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SAN LUIS Fecha: 19/11/16

Lugar: R.G. (S)


(Campamento de Hombres – Mendoza)
TEMA: HOMBRES DE INTEGRIDAD
MATEO 1:18-25
- Introducción: José habría podido despedir a su prometida y romper su compromiso con ella. ¿Por qué? porque estaban por
casarse y se entera que su prometida está embarazada. Pero José era un hombre íntegro; si él no hubiera sido un hombre de
integridad hubiera llevado a su prometida ante el sanedrín, para acusarla de adulterio, y conforme a la ley de Moisés a María
la habría sido apedreada. ¿Por qué no lo hizo? Porque José era un hombre íntegro.

- En este pasaje Dios nos da un ejemplo de un hombre íntegro. No es difícil ser un hombre de integridad. Ser hombres de
Dios, hombres de ejemplo, hombres que sacan a sus familias de la pobreza, hombres que se esfuerzan. En la vida para ser
mejores siempre, hombres que no se cansan, hombres de propósito. Hombres de victoria.
- Integro: intachable, honrado, recto, justo, irreprochable, virtuoso, desinteresado, incorruptible, honorable .

- El hombre es desde un punto de vista bíblico el representante de Dios aquí en la tierra. Como esposos se nos dice
que debemos amar a nuestra esposa así como Cristo amó a la iglesia . El hombre representa a Cristo en el
matrimonio. Como padre la Biblia nos dice que nuestros hijos son como saetas en nuestras manos, es decir nosotros
somos los responsables del destino espiritual de nuestros hijos.
- Para que podamos llevar a cabo Su propósito aquí en la tierra, Dios nos ha creado a su imagen y a su semejanza,
nos ha dado la habilidad de desarrollar carácter puro y justo, necesario para representarle aquí en la tierra .
- Encontramos en José, algunas de las cualidades de un hombre íntegro:

1) El hombre íntegro es justo (v.19). Justo significa: ser ecuánime, imparcial, objetivo, neutro,
equitativo.
- Dice que José no quiso difamarla. ¿Por qué? Porque era un hombre justo y él prefirió llevar el oprobio, la vergüenza,
de que su prometida aparentemente lo había deshonrado . Dios es muy sabio, que no solamente escogió a una mujer
pura, santa, virgen y temerosa de Dios para que a través de ella naciera el hijo de Dios, sino que también escogió a
un hombre temeroso, justo, un hombre de integridad, para depositar en ellos al salvador del mundo.
- Recordemos que en esos años y en esa cultura, el compromiso prematrimonial tenía tanto peso como el
compromiso marital. José desconoce por completo cuál es su parte en el extraordinario plan de salvación de Dios .
Repentinamente se encuentra envuelto en una situación profundamente humillante. La mujer con quien ha decidido contraer
matrimonio está embarazada. Mateo no nos ofrece ningún comentario sobre el terrible golpe que esta noticia debe de haber
representado para José. Nuestra propia experiencia nos lleva a creer que debe de haberse hundido en la más profunda
de las angustias. ¡Cuántas preguntas se habrán agolpado en su mente! Y no padecía solamente esto, también debía
decidir ahora el mejor camino a seguir. Difícilmente se puede dudar de que no hubiera habido entre ellos alguna
explicación sobre el asunto directa o indirectamente, después del regreso de María de la visita de tres meses que le
hizo a Elisabet. Cuando María le habló acerca de su embarazo, José sabía que no era el padre. Como conocía bien a
María, al explicarle ella lo sucedido y ver la actitud que tenía hacia la criatura que iba a nacer, debe haberle sido difícil
pensar que su novia había hecho algo indebido. Sin embargo, alguien era el padre de la criatura y le era difícil aceptar
que ese "alguien" fuera Dios.
- El evangelista comenta que José era un hombre justo. El que lo fuera no indica que supiera cómo salir de la
situación, pero sí nos da una pista clara sobre lo que más importa en momentos de crisis. La forma correcta de
manejar una situación compleja no descansa tanto en nuestra capacidad de seguir un procedimiento preestablecido,
sino en ser la clase de persona que siempre actuará con integridad sin importar el desenlace particular de las
circunstancias.
- José comprende que no puede romper con María por el procedimiento legal, pues, o tendría que revelar el misterio,
o expondría a María a unas sospechas injustas; cualquiera de estas dos cosas era injusta. Por eso, como esto ocurría
"antes de vivir juntos", decidió dejarla en secreto.
- Al igual que Zacarías, Elizabeth y María, José era una persona con un camino recorrido en la vida espiritual . La
relación que había cultivado con Dios le proveyó, en ese momento intensamente doloroso, una clara dirección: hacer
lo que era correcto y justo delante de los ojos del Dios que siempre había seguido.
- Aún mientras meditaba sobre los pasos particulares que debía tomar, un ángel del Señor se le aparece en sueños .
Cuando existe un intenso deseo de hacer lo que es bueno, Dios mostrará, por el medio que él escoja, el camino a
seguir. En este caso el mensajero celestial le provee una perspectiva completamente inesperada: “no temas recibir a
María tu mujer, porque lo que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo” . Una vez más lo inexplicable tiene
explicación, aunque esta jamás se nos hubiera ocurrido a nosotros.
