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ANÁLISIS TEMÁTICO 168/ANTHROPOS 59

la historia que se mantenían dentro de los paráme-


El sentido de lo histórico tros tradicionales.
en la obra de Pablo Los caminos de lo histórico son múltiples e ines-
peradamente complejos. El esfuerzo por entenderlos
González Casanova requiere un cúmulo de conocimientos de muy diver-
sa procedencia y una apreciable capacidad de sínte-
sis. Cada historia especializada es un buen aporte
Sergio Bagú para el logro integral, pero puede ser a la vez un
adiestramiento mental impropio para captar la totali-
dad de los procesos complejos. Por eso, todos estos
Cuando en 1965 apareció la primera edición de La esfuerzos de renovación metodológica que se regis-
democracia en México ya las ciencias sociales ha- traron en los medios universitarios y culturales de
bían cumplido una primera etapa en su proceso de América Latina después de 1945, con todo lo valio-
renovación dentro del ámbito cultural latinoamerica- sos que fueron desde muchos ángulos, dieron duran-
no. Se había registrado, aún antes, la prolongada vi- te lustros pocos aportes sustantivos dirigidos a la
gencia de una historiografía concentrada fundamen- captación integral de los procesos del pasado. Desde
talmente en el hecho político, muchas de cuyas luego, ésta no es una modalidad exclusiva de los
obras se ceñían a una metodología exigente basada medios culturales latinoamericanos de la época, pero
en el dato documental. La capacidad de observación quiero aquí limitarme a lo que ocurría en el ámbito
metodológica aparecía, desde el siglo XIX, en ensa- del subcontinente.
yos valiosos, y la encendida polémica política había Es dentro de ese contexto donde debemos ubicar
originado una estela prolongada de observaciones y el aporte escrito de Pablo González Casanova.
opiniones agudas. A esa etapa sucede otra, ya des-
pués de la segunda guerra mundial, en la cual el
dato económico, el social y el político comienzan a 1. La democracia en México
analizarse como temática especializada.
Esta última tendencia abrió la posibilidad de apor- Cuando se publicó esta obra los campos de especia-
tes con exigencias metodológicas específicas, lo cual lización en ciencias sociales se habían definido con
implicó un avance en el análisis y en la enseñanza, bastante precisión. Por lo general, los que practica-
pero a la vez trajo consigo cierto menosprecio y ol- ban el nuevo análisis sociológico no incursionaban
vido de la capacidad de penetración que tuvieron no en la temática política, y los historiadores que se
pocos autores de las etapas precedentes, menos orientaban hacia nuevas metodologías no se propo-
preocupados por desarrollar una metodología especí- nían materias rigurosamente contemporáneas. Persis-
fica. tía, además, un antiguo estilo historiográfico para el
Estamos ya en el período de la segunda postgue- cual la ciencia del pasado consistía en un recuento
rra cuando se multiplican en las universidades lati- de episodios relacionados con el poder central. Estoy
noamericanas las cátedras de teoría económica, so- hablando de tendencias generales en los países del
ciología y ciencia política, y se difunde la obra de la subcontinente, pero debo hacer la salvedad de que
Comisión Económica para América Latina de las siempre hubo en ellos espíritus renovadores y obras
Naciones Unidas, ubicada en Santiago de Chile. originales.
En materia histórica el proceso tiene una doble Lo que entonces llamó poderosamente la atención
vertiente. La antigua historiografía, que podríamos fue que un autor mexicano se propusiera tratar el
calificar de neopositivista, había quedado aislada en tema del poder político en su país desde los ángulos
las cátedras, las revistas y las academias tradiciona- más heterodoxos. El poder no aparecía en estas pági-
les, mientras se difundía un análisis especializado, nas como un ente institucional regido por instrumen-
que se tradujo en la creación de cátedras de historia tos jurídicos ni tan sólo como la consecuencia de
económica, historia demográfica e historia social, así pugnas entre grupos organizados de notoria presen-
como en la aparición de revistas dedicadas a esas cia. Por el contrario, el fenómeno del poder y la insti-
especialidades. tución misma surgían como una consecuencia de un
Enseñar una historia especializada con apego es- proceso harto complejo, para cuyo conocimiento se
tricto a la reconstrucción documental y al orden cro- requería la más heterogénea variedad de datos.
