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El materialismo filosófico de Gustavo Bueno

Introducción a la ontología materialista

Por Felipe Giménez Pérez.

El materialismo filosófico es una filosofía que lleva ya una trayectoria de más de


cuatro lustros y tiene la ventaja de que está escrita y pensada enteramente en
español y que su autor está todavía vivo. En resumen, es una filosofía reciente y
muy original, pues repiensa todos los temas clásicos de la ontología y la
gnoseología.

1. La función de la filosofía. La diferencia entre Ideas y categorías.La filosofía es


un saber de segundo grado. Esto significa que presupone la existencia previa de
otros saberes ya dados. La filosofía es como la lechuza de Minerva: sólo levanta
el vuelo al atardecer. La filosofía no pretende conocer la realidad. Es esa una
tarea específica de las ciencias. Sin embargo, no por ello es la filosofía un saber
vacuo, huero, adjetivo, muy al contrario, la filosofía es un saber sustantivo. Su
objeto lo constituyen las Ideas. La Idea es antes una categoría que desborda su
ámbito de aplicación y cobra un significado trascendental, trasciende y rebasa
su ámbito categorial inicial. Las Ideas desbordan los ámbitos científicos,
categoriales y los recorren y atraviesan como hilos de una urdimbre. El tema de
la filosofía es la relación entre las Ideas y categorías. La categoría es un
concepto científico, que define el ámbito de esa ciencia y su campo de
objetos.Precisamente uno de los postulados o presupuestos teóricos del
materialismo filosófico es la afirmación de la conexión objetiva de las ideas por
encima e independientemente de la voluntad y de la conciencia de los filósofos.
Hay un orden eidético sistemático, arquitectónico de las ideas. Este orden no
equivale a un cosmos, a una armonía aproblemática, monista. Monismo equivale
a la postulación de un orden de la realidad omnicomprensivo, a la hipostatización
de la idea de orden, de unidad. El monismo, como ya vio Platón en el Sofista 251-
253, es dogmático y paraliza el discurso racional. Si todo está unido con todo, no
podemos conocer nada. Nada se puede decir. Tampoco el extremo contrario, el
nihilismo o atomismo es deseable. Tal tesis afirma que todo está separado de
todo. También esta vía es intransitable para la filosofía. Platón nos dice que lo
correcto es sostener la symploké de los géneros de la realidad. La realidad está
en symploké: ni todo está unido con todo ni todo está separado de todo, sino
como están entre sí las letras de un idioma, hay conexiones y desconexiones. La
función de la filosofía es explorar la symploké de las ideas. La razón filosófica es
una razón que se mueve entre dos aguas: entre el monismo y el nihilismo. En este
sentido, Bueno obra como Kant: ni dogmatismo ni escepticismo.Otro postulado
de Bueno es la identificación entre filosofía y materialismo. La razón filosófica es
solidaria del materialismo. Toda filosofía es materialista. Todo lo que la filosofía
académica clásica tiene de recuperable y asumible es materialismo. Conviene
realizar una enérgica reinterpretación de la historia de la filosofía desde la
perspectiva del materialismo filosófico.La filosofía es un saber crítico, racional.
También las ciencias son racionales y críticas, pero su racionalidad crítica
desfallece a la hora de pensar sus propios fundamentos y su significado. En
cuestiones trascendentales, muchos científicos caen en el misticismo cuando no
en una "filosofía espontánea de los científicos" que casi siempre suele ser el
positivismo. La filosofía es necesaria como saber de segundo grado para, como
decía Platón, remontarse a las hipótesis y superarlas hacia un saber
anhipotético, las Ideas trascendentales que atraviesan los diversos campos
categoriales enlazándolos entre sí. El problema de la verdad no es un problema
científico, categorial, sino filosófico, trascendental.La filosofía es una praxis que
reflexiona sobre las prácticas humanas y tiene una doble dimensión teórica y
práctica que son inseparables e ineludibles.Siendo el objeto de la filosofía las
Ideas y su relación con las categorías, la filosofía se configura como "taller de
las Ideas" y se presupone una conexión estructural, symplokética de tales Ideas
y por lo tanto, la posibilidad de construir una geometría de las Ideas mediante el
doble y circular movimiento de regressus de los fenómenos hacia las Ideas y
progressus de las Ideas a las configuraciones fenoménicas, categoriales.

