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Hermanos y hermanas para comprender mejor el evangelio que hemos

escuchado es bueno que recordemos la relación pastor ovejas en los tiempos


de Jesús. Los que nos dan la idea de cómo era esa relación pastor oveja son
los beduinos o sea las personas que viven en el desierto, las personas que
han ido de excursión por esas tierras han tenido esa experiencia de
ver que esa relación no es únicamente de tipo económico, o sea por
interés, sacarle provecho en su lana, tomarse la leche, hacer un asado
de carne de oveja, o venderlo cuando están en necesidad, más bien
se desarrolla una relación casi personal, donde día tras día se la
pasan juntos en lugares solitarios, mirándose el uno al otro, sin nadie
más que ellos, el pastor termina conociendo todo sobre cada oveja, y
las oveja reconoce y distingue, la voz de su pastor, que habla con ella
con frecuencia.

Otra situación es el redil, es un corral en forma circular elaborada con


piedras, ahí es donde los pastores guardan sus ovejas para
protegerlos de cualquier peligro, en el redil pueden quedarse ovejas de
varios pastores, pero se queda un pastor cuidando la entrada en forma
atravesada, de manera que si las ovejas quisiera huir tendrían que
pasar sobre el pastor y de esa manera el pastor se despertaría, de
igual forma si un lobo o cualquier otro depredador quisiera entrar para
hacer daño a las ovejas tendrían que entrar sobre el pastor y de igual
manera él se tendría que despertar.

Teniendo ya esta idea ahora entremos al texto que acabamos de


escuchar, Jesús está hablando con los fariseos y les dice:

Entonces Jesús dijo: «Les aseguro que el que no entra en el redil de


las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido.

Porque Jesús les habla de esta manera a los fariseos, los fariseos se
supone que son los líderes religiosos, los guías espirituales de los
judíos y que ellos se consideraban sabedores de la ley y exigían que
se cumpliera al pie de la letra, pero ellos no lo hacían, los fariseos no
se juntaban con pecadores, eran hipócritas muchas veces Jesús les
llamó de esa manera, ellos ponían cargas pesadas a los demás pero
ellos no movían ni un dedo para hacer algo. Ellos no reconocen a
Jesús como el mesías, como el hijo de Dios, como el Salvador,
estaban ciegos, recordemos el contexto del evangelio que acabamos
de escuchar en el capítulo 9 Jesús sana al ciego de nacimiento pero
los judíos y fariseos lo critican, decían que ese hombre no viene de
Dios porque no respeta el sábado, que es un pecador, hasta se
atrevieron a decir que el hombre sanado no había nacido ciego. Por
eso Jesús les empezó a hablar del que no entra por la puerta del redil
es un ladrón y bandido. Ellos son los ladrones y bandidos que no
aceptaron a Jesús por lo tanto no entraron por la Puerta que es Jesús.

Hoy también hay ladrones y bandidos que no entran por la puerta sino
se meten por otro lado, saltando sobre el corral o miran como se
meten pero menos por la puerta, hoy en día hay muchos que engañan
a las ovejas, diciéndoles ven con nosotros o vamos a nuestra Iglesia
ahí te vamos a ayudar, ahí ten van a sanar, pero hay intereses de por
medio, por eso es importante para nosotros las ovejas conocer la voz
de nuestro BUEN PASTOR.

Sigue diciendo Jesús: “Pero el que entra por la puerta es el pastor que
cuida las ovejas. 3 El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada
oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil,
y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo
siguen porque reconocen su voz.5 En cambio, a un desconocido no lo
siguen, sino que huyen de él, porque desconocen su voz.»”

Para que el pastor de las ovejas sea un buen pastor tiene que entrar
por la puerta que es Jesús. En el Antiguo Testamento Yahvé era el
Pastor que sacó al pueblo de Israel de la esclavitud y lo condujo a la
tierra prometida pero necesito de pastores humanos como Abraham,
moisés, David y todos los demás profetas y lo mismo pasa en el
Nuevo Testamento Jesús es el Buen Pastor pero Él llama a otros
pastores para conducir su rebaño que ahora el Nuevo pueblo de Israel
es la Iglesia.

Por eso dice Jesús que el que entra por la puerta es el pastor que
cuida las ovejas, Jesús es el Buen pastor, es el Pastor que guía,
conduce a su Iglesia pero dejó a alguien visible que fue el Apóstol San
Pedro y sus sucesores, los obispos y sacerdotes y todos los que
tenemos a nuestro cargo alguna comunidad, grupo, ministerio, nuestra
familia, los que son maestros que enseñan todos somos pastores.

Cuáles son las características del Buen pastor. Dice el evangelio que
llama a cada una de sus ovejas por su nombre.

Jesús el Buen pastor nos conoce por nuestro nombre, porque hay
una relación personal con él, una relación profunda, íntima y conoce
nuestra fragilidad, así como las ovejas que son frágiles, si se queda
ensartada en una cerca no puede salirse por sí sola necesita la ayuda
de su pastor, la oveja anda en rebaño no puede andar sola, si llegar
a quedarse sola, no es capaz de defenderse, es fácil presa del lobo o
de otros animales feroces. Su dependencia del pastor la hace ser
obediente y atenta a la voz y a la dirección de su pastor. Y no obedece
a cualquier pastor, solo atiende al que es suyo porque conoce su voz.

Nosotros también somos frágiles, aunque nos creemos fuertes y muy


capaces somos también dependientes del Señor y tampoco nos
valemos por nosotros mismos, aunque engañados podemos pasarnos
toda nuestra vida, tratando de ser independientes de Dios, tratando de
valernos por nosotros mismos, si nos enredamos en nuestra vida
espiritual necesitamos ayuda de nuestros Pastor y Él nos rescata y
nos coloca sobre su hombro, igual que a la oveja perdida, para
llevarnos al redil. Tenemos que estar atentos a la voz de nuestro
pastor, no nos dejemos engañar por pastores falsos que anda por ahí
engañando a las ovejas.

Las ovejas reconocen su voz,


las saca del redil y cuando ya han salido todas, camina delante de
ellas.
En realidad al entrar, las ovejas se alegran, y al verle y abrir el portón para salir al campo, van
detrás de él sumisas y obedientes, y le siguen porque conocen su voz. Esta acción de seguirles,
trasmite un mensaje de sujeción profunda basada no en una imposición, sino en una relación de
protección y cuidado. Así que el buen pastor siempre va delante, marcando el camino, y solo se
voltea para ver a las que se apartan, y en caso de que alguna se salga del redil, inmediatamente va
en su busca y la devuelve cargada en sus hombros, lo que demuestra cariño y protección.

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