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Instituto de Microbiología
N. A. KRASIL'NIKOV
EL SUELO
LOS MICROORGANISMOS
Y
LAS PLANTAS SUPERIORES
INTRODUCCION
Nota de la traducción : este libro fue editado en 1958. Las repetidas referencias temporales deben considerarse
referidas a esa fecha de escritura de este libro.
La base científica de la ciencia del suelo como ciencia natural, fue establecido por
los trabajos clásicos de Dokuchaev. Previamente, el suelo se había considerado
como un producto de las transformaciones fisicoquímicas de las rocas. Un
substrato muerto del que las plantas obtienen los elementos minerales para su
nutrición. El suelo y sustrato se igualaban en los hechos.
Kostychev (1889) por primera vez estableció que el humus está formado por hongos del suelo. Asimismo
debe serle atribuido el descubrimiento de la regularidad de la relación entre carbón y nitrógeno (C:N) en el
suelo y de su importancia en el desarrollo de plantas y microbios. Kostychev descubrio la esencia del
enriquecimiento del humus por el nitrógeno. A lo largo del proceos de descomposicón de los residuos de una
planta, que sabemos contiene no más del 1,5 al 2 % de N, se obtiene humus con el 4 a 5 % de nitrógeno. Esta
transformación de la materia orgánica que surge de la observación de los datos de Kostychev, ocurre con la
ayuda de microorganismos (Kostychev, 1951).
Sin embargo, debemos señalar que la roca posee algun tipo de fertilidad. Existen
investigaciones que demuestran que hasta la roca mas dura esta poblada de
algunos organismos. Se desarrollan líquenes en sus superficies, y cubren grandes
areas en las cumbres de las montañas. La capa superior de los macizos rocosos,
llamada corteza de erosión, esta saturada de bacterias y algas, asimismo como
hongos, actinomicetes, protozoarios y otros organismos. De acuerdo a nuestros
datos, hay en la capa superior de las rocas basálticas, entre miles y millones de
bacterias por grano de sustrato. Dato corroborado por otros investigadores
(Novogrudskii, 1950; Glazovskaya, 1950; Parfenova, 1955; Krasil'nikov, 1949 and
others).
Parte III
FACTORES BIOLÓGICOS DE LA FERTILIDAD DEL SUELO
La diversidad y abundancia de la población viva del suelo fue discutida en el capítulo anterior. La masa
viviente de microbios: bacterias, hongos, actinomicetes y algas, por sí misma constituye más de 10 toneladas
de la capa arable de 1 Ha de un suelo fértil bien cultivado. Además, en el suelo habitan un gran número de
protozoos, insectos, gusanos y otras criaturas representativas del mundo vivo.
Toda esta población realiza un inmenso trabajo, procesando considerables cantidades de diferentes
substancias minerales y orgánicas, descomponiendo los residuos de plantas y animales, participando en la
transformación de sus productos de descomposición.
Los microbios sintetizan y excretan diferentes productos metabólicos, que al de entrar en el suelo, le confieren
fertilidad.
Gracias a la población microbiana, la formación geológica muerta, sin agregar, cobra vida y se convierte en un
cuerpo productivo. Así se crean las condiciones para la nutrición y crecimiento de las plantas superiores. Los
microorganismos constituyen el vínculo indispensable y el más importante en la nutrición de las plantas.
Los microorganismos del suelo, no solamente crean las condiciones necesarias para el crecimiento de las
plantas superiores, también tienen un efecto directo sobre ellas a través de sus productos metabólicos. Este
capítulo trata del efecto de los micro organismos como agentes de mineralización de los compuestos
orgánicos de los residuos de plantas y animales y como un factor biológico necesario para la normal nutrición
y crecimiento de las plantas.
Los romanos, por ejemplo, sabían de las valiosas propiedades fertilizantes de los
excrementos animales y de algunas substancias minerales como ceniza, yeso,
calcio y marga. Más aún, sabían que el valor fertilizante de los excrementos de
distintos animales es diferente, siendo el de aves, el más estimado.
Los romanos también conocían acerca de los fertilizantes verdes. Así, ellos
enterraban con el arado abono verde en las pendientes del Vesubio para
aumentar la fertilidad del suelo.
La teoría de nutrición vegetal aún no había sido elaborada. Se hacían vagas
suposiciones sobre una “gordura” de la tierra (terrae adeps). Esta “gordura” era
responsable dela fertilidad del suelo. Para aumentarla era necesario el excremento
animal.
Estas suposiciones contenían el núcleo de la teoría del humus, que
subsecuentemente se hizo general. Esta teoría asume que los compuestos
orgánicos son de la máxima importancia en la nutrición vegetal.
Ecos de estas ideas se pueden oír en el lenguaje de diferentes naciones.
Permítasenos recordar que la palabra “TUK” (fertilizante) alguna vez tuvo dos
significados, uno de ellos “gordura” (Pryanishnikov, D. N., Nutrición Vegetal,
Trabajos Reunidos, Vol. 1, 1952, p 58).
La teoría de nutrición vegetal del humus establecía que las plantas se alimentan
de substancias orgánicas presentes en los excrementos de animales y en general
en el humus. Esta teoría, difundida en el siglo 18 era preferida por los criadores y
agrotécnicos de la época, ya que estaba bien confirmada por la práctica agrícola.
Las explicaciones del efecto favorable de las substancias orgánicas sobre el
crecimiento y fertilidad de las plantas diferían. La concepción más difundida
asumía que la planta tomaba el carbono de las substancias orgánicas,
incorporándolo a su cuerpo. (Davy, 1813).
Otros autores pensaban que los excrementos contenían ciertas substancias
especiales. Así, por ejemplo, Prof. Vallerius en 1766 asumía que sólo las
substancias orgánicas o substancias de la “gordura” del humus o del suelo
jugaban algún papel en la nutrición vegetal, mientras que otros compuestos del
suelo actuaban como meros solventes de la “gordura”.
Algunos científicos de los siglos 16 al 18 y en particular Olivier de Serres, (1600),
suponían que la causa de la acción del fertilizante está en su calor.
Bernard Palissy en su trabajo (1563) adelanta la idea que el contenido de sal del
fertilizante desempeña un papel en el crecimiento de las plantas.
Los primeros intentos experimentales para dilucidar el problema de la nutrición
vegetal estuvieron a cargo de Van-Helmont. En su trabajo (1629) presentó los
resultados de cinco años de experimentos sobre cultivo de ramas de hiedra en
suelo que recibió sólo agua de lluvia. En cinco años la rama creció y logró un peso
final que era 33 veces mayor que el peso inicial. El suelo donde creció no perdió
peso. Como no se conocía entonces la composición del aire, Helmont concluyó
que la planta utilizó sólo agua y que eso fue suficiente para que la planta
construyera su cuerpo.
El investigador francés Duhamel llegó a la misma conclusión. Cultivó plantas con
agua del Sena. El no tenía agua destilada a su disposición para experimentos de
control. Los resultados positivos obtenidos por él no son confiables dado que el
agua del Sena contiene varias substancias orgánicas e inorgánicas.
Woodword mostró que el punto de vista de Van.Helmont estaba equivocado. En
sus experimentos demostró que la menta crece mejor en agua de río que en agua
de lluvia y crece mejor aún si se agrega suelo al agua. Presenta la siguiente
información: la ganancia de peso de la planta en grains* durante 77 días fue como
sigue: en agua de lluvia, 17, en el agua de cloacas de Hyde Park, 139, la misma,
con adición de suelo, 284 [*grains es una unidad de peso]
Woodword concluyó que no sólo el agua, sino algo más que está presente en el
suelo es necesario para el crecimiento de las plantas.
La práctica agrícola de esos tiempos no poseía base científica alguna para la
dilucidar el vínculo observado entre el crecimiento de las plantas, su rendimiento y
el suelo. Cuando Lomonosov y luego Lavoisier descubrieron la ley de la
conservación de la materia, recién quedó establecido un sólido fundamento
científico del conocimiento.
Lavoisier descubrió la composición del aire y la esencia del proceso de oxidación,
combustión y respiración. No mucho antes de su muerte (1794) escribió, acerca
de la nutrición y crecimiento de las plantas, que las plantas obtienen los materiales
necesarios para su organización del aire circundante y generalmente del reino
mineral (de acuerdo con Pryanishnikov, 1952).
Los nuevos métodos de investigación química elaborados por Lavoisier fueron
aplicados por Priestley, Senebe y Sossur, al estudio del metabolismo de las
plantas. Estos científicos demostraron que las plantas obtiene el carbono del aire y
que además de carbono, las plantas requieren de sales.
Mientras reconocía la importancia del carbono atmosférico, Sossur también
pensaba que el humus del suelo es de gran importancia. El humus contiene una
cierta substancia indispensable para las plantas. La experiencia diaria de los
agricultores apuntaba a un vínculo muy fuerte entre la fertilidad del suelo y la
presencia de substancias orgánicas en él.
El científico inglés Davy (1813) llamó la atención sobre varias substancias
extractables azucaradas, pegajosas, aceitosas, pastosas y sobre el dióxido de
carbono del suelo. Estos elementos, según él, contienen todos los elementos
necesarios para la vida de las plantas.
La teoría del humus se hizo muy popular después de los conocidos trabajos de
Teer (1752-1828), fundador de la primera escuela agrícola y el propagador de la
rotación de cosecha en lugar del sistema de los tres campos. Escribió que la
fertilidad del suelo depende enteramente del humus. Dado que además del agua,
el humus es la única substancia del suelo que puede servir como nutriente para
las plantas (de acuerdo con Pryanishnikov, 1952).
Estas ideas sentaron las bases para una teoría de agotamiento y regeneración de
la fertilidad del suelo. Se suponía que mientras las plantas absorbieran más
substancias húmicas, mejor crecerían y mejor sería la cosecha. Diferentes plantas
absorben diferentes substancias orgánicas. Por ejemplo, el trigo requiere más
humus que el centeno.
Teer y sus adherentes consideraban que el humus es un producto importante de
las plantas y una substancia de la máxima importancia para la vida de las plantas.
El humus se forma a expensas de las plantas. Algunas plantas excretan más
humus del que absorben. En otras palabras, algunas plantas enriquecen el suelo
en humus y otras agotan sus reservas. A la primera categoría pertenecen el trébol
y las leguminosas.
Los que proponían la teoría del humus no tomaban en cuenta a las substancias
minerales. Estas, según ellos, mejoran la descomposición del humus y lo
transforman en asimilable para las plantas.
La teoría del humus era muy popular inclusive en los treinta del siglo pasado en
diferentes países como Alemania, Inglaterra, Francia y Rusia.