2. La ontología general.El principal "descubrimiento" de Bueno, si es que


mediante tal término ha de ser designado es tal vez la distinción y delimitación,
en el seno mismo de la ontología, entre ontología general y ontología especial.
Gustavo Bueno lo que hace en tal respecto no es sino retomar una vieja
distinción escolástica, en concreto, de la filosofía de Christian Wolff (1679-1754)
quien distinguía entre Metaphysica generalis y Metaphysica specialis,
comprendiendo la primera el ser en general y la segunda la psychologia
rationalis, la cosmologia rationalis y la theologia rationalis. Tal esquema
metafísico fue triturado por la crítica kantiana de la metafísica que realizó en la
Dialéctica Trascendental de la razón pura en su obra "Crítica de la Razón
Pura".La distribución trimembre de la ontología especial tiene una importante
función de superación del dualismo hegeliano y marxista entre espíritu y
naturaleza. La ontología especial se ocupa de la materia ontológico-general (M).
Bueno rehúye de formular un sistema de filosofía dogmático y metafísico al
margen de la ciencia. En tal caso, el concepto de materia ontológico-general no
podrá ser un concepto genérico abstracto que se distribuiría homogénea y
uniformemente en sus géneros subalternos. La función de (M) es esencialmente
crítica. La materia ontológico general es un concepto negativo, regresivo al que
arriba la razón crítica filosófica trascendental. Ejerce una función crítica,
reguladora, prohibiéndonos caer en la metafísica. En cuanto concepto positivo, la
materia es pluralidad radical de partes extra partes y progresa hacia los tres
géneros de materialidad (M1, M2, M3) constituyentes empírico-trascendentales
del Mundo (Mi) ámbito de la ontología especial. La materia ontológico-general se
obtiene regresivamente por análisis recurrente de las configuraciones
fenoménicas mundanas, las cuales suministran el material del que se nutre la
crítica filosófica.Además, la materia ontológico-general (M) no es nada diferente
del proceso histórico-crítico-filosófico de constitución de la conciencia
filosófica, que surge del mundo y de la inconmensurabilidad dialéctica de sus
partes integrantes. La conciencia filosófica o Ego trascendental (E) no es nada
diferente de la materia (M).Se podría decir, comparándolo con Hegel, que E, la
conciencia es la materia en cuanto sujeto de sí misma. M sería el objeto. Es el
movimiento de la materia haciéndose simultáneamente objeto y sujeto de sí
misma. La materia es sujeto y objeto, pero tales no son sino uno y lo mismo. La
materia es a la vez conciencia filosófica, el movimiento histórico y las
condiciones materiales que hacen posible el filosofar sobre la materia y el objeto
mismo de ese análisis regresivo, esto es, la materia en cuanto objeto del filosofar
de la conciencia filosófica.La materia no equivale al mundo. El mundo está
incluido en la materia ontológico-general pero no ocurre a la inversa. La materia
ontológico-general no está incluida en el mundo, lo rebasa negativo-críticamente.
La idea de materia desempeña el mismo papel que en Kant desempeñaba el
noúmeno. Es una idea reguladora crítica que nos impide caer en el monismo, la
contrafigura del materialismo. El materialismo se opone al monismo. El monismo
no es otra cosa que la hipostatización de la idea de unidad, la cual es solidaria
de la unidad del alma o espíritu. El monismo o cosmismo, la afirmación del orden,
del cosmos, de la finitud del mundo y de su equivalencia al ser es solidario de la
idea de espíritu. El monismo es espiritualismo e idealismo. El idealismo es
dogmático, el materialismo es crítico. El materialismo es filosófico, el idealismo
es metafísico. El espiritualismo no es otra cosa que la hipostatización del estado
gaseoso de los cuerpos. También se opone el materialismo filosófico al
materialismo vulgar corporeísta o naturalismo. También este materialismo es
metafísico y no es otra cosa que la reducción de lo real al estado sólido de los
cuerpos.La función de la ontología general materialista es esencialmente crítica,
regulativa, impidiendo la recaída en el idealismo y en el nihilismo. La filosofía
nada entre dos aguas: el nihilismo o escepticismo y la metafísica o idealismo.El
concepto de materia es negativo: negación del mundo, regressus crítico-
negativo, idea regulativa, noúmeno, concepto límite. Y es positivo: radical
pluralidad infinita de partes extra partes y codeterminación.

