You are on page 1of 6

bió que la patria del hombre es la in- lidad barroca de Spallanzani y sus es-

fancia, y en la Babel de mi niñez tras- fuerzos por demostrar la inexistencia


humante los libros no solamente me de la generación espontánea.
dieron refugio y certeza, sino también Cuando venimos a vivir a México
la mejor patria posible. Aun en las épo- a casa de mi abuela, ella nos había pre-
cas precarias, libros y música fueron parado un librero de tamaño infantil
parte de la familia. Como desde muy con el Pequeño Larousse ilustrado, la
pequeño me atraía enormemente las Golden Book Encyclopedia, Ben-Hur, los
Mi madre siempre quiso ser torera. ciencias del espacio, mi abuela mater- libros de Mark Twain, las aventuras
Como la familia pensó que la idea era na me envió desde México los libros de Sherlock Holmes, le Grand Dictio-
un poco excesiva y se lo prohibió, ma- en los cuales mi bisabuela había estu- narie de la langue française y los tres
má decidió convertirse en agente se- diado astronomía. Son volúmenes be- volúmenes del Libro de nuestros hijos.
creto e ingresó, sin avisar a mi abuela, llos que aún conservo, en donde Nep- Al abrir uno de ellos me topé con un
a una academia para entrenarse en ese tuno aún se llama Leverrier y Plutón poema del siglo XVII de Rodrigo Caro
oficio. Aún conservamos su credencial no aparece. Nada de eso parecía impor- que comienza: “Éstas, Fabio, ¡ay do-
de estudiante y la lista de materias que tarle a mi abuela, que aunque usaba el lor! que ves ahora, ruinas que esparció
debía cursar y que incluye, entre otras teléfono y veía la televisión, había de- rústico arado”, que resultó ser una des-
cosas, antropología criminal, maqui- cidido instalarse en el siglo XIX. Cuan- cripción premonitoria de las finanzas
llaje y disfraces policíacos, artes mar- do tenía unos siete años un primo de familiares. En esa casa se reía mucho,
ciales y autodefensa, balística y explo- papá, el elegante don Antonio de Cor- pero crecimos con cierto sentimiento
sivos. Cuando mi abuela, que siempre tina, me regaló una copia de Los ca- trágico. Como ya no había dinero para
había soñado con ser conductora de zadores de microbios, de Paul de Kruif. pagar a un chofer, viajábamos con ilu-
trenes para poder viajar sin límites, El libro me dejó memorias perdura- sión en tranvías paquidérmicos, que
descubrió lo que hacía mi madre, la sa- bles: al leerlo me fascinó la biografía había que abordar con cuidado por-
có de inmediato de la Academia de Poli- de Pasteur pero, sobre todo, la persona- que mi abuela se empeñaba en recor-
cía y la regresó a estudiar al convento darnos, desde los rumbos de Popotla,
del Sagrado Corazón de Jesús, en don- la muerte de Anna Karenina en una
de quedó de nuevo al cuidado de Sor lejana estación de trenes de la Rusia
Luz del Carmelo, una monja que era imperial.
nieta de Don Porfirio Díaz y que noso- Junto con la ópera y los perros, los
tros terminamos adoptando. De allí sa- libros se convirtieron en parte de nues-
lió mamá para casarse con mi padre, tra vida cotidiana. Las prioridades afec-
que terminó viviendo de sus inversio- tivas estaban perfectamente definidas:
nes en lugar de tocar la trompeta en los nietos desayunábamos Corn Flakes,
un cabaret, como siempre lo había de- pero a los perros les daban Zucaritas.
seado. Un amigo y colega le preguntó Todos los domingos nos ponían a escu-
a mi madre porque había querido ser char ópera, para llorar primero con La
torera, y su respuesta fue inmediata: Traviata y luego con Carmen, conmo-
“bueno, uno siempre debe de hacer al- vernos con la pobre de Madama But-
go en la vida”. terfly, la tragedia de Tosca y el exilio
Como uno siempre debe hacer al- de Manon, pero jamás con Mimí, Mu-
go en la vida, nadie se opuso a mi de- setta o Rodolfo, que según mi abuela
cisión de convertirme en científico y llevaban una existencia bohemia que
de dedicarme a la lectura. Rilke escri- no debía ser vista por un niño de doce

