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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

ESCUELA ACADÉMICO - PROFESIONAL DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

ENSAYO

“INFLUENCIA DE LA PRENSA SENSACIONALISTA E INFORMATIVOS PSICOSOCIALES EN EL PERÚ A


TRAVÉS DEL TIEMPO”

Autora:
Hurtado Hernandez, Judith Stephanie

Asesor:

Lima – Perú

2016
ÍNDICE
pág.

I. INTRODUCCIÓN 3

II. ARGUMENTACIÓN 5

Prensa chicha y su denominación 5

Prensa sensacionalista en la última década 7

Efectos de la prensa amarilla en la sociedad actual 7

III. CONCLUSIONES 12

IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 14

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I. INTRODUCCIÓN

Desde tiempos republicanos, la prensa apareció como el principal medio informativo para
muchos lectores. A ello se le sumó en los años 80, un amarillismo al que después se le denominaría
“chicha”. Esto globalizó en todo su contenido un fenómeno de violencia, con escándalo e irrelevante
para la coyuntura del país. Su aparición jugó como contrapartida a la prensa cultural. A su vez remarcó
la popularidad de muchos actores nacionales como principal vía de escape a la introducción del
morbo y lo farandulero.

La puesta en portada de un determinado lenguaje popular y fotografías obscenas ocultaron


durante el gobierno de Alberto Fujimori muchas situaciones alarmantes para el país. Además iniciaron
una absoluta era de prensa amarillista, cuyo objetivo era llegar a muchos sectores pobres y circular
como materia de poder hacia la prensa política. El poder del Estado como poder de manipulación de
la opinión pública conmovió a muchos periodistas que se vieron sometidos bajo su gobierno. Tardaría
en verse disminuido.

¿Es posible que la prensa sensacionalista y los informativos psicosociales en el Perú hayan
influenciado en la sociedad del Perú? Su boom en la época fujimorista no solo originó un sinsabor en
la sociedad, sino que también ocasionó una pérdida de valores y la atracción por lo inadecuado. Con
la caída del fujimorismo se logró una vez más el retorno de la democracia, pero muchos de estos
diarios seguirían vigentes hasta la actualidad. Con un cambio en sus planas, ha optado por vías
insospechadas de buscar la vida privada de muchos actores del país.

Por eso, analizar los orígenes e influencia de la prensa sensacionalista e informativos


psicosociales en el Perú es el principal estudio en el presente ensayo. Así como también entender sus
consecuencias en el comportamiento de los individuos y de una nación que el día de hoy está
consumida en los realities y tv shows, producto de la evolución de la prensa sensacionalista. Su
constante paso en los años 90, junto a hechos como el ascenso del terrorismo y los atentados en
Barrios Altos, ocasionarían la pérdida de la razón y alienación en busca del poder político.

Gargurevich (2014) denomina el sensacionalismo como conjunto de hechos reales


exagerados. El cual se ha extendido a la televisión e Internet. Esto goza de una atención tan excesiva
de la audiencia, pero sin una pizca de ética y moral en sus portadas. Como motivo principal de su
consumo están la búsqueda de temas tan trascendentales para la comunidad, pero inservibles de
información primordial. Así se ve reflejado el ultrasensacionalismo mediático y como producto, su
objetivo de ser un importante informativo psicosocial en la mente colectiva.
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La tendencia a lo chabacano y vulgar, se ha visto sumergido en una total indiferencia para la
educación de la población. Es fundamental estudiar su surgimiento y su expresión psicológica en la
capacidad de los individuos, así mismo visualizar el proceso histórico en que se dio con fuerza; para
lo cual los temas a tratar en esta investigación son los siguientes: Prensa chicha y su denominación,
prensa sensacionalista en la última década, y efectos de la prensa amarilla en la sociedad actual.

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II. ARGUMENTACIÓN

Prensa chicha y su denominación

Desde tiempos remotos, la prensa ha cumplido una función importante en la psicología del
todo individuo. Sin embargo, siempre ha habido ese tipo de prensa a bajo costo, que ha intentado
siempre hacer de las suyas las primicias del día. Sería esta la encargada de manipular a toda una
generación entrante.

El término al que se le agrega años después, es producto de una era de la cumbia y la movida
cultural. Tiempos en los cuales la capital pasaba por una tormentosa política y una desestabilización
económica. Gargurevich refiere en el siguiente contexto:

[…] Un periódico chicha es, entonces, […], un diario tabloide, de precio considerablemente
menor al de los diarios serios, informativamente sensacionalista, de primera página muy colorida con
fotografías de vedettes. (2001, p. 251). Esto no dejaría más claro, que los objetivos del
sensacionalismo pondrían de manifiesto una controvertida pero imaginaria colectividad en la opinión
pública de la realidad. Ella, la cual es manipulada por todos lados.