3 La ontología especial materialista.La ontología especial materialista trata del


mundo. Es ésta una ontología trimembre. El Mundo (Mi) consta de tres Géneros
de Materialidad. Esquemáticamente podemos analizar los tres géneros de
materialidad de la siguiente manera:M1. Primer género de Materialidad. Abarca
los cuerpos exteriores. Son los objetos físicos. Se divide en dos: la experiencia
actual y la virtual o posible.M2. Segundo Género de Materialidad. Abarca los
objetos de la experiencia interna, del fuero interno, tanto del individuo como de
la colectividad: fenómenos psíquicos, dolores, pensamientos subjetivos,
sensaciones cenestésicas. Son objetos internos. Es la dimensión interna de la
ontología.M3. Tercer Género de Materialidad. Son los objetos ideales. No son ni
internos ni externos. Son atópicos y acrónicos. Son los pensamientos objetivos,
contenidos eidéticos o Ideas.La symploké define las relaciones entre los géneros
de materialidad de la ontología especial. Significa ello que hay semejanzas y
desemejanzas, conexiones y desconexiones, paralelismos e
inconmensurabilidades entre los géneros de materialidad. Los géneros de
materialidad son inconmensurables entre sí y son reductibles entre sí. Diríamos
utilizando terminología de Frege, que tienen distintos sentidos e idéntica
referencia. No son sustancias que sean diferentes y estén separadas o colocadas
unas junto a otras como realidades diferentes. Son dimensiones del mundo. La
relación entre la materia y sus géneros es idéntica a la relación en Spinoza entre
la Substancia y sus atributos. Toda la substancia es extensión. Toda la
substancia es pensamiento. Ningún pensamiento limita con ningún cuerpo. Lo
mismo ocurre en Bueno con los géneros de materialidad.

4. La gnoseología del cierre categorial.Gustavo Bueno elabora la teoría del cierre


categorial a principios de los setenta. Es esta una teoría de la ciencia
materialista, operacionalista, constructivista y circularista. La teoría del cierre
categorial se presenta simultáneamente como una teoría de teorías de la ciencia
y como una teoría de la ciencia. Es una teoría gnoseológica, quiero decir con ello
que es una teoría que sustituye la relación sujeto-objeto, que es epistemológica,
por una relación materia-forma. La gnoseología mueve sus consideraciones en
las coordenadas delimitadas por los conceptos conjugados de materia y forma.

4.1. La teoría del cierre categorial como teoría de teorías.Inicialmente se


configura como una teoría de teorías. Se trata simplemente de encuadrar a las
alternativas teóricas en el propio sistema de alternativas o en las propias
coordenadas teóricas. La potencia de una teoría de la ciencia se mide en la
potencia de su análisis gnoseológico y en la capacidad de reducción de sus
alternativas o rivales en un sistema completo y definido por las propias
coordenadas teóricas. Eso es precisamente lo que trata de hacer la teoría del
cierre categorial en cuanto teoría de teorías.La forma canónica del problema
gnoseológico de la teoría clásica o método hipotético-deductivo es la relación
entre la teoría y la experiencia. Desempeñando la teoría el papel de forma y la
experiencia el papel de materia. Así las cosas, caben cuatro familias
gnoseológicas básicas de teorías de la ciencia según la relación conjugada que
mantengan estos dos conceptos: materia y forma entre sí. Son: descripcionismo,
teoricismo, adecuacionismo y circularismo.

