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- En este pasaje Dios nos da un ejemplo de un hombre íntegro. No es difícil ser un hombre de integridad. Ser hombres de
Dios, hombres de ejemplo, hombres que sacan a sus familias de la pobreza, hombres que se esfuerzan. En la vida para ser
mejores siempre, hombres que no se cansan, hombres de propósito. Hombres de victoria.
- Integro: intachable, honrado, recto, justo, irreprochable, virtuoso, desinteresado, incorruptible, honorable .
- El hombre es desde un punto de vista bíblico el representante de Dios aquí en la tierra. Como esposos se nos dice
que debemos amar a nuestra esposa así como Cristo amó a la iglesia . El hombre representa a Cristo en el
matrimonio. Como padre la Biblia nos dice que nuestros hijos son como saetas en nuestras manos, es decir nosotros
somos los responsables del destino espiritual de nuestros hijos.
- Para que podamos llevar a cabo Su propósito aquí en la tierra, Dios nos ha creado a su imagen y a su semejanza,
nos ha dado la habilidad de desarrollar carácter puro y justo, necesario para representarle aquí en la tierra .
- Encontramos en José, algunas de las cualidades de un hombre íntegro:
1) El hombre íntegro es justo (v.19). Justo significa: ser ecuánime, imparcial, objetivo, neutro,
equitativo.
- Dice que José no quiso difamarla. ¿Por qué? Porque era un hombre justo y él prefirió llevar el oprobio, la vergüenza,
de que su prometida aparentemente lo había deshonrado . Dios es muy sabio, que no solamente escogió a una mujer
pura, santa, virgen y temerosa de Dios para que a través de ella naciera el hijo de Dios, sino que también escogió a
un hombre temeroso, justo, un hombre de integridad, para depositar en ellos al salvador del mundo.
- Recordemos que en esos años y en esa cultura, el compromiso prematrimonial tenía tanto peso como el
compromiso marital. José desconoce por completo cuál es su parte en el extraordinario plan de salvación de Dios .
Repentinamente se encuentra envuelto en una situación profundamente humillante. La mujer con quien ha decidido contraer
matrimonio está embarazada. Mateo no nos ofrece ningún comentario sobre el terrible golpe que esta noticia debe de haber
representado para José. Nuestra propia experiencia nos lleva a creer que debe de haberse hundido en la más profunda
de las angustias. ¡Cuántas preguntas se habrán agolpado en su mente! Y no padecía solamente esto, también debía
decidir ahora el mejor camino a seguir. Difícilmente se puede dudar de que no hubiera habido entre ellos alguna
explicación sobre el asunto directa o indirectamente, después del regreso de María de la visita de tres meses que le
hizo a Elisabet. Cuando María le habló acerca de su embarazo, José sabía que no era el padre. Como conocía bien a
María, al explicarle ella lo sucedido y ver la actitud que tenía hacia la criatura que iba a nacer, debe haberle sido difícil
pensar que su novia había hecho algo indebido. Sin embargo, alguien era el padre de la criatura y le era difícil aceptar
que ese "alguien" fuera Dios.
- El evangelista comenta que José era un hombre justo. El que lo fuera no indica que supiera cómo salir de la
situación, pero sí nos da una pista clara sobre lo que más importa en momentos de crisis. La forma correcta de
manejar una situación compleja no descansa tanto en nuestra capacidad de seguir un procedimiento preestablecido,
sino en ser la clase de persona que siempre actuará con integridad sin importar el desenlace particular de las
circunstancias.
- José comprende que no puede romper con María por el procedimiento legal, pues, o tendría que revelar el misterio,
o expondría a María a unas sospechas injustas; cualquiera de estas dos cosas era injusta. Por eso, como esto ocurría
"antes de vivir juntos", decidió dejarla en secreto.
- Al igual que Zacarías, Elizabeth y María, José era una persona con un camino recorrido en la vida espiritual . La
relación que había cultivado con Dios le proveyó, en ese momento intensamente doloroso, una clara dirección: hacer
lo que era correcto y justo delante de los ojos del Dios que siempre había seguido.
- Aún mientras meditaba sobre los pasos particulares que debía tomar, un ángel del Señor se le aparece en sueños .