Respecto a esto, Sunkel expresa lo siguiente:

[…] Los titulares no son una mera invitación al baile, habitan cada recodo de la publicación. Y su origen
verbal se advierte en el estilo y la forma de cada nota, aun esas letrillas que constituyen la sección de
objetos perdidos. […] No fue el periodismo más reposado y convencional el que sirvió de fuente a estas
inspiraciones, sino aquellas intenciones versainas, a ratos líricas, sentidas, muchas veces con pie
quebrado o sin pie directamente, de esos juglares-periodistas. (2001, p.62).

No hay más remedio que ahondar en esta crisis periodística. La sintaxis entre objetivo y
credibilidad es tan compleja, que los propios diarios solo encontraban la forma de poner portadas de
insignificante morbo y escándalo político. La farándula se había apoderado de la mente de los
lectores, y por ende de las poblaciones vulnerables, dispuestas a leer el diario más barato y llamativo.

Gargurevich (2001, p. 14) manifiesta que la prensa amarilla es el extremo de un proceso


sociocultural, el cual junto a la colocación en sus portadas de noticias de interés humano, influye de
alguna u otra manera a la sociedad. Esto no es más que la convicción de establecer parámetros
existenciales para una sociedad que se ve envuelta cada vez más en el consumismo.

Pero, ante tan imponente detrimento, Sunkel agrega que la lectura de estos diarios morbosos
es más frecuente en los sectores populares, cuya expresión es un sinónimo de búsqueda de lo
inexacto e incongruente verdad (2001, p. 18). Sin duda alguna, si hay un efecto en las masas por la
búsqueda de lo banal se le ofrece aquello. No basta con tan solo analizar los textos y letras de color
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amarillento, con unas portadas del hoy escalofriantes para todo lector letrado, sino con intentar
adentrarse en una dimensión distinta a la real.

Quirós (2005) expresa que el uso frecuente de la replana, es decir, el empleo de una dicción
pobre, pero rica para el populismo es una exactitud de lo que la gente pide (p. 4). Ello conllevaría a
una rápida comprensión que tienen los sectores. Asimismo de la baja cultura que cada uno de ellos
busca en su día a día.

Gargurevich (2002) indica lo siguiente de la prensa sensacionalista: Su filosofía es la de


provocar la noticia si ésta no existe, o en cualquier caso, deformarla o tomarla por donde pueda
despertar el interés del lector. En general, es una manera no bien vista de hacer periodismo, de ahí
que el calificativo de amarillismo se haga en un tono despreciativo (p. 34). No obstante es importante
resaltar que siempre existió la prensa informativa, aquella que buscó informar con la realidad a la
población, la cual se vio vulnerada a la llegada de esta.

Sin embargo, según Gargurevich, los periódicos son diarios cuya presentación es menor al
estándar, por ejemplo El Comercio, que presenta información llamativa, tanto por su abigarrado
colorido como por la exposición gráfica de personajes de la farándula (2002, p. 251).

Esto hace que el público al que va dirigido quiera comprarlo y se sienta identificado con el
diario, para que así pueda incrementarse en todo el sentido de la palabra, usando como pretexto que
producen porque las personas quieren verlo, hay una similitud entre ambas partes, porque el medio
que es el emisor hace que los receptores que son el público reciban el contenido que se les muestra
ya sea positivo o negativo, simplemente es un vaivén de información donde una sola parte sale
ganado y eso es más obvio que son los diarios porque el público o consumidor de este diario sale
perjudicado socialmente y con una pobreza léxica , acostumbrándose a ver solo escándalos y no a
culturizarse para que en un futuro no muy lejano pueda compartir esas experiencias y sentirse
orgulloso de sí mismos al comunicarse con otro entrono y darse cuenta que el leer y el informarse fe
la mejor solución para ese gran problema que día a día sigue aumentando , el sensacionalismo no
tiene un fin a menos que uno mismo una gran masa ponga un alto a toda esa farsa y especulaciones
brindadas por parte de este medio.