Antonio Lazcano Araujo


36

CIENCIAS 94 ABRIL JUNIO 2009


Un librero
tamaño infantil
37

CIENCIAS 94 ABRIL JUNIO 2009


años y sus hermanos más chicos. Por brindó la UNAM, una universidad públi- versión estudiantil de Mr. Hyde, una
ese entonces asistí con mi abuela a ca, gratuita y laica, que está profunda- especie de malandrín académico, un
una representación de Los Cuentos de mente enraizada en nuestra sociedad estudiante perdulario, holgazán y dis-
Hoffman, y me sedujo de inmediato no sólo por su antigüedad sino también perso, pero al mismo tiempo me man-
un personaje demente, sin dinero, un por el papel central que ha jugado en el tuve como un Dr. Jekyll obsesionado
poco siniestro pero fascinante, que te- desarrollo de la cultura y la identidad por comprender el origen y la evolu-
nía algo de mago y algo de científico, nacional. Aún recuerdo, como si fue- ción de la vida. Y, vale la pena subra-
y que curiosamente se llamaba Spa- ra una epifanía pictórica, la mañana yarlo ahora que algunos se sienten se-
lanzani (aunque con una sola “l”). No en que me senté en el patio mayor del ducidos no por el canto de las sirenas
fue sino hasta hace unos pocos años antiguo Colegio de San Ildefonso, sede sino por el ritmo de los responsos y el
que me enteré que los historiadores de la Escuela Nacional Preparatoria, aroma del incienso, ese interés no hu-
creen que el Spalanzani de Offenbach para hacer el examen de admisión, ro- biera podido madurar si la educación
está basado en el Spallanzani que an- deado de arcos y muros encendidos pública en México no fuera laica y si
daba a la caza de microbios. Aunque yo por los murales de Orozco, Siquieros y no hubiéramos hecho nuestros los va-
era apenas un niño, sin darme cuenta, Rivera. Desde los quince años me supe lores de una cultura secular. Eso es lo
la noción de que la ciencia es parte in- parte de la UNAM y, como muchos de que ha permitido que desde hace mu-
tegral de la cultura me había comen- los que estamos aquí, yo no hubiera chas décadas nuestros estudiantes de
zado a seducir. podido terminar el bachillerato, ingre- secundaria y bachillerato lean los li-
Soy producto de la convicción fa- sar a la Facultad de Ciencias y estu- bros de Oparin, se familiaricen con las
miliar, venturosamente arraigada en diar un posgrado si la UNAM no fuera ideas de Darwin y se sorprendan con el
tantos hogares mexicanos, de que la una universidad pública y gratuita con fenómeno de la endosimbiosis. A veces
cultura y la educación son bienes que una riqueza académica sin igual. olvidamos la deuda que tenemos con
se deben procurar. Soy también pro- Al llegar a la Facultad de Ciencias don Alfonso L. Herrera, un mexicano
ducto de las oportunidades que me me transformé rápidamente en una excepcional que promovió en forma in-
38

