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ARTÍCULO ORIGINAL
Introducción
Objetivos
Métodos
El diseño es descriptivo y de corte transversal. Se reclutó a todos
los adolescentes que consultaron en el Centro Terapéutico RUKANTU
entre enero y junio de 2001. Este centro realiza tratamiento
ambulatorio para adolescentes con abuso y/o adicción de alcohol y/o
drogas, y es dependiente del Servicio Nacional del Menor (SENAME). Se
decidió excluir a los adolescentes institucionalizados y a los que
presentaran comorbilidad con un trastorno psicótico o del ánimo y/o
retraso mental moderado a severo y/o daño orgánico cerebral. Se reunió
a veintitrés adolescentes con sus familias; dos presentaban una
depresión mayor y uno una esquizofrenia, por lo que fueron excluidos
del estudio; cuatro no completaron las evaluaciones, tres debido a
inasistencias reiteradas y uno por detención del adolescente,
arrojando un grupo final de 16 sujetos.
Resultados
Tabla 1
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Escolaridad
Número de casos
----------------------------------------------------------------------
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N° adolescentes escolarizados
Promedio de notas
Repitencias
13
5 ó menos en todos
8 al menos una vez
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Tabla 2
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Antecedentes
Número de casos
----------------------------------------------------------------------
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9 hombres y 3 mujeres
2 asma bronquial
2 mujeres bulimia nerviosa
1 mujer personalidad
0 limítrofe
4 hombres y 1 mujer
3 mujeres
----------------------------------------------------------------------
----------
----------------------------------------------------------------------
----------
----------------------------------------------------------------------
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Antecedentes delictuales:
– detenciones por consumo
– robo o hurto
6 hombres y 1 mujer
1 hombre y 1 mujer
----------------------------------------------------------------------
----------
Tabla 3
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Características del consumo
Número de casos
----------------------------------------------------------------------
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Tipo de sustancia
Modo consumo:
000sólo acompañado con pares
000acompañado con pares y solo
08 alcohol y marihuana
06 sólo marihuana
01 sólo alcohol
01 alcohol, marihuana y estimulantes
12,9 (9 – 16)
09
07
14
02
----------------------------------------------------------------------
----------
Diagnóstico DSM-IV:
– abuso de alcohol
– dependencia de alcohol
– abuso de marihuana
– dependencia de marihuana
– abuso anfetaminas
10
00
08
06
01
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----------
Tabla 4
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Características generales
Númerode casos
----------------------------------------------------------------------
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N° promedio integrantes
y rango
4,8
4–8
----------------------------------------------------------------------
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Vínculo conyugal:
– matrimonio
– convivencia
Monoparentalidad
Biparentalidad
Reconstituidas
9
5
5
100
1
----------------------------------------------------------------------
----------
Nivel socioeconómico:
– medio bajo
– bajo
1
15
----------------------------------------------------------------------
----------
Antecedentes mórbidos:
– alcoholismo, padres
00000000000madres
– violencia, padres
000000000madres
– delincuencia, padre
8
1
7
2
3
----------------------------------------------------------------------
----------
Tabla 5
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----------
Características de
los padres
Número
de casos
Características de
las madres
Número
de casos
----------------------------------------------------------------------
----------
4
4
5
5
Edad de las madres:
31 – 35 años
36 – 40 años
41 – 45 años
> 4 años
5
3
6
2
----------------------------------------------------------------------
----------
Escolaridad padres:
– básica incompleta
– media incompleta
– media completa
– superior completa
6
4
5
1
Escolaridad madres:
– básica incompleta
– básica completa
– media incompleta
– media completa
1
5
3
7
----------------------------------------------------------------------
----------
Ocupación padres:
– empresas servicios
– construcción
– jubilado
– FF.AA.
– cesante
7
3
1
1
1
Ocupación madres:
– dueñas de casa
– asesoras del hogar
– empresas servicios
8
6
2
----------------------------------------------------------------------
----------
Referencias
11. Olson DH. Circumplex Model VII: Validation studies and FACES III.
Family Process 1986; 25:337-351
[ Medline ]
12. Olson DH. Curvilinearity Survives: the world is not flat. Family
Process 1994; 33:471-478
[ Medline ]
14. Thomas U, Olson DH. Problems, families and the circumplex model:
observational assessment using Critical Rating Scale. J Marital Fam
Ther 1993; 19:159-175
19. Kilpatrick DG, Acierno R, Saunders B, Resnick HS, Best CL, Schnurr
PP. Risk factors for adolescent substance abuse and dependence: data
from a national sample. J Consult Clin Psychol 2000; 68:19-30
[ Medline ]
Dirección postal:
Reginald Rees
Departamento de Psiquiatría
Universidad de Valparaíso
Casilla 92-V-Valparaíso
Fono/ fax: (32) 508550
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editorial@sonepsyn.tie.cl
http://www.redsistemica.com.ar/suma
rios.htmhttp://www.redsistemica.com
.ar/sumarios.htm
LA NUEVA COMUNICACION
Artículos "on line"
Un proyecto de cambio en adicciones
Entrevista a Gastón Mazieres
por Horacio Serebrinsky y Guillermo Visotsky
Perspectivas Sistémicas (P.S.): ¿Cómo nació la idea del tratamiento
ambulatorio?
