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INÉS GARCÍA WINTERREISE

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WINTERREISE
2 3
 WINTERREISE
Inés García

4
“Siempre que intentaba cantar sobre el amor, se convertía en dolor,
y cada vez que intentaba cantar sobre el dolor, se convertía en amor.”
Franz Schubert
1. Gute Nacht
Fremd bin ich eingezogen,
Fremd zieh’ ich wieder aus.
Der Mai war mir gewogen
Mit manchem Blumenstrauß.
Das Mädchen sprach von Liebe,
Die Mutter gar von Eh’, -
Nun ist die Welt so trübe,
Der Weg gehüllt in Schnee.
Ich kann zu meiner Reisen
Nicht wählen mit der Zeit,
Muß selbst den Weg mir weisen
In dieser Dunkelheit.
Es zieht ein Mondenschatten
Als mein Gefährte mit,
Und auf den weißen Matten
Such’ ich des Wildes Tritt.
Was soll ich länger weilen,
Daß man mich trieb hinaus?
Laß irre Hunde heulen
Vor ihres Herren Haus;
Die Liebe liebt das Wandern -
Gott hat sie so gemacht -
Von einem zu dem andern.
Fein Liebchen, gute Nacht!
Will dich im Traum nicht stören,
Wär schad’ um deine Ruh’,
Sollst meinem Tritt nicht hören -
Sacht, sacht die Türe zu!
Schreib’ im Vorübergehen
Ans Tor dir: Gute Nacht,
Damit du mögest sehen,
An dich hab’ ich gedacht.
1. Buenas Noches
Como un extraño llegué
y como un extraño me marcho.
Mayo me agasajó
con ramos de flores.
La doncella habló de amor
su madre, incluso de matrimonio...
Ahora el mundo rebosa tristeza
Mi camino está cubierto de nieve.
Para mi viaje
no puedo elegir el momento.
Debo hallar mi senda
en la oscuridad.
Una sombra vaga a la luz de la luna
es mi compañera.
Y en los blancos campos
veo huellas de animales salvajes.
¿Por qué habría de quedarme
para que se me echara?
¡Que los perros perdidos aúllen
frente a la casa de su amo!
Al amor le gusta vagabundear...
Dios lo hizo así...
Iré de una a otra.
¡Buenas noches, querida mía!
No alteraré tus sueños.
Sería una lástima que no durmieras.
No sigas mis pasos...
Cierra suavemente la puerta.
Al pasar,
escribiré en tu puerta:
“buenas noches”.
Así verás que he pensado en ti.
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12. Einsamkeit
Wie eine trübe Wolke
Durch heit’re Lüfte geht,
Wenn in der Tanne Wipfel
Ein mattes Lüftchen weht:
So zieh ich meine Straße
Dahin mit trägem Fuß,
Durch helles, frohes Leben,
Einsam und ohne Gruß.
Ach, daß die Luft so ruhig!
Ach, daß die Welt so licht!
Als noch die Stürme tobten,
War ich so elend nicht.
12. Soledad
Como pasa una nube oscura
por cielos claros,
cuando en la copa de los abetos
soplaba una leve brisa.
Así sigo yo mi camino
con paso cansino,
por entre la vida, clara, alegre,
solo sin una palabra de saludo.
¡Qué tranquilo está el cielo!
¡Qué claro parece el mundo!
Cuando aun rugía la tormenta
no me sentía tan desdichado.
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24. Der Leiermann
Drüben hinterm Dorfe
Steht ein Leiermann
Und mit starren Fingern dreht er,
Was er kann.
Barfuß auf dem Eise wankt
Er hin und her
Und sein kleiner Teller bleibt
Ihm immer leer.
Keiner mag ihn hören,
Keiner sieht ihn an,
Und die Hunde knurren
Um den alten Mann.
Und er läßt es gehen
Alles, wie es will
Dreht und seine Leier
Steht ihm nimmer still.
Wunderlicher Alter,
Soll ich mit dir geh’n?
Willst zu meinen Liedern
Deine Leier dreh’n?
24. El Organillero
En las afueras del pueblo
hay un organillero.
Y con dedos entumecidos
le da a la cuerda penosamente.
Se tambalea desnudo
sobre el hielo
Y su platillo siempre
está vacío.