- En cuántas situaciones nos hemos apresurado a arribar a conclusiones equivocadas por no poseer toda la
información necesaria sobre una situación. La persona sabia siempre deja margen para el error. Aun cuando las
conclusiones a las que arribamos parecieran ser el producto de un irrefutable proceso de razonamiento, es posible que nos
hayamos equivocado en ellas. La cautela a la hora de arribar a conclusiones es apropiada porque nuestro conocimiento de los
hechos siempre es precario. Hacemos bien en desconfiar de las conclusiones a las que tan confiadamente quiere llegar
nuestro corazón.
- José estuvo dispuesto a hacer lo bueno sin importarle el dolor que le causara. José decidió terminar con su
compromiso, pero estaba decidido a hacerlo de manera que no trajera afrenta a María. Intentó actuar con justicia y
con amor.
- El hombre justo, basa su actuar en la justicia de Dios . Es respetuoso de la ley, conoce la ley y vive de acuerdo a ella.
Antes de actuar se pregunta, si es correcto lo que va hacer, si es aprobado o no por la palabra . El Salmo 19 dice que
“la ley hace sabio al sencillo”. El ser justo no solo es una posición que obtiene el creyente por la fe en Cristo. Es
declarado no culpable y se le aplica la justicia de Cristo. El ser justo es también un estilo de vida que lleva fruto de
justicia. Es Cristo viviendo en el creyente / Gálatas 2:20.

2) El hombre íntegro ama. José amaba a María.


- Un hombre que hace la voluntad de Dios busca imitar el carácter de Cristo amando como Él nos ha amado . Éste
hombre de verdad imitará el carácter del creyente que nuestro Señor enseñó en el monte de las bienaventuranzas: llorará
con los que lloran, se mostrará manso y humilde, extenderá el perdón que él mismo ha recibido, amará con un
corazón puro, buscará la paz y estar en paz con los demás. El primer lugar para actuar de esta manera es con su
propia esposa si la posee. Un hombre íntegro ama como Cristo ama.
- La tendencia pecaminosa de los hombres caídos es dominar a sus esposas por fuerza bruta . Incluso algunos
hombres cristianos son culpables de ser demasiado toscos con su autoridad. Efesios 5:24 apoya esta idea, ya que
insta a las esposas a que estén sujetas a sus maridos “en todo”. Pero este punto de vista del papel del marido es la
antítesis del modelo que el señorío de Cristo nos da. Cuando Pablo volvió su atención al marido no le dijo, “Maridos,
gobiernen a vuestras mujeres, ordénenles; mándelas; ejerzan autoridad sobre ellas, domínenlas” o algo por el estilo .
Les dijo que amaran a sus esposas como Cristo amo a la iglesia: con sacrificio, con ternura, mansedumbre, y con un
corazón de siervo. Así es como los esposos deben mostrar sumisión a sus esposas. El amor auténtico es incompatible
con un enfoque despótico o dominante al liderazgo. Cuando Pablo ordenó a los esposos amar a sus esposas como
Cristo amó a la iglesia, él estaba en efecto prohibiendo el ejercicio de una autoridad severa o abusiva sobre sus
esposas. Si el modelo de ese amor es Cristo, quien “no vino para ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate
por muchos” (Mateo 20:28), entonces el esposo que cree que existe para que su esposa y sus hijos le puedan servir a
él, no podría estar más fuera de lugar.
- Es significativo, por cierto, que a los maridos no se les ordena en este pasaje que gobiernen o dirijan a sus esposas.
Simplemente se les dice que amen a sus esposas. De hecho, el amor domina todo este pasaje en Efesios,
apareciendo cinco veces a lo largo de la breve lista de Pablo de instrucciones a los esposos.
- Considere las implicaciones de un mandamiento de amar. Esto sugiere que el amor verdadero no es sólo un
sentimiento romántico o una atracción involuntaria. Se trata de una elección deliberada. Por esta razón, está en forma
de un imperativo. Lejos de ser algo en el que “nos dejamos llevar” por casualidad, el amor auténtico implica un
compromiso deliberado y voluntario a sacrificar todo lo que podamos para el bien de la persona que amamos.
- En 1º Corintios 13:4-8, el apóstol Pablo describe las características del verdadero amor . Tenga en cuenta que
ninguna de las características del verdadero amor es involuntaria, pasiva o basada en los sentimientos . De hecho,
Pablo usa verbos activos siempre que sea posible, en lugar de adjetivos, lo que subraya la verdad de que el amor es
a la vez dinámico y deliberado. El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no
es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no
toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad;
todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser .
- Eso no es fácil. De hecho, es imposible para los no creyentes obedecer el mandamiento de Pablo en Efesios . Sólo
un esposo convertido y lleno del Espíritu puede amar a su esposa como Cristo ama a la iglesia . Y eso es la única
manera en que otros verán una imagen real del Salvador.
