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El presupuesto como herramienta de

planificación a mediano plazo.


En el marco de la importancia que se debe asignar a la planificación y al posterior control de la
gestión, entendemos que el presupuesto es una útil y poderosa herramienta para el desarrollo de
esta tarea tanto en el ámbito público como privado; no debiendo asociar este concepto a un mero
deseo, sino a los objetivos expresados en términos monetarios con los recursos o medios necesarios
para cumplirlos.

La programación a mediano plazo indicara la manera en la que deben de distribuirse los recursos
para implantar las estrategias.

Los objetivos a mediano plazo cubren periodos de 1 a 5 años y por lo general están compuestos
por objetivos a corto plazo, que, en su sumatoria, cumplen un objetivo final de mediano plazo.

Siempre existe una primera vez a la hora de elaborar el presupuesto. Se debe comenzar por
adecuarse a la planificación estratégica de la organización, teniendo en cuenta los planes y
objetivos a corto, mediano y largo plazo con la posibilidad de abarcar otras perspectivas que no
sea únicamente la financiera.

Además, se deben tener en cuenta aquellas características del presupuesto que hacen a su
funcionalidad integrando y buscando participación y compromiso de los diferentes departamentos,
áreas y actividades, con aquellas otras que hacen a la operativa cimentando una herramienta de
pronóstico flexible que permita revisión y cambios en su desarrollo.

El hecho de contar con la participación de todas las áreas de la organización determinará la


existencia de presupuestos parciales que serán consolidados en lo que denominaremos el
presupuesto final.

La planificación debe contemplar el presupuesto de ventas de productos actuales y nuevos


lanzamientos a través de los distintos canales, así como los planes y programas de producción,
gastos, compras e inversiones junto con las políticas de financiamiento y de dividendos, teniendo
en cuenta de esta forma aspectos operativos y económico-financieros.

Asimismo, se deberán estimar y considerar factores externos que constituyan los distintos
escenarios como la tasa anual de inflación, la evolución del tipo de cambio, la eventual demanda
de nuestros productos teniendo en cuenta su elasticidad precio y los posibles sustitutos.

La flexibilidad radica en reconocer la existencia de eventos probables que podrán afectar el


presupuesto y, por lo tanto, deberán contemplar planes de contingencia adecuados y muy bien
definidos que permitan trasponer rubros de manera correctiva.
Tan ineficaz resulta la carencia de esta herramienta como la existencia de presupuestos rígidos o
aquellos elaborados en forma burocrática como simples planillas mecánicas que no aportan ningún
valor agregado.

Debe existir la figura de un coordinador de presupuesto con el conocimiento del negocio suficiente
para dar soporte y explicar a las distintas áreas un objetivo común de modo de ser consistentes en
la metodología a utilizar por parte de todos los involucrados. Dicha persona será responsable
del Planeamiento diagramando el calendario de las distintas etapas hasta su aprobación final.

La segunda gran ventaja de contar con un presupuesto elaborado en la empresa es la posibilidad


de poder controlar y analizar las desviaciones que vayan surgiendo en el transcurso del año, donde
podremos analizar los resultados reales de acuerdo a los previstos; tanto en lo que tiene que ver
con los ingresos, como los gastos o las inversiones.

Dicho análisis se puede hacer mes a mes de modo de poder prevenir situaciones poco deseadas,
controlando las áreas más sensibles o conflictivas que están gastando más recursos de los
asignados, para lo cual se deberá trasponer desde otros rubros o reducir el gasto en los meses
futuros.

Lo mismo debe suceder con el control de inversiones previstas y su ejecución a lo largo del tiempo
ya que quizás estemos fuera del rango establecido en la elaboración.

Con el paso del tiempo se podrá observar mucha mayor exactitud a la hora de confeccionar los
presupuestos lo cual hace que la empresa tenga un mapa de ruta adecuado y se mejore la relación
costo beneficio en el proceso de elaboración.

Como conclusión, se deben tener en cuenta las siguientes puntualizaciones para que la actividad
presupuestaria tenga éxito en la organización:

 Debe ser impulsada a partir de lo más alto de la organización, pero integrando


absolutamente a todas las áreas.
 Debe existir un replanteo de los objetivos de cada sector y de recursos necesarios.
 Debe permitir acciones correctivas dotando de una mayor flexibilidad a la empresa frente
a circunstancias adversas.
 Producto de la participación conjunta de las distintas áreas existirá un alto valor agregado.
 Se obtendrá un poderoso mecanismo de control en la gestión.

El presupuesto dentro del plan estratégico

El presupuesto representa la última etapa, es decir la de evaluación y control expresada en términos


cuantificables (económico – financieros) de las diversas áreas o unidades de la empresa como parte
de sus planes de acción a corto plazo (generalmente 1 año) todo esto enmarcado dentro del plan
estratégico adaptado inicialmente por la empresa y determinando por la alta dirección.
La primera función del presupuesto es servir como herramienta de planificación y coordinación de
las actividades de la empresa, pero también desempeña una función de evaluación y motivación
de las diferentes unidades de la empresa.

Al finalizar el período que contempla el presupuesto, se produce un análisis de las diferencias entre
los presupuestos y las cifras reales. Se analizan las desviaciones técnicas, es decir aquellas
diferencias en cantidades vendidas o utilizadas en el proceso productivo. También las desviaciones
económicas, relacionadas con los sesgos en precios. El objetivo es determinar fuentes de mejora
en la eficiencia y en la rentabilidad económica de las diferentes áreas de la empresa en materias
primas (MP), mano de obra directa (MOD) y gastos generales de fabricación (GGF).

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