nológico no constituye, sin embargo, un intento de Incluir, por ejemplo, estadísticas sobre nivel de
reflexión sobre la historicidad del proceso, tema que vida y alimentación no sólo resultaba heterodoxo
quedaba relegado a algunas cátedras de filosofía de sino que parecía conducir al autor a planteamientos
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de tal magnitud que el tema mismo corría el riesgo para una posterior interpretación de conjunto en la
de perder su unidad. cual aparezca todo el subcontinente como una sola
El experimento, sin embargo, condujo a un éxito unidad de análisis.
inmediato porque el libro comenzó a reeditarse con
frecuencia y circuló ampliamente por los países de
habla castellana y Brasil. Se trataba del fenómeno 3. Historia y sociedad
del poder ubicado con toda precisión en un país del
subcontinente y tratado como un proceso social inte- En 1987 apareció Historia y sociedad, colección de
gral sometido a una corriente histórica. ensayos consagrados a la conciencia de lo histórico
Un historiador tradicional pudo haber interpretado en la sociedad humana. Se trata de trabajos breves
que se estaba en presencia de una historia general de que bien pudieran considerarse esquemas de una
México en el siglo XX, pero la multiplicidad meto- obra más extensa y fundamental.
dológica del análisis llevaba a preguntarse si no se En su primer ensayo, titulado «Cultura nacional,
trataría, en realidad, de una obra multitudinaria en cultura universal», se refiere concretamente al capí-
materia metodológica. tulo cultural de la dominación por los imperios.
Comoquiera que fuese, la obra agregó una com- «Todo empieza con la destrucción de los tiempos,
plejidad más a las que entonces se manejaban en los de los dioses, de las ciudades, de la civilización
análisis de las distintas ciencias sociales porque pug- como arquitectura. Sigue con la eliminación o el so-
naba por el hallazgo de una realidad muy compleja, metimiento del lenguaje, con el rechazo y la discri-
en la cual hasta los niveles alimentarios tenían inci- minación de los alimentos, de la agricultura», expli-
dencia sobre el fenómeno del poder político. ca. Es el avasallamiento cultural, que se expresa por
distintas vías.
«Dioses sometidos, lenguajes sometidos, frutos
2. La historia de América Latina en el siglo XX prohibidos o ninguneados. Al esclavo se le quita
hasta la tribu, hasta la familia. Aislado, se le confun-
Hace tres lustros González Casanova inició una vas- den los hechos del pasado. Cuando ignora su histo-
ta obra de coordinación referida a la evolución de ria pierde su identidad. No es posible identificarse a
América Latina en el presente siglo. Comenzando sí mismo cuando no se sabe con quién se está ni
con América Latina en los años treinta (1977), si- quién se ha sido.»
guieron los dos volúmenes de América Latina: his- Se trata de una estrategia de destrucción de la cul-
toria de medio siglo (1925-1975) (1977, 1981). Si- tura y de la personalidad. «El colonialismo se empe-
guieron después los diecisiete volúmenes de La cla- ña en construir pueblos-prisiones sin historia. Duran-
se obrera en la historia de México, y los cinco de te mucho tiempo hizo creer que África no tenía his-
Historia del movimiento obrero en América Latina toria. Es el dogma máximo de la máxima esclavitud.