Gastón Mazieres (GM): La idea del tratamiento ambulatorio surgió hace
muchos años, cuando era residente del hospital neuropsiquiátrico
Borda. Me preocupaba mucho ver cómo ,frente a una crisis, las familias
dejaban al paciente en el hospital, sacándose de encima el problema y
jugando un papel muy pasivo frente a los profesionales "expertos".
Después, en la mayoría de los casos no venían más y el paciente
quedaba "depositado". Fue entonces cuando, con otros profesionales,
armamos un programa de asistencia ambulatoria 1 en el cual admitimos
pacientes que llegaban al hospital con indicación de internación.
Pudimos comprobar así que la mayoría de los pacientes que no se
internaban podían superar la crisis en su casa, junto su familia. Y de
esta manera, les evitábamos todos los perjuicios de una internación y
al mismo tiempo, esto significaba un importante ahorro económico para
el hospital .
P.S: Los que no se internaban ¿ tenían acompañante terapéutico?
No. Eran los miembros de la estructura familiar, amigos, vecinos o
gente dispuesta quienes hacían de acompañantes, por cierto muy
eficaces. Se convocaba a uno de estos miembros de la red solidaria
extrafamiliar para que participara en las entrevistas familiares.
Lo que queríamos probar con esta experiencia era que la internación,
en muchas ocasiones, resultaba totalmente innecesaria.
Y también cómo, las familias y su red , debidamente orientadas, podían
hacerse cargo de la situación y superar las crisis.
Lo esencial era y sigue siendo apoyarlas, confiar en ellas y
transmitirles en todo momento que son capaces de generar recursos para
superar situaciones difíciles.
Primeros contactos con el adicto y su familia
PS: ¿Fue a partir de esta experiencia, que creaste una forma diferente
de asistencia?
GM: A partir de esta experiencia creamos una forma diferente de
asistencia que pongo en práctica tiempo después, entre los años 1984 /
‘85, cuando vuelvo al Borda como coordinador del área de familia del
consultorio externo y organizo un servicio con orientación sistémica.
Logro que se instale un espejo unidireccional o cámara Gessel y
comienzo a coordinar un equipo de profesionales , muchos de los cuales
( * ) me acompañan actualmente .
Allí precisamente, establecí el primer contacto con los adictos y sus
familias quienes concurrían a un par de entrevistas y dejaban de venir
a la tercera.
Frente a nuestra incapacidad terapéutica, decidí que no atenderíamos
más adicciones en terapia familiar. Y organizamos un congreso interno
sobre "fracasos terapéuticos" donde se pudiera opinar y reflexionar
acerca de nuestros errores. Esto dio lugar a que me echaran del
hospital por segunda vez (antes me habían despedido alrededor del
’75), pero esta vez me fui acompañado por todo el equipo que trabajaba
conmigo.
La experiencia vivida nos enseñó que con los adictos no daba
resultados trabajar aisladamente en un servicio de terapia familiar,
ni tampoco resultaba efectiva la terapia individual. La respuesta
terapéutica para las adicciones debía pasar por otro lado. Sin
embargo, quiero aclarar, poniendo a la experiencia dentro de su
contexto, que en las entrevistas relacionadas con las adicciones
ocurría algo diferente que cuando se trataba de consultas por otras
causas. Era una dinámica distinta que no encajaba con lo que yo sabía
o creía saber; la bibliografía consultada resultaba escasa y pobre:
decía por ejemplo que el adicto era un psicópata pero no daba ninguna
salida terapéutica eficaz. En fin, así salimos de nuestra universidad,
repitiendo conceptos que no encajaban en nada con lo que luego
veríamos en la clínica.
P.S.: ¿Qué hiciste entonces?
GM: Traté de averiguar quiénes trataban a los adictos con resultados
más o menos positivos. Y descubrí instituciones que no tenían nada que
ver con los profesionales, coordinadas por ex-adictos . Sentí
curiosidad y me pregunté qué métodos usarán y qué sucederá ahí. Esto
me llevó a conectarme con Carlos Novelli (Fundador y Director del
Proyecto Andrés) quién acababa de llegar de los Estados Unidos, y en
aquél momento del año 1986, empezaba a interesarse por el trabajo con
las familias.
Averiguando qué pasaba con estas comunidades terapéuticas, me acerqué
a ellas, observé in situ cómo trabajaban los ex-adictos y descubrí un
modelo que generaba un intensa movilización emocional, totalmente
diferente a todo lo que yo había conocido. Decidí permanecer allí para
aprender a trabajar con familias, parejas y grupos de padres.