Nadie quiere oírle,
nadie le mira.
Y los perros gruñen alrededor
del pobre viejo.
Y él lo ignora todo,
no se inmuta.
Da cuerda a su organillo,
nunca para.
Viejo extraño,
¿Voy contigo?
¿Harás girar tu organillo
para mis canciones?
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El cristal, por ejemplo
Pablo Marte

Imposible falsificar
Las Perlas que enhebra en la frente
La Angustia cotidiana.

Emily Dickinson

1.
El mundo es grande y el ojo pequeño. Pero ganó el ojo. Así que podemos verlo
todo. Ya se sabe, «voluntad de ver, el obtener». La extenuante prolongación de
este Triumph des Willens constata su agonía. El Edén no da más de sí. Quizás
empujado por la tristeza que le causaba este agotamiento irreversible de
los reflejos del mundo, o quizás simplemente enfadado, un día de verano de
1983 subió Werner Herzog a la torre de Tokio y, contemplando el paisaje de
rascacielos que se extendía delante de él, se lamentó; ¡ya no hay imágenes
puras y transparentes en el planeta Tierra! Pidió ser enviado en un cohete
a Marte o a Saturno, con una cámara. Estaba dispuesto a marchar donde
fuera necesario para encontrar imágenes transparentes. Había filmado las
altas cumbres de Baviera, la selva amazónica, el antiguo reino esclavista de
Dahomey, en el golfo de Guinea. Filmaría años más tarde la estación McMurdo,
en la Antártida, volaría a Katmai, en Alaska, tras la pista de Timothy Treadwell,
un documentalista aficionado que convivió con osos grizzly y acabaría siendo
devorado por estos; acompañaría a los peregrinos budistas en el ascenso al
monte Kailash, en el Tíbet, se adentraría en la gruta pleistocena de Chauvet, para
un film que titularía La cueva de los sueños olvidados, tal vez con la esperanza de
que, no sirviéndole ya ninguna de las imágenes de la realidad, se reencontraría
en el onírico olvido con la tan anhelada transparencia.

2.
El ideal de una imagen pura y transparente no debería resultarnos especialmente
extraño. Está, como el polen de las gramíneas en primavera, ampliamente
asperjado, y solo a través de un claro perjuicio alérgico –o alegórico–, de una
urgencia desde la excepción, o de un prudente distanciamiento dialéctico,

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podemos reconocerlo sobrevolando las narraciones de hechos, prodigios y
maravillas del cine, colándose por los conductos de ventilación de los bloques
cementeros de las universidades, o inspirando a cazadores, pajareros, pescadores
y, lo que es peor aún, a expertos en convertir una ballena blanca en una pastilla
de caldo. La transparencia es la más alta dignidad de una imagen para aquellos
amantes de lo auténtico que no saben distinguir entre una loncha de jamón
envasado y las láminas separadoras de plástico. La historia de su confusión es
densa, extensa y siempre tuvo buena prensa.
3.
Las piezas fílmicas de Inés García niegan cualquier tentativa de ser contempladas
en forma de transparencia, es decir, miméticas y literales, ¿quizás porque están
planteadas en un naturalismo engañoso? Plano fijo, sin montaje. La realidad, el
eso, en silencio. Cuando hay sonido pienso en Renoir, Pierre-Auguste. Sus títulos
remiten secamente al lugar o al objeto de filmación. Sin embargo los elementos
en escena juegan a esquivar el eso real. Un inquietante extrañamiento gobierna
la imagen. ¿Realmente no se siente la paloma intimidada por el ruido atroz
que la rodea, como de aviones de guerra? ¿Cuál es el curso por el que se
desliza solitario el velero al borde del horizonte? ¿A qué apela el destello
cinético sobre esos rieles que parecen de bronce? «Me interesa la creación de
ficciones transtemporales que no remiten a un mundo externo». Se sabe que
la transparencia es incompatible con la profundidad. Hay hermosas teorías que
relacionan la densidad del aire con el alma de las cosas, el mundo más o menos
romántico de los ácaros con la mirada nebulosa, por hablar tan solo de una
parte minúscula de nuestro entorno, cuya incidencia en cámara aún está por
significar. Lo remarcable no es la transparencia, sino la separación. La distancia.