(1984-85). La vivencia del yo actual desligada de la vivencia
Esta obra de coordinación tiene un alcance que es del yo pasado elimina la posibilidad reflexiva de lo
menester señalar expresamente. En los numerosos actual. En la lucha no sé quién soy, con quién, con-
volúmenes participaron autores de todos los países tra quién, por qué, para qué, hacia dónde.»
latinoamericanos. La magnitud de la empresa tradu- El dominado se construye una personalidad artifi-
ce sus propias dificultades. Coordinar la producción cial. «No tiene derecho a la reflexión, al recuerdo, a
de tantos autores en países a veces tan distantes unos la clasificación de lo bueno y lo malo, a la identifi-
de otros significa ya un esfuerzo considerable. Lo cación del amigo y el enemigo, a la lucha con senti-
fundamental es que el gran fresco que resulta abarca do, al lenguaje.»
casi toda la historia de los países latinoamericanos El proceso tiene otros capítulos. «A la inútil bús-
en el presente siglo. Seria algo utópico esperar de queda de la autenticidad, de la identidad, se añade la
tantas colaboraciones una unidad metodológica, así simulación. El colonizado, el enajenado (y recuérde-
como es prácticamente imposible abrir un juicio es- se que esta palabra tiene que ver con la locura) pone
pecífico que abarque todo este enorme abanico de de su parte, para ocultarse más, para ocultar más a
exposiciones. su país. Es el tema central de la comedia. Ya se es
Lo excepcionalmente valioso de esta empresa de lo que no se es.»
coordinación es la vastedad de la temática y de la Esta vía de razonamiento nos descubre con elo-
cooperación continentales. En más de un sentido, es cuencia el sentido de lo histórico que el autor quiere
una obra única que, además de su importancia como sostener en su obra de sociólogo. Aquí el curso de
fuente de consulta, puede constituir la materia prima los tiempos y los cambios son algo más que datos
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cronológicos que puedan servir para apuntalar la Detengámonos en este pasaje. Lo que denuncia es
comprensión de lo actual. El curso del tiempo es el el encuentro del sociólogo y el historiador. La histo-
curso de la vida, es el prólogo básico de la persona- riografía fáctica tradicional —el neopositívismo his-
lidad en el presente. Es decir, no hay presente sin toriográfico— no puede satisfacer el ansia de estruc-
pasado; no hay comprensión posible del presente si turas y coyunturas que mueve al sociólogo. Lo que
no se sabe dónde se origina. éste quiere buscar en el conocimiento de lo histórico
Esta página resume su posición teórica. Para el son los niveles de acontecimientos y la dinámica de
autor, como en todo buen sociólogo, la teoría es la las estructuras verdaderas.
síntesis de una realidad. Se explica así que dedique En este encuentro de la sociología con la historio-
un párrafo final a la elaboración teórica en el terreno grafía se enfrentan varios riesgos. Uno de ellos es el
científico y político. También aquí aparece la actitud de recaer en la antigua modalidad de la filosofía de
del colonizado. «Hasta la teoría revolucionaria me- la historia, que ubica el análisis en niveles tales de
tropolitana —explica— es invariablemente aceptada abstracción que el resultado tiene escaso valor para
como verdad absoluta. No se diga, la conservadora.» la comprensión de los fenómenos de la vida real.
En el ensayo «Las dialécticas de la situación y la Un riesgo tal, sin embargo, puede neutralizarse
historia» el autor se propone esbozar el cuadro de cuando el autor tiene una marcada vocación por lle-
los distintos tipos de historia que recorren la historia var los fenómenos de la existencia cotidiana ante su
central de los pueblos, con cuyo objetivo se acerca propia lupa. Esto es lo que ocurre con los plantea-
más a la filosofía de la historia clásica, pero agre- mientos de Pablo González Casanova, siempre con-
gándole todo el matiz propio del conocimiento so- movido por lo inmediato.