A) Descripcionismo. Reducción de la forma a la materia. La ciencia se considera


como descripción de la experiencia. La teoría prácticamente no existe. Es
colección de datos. Es el positivismo y el neopositivismo.B) Teoricismo.
Reducción de la materia a la forma. La ciencia es teoría que no necesita ser
confirmada o verificada en la experiencia. Es el falsacionismo de Popper: el
contacto de la teoría con la experiencia es negativo. Sólo se produce por el
modus tollendo tollens. La experiencia no confirma nada. Con Lakatos, ni siquiera
existe contacto negativo con la experiencia. Los hechos no pueden conseguir
prohibir ningùn estado de cosas. Las teorías son indecidibles entre sí fundándose
en la experiencia. Nada decide la experiencia con respecto a la validez de un
programa de investigación científica. Th. Kuhn: Los científicos que sostienen
diversos paradigmas viven en mundos diferentes. Los paradigmas son
inconmensurables.C) Adecuacionismo. Ambas, teoría y experiencia marchan en
paralelo. Sosteniéndose un isomorfismo entre ambas y una relación de
adecuación entre la teoría y la experiencia. Se sostiene una teoría de la verdad
como correspondencia. Aristóteles ya inició esta tendencia. Otros ejemplos
actuales son Mario Bunge, Stegmüller, Sneed, Ulises Moulines, etc.D)
Circularismo. Se pasa alternativamente de la teoría a la experiencia y a la
inversa. La teoría se relaciona consigo misma a través de la experiencia y a la
inversa. La relación entre teoría y experiencia es diamérica. Hay una mediación
mutua entre ambas. Un ejemplo es el circularismo de P.K. Feyerabend (1924-
1994). El circularismo de Feyerabend lleva al escepticismo y al nihilismo.La
pregunta clave en este respecto es si es posible un circularismo dialéctico
constructivista que supere la aporía o razonamiento apagógico de Aristóteles
criticando a la posibilidad misma del circularismo. Aristóteles mismo recorrió la
senda circularista pero la rechazó. "Diríamos por tanto, que Aristóteles conoció
el camino circularista, pero lo conoció como inviable en virtud de sus
presupuestos adecuacionistas"Tiene que haber principios puesto que hay
demostraciones. Con tal afirmación se rompe la posibilidad del circularismo. La
respuesta de Bueno es afirmar la conexión diamérica de teoría y experiencia en
los materiales mismos de la experiencia estética, tecnológica, constructiva y
operativa. La racionalidad científica se halla en el momento constructivo,
operacional con los cuerpos materiales, estéticos.