- El hombre íntegro también ama a sus hijos. ¿Cómo podemos expresar amor y disciplina al mismo tiempo? Esas son
dos palabras inseparables. No podemos amar a alguien y no disciplinarlo, el padre que ama a su hijo lo disciplina, de la
misma manera no podemos disciplinar a alguien si no lo amamos . Es por eso que la disciplina debe ser aplicada
siempre por los padres, o por personas que realmente aman a nuestros hijos. Muchos padres provocados por la ira
han lastimado sus emociones.
- El amor, más que un sentimiento es la decisión de hacer siempre lo correcto a favor de nuestros seres amados . El
que ama a su hijo quiere lo mejor para él. Sabrá cuando esperarse si la impaciencia le ha ganado y su disciplina puede ser
injusta.

3) El hombre íntegro cuida su mente (v.20). José pudo haber pensado todo lo que él quería pero sin embargo,
cuido su corazón porque era un hombre íntegro de mente y corazón; esto son los hombres los que Dios está
buscando, hombres de poder, de propósito, y victoria.
- El hombre íntegro cuida su mente y corazón para no pecar contra Dios.
- ¿Qué es lo más difícil de controlar en nuestra vida? Cuando reflexionamos en ésta pregunta por un momento, creo
que todos llegaremos a la conclusión que lo más difícil de controlar en nuestra vida es nuestra mente, nuestros
pensamientos. Esto sucede porque en la mayoría de los casos nosotros nos dejamos controlar por nuestras
emociones o impulsos, lo que en casi toda ocasión nos conduce a que le faltemos a Dios.
- ¿Sucede esto por coincidencia? La respuesta es no. La realidad de todo es que nuestra mente es el campo principal
de batalla en la guerra espiritual. Digo esto porque los poderes de las tinieblas trataran de utilizar nuestra mente,
sembrando en ella ideas o pensamientos malos que eventualmente nos alejaran de la presencia de Dios .
Pensamientos que si no controlamos, reprendemos y remplazamos con pensamientos puros, tarde o temprano, nos
conducirán a pecar. Es por eso que hoy deseo que exploremos éste campo de batalla, en el cual muchos caen heridos o
muertos en el espíritu.
- Marcos 7:20-23 / Lo primero que deseo que notemos en estos versículos es la palabra “corazón”. Ésta palabra es usada en
la Biblia para describir éste órgano tan importante en nuestro cuerpo, pero también es usada para describir lo más importante
de nosotros. Es usada para describir nuestra manera de pensar, y nuestra manera de ser.
- Una de las cosas que más confunde al creyente hoy en día es el tema de las pruebas y la tentación. ¿Cuál es la
diferencia? La diferencia es que las pruebas tienen origen en Dios y siempre sirven un propósito. ¿Qué propósitos
sirven las pruebas? Las pruebas sirven para edificarnos, enseñarnos y acercarnos más a Dios . Así que podemos
concluir confiadamente que las pruebas no nos tientan a pecar. Las pruebas no nos tientan a pecar porque la tentación
nunca origina de Dios. Esto es algo que queda claramente declarado en Santiago 1:13 cuando leemos: “cuando alguno es
tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie”.
- La tentación, en cambio, tiene su origen en nuestro enemigo y tiene un solo un propósito: alejarnos de la presencia
de Dios. Esto es algo que queda bien ilustrado en la parábola del sembrador como encontramos en Lucas 8:12 cuando
leemos: “Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que
no crean y se salven”. La tentación es algo que llega a nuestra mente, y si no tenemos cuidado hará morada en
nuestro corazón. Nosotros somos tentados cuando acaloramos y acogemos esos malos deseos que nos arrastran y
seducen / SANTIAGO 1:14. El problema que existe es que los deseos son poderosos . Ahora bien, con esto no
estamos diciendo que todos nuestros deseos son malos, pero si que algunos de ellos sí lo son . Y es por eso que si
queremos conducir una vida victoriosa entonces tenemos que aprender a reconocer la diferencia.
- En estos versículos que estamos estudiando hoy, vemos claramente que Jesús nos advierte que no nos dejemos
controlar por los deseos. Y Él nos advierte esto porque la realidad de todo es que una persona no puede ser tentada si el
deseo no existe en su corazón. En otras palabras, no podremos ser seducidos a no ser que la lujuria, lascivia, y otros
malos pensamientos todavía existan en nuestro corazón. Es por eso que al presentarse ciertas situaciones siempre
debemos analizarlas mirándolas a través de los ojos de Dios y no los nuestros . Digo esto porque en nuestra propia
opinión las cosas pueden aparentar como inofensivas o buenas, pero cuando lo miramos a través de los ojos de Dios
entonces descubrimos algo completamente opuesto / Proverbios 14:12 “Hay camino que al hombre le parece
derecho; Pero su fin es camino de muerte”.
- Pero, ¿cómo podemos controlar nuestros pensamientos? ¿Cómo podemos controlar nuestros deseos? De la única
manera que lograremos ejercer control sobre nuestros pensamientos y deseos es acercándonos más a Dios. Si no
buscamos más de Su presencia, si no buscamos más Su rostro, entonces le será fácil al enemigo poner malos
pensamientos en nuestra mente.