De los investigadores rusos de la última parte del siglo 18 y principios del 19,
quienes llamaron la atención sobre la importancia de los fertilizantes orgánicos,
deben ser mencionados A. Bolotov, I. Komov y A. Poshman. Los trabajos de
estos científicos mostraron que los fertilizantes tienen una inmensa influencia
sobre las cosechas. Komov Supuso que las substancias orgánicas son necesarias
para las plantas en la misma medida que lo son para los animales y recomendó
usarlas en la práctica. De acuerdo con él, los fertilizantes orgánicos no pueden ser
reemplazados por sales.
El papel de los compuestos nitrogenados en la nutrición vegetal empezó a
entenderse mejor al principio del siglo 19.
Liebig asumió que las plantas obtienen nitrógeno a expensas del amoníaco
atmosférico y que su presencia en la atmósfera es suficiente para ellas. Sin
embargo los experimentos lo refutaron. Se encontró en cambio, que esta
substancia es harto insuficiente para las plantas.
Los bien conocidos estudios de Bussengo revelaron las fuentes de nutrición por
nitrógeno de las plantas. En 1837-38, desarrolló su teoría sobre fertilizantes
nitrogenados y recomendó el uso de fertilizantes ricos en nitrógeno. Vinculó la
extenuación del suelo con el agotamiento de las fuentes de nitrógeno. En este
proceso le adjudicó diferente importancia a diferentes plantas. Algunas plantas
absorben más nitrógeno del suelo, otras menos. Adjudicó a ciertas plantas un
activo papel en el mejoramiento de la fertilidad, por ejemplo, el trébol “Uno debe
pensar”, dijo, “que los cultivos que mejoran el suelo no se limitan a enriquecerse
ellos mismos con C, H y O2 solamente, sino que también enriquecen el suelo con
nitrógeno” (de acuerdo con Pryanishnikov, 1945).
Hellriegel (1889), descubrió la razón de la peculiar acción de las leguminosas
sobre el suelo. Con sus experimentos encontró que las leguminosas asimilan
nitrógeno del aire. Voronin (1886) estudió los nódulos de las raíces de las
leguminosas y encontró microorganismos dentro de los mismos, que en sus
palabras son “los causantes de la formación de nódulos”. Más tarde, Hellriegel,
mediante profunda experimentación mostró que estos organismos simbióticos son
la causa de la fijación de nitrógeno por las leguminosas.
Así, las conclusiones de los viejos investigadores, por ejemplo Teer, han sido
confirmadas por los experimentos posteriores de Bussengo, Hellriegel y otros,
quienes encontraron que las plantas no sólo agotan el suelo, sino que también lo
enriquecen con substancias nutrientes orgánicas.
La teoría del humus de la nutrición vegetal del siglo 18 y primera mitad del 19 era
muy popular. Se consideraba esencial la fertilización con substancias orgánicas,
no sólo para aumentar los rendimientos, también para, en general, aumentar la
fertilidad del suelo.
La actitud hacia la teoría del humus en la nutrición vegetal y en general hacia los
fertilizantes cambió abruptamente después que Liebig propuso su teoría sobre la
nutrición mineral de las plantas. Criticó severamente la teoría del humus y la
consideró básicamente equivocada. Consideró todos los estudios realizados antes
que los suyos por fisiólogos y agrónomos, inconsistentes y sin valor para la
solución del problema de la nutrición vegetal. Criticó la teoría del humus:
“Tomándola”, en las palabras de Pryanishnikov,"en su extrema expresión y
llevándola al absurdo"
Liebig rechazó totalmente inclusive la posibilidad de asimilación de substancias
orgánicas por las plantas. En su opinión, sólo los compuestos inorgánicos pueden
servir como fuente de nutrición de las plantas. Consideró a l humus como fuente
de CO2 que promueve el proceso de erosión de los silicatos y prepara el alimento
mineral para las plantas
Liebig no reconoció el papel de las plantas en el enriquecimiento del suelo.
Severamente negó y criticó la noción de “enriquecimiento del suelo en fuentes de
nutrición”, Las plantas, según él, agotan el suelo, llevándose elementos de
nutrición mineral con las cosechas. Pero el agotamiento del suelo se lleva a cabo
por diferentes plantas a diferentes tasas y en diferentes direcciones. Algunas
solamente toman principalmente calcio del suelo (por ejemplo, las arvejas), otras,
potasio y silicio (granos de trigo). Por lo tanto, la rotación de cultivos,
recomendada por investigadores anteriores, sólo hace más lento el agotamiento
del suelo.
De acuerdo con esta teoría, Liebig recomendaba la introducción en el suelo de
fertilizantes minerales. La cantidad de estos fertilizantes aplicados debería tener
en cuenta la utilización por las plantas.
Debido a la autoridad de su autor, Liebig, la teoría mineral de nutrición vegetal fue
aceptada por sus contemporáneos, prácticamente sin crítica alguna. La autoridad
de la escuela química de Liebig suprimió todas las ideas previas y teorías de
nutrición vegetal orgánica. Liebig, dice Ressel (1933) le dio el golpe de gracia a la
teoría del humus. Solo los más atrevidos podrían mantener que las plantas toman
el carbono, no del CO2, sino de otras fuentes. Aunque uno debe admitir que no
tenemos pruebas que las plantas obtengan todo el CO2 necesario de esta forma.
La teoría de Liebig fue desarrollada y sujeta a cambios en correspondencia con la
información fáctica recientemente adquirida. En nuestro país la teoría de Liebig fue
profundamente revisada por el académico Pryanishnikov y sus seguidores.
Pryanishnikov tomó su propio camino en agroquímica, él y sus estudiantes
elaboraron una serie de valiosos postulados, sentando la base para medidas
prácticas en la agricultura. Tiene le honor de haber resuelto el problema de
obtener mejoras básicas en el balance de nitrógeno de la agricultura de la URSS.
En oposición a la teoría de Liebig, adjudicó una mayor importancia al proceso
biológico del suelo y especialmente a la acumulación de nitrógeno Pryanishnikov
no negó la posibilidad de asimilación de substancias orgánicas por las plantas y él
mismo lo demostró experimentalmente.
No obstante, la teoría de Liebig todavía se refleja en los estudios de muchos
especialistas. En la teoría de nutrición vegetal uno observa una obvia
subestimación del papel de las substancias orgánicas del suelo. Su importancia en
la nutrición de las plantas es, a menudo, totalmente negada. Como regla, el
significado de las substancias orgánicas del suelo se formula básicamente en dos
postulados.
1. Las substancias húmicas son reservas de elementos nutrientes para las
plantas que sólo quedan disponibles al ser mineralizadas.
2. El humus mejora las propiedades fisicoquímicas del suelo, aumenta su
capacidad de absorción y por lo tanto, promueve la acumulación de
substancias nutrientes. Refuerza la estructura del suelo y con eso mejora
muchas otras propiedades. Los fertilizantes orgánicos, estiércol, compost,
etc, preparan el suelo para recibir los fertilizantes minerales, aumentan su
capacidad de amortiguación (tampón), etc.
Todo esto es bien cierto y está confirmado por antiguas prácticas y por muchos
experimentos. Sin embargo, en nuestra opinión, es inadecuado reducir la
importancia de estos fertilizantes sólo a los dos postulados aludidos.
La acción positiva del humus y fertilizantes orgánicos en el crecimiento de las
plantas no puede ser explicada por el contenido de elementos minerales de
nutrición presentes en ellos. Russel (1933), resumiendo la información
experimental de 60 años de trabajo de Rothamstead Station, dijo que aunque las
plantas pueden crecer satisfactoriamente y alcanzar el desarrollo completo con
sólo substancias nutritivas inorgánicas, bajo condiciones naturales, la nutrición se
realiza en la presencia de substancias orgánicas. La pregunta, si estas
substancias juegan algún papel en este proceso ha sido muy discutida. Los datos
experimentales no son concluyentes. En los experimentos de campo de
Rothamstead, ninguna de las combinaciones de fertilizantes artificiales es tan
efectiva como el estiércol para mantener las cosechas año a año.
Los extensos experimentos de los investigadores alemanes Gerlach, Hansen,
Schultz, Wagner, Schneidewind, y otros, nos llevan a la conclusión que cualquiera
sea la cantidad de fertilizante mineral, usando sólo fertilizantes minerales, no se
puede alcanzar rendimientos tan altos como con la introducción simultánea de
estiércol (Schneidewind, 1933).
Resumiendo los experimentos de muchos años en la estación Lauchstadt,
Schneidewind nos da un ejemplo con la siguiente información de rendimientos de
remolacha azucarera, en quintales por Ha con sólo fertilización mineral, raíces
487,6; contenido de azúcar 77,66; tops [parte aérea?] 291,7. Bajo fertilización
mineral y orgánica (estiércol): raíces 533,6; contenido de azúcar, 88,11 y tops
[parte aérea?], 366.6,
Similar información nos da Schneidewind para cultivos de papas. Usando sólo
fertilizantes artificiales no pudo obtener más que 240 quintales por Ha, mientras
que con el agregado de fertilizantes minerales y estiércol, el rendimiento aumentó
a 306-312 quintales por Ha. Este efecto del estiércol se repitió año tras año y fue
independiente del monto de las precipitaciones, ya fuera un año seco, húmedo o
promedio.
Russel (1933) y sus colaboradores han mostrado que las substancias orgánicas
del suelo estimulan el crecimiento de las plantas y aumentan las cosechas.
Concluye que no hay mezcla de fertilizantes artificiales que pueda ser tan efectivo
como el estiércol, en mantener constantemente elevadas cosechas año tras año.
El académico V. I. Palladin (1924), escribió respecto del problema la nutrición
vegetal, que las plantas verdes se pueden alimentar de compuestos orgánicos ya
listos. Esa nutrición puede ir en paralelo con la asimilación de carbono de la
atmósfera. De acuerdo con las observaciones del autor, hojas verdes aisladas
cultivadas con nutrientes artificiales conteniendo azúcar siempre acumularon más
substancias orgánicas en sus tejidos y tuvieron mayor turgencia que las cultivadas
con nutrientes minerales. El incremento de carbohidratos con la nutrición con
azúcar alcanza a 5 g por m2 de superficie foliar.
Lebedyantsev (1936) en una anotación a su traducción del libro de Liebig
(Química Aplicada a la Agricultura y la Fisiología) menciona el trabajo de Sossur
sobre nutrición de plantas y escribió: “Sossur consideró que el CO2 del aire es la
principal fuente de nutrición de carbono, sin negar, no obstante, la posibilidad de
utilizar carbono de compuestos orgánicos del suelo, ya que no contaba con
hechos que permitieran negarlo. Hoy debemos destacar que no contamos con
esos hechos y la cuestión de la asimilación de compuestos orgánicos del suelo
permanece en gran medida abierta, aunque, sin duda, la principal fuente de
carbono para las plantas verdes e, después de todo el CO2” (página 306)
Como puede verse, de acuerdo a lo que antecede, la cuestión de la nutrición
vegetal, a pesar de los numerosos estudios realizados, permanece no resuelta en
muchos aspectos.