Más adelante, le propuse a Novelli , un personaje vital, un auténtico
líder, innovador y afectuoso, organizar un espacio ambulatorio.
Creo que fue el primer programa de este tipo que se realizó en el
país. Trabajábamos con el adicto en grupos de pares, con terapia
familiar y con grupos de padres y otros familiares. Los equipos eran
mixtos formados por profesionales y ex-adictos y llegamos a tener 108
personas en tratamiento y en las reuniones generales podíamos llegar a
reunir entre 400 y 500 personas.
En esos dos años diseñamos un modelo ambulatorio, corrigiendo los
errores sobre la marcha ya que no teníamos referentes ni había aún
material bibliográfico.
Me acompañó aquel equipo que se fue conmigo del Borda, al que se
agregaron otros profesionales y ex-adictos. En el año ’88 decidimos
organizar nuestro propio programa, al que llamamos "Proyecto Cambio" ,
que dirijo actualmente junto con la Lic. Susana Barilari.
Los comienzos
Empezamos de cero, el crecimiento no fue nada fácil. Los primeros años
me ví obligado a mostrarme y daba clases en todos lados. Había que
hacer conocer el programa. Mientras tanto, grabábamos y supervisábamos
casi todo el trabajo para después poder estudiarlo. Creo que el hecho
de reunirnos permanentemente con el equipo para reflexionar cada
detalle del trabajo nos permitió corregir y ajustar la técnica y
encontrar nuevos recursos. Así fuimos gestando este programa al que,
con el tiempo, le hicimos mil modificaciones.
P.S.: Hoy, 10 años después, ¿ la idea sigue siendo la misma?
GM: Sí, a pesar de las modificaciones lo importante fue que mantuvimos
la misma ideología dándole importancia a lo grupal, al trabajo entre
familias y equipo mixto, que conforman para nosotros los pilares del
tratamiento ambulatorio.
Y lo que nos estimuló para seguir fue comprobar que los resultados
eran altamente positivos y con muy pocas recaídas.
P.S.: ¿Tuviste alguna otra experiencia ?
GM: Sí, como Asesor en el tema adicciones en la Secretaría de Salud
tuve la oportunidad de recorrer los hospitales de la Capital Federal y
vi de cerca como es de caótica la atención de adictos. Por suerte
pocos de ellos van a atenderse allí. Recorriendo estos servicios
comprobé una vez más que la universidad no prepara profesionales que
conozcan de adicciones y que los modelos de terapia individual como el
psicoanálisis no sirven en estos casos. Debemos pensar en programas
que incluyan modelos grupales específicos con participación de ex-
adictos y la inclusión de la familia en la terapia, en fin, un trabajo
que es toda una especialidad. Habíamos planificado abrir centros
barriales de atención fuera del hospital, parecidos a los que yo había
visto en Madrid, para que cada adicto pudiera atenderse en su propio
barrio evitándole el gasto en tiempo y dinero de trasladarse con su
familia. Estos "centros" también estarían a cargo de la prevención en
las escuelas de la zona y del trabajo en las plazas. La idea era
descentralizar la tarea creando responsables concretos, pero
desgraciadamente este proyecto se abortó a pocos días de comenzar a
funcionar.
El tratamiento: tejiendo las redes de la solidaridad
El adicto duerme en su casa y viene a sus grupos varias veces por
semana, porque nosotros entendemos que la familia o su red social lo
pueden acompañar y contener. Si los padres de un adicto me dicen que
ambos trabajan, que están solos y no tienen quien les ayude, yo les
propongo pensar juntos en alguien que los pueda acompañar, porque sino
no podrán atenderse aquí.
Te puedo asegurar que la mayoría descubre a un familiar o a un amigo y
después poco a poco va surgiendo la red. Nadie existe solo, siempre
hay recursos humanos dispuestos a darte una mano. A veces cuesta abrir
el juego y pedir que nos ayuden, pero cuando lo hacemos descubrimos la
solidaridad que nos rodea.
Cuando termina su tratamiento el adicto ya recuperado invita a
participar de una ceremonia muy emotiva a las personas que colaboraron
en su recuperación y es fabuloso ver como surgen como hormigas tíos,
primos, amigos, vecinos... una verdadera red que participó ayudándolo.
Y que al principio no aparecía porque la familia , avergonzada o
abatida por el dolor o la bronca, no se animaba a convocarla. Después,
la gente poco a poco se va acercando, poniendo el hombro: la ayuda
surge muchas veces más allá de los límites de lo estrictamente
familiar.
P.S.: ¿Y qué pasa con la banda de la esquina?