E incluso la pérdida. Una falla. Una falta. Un hiato. En el pensamiento óptico, el
hiato es el cristal.
Pues bien, el cristal de Inés es translúcido, término que contiene en su interior
una relación afortunada entre morfema y lexema, amor intersintáctico. Con
todo, lo más importante de la translucidez es que sostiene el vacío. Permite la
disociación de la forma. Separa la imagen de su referente. Incluso la esconde,
porque el referente es pegajoso. Se engancha con facilidad. Y exige la luz para
sí. (En realidad, como en aquellos cromos para los que nunca faltaban álbumes
vacíos, quien se pega es la imagen, es la imagen la que queda privada de su
referencia, aturdida, exánime, y debe ser reanimada, desintoxicada, lo cual no es
fácil. El referente es solo un ente absorto y fascinante. Es el chute. Es el amor. Y
es la muerte). Por lo demás, se necesita siempre de una falta «para que el signo
surja» (Kristeva)1.
60
4.
Conozco a Inés desde hace más de diez años. La primera vez que la vi colgaba
en una pared una pila de pequeñas ramas atadas. Estaba de espaldas y me la
imaginé silenciosa. Luego, cuando conversé con ella, me pareció singularmente
persistente, y muy suya, pero tan sutil en sus maneras que la inseguridad común
a todo proceso adoptaba en ella el aire de un misterio. Siempre he pensado que,
en su trabajo, ya fuera de manera premeditada, o por azar (en cualquiera de los
ámbitos en los que el azar puede resultar decisivo, tecnológico, óptico, espacial,
temporal, vital), todo aparece o interviene en términos de función. Funciona
o no funciona. La función es una técnica en sí misma. Más exactamente aún,
la función es la técnica. Uno encuentra su práctica técnica cuando conoce
cómo funciona. Conocerse lleva su tiempo, de ahí la diferencia entre técnica y
práctica. Por su continuidad converge el acto en técnica y la técnica en práctica.
Así que la continuidad es un eje, la relación entre el durante y la vez. En el caso
de Inés este eje tuvo que ver, ya desde sus inicios, con el paisaje. Pasó de formas
deudoras del Land Art o de resignificaciones a partir de estructuras simbólicas
caras a la psicomagia, a un trabajo visual específicamente lingüístico. Escribe,
«el precario borde entre la realidad objetiva y la realidad poética». En la realidad
objetiva existen «los elementos básicos de horizontalidad y verticalidad» que
conforman la imagen. Y en la realidad poética, entre los muchos recursos de la
retórica, existe la paradoja. E Inés hace un uso muy particular de la paradoja,
especialmente en sus últimos trabajos.
5.
Una cita de un breve cuento de Schubert, titulado Mein Traum («Mi sueño»),
encabeza el texto que Inés dedica a su más reciente proyecto, Winterreise
(«Viaje de invierno»). «Siempre que intentaba cantar sobre el amor, se
convertía en dolor, y cada vez que intentaba cantar sobre el dolor, se convertía
en amor». Tenemos aquí un claro ejemplo de paradoja. Y, también, de cómo
las intenciones no conducen al lugar para el que fueron planteadas. Schubert
compuso Winterreise, un ciclo de 24 lieder, a partir de los poemas de Wilhelm
Müller, poco antes de morir. «Como un extraño llegué aquí / Como un extraño
me vuelvo a ir» (así empieza el primer lied, que se titula Gute Nacht, «Buenas
noches»). El protagonista abandona la casa de su prometida, tras saber que no
se casará con él y toma el camino de vuelta durante un blanco y frío invierno.
Sus lágrimas, que le brotan ardientes (un volcán tiene por corazón), se le hielan
en las mejillas. Graznan los cuervos. Hay momentos hermosos y tétricos, como
cuando quiere besar el suelo y que el hielo se derrita con sus lágrimas hasta
poder ver la tierra sobre cuyos prados verdes paseó con ella.