Cuando existe un intenso deseo de hacer lo que es bueno, Dios mostrará, por el medio que él escoja, el camino a
seguir. En este caso el mensajero celestial le provee una perspectiva completamente inesperada: “no temas recibir a
María tu mujer, porque lo que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo” . Una vez más lo inexplicable tiene
explicación, aunque esta jamás se nos hubiera ocurrido a nosotros.
- En cuántas situaciones nos hemos apresurado a arribar a conclusiones equivocadas por no poseer toda la
información necesaria sobre una situación. La persona sabia siempre deja margen para el error. Aun cuando las
conclusiones a las que arribamos parecieran ser el producto de un irrefutable proceso de razonamiento, es posible que nos
hayamos equivocado en ellas. La cautela a la hora de arribar a conclusiones es apropiada porque nuestro conocimiento de los
hechos siempre es precario. Hacemos bien en desconfiar de las conclusiones a las que tan confiadamente quiere llegar
nuestro corazón.
- José estuvo dispuesto a hacer lo bueno sin importarle el dolor que le causara. José decidió terminar con su
compromiso, pero estaba decidido a hacerlo de manera que no trajera afrenta a María. Intentó actuar con justicia y
con amor.
- El hombre justo, basa su actuar en la justicia de Dios . Es respetuoso de la ley, conoce la ley y vive de acuerdo a ella.
Antes de actuar se pregunta, si es correcto lo que va hacer, si es aprobado o no por la palabra . El Salmo 19 dice que
“la ley hace sabio al sencillo”. El ser justo no solo es una posición que obtiene el creyente por la fe en Cristo. Es
declarado no culpable y se le aplica la justicia de Cristo. El ser justo es también un estilo de vida que lleva fruto de
justicia. Es Cristo viviendo en el creyente / Gálatas 2:20.
3) El hombre íntegro cuida su mente (v.20). José pudo haber pensado todo lo que él quería pero sin embargo,
cuido su corazón porque era un hombre íntegro de mente y corazón; esto son los hombres los que Dios está
buscando, hombres de poder, de propósito, y victoria.
- El hombre íntegro cuida su mente y corazón para no pecar contra Dios.
- ¿Qué es lo más difícil de controlar en nuestra vida? Cuando reflexionamos en ésta pregunta por un momento, creo
que todos llegaremos a la conclusión que lo más difícil de controlar en nuestra vida es nuestra mente, nuestros
pensamientos. Esto sucede porque en la mayoría de los casos nosotros nos dejamos controlar por nuestras
emociones o impulsos, lo que en casi toda ocasión nos conduce a que le faltemos a Dios.
- ¿Sucede esto por coincidencia? La respuesta es no. La realidad de todo es que nuestra mente es el campo principal
de batalla en la guerra espiritual. Digo esto porque los poderes de las tinieblas trataran de utilizar nuestra mente,
sembrando en ella ideas o pensamientos malos que eventualmente nos alejaran de la presencia de Dios .
Pensamientos que si no controlamos, reprendemos y remplazamos con pensamientos puros, tarde o temprano, nos
conducirán a pecar. Es por eso que hoy deseo que exploremos éste campo de batalla, en el cual muchos caen heridos o
muertos en el espíritu.
- Marcos 7:20-23 / Lo primero que deseo que notemos en estos versículos es la palabra “corazón”. Ésta palabra es usada en
la Biblia para describir éste órgano tan importante en nuestro cuerpo, pero también es usada para describir lo más importante
de nosotros. Es usada para describir nuestra manera de pensar, y nuestra manera de ser.
- Una de las cosas que más confunde al creyente hoy en día es el tema de las pruebas y la tentación. ¿Cuál es la
diferencia? La diferencia es que las pruebas tienen origen en Dios y siempre sirven un propósito. ¿Qué propósitos
sirven las pruebas? Las pruebas sirven para edificarnos, enseñarnos y acercarnos más a Dios . Así que podemos
concluir confiadamente que las pruebas no nos tientan a pecar. Las pruebas no nos tientan a pecar porque la tentación
nunca origina de Dios. Esto es algo que queda claramente declarado en Santiago 1:13 cuando leemos: “cuando alguno es
tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie”.