GM: ¿Cuál, la de los pibes con los que se droga? Si a un chico yo le
exigiera de entrada que dejara a los amigos o que no se drogara
estaría realmente loco porque ¿ qué motivo tendría para hacerlo? ¿Que
yo se lo digo? Si me obedeciera qué fácil sería entonces dejar de
drogarse. Por eso desde el comienzo debemos dar pasos seguros y
eficaces, que no sean una orden ni una imposición que, generalmente,
no se cumple. Pensemos que esto es un proceso en el que se van
cumpliendo, en forma progresiva, normas y conductas ligadas al cuidado
y a evitar riesgos.
PS.: ¿De qué manera comienza el tratamiento?
GM: Generalmente la relación con nuestra institución comienza con un
llamado telefónico de una madre o un padre (aunque a veces son los
hermanos o las esposas) preocupados porque un familiar consume drogas.
Hace unos años, yo entrevistaba a todos juntos y el resultado era un
adicto enojado, que maltrataba a sus padres y tenía una actitud
provocadora o ausente. Los padres me miraban a mí esperando que yo
convenciera al hijo de los beneficios del tratamiento y si yo trataba
de hacerlo el vínculo que podía establecer con el adicto era tenso y
totalmente inoperante. El "circuito" era: los padres que delegaban el
problema en el experto, el experto que se lo creía y el adicto que
mostraba un alto nivel de provocación. Resultado: no servía para nada.
Con el tiempo fuimos modificando esta forma de establecer contacto y
hoy mantenemos una relación inicial diferente: antes de ver al adicto
cito a los padres solos y tengo una breve entrevista en la que les
propongo como condición previa y necesaria que vengan a un grupo de
orientación al que concurren otros papás en la misma situación que
ellos. En este grupo también se incluyen uno o dos padres de nuestra
Institución, cuyos hijos están por terminar el tratamiento, para que
aporten su experiencia y les cuenten lo que sintieron. Se crea así un
grupo de reflexión e intercambio de experiencias donde cada uno habla
de lo que le pasa y los demás opinan ayudando solidariamente. Esos
padres se relacionan con sus pares en un clima de trabajo productivo.
Escuchamos:
"a mí me pasó lo mismo que a vos e hice tal o cual cosa" o "Todas las
conductas de nuestros hijos son parecidas, ahora no me siento el
único". Todo esto dicho en un contexto emocional de dolor e impotencia
donde ya no sienten vergüenza de comentar mentiras y robos muchas
veces ocultos. Lo que vemos es que ese papá, al salir del grupo de
orientación, es totalmente diferente al que llegó: siente más energía,
tiene las cosas más claras, a veces está esperanzado de sus fuerzas y,
seguramente, en condiciones de hablar con el hijo con más convicción y
firmeza . Los padres aprenden entonces algunas estrategias sobre cómo
decirle al hijo que venga a una entrevista ya que muchos dicen que los
chicos se niegan a hacerlo. Yo te aseguro que en la mayoría de los
casos el hijo acepta y, aún enojado, aparece. Una vez que se cumple
este paso y contando con la colaboración familiar, se plantea el
comienzo del tratamiento.
P.S.: ¿La primera entrevista con el adicto es individual? ¿Quién la
realiza?
Sí, es individual y la hace un ex-adicto que hace un tiempo terminó su
tratamiento, es decir, alguien que pasó por lo mismo y pudo salir. Se
establece una especie de melodía en esta relación ex-adicto y adicto,
para comunicarse emplean un lenguaje único, imposible de lograr si el
entrevistador fuera profesional. Generalmente en unos minutos empieza
a surgir la verdad del consumo que es mucho mayor de lo que creían los
padres. Por otra parte, al concurrir a nuestra institución por primera
vez ven que ésta es una casa abierta y cambian la imagen prejuiciosa
que tenían imaginándose un lugar con rejas como una cárcel por que tal
vez escucharon eso en la calle o incluso por que vivieron alguna
experiencia de encierro.
Las etapas del tratamiento
La admisión es un proceso que dura aproximadamente un mes. Durante ese
lapso el adicto y su grupo familiar concurrirán a varias sesiones
semanales de grupos de padres, grupos de adictos, terapia familiar,
etc. Recién entonces nosotros podemos evaluar realmente, la
continencia familiar y el grado de compromiso; de esta manera, ellos
podrán determinar si realmente encuentran en nuestra institución la
ayuda que necesitan. En ese tiempo el adicto aprende a evitar
situaciones de riesgo, a incorporar ciertos límites y es común que
disminuya o suspenda el consumo. Ya está funcionando en un grupo de
pares con los que reflexiona y empieza a cuestionar algunas conductas.
Una vez por semana juntamos a todos los que están en tratamiento y los
"viejos" les "tiran puntas" (datos que les puedan resultar útiles) a
los "nuevos" y, les cuentan como hicieron ellos frente a cada
obstáculo.
P.S.: ¿Cuál es el paso siguiente?