Es difícil estar de acuerdo con el concepto según el cual, durante toda la historia
de su evolución, las plantas, a pesar de haber estado en contacto con las
substancias orgánicas del suelo, no hubieran adquirido la habilidad de asimilarlas
de uno u otra manera.
No existe base para negar el bien conocido hecho y experimentos que indican que
las plantas utilizan compuestos minerales para su nutrición. Numerosas
observaciones hablan a favor de esta forma de nutrición vegetal y es la más
importante bajo condiciones naturales. Pero ¿es esa nutrición suficiente para
obtener altos rendimientos y semillas totalmente viables año tras año? Para
nosotros, esta cuestión no está del todo resuelta.
No hace mucho se decía que las raíces de plantas no asimilaban el CO2 del
medio, pero ahora esto puede ser considerado una realidad. Las plantas no sólo
absorben CO2 de la atmósfera, sino también del suelo (Samokhvalov, 1952;
Kursanov, 1953, 1954).
Se debe asumir que las plantas que experimentan falta de CO2 en la atmósfera,
gustosamente lo asimilan del suelo. Bajo distintas circunstancias desfavorables la
actividad fotosintética de las plantas puede disminuir considerablemente. Así, por
ejemplo, durante la sequía, las estomas se cierran y el flujo de CO2 se detiene o
se debilita. La respiración de las plantas, bajo estas condiciones, sin embargo no
se detiene e inclusive puede incrementarse. Se produce la privación de alimento,
en mayor o menor grado. La debilitación de la fotosíntesis puede ser causada por
otros factores. En todos tales casos, es evidente que las plantas pueden cambiar a
una alimentación heterótrofa, asimilando compuestos orgánicos del suelo para
suplementar su nutrición.
Heterotrofismo de las Plantas
En muchos representantes del reino vegetal, desde las bajas formas, tales como las algas azul verdosas y
algas verdes hasta las plantas superiores que dan flores, se ha observado la habilidad para asimilar
compuestos orgánicos ya listos y usarlos como nutrientes.
Se sabe que muchas (si no todas) las algas pueden, bajo ciertas condiciones,
crecer en medios sintéticos con fuentes minerales de nutrición, tanto como en
medios orgánicos que contienen diferentes compuestos complejos nitrogenados y
carbonáceos. Se ha demostrado por experimentos especiales, que estos
organismos, especialmente los verdes unicelulares, que usualmente crecen en
medios puramente minerales, crecen mucho mejor con la adición de substancias
orgánicas a la solución. Ellos pueden asimilar substancias carbonáceas y
nitrogenadas (Gollerbach y Polyanskii, 1951).
Las algas azul verdosas Cyanophyceae--Oscillaria, Nostoc Anabaena, Lyngbya, y
otras, tampoco las algas verdes de los grupos Chroococcum, Spirogyra, etc, no
pueden cultivarse indefinidamente en medios orgánicos artificiales sin debilitar
notoriamente su viabilidad. En nuestro laboratorio hemos mantenido un cultivo
puro del alga verde Chlorella por ya más de 25 años. No observamos ninguna
disminución de sus funciones. Esta alga asimila nitrógeno de la peptona y amino
ácidos y crece muy bien en agar y también en agar de carne-peptona (MPA) y en
gelatina.
De acuerdo con las observaciones de muchos investigadores, las algas
verdes Chroococcum y Spirogyra, las algas azul verdosas Phormidium, Nostoc,
Anabaena, Gloeocapsa, y otras, fácilmente asimilan el azúcar, amino ácidos,
alcoholes, ácidos orgánicos, urea, caseína y otras substancias orgánicas. Estudios
con cultivos puros de algas realizados primero por Pringsheim (1913) y luego por
muchos otros (Harder y Humfeld, 1917; Cataldi, 1941; Gerloff, 1950) han mostrado
que estos organismos crecen en medios orgánicos en la oscuridad tanto como en
la luz. Chlorella asimila oxalatos sodio y potasio y ácido tartárico, málico y algunos
otros ácidos orgánicos en la oscuridad.
Allen (1952) estudió 26 cultivos de algas azul verdosas y algunas algas verdes
pertenecientes a 11 géneros, Anabaena, Nostoc, Oscillatoria, Lyngbya.
Phormidium. Gloeocapsa. Aphanocapsa, Plectonema Cladothrix,
Chroococcum y Synechococcus. Estos cultivos fueron criados en medios
minerales con diferentes fuentes de nutrientes orgánicos, extracto de levadura,
varios azúcares (glucosa, sacarosa, lactosa, maltosa, etc) manitol, glicerol, etanol,
ácidos orgánicos, amino ácidos, caseína, urea, hidrolizado de caseína, etc. En
presencia de estas substancias orgánicas, muchas algas crecieron mejor que en
los medios con nutrición mineral solamente. La asimilación de las substancias
orgánicas se produce en muchas especies con la misma intensidad tanto en la luz
como en la oscuridad. Con el cultivo prolongado de las algas en medio orgánico,
algunas algas pierden su pigmento y continúan viviendo como típicos saprofitos
(Fogg y Wolff, 1955).
Los autores que han estudiado las algas concluyen que ellas pueden vivir como
heterótrofas utilizando compuestos orgánicos, como substancias carbonáceas y
nitrogenadas, de la misma manera que ordinarios saprofitos. Esto es
comprensible, porque las dos clases de organismos viven en un entorno rico en
substancias orgánicas, en suelos y en cuerpos de agua, donde los residuos de
plantas y animales sirven de fuentes de nutrientes orgánicos después de su
descomposición.
El musgo verde del género Splachnum y Getrapladon, se establece y crece sobre
los excrementos de animales, utilizando substancias orgánicas para su nutrición.
Entre las plantas superiores con flores, hay un grupo conocido como “plantas del
humus”. Se puede observar a distintos representantes de dicho grupo en diversos
estadios de degradación del aparato de la clorofila. Las plantas del humus son
llamadas así porque crecen en substratos ricos en humus y en residuos en
descomposición de plantas y animales.
El carácter de la nutrición y las condiciones de la existencia de estos organismos
han dejado una cierta impronta en su estructura y apariencia. Algunos pierden su
coloración verde, las hojas se reducen (pero sólo en la parte inferior del tallo) y
pierden la capacidad de asimilar el dióxido de carbono de la atmósfera. A este
grupo pertenecen las especies de los siguientes géneros: Monotropa Dum.,
Zymodorum, Neottia Sw., Corallorhiza Rale, Epipogon S. G.
Gmel., Voyria Aubl, Fletia, Pogonia Less, Voyriella Miq., y otros (ver abajo).
En otros representantes de las plantas del humus, se han preservado las hojas
verdes y ellas permanecen autótrofas, asimilando el dióxido de carbono de la
atmósfera, pero , no obstante, ellas pueden utilizar substancias orgánicas listas.
Estos representantes pertenecen a las
especies: DentariaL., Pyrola L., Goodyera R.
Br., Cephalanthera Rich., Epipactis Adans,Platanthera Rich., y otras. Todas estas
plantas, en mayor o menor grado viven y se alimentan como heterótrofos,
asimilando compuestos orgánicos junto con fuentes minerales de nutrición.
Es bien conocido el grupo de plantas insectívoras. En nuestras latitudes tales
plantas con flores se encuentran en Drosera rotundifolia L., y Utricularia vulgaris L.
A este grupo pertenecen plantas de sur como Cephalotus follicularis Labill,
muchas especies de of Nepenthe L., Dionaea
muscipula Ellis, Drosophillum Link, Aldrovanda Monti, Sarracenia L., y otras.
En la literatura se describen cerca de 500 especies de estas plantas insectívoras.
Estas plantas tienen un complejo aparato para cazar insectos y glándulas
especiales para su digestión.
Los pequeños animales que caen en la trampa de estas plantas son
descompuestos por enzimas a formas solubles que son entonces absorbidas por
las plantas y utilizadas para su nutrición.
Es característico de estas plantas insectívoras claramente heterótrofas el no
perder su capacidad de asimilar el CO2 atmosférico. Muchas especies que
obtienen substancias orgánicas nutrientes listas, del cuerpo vivo de otras especies
de plantas, también pertenecen a las plantas heterótrofas. Estas son las plantas
parásitas. Están divididas en parásitas obligadas y facultativas.
Entre las parásitas obligadas, las trepadoras del género .Cassytha L. (fam. Lauraceae L.) y Cuscuta L. (fam.
Convolvulaceae L.) son las especies más conocidas.
Como puede verse de la cita anterior, Lyubimenko considera que todas las plantas
son capaces de nutrición orgánica en mayor o menor medida. La única excepción
de acuerdo con él, son las nitrificadoras. Podemos agregar, que recientemente se
ha acumulado material que muestra que aún esos organismos pueden utilizar
nutrientes orgánicos y crecer en medios nutrientes orgánicos de la misma manera
que muchas bacterias saprofitas.
Es bien conocido que las plantas pueden estar en cerrada simbiosis, no sólo con
hongos, sin también con bacterias. Las bacterias formadoras de nódulos, que
penetran en la raíz de las leguminosas, con la formación de colonias en la forma
de nódulos. Los nódulos son protuberancias de la raíz llenas de células
bacterianas. Estas bacterias crecen abundantemente, se multiplican en los
nódulos y producen substancias nitrogenadas que son utilizadas por las plantas.
Análogos nódulos se forman en las raíces de otras plantas (no leguminosas) Por
ejemplo se han descripto nódulos en raíces
de Alnus Gaertn., Myrica L., Podocarpus L'Her., representantes de la familia
Elaeagnaceae Lindl.; E. multiflora Thunb., E. angustifolius L., en Shepherdia
canadensis Nutt., en varias especies de Ceanothus L., en Coraria japonica Gray, y
otros.
Los nódulos en estas plantas se forman por diferentes representantes de los
microbios, como bacterias, micobacterias, actinomicetes, y, de acuerdo con
nuestras investigaciones, también por proactinomicetes.
Estos organismos tienen un definido efecto positivo en las plantas, muy parecido
al de las bacterias formadoras de nódulos en las leguminosas. Bajo condiciones
en que las bacterias y por consiguiente, los nódulos están ausentes, las plantas
crecen débiles y a menudo no alcanzan el estadio de floración y fructificación
(Fred, Baldwin y McCoy, 1932; Jongh, 1938).