Jano, el dios romano de las puertas, los comienzos y los finales, al que le era
61
consagrado el mes de enero, tiene dos caras. Una mira hacia delante y la otra
hacia atrás. Que el tiempo pasa está fuera de toda duda. Más incógnito resulta
el viaje hacia el pasado de todo lo que al menos por un instante habitó este
mundo. ¿Qué hacemos con el ayer? ¿Qué hará el caminante de Winterreise con
el recuerdo de la mujer que ama? De ella no sabemos nada. La paradoja, un
recurso de carácter, es como Jano, también tiene dos caras. Violenta la semántica
como un paraguas en ese entrecalles donde siempre golpea el viento.
6.
Escribí este texto en lo que despedía un año y saludaba otro. Me decía, mientras
miraba tras la ventana los tilos ya invernales y casi deshojados del patio al que
da la casa de mi hermana, donde pasaba unos días, ¿qué tengo para ofrecer más
que una mente caprichosa, a la que le gusta hablar y escuchar, porque, puesto
que todo hablante presupone un «nosotros», se siente en compañía, pero es
incapaz de concentrar por escrito y de manera ordenada ni uno solo de esos
pensamientos que espolvorea tan ligeramente —y cuya definitiva volatilización
en el aire, en el tiempo, en la vida, contempla con algo de mórbido placer?
Me lamentaba pensando que haría falta una imaginación muy truculenta,
un saber enciclopédico, o un tiempo infinito. Y nada de eso tengo. Me acordé
entonces de mi pequeño corazón de cristal. Quizás con su ayuda, en unos
días, podría estar en condiciones de aglutinar las ideas que me iban y venían.
Siempre he preferido las perspectivas a las definiciones, y las prospectivas a
los manifiestos. Lo cual viene a decir que soy de ir y volver (como un extraño
en todas y en ninguna parte) y no de estarse y durar. Cualquier perspectiva o
prospectiva, que son líneas de fuga, necesita un vértice, un elemento refractario
en torno al que pivoten, como bumeranes, las ideas, de tal modo que, al ir y
venir, se conviertan en recorridos. Tenía como dije un corazón de cristal, muy
pequeño. Lo gracioso del corazón es que a su posición dialéctica (refractaria al
trayecto discursivo, antitética) debía añadírsele su cualidad óptica (refractante
del rayo lumínico). Juraría que alguien trató ya de combinar eficazmente
ambas ecuaciones. No lo sé. La historia de este familiar distante y brumoso del
diamante es en gran medida desconocida para mí. Tiene la particularidad de
quebrarse cíclicamente en dos, por eso el que me ha llegado es tan pequeño.
Walter Benjamin habló de él en relación al asombro. «Es el peñasco a partir del
cual la mirada se hunde dentro de las cosas»2. Debía ser muy grande por aquel
entonces, cuando se lo mostró Adrienne Monnier, la librera de La Maison des
Amis des Livres, en la rue de l’Odéon, en París, a quien Benjamin visitó en febrero
de 1930. La esquirla que, tras quebrarse el corazón, caía hacia el lado derecho,
solía impresionar vivamente a quienes creían que a un orden nunca finito de
cosas o hechos (la realidad) le correspondía una serie finita de brillos, reflejos,
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o sombras. A Benjamin le interesó sin embargo la esquirla que caía hacia el
lado izquierdo, al que pertenecía el pedazo en posesión de Madame Monnier,
según ella misma le indicó, con el brillo escarlata y el tono melancólico de un
verso deformado, «en el que cabe todo el mundo transfigurado de la infancia»3.
Giacomo Casanova, encerrado en la cárcel de Los Plomos, en Venecia, comparó
«el claro entendimiento con un cristal que no se rompe hasta que no lo haya
roto alguien». El cristal se destruye fácilmente. Basta «con un movimiento
equivocado»4. Quizás pensara Benjamin en este movimiento equivocado del
lado izquierdo del corazón, y me pregunto si, frente al cristal de las distancias,
habría estado tentado a concluir que le somos del todo indiferentes a la realidad,
a pesar de haber bailado a su alrededor hasta desfallecer (¿qué es la historia,
cualquier historia, sino el intento inútil de coreografiar una compensación?), o
que, como en ese poema de Emily Dickinson («El Agua se conoce por la sed. / La
Tierra—por los Mares navegados»5), la realidad se conoce por el cristal y, por lo
tanto, no es que le seamos indiferentes, ella es la diferente a todo. Los cristales,
tan frágiles, tan dados a quebrarse, tan prendados de lo que les circunda que
lo reflejan, iridiscentes porque lloran, brillantes porque ríen, siempre tuvieron
mala fama («pobre amante que por amantes no encuentra sino faroles»6). Me
imagino muy terrible la venganza de un cristal despechado. Todo lo que sirve
para ver, tanto a través como en revés, tiene un coste, y, cuanto fulgura, una
maldición. Si en sus últimas voluntades hubiese querido el Paraíso dejar como
legado una hoja prensada de cada uno de los árboles sagrados, otra clase de
humores y pasiones habrían afectado nuestra historia. Pero el Paraíso no nos
legó nada. Ni una huella. Ni un recuerdo. En cambio, sí perduró en nosotros, muy
profundamente, la memoria del no-vivo que nos precedió en tiempos remotos.