- La tentación, en cambio, tiene su origen en nuestro enemigo y tiene un solo un propósito: alejarnos de la presencia
de Dios. Esto es algo que queda bien ilustrado en la parábola del sembrador como encontramos en Lucas 8:12 cuando
leemos: “Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que
no crean y se salven”. La tentación es algo que llega a nuestra mente, y si no tenemos cuidado hará morada en
nuestro corazón. Nosotros somos tentados cuando acaloramos y acogemos esos malos deseos que nos arrastran y
seducen / SANTIAGO 1:14. El problema que existe es que los deseos son poderosos . Ahora bien, con esto no
estamos diciendo que todos nuestros deseos son malos, pero si que algunos de ellos sí lo son . Y es por eso que si
queremos conducir una vida victoriosa entonces tenemos que aprender a reconocer la diferencia.
- En estos versículos que estamos estudiando hoy, vemos claramente que Jesús nos advierte que no nos dejemos
controlar por los deseos. Y Él nos advierte esto porque la realidad de todo es que una persona no puede ser tentada si el
deseo no existe en su corazón. En otras palabras, no podremos ser seducidos a no ser que la lujuria, lascivia, y otros
malos pensamientos todavía existan en nuestro corazón. Es por eso que al presentarse ciertas situaciones siempre
debemos analizarlas mirándolas a través de los ojos de Dios y no los nuestros . Digo esto porque en nuestra propia
opinión las cosas pueden aparentar como inofensivas o buenas, pero cuando lo miramos a través de los ojos de Dios
entonces descubrimos algo completamente opuesto / Proverbios 14:12 “Hay camino que al hombre le parece
derecho; Pero su fin es camino de muerte”.
- Pero, ¿cómo podemos controlar nuestros pensamientos? ¿Cómo podemos controlar nuestros deseos? De la única
manera que lograremos ejercer control sobre nuestros pensamientos y deseos es acercándonos más a Dios. Si no
buscamos más de Su presencia, si no buscamos más Su rostro, entonces le será fácil al enemigo poner malos
pensamientos en nuestra mente.
- Esto es algo que queda bien reflejado en las palabras del Señor en MARCOS 4:19. ¿Qué podemos hacer para evitar que
la Palabra de Dios se haga infructuosa en nuestra vida? Lo primero que tenemos que hacer es rendirnos a la voluntad
de Dios y permitir que el Espíritu Santo sea quien nos guíe en todo momento. Recordemos siempre lo que nos dice las
escrituras en Romanos 8:14 cuando leemos: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos
de Dios…” En otras palabras tenemos que escuchar al Espíritu Santo cuando nos habla y nos da convicción de las
cosas. Tenemos que aprender a caminar en el Espíritu Santo en todo momento y no solo en ciertas ocasiones .
Cuando a José vivió esta experiencia, Dios envió un ángel para guiarlo en su decisión, hoy nosotros tenemos al
Espíritu Santo quien nos guía a toda verdad. Si decimos que somos seguidores de Cristo tenemos que aprender a
deshacernos de esos deseos de la carne que nos alejan de la voluntad de Dios.
- GÁLATAS 5:24-25 / Cuando nos rendimos a la voluntad de Dios, y cuando permitimos que el Espíritu Santo nos guíe
en todo momento, entonces no existe tentación que no podamos resistir, no existe lucha que no podamos ganar . Dios
en Su infinita gracia ha permitido que el Espíritu Santo more en cada uno de nosotros con un propósito.
- No le permitamos al enemigo que nos venza en nuestro propio patio, es decir nuestra mente y corazón . No le
permitamos al enemigo que nos robe la paz que Cristo nos dejó, esa paz que es la que mantiene nuestro corazón y
pensamientos en el lugar correcto. Esa paz que nos ayuda a mantener nuestro corazón y pensamientos enfocados en
Dios / FILIPENSES 4:7.
- Nuestro enemigo quiere plantar semillas en nuestro corazón; semillas de celos, contiendas, depresión, lascivia,
lujuria, orgullo, dudas y avaricia. El demonio quiere destruir la obra que el Señor está haciendo en nuestra vida. Pero
cuando podemos desenterrar esas semillas, cuando reconocemos a tiempo lo que está tratando de hacer, entonces
nunca podrá conducirnos nuevamente a la esclavitud que es el pecado.
