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¿Cuál es la diferencia entre la Biblia y la Torá?

¿Cuál es la diferencia entre la Biblia, la Torá y el Pentateuco?


Respuesta: La Torá fue escrita hace 3,100 años, durante el viaje de los hijos de Israel de Egipto, a
través del desierto, hasta la tierra de Israel. La travesía de los judíos en el desierto duró cuarenta
años. La sagrada Torá es la única copia y no puede ser cambiada; es el principal libro de la
sabiduría de la Cabalá.
La Biblia (de la palabra griega Biblia, que significa libro, rollo, papiro) y otros libros de espíritu
similar, con diferentes nombres, fueron creados en base a la Torá y se movieron a través de un
sistema de corrección útil para personas en particular.
Esto fue lo que sucedió entre los judíos en la antigua tierra de Israel hace 2,500 años y después de la
destrucción de Israel hace 2,000 años.
Como resultado, una traducción libre de ciertos pasajes, ciertos personajes adicionales fueron
introducidos en parte de la Torá y sus leyes y requerimientos fueron cambiados, cancelados y
revisados. En general, de ahí se convirtió la Biblia en una lectura libre.
Hasta la fecha, toda la evidencia histórica y arqueológica, como los descubrimientos de las cuevas
de Qumran, confirma el verdadero y original texto de la Biblia.
Es muy importante mantener la autenticidad del verdadero libro el cual se ha convertido en el libro
fundamental de la humanidad, estableciendo sus leyes sociales y familiares, reglas y educación.
Cuando los cabalistas leen la Torá, entienden por qué cada símbolo, cada letra y cada palabra fue
escrita, por qué son expresadas de esta manera y por qué siguen una tras otra en su forma específica,
porque la Torá es un código y no simplemente una secuencia de letras.
Así como el lenguaje de un programa de computadora es registrado usando símbolos particulares, la
Torá también fue escrita usando símbolos. Está prohibido cambiar algo en ella porque todo se
perderá; el proceso entero sería conducido de forma diferente.
De manera clara y precisa, el texto en la Torá transmite el descenso de la Luz Superior hacia el
deseo que fue creado por la Luz y la secuencia a través de la cual la Luz lleva al deseo a asemejarse
y volverse idéntico con esta. El libro habla sólo acerca de esto.

La Torá comienza de un secreto


La posibilidad de alcanzar el nivel superior de la naturaleza fue revelado a una persona quien
vivió hace 5775 años. Por esta razón, el fue llamado Adam HaRishón (el primer hombre). Esto
debido a que él implementó en sí mismo toda clase de correcciones que le permitieron descubrir la
habilidad de sentir, entender y alcanzar la fuerza superior dentro de sí mismo, le permitieron abrirse
camino hacia una dimensión en la que esta fuerza opera.
Él fue el primer cabalista porque descubrió un nuevo sentido, que no estaba sucediendo en la
característica de recepción sino, en la característica de otorgamiento. Adam escribió un libro acerca
del descubrimiento de la fuerza superior y sobrevivió por medio de sus estudiantes quienes
empezaron a desarrollar su método, haciendo posible que cualquier persona pudiera desarrollar
dentro sí misma el sentido para llegar a sentir la fuerza superior de acuerdo con su deseo.
Pregunta: Es extraño escucharlo porque estamos acostumbrados a que esta persona fue la
legendaria figura que vivió con su esposa Eva en el jardín del Edén y que comieron una manzana
del árbol del conocimiento.
Respuesta: La idea es que la Torá siempre habla en lenguaje humano, aun cuando hable de cosas
muy elevadas.
La Torá describe un proceso espiritual único en un número de niveles llamado PARDES (Pshat –
Simplicidad, Remez – Indicio, Drush – Alegoría, Sod – Secreto) y, si sabemos cómo leerlo de
manera correcta, entonces podremos alcanzar el estado de Adam HaRishón, Adam.
Este PARDES son los cuatro niveles de entendimiento de la Torá y, para alcanzar la Torá se
comienza desde el Sod, como dijo el gran cabalista Gaón de Vilna, debido a que aún no sabemos
nada. Así que, cuando comenzamos a partir de Adam HaRishón que comió una manzana, por
nosotros, este es un verdadero secreto porque no entendemos de qué está hablando la Torá.
Sin embargo, si trabajamos de acuerdo al método cabalístico, gradualmente lograremos el reino
escondido, la fuerza superior oculta y, comenzaremos a descubrir esta parte de la creación. Entonces
empezamos a ver en la Torá lo que realmente está ocurriendo allí y de Sod, nos movemos a la
interpretación simple, al Pshat.
El Pshat simboliza para nosotros que todo lo que está dicho en la Torá es simple y revelado a
nuestro entendimiento.

Los sabores de la Torá


Comentario: Usted comparó una vez un libro acerca de los atributos de la Luz con uno de recetas
sabrosas y saludables.
Respuesta: Sí, de hecho es así, ya que se trata de los sabores de la Torá. Pero para probarlo, hay
que sentirlo.
¡Se me hace agua la boca cuando miro lo que prepara un cocinero! En la Torá, sin embargo, leo
acerca de un cordero que es sacrificado, pelado, cortado, etc., así que, ¡¿qué tiene que ver esto?! No
tengo una sensación que coincida con la descripción de esas acciones espirituales.
Durante la lectura, tengo que saborear y sentir los deseos y atributos que coinciden; cómo operan en
mí, qué rechazo, y qué me atrae. Tengo que sentirlos porque estos son los mismos deseos e
intenciones que vivo y son los más importantes para mí en cualquier momento dado. Es decir, o
bien me acerco a la fuente superior real de la que depende todo, o, me aparto de ella.
Esto quiere decir que aquí yo trabajo con los atributos más destacados, pero que en la Torá son
descritos en palabras y definiciones que están muertos y lejos del léxico que describe las
sensaciones. No hay nada que podamos hacer, puesto que el lenguaje de la Torá opera con precisión
de acuerdo a la conexión entre las raíces y sus ramas.
¿Qué saborearé si tomo cedros del Líbano, un abedul, o una cuerda de bobina escarlata? Estas
cosas no tienen sabor ni entiendo a qué se refieren.
Sólo cuando la persona descubra dentro de ella estas sensaciones, cuando irrumpan en ella mientras
lee la Torá, lo oculto se volverá revelado.