- Esto es algo que queda bien reflejado en las palabras del Señor en MARCOS 4:19. ¿Qué podemos hacer para evitar que
la Palabra de Dios se haga infructuosa en nuestra vida? Lo primero que tenemos que hacer es rendirnos a la voluntad
de Dios y permitir que el Espíritu Santo sea quien nos guíe en todo momento. Recordemos siempre lo que nos dice las
escrituras en Romanos 8:14 cuando leemos: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos
de Dios…” En otras palabras tenemos que escuchar al Espíritu Santo cuando nos habla y nos da convicción de las
cosas. Tenemos que aprender a caminar en el Espíritu Santo en todo momento y no solo en ciertas ocasiones .
Cuando a José vivió esta experiencia, Dios envió un ángel para guiarlo en su decisión, hoy nosotros tenemos al
Espíritu Santo quien nos guía a toda verdad. Si decimos que somos seguidores de Cristo tenemos que aprender a
deshacernos de esos deseos de la carne que nos alejan de la voluntad de Dios.
- GÁLATAS 5:24-25 / Cuando nos rendimos a la voluntad de Dios, y cuando permitimos que el Espíritu Santo nos guíe
en todo momento, entonces no existe tentación que no podamos resistir, no existe lucha que no podamos ganar . Dios
en Su infinita gracia ha permitido que el Espíritu Santo more en cada uno de nosotros con un propósito.
- No le permitamos al enemigo que nos venza en nuestro propio patio, es decir nuestra mente y corazón . No le
permitamos al enemigo que nos robe la paz que Cristo nos dejó, esa paz que es la que mantiene nuestro corazón y
pensamientos en el lugar correcto. Esa paz que nos ayuda a mantener nuestro corazón y pensamientos enfocados en
Dios / FILIPENSES 4:7.
- Nuestro enemigo quiere plantar semillas en nuestro corazón; semillas de celos, contiendas, depresión, lascivia,
lujuria, orgullo, dudas y avaricia. El demonio quiere destruir la obra que el Señor está haciendo en nuestra vida. Pero
cuando podemos desenterrar esas semillas, cuando reconocemos a tiempo lo que está tratando de hacer, entonces
nunca podrá conducirnos nuevamente a la esclavitud que es el pecado.
- El Señor nos dice que de nuestro corazón salen malos pensamientos, pero esto es algo que sucede solo cuando
nuestro corazón y nuestra mente no están concentrados en Dios . Y es por eso que en Romanos 12:2 encontramos que
se nos dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
- La batalla en ocasiones puede ser difícil; pero aunque la batalla sea difícil, todos debemos saber que la guerra ya
fue ganada por Cristo. Cristo venció al enemigo con Su sacrificio en la cruz.

4) El hombre íntegro “acepta” la voluntad de Dios (v.24). José luego de conocer que María estaba
embarazada, iba a dejarla en secreto, pero cambió de planes rápidamente; obedeció a Dios y prosiguió con los planes
matrimoniales. A pesar de que muchos quizás no lo hubieran apoyado en su decisión, José continuó adelante con lo
que sabía que era correcto. Nosotros algunas veces dejamos de hacer lo correcto por el qué dirán. Como José,
debemos obedecer a Dios antes que buscar la aprobación de los demás.
- José estuvo dispuesto a servir a Dios conforme a Su plan y no al suyo . Cada verdadero seguidor de Jesucristo dice
que quiere hacer la voluntad de Dios. Pero la mayoría de los cristianos piensan que la voluntad de Dios es algo que
se le impone, algo de mal gusto y difícil, lo cual están obligados a hacer.
- La perfecta voluntad de Dios es un asunto de gran importancia para todos aquellos que dicen amar al Señor.
- Existe una vasta diferencia entre someterse a la voluntad de Dios y aceptar su voluntad.
- Someterse significa “sujetarse a” o “rendirse a condiciones impuestas” . A menudo, uno piensa en
someterse en términos de castigo o disciplina. Tristemente, muchos cristianos ven la voluntad de Dios de esta
manera. Se imaginan a Dios como demandando que se rindan a un grupo de reglas y condiciones: “Hazlo a mi
manera, o te desamparo”.
- Lo cierto es, cuando un creyente conoce la gloria de hacer la perfecta voluntad del Señor, él la aceptara con gozo y
esperanza. Aceptar significa, “tomar, como en los brazos”, presionar a tu pecho como en una
expresión de amor y afecto . Sin embargo, el triste hecho es, muy pocos cristianos aceptan la perfecta voluntad
de Dios.
- JUAN 5:30 / No hubo un momento en la vida de Jesús cuando Él no estaba consciente que su propósito en la tierra
era hacer la voluntad del Padre. Esto debe ser cierto de nosotros también, que en cada hora del día busquemos hacer
su voluntad. Simplemente no puedes aceptar la voluntad de Dios hasta que mueras a toda voluntad propia.