CIENCIAS 94 ABRIL JUNIO 2009


fatigable la divulgación de las ideas de tros estudiantes lleguen a otras depen- win “no significa que debamos disfra-
Darwin. Herrera se dedicó por más de dencias sabiendo que laboratorios y zar nuestra ignorancia con hipótesis
cuarenta años al estudio del origen de bibliotecas son de ellos y para ellos. La absurdas sobre el origen de la vida o de
la vida, pero desafortunadamente na- gran diferencia que hay entre mis estu- la materia, sino que por el contrario
die dio continuidad a sus esfuerzos. De diantes y yo es que yo tuve mejores debemos intentar, desde un principio,
hecho, don Isaac Ochotorena, un per- maestros. Probablemente he aprendi- proponer en forma cuidadosa secuen-
sonaje poderoso e influyente a quien do más de lo que se han beneficiado cias de eventos que sean lógicas, con
mucho le debe la ciencia mexicana y mis alumnos, pero aun así me siento las cuales tratamos de demostrar que
que terminó peleado con Herrera lue- orgulloso del curso de Origen de la vi- unas etapas deben anteceder a otras, e
go de haber sido su discípulo, se dedicó da que fundé hace más de treinta años ir construyendo con esas secuencias
a afirmar durante decenas de años que y pienso defender con todos los recur- parciales una historia coherente. Segu-
el origen de la vida no servía para nada, sos a mi alcance, y en donde se ense- ramente existirán lagunas que no po-
ni valía la pena estudiarlo, ni tenía ca- ña, sobre todo, la importancia de las dremos llenar, pero hasta que no inten-
so que los biólogos mexicanos perdie- interrogantes. temos construir estas secuencias no
ran el tiempo en esas especulaciones. Nunca sabremos cómo surgió la las podremos identificar ni podremos
Don Isaac se murió al día siguiente de vida en la Tierra, pero creo compren- encontrar solución a los problemas
que yo nací. der cómo ocurrió. “Sin entender com- pendientes”.
El estudio del origen de la vida es lo prendo”, dice Octavio Paz en uno de Tengo claro el valor de aproximar-
que en música se conoce, desde las épo- sus poemas más bellos. Esa compren- se a la pregunta del origen de la vida
cas de Mozart y Salieri, como arias de sión nace de la herencia extraordinaria desde la química prebiótica y la carac-
bravura. Pero como decía mi abuela, que nos dejó la obra de Charles Dar- terización del medio ambiente primiti-
el diablo protege a sus sabandijas: al win. Es sabido que en 1887 Darwin es- vo. Me alegra haber podido demostrar
amparo de la UNAM he podido dedicar- cribió que “por ahora no vale la pena no hace mucho, junto con un grupo de
me a estudiar, enseñar, investigar y di- pensar sobre el origen de la vida; igual amigos y colegas que incluyó a Stanley
vulgar lo que sabemos y lo que ignora- podríamos estar pensando en el origen L. Miller, que podíamos sintetizar ami-
mos sobre el origen de la vida. Gracias de la materia misma”. Sin embargo, co- noácidos en condiciones neutras en
a la universidad y a la Facultad de Cien- mo señaló en 1944 John D. Bernal en donde la ausencia de metano e hidró-
cias he tenido la suerte de contar con la un pequeño volumen titulado The Phy- geno libre es congruente con los mo-
amistad y las enseñanzas de talentos sical Basis of Life, la afirmación de Dar- delos actuales de la Tierra primitiva.
portentosos como A. I. Oparin, Stanley
L. Miller, Joan Oró, Leslie Orgel, Lynn
Margulis, Christian de Duve, Albert Es-
chenmoser, George Fox, y Emile Zuc-
kerkandl. Llegué a ellos bien pertrecha-
do, porque somos la mejor escuela de
ciencias de México y, si me apuran,
de Latinoamérica. La Facultad de Cien-
cias tiene todo para volver a ser el epi-
centro de la vida docente del subsis-
tema de la investigación científica de
la UNAM, pero para ello es indispensa-
ble hacer uso del poder de la inteligen-
cia y del humor para exorcizar la auto-
complacencia vanidosa y volver a ser
el centro en donde converjan de mane-
ra natural investigadores de todos los
centros e institutos, y para que nues-
39