GM: Cumplida la etapa de admisión , si deciden quedarse , empieza la
fase inicial (que llamamos "A") donde seguirán concurriendo a terapia
familiar, a grupos de adictos, de padres, de hermanos o de esposas y a
otras actividades como deportes o música.
En esta etapa se trabaja sobre el cumplimiento de normas como, por
ejemplo, el levantarse y el acostarse a una hora determinada, estudiar
o trabajar seis horas diarias y no concurrir a lugares que impliquen
riesgos. Son reglas de cuidado y de orden en la vida cotidiana
destinadas a que puedan organizar el tiempo libre evitando ciertos
peligros ya que se supone que, al principio, no poseen los
instrumentos internos de control y cuidado que poco a poco irán
obteniendo.
Esta primera etapa dura aproximadamente 4 meses: no les resulta fácil
organizarse y cumplir las normas para salir del desorden y del caos.
Luego da comienzo la fase "B" en la que las normas ya se cumplen
automáticamente. Entonces se trabaja sobre las relaciones con el
trabajo, con el estudio, con las emociones y con el maltrato, un tema
muy importante.
Al final de esta etapa se estimulan las salidas con los compañeros de
grupo, así se sienten más protegidos. No hay que olvidar que antes
bailaban drogados o con un vaso de whisky en la mano o iban al baño de
un bar a drogarse . Están llenos de imágenes terribles de otras épocas
que ahora, cuidados y acompañados, se atreven a enfrentar.
Después de 6 meses más o menos empieza la fase "C" en la que las
normas a seguir serán las que cada familia determine: negociarán entre
ellos los horarios, las salidas, lo que sea. Así poco a poco van
aprendiendo a discutir bien, con confianza ( y hasta con lógicos
temores) las normas de convivencia de cada casa.
La fase final es el desprendimiento, o sea, separarse de la
institución. Que, en muchos casos, es la primera vez en la vida que
pueden terminar algo bien.
P.S.: ¿Entonces se da por terminado el tratamiento?
GM: Sí, pero nosotros seguimos "evaluando". Al principio es una vez
por mes, el segundo año, cada 3 meses y el tercero, cada 6 . Los
resultados de esta evaluación son muy favorables: sólo del 10 al 15 %
de los que terminan recaen, es decir, vuelven a consumir. Con una
particularidad: son recaídas muy breves porque sus familias, ahora que
saben qué hacer, actúan rápidamente. Si se comparan estos números con
estadísticas de otros lugares, esto es fantástico pero uno no debe
llamarse engaño: es imposible comparar sin saber en qué contextos se
trabaja y con qué población. Estas cifras serían distintas si
trabajáramos con población marginal o sin familia que colabore.
Clínica grupal
P.S.: ¿Quiénes coordinan los grupos?
Son equipos mixtos formados por un ex-adicto y un terapeuta
profesional.
P.S.: ¿Emplean terapia individual ?
No. Puede haber alguna entrevista breve en situaciones personales muy
extremas pero evitamos que se escamotee material a los grupos y que se
creen situaciones de triángulo. Los grupos de pares y la terapia
familiar son , repito, los pilares del tratamiento.
P.S.: ¿Y cómo es el esparcimiento?
Los sábados tienen una actividad deportiva obligatoria (fútbol o
paddle), donde juegan todos, bien o mal. Nunca tuvimos una situación
de violencia aunque sí algunos roces mínimos. Pero los jóvenes que no
se pueden controlar con la droga pueden controlar las ganas de dar una
patada y van descubriendo que cuando quieren, son capaces de frenar
sus impulsos.
También concurren a una actividad musical coordinada por un músico ex-
adicto que hizo aquí el tratamiento. La mayoría de los chicos que
vienen hacían rock a la madrugada con alcohol y droga y ahora les
proponemos hacer música a las 3 de la tarde con gaseosas o agua. Todos
conocen las letras de las canciones y muchos de ellos tocan algún
instrumento: pasan un momento muy especial, casi religioso, haciendo
juntos algo que los apasiona.
P.S.: ¿Qué porcentaje de mujeres tienen?
Aproximadamente un 20 %. Personalmente, no creo que la mujer consuma
menos que el hombre, lo que sucede es que ingiere más tranquilizantes
o psicofármacos. Como molestan menos socialmente no acuden al
tratamiento. Entonces, existe un alto porcentajes de mujeres adictas
sin posibilidad de recibir ayuda adecuada. Preocupados por estos
porcentajes hicimos en el ‘97, en colaboración con FONGA y auspiciados
por la O.E.A. y otras instituciones, el primer Congreso Argentino
sobre el Impacto de la Droga sobre la Mujer y la Familia, al que
concurrieron representantes de todo el país. Ahí comprobamos con
sorpresa que las inquietudes que ellos tenían con respecto a la
adicción en la mujer y a las dificultades en los tratamientos,
coincidían con las nuestras.