Hay muchos simbiontes microbianos que viven en las hojas de las plantas,
formando particulares protuberancias –nudos- en los tejidos. Esos nudos son
formados por bacterias y micobacterias. Estos organismos, al multiplicarse llenan
las células de los nudos de la misma forma que las bacterias dela raíz forman
nódulos en los tejidos de la raíz. Estos microorganismos, de acuerdo con nuestras
investigaciones, ejercen un efecto positivo en el crecimiento de las plantas Sin
ellos, las plantas crecen débilmente y algunas especies no llegan al estadio de
floración y fructificación, como puede verse en Ardisia Thunb. La plantas
permanecen enanas, pero una vez infectadas con la correspondiente bacteria,
aparecen los nudos en sus hojas, las plantas mejoran, asumen la apariencia
normal, empiezan a florecer y a fructificar (Jongh, 1938).
Alrededor de 400 especies de plantas con los nudos arriba descriptos se
mencionan en la literatura, incluyendo 30 especies del género Ardisia Thunb., 244
especies del género Pavetta L., 42 especies del género Psychotri L., 5 especies
de los géneros Amblyanthopsis y Amblyanthus D. C., 1 especie del Dioscorea L.,
y otras. Las bacterias que forman los nudos pasan de planta a planta a través de
la semilla.
De acuerdo con la información de muchos investigadores, todos estos microbios
simbiontes, que viven en los tejidos de las plantas verdes, afectan a las plantas a
través de sus productos metabólicos. Algunos forman y excretan compuestos
bióticos que activan el crecimiento de las plantas, otros, en adición, fijan nitrógeno
atmosférico y se lo pasan a la planta en el estado fijado.
Habiendo adjudicado una gran importancia a los arriba aludidos bacterias y
micorrizas que proveen de nutrición orgánica a las plantas verdes, debemos dirigir
la atención a otras especies de microorganismos que están fuertemente
vinculados con el sistema radicular de las plantas, aunque este vínculo es de
diferente carácter, Tenemos en mente la flora de la rizosfera.
Un inmenso número de microorganismos vive alrededor de las raíces de las
plantas. Los más numerosos entre ellos son las bacterias. ¿Tienen algún efecto en
la nutrición de las plantas? ¿Qué efecto tienen sus productos metabólicos sobre la
planta? ¿Son ellos asimilados por las plantas y qué papel juegan en el crecimiento
de ellas? ¿Si las plantas utilizan los productos metabólicos de los simbiontes
microbianos, por qué entonces no usarían análogas substancias producidos por
organismos de vida libra?
Aparentemente, la diferencia reside en que en el caso de la simbiosis entre la
planta y el microbio, los productos metabólicos permanecen dentro del tejido,
mientras que en el último caso, estos compuestos se forman y acumulan fuera de
la planta, en el entorno que la rodea y para poder estar disponibles para la planta,
deben encontrar un camino hacia la planta a través de las raíces o por otros
medios.
Muchos autores piensan que la permeabilidad del sistema radicular para las
substancias minerales difiere de aquél para los compuestos orgánicos. El poder de
succión de las raíces es diferente en estos dos casos. El poder de succión de la
planta heterótrofa parásita (Lathraea squamaria) es 22.7 atm, y el poder de
succión de la planta huésped (Prunus padus L. ) es sólo 3.7 atm (Kostychev,
1933).
Muchos autótrofos típicos cuyo poder de succión no supera el promedio, asimilan
fácilmente compuestos orgánicos, Hutchinson y Miller (1912), estudiando la
absorción de nitrógeno por la plántula de arveja, encontraron un fenómeno, que
desde el punto de vista de la opinión prevalente, que ellas absorbían compuestos
nitrogenados más fácilmente que nitrógeno en forma de nitrato, fue paradojal.
Este resultado fue confirmado por numerosos investigadores (ver más tarde)
Como puede verse, por lo anterior, la subdivisión de las plantas de acuerdo con su
forma de nutrición en autótrofas y heterótrofas debe considerarse como relativa.
Cada una de las llamadas plantas autótrofas es capaz, en mayor o menor medida,
de asimilar compuestos orgánicos.
Ciertamente, el significado de “nutrición” debe ser diferenciado del término
“síntesis de substancias orgánicas” Nutrición, en su real sentido debe reservarse a
todos los procesos que están directamente involucrados con la asimilación de
substancias por las partes vivas del organismo desde el momento en que el
compuesto orgánico es preparado (Lyubimenko, 1923, pag. 180). Este proceso
ocurre similarmente en todos los organismos, ya sea que pertenezcan al reino
vegetal o animal. Todos se alimentan de compuestos orgánicos. Para construir un
cuerpo vivo, todas las células, ya sean microbianas, animales o vegetales, deben
contar con compuestos orgánicos elementales listos, o sea sus bloques de
construcción de compuestos nitrogenados y no nitrogenados que participan en el
proceso general.
La diferencia entre la nutrición vegetal y la animal reside en que la última obtiene
compuestos orgánicos listos, sintetizados del exterior, mientras las plantas
sintetizan para ellas.
El proceso de nutrición vegetal consiste entonces de dos elementos: a) síntesis de
substancia orgánica desde elementos inorgánicos, Lyubimenko este proceso
como preparativo, dispensable, desde el punto de vista de la nutrición en el
sentido estricto de la palabra y b) nutrición propiamente dicha, o sea la asimilación
de partículas elementales orgánicas para la formación de un organismo vivo. Este
proceso ocurre de la misma manera en plantas y animales.
La nutrición de plantas y microorganismos puede ocurrir de acuerdo con el primero
o el segundo de los procesos, pero cada proceso se puede manifestar en diferente
grado, de acuerdo con las condiciones de existencia y diferencias genéticas.
Vinogradskii, en sus brillantes estudios sobre quimiotrofismo de los
microorganismos trazó una línea definida entre estos dos tipos de nutrición,
dividiendo a todos los microorganismos en autótrofos y heterótrofos. Lebedev
(1921), contrariamente, asumió que estos dos tipos de microorganismos difieren
entre sí, no por su forma de nutrirse, sino por la forma en que obtienen su
energía. Lebedev piensa que ambos, autótrofos y heterótrofos asimilan el CO 2,
pero mientras los primeros obtienen su energía a expensas de la oxidación de
substancias inorgánicas, los últimos lo hacen a expensas de la oxidación de
compuestos orgánicos. Este científico fue el primero que mostró
experimentalmente que los heterótrofos utilizan CO2. Su información fue
confirmada por muchos otros investigadores.
Al presente, se ha confirmado que muchos microorganismos, inclusive
heterótrofos pueden asimilar CO2 y Werkman inclusive asume que todos los
organismos en general asimilan CO2 y que esto es una función fisiológica
importante que asegura la síntesis de productos metabólicos intermedios
indispensables (Werkman y Wilson, 1954).
Tabla 30
Efecto de los composts de plantas en el crecimiento
(después de 85 días)
Número de
Peso seco (mg) Peso seco (mg)
Composts especímenes en el
total de 100 plantas
vaso
Control (sin humus) 180 29 16
Compost de
2,500 800 32
Euagropyrum
Compost de trigo 1,200 324 27
Compost de avena 1,800 540 30
Compost de trébol 2,200 726 33
Lavado de estiércol 1,800 540 30
Como puede observarse, de esos datos, las plantas (Lemna minor) crecen mucho
mejor en contenedores con la substancia orgánica. Las plantas fueron mayores,
se colorearon más intensamente y su sistema radicular se desarrolló mejor.
Los diferentes composts tienen diferente efecto sobre el crecimiento de Lemna
minor. El mayor efecto se obtuvo con el uso del compost de Euagropyrum y con
lavado de estiércol. Las plantas que crecieron en ellos fueron las que más
desarrollaron. El extracto de compost de paja de avena favoreció el crecimiento de
las plantas en número similar a aquéllas obtenidas con el extracto de lavado de
estiércol, pero el tamaño fue menor. El menor efecto se obtuvo usando el compost
de paja de trigo..
Voelcker (1915) ensayó el efecto de la preparación de Bottomley en macetas y en
condiciones de campo sobre arvejas, avena y trigo sarraceno. El mayor
incremento de lo cosechado fue para el caso de trigo sarraceno, que llegó al
407%; El efecto sobre la avena fue más débil, con un incremento del 131%. En el
experimento con arvejas sólo se observó el incremento de la masa verde, que
llegó al 231%. El rendimiento en grano, por el contrario fue menor (87%) que en el
control (100%). Clark y Roller (1924) obtuvieron resultados similares. Esta planta
creció mucho menos en un medio nutriente bajo condiciones estériles que en la
presencia de humus. El crecimiento más abundante de la lenteja de agua se
observó en vasos conteniendo estiércol y turba compostados. El extracto de
compost de alfalfa tuvo el efecto menos destacado. Estos autores habían
encontrado (1931) que los composts son más efectivos cuando están
contaminados con bacterias que cuando son estériles.
Aschby (1929) destaca que las substancias orgánicas de los residuos de plantas
procesados, aunque no sean indispensables para el crecimiento de las
plantas (Lemna minor L.), tienen, sin embargo, un considerable efecto sobre su
crecimiento. Saeger (1925) introdujo una solución de extracto alcalino de humus
en el medio nutriente de cultivo de lenteja de agua. El rendimiento duplicó el
control. Encontró que la acción sobre el crecimiento del humus y extracto de
levadura era igual
Hillitzer (1932) sobre la base de estos experimentos y el análisis de la información
disponible, concluyó que el humus del suelo y los composts estimulan el
crecimiento de las plantas. Los componentes del humus actúan específicamente
sobre el sistema radicular, impulsando el crecimiento.
Olsen (1930) realizó una completa serie de experimentos sobre el crecimiento de
lenteja de agua y girasol en presencia y en ausencia de composts en el medio
nutriente. Mediante estos experimentos comprobó los resultados de Bottomley y
Voelker. En presencia de pequeños contenidos de humus (extractos acuosos de
turba procesada) la lenteja de agua , tanto como el girasol crecieron
considerablemente mejor que en su ausencia. Empleó la solución de Dettmer
como medio nutriente. El peso seco de la lenteja de agua cultivada en presencia
de humus fue de 482 mg y en el vaso de control, de 189 mg; El peso del girasol,
en presencia de humus fue de1.33 g y en el vaso de control, de 0.80 g. En
presencia de citrato de hierro, la acción positiva del humus fue menor o inexistente
(de acuerdo con el autor). Sobre la base de esta última observación concluye que
el principio activo en el humus y composts, son algunas formas de compuestos de
hierro.
Nuestros experimentos para aumentar las cosechas agrícolas con los composts
arriba mencionados dieron similares resultados positivos. Hemos cultivado trigo,
centeno, rye gras y trébol sobre pura arena de cuarzo, humedecida con la solución
nutriente mineral, en presencia y en ausencia de extractos acuosos de composts.
Las cantidades de compost agregadas fueron las mismas que en los experimentos
con lenteja de agua.