ciológico. «La historia intranquila», otro ensayo de este volu-
No es una historia sino varias las que transcurren men, se parece más a lo que serían anotaciones mar-
en el curso de los siglos y en la vida de los pueblos. ginales a un proceso de historia real y de historia del
El autor trata de localizarlas y jerarquizarlas en el pensamiento. Hay allí un conjunto de sugerencias im-
desarrollo secular del sistema capitalista. «La con- portantes, en las cuales lo sociológico aparece siem-
centración de todas estas historias —concluye— se pre entrelazado con lo histórico. El curso del pensa-
da en la historia intranquila. Su síntesis dialéctica miento teórico no puede descubrirse tan sólo a partir
parece requerir el análisis y la vinculación jerarqui- del examen sociológico. La sociología del conoci-
zada de cada una de las historias arriba señaladas, en miento debe ser también un producto de la mentali-
función de posiciones y decisiones políticas, de po- dad histórica. «En un estudio de sociología del cono-
der, revolucionarias. En torno a ellas la historiografía cimiento basado en los ciclos económicos —expli-
puede permitirse separaciones y tratamientos analíti- ca— encontraríamos que en los largos períodos de
cos más sueltos, más expresos, pero ni el hombre de auge los filósofos tienden a pensar en un proceso ra-
acción ni su historiador pueden ignorar esas posicio- cional incontenible y constante, en una evolución
nes y decisiones. El solo análisis de los procesos progresiva, llámense Kant o Comte o Bernstein. En
hace pensar en una crisis fatal, o que ya no va a cambio, en los largos períodos de la depresión pien-
haber crisis, al desconsiderar los demás elementos, san que ésta va a acentuarse con una solución revolu-
de conciencia, de voluntad, decisión, producción. El cionaria o sin ella, con una revolución triunfante
solo análisis de los hechos espontáneos lleva a igno- como en Marx, o con una revolución interrumpida,
rar la historia de lo objetivo, de lo cosificado, de lo con un estado triunfante, como en Nietzsche o los
producido, cuantitativo o cualitativo. La historia de nuevos metafísicos, que ven sólo al estado en el des-
las luchas políticas puede reducir la visión a fenó- tino invariable del hombre y de una lucha infinita en
menos puramente tácticos, o desalentar sobre los de que unos están destinados a someter a otros» (p. 63).
crisis de poder, y sostener que en ésta se seguirá
actuando como en los tiempos legales. La historia de
las organizaciones puede reducir la racionalidad a la 4. Paradigmas y ciencias sociales
funcionalidad, incapaz de comprender la dialéctica
—hecho por demás frecuente entre burócratas y tec- Cuando hace pocos meses Pablo González Casano-
nócratas. La historia de la producción de estructuras va recibió el doctorado honoris causa de la Univer-
sociales por el sistema, que cuando es ignorada atri- sidad Autónoma de Puebla, pronunció una conferen-
buye menores márgenes de libertad al capitalismo, cia sobre la crisis de los paradigmas en las ciencias
reconocida y exaltada, puede postular una historia sociales contemporáneas. Se trata no sólo del más
inexistente hecha de puras reformas sociales, con in- reciente de sus trabajos sino de la exposición más
mortalidad del sistema» (p. 18). precisa en la que lo histórico se confunde estrecha-
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mente con los datos de una sociología del pensa- fias que se aprovecharon del inmenso poderío en fá-
miento. No es una filosofía de la historia sino una his- bricas, pueblos y oficinas para ir acumulando sus
toria social del pensamiento. El tema central es el de propios capitales en el mercado negro, en el tráfico
los paradigmas en las ciencias sociales, con un plantea- de armas, a través de robos a su propio estado.»
miento que alcanza hasta lo más contemporáneo. Un proceso tal de descomposición, observa, se
El autor comienza explicando la peculiaridad que asemeja a lo ocurrido en muchos de los estados na-
las ciencias sociales otorgan a sus paradigmas, cuya cionalistas, pero en este caso (se refiere a los estados
construcción y cuya decadencia están sometidas a socialistas), «provocó una contradicción todavía más
modalidades complejas. A partir de este concepto fuerte porque se suponía que los dirigentes de estos
tratará de reconstruir una secuela de paradigmas que países estaban luchando por una sociedad igualitaria
se suceden en el tiempo, algunos de los cuales se y resultó que muchos de ellos estaban realizando un
reiteran con fuerza después de un ocaso temporario. proceso de mera acumulación de capitales particula-
A fines del siglo XIX, explica, surgió el paradig- res en violación a todos sus principios y a toda su
ma de la socialdemocracia y del estado benefactor, filosofía y a todos sus discursos» (ibíd., p. 13).