CIENCIAS 94 ABRIL JUNIO 2009


celulares completamente secuencia- dad de los nodos, de la misma manera
dos nos permitirán acercarnos a se- en que las especies procariontes siguen
cuencias y estructuras muy antiguas, siendo reconocibles a pesar de su ex-
como los sitios de unión al ARN y los traordinaria promiscuidad genética.
dominios moleculares que forman las Como detesto hacer experimen-
polimerasas, por un lado y, por otro, tos y siempre me resistí a hacer traba-
continuar con el problema del origen jo de campo en donde no hubiera du-
de las rutas metabólicas y las aproxi- chas limpias, camas cómodas y comidas
maciones y enfoques que iniciamos bien preparadas, aprendí muy pronto
hace unos años Stanley Miller, Leslie a apreciar el valor de los estudios teó-
Orgel y yo mismo. Ante el debate sobre ricos. Tengo mucho que agradecerle a
la intensidad y la frecuencia del trans- mis amigos de física, astronomía y ma-
porte horizontal de genes, me intere- temáticas. Su forma de trabajo consti-
Gracias a este trabajo, que Stanley L. sa ver si las premisas y los métodos de tuyó para mí un respiro y un ejemplo
Miller no alcanzó a ver publicado, en- lo que los matemáticos llaman fuzzy en las épocas no tan distantes en que
tendemos mejor cómo se pudo formar logic nos sirven para entender las diver- la biología teórica era vista con suspi-
la sopa primitiva, pero no creo que sea gencias más antiguas del árbol de la vi- cacia. Aunque no tengo problema para
correcto buscar en ella las raíces de las da y, como me interesa la persistencia reconocer que parte del orden biológi-
filogenias moleculares. Me sorprende de la especies procariontes a pesar de co puede surgir por mecanismos que
la persistencia de la confusión entre lo la intensidad con la que se da el trans- no dependen de la selección natural,
antiguo y lo primitivo, y creo que aún porte horizontal de genes, quisiera com- creo que la herencia portentosa de Dar-
no se han analizado con el rigor ade- parar, en términos formales, el mundo win es indispensable para comprender
cuado lo que implica reconocer la exis- de los microorganismos con la red, y al mundo. Por ello, y porque me preo-
tencia del mundo del ARN. El reconoci- comprender porqué el aumento en el cupa la transparencia asimétrica que
miento de que el ARN es una molécula tráfico de mensajes no diluye la identi- la frontera norte de México tiene ha-
que puede replicarse y mostrar propie-
dades catalíticas requiere, por una par-
te, la revalorización de las premisas de
Hermann Müller y sus seguidores y,
por otra, el aceptar que rasgos que cree-
mos tan esenciales de los seres vivos,
como el código genético, son producto
de mecanismos darwinistas y no única-
mente de procesos físicos y químicos.
Estoy seguro de que podemos for-
zar el registro molecular para aproxi-
marnos a vestigios sorprendentemente
conservados de formas de vida más an-
tiguas que el ADN mismo. Por ello, jun-
to con Arturo López Duculomb, que ya
no está con nosotros, Sara Islas, Ana
María Velasco, Claudia Sierra, Yetzi Ro-
bles, Ervin Silva, Ulises Iturbe, Jesús
Sordo, Ricardo Hernández, Mario Ri-
vas Mercado, Luis Delaye y Arturo Be-
cerra, estoy convencido de que el aná-
lisis de las bases de datos de genomas
40