Los experimentos fueron conducidos en condiciones de esterilidad. Las plantas se
cultivaron por 20-40 días, arrancadas en conjunto, con sus raíces y analizadas. Se
registraron su peso total, altura y apariencia general. Los resultados más
espectaculares se obtuvieron con trigo y rye gras (Tabla 31)
Tabla 31
Efecto del humus sobre el crecimiento de las plantas
(peso seco en g)
Trigo: altura de Trigo: peso de Rye gras: altura Rye gras: peso
Composts
planta, cm planta, g de planta, cm de planta, g
Control (sin
compuestos 14.9 0.95 10.2 0.64
orgánicos)
compost de
18.5 1.63 12.6 0.98
Euagropyrum
Estiércol 17.1 1.52 12.1 0.71
Como puede observarse en la tabla, el efecto del compost de Euagropyrum y el del estiércol sobre el
crecimiento del rye gras y del trigo fue de la misma magnitud. Todas las plantas tienen mayor masa cuando se
cultivan en presencia de substancias orgánicas que en vasos de control. El mayor incremento de masa se
obtuvo con cereales. El trébol reaccionó menos a la introducción de compuestos orgánicos.
Bacterias, Bacterias, no
Mico- Actino-
Preparación formadoras formadores de Hongos
bacteria micetes
de esporas esporas
Turba no
100 40,000 1,000 1,500 750
compostada
Turba
compostada 1,500 5,500,000 1,000,000 3,500,000 150,000
sin Azotobacter
Turba
compostada 1,700 7,500,000 1,500,000 3,200,000 250,000
con Azotobacter
Como puede verse en la tabla, la turba compostada, ya sea con presencia o ausencia de Azotobacter,
contiene la misma cantidad de microbios. Su número total excede considerablemente el de la turba inicial.
Tabla 33
Comparación de la acción de preparados fertilizantes sobre el rendimiento
Remola-
Inoculación Maíz: Papas: Remo- Trigo:
Maíz: Papas: cha: Trigo:
bacteriana del quintales quintales lacha: quintales
% % quintales %
preparado por Ha por Ha % por Ha
por Ha
Control 32.0 100.0 230 100 559 100 -- --
Azotobacter
33.9 106.0 255 110.8 610 109 -- --
cepa 54
Turba
37.1 116.0 261 113.7 649 116 -- --
azotogen
Turba
36.7 114.7 263 114.3 639 114 -- --
compostada
Turba no
34.1 108.7 254 110.4 615 110 -- --
compostada
Tabla 34
Crecimiento de la lenteja de agua en agua en presencia de pequeñas cantidades
de
compost de turba inoculado con bacterias
Peso seco de 100
Condiciones de los experimentos Total de muestras
muestras en mg
Control (sin compost) 106 26
Compost no inoculado con
450 37
bacterias
Compost inoculado con bacterias:
Az. Chroococcum 510 39
Ps. flourescens No. 14 580 38
Ps. flourescens No. 15 85 27
Muchos investigadores asumen que el efecto favorable del humus, estiércol y composts reside en su
contenido de cenizas, de las que el nitrógeno es el constituyente de mayor importancia. Esto último, de
acuerdo con estos investigadores determina la eficacia de la masa compostada y del humus del suelo. A
mayor contenido de nitrógeno en el compost, más efectivo resulta. De acuerdo con los adherentes a este
punto de vista, después de la mineralización de los compuestos orgánicos, las substancias nitrogenadas se
transforman en substancias inorgánicas y así quedan disponibles para las plantas.
Tabla 35
Efecto de la ceniza de humus sobre el crecimiento de Lemna minor L.
(al día 50 de crecimiento)
El número de Peso seco de 100
Experimento
especímenes en el vaso especímenes, mg
Control 750 27
Estiércol 1,800 39
Ceniza de estiércol 850 33
Turba compostada con
1,150 40
bacterias
Ceniza 900 31
Humus de suelo 1,100 33
Suelo quemado 700 29
Lochhead y Thexton (1952) obtuvieron resultados similares. De acuerdo con su data, la ceniza obtenida de
composts tiene un efecto menor sobre el crecimiento de los microbios que los composts mismos.
Todo esto habla a favor de asumir que la estimulación del crecimiento de las plantas por el humus observado,
está causada, no por la fracción mineral, sino por otras substancias.
Hurni (1944, 1945) cultivó plantas en arena en presencia de un fertilizante totalmente mineral y encontró que
en esas condiciones, la formación de tiamina fue menor que durante el cultivo en presencia de humus.
En los experimentos de Lebedev (1953), la alfalfa cultivada en campos fertilizados con estiércol o composts
tuvo un contenido de 81 mg/g de caroteno durante el período de formación de pimpollos, mientras que las
plantas no fertilizadas contenían sólo 27 mg/g.
Se ha dicho más arriba, que la parte orgánica del suelo cosiste en una multitud de
compuestos complejos de proporciones específicas y no específicas. La mayoría
de estos compuestos están relacionados con los ácidos húmicos.
Además de los ácidos húmicos se han encontrado muchas otras substancias en la
parte orgánica del suelo. Se incluyen substancias con propiedades bio catalíticas.
Entre estas, enzimas, vitaminas, auxinas, ciertos aminoácidos y otras substancias
bióticas.
Bottomley (1914-1920), Mockeridge (1924), Voelcker (1915), Clark (1935), Saeger
(1925), y otros han asumido que el efecto activador de los fertilizantes húmicos,
estiércol procesado y diferentes composts, con o sin bacterias está condicionado
por substancias especiales presentes en ellos, las llamadas “auximones”
Su acción es similar a la de la biología de las levaduras. El análisis de la turba
infectada con bacterias mostró la presencia de bases purínicas. Las mismas
también se encontraron en células de Azotobacter.Esta fue la razón para la
conclusión de Mockeridge de que el compuesto activante de los composts y
del Azotobacter es uno y la misma substancia.
Estudios posteriores demostraron que la acción del humus es causada por
substancias especiales producidas por microbios (Nath, 1932, McCarrison, 1924, y
otros).
Anstead (1935) propuso que estas substancias fueran llamadas fitaminas. Según
él, las fitaminas son producidas solamente por los microorganismos. Luego de
entrar en las plantas son transformadas en vitaminas. Estas últimas, al entrar en el
cuerpo humano y de los animales están sujetas a transformaciones y se
convierten en hormonas. La hormonas y vitaminas son excretadas del cuerpo
animal con la orina y los excrementos, encuentran su camino al suelo o estiércol y
allí son transformadas por los microorganismos en fitaminas.
De esa forma, de acuerdo con Anstead, las fitaminas, vitaminas y hormonas son
producto de una y la misma substancia.
La misma visión fue sostenida por (1939). Asumió que no hay diferencia entre las
hormonas animales y las vitaminas y que están interrelacionadas.
El vínculo entre los bio catalíticos vegetales y animales es destacado por muchos
investigadores. Sin embargo no hay bases para hablar de un ciclo de estas
substancias en la naturaleza.
Lochhead y Chase (1943) intentaron dilucidar la naturaleza de la substancia
activadora del humus. Prepararon extractos de humus de suelo y lo sometieron a
varios procesos, tales como la extracción con solventes orgánicos, absorción con
carbón y otros absorbentes, seguido de elución. Los experimentos mostraron que
la ceniza de humus y composts no tiene efecto alguno sobre el crecimiento de las
plantas y de microorganismos de 63 cultivos microbianos, sólo uno creció en
presencia de cenizas obtenidas de composts. Los extractos obtenidos de
composts y del humus del suelo, tuvieron, sin embargo un efecto positivo en el
crecimiento. El extracto con acetona fue el más efectivo. En su presencia, 26
cultivos crecieron bien, 26 cultivos lo hicieron adecuadamente y 11 cultivos no
crecieron. Los extractos con alcohol y éter también dieron buenos resultados. Los
filtrados y eluados de carbón, cada uno tuvo un pequeño efecto y su efecto fue
mayor si se los combinaba.
Allison y Hoover (1936) notaron un efecto positivo de los ácidos húmicos en el
crecimiento y actividad de las bacterias noduladoras de la raíz. Ellos descubrieron
la presencia en la humina de una substancia especial que ellos llamaron “Factor
R” o “Coenzima”
Robinson y Endington (1946) encontraron una substancia biótica en los suelos que
llamaron “fluorina” Según ellos, esta substancia es absorbida en considerables
cantidades por las plantas.
Parker-Rodes (1940) encontraron auxinas en el suelo. La cantidad de auxinas
variaba de acuerdo con las propiedades del suelo. En suelos fertilizados con
estiércol, la cantidad de auxinas era 0,200 µ g/ kg y en suelos pobres, no
fertilizados sólo 0,06 g/ kg de suelo. Estas substancias se encuentran en menores
cantidades (0,09-0,106 µ g/ kg) en suelos bajo fertilización mineral. El suelo es
enriquecido en auxinas en el curso del compostado. El suelo esterilizado contenía
0,042 µ g auxinas por kg de suelo y después de 6 días de incubación en
invernadero, bajo temperatura y humedad favorables, se incrementaron a 0.146 µ
g/ kg de suelo.
Williams, Stewart, Kejes y Anderson (1942) encontraron mayores cantidades de
auxinas en los suelos que Parker-Rodes. De acuerdo con su información, el
horizonte A de suelos fértiles contienen hasta 175 µ g auxinas por kg de suelo
Suelos no fértiles contienen 40-60 µ g de auxinas por kg de suelo. En el horizonte
B no se detectaron auxinas.
Hamense (1946) con el uso de métodos de análisis mejorados encontró 100 veces
más auxinas en los suelos que los investigadores anteriores. De acuerdo con su
información, el contenido de auxina fue de 160-450 µ g por kg de suelo (Schmidt,
1951, y Hamense, 1946).
Stewart y Anderson (1942) han mostrado que la cantidad de auxinas en los suelos
fértiles es totalmente suficiente para la estimulación del crecimiento vegetal.
Hamense (1946) encontró en diferentes suelos 0,16-0,045 µ g equivalentes de ß-
ácido indolacético en 1 g de suelo seco. El contenido de auxina se incrementa
después de la aplicación de fertilizantes orgánicos, entonces cae debajo del nivel
inicial y más tarde sube nuevamente al nivel normal, característico del suelo en
particular. De acuerdo con las observaciones del autor, las preparaciones
químicas puras de auxinas no se preservan en la suelo por largos períodos.
De acuerdo con Matskov (1954), los preparados químicos de 2,4-acido
diclorofenoacético se preservan en el suelo por un invierno completo (5-6 meses).
Otro estimulante del crecimiento, la heteroauxina (ß-ácido indolacético) no se
preserva en e suelo tanto tiempo.
Las auxinas también fueron detectadas en el suelo por Roberts I. y Roberts E.
