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8 lecciones de vida que debes

enseñar a tus hijos


Los años brindan experiencia y un
conocimiento único de la vida. La madurez y la
paternidad también asientan determinados
valores o actitudes que permiten vivir con una
mayor dignidad, respeto y amor por la vida. Si
empezamos a enseñar a nuestros hijos
determinados valores por la dignidad humana,
estaremos construyendo una mejor sociedad.
Aquí te van algunas ideas:
1. No juzgar a nadie por su físico. Los niños
son, en ocasiones, muy dañinos e hirientes
cuando son pequeños, porque suelen hablar
sin filtro alguno y sin considerar el efecto que
tendrán sus palabras en los demás. Es
importante enseñarles que los atributos físicos
de una persona no la definen, y que la
perfección es subjetiva; que nadie es quien
para juzgar a una persona a través del físico y
minarla por ello.
2. La felicidad está en nosotros
mismos. Que la felicidad no dependa de
nadie más que de uno es un aprendizaje que le
servirá toda su vida. No se trata de que se
convierta en un huraño o una persona
intratable, o que no busque gente afín con la
que compartir tiempo y aficiones. Se trata de
aprender a disfrutar de su persona como
individuo independiente y empoderado; de que
comprenda que su vida es lo más importante
que tiene y que de él depende alcanzar los
objetivos que se marquen para ser feliz. La
gente vendrá y se irá, pero él será quien se
mantenga en su sitio para asegurarse que
su vida va por el camino que él se marque.
3. Aprender a valorar el trabajo ajeno. Es
imprescindible que aprenda que el esfuerzo de
otras personas hay que valorarlo, bien sea el
de los propios padres o el del resto de
personas que le rodean: compañeros de
colegio, profesores, etc. Que uno no puede
pasar por encima de nadie para alcanzar
sus metas y que el dinero que se gana con
el trabajo es producto del esfuerzo; que
nada es regalado.
4. Que los hombres y mujeres son
iguales. En derechos, en libertades y en
oportunidades. Que no se puede discriminar a
nadie por razones de género. Que el valor de
una persona recae en sus diferencias a nivel
personal, cualidades y carácter, pero no por en
una cuestión de género.
5. Hay que quererse a uno mismo sobre
todas las cosas. No dejarse minar por nadie,
ni dejarse abatir, menos por uno mismo. El
cuerpo es el motor que nos permitirá alcanzar
lo que nos propongamos, y por ello, hay que
quererlo y respetarlo. Hay que enseñarles a
sentar las bases de su propia autoestima, sin
que eso le haga caer en la prepotencia y la
intolerancia hacia los demás.
6. Hay que cuidar las amistades. Los buenos
amigos son los que se quedan y se mantienen
a lo largo de los años, de las relaciones
amorosas frustradas, en los buenos y malos
momentos. Es imprescindible enseñarle a
elegir amigos que le impulsen y le hagan ser
mejor persona, a saber rodearse de buenos
seres humanos y a desarrollar la lealtad con
ellos.
7. Vive cada día con intensidad, como si
fuera el último. El sentido de la vida radica en
lo que ocupamos el tiempo a diario y en la
actitud que se desarrolla en todo lo que se
hace. Cada día es una oportunidad para
mejorar, para disfrutar, para ser mejor persona,
para crecer y sonreírle a la vida.
8. Aprende a disfrutar de la felicidad y lidiar
con el dolor. La vida es una montaña rusa,
con todas sus subidas y sus múltiples bajadas.
Hay que saber disfrutar cuando se está en lo
más alto y estar preparado para la caída. Que
el niño entienda que los sentimientos
negativos, la tristeza y el dolor son emociones
que debe sentir, con las que tiene que aprender
a convivir le ayudará a desarrollar estrategias
para superarlas con entereza cuando lleguen.

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