que se desarrolló primero en la Alemania de Bis- Hay algo más en este proceso de descomposición.
marck y adquirió después un relieve enorme en mu- En esos estados «el terrible autoritarismo que osten-
chos países europeos y en Estados Unidos con taban y que dio pie a la corrupción y a la restaura-
Franklin D. Roosevelt. En materia económica, Key- ción tuvo un efecto más: entró en contradicción cre-
nes fue la figura central de este paradigma, que «en- ciente con el desarrollo científico y tecnológico y
tró en crisis en los años setenta, cuando la sociedad fue física e intelectualmente incapaz de impulsar las
postindustrial y el desarrollo científico de las técni- industrias más avanzadas y de triunfar en la revolu-
cas de la comunicación para la producción y los ser- ción científica y tecnológica del conocimiento y la
vicios quitaron una fuerza relativa a la clase obrera información» (ibíd., p. 14).
organizada» (Dialéctica, n.° 22, p. 10). Así, «a la derrota moral del paradigma de acumu-
En México la revolución que se inicia en 1910 lación social se añadió la derrota científica y tecno-
crea un estado que se asemeja a los estados asisten- lógica de la segunda y la tercera revolución indus-
cialistas. Se trata de un modelo que levanta un pro- trial, sobre todo de esta última, la de la comunica-
grama integral, que abarca lo económico y lo social, ción, pero también la taylorista, la de la producción
la educación, la salud, el empleo como un derecho, en masa, pues el llamado socialismo real empezó a
la tierra para los campesinos. Después surgieron en producir tractores, aviones, maquinaria muy burdos,
el tercer mundo muchos otros estados de este tipo muy costosos, muy ineficientes, cuya producción y
(ibt'd.,p. 11).
En los decenios sesenta y setenta esos estados en-
traron en seria crisis. «Los regímenes populistas fue-
ron sistemáticamente derrocados por gobiernos auto-
ritarios o militares» (ibíd., p. 12).
Menciona enseguida a los autores y dirigentes
más importantes de ese tipo de estado, que en algu-
nos países de Asia y África adquirieron tonalidades
socialistas.
«A la caída de los regímenes y paradigmas del
nacionalismo liberador, se añadió una más, que aca-
ba de ocurrir en 1989 de manera colosal, de manera
impresionante, que fue el colapso de todo un mundo
asociado a la segunda gran potencia militar del glo-
bo, que se llamaba hasta hace poco Unión Soviética
y que dejó de exisitir» (ibíd., p. 13). Un cataclismo
que se extendió a todos los otros países del bloque
soviético en el continente europeo.
«Ese proyecto o paradigma, conocido como mar-
xista-leninista —sigue explicando— logró notables
avances económicos, sociales, educativos y científi-
cos durante un largo tiempo, pero fue cayendo poco
a poco en manos de burócratas, de políticos, de ma- Vasija procedente de Zaachila, cultura mixteca
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mantenimiento implicaron grandes derroches de ma- de diez años una realidad que, lejos de resolver los
terias primas y energéticos» (ibíd., p. 14). problemas del proyecto humanista, conforme corre
La crisis del paradigma autocrático —observa, re- el reloj, muestra que estos problemas se acentúan,
firiéndose en particular a la ex Unión Soviética— es que se extienden, que se agudizan» (ibíd., p. 18).
tan grave que «se manifiesta en la pérdida de las Lo que el autor cree descubrir en el mundo con-
palabras, de¡ discurso y de las formas de razonar, al temporáneo y particularmente en el subcontinente
grado que muchos de los líderes que están actual- latinoamericano es la presencia de lo que se ha lla-
mente al frente del proceso o en su contra parece mado democracia emergente, como una forma dis-
que no saben a qué palabras recurrir ni en qué con- tinta de reordenamiento social, económico y político,
ceptos apoyarse, ni qué decir, ni qué pensar, lo cual respetuosa de las ideas, de las variaciones políticas,
da idea de una crisis realmente muy grave, mayor de los universos ideológicos y que aproveche todas
sin duda que la de los estados benefactores del pri- las experiencias anteriores del proyecto democrático
mer mundo y de los estados populistas del tercero» y de la lucha por la libertad, la justicia social, la
(ibíd., p. 14). independencia y la soberanía (ibíd., p. 24).