CIENCIAS 94 ABRIL JUNIO 2009


cia las ideas creacionistas de un grupo ta del Coronel Sabine: su contenido me acto que han organizado y que me ha
nada desdeñable de fundamentalistas sorprendió mucho pero, aunque se tra- dejado confuso, halagado y contento.
estadounidense, me parece que los es- taba de una carta sumamente amable, Al ver a los estudiantes que ahora es-
tudiantes y profesores de la Facultad no me dejé llevar por su contenido. tán comenzando su carrera como cien-
debemos asumir como una tarea prio- Abrí luego la tuya. Aunque me decías tíficos y maestros, salta a la vista que
ritaria la enseñanza y la investigación, lo mismo que el Presidente de la Ro- saben más biología y que son mejores
y las ideas de la teoría de la evolución yal Society, el efecto de la calidez, la profesores que yo. Huelga decir que
como el eje central de las ciencias de amistad y la generosidad expresadas me siento orgulloso de la amistad, la in-
la vida. por un amigo querido es tan extraordi- teligencia, la lealtad, el trabajo y la ima-
Quisiera concluir apelando a un nario que me dejaste radiante de feli- ginación (a veces excesiva) de quienes
episodio de la vida de Charles Darwin. cidad y me hiciste perder el aliento. me acompañan en el laboratorio de Mi-
El 5 de noviembre de 1853 Darwin en Créeme que nunca olvidaré el placer crobiología de la Facultad de Ciencias.
su casa de Down recibió una carta del que me produjo tu carta. El afecto cor- La existencia de estos muchachos es-
Coronel Sabine, presidente de la Royal dial y profundo que encierran tus pa- pléndidos, que nunca podré alcanzar,
Society, en donde le informaba que le labras vale más que todas las medallas demuestra que la docencia es una ac-
habían concedido la Royal Medal por que existen o que serán acuñadas en el tividad en donde el pecado lleva la re-
sus trabajos sobre los corales y los ci- futuro. De nuevo, mi querido Hooker, compensa. Acepto la alegría que este
rripedia. Ese mismo día llegó una se- te lo agradezco con todo mi corazón”. acto me produce y la comparto con us-
gunda carta, en donde Joseph D. Hoo- Permítanme hacer mías las pala- tedes en nombre de mis alumnos y co-
ker le describió el entusiasmo con el bras de Darwin para agradecerles el legas, y de mis maestros A. I. Oparin,
que los asistentes a la sesión de la Ro- Joan Oró, Stanley Miller, Leslie Orgel
yal Society habían recibido el anuncio y Lynn Margulis. La acepto porque sigo
del otorgamiento de la medalla. Dar- fascinado por los libreros tamaño infan-
win le contestó de inmediato a Hooker, til, y porque quiero seguir riéndome de
escribiéndole: “esta mañana abrí la car- todo y con todos.

el 11 de marzo de 2008 para celebrar el doctorado Ho- seres vivos (Oparin). P. 37: Hugo Brehme, El árbol de la
Antonio Lazcano Araujo noris causa que la Universidad de Milán otorgó a Anto- noche triste, Tacuba, México, DF, 1923. P. 38: Alfonso
Facultad de Ciencias, nio Lazcano Araujo. L. Herrera. biólogo, ca. 1914. Col. SINAFO-INAH. P. 39:
Universidad Nacional Autónoma de México. Fotograma de La ilusión viaja en tranvía, Luis Buñuel,
IMÁGENES 1953. P. 40: A. I. Oparin, 1974. Dibujos de súlfobos y
NOTA P. 36: Firma de A. Luis Herrera, Farmacopea Latino- colpoides, Alfonso L. Herrera (Col. Carlos del Río). P. 41:
Texto leído en la Mesa Redonda “Evolución y origen de americana, 1921; Posible desarrollo evolutivo de siste- Últimos dibujos de L. Herrera, experimento núm. 10365,
la vida”, que se llevó a cabo en la Facultad de Ciencias mas polimoleculares hasta la aparición de los primeros 1942.

A CHILD-SIZE BOOKCASE

Palabras clave: ciencia, UNAM, educación pública, origen de la vida.


Key words: science, UNAM, public education, origin of life.

Resumen: Este texto presenta las reflexiones de Antonio Lazcano sobre su acercamiento a Oparin y al estudio del origen y evolución de la vida.
Abstract: This article examines Antonio Lazcano’s reflections on his approach to science and his studies evolution and the origin of life.

Antonio Lazcano es biólogo egresado de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde también obtuvo el grado de Doctor en
Ciencias. Es Profesor Titular C de tiempo completo, y ha publicado en libros y revistas científicas internacionales más de un centenar de trabajos de investigación sobre
el origen y la evolución temprana de la vida. Acaba de ser elegido Presidente de la International Society for the Study of the Origins of Life, convirtiéndose así en el
primer científico latinoamericano en llegar a este puesto, ocupado previamente por A. I. Oparin, Stanley L. Miller, y J. William Schopf.

Recibido el 11 de noviembre de 2008, aceptado el 25 de noviembre de 2008.


41

CIENCIAS 94 ABRIL JUNIO 2009

You might also like