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BY: Ratón

Acto 1: Memorias.

~Buenas tardes padre Yeferson.

*Buenas tardes Marco, me dicen los guardias que pediste mi presencia ¿deseas confesar tus
pecados?

~Así es padre, me gustaría que alguien me escuchara antes de mi muerte. Que alguien me pudiese
dar consuelo en mis últimas horas. Que alguien escuchara la verdad de lo que ocurrió en esa casa
hace ya tantos meses.

*Muy bien hijo mío, según dicen… Tú, hace 6 meses, mataste a todos en ese lugar, ¿es eso cierto?

~Permítame contarle padre, todo lo que sucedió ese día con todos los detalles.

*Adelante, cuéntame lo ocurrido.

~Muy bien padre. Tome asiento, le contare mis crímenes

11:30 am

La sal en el aire era la señal más clara de que había llegado a mi destino. Las hermosas costas del
mar caribe, los animales exóticos, los hoteles lujosos y las hermosas mujeres de ese lugar eran
realmente cautivadores. Baje de mi auto, un hermoso Toyota corola muy veloz y fácil de
maniobrar, para descansar y comer algo frente a lo que parecía ser un pequeño restaurante de
comida marina. Llevaba 2 días de viaje y no había comido muy bien en todo el trayecto, tampoco
me había duchado y menos dormido plenamente cómodo.

El lugar estaba construido con madera, utilizaba bambú para sus columnas y tenia hojas de
palmera secas que cubrían el techo; un diseño algo rustico, pero muy eficaz. Me senté en una de
las 4 mesas que había en el lugar, no parecía muy concurrido a pesar de estar sobre la vía
principal, aunque solo eran las 11:45 de la mañana, seguramente todo cambiara antes de la 1pm,
pensé. A los pocos minutos una mujer de edad avanzada, unos 40 o 50 años, se acerco a mi y me
dijo lo que tenían para almorzar. Decidí pedir salmón ahumado y camarón, mientras pensaba en
donde pasaría mi primera noche en el caribe.

12:30 pm

El viejo televisor ubicado en la entrada del lugar mostraba un reportaje del noticiero, la mujer que
me atendió y otras dos chicas más jóvenes que ella se movían de un lado para otro llevando y
trayendo pedidos. El pequeño restaurante se había llenado hasta el tope, incluso tuvieron que
traer otras 4 mesas que no se de donde sacaron. Por mi parte, estaba hipnotizado por el delicioso
salmón; la textura, el sabor, el aroma eran perfectos. Entonces la escuche por primera vez, su
dulce voz me libero de mi trance, al verla olvide por completo el sabor del salmón, olvide que
debía buscar donde quedarme e incluso olvide mi propio nombre. Mi mente se inundó con una
sola idea, debía tener a esa hermosa joven. Pensé en desnudarla en ese mismo instante, pensé en
hacerla mía, pensé en su hermoso rostro al llegar al clímax y no conseguí evitar una erección.
No era una chica voluptuosa, pero tampoco tenia pocos atributos. Sus senos resaltaban sobre su
blusa de color claro y sus shorts dejaban ver una pequeña, aunque tentadora parte de su ropa
interior de color rojo y sus marcadas y excitantes nalgas. Tenia un cabello castaño que le llegaba
hasta la cintura y un hermoso rostro, una piel clara, unos bellísimos ojos color café, unos labios
rojos no muy gruesos, pero si demasiado tentadores, sus piernas eran blancas y en el muslo
izquierdo tenía un erótico tatuaje de una rosa que se perdía bajo su short.

Detrás de ella, estaba otra chica que tenía el cabello a la altura de los hombros y teñido de azul.
También era una joven muy linda, tenia una blusa de color azul muy ceñida con una abertura justo
en medio de su pecho, lo que permitía ver sus hermosos senos rodeados por un sexy escote de
color rosado además de un sexy lunar en el seno derecho. Esta chica tenia una cola aun más
grande y marcada que la joven anterior y llevaba una falda que no dejaba mucho a la vista ya que
llegaba casi hasta sus tobillos, pero era lo suficientemente clara como para dejar ver, de una tenue
manera, sus bragas rosadas.

Junto a las chicas una mujer de unos 40 años con cabello rizado y tono de piel morena bajaba de
una Nissan. Era realmente voluptuosa, con sus atributos muy bien marcados y firmes pese a su
edad, en su rostro se marcaban unas cuantas arrugas que delataban sus años, aun así, teniendo a
esas dos jóvenes chicas junto ella, su belleza y sensualidad era tal que varios hombres presentes
quedaron sumamente agitados al verla. Llevaba un vestido de color salmón con una abertura en v
que dejaba parte de su escote color purpura a la vista, incitando a todos los presentes a saltar
sobre ella para arrebatárselo y así revelar la belleza de su hermoso cuerpo.

Junto a esas tres diosas se encontraban 2 tipos músculos, de cabello corto y ropa un poco más
ajustada de lo debido. Uno de ellos tenia el cabello negro, con ojos claros y una mirada dominante
que intimidaría a cualquiera que fuera muy asustadizo. El otro tenia el cabello rubio, ojos verdes y
una mirada algo más tranquila. Los dos parecían ser militares o algo similar, su contextura era muy
firme y no pude evitar mirar que los dos tenían el mismo tatuaje de un tiburón en el antebrazo
izquierdo. Eran muy bien parecidos y vestían demasiado elegante para estar en un clima tan
caluroso, llevaban camisas de manga larga de colores claros, recogidas hasta los codos por el calor
abrazador creo yo, junto con unos pantalones de dril o alguna tela muy fina que permitía notar
no solo sus marcados músculos de las piernas.