La Torá es el instructivo en nuestro camino hacia la Luz


Necesitamos entender de una vez por todas que la Torá no habla ni una sola palabra sobre
este mundo. Versa solamente sobre el alma y su corrección. No se refiere a ningún otro tema.
Nuestra alma, nuestro egoísmo o nuestra “inclinación mala” es lo que está corrupto. Todavía
debemos realizar la importante tarea de aclarar lo que es el deseo egoísta – y esto no sencillo – para
después corregirlo. Revelaremos al Creador en nuestro deseo corregido y alcanzaremos la
equivalencia con Él, en nuestros deseos y pensamientos, en el corazón y en la mente.
La persona debe aspirar a ver el mundo espiritual a través de este mundo, y comprender que el
mundo espiritual es eterno y que nos encontramos en él, incluso ahora. Únicamente tenemos que
revelarlo nosotros mismos.
Todos los libros de la Torá están escritos especialmente para la revelación del Mundo Superior y del
Creador. La Torá en hebreo proviene de las palabras Oraá (instrucción) y Or (luz). Ella nos habla
sobre cómo revelar nuestro estado eterno, en el cual existimos, pero que no sentimos. Nos dice
cómo desarrollar en nosotros el sentido interior que nos permitirá percibir la parte oculta del mundo.
Todos los libros de la Torá hablan exclusivamente de esto, puesto que nuestro propósito es revelar
toda la perfecta Naturaleza en la que existimos.

La profundidad de las leyes de la Torá


Cuando nosotros examinamos las leyes de la Torá, es imposible aclarar su plena esencia
espiritual de una sola vez. Podemos acercarnos un poco a una determinada ley pero solo desde un
ángulo de muchas vías, revelaciones, y conexiones.
Allí se encuentra oculta una gran profundidad especial en cada ley, puesto que todas ellas
pertenecen a un sistema integral. De tal manera que no importa qué ley tomemos, mientras
atraigamos el final de la cadena y comencemos a hablar de él. Luego atraemos otro final, y todo
avanza de manera diferente de acuerdo a un punto de vista totalmente diferente.
Pregunta: ¿Cómo se expresa su integralidad?
Respuesta: Es imposible expresar la integralidad, ya que ésta no se refleja en nuestra conciencia de
forma plana, lineal o lo hace en un lenguaje que no podemos imaginar en absoluto. Como dijo
Kozma Prutkov: “Es imposible abarcar el infinito”.
No hay palabras para eso. Es imposible explicar el Ein Sof (Infinito), o por ejemplo la plenitud.
¿Cómo? ¿En comparación a qué atributos? Si ustedes comienzan a tomar todo esto aparte, no son
más que diferenciaciones y no integración. En el momento en que comienzan a cortar las diferentes
palabras y a ponerlas en frases, después no podrán integrarlas.
La integralidad comprehensiva
Pregunta: Yo todavía no entiendo qué significa la “integralidad” de la que hablamos todo el
tiempo.
Respuesta: Esencialmente, se trata de cambiar nuestro enfoque, acerca de un nuevo “conjunto de
datos”, sobre una nueva perspectiva del mundo. ¿Qué es una “integral?” Aclaremos esto en
términos geométricos. Supongamos que hay una cierta área que puede dividirse en cuadrados
pequeños de un tamaño determinado. Entonces, el área de cada cuadrado es un cuadrado (1…²).
Además, también nos quedan partes pequeñas que no son cuadradas.

Entonces, ¿cómo calculamos el área general del cuerpo (S)? Añadimos todos los cuadrados al área y
luego tenemos que calcular la superficie de las partes especiales (S-?). Si estuviéramos hablando de
peso, tendríamos que ver cuál es el centro de su masa es (He-?).
Así que dividimos esta área en cuadrados más pequeños y luego los agregamos. La suma (Σ) se
denomina “integral” (∫). De esta manera calculamos de cero a infinito (∞), hasta el más mínimo
detalle.
De la misma manera nosotros alcanzamos el nivel más bajo de la raza humana por medio de la
educación integral, hasta el último detalle. Finalmente, cada uno de nosotros, cada “cuadrado” es
igual a todos los demás. Así es como se relaciona la educación integral con la generalidad, la
integridad, y la complejidad.
La educación no corregirá el ego. El ego todavía permanecerá como es, y no hay nada que podamos
hacer con él: No puede reentrenarse, reeducarse para que pase de la recepción al otorgamiento. La
educación integral “recorta un poco las esquinas”, pero no corrige a la humanidad. Al
implementarla, nosotros sólo acercamos a las personas a un estado que nos permita traerles la Luz,
y la Luz ya hará su trabajo, el cual llamamos “reforma”. La conclusión es que los círculos que
construimos cambiarán realmente sólo después de que nosotros les pasemos la Luz a las personas.