El cristal, por ejemplo.
1
Julia Kristeva, Sol negro. Depresión y melancolía, p. 40.  Trad. Mariela Sánchez Urdaneta.
Wunderkammer. Terrades, Girona, 2017.
2
Walter Benjamin, ¿Qué es el teatro épico? En Obras, II, 2, p. 136. Trad. Jorge Navarro Pérez.
Abada. Madrid, 2009.
3
Walter Benjamin, Mummerehlen. En Sobre la Fotografía, p. 57. Trad. José Muñoz Millanes.
Editorial Pre-Textos. Valencia, 2004.
4
Giacomo Casanova, La fuga de Los Plomos. Cit. en W. G. Sebald, Vértigo, pp. 55-56. Trad. Carmen
Gómez García. Anagrama. Barcelona, 2010.
5
«El Agua se conoce por la sed. / La Tierra—por los Mares navegados. / El Arrebato—por el
tormento— / La Paz—por el recuento de sus batallas— / El Amor, por el Moho de la Memoria— /
Por la Nieve, los Pájaros».
Emily Dickinson. Poema 135, p.71. Ed. y trad. Amalia
6
Édouard Fournier, Las Farolas. Historia del antiguo alumbrado de París. Cit. en Walter Benjamin,
Libro de los Pasajes, p. 583. Trad. Isidro Herrera. Edit. Akal. Tres Cantos (Madrid), 2005.
63
Kristala, adibidez
Pablo Marte
Ezinezkoa faltsifikatzea
kopetan albainutzen dituen Perlak
Eguneroko Larritasuna.
Emily Dickinson
1.
Mundua handia da eta begia txikia. Baina begiak
irabazi zuen. Hortaz dena ikus dezakegu. Jakina
da, “ikusteko borondatea, eskuratzea”. Triumph des
Willens honen luzapen nekagarriak honen agonia
adierazten du. Edenak ez du gehiagorako ematen.
Agian munduaren islen akidura konponezinak sortzen
zion tristeziak bultzatuta, edo agian haserreturik
soilik, 1983ko udako egun batean Werner Herzog
Tokio dorrera igo zen eta, bere aurrean zabaltzen zen
etxe-orratz paisaia begiratuz, atsekabetu zen; Jada ez
dago irudi garden eta garbirik Lurrean! Suziri batean
eta kamera batekin Marte edo Saturnora bidaltzea
eskatu zuen. Edozein tokitara joateko prest zegoen
irudi gardenak aurkitu ahal izateko. Bavariako
gailur garaiak filmatu zituen, Amazoniako oihana,
antzinako Dahomeyko esklabo erreinua, Gineako
golkoan. Urte batzuk beranduago Antartidako
McMurdo estazioa filmatuko zuen, Katmai-ra hegan
egingo zuen, Alaskan, Timothy Treadwellen atzetik,
grizzly hartzekin bizi eta hauengandik irentsia izan
zen dokumentalista afizionatua; erromes budistak
lagunduko zituen Kailash mendiaren igoeran,
Tibeten, Chauvet-eko pleistozenoko haitzulo
batean barneratuko zen Amets ahaztuen haitzuloa
izeneko film baterako, agian, errealitateko irudiek
jada betetzen ez zutela ikusita, ahazte onirikoan
hainbeste irrikatutako gardentasunarekin berriz
aurkituko zenaren itxaropenarekin.
2.