En general los 5 personajes parecían ser modelos o estrellas de Hollywood. Eran atractivos, muy
educados, pero sobre todo eran muy cultos. A su llegada, las chicas del restaurante llegaron con
una mesa y unas sillas para los nuevos y, al parecer, acaudalados clientes ubicándolos justo debajo
del viejo televisor. Las tres hermosas mujeres se sentaron de una manera en la que yo las podía
ver de frente, mientras que los dos caballeros se sentaron de forma en la cual me daban la
espalda. La hermosa veterana morena se ubico a la izquierda, la sexy chica de cabello azulado
estaba en el centro y la diosa de caballo castaño estaba a la derecha con sus piernas sexymente
cruzadas.

De inmediato mi atención en la comida se perdió por completo. No sé durante cuánto tiempo


admire aquella chica de aspecto jovial, mis ojos no se despegaban de la figura escultural de la
chica de cabello azul, pues era la única de las 3 diosas que veía a la perfección. La falda de color
crema que cubría las piernas, los muslos y las intimidades más tentadoras de aquella mujer se
movía de un lado a otro mientras mis ojos la seguían como un gato ansioso que busca a un ratón
escurridizo. De repente el hermoso vestido comenzó a subir poco a poco revelando una de las
atractivas piernas y después la otra sexy pierna de una manera tan lenta que parecía como si el
tiempo se detuviera. Mientras el vestido subía llegando hasta las rodillas de aquella escultural
mujer, sentí como una erección emergía nuevamente en mis pantalones. El vestido siguió
subiendo más allá de las rodillas y mientras lo hacía, note como las piernas que tanto me
hipnotizaron se abrían para revelar la hermosa ropa interior de color rosa y una discreta mano
juguetona que rosaba y consentía la entrepierna de aquella diosa. Aquella mano se movía de
manera circular sobre las frágiles y pequeñas bragas que escondían aquella deliciosa tentación. El
movimiento de aquella mano se intensifico al igual que mi erección, los dedos se movían sobre
aquellas bragas como su tocaran una hermosa pieza musical en un piano; la delicadeza, la agilidad,
la sensualidad. Entonces aquellos dedos se detuvieron y sentí que un deseo animal que me
dominaba al ver como aquella mano movía las delicadas bragas a un lado y me revelaba el
delicioso y húmedo fruto que me hacía perder el control.

Luego lo entendí, comprendí aquel acto. La revelación llego a mi como un balde de agua fría en
invierno, se me pusieron los pelos de punta y los nervios me subieron más allá del monte Everest
al comprender porque el vestido subía, al entender el porque la mano juguetona tocaba de una
manera tan delicada y apasionada aquella parte tan lujuriosa. Finalmente me arme de valor y
levante la mirada. Sentí el peso del mundo al notar que la mirada lujuriosa de aquella diosa que se
posaba justo en mí. Me tomo medio segundo notar, por extraño que parezca, que nadie más en el
lugar se había percatado de aquel atrevido acto tan excitante y pecaminoso.

Así pasaron aproximadamente 45 minutos y aquella seductora mujer se puso en pie; para
entonces yo ya había terminado mi salmón y decidí ir al lavado que se encontraba tras el pequeño
restaurante para limpiarme las manos, aunque en realidad era tan solo una excusa para ir tras la
hermosa chica de cabello azul que sospeche también estaría allí. El baño de aquel lugar tenia 2
puertas, una conducía al tocador para damas y la otra al de hombres. Al entrar al tocador escuché
el sonido extraño proveniente de la puerta del baño de mujeres y en ese momento no pude evitar
la tentación de ver que ocurría aunque ya me había hecho una idea.

Me incliné un poco bajo la puerta del baño de damas y vi a la sexy chica de cabello azul. Estaba de
pie recostada contra una pared y con su pierna derecha sobre el tocador. Con su boca sostenía
una punta de su falda mientras que su mano izquierda consentía sus senos al descubierto. Al
mismo tiempo la mano derecha tocaba y estimulaba la vagina húmeda y tentadora de aquella
diosa. Mi excitación crecía aun más al ver como aquella chica se corría en un mar de gemidos,
mientras por sus mejillas enrojecidas por el éxtasis se deslizaba una lagrima de placer que recorría
todo su rostro hasta caer en sus senos. Entonces sentí nuevamente esa mirada sobre mí, esa
mirada de aquella mujer tan atractiva que me hizo caer de espalda cual niño torpe. En ese mismo
instante aquella mujer salió del tocador, se inclino hacia mi y me beso, me beso con tal pasión y
fervor que sentía como todo mi cuerpo quedó inmóvil e impotente ante ella. Después de eso puso
en mi boca aquellas bragas rosadas y húmedas. Se levanto dejándome allí tirado y extasiado. Su
dulce voz mientras se alejaba me saco de estado de impotencia y éxtasis con solo palabras
-¿Disfrutaste el espectáculo?

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