PS: ¿ Qué ocurre cuando surge una relación de pareja entre personas en
tratamiento?
Es muy raro que suceda. Pero si ocurre, hay preguntarse hasta dónde
esta relación nueva bloquea el tratamiento. En general, creemos que lo
perjudica ya que la pareja se cierra y oculta material al grupo lo que
dificulta el trabajo. Lo importante es no tomar una medida compulsiva
de castigo y en cambio plantearse si el tratamiento los va a ayudar.
Recién entonces se puede tomar la decisión de si seguirán o no en la
institución.
P.S.: ¿Y los hermanos van?
Están invitados a participar desde el principio porque necesitan tener
un espacio en el que puedan cuestionar su rol y revisar el vínculo que
tienen con el adicto. Es común que muchos hermanos tengan una pésima
relación, que haya mucha bronca e incluso, separaciones de muchos
años. En la medida en que avanza el tratamiento los hermanos van
aprendiendo a relacionarse con un poco más de confianza y colaboración
.
P.S.: De los que entran en la etapa de admisión ¿qué porcentaje se va
y por qué causas?
Se va entre el 15 y el 20% , porque no se agrupan con los pares o no
establecen un buen contacto o bien la familia no participa ni se
relacionan con otros padres. Tal vez, haciendo un poco de teoría,
podríamos pensar en resistencias o que algo falló en nosotros y no
pudimos relacionarnos mejor.
P.S.: ¿Qué ocurre cuando durante el tratamiento los padres dejan de
venir ?
En estos casos los citamos de urgencia y les pedimos colaboración
planteándoles que para que los ayudemos, ellos nos tienen que ayudar y
aunque sea uno tiene que venir a los grupos. Si ninguno puede, que
venga una tía, una hermana, la abuela o una vecina, el que pueda. No
es posible trabajar con el adicto sin la red de colaboración, tiene
que haber un responsable.
P.S.: ¿Los adictos que vienen por indicación judicial se enganchan?
¿Cómo trabajan con el juzgado?
Nosotros trabajamos colaborando con el juzgado, no actuamos por cuenta
propia. Tratamos siempre de evitar que se forme un triángulo entre
nosotros, la familia y el juzgado, porque resulta nefasto. Para evitar
esto trabajamos seriamente y en equipo ya que cualquier fisura en la
unión de las tres instituciones, perjudica el tratamiento.
Debemos armar frentes comunes de ayuda, no de competencia.
Puede suceder que haya mensajes poco claros o contradictorios: en ese
caso acudimos al juzgado para unificar criterios, tratando de limar
asperezas y de valorar la relación . Cada vez más frecuentemente nos
encontramos con personal judicial saturado de papeles pero con tan
buena disposición que, si no entramos en competencia por el poder,
terminan viniendo a los actos de fin de tratamiento.
Tenemos que dejar de creer que somos los dueños del proceso de
rehabilitación ya que éste será mejor, cuantos más ayuden.
P.S.: ¿ Qué pasa con la población marginal y entiendo como tal a quien
está en una situación límite, al margen de su grupo y de su familia?
GM: En general las conductas marginales están presentes en todos los
drogadependientes, pero creo que hay dos situaciones: la de quienes
nacieron y viven en una estructura social marginal y han absorbido una
cultura también marginal de promiscuidad, robos, alcohol, violencia y
demás y aquellos que, formando parte de una estructura social
diferente incorporan conductas marginales ligadas a la droga. En el
primer caso es difícil el trabajo de recuperación, requiere más tiempo
y una metodología diferente. En el segundo, en cambio, se deben
rescatar los valores que ya existían: generalmente el programa de
resocialización resulta muy eficaz. Sin embargo, en ambos casos,
siempre existe una red social de colaboración y debemos encontrar
estrategias para activarla.
Legalización de la droga
P.S.: Droga legalizada ¿sí o no?
GM: Para mí es un tema muy difícil y complejo, que debe ser estudiado
ampliamente y con seriedad para no dejarse guiar sólo por las
opiniones de economistas o filósofos de turno. Me preocupa sobre todo
considerar desde qué punto de vista se enfoca ya que, en general, se
lo hace desde lo económico donde lo que interesa es que, siendo la
droga legal, el dinero de los impuestos va a ir al Estado y no a los
narcotraficantes.
Habría que echarle una mirada a los resultados que dio la legalización
del alcohol: ¿bajó el índice de consumo o no?¿ cómo se distribuyeron
los impuestos? ¿se generaron campañas de prevención eficaces?. Todo lo
contrario: vemos que aumentaron enormemente tanto el consumo como el
índice de las enfermedades alcohólicas y la gente se muere pésimamente
tratada. Además desde el Estado se estimula la producción de alcohol
autorizando el establecimiento de nuevas fábricas de bebidas.