4.2. La teoría del cierre categorial como análisis gnoseológico de la ciencia.Esta


teoría afirma que la ciencia es un campo cerrado definido por una categoría o
concepto que define su campo o ámbito de operaciones constructivas. Tales
operaciones cierran categorialmente el campo y lo convierten en un sistema
cerrado en el cual los términos a que dan lugar las operaciones permanecen
enclasados en la categoría de referencia.Se trata de considerar a la materia
como interna al proceso mismo de la construcción científica (que ya no podrá ser
visto como un proceso meramente proposicional). De esta manera el
circularismo dejará de ser un círculo vicioso por la incorporación de la materia a
la forma de forma que la racionalidad científica resida en la concatenación
material de los contenidos estéticos mismos. La necesidad viene dada en la
misma recurrencia. Si la concepción del adecuacionismo aristotélico quedaba
bien representada por la imagen del discurso, la concepción circularista de la
ciencia viene representada por la imagen de un torbellino, del vórtice que se
forma en un mar a partir de sus mismas moléculas y cuya forma se configura en
virtud del mismo movimiento del remolino. Abundando en estas imágenes: cada
remolino (cada unidad científica) aparecerá en puntos distintos del mar
representativo de los fenómenos. Algunos vórtices se mantendrán en mutuo
aislamiento, otros intersectarán, dando lugar a un torbellino más amplio. En
ningún caso tiene sentido aquí hablar de una ciencia única, unitaria.Las ciencias
proceden de las tecnologías. Las ciencias no son un conjunto de proposiciones.
El circularismo induce una toma de partido ontológico a favor del materialismo.
La necesidad de las conexiones que postula es objetiva, pero no puede
mantenerse más allá o independientemente de los fenómenos, cuya existencia
se nos muestra como contingente.El saber científico es un saber categorial. La
ciencia procede por análisis, reducción y trituración de un determinado sector,
campo o categoría de la realidad. Las ciencias son sectoriales.Dentro de cada
categoría cada ciencia llega a discriminar ciertos elementos, términos o
configuraciones que se hallan a la escala adecuada y cuyo contenido o
materialidad está suficientemente establecido pro experiencias técnicas
anteriores que han roturado ese campo. Estos términos reciben una
estructuración lógica mediante una combinatoria exhaustiva que destaca las
relaciones que existen entre ellos, reconstruyendo así, o sintetizando la realidad
que sirvió de punto de partida, e incluso sometiéndola a una transformación
sistemática mediante las operaciones pertinentes de una comunidad de sujetos
que, institucional y profesionalmente se dedican al cultivo de dicho campo. Pero,
aunque realizadas por sujetos, esas operaciones constituyen un sistema cerrado,
cuya característica fundamental es producir nuevos términos que permanecen
enclaustrados en la categoría de referencia.Términos, relaciones y operaciones
constituyen la sintaxis interna de toda ciencia, una sintaxis que puede aislarse
formalmente, pero que no agota cabalmente el proceso de construcción
científica. La exigencia de una sintaxis interna excluye ya ciertas
representaciones empiristas que reducen la ciencia a una colección de datos
verdaderos.Toda ciencia, además requiere referentes materiales fisicalistas
específicos, categoriales (semántica).La dimensión pragmática de la ciencia es
la ciencia como actividad social, instituticional, organizativa.Las ciencias operan
con categorías. El cierre categorial denota el momento histórico en que se
constituye completamente una teoría científica al cerrarse el sistema de
categorías que utiliza, cierre que expresa también el sistema de operaciones
que, en cuanto actividad humana, han dado origen a la ciencia en cuestión.Esta
concepción gnoseológica hace residir la racionalidad (la justificación) en el
contexto mismo práctico y material del descubrimiento al entender la
racionalidad como la organización que cobran los materiales mismos estéticos
de la experiencia operatoria, parte de los cuales materiales precisamente serían
ahora estos materiales, no menos estéticos y no menos susceptibles de ser
operados corpóreamente, que son los símbolos del lenguaje. (materiales
estéticos: corpóreos, perceptuales).Para esta teoría circularista, materialista,
operacionalista y constructivista, la materia es algo que está presente en el
interior mismo del proceso formal cosntructivo (la forma lógica es la
interconexión de las partes materiales. Teoría formalista materialista. La lógica y
la matemática no son la forma de las ciencias, el órganon. Son ellas mismas
ciencias particulares al lado de las demás. Ellas tienen materia y forma también.)
La teoría del cierre categorial hace depender la forma de una ciencia y su verdad
de los nexos (o identidades sintéticas) que resultan del entrelazamiento interno
de las partes u objetos materiales producidos por la actividad humana.Para
Bueno, las ciencias no se separan de las técnicas radicalmente. Surgen de su
desarrollo y de la necesidad que van imponiendo éstas de delimitar campos. Los
campos y no unos supuestos objetos, definirían a las ciencias, las cuales, a su
vez, no vendrían constituidas por todos unitarios, sino que se conformarían
mediante la agrupación más o menos circunstancial, de teorías diversas.Cada
ciencia particular acota un campo de objetos materiales, dados fisicalistamente