- El Señor nos dice que de nuestro corazón salen malos pensamientos, pero esto es algo que sucede solo cuando
nuestro corazón y nuestra mente no están concentrados en Dios . Y es por eso que en Romanos 12:2 encontramos que
se nos dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
- La batalla en ocasiones puede ser difícil; pero aunque la batalla sea difícil, todos debemos saber que la guerra ya
fue ganada por Cristo. Cristo venció al enemigo con Su sacrificio en la cruz.
4) El hombre íntegro “acepta” la voluntad de Dios (v.24). José luego de conocer que María estaba
embarazada, iba a dejarla en secreto, pero cambió de planes rápidamente; obedeció a Dios y prosiguió con los planes
matrimoniales. A pesar de que muchos quizás no lo hubieran apoyado en su decisión, José continuó adelante con lo
que sabía que era correcto. Nosotros algunas veces dejamos de hacer lo correcto por el qué dirán. Como José,
debemos obedecer a Dios antes que buscar la aprobación de los demás.
- José estuvo dispuesto a servir a Dios conforme a Su plan y no al suyo . Cada verdadero seguidor de Jesucristo dice
que quiere hacer la voluntad de Dios. Pero la mayoría de los cristianos piensan que la voluntad de Dios es algo que
se le impone, algo de mal gusto y difícil, lo cual están obligados a hacer.
- La perfecta voluntad de Dios es un asunto de gran importancia para todos aquellos que dicen amar al Señor.
- Existe una vasta diferencia entre someterse a la voluntad de Dios y aceptar su voluntad.
- Someterse significa “sujetarse a” o “rendirse a condiciones impuestas” . A menudo, uno piensa en
someterse en términos de castigo o disciplina. Tristemente, muchos cristianos ven la voluntad de Dios de esta
manera. Se imaginan a Dios como demandando que se rindan a un grupo de reglas y condiciones: “Hazlo a mi
manera, o te desamparo”.
- Lo cierto es, cuando un creyente conoce la gloria de hacer la perfecta voluntad del Señor, él la aceptara con gozo y
esperanza. Aceptar significa, “tomar, como en los brazos”, presionar a tu pecho como en una
expresión de amor y afecto . Sin embargo, el triste hecho es, muy pocos cristianos aceptan la perfecta voluntad
de Dios.
- JUAN 5:30 / No hubo un momento en la vida de Jesús cuando Él no estaba consciente que su propósito en la tierra
era hacer la voluntad del Padre. Esto debe ser cierto de nosotros también, que en cada hora del día busquemos hacer
su voluntad. Simplemente no puedes aceptar la voluntad de Dios hasta que mueras a toda voluntad propia.
5) El hombre íntegro es temeroso de Dios . Si José no hubiera sido un hombre temeroso de Dios, a todo el
mundo le habría contado lo que esta mujer supuestamente le había hecho, y muy seguro que si la hubiera llevado
ante los tribunales la habrían encontrado culpable, porque ¿quién le iba a creer el cuento que el embarazo que tenía
era del Espíritu Santo? Su prometida le sale con que está embarazada, y como si fuera poco le sale con que es del Espíritu
Santo, pero José era un hombre temeroso de Dios y un hombre temeroso de Dios piensa bien las cosas antes de hacerlas. Un
hombre temeroso de Dios no lastima a los demás, un hombre temeroso de Dios prefiere llevar la culpa y no prestarse al juego
del enemigo.
- El temor de Dios es uno de los grandes temas dominantes de las Santas Escrituras. Sin embargo, es un asunto con
respecto al cual, hoy día, existe un silencio casi total . Fue una cuestión que destacó mucho en el pasado, tanto en el
pensamiento como en la predicación de nuestros ancestros. Es interesante ver cómo ellos, cuando deseaban
describir a alguien que resaltaba por una piedad poco habitual, con frecuencia lo hacían utilizando la expresión
“persona temerosa de Dios”.