(1939) y algunos otros investigadores
Además de auxinas, los suelos contienen otras substancias bióticas tales como
vitaminas, biotina, ácido nicotínico, ácido pantoténico, ácido fólico, amino ácidos,
varios factores de crecimiento R, Z, X y otros. Estas substancias se han
encontrado en las siguientes cantidades:
De acuerdo con Shavlovskii (1954, 1955), el suelo bajo cultivo de papas, contiene 0,5 µ g/kg biotina, y el suelo
bajo trébol 1,3 µ g/kg. En la región de Lvov, en suelos serozem de bosques y en podzol chernozem, el autor
obtuvo la información suministrada en la Tabla 39.
Tabla 39
Contenido de vitaminas en suelos bajo distintos cultivos, en µ g/kg
Acido
Suelos Biotina Riboflavina
nicotínico
Bosque serozem, bajo trigo 0.3 4,0 100.0
El mismo, bajo pasturas 0,7 7,0 230,0
Podzol chernozem, bajo trigo 0,8 10,0 280,0
El mismo, bajo pasturas 1,5 14,0 350,6
En el suelo que rodea al sistema radicular hay más substancias bióticas que fuera de la rizosfera. En un kg de
suelo de la rizosfera de trigo cultivado en campos fertilizados de la estación experimental Dolgoprudnoe
(región de Moscú) encontramos por 100 g de suelo, 10 µ g de tiamina, 150 µ g riboflavina, 35 µ g biotina;
Fuera de la rizosfera, 1.2 µ g tiamina, 25 µ g riboflavina, 3 µ g biotina; En la rizosfera de tabaco, 10-15 µ g
tiamina, y fuera de la zona radicular 1,5-4,0 µ g por 100 g de suelo.
Fuera de la zona
En la rizosfera,
de raíz
µ g / kg
µ g / kg
Acido nicotínico 600 260
Biotina 2 0.5
Vitamina B6 8 --
Roulet (1954). Encontró mayores concentraciones de vitaminas en la rizosfera. La cantidad de substancias
bióticas en la capa superior del suelo es mayor que en las capas inferiores. Las mayores concentraciones se
encuentran el la capa superior (0-20 cm) (Tabla 40)
Tabla 40
Distribución de las vitaminas en las capas del suelo (µ g/kg)
Suelo Capa, cm Tiamina Biotina
Podsol de la región de
0-20 2,3 14
Moscú bajo 2 años de trébol
20-30 0 3,0
50-70 1,9 8,0
80-100 0 0
Serozem del valle de
Vakhsh bajo 3 años de 0-20 5,6 42
alfalfa
. 30-40 1,8 14
45-60 2,4 21
70-90 1,1 4,2
Timonin (1941) encontró tiamina y biotina en las secreciones radiculares del lino.
Según él, estas vitaminas segregadas por la raíz considerablemente promueven el
crecimiento y proliferación de microorganismos en la rizosfera.
West (1939) encontró tiamina y bio substancias en las secreciones radiculares de
lino y tabaco
Meshkov (1952) encontró biotina y tiamina en las secreciones del maíz y arvejas.
Según él, mientras más de estas substancias se segregan, mayor es el
crecimiento de las plantas. El maíz segrega más biotina y las arvejas más tiamina.
Las secreciones radiculares contienen vitaminas en las siguientes cantidades por
g de peso seco de las plantas: maíz, .0,5402 µg de tiamina y 0,2388 µg de biotina;
las arvejas, 0,6634 µg de tiamina y 0,2658 µg de biotina.
De acuerdo con nuestras observaciones las arvejas, el trigo y el maíz segregan
más substancias bióticas en su período de desarrollo temprano que en el período
de fructificación (Tabla 41).
Tabla 41
La presencia de vitaminas en las secreciones de las raíces de distintas plantas (µ g por ml de substancia
nutriente)
Tabla 42
Compuestos Bióticos en Bacterias
No de Número de Número de
Bacterias cultivos cultivos que cultivos que
ensayados sintetizan B1 sintetizan B2
Bac. Subtilis 18 10 10
Bac. Mesentericus 15 12 5
Bac. Sp 13 3 1
Ps. Flourescens 8 8 8
Ps. Denitrificans 12 10 12
Ps. Mycolytica 3 3 3
Bact. Coli 2 0 0
Bact. Proteus 2 0 0
Bact. Liquefaciens 8 5 3
Bact. sp. 13 6 8
Rhizobium trifolii 15 10 0
Rhizobium phaseoli 15 12 0
Rhizobium leguminosarum 8 6 8
Az. Chroococcum 16 16 10
Az. Vinelandii 4 4 2
Mycob. Album 12 7 6
Mycob. Citreum 10 10 8
Mycob. Rubrum 3 0 0
Microc. Albus 3 0 0
Microc. Flavus 5 1 1
Microc. Aureus 6 0 0
Shavlovskii (1954, 1955) estudió cultivos de Ps. fluorescens, Ps. aurantiaca, Bact.
herbicola y Ps. radiobacter de la rizosfera de plantas. Estas bacterias se cultivaron
en medios sintéticos de una determinada composición y después de 8 días, se
determinó el contenido de vitaminas de las células bacterianas
y del filtrado del cultivo. Los resultados están en la Tabla 43.
Tabla 43
Cantidad de Bacterias Sintetizadas por Distintas Bacterias en µ g,
(después de 8 días de cultivo)
Acido
Tiamin Biotin
Tiamin Acido nicotínic Riboflavin Biotin
a en Riboflavin a en
a en nicotínic o en a en a en
células a en 10 célula
Bacterias 10 ml o en 10 células células 1 10 ml
1 ml de s 1g
de ml de 1 g de g peso de
g peso medio peso
medio medio peso seco medio
seco seco
seco
Ps.
Aurantiac 4,0 203 7,0 355 1,8 91 3,2 162
a
Ps.
flouresce 0,2 23,3 4,4 511 0,14 162 0,18 20,9
ns
Ps.
radiobact 0,4 6,2 5,2 80.2 2,8 43 3,0 46
er II
Ps.
radiobact 0,3 13,2 4,0 176 3,6 158 0,6 26
er III
Bact.
0,05 14,7 1,7 470 0,04 11,7 0,03 8,8
herbicola
Bact. aerogenes 19,9 154 630 780 26,8 47,9 1.400 105
Penicill
2,6 47 212 212 23,0 1,5 -- 14,6
chrysogenm
Sacchr.
360 42 1.000 100 100 1,2 5.000 31,2
cerevisiae
De acuerdo con West y Wilson (1938, 1939) hay 19,6 µg de tiamina y 0,37 µg de
riboflavina por g de peso seco de la bacteria noduladora de la raíz del trébol
cultivada en medio sintético. Clostridium (Clostr. butyricum) sintetiza 0,9 µg/g de
riboflavina y Micro. ochraceus, Micr. citreus, Ps. pyocyanea,cerca de 10-15 µg.
Yamagutschi y Usami (1939) encontraron cerca de 1,5 µg de tiamina por g de
peso seco de células en cultivos de Ps. fluorescens, Ps. alba, y Bact.
prodigiosum. En cultivos de Bact. Proteu ellos encontraron 9-14 µg de tiamina
por 1 g de peso seco de células.
Muchas especies de micobacterias sintetizan considerables cantidades de
substancias bióticas. Por ejemplo, Mycob. smegmatis sintetiza cerca de 135 µg de
vitamina B2 por ml de medio sintético y 36 µg por g de peso seco de células
(Mayer y Rodbart, 1946). Cuarenta a ochenta µg por ml de medio de la substancia
activa micobactim se encontró en cultivos de Mycob. phlei (Francis at al., 1953).
Ostrowsky y otros (1954) estudiaron las vitaminas en distintos microorganismos
representativos. Sus resultados están indicados en la Tabla 45.
Tabla 45
Contenido de Vitaminas en Células Bacteriales
( µg por g de peso seco de células)
Acido
Acido Acido
Microorganismos B1 B2 Biotina Peteroyl-
Nicotinico Pantoténico
glutámico
Thiobact.
thioparus 21 31 92 0,77 0,46 0,75
Thobact
23 60 15 0,64 1,89 57,0
thiooxydans
Propionibact.
pentosaceum 6,4 -- -- -- -- 93,0
Bact.
27,0 35 240 4,1 3,2 120,0
prodigiosum
Tabla 46
Formación de Riboflavina en el Suelo Durante la
Descomposición de Paja de Avena
(µg por 100 g de suelo)
Acumulación de
56
riboflavina en 0 día 1 día 3días 4 días 7 días
días
días:
1,25 gramos de
11 19 26 27 26 13
paja aplicados
2,5 gramos de
20 22 60 55 38 19
paja aplicados
Tabla 47
Conservación de la Riboflavina y del Acido Pantoténico en el Suelo
(µg/100 g de suelol)
Riboflavin
a
Estér
40 38 33 -- 40 34 34
il
No
40 estéri 36 36 -- 43 16 12
l
Estér
80 69 68 -- 81 67 64
il
No
80 estéri 65 68 -- 81 49 13
l
Acido
pantoténic
o
Estér
50 34 34 35 35
il
No
50 estéri 32 34 10 10
l
Estér
100 72 77 80 73
il
No
100 estéri 68 64 18 10
l
Raphanus sativus L. + + -
Medicago sativa L. + + -
Gossypium hirsutum L. + + -
Crepis rubra L. + + -
Cosmos sulfureus + + -
Daucus carota L. + - +
Dun + estimula +
Datura stramonium L. + + +
Tratamiento 1* 2* 3* 4* 5* 6* 7* 8* 9*
Vitamina B1 28,5 103,9 255,6 390,0 504,1 534,9 375,9 205,0 45,7
*Esto no está explicado en el texto ruso. Probablemente se refiere a la posición
de las hojas en las plantas.
Denisov introdujo vitamina B2 en un substrato donde se cultivaban berenjenas y
obtuvo un marcado incremento de rendimiento. Después de 77 días de
crecimiento, las plantas de controlo tenían tallos de 7,1 cm de longitud, el peso de
la parte aérea era de 48,5 g y el peso de las raíces 12,5 g. Los números
correspondientes para las plantas cultivadas en presencia de la vitamina
B2 fueron 12,2 cm 121 g y 22.9 g (Ovcharov, 1955).
El crecimiento de injertos para viñas, soja y otras plantas se incremente bajo la
influencia de la vitamina PP. Las plántulas de limón reaccionan marcadamente a
la adición de esta vitamina (Tabla 50)
Tabla 50
Tasa de crecimiento de Plántulas de Limón Bajo la Influencia de la Vitamina PP
(de acuerdo con Kocherzhenko y Snegirev, 1946)
Control (sin
38,6 8,0 46,6
vitaminas)
Mezcla de
37,2 12,2 49,4
vitaminas
Experimentos análogos fueron realizados por Shavlovskii con trigo sarraceno. Las
plantas fueron cultivadas en arena humedecida con la solución nutriente de
Hellrigel, que contenía 1µg de la vitamina por ml. Otros cultivos fueron
suplementados con extracto de levadura e hidrolizado de caseína, sin vitaminas.