Si toda la población tuviera la iniciativa de querer salir adelante y dejar de lado esta mala
costumbre que tanto daño nos está haciendo, ya sea como cultura y a su vez moralmente, si
queremos entretenimiento busquémoslo de otro modo, no refugiándonos en diarios chicha que por
vender un poco más y porque está a un precio accesible vamos a consumir basura y dejemos de lado
nuestra dignidad y sabiduría, sabiduría que ignoramos aun porque nos alimentamos de información

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a base de mentiras y escándalos. El conocimiento es la base de todo ser humano, se debe estar al
pendiente de ello, actualizándolo, de lo malo y lo bueno que pueda suceder, para que este no se
sorprenda de ver la realidad que está pasando, las experiencias que uno va tomando a lo largo de la
vida no solo lo adquiere mediante experiencias sino también mediante informaciones,
comunicaciones, diálogos, teóricamente, es allí donde nos vamos a sentir identificados y vamos a
tener una capacidad de elegir qué es lo que debemos y no debemos hacer correctamente.

Prensa sensacionalista en la última década

En el transcurrir de los años, la prensa ha evolucionado a favor de una lectoría más


abundante, con ello ha adquirido nuevos patrones que han ocasionado de alguna u otra forma la
influencia en la percepción de la sociedad.

La prensa sensacionalista surge en el Perú en el año 1950, partir de ahí llegan los migrantes
andinos trayendo consigo sus costumbres, vestimentas, creencias, religiones y así ellos fueron los que
se adaptaron a este tipo de medios.

De la Cruz, 2007 - refiriéndose al origen de la cultura criolla. […] una incesante migración
andina había convertido a lima en una ciudad donde la vieja “cultura criolla” era arrinconada por una
pujante y dinámica presencia provinciana. Así se sentó las bases de una nueva mentalidad limeña
popular, siendo su principal ingrediente el uso de la jerga y la replana. (párr. 7-8)

La convergencia de culturas dio origen a este nuevo estilo de vida, donde la educación y la
buena cultura quedaron sepultadas por una mala costumbre. Una de las principales causas del migrar
para estas personas fue el querer buscar nuevas oportunidades. Estos encontraron una realidad que
no esperaban pero que aun así se fueron adaptando a medida que transcurría el tiempo. Y podremos
notara que los diarios que surgieron en esa época se contagiaron de este mal estilo, denominándose
“la prensa sensacionalista” Con el pasar del tiempo, el sensacionalismo cobro mayor fuerza tanto así
que en la actualidad existen claros ejemplos de cómo son los diarios (Trome, Ajá, Ojo, El Popular, El
Chino, etc.).

Sus contenidos no eran solo noticias informativas sino también plasmaban en sus titulares,
fotos o gráficos, datos puntuales sobre accidentes, asaltos, actos delincuenciales, crímenes, morbo,
infidelidades y problemas políticos los cuáles son los que atraviesa nuestro país. Con respecto a la
prensa amarilla. Acuña (2002) manifiesta que el amarillismo se sostiene en la posibilidad de crear
historias, ya que es más entendible un cuento que responde a un hilo temático que un suceso real
cuya interpretación y comprensión resulta confusa. (p. 2)

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Capellini (2004) indica que a partir de la mitad de los años 80 y durante los años 90, se forjó
una prensa más picante que la misma sensacionalista. La que hoy llamamos chicha, caracterizada por
su estilo vulgar y un ataque tendencioso hacia el sexo femenino y todo lo que pueda ser de interés
público (p. 4). Es así como se manifiesta la prensa amarillista, con un albor muy marcado en la
información diaria.

Capellini (2004) agrega también que el sensacionalismo viene a ser el precursor del
sensacionalismo en formato tabloide y el establecimiento de portadas coloridas, llenas de un color
demasiado estridente y con portadas exorbitantes llenas de figuras exhibidas al público (p. 4). De esta
forma se buscaría someter a los lectores a una gama de tendencias populistas, y totalmente
denigrantes para el respeto de los contenidos moralistas.

Gargurevich sostiene que la prensa sensacionalista solo busca entretener al lector, es la


combinación de los espectáculos con lo clásico sensacionalista (p. 37). Aquí entran a tallar la profunda
síntesis de chabacano y lo negativo como argumento claro de lo barato y lo atrayente para los lectores
de aquella época.

Esto quiere decir que los lectores que se dirigen a estos diarios chicha no eran gente culta,
les gustaba el facilismo y evitaban no pensar mucho, alimentándolo de especulaciones y en al mayoría
de los casos distorsionaba la información. El público objetivo de estos diarios fueron principalmente
los niveles socioeconómicos C y D.