No hay armonía sin integralidad


Pregunta: ¿Qué es un negocio armonioso?
Respuesta: Nosotros sólo podemos imaginar los sistemas analógicos y discretos puramente teóricos
que muchos de nosotros hemos aprendido en la universidad. Pero cuando nos encontramos en el
sistema analógico, nos sentimos impotentes porque nosotros no nos correspondemos con él en el
interior, dado que en este sistema uno debe considerar los deseos, intenciones, sensaciones y
actitudes de todos a nuestro alrededor.
Estamos acostumbrados a operar como en el ejército, siguiendo órdenes. Esta es la forma en la que
funcionan nuestras empresas, negocios, el sistema educativo en las escuelas y otras organizaciones
y sistemas. Pero hoy vemos que esto no funciona porque la persona tiene que cambiar
aparentemente para adaptarse al sistema integral.
La persona no cambia automáticamente. El sistema externo al que ella está entrando es redondo, y
la persona es lineal, y al final, no es capaz de operar en este nuevo sistema. No entiende cómo
operar dentro de él.
Con el fin de corresponderse con el sistema integral, la persona debe ser integral. Ella debe sentir
que es una parte del grupo, es decir, al menos parte del grupo donde trabaja. Además, debe sentir
esta parte internamente, es decir, debe cambiar constantemente y estar conectada con todos.
Ella debe sentir satisfacción del trabajo, la cual no está obteniendo ahora. Y no puede ser obligada a
sentirlo, simplemente porque los sistemas anteriores dejan de funcionar repentinamente y ya no la
afectan. La única manera de influir en ella es a través de la sensación de integración en el equipo, en
el movimiento común, en la sensación de comunidad. Sin importar dónde esté, sin importar el
equipo, ella debe sentir la base, la completitud de este sistema, y su dependencia de él y que él
depende de ella.
Integralidad ideal
Pregunta: ¿En nuestro estado presente, somos capaces de la verdadera integralidad, de la manera
en que debe ser idealmente?
Respuesta: No. La verdadera integralidad es algo que podemos estudiar en los sistemas análogos,
en los estados naturales ideales o cerrados, donde cada parte es dependiente de todas las otras
partes. Están todas completamente interconectadas a través de un infinito número de conexiones en
varios niveles. Cada parte define a todas las otras. Es un tipo particular de circuito holográfico,
análogo, donde tanto la entrada, la salida, todo tipo de otros estados suceden simultáneamente, y por
lo tanto, es imposible decir quién es primero, quién es último, y qué sigue a qué.
Es un sistema donde todos sienten absolutamente a todos como a uno mismo. Es una inclusión de
todos en todos en una forma tan completa, absoluta que los intereses propios de cada parte no son
tomados en cuenta en absoluto, y sólo el funcionamiento del sistema por entero es considerado- el
sistema se vuelve lo principal. Y después ocurren subdivisiones dentro de este acerca de qué es más
importante para el sistema y qué es menos importante. Cada parte trabaja para todo el sistema y se
ve a sí misma sólo en la capacidad de alguien que aporta al sistema. Esto es llamado “inclusión
integral”.
Naturalmente, nuestra naturaleza egoísta es completamente opuesta a este estado. No podemos ser
incluidos el uno en el otro, sólo podemos absorber, sentir, y estar conectados el uno al otro al grado
en que estamos interesados: mediante simpatizar, y así.
Nuestra naturaleza es el egoísmo absoluto. No notamos lo que no concierne a nuestro ego: Nuestros
órganos sensoriales capturan y nos comunican sólo lo que es útil o dañino para el ego. Es por esto
que el altruismo no nos parece una posibilidad para la existencia. Usualmente lo remplazamos con
algún tipo de alianzas parciales o mediante acercarnos entre nosotros, pero todas esas fuerzas no son
verdaderas propiedades altruistas, las cuales son descritas en el sistema integral, sino que son justo
el mismo egoísmo que funciona en cierta relación con otros con el fin de coexistir y no más que eso.
En otras palabras, no tenemos nada que ver con el verdadero sistema integral.

Integralidad: Sustituyendo un negativo por un positivo


Vivimos en tiempos en los que la naturaleza nos ha obligado finalmente a prestarle atención a
la integralidad. Todo se cierra, se vuelve global, y, lo queramos o no, estamos moviéndonos hacia
esto, y si a la persona se le diera un poco de teoría además la práctica que tiene que llevar a cabo en
contra de su voluntad, fácilmente tendría una vinculación interna.
Lamentablemente, por ahora, sólo vemos el aspecto negativo de la integralidad, ya que nos muestra
muy bien su completa interdependencia. Ya se trate de la escuela, del trabajo o de las diferentes
instituciones gubernamentales, sin importar hacia donde miremos, somos rechazados, apartados, y
así sucesivamente. Lo mismo sucede con la televisión en sus continuas telenovelas sobre asesinatos,
policías y tribunales. Vemos que todas estas cosas son un solo mundo integral común, pero es un
mundo negativo. Desafortunadamente, esta es la forma en la que debemos aprender sobre esta
cualidad esencial.
Nosotros debemos mostrarle a la gente que, tan pronto como reemplacemos un negativo con un
positivo, las cosas pueden llegar a ser completamente opuestas porque la naturaleza está
debidamente interconectada, y si nosotros, con nuestro comportamiento, proponemos una conexión
positiva en vez de una negativa, fácilmente podremos lograr la manifestación de la integralidad
positiva en todas las áreas.

Mirada el mundo a través de la lente de la integralidad


Pregunta: Supongamos que durante los estudios integrales en el grupo también hay un ladrón o un
soplón entre nosotros. De acuerdo con el sistema nosotros tenemos que elevarnos por encima de
nosotros mismos y valorar al otro, así como nos valoramos a nosotros mismos. Sin embargo, la
persona siempre se justifica, de tal manera que si tratamos de justificar la conducta del otro,
perderemos todos nuestros valores morales, y no podemos destruirlos sin crear otros nuevos.
Respuesta: Yo no destruyo ningún valor moral, sino que más bien aprendo a subir a mi siguiente
nivel, en el que el “nosotros” se vuelve más importante para mí que el “yo”.
Cómo puedo colaborar con toda la humanidad si me la presentan siempre como peor que yo mismo:
este es un tonto y el otro es más inteligente que yo, pero aquel es muy bueno en algo más, etc.
Entonces, ¿cómo puedo relacionarme con todos de manera integral si no aprendo a justificarlos
ahora? ¡Yo tengo que aprender! No estoy hablando del hecho de hacer excusas para ellos.
El propósito de los talleres es crear un órgano mundial para la percepción del mundo. Entonces yo
veré que el mundo es diferente, veré en él las conexiones mutuas, la red. Todo esto estará dentro de
mí, y así, repentinamente cuando mire el mundo, seré capaz de decir: “¡Oh, esa es la forma en que
debe hacerse!” Dentro de mí mismo esto no será muy difícil.
Trata ahora de preparar un programa de distribución de todos los alimentos en el mundo.
Supongamos que todas las cartas fueron colocadas en tus manos: Hay una cierta cantidad de
alimentos en el mundo que se encuentra en ciertos lugares, ahora distribúyelos de manera que todos
se sientan bien. Serás hecho pedazos; no tendrás ni los recursos humanos ni los recursos
informáticos suficientes para llevarlo a cabo.
Sin embargo, si tienes una perspectiva integral de la vida, esto será natural para ti, al igual que una
madre, que sabe qué es lo que tiene que prepararle a su bebé y qué tiene que prepararle al marido,
etc. ¡Y todo está listo! ¿Por qué? Debido a que ella los siente. Esto es parte de ella; está dentro de
ella. Pero si tenemos que hacer algo por los demás, nosotros nos encontramos con un gran
problema, y si es por el mundo entero, entonces mucho más.
Por eso es importante salir de mi mismo. Yo me “entreno” con los demás. Cuanto más estúpido que
me parezca, cuanto más opuesta sea su perspectiva a la mía, más puedo salir y elevarme por encima
de mí mismo hacia un acuerdo temporal con ellos.
Pregunta: ¿Qué termina este acuerdo temporal?
Respuesta: El hecho de que estoy creando un nuevo órgano de percepción integral. Yo comienzo a
entender a todas las demás personas y por medio de todo el sistema que se crea y nace en mí,
empiezo a ver cómo puedo cooperar con el mundo entero. No voy a corregir a nadie; es imposible
corregir el ego.
Todos los demás participantes conmigo atraviesan el mismo escenario. ¡Pero no nos corregimos
unos a otros! Nosotros nos elevamos al siguiente nivel.

