
Irán?
Por Dr. David R. Reagan

El Presidente Obama ha hecho un trato con el diablo. Y, en el proceso, ha


traicionado a nuestro aliado más grande, Israel. Los líderes iraníes deben estar
muriéndose de la risa.

George Santayana (1863-1953), un filósofo estadounidense nacido en España,


una vez observó:“Aquellos que no pueden recordar el pasado, están
condenados a repetirlo”. Eso es precisamente lo que estamos presenciando
hoy, mientras el Presidente Obama intenta convencer al Congreso de que debe
aprobar el acuerdo nuclear que él ha negociado con Irán.

Nuestro Presidente evidentemente ha olvidado la experiencia del Primer


Ministro británico Neville Chamberlain con Hitler, en 1938.

Olvidando la Historia

En 1936, Hitler envió tropas alemanas a Renania, y en marzo de 1938 anexó


Austria. Estaba claro que el siguiente objetivo de su agresión serían los
Sudetes. Éste era el extremo occidental de Checoslovaquia que estaba
ocupado principalmente por personas de habla alemana.
En septiembre de 1938, el Primer Ministro de Inglaterra, Neville Chamberlain,
voló a Munich, Alemania para reunirse con Hitler. Él acordó permitir que Hitler
tomara los Sudetes si prometía que no haría más demandas territoriales en
Europa. Chamberlain creyó que podía apaciguar a Hitler.

Cuando Chamberlain regresó a Inglaterra, sostuvo en alto el papel que él y


Hitler habían firmado y proclamó, “Tenemos paz para nuestro tiempo”.

Winston Churchill inmediatamente atacó la fe de Chamberlain en el


apaciguamiento: “Un apaciguador es alguien que alimenta a un cocodrilo, con
la esperanza de que se lo comerá a él de último”. Churchill también advirtió
que el acuerdo iba a garantizar la guerra, no la paz:

“Hemos sufrido una derrota total y absoluta… descubrirán eso en un periodo de


tiempo que quizás se calcule en años, pero que quizás se calcule en meses,
Checoslovaquia será engullida por el régimen nazi. Estamos en la presencia de
un desastre de gran magnitud… hemos sufrido una derrota sin una guerra,
cuyas consecuencias nos acompañarán a lo largo de nuestro camino… hemos
pasado un horrible hito en nuestra historia, cuando todo el equilibro de Europa
ha sido trastornado, y que las terribles palabras han sido pronunciadas contra
las democracias de Occidente: ‘Has sido pesado en balanza y hallado falto’. Y
no supongan que aquí acaba todo. La hora de la verdad no ha hecho más que
comenzar. Esto no es más que el primer sorbo, el primer anticipo de una copa
amarga que nos ofrecerán año tras año, a menos que, mediante una
recuperación suprema de la salud moral y el vigor marcial, volvamos a
levantarnos y a adoptar nuestra posición a favor de la libertad, como en los
viejos tiempos”.

Churchill procedió a resumir sus sentimientos sobre el Pacto de Munich con


estas palabras: “A Inglaterra se le ha ofrecido una opción entre la guerra y la
vergüenza. Ella ha escogido la vergüenza, y tendrá guerra”.
Las advertencias de Churchill demostraron ser proféticas. Seis meses después,
en marzo de 1939, tropas alemanas se apoderaron de toda Checoslovaquia. Y
un año después del Pacto de Munich, en septiembre de 1939, Hitler invadió
Polonia, y la II Guerra Mundial comenzó.

Chamberlain y Hitler en septiembre de 1938.

Chamberlain respondió a la agresión alemana observando, “Todo hubiera


estado bien si Hitler no me hubiera mentido”. ¡Duh! ¿Por qué Chamberlain
pensó lo contrario? La respuesta a esa pregunta es que Chamberlain era un
Humanista, que no podía comprender la maldad inherente del hombre.

De igual manera, el Presidente Obama ha puesto su fe ingenua en el ayatolá


Jamenei, quien ha prometido “borrar a Israel del mapa”. La increíble confianza
de Obama en el líder terrorista número uno del mundo se resume
magistralmente en la siguiente caricatura editorial de Michael Ramírez.
- Ellos simplemente no te entienden como lo hago yo.
- MUERTE a Estados Unidos.

Traicionando a Israel

El acuerdo con Irán allana el camino para que produzcan un arma atómica. El
acuerdo es una traición flagrante a nuestro aliado más leal, Israel.

El Presidente Obama ha tratado a Israel con desprecio desde el momento en


que asumió el cargo. Ha buscado el favor del mundo musulmán, al marginar a
Israel y sus líderes. Ha tratado en varias ocasiones al Primer Ministro de Israel
como si fuera el líder de una república banaera de Latinoamérica. Al igual que
Chamberlain, quien se negó a permitir que los líderes checos participaran en
sus negociaciones con Hitler, Obama se ha negado a permitir que los israelíes
participen en sus negociaciones con Irán. Y, de hecho, voceros de su
administración han condenado a los israelíes por “espiar” las negociaciones.

Israel es una pequeña nación que sólo tiene 300 millas de largo y 75 millas de
ancho. Es del tamaño de Nueva Jersey. Una bomba atómica explotada sobre
Tel Aviv destruiría la nación. Aquellos que no mueran en la explosión, morirían
de la radiación, incluso la gente en Jerusalén a causa de los vientos
dominantes del océano.

No hay manera de que los líderes israelíes puedan sentarse al margen y


permitirle a Irán que produzca un arma atómica, cuando los líderes iraníes han
dejado en claro que usarán la bomba para aniquilar a Israel.

Pero a Obama y el mundo no podría importarles menos porque el mundo odia


a los judíos con pasión. Y así, nuestro Presidente trata de calmar a los israelíes
con garantías paternalistas que Estados Unidos cuidará de ellos. Cualquier líder
israelí con algún conocimiento de la historia y algún sentido del realismo no
creerían en dichas garantías.
Lo que estamos haciendo es forzar a los israelíes a tomar acción militar. Y
cuando lo hagan, puede estar seguro de que todo el mundo los va a condenar,
tal como lo hicieron en 1981, cuando Israel destruyó el reactor nuclear iraquí
que estaba siendo construido cerca de Bagdad.

Ignorando la Escritura

Más significativamente, los líderes de nuestra nación están ignorando las


advertencias de la Escritura que Dios bendecirá a aquellos que bendigan a
Israel y maldecirá a aquellos que maldigan a Israel (Génesis 12:3).

Nuestro Presidente disfruta hincar a Israel en el ojo, a pesar de la advertencia


de que las naciones que maltraten a Israel están tocando la “niña de los ojos
de Dios” (Zacarías 2:8).

Además, Joel 3:2 advierte a las naciones del mundo que Dios juzgará a
cualquiera de ellas que venga contra Israel en los tiempos del fin y que trate
de forzar al pueblo judío a dividir su tierra.

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