La crisis del socialismo real —sintetiza— es mu- Esta última formulación alcanza el nivel de lo po-
cho más fuerte que las del primer y tercer mundos lítico, conclusión inevitable en un planteamiento de
(p. 14). este tipo, pero sólo llega a ella el autor después de
El autor penetra enseguida en los antecedentes un prolongado recorrido en el tiempo y de una agu-
históricos del pensamiento liberal, marcado por figu- da observación de lo presente.
ras eminentes durante varios siglos y del neolibera-
lismo, así como de los aportes que esas actitudes re-
ciben de corrientes transformadoras en materia cien- 5. Síntesis
tífica y tecnológica (¡bid., pp. 16-17). «La herencia
del rico pensamiento conservador —sintetiza ense- Cuando un sociólogo busca en la perspectiva históri-
guida— y el uso de técnicas científicas muy avanza- ca un instrumento que le permita esclarecer mejor su
das permitieron presentar un paradigma de alternati- propio panorama, o bien cuando un historiador se
vas sumamente vigoroso a las fuerzas hoy dominan- vuelca hacia el análisis sociológico de una coyuntu-
tes de los Estados Unidos, Japón y Europa. El fenó- ra, lo que ocurre es que tanto uno como otro, en el
meno no se dio en el caso de los países del socialis- afán por enriquecer su propia capacidad de análisis,
mo real, donde parece haber predominado un espíri- atraviesan los lindes de su especialidad y se van ubi-
tu sumamente autoritario en el terreno del pensa- cando en esa frontera incierta donde lo sociológico
miento, un espíritu parecido al autoritarismo de las se transforma en histórico y a la inversa.
religiones antiguas y más dogmáticas» (p. 17). Algo más aún, cuando eso ocurre es que el autor
En los países que fueron del socialismo real «se se va acercando, por fin, a la realidad de lo humano.
pasó de la sacralización de los grandes pensadores La ciencia, por fuerza, explora parcelas de la reali-
que habían dirigido el proceso, desde Marx y Lenin dad y en la misma medida en que la ciencia se hace
hasta Mao Tse Tung, a execrar y hablar de ellos más exigente y abarca realidades más amplias, la es-
también en forma muy autoritaria, como de tipo reli- pecialidad se impone como una necesidad perentoria
gioso, como de renegados que no logran encontrar que se origina en la limitación de la capacidad de
ese espíritu crítico que se informa, que se rehace y trabajo del ser humano. Esto es inevitable, pero tam-
que reformula sus organizaciones y sus luchas» bién lo es la comprobación de que una parcela de
(ibíd., p. 18). conocimiento puede tergiversar la verdadera realidad
Esta gran crisis de paradigmas «ha provocado una del todo.
conmoción muy fuerte en los planteamientos sobre El sostenido esfuerzo de Pablo González Casano-
el sentido de la historia y del humanismo. Ha remo- va por descubrir lo histórico que yace en lo socioló-
vido completamente los planteamientos sobre el pro- gico es la mejor profesión de espíritu científico. Pero
yecto humanista que surgió en el Renacimiento y hay todavía una observación más que agregar.
que, en cierta forma, es heredero de proyectos hu- Su obra parte de una realidad bien específica, que
manistas anteriores, algunos formulados en términos es todo lo latinoamericano. Él es, por definición, un
religiosos que vienen del cristianismo, y otros for- latinoamericano. Pero al serlo con un alto grado de
mulados en términos filosóficos que vienen del ra- excelencia va enunciando verdades de alcance uni-
cionalismo griego» (ibíd., p. 18). versal. La sociología y la historia de lo latinoameri-
«El problema es —agrega— que la alternativa li- cano son sólo una ruta para llegar a una mejor so-
beral, en todas sus versiones, ha generado en menos ciología y una mejor historia de lo universal.

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