Creando una imagen integral del hombre


Pregunta: ¿Cómo es diferente el ego que se revela entre los amigos en el grupo integral del ego
usual bestial?
Respuesta: Este es un ego de un nivel completamente diferente. Aparece en la medida en que la
persona anhela la integralidad (la integración), y sólo aparece en estas personas. Es como un cuerpo
nuevo que ahora quieres crear. A propósito, específicamente tú lo creas y nadie más. Al unir
pequeñas células egoístas al nuevo cuerpo, empiezas a sentir cómo estar partes están en oposición
una con la otra, en conflicto, en contradicción, y esto es así realmente en nuestro cuerpo.
Si tomamos un átomo, entonces ¿no están opuestos el más (+) y el menos (-), no se oponen uno al
otro? Sin embargo, sin una alianza entre ellos, no existiría el componente desde el cual toda la
materia pudo crearse. Desde dentro del conflicto y la conexión de los opuestos, empezamos a
obtenerlo todo.
Nosotros mismos, por medio de nuestros esfuerzos y a través de los atributos positivos y negativos
que aparecen en nosotros igualmente, creamos, formamos esta imagen, este sistema integral que es
llamado “Adam” (hombre/humano). Nosotros anhelamos positivamente la conexión entre nosotros,
y en vez de aquello, recibimos influencia negativa, separación. Y nuevamente con esta separación,
anhelamos la conexión al próximo nivel, y nuevamente nos rechazamos los unos a los otros con el
nuevo ego. Y así cada vez nos elevamos a una nueva integración.
Y ¿quién es el hombre aquí? “Adam” es lo que conecta juntas las dos fuerzas opuestas de la
naturaleza. Estas dos fuerzas no son nuestras. Nosotros las vemos desde lejos: Ahora yo odio a los
demás, anhelo amarlos, conectarme con ellos, y soy rechazado por ellos. Dentro de mí operan dos
fuerzas de la naturaleza. Yo mismo soy un componente neutral, pero al usarlos como dos riñones o
dos fuerzas opuestas, la positiva y la negativa, construyo un cuerpo humano espiritual. Este es el
cuerpo que existe, como un dipolo, egoísmo y altruismo, por medio de los cuales se apoyan
mutuamente el uno al otro.

La naturaleza es indivisible
Pregunta: ¿Qué partes conectables debemos destacar en el hombre y en la naturaleza? ¿Es posible
trabajar con la división del todo en partes para centrar nuestros esfuerzos en ellas?
Respuesta: En primer lugar tenemos que ver la naturaleza como un sistema totalmente integrado en
el que todo está conectado entre sí. No hay una partícula, átomo, fuerza o campo que no esté
conectado a un sistema, no importa si es en el nivel inanimado, vegetativo, animado, o hablante de
la naturaleza o si es consciente o no. Esto no debe dividirse en partes.
Nosotros lo dividimos en partes, porque no podemos entender ni aferrar todo esto, de la misma
manera que dividimos toda la naturaleza en diferentes ciencias. No existe la física, la química, la
biología, la zoología ni todas las demás ciencias. Es más conveniente que nosotros estudiemos la
naturaleza de esta manera, en algunos descubrimientos concretos. Esto sólo muestra la debilidad de
nuestro reconocimiento y de nuestra conciencia.
La naturaleza misma es totalmente integral y ninguna parte en ella puede resaltarse. Estas están
mutuamente conectadas.
Pero nosotros podemos alcanzarla como partes egoístas que están desprendidas unas de otras de
forma intermitente. Entonces podemos volver a conectarlas gradualmente al construir el mosaico
original. Pero esto sólo es en relación a nosotros, ya que la naturaleza misma es integral. Al crear
este mosaico, nosotros descubrimos gradualmente no sólo las partículas que lo componen, sino los
elementos que conectan, formando de esta manera el cuadro general. Así, al mismo tiempo esta
imagen recibe su existencia superior siguiente. Es como si pudiéramos juntar nuestro cuerpo a partir
de los diferentes órganos y sistemas, y que éste pudiera comenzar a funcionar y apareciera en él la
vida.
Debemos entender que al acercarnos a la integración en nuestro reconocimiento de la naturaleza
eventualmente alcanzamos la vida en ella, la cual puede ser llamada la única fuerza superior de la
naturaleza. Esta tiene un plan para nuestro desarrollo, tiene su principio y su final. Pero nosotros
sólo podemos acercarnos si aspiramos constantemente a la integralidad.
Nosotros comenzaremos a sentir esto gradualmente, poco a poco lo iremos suponiendo, e iremos
revelándolo cada vez más claramente. Y creo que empezaremos a descubrirlo no después de reunir
todas las partes de la naturaleza en una sola imagen, sino incluso, mientras nos acercamos,
empezaremos a tener un anticipo de la imagen completa.
Vemos que a medida que nos acercamos comenzamos a percibir la integralidad y gradualmente
alcanzaremos su pensamiento superior, no en el estado absoluto revelado, sino por etapas.