5) El hombre íntegro es temeroso de Dios . Si José no hubiera sido un hombre temeroso de Dios, a todo el
mundo le habría contado lo que esta mujer supuestamente le había hecho, y muy seguro que si la hubiera llevado
ante los tribunales la habrían encontrado culpable, porque ¿quién le iba a creer el cuento que el embarazo que tenía
era del Espíritu Santo? Su prometida le sale con que está embarazada, y como si fuera poco le sale con que es del Espíritu
Santo, pero José era un hombre temeroso de Dios y un hombre temeroso de Dios piensa bien las cosas antes de hacerlas. Un
hombre temeroso de Dios no lastima a los demás, un hombre temeroso de Dios prefiere llevar la culpa y no prestarse al juego
del enemigo.
- El temor de Dios es uno de los grandes temas dominantes de las Santas Escrituras. Sin embargo, es un asunto con
respecto al cual, hoy día, existe un silencio casi total . Fue una cuestión que destacó mucho en el pasado, tanto en el
pensamiento como en la predicación de nuestros ancestros. Es interesante ver cómo ellos, cuando deseaban
describir a alguien que resaltaba por una piedad poco habitual, con frecuencia lo hacían utilizando la expresión
“persona temerosa de Dios”.
- Si tomaras tu concordancia y buscaras la palabra “temor”, observarías que hay entre 150 y 175 referencias distintas
y explícitas en cuanto al temor de Dios. Si añades a estas todos los ejemplos que dan las Escrituras, en los que se
ilustra el temor de Dios aunque no se exprese de manera explícita, no exageramos si decimos que podríamos obtener
perfectamente centenas de alusiones sobre el tema. Imagina que alguien lee su biblia, con una pluma y un papel en la
mano, apuntando cada referencia clara y abierta al temor de Dios con la que se encuentra. Además de esto, recoge cada uno
de los pasajes en los que se habla de él, aunque no sea con palabras explícitas, pero que al menos destaquen el pensamiento
e ilustraciones de la realidad del mismo. Estoy seguro de que podría llenar muchas páginas con referencias correspondientes
a este gran tema. El temor de Dios es uno de los temas más destacados de las Santas Escrituras. Eso es lo que, según
el escritor de los proverbios, es el principio de todo conocimiento (Proverbios 1:7).
- Tanto en el Antiguo Testamento como el Nuevo, esta palabra común “temor” se utiliza para describir la emoción de
estar asustado, de verse apresado por el terror y el pánico (Deuteronomio 2:24-; Salmo 105:36-38; Lucas 2:8; Hechos
5:11).
- Pero hay otro tipo de temor y se usa la misma palabra para él; sin embargo, se utiliza con un significado obviamente
distinto. Es el temor de la devoción y de la honra, del respeto (por ejemplo: Levítico 19:3).
- Estos dos usos comunes de la palabra “temor” que se encuentran en el vocabulario de la gente de los tiempos
bíblicos y, en cierta medida, en el nuestro son los dos conceptos que van juntos en la noción bíblica del temor de
Dios. Este reúne ambos conceptos.
(1) Existe un sentido legítimo en el que el temor de Dios implica tener miedo de Dios, sentirse
atenazado por el terror y el pánico. Aunque este no es el pensamiento dominante en las Escrituras, no obstante se
encuentra presente en ellas (por ejemplo: HEBREOS 10:26-31). Leyendo a lo largo de las Escrituras encontramos frases
como: “el ardor de su ira” (Isaías 42:25) y “el fuego de mi furor” (Ezequiel 21:31). Leemos expresiones como: “ira e
indignación, tribulación y angustia, para toda alma humana que hace lo malo” en Romanos 2:9 y, en 2ª Tesalonicenses
1:8-9: “en llama de fuego, dando retribución a los que no conocen a Dios, […]. Estos sufrirán el castigo de eterna
destrucción”. ¿Qué nos transmiten semejantes expresiones y afirmaciones? El concepto bíblico es que, cuando la
Omnipotencia maneja la espada de la venganza y el Dios infinito toma entre sus manos a la criatura finita para juicio,
esa persona debería temblar de horror y pánico . Es realmente terrible caer en las manos del Dios vivo . Solo la
ignorancia con respecto al carácter de Dios o una demencia espiritual, podrían hacer que el hombre no tenga temor
de Dios si se encontrara en el camino del juicio de Dios.
(2) El segundo aspecto del temor, que es característica del pueblo de Dios, es el temor de la devoción,
la honra, y la reverencia con la que respetamos a nuestro Dios. Es un temor que no nos lleva a escapar de Él sino a
someternos alegremente. Sin negar o diluir la primera faceta del temor de Dios: el temor del terror y del pánico, no
obstante es este segundo aspecto del temor de Dios: respeto, sobrecogimiento, reverencia, el tema dominante de las
Santas Escrituras.
- Cuando la Palabra de Dios dice: “El temor del Señor es la parte principal del conocimiento”, no se está refiriendo al
temor del terror y del pánico, sino al temor de la devoción, del sobrecogimiento y de la reverencia. Dios dice que
pondrá este temor en el corazón de los hombres mediante las bendiciones del Nuevo Pacto y esto hará que ellos se aferren a
sus caminos y guarden sus estatutos.