En una serie de experimentos se introdujo el cultivo bacteriano productor de
vitaminas de Ps. Aurantiaca Las plantas fueron cultivadas por 2 días y luego
analizadas. Los resultados se indican en la Tabla 53
Tabla 53
Efecto de las Substancias Bióticas Sobre el Crecimiento del Trigo Sarraceno
Peso seco
Peso seco de Peso seco Peso seco
de 10
10 plantas en de 10 de 10
Compuesto biótico plantas en
mg: plantas en plantas en
mg: Planta
Cotiledones mg: Tallos mg: Raíces
entera
Hidrolisado de
80,0 66,0 43,0 189, 0
caseina 0.1%
De los datos dados se puede observar que las substancias ensayadas aumentan
marcadamente el incremento de las raíces y partes aéreas de las plantas.
El papel biológico de las vitaminas ha sido poco estudiado, pero, de acuerdo con
los datos disponibles, es importante. Es bien sabido que muchas de ellas son
componentes de distintos sistemas enzimáticos. Las así llamadas coenzimas que
entran en interacción química con el substrato incluyen muchas vitaminas. Se ha
encontrado experimentalmente que la vitamina B1 en un compuesto con ácido
fosfórico es la coenzima de carboxilasa-cocarboxilasa.
La carboxilasa es una enzima que participa en las transformaciones de los
carbohidratos. Está ampliamente distribuida en las plantas, animales y microbios.
Sin ella, las diferentes transformaciones de los compuestos de carbohidratos,
incluyendo el ácido pirúvico, no serían posibles. Este último es el intermediario
clave en el metabolismo de las células vivas. Que vincula el metabolismo de los
carbohidratos, las proteínas y las grasas.
En ausencia o escasez de vitamina B1, se demora o se detiene la síntesis de
cocarboxilasa y, consecuentemente, disminuye o se detiene el metabolismo de
los carbohidratos. La detención ocurre frecuentemente en el estado de ácido
pirúvico, que lleva a la acumulación de de ácido pirúvico en la célula y a la
cesación por completo del metabolismo.
La vitamina B1 participa no sólo en la decarboxilación del ácido pirúvico, sino
también en la reacción inversa, la fijación del CO2 en ácido pirúvico. El papel de
las vitaminas en la fijación del CO2, según las investigaciones de los últimos años,
es muy importante.
Las vitaminas también juegan un papel muy importante en la formación y la
transformación de las proteínas. Se ha demostrado que las vitaminas B 2, B6, B12,
PP y H participan en la formación de aminoácidos y sus transaminaciones. La
escasez de vitamina B6 lleva a una disminución de la formación de aminoácidos a
partir de ácidos orgánicos y amoníaco. La vitamina B6 participa en la formación de
aminoácidos a partir de ácidos orgánicos y amoníaco. La transaminación, o sea la
transferencia de un grupo amino (NH2) de un ácido a otro, tiene lugar en
presencia de la vitamina B6.
En la síntesis de grasas a partir de azúcares, participan las vitaminas B 1, B2, PP y
el ácido pantoténico y la transformación de proteínas en grasas, también requiere
de la vitamina B6.
Las vitaminas desempeñan un inmenso papel en la respiración. Se ha
demostrado que las enzimas que participan en la respiración consisten de
proteínas y una coenzima. La última consiste de vitamina B2 y ácido fosfórico. La
vitamina B2 desempeña un papel en los sistemas enzimáticos de los procesos de
oxidación – reducción. El ácido fólico tiene gran importancia en la respiración. La
germinación de semillas y la respiración de los brotes aumenta bajo la acción de
este ácido (Stephenson, 1951, Schopfer, 1943, Zeding, 1955).
Los estimulantes de crecimiento –auxinas y heteroauxinas tienen un efecto
positivo en las propiedades coloidales y químicas del protoplasma. DE acuerdo
con algunos autores, ellas participan en el metabolismo general de la
célula como compuestos separados. Al incrementar el metabolismo, ellas influyen
en el crecimiento de las células de las partes aéreas y especialmente de las
raíces. Bajo la influencia de ls heteroauxina, aumenta el influjo de substancias
plásticas, lo que lleva a la formación de nuevas raíces en mayores cantidades.
Durante el enraizado de injertos, aumenta la hidrólisis de almidón y grasas en las
células del injerto. La actividad de la peroxidasa también aumenta y los tejidos
están mejor hidratados (Maksimov, 1940, Turetskaya, 1955, Zeding, 1955, y
otros). La acción de estas substancias no afecta la turgencia de las células
solamente, como se había asumido previamente, también afectan el metabolismo
general de la planta. En este sentido se parecen a otras substancias bióticas. Hay
información que muestra que la heteroauxina estimula la formación de auxinas,
(Zeding, 1955).
Kuhn (1941) ha demostrado que el caroteno y los carotenoides tienen n gran
efecto en la formación de células sexuales y en la conjugación de un
alga Chlamydomonas De acuerdo con él, existen carotenoides con propiedades
específicas de hormonas femeninas y masculinas. Encontró un carotenoide –
safranol– con propiedades de hormona masculina y un carotenoide –picrocrocin–
con propiedades de hormona femenina.
Las vitaminas tienen un efecto favorable en la fertilización de las plantas. Se
encontró que los órganos sexuales son ricos en vitaminas, especialmente el
polen. Por ejemplo, el polen de la acacia de Rusia (caragana arborescens)
contiene 2.300 mg de caroteno y el del girasol, 1.460 mg por kg. El polen de
algunas plantas no contiene grandes cantidades de caroteno. La vitaminas se
descomponen bajo la acción de la luz y el polen se decolora y pierde su actividad.
Procesando esos pólenes con caroteno se incrementa su capacidad de germinar.
Así, de acuerdo con Lebedev (1952), sin la adición de caroteno, el porcentaje de
polen de cáñamo germinado fue del 39%, la longitud de los tubos polínicos fue en
promedio de 100 µ. En presencia de caroteno, el porcentaje de polen germinado
fue de 53,5% y la longitud del tubo polínico de 312 µ. Mientras más bajo el
contenido de vitaminas, más marcada la reacción a la adición de caroteno. Los
pólenes ricos en esta vitamina estimulan a los pólenes que contienen pequeñas
cantidades de la provitamina, si se los deja germinar juntos.
Otras vitaminas (C1, B6, B1, B2, PP) también afectan a la germinación del polen.
Pólenes de diferentes variedades de la misma especie no reaccionan de la misma
forma a la adición de vitaminas. Por ejemplo, pólenes de una variedad de tabaco
requieren 0,0002 mg de vitamina B1, y pólenes de otra variedad de la misma
especie requieren 0,005 mg por litro de solución. Treinta y uno por ciento de
pólenes de pino germinaron en un medio sin vitamina PP y, en la presencia de
esta vitamina germinaron el 54% de los pólenes. Cerca del 10-12% de los granos
de polen de una variedad germinaron en presencia de la vitamina B1 mientras que
los de otra variedad germinaron en un 52% (Polyakov, 1949).
La Asimilación de Substancias
Bióticas y otras Substancias por las
Plantas
El problema de la asimilación por las plantas de las substancias bióticas, vitaminas, auxinas y otras
substancias orgánicas, ha sido del interés de los investigadores desde hace mucho tiempo.
Bonner et al., (1939) analizaron tejidos de plantas cultivados en una solución que
contenía vitamina B1. Los resultados de estos experimentos se muestran en la
tabla 54.
Tabla 54
Concentración de tiamina en las Hojas de Plantas Después de su Aplicación artificial, en mg/kg de
peso seco
(De acuerdo con Bonner et al., 1939)
Tabla 55
Absorción de Vitamina B1 radioactiva por Plantas de Substrato de Agar Estéril
(de acuerdo con Shavlovskii, 1954)
Trigo Trigo
Arvejas: Arvejas:
sarraceno: sarraceno: Maíz: cpm por
Órganos de cpm por cpm por
cpm por cpm por planta a los 11
la planta planta a los planta a los
planta a los planta a los días
11 días 38 días
11 días 38 días
Hojas 3.458 4.920 1.110 1.326 6.993
Tallos 1.655 1.288 1.486 2.912 --
Raíces 505 1.601 455 3.360 783
Como puede verse en la tabla, la absorción de este aminoácido es bastante vigorosa. La mayor concentración
del aminoácido se encuentra en la raíz . La intensidad de absorción varía de acuerdo con la composición del
medio y las condiciones externas.
La absorción de metionina es más rápida y más pronunciada en la presencia de las vitaminas B1 y B6.
Los antibióticos son muy específicos. No están presentes en los tejidos de las
plantas y no son formados en ellas. Son fácilmente detectados y diferenciados de
otras substancias orgánicas incluyendo fitocidas. En nuestros experimentos
hemos empleado antibióticos en su estado nativo, tanto como preparaciones
químicas puras. Se usaron antibióticos producidos por distintos representantes de
los microorganismos del suelo: penicilina (producto de un moho), estreptomicina,
globisporina, aureomicina, terramicina y otros (productos del metabolismo
actinomicetal), subtilina, gramicidina y otros (de origen bacteriano).
Tanto las preparaciones crudas como las químicamente puras se agregaron en
diferentes concentraciones a los substratos donde se cultivaban las plantas. Los
experimentos han demostrado que los antibióticos fueron tomados por las raíces
rápidamente, en considerables cantidades y estuvieron más o menos
uniformemente distribuidos en los tejidos y órganos de las plantas.
De manera similar a otras substancias bióticas, los antibióticos se concentran en el
sistema radicular más que en otras partes. Desde allí van a las partes aéreas.
Los antibióticos son absorbidos por las plantas directamente del suelo donde son
formados por los microorganismos. Estos últimos, como se mostrará más abajo, al
desarrollarse en el suelo bajo ciertas condiciones, producen y acumulan
considerables cantidades de estos metabolitos activos. Estas substancias
formadas naturalmente entran a los tejidos de las plantas vía el sistema radicular
de la misma forma que los antibióticos químicamente puros.
Si las substancias orgánicas complejas como los antibióticos, aminoácidos y
vitaminas son absorbidos, se puede asumir que muchos otros compuestos de
carbono y nitrógeno presentes en el suelo pueden ser absorbidos por las plantas.
El famoso botánico francés Bonne ha realizado un voluminoso trabajo de
laboratorio para determinar la absorción de substancias orgánicas por las plantas.
Laurent J. y Laurent J. (1903) estudiaron la asimilación de muchos compuestos
orgánicos por las plantas. De acuerdo con su información, las arvejas, lentejas, el
maíz, el arroz y el trigo utilizan glucosa, sacarosa, glicerol, dextrina, almidón y
humato de potasio. Lefevre (1905, 1906) notó la capacidad de las plantas para
asimilar aminoácidos y otros compuestos nitrogenados. Ravin (1913),
experimentando con rábano picante llegó a la conclusión que las plantas pueden
asimilar los ácidos orgánicos succínico, cítrico, málico, tartárico y oxálico.