En el caso de la droga temo que, si se aplican políticas diseñadas
sólo desde lo económico, pueda ocurrir lo mismo y lo que pensamos como
un "gran cambio", sólo sea un simple cambio de manos a favor del
Estado.
Estoy en contra de que circule droga, pero también me repugna que se
lucre con el drama y la destrucción de la gente. Este tema resulta muy
complejo y controvertido. Al respecto, deberíamos revisar y plantear
un estado de debate ininterrumpido y de evaluación permanente de los
resultados obtenidos.
Horacio Serebrinsky: En Suiza, donde estuve por razones profesionales,
la experiencia de la droga legalizada no trajo menos adictos pero sí
un mejor control, se realizan campañas de disminución del riesgo y ha
bajado el índice de delincuencia.
El tema serio en Europa es el tipo de droga que se usa ( la heroína)
que, por suerte, aquí hasta hoy no existe. También allá se están
replanteando modelos y métodos de trabajo diferentes ya que las
internaciones son caras y tienen un alto índice de recaídas y de
reingresos . Esto los hizo reflexionar sobre la eficacia de los
tratamientos y sobre otras alternativas posibles: ahora piensan con
más apertura en los tratamientos ambulatorios. Yo estuve estos años en
Roma, Córcega y Cerdeña, dictando seminarios sobre el modelo
ambulatorio y fui escuchado con mucha atención.
Objetivos
P.S.: ¿Cuáles son los objetivos de estos tratamientos ambulatorios?
GM: Uno es la desintoxicación , es decir, que la persona que se trata
no vuelva a consumir droga y el otro es la socialización, que es lo
que alarga los tratamientos, y consiste en el desarrollo y
estructuración de roles sociales y valores como la honestidad y el
respeto a las normas de convivencia.
Otro objetivo importante es que descubra que es posible controlarse
frente al impulso de consumir y también, frente al de maltratar y ser
violento.
También se intenta obtener logros en el crecimiento de los miembros de
la familia, por eso decimos que en este tratamiento, si participan
activamente, el buen resultado beneficia la salud de todos. Es común
ver, en familias que durante años vivieron en un clima caótico, que
los padres al llegar al tratamiento llevan mucho tiempo sin ir al
cine, o salir de vacaciones o comer todos juntos. Durante el proceso
terapéutico se reencuentran todos, organizados de una manera
diferente, y los mismos familiares suelen decir que no sólo el adicto
cambió, sino que ellos también pudieron encontrar un proyecto de vida
que incluye el placer.
P.S.: ¿A tu juicio, qué es lo esencial del programa?
Nosotros le damos una importancia fundamental a la resocialización.
Creo que los programas que tienen un alto índice de recaídas son los
que apuntan solamente a que el adicto deje de consumir. Sabemos que
con la ayuda del grupo el dejar de drogarse es a veces inmediato pero
también que con esto solo no basta: hay que desarrollar mecanismos de
autocuidado y autocontrol, trabajar con la familia y con los valores
que hacen a las relaciones humanas. Esto requiere tiempo , por eso
hablamos de procesos terapéuticos y por eso también fracasan los que
piensan en pastillas que curan: no es así como se tratan las
adicciones.
P.S.: ¿Es que, como dicen algunos, el mejor tratamiento es el que no
se ocupa de la droga?.
Sí, eso creo. Debemos pensar en procesos de cambio y esto no se hace
de un día para el otro.
P.S.: ¿Ustedes trabajan con Cámara de Gessel?
Sí, supervisamos mucho el trabajo. Es fundamental consultar
situaciones bloqueadas abriendo el trabajo a otra mirada, lo que
siempre resulta enriquecedor. También nos reunimos como equipo durante
la semana para actualizar la supervisión de todos los que están en
tratamiento, ver qué sucede en cada uno de los espacios terapéuticos y
que, así, cada coordinador se entere de lo que pasa en los otros
grupos. Nos ponemos al día con lo que sucede y todos tienen una visión
estructural de cada caso.
Trabajar en equipo de esta manera nos permite darnos cuenta de si
están ocurriendo situaciones de triángulo, de delegación o de
provocación, tan comunes en este trabajo. El hecho de poder
explicitarlos evita que sean actuados en el equipo.
P.S.: ¿Una vez que el tratamiento terminó se puede seguir en terapia
en la institución?
No. Con los que ya terminaron hacemos entrevistas periódicas
multifamiliares, para evaluar por ejemplo, la continuidad de los
logros o si hubo recaídas.
P.S.: Si un profesional te deriva un chico, ¿tendría que dejar de
atenderlo?
Sí, mientras dure el tratamiento con nosotros. De seguir con su
terapia individual externa se crearían situaciones confusas de
triangulación o bloqueos que perturbarían el tratamiento. En este
trabajo, que es de por sí difícil, es preferible limpiar el campo a
complicarlo. Al terminar el programa, el chico podrá volver, si lo
desea, al terapeuta que lo derivó.