a escala tecnológica. La actividad del científico no consiste sólo en la
composición de teorías, sino también en la manipulación de hechos y realidades,
pues no es posible construir teorías al margen de la producción de realidades
materiales. Así los condicionamientos genéticos están materialmente implicados
en el propio concepto de ciencia de modo interno.Las ciencias establecen
relaciones entre los términos de su campo y efectúan operaciones, que
reconducen internamente de forma necesaria y no gratuita, a otros términos del
mismo, en virtud de la naturaleza material misma de cada campo, que impone
restricciones a la multiplicidad de términos y combinaciones posibles. Así pues,
la unidad de una ciencia es la unidad que va estableciéndose en el mismo
proceso operatorio, cuando el sistema de operaciones es cerrado...El cierre
categorial viene referido al sistema de operaciones, no a cada operación por
separado.Hay una realimentación constante entre la gnoseología general y la
gnoseología especial. La definición de la idea gnoseológica de ciencia debe
hacerse partiendo del análisis de las ciencias particulares tal como han quedado
cristalizadas en instituciones culturales, procediendo de unas a otras por
recurrencia.La gnoseología general se divide en analítica y sintética. La primera
toma como hilo conductor al lenguaje, en tanto que representa, pero no agota la
estructura lógica y objetiva de las ciencias. Distinguimos tres ejes lingüísticos,
sobre los que se distribuyen las partes formales de las diversas ciencias, de
acuerdo con las siguientes subdivisiones que son: sintaxis, semántica y
pragmática.El eje sintáctico queda distribuido en tres secciones: términos,
relaciones y operaciones. El eje semántico se divide en tres secciones:
fisicalista, fenomenológica y ontológica. El eje pragmático en la sección
autológica, dialógica y normativa.La gnoseología sintética recurre a las ciencias
formales como metro o patrón aplicable por recurrencia a otras ciencias. Se
niega el formalismo porque el privilegio de la forma no se debe a ningún
significado oculto o platónico, sino a la sencillez tipográfica de los signos que
constituyen la materia de tales ciencias. El acoplamiento entre descripción y
teoría es en estas ciencias más interno que en ninguna otra. En rigor, no vale la
distinción entre ciencias formales (supuestamente tautológicas) y empíricas (de
hechos), porque toda ciencia es material.Los contextos determinantes y
determinados juegan un papel decisivo, tanto para la demarcación de la ciencia
respecto a otros procesos operatorios constructivos no científicos (artísticos,
tecnológicos) como, sobre todo, para la determinación de los principios de las
ciencias como métodos internos de su cierre categorial.El contexto determinado
define un campo operatorio abstracto cuya estructura analítica filtra o segrega
aquellos términos, relaciones y operaciones con las cuales resulta posible
reconstruir esencialmente las figuras características de partida. Toda ciencia se
nos presenta como campos empíricos organizados sintéticamente en
formaciones y figuras características. Esto es el contexto determinante. El
contexto determinado es el que resulta del análisis regresivo de esas figuras
sintéticas en sus constituyentes.El quid diferencial reside en que cuando se
toma la estructura analítica del contexto determinado como punto de arranque,
convirtiéndolo así en determinante, la cosa no funciona y las figuras básicas
aparecen como gratuitas, porque a partir del campo abstracto en que
necesariamente se resuelven no se llega a reconstruirlas sin ciertas claves que
reconduzcan la construcción. Las claves son estrictamente gnoseológicas, a
saber: los principios de identidad que están presentes objetivamente en las
figuras sintéticas de partida.¿Cómo distinguir las ciencias naturales de las
culturales? Mediante la oposición entre cierres flotantes y cierres fijos. Pero la
diferencia entre ambos grupos de disciplinas se dibuja mejor en términos de las
metodologías respectivas que en la práctica se llevan a cabo dentro de cada
grupo. El criterio epistemológico que distingue las ciencias de la naturaleza de
las ciencias de la cultura es correcto, porque en las primeras las operaciones del
sujeto gnoseológico deben ser eliminadas, mientras que en las segundas, tal
eliminación resulta a la postre meramente intencional. Las ciencias culturales se
caracterizan por lo que llamamos el dialelo antropológico. Con todo, el criterio
gnoseológico de más fina textura viene dado por el hecho de que en todas las
ciencias humanas aparecen dos tipos de metodologías que tratan de reducirse
una a la otra, pero nunca lo consiguen. Y ello porque su campo se alimenta en
gran parte de esa distinción entre metodologías Alfa-operatorias y Beta-
operatorias.Las metodologías Beta-operatorias son todos aquellos
procedimientos por medio de los cuales se elabora científicamente un campo a
la misma escala de los componentes formales del sujeto gnoseológico que los
utiliza y metodologías Alfa-operatorias son aquellas en las que las operaciones y
demás componentes del sujeto gnoseológico han desaparecido factorizados en
componentes objetivos. Las ciencias naturales usan casi exclusivamente
metodologías Alfa-operatorias, mientras que las llamadas ciencias culturales
están siempre fracturadas internamente entre los partidarios de una u otra
metodología.

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