- Génesis 28:12-22 / el sueño de Jacob. Este es un bello y claro ejemplo de este segundo aspecto del temor de Dios.
Aunque dice que estaba asustado, y aunque Jacob llega a utilizar el término “imponente” no sentía el pánico y el
terror que hace que un hombre huya. GÉNESIS 28:17 / Es un temor totalmente coherente con el deseo de estar en la
presencia del objeto del mismo y de rendirle honra, adoración, amor y obediencia.
- Éxodo 3:1-8 / la zarza que ardía y no se consumía . En lugar de huir de Él, como hizo Adán, Moisés se acercó con
verdadera reverencia para tener comunión con Dios y hablar con Él cara a cara / ÉXODO 3:6. Es un temor de
sobrecogimiento reverencial, de veneración y de honra.
- Isaías 6:1-5 / la visión de Isaías. Tanto el profeta como las huestes celestiales estaban mirando al mismo objeto.
¿Cuál es la reacción de los serafines cuando contemplan esta vista de Dios? Se llenan de santa agitación . Por así
decirlo, no podían hacer una pausa y quedarse quietos delante del trono, sino que dice que volaban alrededor del mismo.
Además, cubren sus pies y su rostro. Son una forma de manifestación angelical que no ha conocido pecado y, sin
embargo, en la presencia de ese gran Dios, cubren su rostro. Así como Moisés cubrió su rostro y dijo: “tengo miedo de
mirar a Dios”, ellos esconden su rostro y tapan sus pies, y vuelan, llenos de sobrecogimiento ante la santidad de
Dios. Y se van gritando el uno al otro: “Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos. Llena está toda la tierra de su
gloria”. Por supuesto, no hay ninguna indicación de ninguna sensación de dolor o de modesta vergüenza a causa del
pecado por parte de los serafines. Pero no es el mismo caso cuando el profeta mira al mismo Dios, porque cuando
contempla el mismo objeto que los serafines veían, a él le sobrepasa la inmensidad y la majestad trascendente de
Dios en su santidad; pero hay una dimensión añadida. Existe esta acción reflejo de dolor, de vergüenza, convicción y
contrición retraídas / ISAÍAS 6:5. Y es que no se trata simplemente de una criatura como los serafines, igual que los
serafines que contemplan al Creador exaltado. Es una criatura pecadora que contempla al Santo Dios. Por consiguiente,
la única reacción que encaja aquí es un temor de sobrecogimiento reverencial mezclado con la sensación de
impureza que, a su vez, produce convicción y contrición.
- Lucas 5:5-11 / la pesca milagrosa. ¿Cómo podemos juntar estas dos reacciones aparentemente contradictorias?
“¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!” y “dejándolo todo, le siguieron” / LUCAS 5:8-11. ¿Qué le ocurrió
a Pedro? Captó, en aquel acto, el mensaje de nuestro Señor. Vio más allá de aquella red que se había echado y que había
recogido una gran multitud de peces. Reconoció, no sabemos hasta qué punto en aquel momento, que Aquel que había
hecho esto, solo podía ser el Hijo de Dios, el Mesías. Cuando se dio cuenta de aquello, su reacción fue caer a sus
pies, abrumado por una sensación de asombro reverencial y terror que le hizo exclamar de repente: “¡Apártate de mí,
Señor! No soy apto para estar tan cerca de ti”. Sin embargo, esa misma reacción está emparejada con el más intenso
anhelo de estar con Él, hasta tal punto que deja su negocio, su casa, sus amigos y le sigue.

-En resumen, creo que es correcto decir que el temor de Dios, es un temor que consiste en
asombro, reverencia, honor y adoración, y todo ellos al más alto nivel de su ejercicio . Es la reacción
de nuestra mente y espíritu a la vista de Dios en su majestad y santidad. Como muy acertadamente dijo John Murray,
cuando intentaba definir el temor de Dios: “La sensación determinante de la majestad y la santidad de Dios, y la
profunda reverencia que esta comprensión expone, constituyen la esencia del temor de Dios”.
- El temor de Dios consiste en abrigar una impresionante sensación de la infinita grandeza y excelencia con respecto
a la revelación que Dios ha hecho de estas cosas en su Palabra y en sus obras, que nos induce a la convicción de
que el favor de ese Dios es la mayor de todas esas bendiciones y su desaprobación es el mayor de
todos los males.
- Hasta que un hombre no conoce el perdón de Dios, basado en la sangre del pacto eterno, nunca conocerá el temor
correcto de Dios. Puede sentir terror de Dios; puede tener pánico de Dios; pero ese terror y ese pánico le alejarán de
Dios. El temor de Dios se expresa en la toma de conciencia de lo que es el perdón, y es un temor que hace que nos
acerquemos más a Dios y que nos aferremos a Él y a sus caminos.
- 2º CORINTIOS 7:1 / “Perfeccionando” habla de algo que no es instantáneo y también conlleva la idea de completar.
Los más altos logros en la santidad y la vida justa se deben conseguir, y buscar, en la atmósfera
del temor de Dios.