En la actualidad, este fenómeno se ha extendido al punto que no es exclusivo de los sectores


populares, ya que la preferencia por este tipo de prensa se está arraigando en los sectores B, así lo
demuestra un estudio realizado por Macassi (2003) en la cual manifiesta: […] el gusto por esta prensa
no son siempre los menos instruidos ni los miembros de las clases sociales más bajas. En el estudio
que realizamos encontramos que muchos miembros de las clases medias también son lectores
asiduos. (párr. 15)

Por consiguiente consideramos que este consumo no solo proviene de la clase social baja sino
también de la clase media, pero no pensemos que es sólo por informarse o estar pendiente de cada
espectáculo que sale en titulares, sino, ellos lo ven como un entretenimiento o algo pasajero ya que
tanta información puede resultar un poco cansada hasta el punto de estresarte. Asimismo este mismo
estudio realizado por Macassi (2003) manifiesta: […] por lo tanto, no estamos frente a un lector de
poca instrucción, ni desvinculado de la agenda política, no estamos frente al paradigma de la
marginalidad, según el cual esta prensa se ocupa de los márgenes de la sociedad.

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Todo lo contrario, esta prensa resalta y apela a dimensiones que los otros diarios no se
proponen la función lúdica predominante […] los lectores de estos diarios se articulan en torno a
algunos factores. Aparte de comprar diarios serios, adquieren otros medios impresos que cuestan
cincuenta céntimos (0.50).

Con una “china” satisfacen sus necesidades de voyerismo, entretenimiento, el querer saber
de la vida privada de otros es su mayor interés; entonces podríamos decir que hoy en día nos
encontramos frente a un público que ha optado por una nueva forma de entretenerse o de perder el
tiempo, lo que es comúnmente realizado por las personas cuando no se tiene nada que hacer. La
escasez de un entretenimiento sano es la generadora de esta mala práctica y so que se está brindando
al público, al dirigirnos a un puesto de periódico automáticamente nuestro foco de atención son los
titulares que muestran sensacionalismo.

No obstante, la crónica roja según López, manifiesta que debe de tener una lógica inscrita en
campos metafóricos temporales, en el cual se recibe información desechable. Este informa muertes
de modo intempestivo (p. 17). Ello traería un profundo defacto de búsqueda por los diarios en donde
la crónica es más que noticia, es la portada del día a día.

Influencia amarillista y paradigmas de imagen

La prensa, cuyo eje principal debe ser el de informar se ha convertido actualmente en el


medio de entretenimiento para poder percibir lo farandulero y lo estridente.

Huerta (1989) establece lo siguiente: “[…] este se han convertido en la industria elaboradora
de la conciencia que, por desarrollar contenidos, mensajes sin ninguna vinculación con nuestra
realidad, induce a un proceso de desculturación o reforzamiento de un sentido mítico de cultura […]
(p. 12). Es esta la imagen que la que amenaza la verdadera comunicación.

Huerta determina que la imagen como elemento visual, es permanente, sucesiva y


cambiante. Es el principal elemento del mensaje que propaga la prensa. Esta última, reproduce o crea
hechos tan reales como ficticios (1989, p. 31-35). Esto representa la magnitud a la que pueden llegar
los medios escritos, produciendo una serie de consecuencias para el hombre.

Según Mario Cerbino:


(…) Cuando decimos ética y sensacionalismo no estamos oponiendo dos términos: “…No se trata de
una ética entendida como la simple aplicación de normas y códigos que limitan el sensacionalismo y lo
condenan, sino de una reflexión sobre la propia práctica periodística. Esas normas y códigos
responderían a una ética trascendental y a una deontología profesional: se trataría de una ética que
no establece una relación directa con la práctica particular del periodista. En cambio, necesitamos
pensar desde el Periodista en lugar de pensar desde un ideal periodístico, desde el mismo lugar del
periodista y no desde un afuera en base a modelos aplicables…Si hacer periodismo es saber
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comprender distintos lenguajes y traducirlos en relatos, el periodista debe asumir que los relatos, los
textos que él produce, representan un material altamente sensible para el lector.

En los diarios, las primeras páginas de los tabloides abundan en noticias con titulares
estrambóticos y de doble sentido que violan la dignidad de la víctima y la de sus allegados. “Iba a
comprar pan y le dieron: ¡pan, pan, pan!; o este otro: “Era carnicero y lo relajaron a cuchilladas”,
todos ellos acompañados de las imágenes sangrantes de los cadáveres presentándose así una
flagrante violación de la dignidad humana y el respeto por las víctimas, familiares e intimidad. Incluso,
cuando los vinculados a un hecho delictivo sensacional son menores de edad, los tabloides retratan
en sus páginas a los niños y jovencitos, desacatando así de forma flagrante la reserva de identidad
que la Ley ordena para estos casos.