Maze y Perrier (1904) cultivaron maíz en una solución de metanol-azúcar. En 30
días de crecimiento esas plantas absorbieron 10 – 14 g de sacarosa, su peso seco
fue de 14 – 21,9 g. Aproximadamente la misma cantidad de glucosa fue absorbida
en otra serie de experimentos.
De acuerdo con Pryanishnikov, 1952; Shulov, 1913; Byalosuknya, 1917; y otros,
las arvejas, el maíz, el repollo, el trigo sarraceno y otras plantas asimilan bien la
glucosa, la sacarosa y la lactosa. Especialmente con la levulosa se obtuvo buen
crecimiento de las plantas.
Klein y Kisser (1925) han demostrado que los cultivos de avena asimilan bien los
compuestos orgánicos sin una previa fractura de sus moléculas. La arginina se
asimila menos que el nitrógeno de nitratos. El investigador japonés Tanaka (1931)
obtuvo resultados similares. Este autor estudió la asimilación de compuestos
orgánicos de nitrógeno por plantas superiores, bajo condiciones de cultivo
estériles y obtuvo resultados positivos.
Seliber (1944) nos trae resultados de sus propios estudios y los de otros, sobre el
crecimiento de las papas a expensas de almidón y otras substancias presentes en
los tubérculos. Los brotes de papa crecen en peores condiciones si se remueve el
tubérculo madre. El autor describe casos de formación de brotes y tubérculos
dentro del tubérculo madre. El crecimiento de los brotes en esos casos ocurre
completamente a expensas de las reservas de alimento del nódulo madre. Los
compuestos orgánicos de este último pasan al embrión y al tubérculo hijo.
Existe abundante información experimental, como así también observaciones agro
biológicas, que confirman la posibilidad de la nutrición heterotrófica de las plantas.
Los estudios muestran que bajo condiciones de cultivo estéril de las plantas, estas
substancias no son absorbidas en la misma medida que en la presencia de los
microorganismos. Hemos cultivado trigo, arvejas y maíz en una solución nutriente
estéril y observado la absorción de penicilina, estreptomicina, aureomicina y otros
antibióticos en presencia y en ausencia de varias especies bacterianas.
Los cultivos bacterianos fueron elegidos para que no desactivaran o
descompusieran los antibióticos arriba listados y que a la vez fueran resistentes a
ellos para la inoculación de la solución nutriente. Hemos ensayado y elegido más
de 10 cultivos pertenecientes a distintas especies: 3 cultivos de bacterias
noduladoras de la raíz (Rh. trifolii, Rh. meliloti y Rh. phaseoli), 2 cepas de
azotobacter (Az. chroococcum), 4 cepas de Ps. fluorescens, aisladas de la
rizosfera de diferentes plantas y 2 cepas del género Bacterium (Bact.
denitrificans y Bact. sp.) también aisladas de la rizosfera de trigo y arvejas. El
efecto de estas bacterias fue determinado por la tasa de desaparición de los
antibióticos de la solución y de su toma por las plantas. La presencia de
antibióticos en las plantas se determinó por ensayos microbiológicos
convencionales. Los microbios indicadores eran cultivos del bacilo
esporulador Bact. subtilis y estafilococos, Staph. aureus.
Las Tablas 58 y 59 nos brindan información sobre la absorción de la
estreptomicina y de la penicilina por el trigo y las arvejas, en presencia de 5
cultivos bacterianos y de su mezcla. Los experimentos con maíz y otras plantas
dieron resultados similares.
Tabla 58
Efecto de las Bacterias sobre la Absorción de Estreptomicina por el Trigo
(unidades por g de tejido de planta; la solución inicial contenía 2.500 unidades -100 unidades/ml)
Tabla 59
Efecto de las Bacterias sobre la Absorción de Penicilina por las arvejas
(unidades por g de tejido de planta; la solución inicial contenía 5.000 unidades -
200
Raíces Tallos Hojas
Raíces Tallos Hojas
después después después
Bacteria después después después
de 10 de 10 de 10
de 2 días de 2 días de 2 días
horas horas horas
Az. chroococcum 120 30 40 200 120 180
Rh. trifolii 100 20 40 250 100 150
Ps
10 0 0 50 10 20
flourescens No 4
Bacterium sp. 25 5 0 0 30 5 10
Mezcla de
250 50 100 250 120 210
bacterias
Control (sin
50 5 0 150 50 100
bacterias)
Como puede verse en las tablas, las bacterias tienen un considerable efecto en la
toma de los antibióticos por los tejidos de las plantas. Las diferentes especies
bacterianas tienen diferentes efectos. Algunas de ellas mejoran la toma (Az.
chroococcum y Rh. trifolii) otras (Ps. fluorescens No 4 y Bacterium sp. No 25)
inhiben la toma de los antibióticos por las plantas. Las mayores cantidades de
estreptomicina y penicilina fueron absorbidas en presencia de una mezcla
bacterial y la menor absorción fue en recipientes conteniendo el cultivo
de Bacterium sp. No 25.
Los análisis han mostrado que el aumento de concentración de antibióticos en las
plantas, está acompañado por la disminución de concentración de los antibióticos
en la solución.
Figura 66. Efecto de las bacterias en la toma de estreptomicina (de la arena) por plantas
(arvejas). El análisis fue realizado 10 horas después de la introducción del antibiótico en el
recipiente
I--bacterias del grupo de oligonitrofilos (cepa 25 y otras); II--Azotobacter (el mismo
resultado con Rhizobium); III--control sin bacterias. 1--raíces, 2—parte inferior del tallo, 3—
parte media del tallo, 4—parte superior del tallo, 5--hojas.
Gerretsen (1948) describió la mejora de la toma de nutrientes por las raíces de las plantas bajo la influencia
de la microflora. Cultivó avena, girasol, trigo sarraceno y otras plantas en recipientes con suelo estéril y no
estéril, en presencia y en ausencia de bacterias. Se introdujeron en el suelo fosfatos, solubles, insolubles y
poco solubles en agua (fosfatos bi y tircálcicos, polvo fosfórico, etc)
Los experimentos mostraron que bajo las condiciones estériles, sin bacterias, la
toma de fosfatos ocurrió a una menor tasa que en la presencia de bacterias. El
mayor efecto se obtuvo en experimentos con trigo sarraceno en presencia de
bacterias especialmente elegidas.
Kotelev y Garkovenko (1954) estudiaron la toma de fósforo inorgánico radioactivo
por bacterias. Bajo condiciones estériles, el fósforo era tomado a una menor tasa y
en cantidades menores. La plantas mostraron sólo 4% del total de radioactividad
cuando se cultivaron en condiciones estériles, en la presencia de bacterias, la
radioactividad de las plantas se incrementó a 13%.
Experimentos con lecitina marcada (P32) dio resultados análogos. Se agregó la
lecitina a la solución usada para humedecer la arena en que se cultivó cebada.
Los experimentos se llevaron a cabo en presencia y en ausencia de bacterias. En
ausencia de bacterias, 2,9% del fósforo radioactivo fue tomado, mientras que en
presencia de bacterias, fue tomado el 16,6 18,6% del fósforo, o sea, 8 – 9 veces
más.
Las bacterias aumentan marcadamente la tasa de toma del fósforo por las plantas
de gránulos preparados con superfosfato radioactivo. Brotes de cebada cultivados
en condiciones estériles dieron 400 – 500 cpm, mientras que cultivados en
condiciones no estériles dieron 1.000 – 1.500 cpm (cpm por 10 mg de peso seco
de planta) (Kotelev, 1955).
Hemos empleado la técnica del átomo trazador, para llevar a cabo una cantidad
de experimentos sobre la toma de compuestos fosforados de un substrato, en
presencia y en ausencia de diferentes especies de bacterias. Las plantas (cebada)
se cultivaron en substrato nutriente (solución, arena y suelo) previamente
esterilizado y luego inoculado con cultivos puros de bacterias. El fósforo
radioactivo (P32) se agregó entonces al substrato. Después de 15 - 20 días de
crecimiento, se analizaron las plantas. Determinamos la presencia de fósforo
orgánico e inorgánico, como así también fosfolípidos y fosfoproteínas poco
solubles (en agua). Además, se determinaron aminoácidos (mediante el uso de la
cromatografía por papel) en la fracción que contenía compuestos orgánicos
solubles en agua (Krasil'nikov y Kotelev, 1956). En estos experimentos se usaron
bacterias aisladas de la rizosfera de maíz cultivado en Moldavia. Todas ellas
pertenecientes a los géneros de bacterias no
esporuladoras Bacterium y Pseudomonas. Un cultivo (10 – A) fue aislado de un
suelo podsol de la región de Moscú. Cada recipiente lleno con arena fue
suplementado con 465 mg P205 (P32). La actividad total por recipiente era de
6.400.000 cpm. El conteo se realizó después de 17 días de crecimiento. El
resultado de la primera serie de experimentos se muestra en la Tabla 60.
Tabla 60
Efecto de las Bacterias del Suelo en la Toma de Fósforo Radioactivo por las Plantas
Fracción de
Fracción de Fracción de P
cpm/100g P orgánico,
P orgánico, orgánico,
de peso cpm/100g
Toma de cpm/100g cpm/100g
Experimento seco de de masa de
P32, % masa de masa de
substancia planta en
plantas en planta en
de la planta solución
lípidos proteínas
acuosa
Control (sin
3.000 0,7 375 450 1.700
bacterias)
Infectado
3.830 1,4 475 575 2.300
con Bacterium sp.
Infectado
4.300 1,3 578 675 2.300
con Bacterium sp.
Infectado
-- 1,2 650 700 2.900
con Bacterium sp.
Infectado
-- 0,6 300 400 2.000
con Bacterium sp.
Tabla 61
Efecto de las Bacterias en la Composición de los Aminácidos en los Tejidos de las
Plantas
Peso
seco Toma de Aspa Acido Acido
Experimen Lisin Serin Glicin Alanin Valin
de P32por 1 r- aspártic glutámic
to a a a a a
planta 00 g gina o o
s mg
Control
(sin 545 465 ++ + +/- - - - - -
bacterias)
bacteria +++
573 700 +++ +++ +++ +/- +/- ++ -
1p +
bacteria
710 786 +++ ++ ++ ++++ + +/- +++ -
2p
bacteria
-- -- +/- - - +++ ++++ ++++ +/- +
125
bacteria
-- -- + ++ ++ ++ - +++ +/- +/-
151-A
Nota: ++++: color muy intenso; +++: color intenso; ++: color moderado; +: color débil; +/-: color apenas
detectable, en el límite; -: ausencia del aminoácido.