Existimos en el Mundo del Infinito


Existimos en un océano de la Luz del Infinito que contiene todos los nombres sagrados del
Creador. Estos nombres han de ser revelados en nuestros deseos al punto de similitud con una
cualidad particular del Creador incluida en la Luz del Infinito. Esta fuerza general, la Luz, es
llamada la “Torá“. Por supuesto, al día de hoy no estamos capacitados para valorar y
conocerla. Esto está más allá de nuestras capacidades y deseos actuales.
Sin embargo, esto es lo que podemos hacer: Si deseamos ser similar a la iluminación que nos llega
de esta Luz del Infinito, podemos alcanzar una similitud parcial y sentirla dentro de nosotros como
la revelación del ” nombre sagrado del Creador”. La Santidad está por encima del “cuerpo”, es el
atributo de otorgamiento o la cualidad de Biná. Después de todo, “el nombre del Creador” es una
vasija espiritual, un “Kli“, o un deseo de corregir (es decir, el deseo con la intención de otorgar).
Debido al poder de la Luz, nuestro deseo adquiere tal forma (intención) que puede establecer una
conexión con el Creador, es decir, con la Luz o la Torá (los nombres del Creador). De esta forma, al
ser influenciados por Or Makif (la Luz Circundante), poco a poco revelamos cualidades por
separado y acciones dentro de nosotros que son similares a la Luz o la Torá.
Todo esto es percibido y medido dentro de nosotros y en relación a nosotros (los receptores) hasta
el punto que somos similares a los atributos de la Luz, esto es, de acuerdo a la ley de equivalencia
de forma. Sólo volviéndonos similares a la Luz seremos capaces de sentirla.

El poder oculto de la Torá


Recibí una pregunta: ¿Podríamos decir que los grandes cabalistas, quienes crearon una
conexión entre el Creador y los seres creados, escribieron libros para nosotros, crearon el
método que se llama la Torá?
Mi respuesta:Los grandes cabalistas escribieron libros para nosotros. Sin embargo, en realidad no
son libros, sino más bien una revelación de la conexión entre nosotros y el Creador. Los cabalistas
nos dieron la oportunidad de aferrar esta conexión por medio de las letras y palabras que están
escritas en hojas de papel; de esta forma podemos participar en esta conexión.
Después de todo, ¿qué es un libro y qué son las palabras que están escritas en él? No sabemos lo
que es. Como niños tocamos algo. Y los cabalistas lo prepararon para que cuando nosotros tomemos
contacto con el libro, con el deseo de conectarnos con ellos, utilizamos la fuerza que crearon
mediante la conexión entre ellos.
Es verdad que crearon la Torá utilizando este medio. Después de todo, la Torá en realidad se nos
otorgó para corregir el egoísmo precisamente por medio de estos cabalistas y las almas especiales
que prepararon para nosotros esta oportunidad: su conexión. Si no fuera por sus acciones, no
podríamos alcanzar nuestra corrección por nuestra cuenta, que sería la conexión entre nosotros. Sin
las acciones de los cabalistas, no podríamos despertar la Luz que reforma.
Opera una sencilla ley de física: si usted tiene el atributo de otorgamiento, la Luz brilla en usted; si
no tiene el atributo de otorgamiento, la Luz no brilla en usted.
Por consiguiente es necesario comprender que sin la revelación de la ciencia de la Cabalá en los
libros y sin el estudio, una persona no puede despertar la Luz que reforma. Puede intentar arreglar
sus relaciones con las otras personas, deseando construir un mundo maravilloso, pero no recibirá la
fuerza de la Luz, la fuerza de corrección. Uno necesita estar conectado al sistema que utiliza los
libros auténticos, un grupo, un entendimiento, y una conexión conforme a las recomendaciones de
los cabalistas. De otra forma, será imposible alcanzar la corrección.

Alcanzando Los Nombres Del Creador


Artículo de, La Enseñanza de la Cabalá y Su Esencia, sección, Expresiones Espirituales: Lo
Espiritual no tiene imagen, así que no tiene letras con que contemplarlo. Incluso si declaramos en
general que es Luz Simple, que desciende y se extiende hacia el que la busca hasta que uno se viste
y la alcanza en la cantidad suficiente para Su revelación, también, es una expresión prestada. Esto
es así porque todo lo que es llamado “Luz” en el mundo espiritual no es como la luz del sol o de una
vela.

Para una persona que aun no percibe la espiritualidad, los objetos espirituales son un total enredo de
palabras abstractas. Es como un niño que no entiende el significado de las palabras y simplemente
repite con los adultos. Y cuando lo reprendes con un “¿Qué has hecho?” repite jovialmente, “¡Qué
has hecho!”
En otras palabras, no entendemos los fenómenos espirituales que las palabras reflejan y, como
niños, repetimos las palabras con los Cabalistas. Pero, gradualmente tenemos que aproximarnos a su
verdadero significado y a sentir lo que está oculto detrás de esas palabras.
Todos los conceptos espirituales expresan un deseo y las sensaciones dentro de un deseo ya que
nada más existe en toda la realidad. Hay un deseo (vasija espiritual) y algo que entra en este. La
impresión dentro de un deseo es llamada “la Luz.”
El deseo está dividido en cinco niveles: Kéter, Jojmá, Biná, Zeir Anpin, y Maljut. En
correspondencia, revelamos dentro del deseo cinco tipos de luz: Nefesh, Ruaj, Neshamá, Jaya, y
Yejidá. La suma de las cinco luces y cinco deseos define el “nombre del Creador,” es decIr alguien
que me influye. El Creador es el que creó deseos en mí y me dio pantallas para ellos. Él es el que
arregló todo de manera que sienta su impacto en mi manera de actuar; Él lo hizo todo. Todo lo que
hago es sentir las consecuencias de Sus acciones.
Por lo tanto, todo lo que percibo es llamado “el trabajo del Creador.” Lo llamo por el nombre que
me es instigado por la suma de mis deseos y luces que siento en ellos, es decir, por la impresión que
recibo. Así es como se forman las palabras en la espiritualidad.
Sólo necesitamos entendernos a nosotros mismos, y entonces revelaremos al Creador dentro de
nosotros. Por esto lo llamamos “Boré” (ven y ve). El nombre del Creador soy yo sintiendo Su
propiedad de otorgamiento apareciendo en mí. Al principio nosotros, como niños, repetimos
palabras vagas con los Cabalistas: Kéter, Jojmá, Biná, AB, SAG, y en adelante. Eventualmente, sin
embargo, tendremos que alcanzar su significado y empezar a sentirlas.