Erazo señala en su investigación que a pesar de los varios prejuicios que alimenta, “la prensa
popular se ha legitimado como un espacio de elementos distintivos relacionados con la manera en
que sectores populares se leen y leyéndose se reconocen”. En muchos barrios de Barranquilla, por
ejemplo, es frecuente que sus moradores compren el tabloide “para ver quién mojó prensa”. Es decir,
para reconocer, entre los actores de la primera página y las interiores a uno de los personajes que
convive en su barrio, muchas veces, familiares de ellos mismos.

La prensa sensacionalista es una marca de intertextualidad, pues constituye un texto, en su


sentido más pragmático, sobre otro "texto" llamado ciudad, "la cual puede ser leída porque tiene
cláusulas completas de sentido, porque tiene unidades de significación, tiene periodos, tiene
puntuaciones" (Jaillier Castrillón, 2003, p.85). Y desde la perspectiva que se "lea" la prensa
sensacionalista cómo también se pude "leer" la ciudad, y a través de estas dos lecturas que se pueda
identificar la "cartografía amarilla" que esta prensa diseña día tras día.

Si bien estas consideraciones son ciertas, también lo es el acceso en el ‘nuevo


sensacionalismo’ a episodios, noticias y personajes cotidianos, con sus "pequeñas épicas" y
"actividades positivas", que si bien no desvanece la "estructura dramática" del melodrama, si supera
la visibilidad "abyecta" y "delincuencial". Hoy la prensa popular nos provee a través de sus noticias,
crónicas y reportajes una amalgama de situaciones y personas que han logrado apenas, página por
página, un espacio en favor de la ampliación del espectro social popular. Detrás de la apertura de las
"agendas informativas" –pues ésta no es solo visible en los "grandes medios" de comunicación- está
también la exploración de una "horizontalidad social", como llamó Macassi (2002) al proceso de
identificación que sobre las temáticas hacen las gentes, pues arguye que: el sensacionalismo puede
permear toda la vida cotidiana de los personajes representados, por más insignificantes que sean, y

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por lo mismo la relación de espejo que se establece viene a ser a veces más importante que las
estrategia discursivas y de diagramación que estos diarios ofrecen. (p.58)

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III. CONCLUSIONES

1. Los informativos psicosociales influyen en la alienación social, debido a su inmensa atracción,


cumplen una función, que es la de hacer llegar sus mensajes a los consumidores, y por ende,
transformar la sociedad en una profunda concentración de consumo banal e inadecuado.

2. El individuo pide lo que quiere ver en la televisión y se encuentra vulnerado ante la demanda
pública de consumo. La prensa sensacionalista causa impresión por su contenido y marcados
mensajes connotativos en muchos de sus titulares, que dejan a la imaginación más de una
desdicha provocada intencionalmente.

3. El sensacionalismo ejerce una influencia marcada en sus lectores. Muchas de sus notas
periodísticas son morbosas y tienden a una perspectiva sexista y de baja calidad. Es
imprescindible entender que estos preceptos forman estereotipos en las personas, y dan un mal
sentido de la realidad.

4. La imagen como elemento visual es producto de la manipulación de medios. En los diarios


tabloides, muchos de los contenidos poseen una baja síntesis de ideas, con un contenido
chabacano y un conjunto de imágenes negativas para la sociedad. Esta atracción simboliza la
profunda alienación en la que cada individuo cae a la hora de obtener un diario chicha.

5. La prensa chicha se ocupa de los márgenes sociales. En este sentido, establece una agenda
dedicada a tocar los temas más bajos e irrelevantes, como la farándula, o el chisme. La gente va
en busca de esto, por el simple hecho de verse atraída por el amarillismo, y la puesta en marcha
de noticias que forman parte de la opinión pública en torno a la vida privada de personajes
públicos de los espectáculos.

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IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Cappellini, M. (2004). La prensa "chicha" en Perú. Ecuador: EBE.

Castro, G. (1988). El libro rojo: televisión, crimen y violencia. Bogotá: Presencia.

Cerbino, M. et al. (2005). Violencia en los medios de comunicación, generación noticiosa y percepción
ciudadana. Quito: FLACSO.

Colín, G. y Lara, G. (Septiembre/diciembre, 2007). Sociedad de consumo y cultura consumista. Nueva


Época: (5), 212-213.

García, L. (Mayo/julio, 2012). La sociedad de consumo. La influencia de la comunicación en el


desarrollo de relaciones sociales contemporáneas. Razón y palabra (79). Recuperado de
http://www.razonypalabra.org.mx/N/N79/V79/26_Garcia_V79.pdf

Gargurevich, J. (2001). La prensa chicha de Montesinos. Lima: AFA Editores.

Quirós, E. (2005). ¿Prensa Popular o Prensa chicha? Lima: DESCO.

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