- Si tomaras tu concordancia y buscaras la palabra “temor”, observarías que hay entre 150 y 175 referencias distintas
y explícitas en cuanto al temor de Dios. Si añades a estas todos los ejemplos que dan las Escrituras, en los que se
ilustra el temor de Dios aunque no se exprese de manera explícita, no exageramos si decimos que podríamos obtener
perfectamente centenas de alusiones sobre el tema. Imagina que alguien lee su biblia, con una pluma y un papel en la
mano, apuntando cada referencia clara y abierta al temor de Dios con la que se encuentra. Además de esto, recoge cada uno
de los pasajes en los que se habla de él, aunque no sea con palabras explícitas, pero que al menos destaquen el pensamiento
e ilustraciones de la realidad del mismo. Estoy seguro de que podría llenar muchas páginas con referencias correspondientes
a este gran tema. El temor de Dios es uno de los temas más destacados de las Santas Escrituras. Eso es lo que, según
el escritor de los proverbios, es el principio de todo conocimiento (Proverbios 1:7).
- Tanto en el Antiguo Testamento como el Nuevo, esta palabra común “temor” se utiliza para describir la emoción de
estar asustado, de verse apresado por el terror y el pánico (Deuteronomio 2:24-; Salmo 105:36-38; Lucas 2:8; Hechos
5:11).
- Pero hay otro tipo de temor y se usa la misma palabra para él; sin embargo, se utiliza con un significado obviamente
distinto. Es el temor de la devoción y de la honra, del respeto (por ejemplo: Levítico 19:3).
- Estos dos usos comunes de la palabra “temor” que se encuentran en el vocabulario de la gente de los tiempos
bíblicos y, en cierta medida, en el nuestro son los dos conceptos que van juntos en la noción bíblica del temor de
Dios. Este reúne ambos conceptos.
(1) Existe un sentido legítimo en el que el temor de Dios implica tener miedo de Dios, sentirse
atenazado por el terror y el pánico. Aunque este no es el pensamiento dominante en las Escrituras, no obstante se
encuentra presente en ellas (por ejemplo: HEBREOS 10:26-31). Leyendo a lo largo de las Escrituras encontramos frases
como: “el ardor de su ira” (Isaías 42:25) y “el fuego de mi furor” (Ezequiel 21:31). Leemos expresiones como: “ira e
indignación, tribulación y angustia, para toda alma humana que hace lo malo” en Romanos 2:9 y, en 2ª Tesalonicenses
1:8-9: “en llama de fuego, dando retribución a los que no conocen a Dios, […]. Estos sufrirán el castigo de eterna
destrucción”. ¿Qué nos transmiten semejantes expresiones y afirmaciones? El concepto bíblico es que, cuando la
Omnipotencia maneja la espada de la venganza y el Dios infinito toma entre sus manos a la criatura finita para juicio,
esa persona debería temblar de horror y pánico . Es realmente terrible caer en las manos del Dios vivo . Solo la
ignorancia con respecto al carácter de Dios o una demencia espiritual, podrían hacer que el hombre no tenga temor
de Dios si se encontrara en el camino del juicio de Dios.
(2) El segundo aspecto del temor, que es característica del pueblo de Dios, es el temor de la devoción,
la honra, y la reverencia con la que respetamos a nuestro Dios. Es un temor que no nos lleva a escapar de Él sino a
someternos alegremente. Sin negar o diluir la primera faceta del temor de Dios: el temor del terror y del pánico, no
obstante es este segundo aspecto del temor de Dios: respeto, sobrecogimiento, reverencia, el tema dominante de las
Santas Escrituras.
- Cuando la Palabra de Dios dice: “El temor del Señor es la parte principal del conocimiento”, no se está refiriendo al
temor del terror y del pánico, sino al temor de la devoción, del sobrecogimiento y de la reverencia. Dios dice que
pondrá este temor en el corazón de los hombres mediante las bendiciones del Nuevo Pacto y esto hará que ellos se aferren a
sus caminos y guarden sus estatutos.
- Génesis 28:12-22 / el sueño de Jacob. Este es un bello y claro ejemplo de este segundo aspecto del temor de Dios.
Aunque dice que estaba asustado, y aunque Jacob llega a utilizar el término “imponente” no sentía el pánico y el
terror que hace que un hombre huya. GÉNESIS 28:17 / Es un temor totalmente coherente con el deseo de estar en la
presencia del objeto del mismo y de rendirle honra, adoración, amor y obediencia.
- Éxodo 3:1-8 / la zarza que ardía y no se consumía . En lugar de huir de Él, como hizo Adán, Moisés se acercó con
verdadera reverencia para tener comunión con Dios y hablar con Él cara a cara / ÉXODO 3:6. Es un temor de
sobrecogimiento reverencial, de veneración y de honra.