¿Cómo nacen las palabras?


La huella o impresión espiritual de una persona es llamada “Luz“. Es similar a cómo en
nuestro mundo Luz significa, visión o entendimiento, como vemos en las expresiones comunes
tales como “la luz de la sabiduría”, “claro como el día”, o, lo contrario “oscura confusión”.
Todos los nombres son tomados de nuestro mundo ya que no hay palabras en el mundo
espiritual. La expresión espiritual determina el alcance del otorgamiento, mi semejanza con
la Luz Superior en la que existo. El índice varía de 0 a 100% y están representados en los 125
grados espirituales, cada uno de ellos se divide en 10 Sefirot y muchos sub niveles.
Es de esta forma que nuestro lenguaje surge con todas sus palabras. Esto es así aún en nuestro
mundo donde me parece que recibo impresiones de los objetos materiales o acciones. Todo esto es
imaginario. No hay nada, excepto mi percepción de la Luz Superior revelada en mi deseo.
En otras palabras, existimos en contacto directo o contrario con el Creador, y reaccionamos sólo a
SU LUZ o su ausencia. Así es como todas nuestras palabras nacen. La única diferencia entre los
términos espirituales y materiales es si puedo o no medir cuán similar soy a la Luz Superior. Si
puedo, entonces es un término espiritual. Sin embargo, si aún no me reconozco ni puedo medir mi
equivalencia con la cualidad de otorgamiento, entonces le doy a mis sensaciones “nombres
materiales”.
No deberíamos engañarnos creyendo que somos libres de salir con nuestras palabras por cuenta
propia; ellas provienen de nuestra naturaleza. Si primero creo algo y lo llamo “mesa”, esto significa
que recibí este nombre en mis deseos y cualidades de la Luz que se expande en ellos. Después de
todo, yo soy una vasija espiritual en la que ocurren tales fenómenos.
Por lo tanto, puede no haber ninguna coincidencia aquí. Toda la creación, sin importar lo que pueda
parecernos, no es otra cosa que un mero deseo de disfrutar que recibe la influencia del Creador.

Detalles intrincados del lenguaje hebreo


Dan Kaner es un verdadero maestro de la lengua hebrea, con un conocimiento extraordinario
de sus complicaciones, de su origen, de su historia de su evolución. Por lo tanto, fue un
verdadero placer conversar con él sobre la lengua hebrea en la Cabalá.
Originalmente, el hebreo es un símbolo de las fuerzas que operan en el universo. Expresa
armoniosamente la esencia del hombre y la naturaleza por medio de las letras y los símbolos
(TANTA). Combinar y ordenar las letras para formar palabras y frases es el medio para describir el
sistema de la creación de la criatura y la corrección en todo el camino hasta llegar a la corrección
completa: la semejanza con el Creador o la Luz. La Torá ilustra este sistema. Conocer las fuerzas y
las acciones que indican las letras nos permite movernos por el proceso de la creación,
incorporarnos a él en sus diferentes etapas y por lo tanto adquirir un entendimiento del plan del
Creador.
Dan se impresionó mucho con la riqueza que el lenguaje de la Cabalá ofrece al describir el lenguaje
hebreo, las sensaciones que evoca cada letra cuando se le interpreta con la Cabalá y la música de
sentimientos que toca al combinar las letras. Comprendió que la Cabalá lo faculta a uno a entrar al
mundo de las letras, los símbolos, las fuerzas y los deseos, sentirlos y sentir la Luz que los llena.
La lengua o el habla es lo que separa a los seres humanos de los animales. Nuestra garganta es un
órgano especial donde todas las fuerzas del cuerpo y del alma se juntan. Las cinco piezas de los
pulmones suministran el aire a través de las cuerdas vocales en las cinco partes de la boca, y esta
última divide todos los sonidos en cinco grupos. El sonido de una letra corresponde a su esquema,
valor numérico (Gematria), y a la sección del cerebro que envía órdenes al aparato vocal. Y todo
esto sucede según las cinco partes de la creación y el nombre de cuatro letras (Tetragrammaton) del
Creador. ¡En breve, todavía hay mucho más de qué hablar!

Haremos y escucharemos al Creador


El Zohar, capítulo Lej Leja, punto 315: “Que bendigan al Señor Sus ángeles… escuchando la
voz de Su palabra”.
El hombre se denomina un “ángel” cuando efectúa acciones sin pensar, como un simple autómata;
no tiene cabeza (Rosh) y hace lo que le indican. Lleva a cabo todo aquello que alguien más está
pensando. Este estado se denomina “un ángel”, porque el ángel es una fuerza que actúa sin
discernimientos.
Por eso en la indicación, “Haremos y escucharemos”, la parte “haremos” la realizaremos como los
ángeles. Y por eso está escrito: “… Sus ángeles que cumplen Su palabra para escuchar la voz de Su
palabra”. Lo mismo hacemos nosotros: “Haremos y escucharemos”. Al efectuar las acciones sin
una conformidad interior, sin un conocimiento claro de la razón y el propósito de lo que hacemos
(porque son los atributos de un estado superior), somos merecedores del mismo escalón superior.
Realmente es la forma más natural de actuar, como un niño que juega sin saber a qué está jugando,
repite todas las palabras del adulto sin entender su significado. Podemos decirle cualquier disparate
y él va a repetirlo con seriedad. Podemos mostrarle cualquier movimiento y él lo repite con toda la
fuerza de su deseo. De este modo aprende. Porque un niño no tiene razón (Rosh, la cabeza del
Partzuf), la razón es el atributo del adulto. Y el pequeño solo tiene un cuerpo (Guf del Partzuf) para
efectuar las acciones.
Pero, cuando el inferior sigue al Superior y se anula a sí mismo ante él, entonces adquiere la mente
del Superior y se vuelve similar a él. Esta es la esencia de, “haremos y escucharemos”.