Efecto en nuestra vida cotidiana


- LEVÍTICO 19:14 / En encontramos un mandamiento un tanto inusual. Si un hombre es sordo, no puede oírte. Y si no
te puede oír, ¿puede herirle lo que digas? No; y sin embargo Dios dice: “no maldigas al sordo”. Lo que Dios está
diciendo es esto: “tu conducta con respecto a los hombres no debe ir gobernada por su capacidad de tomar
represalias contra tus maldades. No debe regirse por su impacto en tu reputación delante de ellos. El único principio
que debe gobernar toda tu conducta con todos los hombres, en todas las circunstancias, es que Mi ojo está sobre
ti y veo. Mi oído está abierto y oigo”. No permitas jamás que tu conducta con cualquier hombre se deje llevar por un
principio que no esté a la altura de este: ¿cómo verá Dios esta conducta? ¿Qué más da que el ciego no pueda ver si le
haces tropezar? Dios lo ve. ¿Y qué si el sordo no puede oírte cuando le estás maldiciendo? Dios te oye.
- Esta es la razón por la cual, si eres un estudiante que teme a Dios, no harás trampas en la escuela.
- ¿Qué más da si eres un joven que tiene dos tipos de vocabularios: uno que utilizas por casa y en la iglesia, y otro
que utilizas en el campo de futbol con tus matones? Puedes decir todas las palabrotas junto con ellos, pero no
dejarás que tu padre o tu madre te escuchen decirlas. ¿Qué son tu padre y tu madre en comparación con Dios?
¿Acaso Él no oye? Él conoce cada una de tus palabrotas . Podría darte la hora, el lugar, la ocasión y el nivel de
decibelios de cada una de ellas. Si te sientes satisfecho porque tu madre y tu padre no te oyen, y porque no lo saben,
esto es una indicación de que no estás caminando en el temor de Dios.
- El temor de Dios es lo que hace que un hombre, en la oficina o en la tienda, sea tan cuidadoso con las miradas de
flirteo como si su esposa estuviese de pie a su lado y fuese una mujer celosa . ¿Has visto alguna vez a un hombre que
tenga a una esposa celosa? Cuando ella está con él, es como un caballo que lleva orejeras. Si andas en el temor de
Dios, eres un hombre con orejeras. Hay un freno sobre tus ojos . ¿Por qué? Porque sabes que no se trata en absoluto
de lo que vea tu esposa o de lo que ella sepa; lo que importa es lo que Él ve y lo que Él sabe y que estás intentando
proteger un corazón que es puro ante sus ojos. Cualquier hombre que sea capaz de flirtear con sus miradas y sus
palabras, si este es su patrón de vida, no sabe nada del temor de Dios.
- NEHEMÍAS 5:14-15 / Nehemías dice que él no hizo lo mismo que sus predecesores, es decir, utilizar su posición
como medio para progresar para una ganancia personal; y no lo hizo “a causa del temor de Dios” . La base de su
conducta era que el ojo de Dios estaba sobre él. Reconoció que si utilizaba su posición para su propia ventaja, perdería el
derecho a la sonrisa de Dios. ¿No es este uno de los mayores problemas en las relaciones humanas: unos que se
aprovechan de los demás para su ganancia personal? Somos insensibles a las necesidades de los demás cuando
estamos procurando suplir las nuestras. Somos egoístas cuando intentamos vivir para nuestra propia satisfacción
mientras pisoteamos la necesidades de los demás.
- Cuando has ido más allá de la influencia del temor de Dios, ya has sobrepasado la esfera en la que la santidad puede ser
perfeccionada. El único terreno en el que crece la integridad es el temor de Dios.
- ROMANOS 3:18 / La ausencia del temor de Dios es la causa de una vida desordenada e impía, como
la que Pablo describe en Romanos 3:10-18. Esta ausencia es como una planta nociva en el corazón del hombre.
- El hombre íntegro es aquel que, en todas las cosas, tiene el temor de Dios delante de sus ojos . No puede pensar en
el día que tiene por delante sin reflexionar: “Este es el día que el Señor ha hecho. Soy su siervo. Él es mi Dios. Así es
que, al salir en este día para ir a la tienda, a la escuela, a la oficina; mientras trabajo o entablo una conversación, todo
debe llevar el sello de la realidad del ser de Dios, de mi relación con Él, de lo que Él me exige, de su provisión para
mí”.
- El fundamento del temor de Dios está formado por conceptos del carácter de Dios . El siguiente paso en el
temor de Dios es una sensación dominante de su presencia . Es una sensación de la presencia de Dios
que se extiende por la totalidad de nuestra vida, de manera que no hay lugar o circunstancia en los que nos
encontremos y no seamos conscientes de que Dios está allí. Él se encuentra allí en toda su majestad, su santidad y
su inmensidad; Él no está “por ahí, en algún lugar”, sino que está justo ahí . El temor de Dios llevará siempre este
sentido dominante de su presencia.