- Isaías 6:1-5 / la visión de Isaías. Tanto el profeta como las huestes celestiales estaban mirando al mismo objeto.
¿Cuál es la reacción de los serafines cuando contemplan esta vista de Dios? Se llenan de santa agitación . Por así
decirlo, no podían hacer una pausa y quedarse quietos delante del trono, sino que dice que volaban alrededor del mismo.
Además, cubren sus pies y su rostro. Son una forma de manifestación angelical que no ha conocido pecado y, sin
embargo, en la presencia de ese gran Dios, cubren su rostro. Así como Moisés cubrió su rostro y dijo: “tengo miedo de
mirar a Dios”, ellos esconden su rostro y tapan sus pies, y vuelan, llenos de sobrecogimiento ante la santidad de
Dios. Y se van gritando el uno al otro: “Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos. Llena está toda la tierra de su
gloria”. Por supuesto, no hay ninguna indicación de ninguna sensación de dolor o de modesta vergüenza a causa del
pecado por parte de los serafines. Pero no es el mismo caso cuando el profeta mira al mismo Dios, porque cuando
contempla el mismo objeto que los serafines veían, a él le sobrepasa la inmensidad y la majestad trascendente de
Dios en su santidad; pero hay una dimensión añadida. Existe esta acción reflejo de dolor, de vergüenza, convicción y
contrición retraídas / ISAÍAS 6:5. Y es que no se trata simplemente de una criatura como los serafines, igual que los
serafines que contemplan al Creador exaltado. Es una criatura pecadora que contempla al Santo Dios. Por consiguiente,
la única reacción que encaja aquí es un temor de sobrecogimiento reverencial mezclado con la sensación de
impureza que, a su vez, produce convicción y contrición.
- Lucas 5:5-11 / la pesca milagrosa. ¿Cómo podemos juntar estas dos reacciones aparentemente contradictorias?
“¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!” y “dejándolo todo, le siguieron” / LUCAS 5:8-11. ¿Qué le ocurrió
a Pedro? Captó, en aquel acto, el mensaje de nuestro Señor. Vio más allá de aquella red que se había echado y que había
recogido una gran multitud de peces. Reconoció, no sabemos hasta qué punto en aquel momento, que Aquel que había
hecho esto, solo podía ser el Hijo de Dios, el Mesías. Cuando se dio cuenta de aquello, su reacción fue caer a sus
pies, abrumado por una sensación de asombro reverencial y terror que le hizo exclamar de repente: “¡Apártate de mí,
Señor! No soy apto para estar tan cerca de ti”. Sin embargo, esa misma reacción está emparejada con el más intenso
anhelo de estar con Él, hasta tal punto que deja su negocio, su casa, sus amigos y le sigue.
-En resumen, creo que es correcto decir que el temor de Dios, es un temor que consiste en
asombro, reverencia, honor y adoración, y todo ellos al más alto nivel de su ejercicio . Es la reacción
de nuestra mente y espíritu a la vista de Dios en su majestad y santidad. Como muy acertadamente dijo John Murray,
cuando intentaba definir el temor de Dios: “La sensación determinante de la majestad y la santidad de Dios, y la
profunda reverencia que esta comprensión expone, constituyen la esencia del temor de Dios”.
- El temor de Dios consiste en abrigar una impresionante sensación de la infinita grandeza y excelencia con respecto
a la revelación que Dios ha hecho de estas cosas en su Palabra y en sus obras, que nos induce a la convicción de
que el favor de ese Dios es la mayor de todas esas bendiciones y su desaprobación es el mayor de
todos los males.
- Hasta que un hombre no conoce el perdón de Dios, basado en la sangre del pacto eterno, nunca conocerá el temor
correcto de Dios. Puede sentir terror de Dios; puede tener pánico de Dios; pero ese terror y ese pánico le alejarán de
Dios. El temor de Dios se expresa en la toma de conciencia de lo que es el perdón, y es un temor que hace que nos
acerquemos más a Dios y que nos aferremos a Él y a sus caminos.
- 2º CORINTIOS 7:1 / “Perfeccionando” habla de algo que no es instantáneo y también conlleva la idea de completar.
Los más altos logros en la santidad y la vida justa se deben conseguir, y buscar, en la atmósfera
del temor de Dios.