Como leer la Torá


Esta es una orientación para leer los resúmenes de los capítulos de la Torá publicados en este
blog:
La Torá establece las bases de la teoría y la práctica para alcanzar la vida espiritual. Ni Adán ni
Abraham recibieron el método completo para alcanzar al Creador; sólo Moisés. Todos los otros
textos son comentarios, esto es, la descripción de otras formas para alcanzar al Creador o
descripciones de haber parcialmente llegado hasta EL.
La Torá, viene de las palabras Ohr, Luz, y Ora’a, instrucciones. Está escrito en el Lenguaje de
Ramas, que llama a las fuerzas espirituales por los objetos que producen en nuestro mundo. Así que
aún cuando pensemos que está describiendo nuestro mundo, en realidad está describiendo fuerzas
espirituales, puesto que en el mundo espiritual hay solamente fuerzas sin materia.
¿Por qué necesitamos estás descripciones del Mundo Superior?
1. Para que al leerlas, invoquemos la influencia de la Luz de Corrección (Ohr Makif).
2. Para que una vez que nos hayamos corregido mediante la Luz, nos llenemos de Ella en la
medida de la corrección.
Si no fuera por éste método, permaneceríamos en el nivel animado de la existencia para siempre.
No podríamos alcanzar en nivel de la eternidad, la perfección y la equivalencia con el Creador.
El Lenguaje de Ramas (que describe a la Fuerza Superior con la ayuda de sus resultados o ramas)
tiene cuatro modificaciones, en otras palabras, hay cuatro Lenguajes de las Ramas:
1. El lenguaje de Tanaj – Narración histórica, como la que se usa en el resumen del capítulo de
la Torá que se publican en este blog;
2. El lenguaje de Halaja – leyes;
3. El lenguaje de Hagadot – leyendas;
4. El lenguaje de la Cabalá – este lenguaje es el más cercano a las raíces espirituales y el más
preciso de todos. Para más información, vea el artículo de Baal HaSulam, “La Esencia de la
Sabiduría de la Cabalá”.
Mi sugerencia: Conforme lea la Torá, empiece imaginando que está hablando de egoísmo, el deseo
que necesita corregirse, para que en lugar de ser utilizado para uno mismo, sirva para beneficiar al
prójimo (o al Creador, que es lo mismo); esta corrección ocurre gradualmente, en partes. Todo se
divide entre la fuerza de otorgamiento (el Creador) y la fuerza de recepción (la creación). La parte
de la creación que está corregida o que atraviesa la corrección se llama Israel (Isra-El – directo al
Creador). También tiene partes que se llaman gente, gobernantes, esclavos (de los deseos),
supervisores (de la corrección), Levitas, Cohens, y así sucesivamente. Verifique por sí mismo qué
tanto puede usted discernir sobre las acciones de las fuerzas que gobiernan nuestro mundo detrás de
las escenas “teatrales” que lee.

El misterio de la Acción de la Creación


El Zohar, Capítulo Behaalotja, Punto 43: Hay siete ataduras a los setenta y dos nombres,
mediante las cuales están atados en cada una y todas las conexiones: los tres patriarcas, HGT
y otros cuatro NHYM.
El Rosh (cabeza) de los nombres AB (Gematria: 72) en los tres Sefirot HBD, que son llamados
Rosh. Ellos están en una conexión con su media, la Maljut, ya que estos Jojma y Bina son los
que excavan el pozo del agua, Maljut.

Tal como está escrito, “El pozo que los príncipes cavaron”, es decir, Jojma y Bina. Por ello,
Jojma, Bina, Daat, están en una conexión con la Maljut.

La segunda atadura es entre ellos, es decir las dos líneas, Jesed y Gevura, de las que se dice,
“Uno no se acercó al otro”. Estos se encuentran en una conexión que empieza con tres Yuds.

Cuando el hombre empiece a construir la conexión entre su alma y las otras almas, significa que él
empieza a componer su imagen, ya que ni uno solo de nosotros tiene su propia construcción.

La construcción de nuestra alma tiene lugar alrededor de nuestro punto en el corazón, es decir, en
torno a la incorporación en ella de los deseos ajenos como si fueran propios, es decir, de la conexión
con otros puntos en los corazones que están dirigidos a la misma meta.

Cada uno se queda como un punto, es su personalidad, una gota de semen, y todo lo demás que él
adquiere procede de la conexión con otras almas.

En resumen, surge un sistema de conexiones entre las almas, donde cada una de ellas consta de sí
misma y de las demás. Este sistema que se revela al hombre se denomina “Merkavá” (la Creación).

Ésta es la misma “Acción de la Creación” (“Maasé Merkavá”) que se considera como un gran
misterio. Pero esto es un misterio sólo para los que aún no la revelaron.

Se habla sobre la altura del nivel espiritual, al lograr el cual, te conviertes en el Creador.

Ya sabes cómo crear tu conexión con otras almas, porque has revelado toda la estructura del alma
común Adám Rishón y actúas dentro de ella de modo constructivo, en tres líneas y en 72 nombres
del Creador.

Las letras son los atributos, en los cuales revelamos la conexión entre las diferentes partes del
sistema Adám y nosotros, entre los grupos de las almas y las almas particulares.
De igual manera, en nuestro cuerpo, las células se unen formando órganos y los órganos se unen en
un sistema común. Existen también muchos otros sistemas paralelos unidos entre sí.

¿Hubo realmente un Adám HaRishón?