- Es interesante observar que, en la mayoría de los ejemplos en los que el temor de Dios se describe para nosotros en
las Escrituras, se hace en un contexto de la presencia de Dios hecha realidad . Piensa sobre algunos de los textos que
hemos considerado hasta aquí. Cuando Jacob se despertó de su sueño, dijo: “Ciertamente el Señor está en este lugar y
yo no lo sabía” (GÉNESIS 28:16). Se nos dice que Moisés, ante la zarza ardiente, “tenía temor de mirar a Dios” (ÉXODO
3:6). Cuando contempló al Señor en una visión, Isaías dijo: “¡Ay de mí! Porque perdido estoy […] porque han visto mis
ojos al Rey” (ISAÍAS 6:5). Si vas localizando estas ilustraciones verás que se hallan todas en un contexto en el que
los hombres experimentan la presencia de Dios hecha realidad. Dios está allí y ellos lo saben; saben que están en su
presencia.
- Pero hay un pasaje de las Escrituras que enseña esta verdad de una forma constante y concentrada. El Salmo 139
describe, probablemente de una forma más clara que ningún otro texto, a un hombre que tiene conceptos correctos
acerca del carácter de Dios y que, al mismo tiempo, está convencido de que ese Dios, en su inmensidad, su majestad
y su santidad, está exactamente allí. A este hombre, David, le embarga una sensación dominante de la presencia de Dios /
SALMO 139:1-4.
- Hasta este momento, David está describiendo lo que conoce acerca del carácter de Dios, como Aquel que todo lo ve
y que todo lo sabe. ¿Pero cómo lo plantea? ¿Considera la omnisciencia de Dios como si se tratara de algo parecido a
un satélite espía que puede tomar fotografías a muchos kilómetros de la superficie de la tierra y, a pesar de la
distancia, estas revelan el máximo de detalles? ¿Es este el concepto que David tiene de Dios: que es ese Dios grande,
inmenso, que todo lo sabe, que todo lo ve y que está por ahí arriba, en la distancia, en algún lugar? ¿Piensa que todo lo que
hago, Él lo ve y lo sabe, como el gran ojo del satélite espía que está por ahí orbitando? ¿Es ese el concepto? No.
- Observa la transición en el siguiente versículo, (v.5): “Por detrás y por delante me has cercado, y tu mano pusiste sobre mí”.
David está diciendo que el Dios que le ha buscado y le ha conocido, que entiende su pensamiento y conoce cada una
de sus palabras, no sabe y entiende como el satélite espía que está orbitando, a una distancia de kilómetros y
kilómetros, sino que Él le conoce y le entiende porque su mano está sobre él . Observa la forma en la que David sigue
desarrollando este pensamiento: “Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; es muy elevado, no lo puedo alcanzar.
¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia? Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo
mi lecho, allí estás tú” / SALMO 139:6-8.
- David no se limita a afirmar que es incapaz de huir del conocimiento o de la omnisciencia de Dios; lo que dice es
que no puede irse de su presencia. Declara que no importa lo lejos que pudiera viajar, en cualquier dirección , ya sea
arriba, al propio cielo, o abajo a la tumba, al Seol, Dios está allí. No solo es consciente de David; Él está allí. No
se trata de que verá simplemente a David; Él estará allí con él . En el v.9, dice: “Si tomo las alas del alba, y si
habito en lo más remoto del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra”.
- Obviamente, David no está pensando en una “simple omnisciencia”, que da la casualidad de que lo sabe todo.
Tampoco tiene el concepto de que Dios es un ser sin corazón, sin forma, sin personalidad que simplemente parece
estar en todas partes. En lugar de ello, dice: “Dondequiera que voy, Dios está allí, como el Dios personal cuya mano
está sobre mí, que me sostiene y me cubre con sus manos” . E incluso se remonta al preciso momento de su
concepción en el vientre de su madre, en el hermoso simbolismo del v.13: “Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en
el seno de mi madre”.
- Por consiguiente, para David, el temor de Dios consistía también de este segundo elemento: una sensación dominante de
la presencia de Dios. Esa percepción es la que creará ese asombro, esa sensación de prodigio, de reverencia que
hará que aun el pensamiento de desobedecer a un Dios semejante, de entristecerle por ir en contra de su voluntad,
sea algo impensable para un cristiano. Esta es la razón por la que las Escrituras dicen que el temor del
Señor es apartarse del mal / PROVERBIOS 8:13. No me atreveré a desafiar sus santos mandamientos y sus leyes
porque vivo con la sensación de la presencia inmediata de este gran Dios.
- ¿Con qué frecuencia hemos sentido la tentación de hacer algo pecaminoso y la presencia de otra persona nos ha
disuadido? Si la presencia de otra persona, que no tiene poder de juzgarle por sus actos, tiene el efecto de cambiar
radicalmente la conducta, ¿qué ocurre con el hombre que se sabe siempre en la presencia inmediata de Aquel ante
quien debe dar cuenta de todo lo que hace? ¿Tendrá algún efecto ético y moral? Ciertamente sí.
- Puedes tener todos los datos sobre Él: buenas verdades bíblicas y reformadas acerca de Dios. Él
es santo, soberano, trascendente, inmenso, libre, ilimitado y todo lo demás. Pero, a menos que
aprendas a cultivar esa sensación de su presencia que todo lo impregna, no habrá mucha
diferencia en tu forma de vida.

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