P. S. : ¿Cómo se tratan los conflictos de pareja o de otro tipo cuando
aparecen en el tratamiento?
Tengamos en cuenta que, aproximadamente en la mitad del tratamiento o
quizás antes, empiezan a aparecer temas conflictivos, originados por
la reestructuración de los vínculos. Esto no sólo ocurre en la pareja
de los padres sino con los hijos cualquiera sea su situación en la
familia. Nuestra experiencia no dio resultado positivo si tuvimos que
derivar el problema a otro contexto terapéutico, por ejemplo, una
terapia de pareja fuera de la institución.
Actualmente, cualquier conflicto que surja durante el tratamiento es
relacionado con el tema focal central que es la drogadicción, tratando
de ver su repercusión en todos los espacios del grupo, es decir, cómo
la aparición de ese conflicto impacta en el tratamiento de este
paciente y en los miembros de su familia.
P.S. : ¿ Qué es lo que produce el cambio ?
En esta estructura en la que todos los miembros de la familia se
distribuyen en grupos, se produce un bombardeo sobre todos los
vínculos que origina que, por ejemplo, el padre (en su grupo de
padres) cuestione su relación con el hijo y que, por su lado, el
hermano, con sus pares, haga lo propio y que lo mismo pase en los
grupos de esposas o de amigos. Después todos se juntan en la sesión de
terapia familiar.
Es imposible saber si las modificaciones de los vínculos se originan
en los grupos, si el padre o el hermano cambiaron por lo que
aprendieron allí o fue la terapia familiar lo que disparó un cambio en
las relaciones. Y no nos interesa.
Lo que sí nos importa es que el cambio se produzca. Y para eso creamos
contextos donde se puedan trabajar los vínculos y hablamos de
bombardeo múltiple. Son como tiros con escopeta donde salen muchos
perdigones: así, hay más posibilidades de dar en el blanco.
P.S.: ¿Trabajan lo intrapsíquico?
Es absurdo pensar en "lo intrapsíquico" en este estado.
En general, la vida cotidiana del adicto es tan caótica que, al
comienzo, nos proponemos lograr un orden en la convivencia familiar y
en su vida laboral, para evitar riesgos que, a veces, son de muerte y
ayudarlo a cumplir con normas de convivencia elementales. Luego,
progresivamente, nos metemos con las emociones.
P.S.: ¿Qué otros puntos trabajan?
La violencia es un tema siempre presente que aparece en la historia de
estas familias pero puede circular también en la relación del adicto o
de sus familiares con nosotros. El maltrato puede manifestarse en
todos los contextos, y debemos estar muy alertas para verlo, trabajar
acerca de él y, si aparece en conductas nuestras, poder pedir
disculpas y establecer así un claro modelo de reparación.
H.S.: ¿Cuánto dura el tratamiento ?
Un promedio de un año y medio a dos años, ya que, como decía, la
socialización requiere tiempo. Hay que pensar en las terribles
historias que acompañan al drogadependiente.
Repito, dejar de consumir es solo un objetivo, lo más difícil es
incorporar valores sociales para que el cuidado y el autocontrol se
estructuren sólidamente. Sin esto, dejar de consumir es como colocar
un simple parche, que dura poco y las recaídas los siguen destruyendo.
No debemos repetir los fracasos de otras metodologías.
La aplicación de este modelo nos permite estar en condiciones de
obtener un cambio más sólido y estable.
Conclusiones
P.S.: ¿Termina realmente todo aquí?
En cuanto a las diferentes etapas del tratamiento, sí. Pero, una vez
terminado, seguimos evaluando la eficacia de lo que logramos.
Es muy importante comprobar cómo las familias, una vez que pasaron el
problema de la adicción, van poco a poco enfrentando las emociones
lógicas por las que todos en su momento pasamos.
También empiezan a surgir espontáneamente en las relaciones, valores
como la responsabilidad, la solidaridad, el respeto, la sobriedad, el
buen trato.
Y algo más: la posibilidad de reflexionar frente a situaciones que
antes eran respondidas impulsivamente da lugar a nuevas conductas que
se manifiestan de manera permanente, aún cuando el tratamiento ya ha
terminado.
Notas
(1) "Tratamiento Ambulatorio de pacientes con indicación de
internación". Proyecto de los Dres. Sergio Bruzzo, Roberto Yánez y el
autor de esta nota.
Fonga: Federación de organizaciones no gubernamentales de Argentina en
Adicciones
(*) Susana Barilari, Cristina Ravazzola, María Ballvé, Pio Martínez.
Esta entrevista fue publicada en el nº 51 ("Psicología de la Familia")
de Perspectivas Sistémicas, Mayo /Junio del 98.
http://www.redsistemica.com.ar/articulos.htmhttp://www.redsistemica.co
m.ar/articulos.htm