Pregunta: ¿Qué fue de Adám HaRishón después de su transgresión?
Respuesta: Lo describimos como si hubiera un Adám antes y después del pecado. Eva, la serpiente,
la manzana, el Árbol de la Vida, Jardín del Edén: En verdad, ninguno de ellos existen.
Un sistema desciende desde Arriba y este organiza los grados espirituales al disminuir de las Luces
en las vasijas (Kelím). Al emplear de libre albedrío, adquirimos una nueva vasija, donde ocurren
varios fenómenos. Hasta entonces, no hay nada más que el Creador, Elokím.
Y, en efecto, ¿quién puede percibir a Adám en la espiritualidad? Si no existimos en el mundo
espiritual, nada existe, salvo alguna idea abstracta sobre la cual nada podemos decir. Todo existe
únicamente en relación con una persona.
¿Cómo entonces, saben los cabalistas sobre el descenso del sistema de Arriba hacia abajo? Pueden
hacerlo basados en sus auténticos alcances de abajo hacia arriba. Pero ¿puede hablar uno de algo
que existió antes que él? Un cabalista alcanza los acontecimientos del mundo espiritual y los
describe, después, yo también, comprendo lo que él ha escrito. Para mí, él es parte del mismo
sistema de Adám.
Cualquier cabalista que me pasa el conocimiento de una realidad espiritual a mí es un sistema en
vez de una persona. También debemos ver a los amigos y al mundo entero de esta manera. Somos
un sistema. Al trabajar en él correctamente, manifestamos los resultados correctos. Pero si actuamos
de forma incorrecta, los resultados serán erróneos también.
Los cabalistas alcanzan las raíces dentro de sí mismos, en sus Kelím. Nada puede existir fuera de mi
Kli. Después de haber creado un Kli, algo se manifiesta inmediatamente en él dentro de mí. Me doy
cuenta de que sus raíces están en el mundo del Infinito (Ein Sof) y este atraviesa los grados de
disminución, mientras desciende hacia mí.
Sin embargo, si no tengo un cordel de conexión con el infinito, entonces no hay mundos entre
nosotros tampoco. Ellos existen solamente si los despierto a la vida, si quiero unirme dentro del
Creador. Entonces, se establece inmediatamente una conexión entre nosotros, y esto, de hecho, es el
sistema de los mundos.

El fruto prohibido: Segundo intento fallido


Pregunta: ¿Cómo podemos explicarles a las personas que en realidad existe una sola alma de
Adam HaRishón (el primer hombre)?
Respuesta: Existe un deseo de recibir y está lleno de Luz. Este estado es llamado Ein Sof (Infinito).
No hay fronteras, tiene límites; sin importar el tamaño del deseo, la Luz lo llena al máximo. Esta es
la razón por la cual en la espiritualidad todo se mide no por medio de parámetros cuantitativos, sino
cualitativos. Si hay “un gramo” de deseo, hay “un gramo” de placer que se corresponde con él, y
esto ya es Ein Sof, sin límites, la Luz y el deseo son iguales.
Al mismo tiempo, cuando el deseo de recibir llega a conocerse a sí mismo más profundamente,
descubre dentro de él una mayor intensidad cualitativa hasta que alcanzar el círculo central llamado
el alma de Adam HaRishón. Dentro de mi deseo de recibir, en mi Maljut, yo obtengo el del cual
provine y por qué razón. Entonces realmente quiero unirme con la Luz, y recibir el alma de Adam
HaRishón

Baal HaSulam nos da el ejemplo del huésped que le dice al anfitrión que quiere ser como él.
– Bueno, dice el anfitrión, haré eso por ti.
Entonces, el invitado elimina la Luz, pero, de hecho, actúa contra el anfitrión y comienza a alejarse
de él en busca de un estado en el que pueda demostrarse a sí mismo y al anfitrión que puede ser
como él, para demostrarle al anfitrión su verdadero otorgamiento.
De la misma manera, Adam HaRishón quiso saborear del “árbol del conocimiento” usando todos los
medios posibles, lo cual significa recibir la Luz en sus vasijas de recepción, con la intención de
otorgar. Este fue el “pecado del árbol del conocimiento”, que es similar a la “ruptura de las vasijas”
en el mundo de Nikudim, pero de una manera más revelada. Aquí ya hay detalles como: “serpiente”,
“Eva”, el “Jardín del Edén”, y “El infierno”, es decir que hay partes enteras del deseo de recibir
cuya esencia y meta ustedes ya la saben. Así que ustedes penetran en la profundidad del deseo que
fue creado por el Creador. Éste se vuelve más detallado, más claro, más maduro, como una fruta
que está madurándose en un árbol.
Esta fruta promete sabores maravillosos y evoca una gran pasión en ustedes. La primera probada
fue realmente con el fin de otorgar: Adam y Eva recibieron toda la Luz de Ein Sof, pero aún no
tenían el deseo completo con las Reshimot (genes espirituales) dirigidas hacia este placer. Pero más
tarde, cuando las nuevas Reshimot, los nuevos sabores penetran en el deseo, ellos no pueden
renunciar a la intención egoísta en el segundo intento, o más exactamente, no pueden evitar caer en
la tentación. Después de todo, no existen “circunstancias restrictivas” en la espiritualidad. Allí todo
se resuelve con el deseo, y si yo quiero robar, robo.
Ahora tenemos que corregir esos deseos, las vasijas. Cuando nosotros las corregimos, volvemos al
alma corregida de Adán HaRishón.
¿Por qué es uno para todos? Esto se debe a que todos alcanzan la unidad con todos los demás.
Después de todo, la corrección es en realidad la conexión con todos, gracias a la cual yo puedo
alcanzar la vasija unida y recibir en ella la Luz única del alma. Ustedes no pueden corregirse a sí
mismos por separado y dejar que ellos permanezcan en el “mal”. No hay tal cosa. Yo no me
corregiré a mí mismo si no me conecto con todos y los corrijo a todos.
Por ello, finalmente yo llego a un estado en el que todos están corregidos y entonces soy llamado
“justo completo”, es decir que yo me justifico y me juzgar a mí mismo y al mundo en la escala de
méritos.
Imaginen que alguien que está junto a ustedes, hablando desde su corazón puro, dice que el mundo
entero es bueno y que el Creador es bueno y benevolente y que el mal simplemente no existe.
Ustedes lo miran y no entienden de dónde viene: “¿Tal vez deberíamos llamar una ambulancia? ¿Es
que no ve lo que está sucediendo en el mundo?” Ustedes no lo entienden, pero él si te entiende;
puesto que ya ascendido por la escalera del alcance espiritual, él alcanza el alma de Adam
HaRishón completa y los ve a todos en Ein Sof. A pesar de que ustedes sienten nuestro mundo cruel
en sus vasijas corruptas, ustedes también están allí.
¿Qué debemos hacer para sentir esto? Sólo una cosa, corregirnos a nosotros mismos. El mundo no
cambia, ustedes cambian, y entonces lo ven de otra manera. Sólo en su percepción personal interna.
Hoy en día ustedes están viendo todo a través del prisma de sus defectos, así que no vea la
verdadera realidad, sino que se ven a ustedes mismos como son hoy…

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