Irudi garbi eta garden baten idealak ez litzateke
guretzat arrotza izan behar. Udaberrian gramineoen
polenaren antzera erabat ihinztaturik dago, eta soilik
kalte alergiko argi baten bidez _edo alegorikoa_,
salbuespenetik sortzen den larrialdi batetik, edo
aldentze dialektiko zentzudun batetik, zinemaren
ekintza, prodijio eta mirarien kontaketen gainetik
ezagutu dezakegu, unibertsitateen zementuzko
blokeen aireztapen hodietatik sartuz, edo ehiztari,
txori-hazle, arrantzale eta, oraindik okerragoa
dena, bale zuri bat salda egiteko pastilla bilakatzen
adituak direnak inspiratuz. Gardentasuna irudi baten
duintasun gorena da ontziratutako urdaiazpiko
xerra bat eta plastikozko xafla bereizle baten artean
ezberdintzen ez dakiten autentikotasunzaleentzat.
Nahaste honen historia lodia eta zabala da eta beti
izan du prentsa ona.
3.
Inés Garcíaren filmeek gardentasun modura
begiztatuak izateko edozein saiakera ukatzen dute,
hau da, mimetikoak eta literalak, agian naturalismo
iruzurti batean planteatzen direlako? Plano finkoa,
muntaiarik gabe. Errealitatea, hori, “isiltasunan”.
Soinua dagoenean Renoirrengan pentsatzen dut,
Pierre-Auguste. Bere tituluek lehorki filmaketa toki
ala objektura igortzen dute. Hala ere eszenako
elementuek erreala den hori saihestera jolasten dute.
Erbesteratze kezkagarri batek irudia gidatzen du.
Benetan usoa ez al da ikaratua sentitzen inguratzen
duen soinu jasanezinarekin, guda hegazkinena
adibidez? Zein ibilbidetik igarotzea da bakarti
belaontzia zeruertzan? Zeri erregutzen dio distira
zinetikoak brontzezkoak diruditen errailen gainean?
“Kanpoko mundu batera igortzen ez duten denboraz
bestaldeko fikzioen sorrera interesatzen zait”. Jakina
da gardentasuna sakontasunarekin bateraezina dela.
Badaude airearen dentsitatea eta gauzen arima lotzen
dituzten teoria ederrak, begirada lausotua duten
akaroen gutxi gorabeherako mundu erromantikoa
begirada lausotuarekin, soilik gure inguruaren zati
xume bat aipatzearren, honek kameran duen eragina
oraindik adieraztear dagoelarik. Nabarmendu
beharrekoa ez da gardentasuna, bereizketa baizik.
Distantzia. Eta baita galera ere. Hutsegite bat.
Akats bat. Hiato bat. Pentsamendu optikoan hiatoa
kristala da. Bada, Inésen kristala zeharrargia da,
barnean morfema eta lexemaren arteko zorioneko
harreman bat gordetzen duen terminoa, translúcido.
Hala eta guztiz ere, zeharrargitasunaren gauzarik
garrantzitsuena hutsunea sostengatzen duela da.
Formaren bereiztea baimentzen du. Irudia bere
erreferentetik bereizten du. Ezkutatu ere egiten du,
erreferentea eranskorra baita. Erraz katigatzen da. Eta
argia berarentzako eskatzen du. (Berez, inoiz album
hutsen faltarik ez zuten kromo haietan bezala, irudia
da itsasten dena, irudia da bere erreferentziarik gabe
gelditzen dena, nahasia, bizigabea, eta berpiztua
izan behar da, desintoxikatua, eta hau ez da erreza.
Erreferentea izaki liluragarri eta txundigarri bat da
soilik. Txutea da. Amodioa da. Eta heriotza). Honen
gain, gabezia bat beharrezkoa da beti “zeinua sor
dadin” (Kristeva).1
4.
Duela hamar urte baino gehiago Inés ezagutzen
dudala. Ikusi nuen lehen aldian lotutako adaxka
mordo bat zegoen paretatik zintzilik. Bizkarrez
zegoen eta isila irudikatu nuen. Geroago, berarekin
hitz egin nuenean, bereziki saiatua iruditu zitzaidan,
eta oso berea, baina hain sotila bere portaeretan
prozesu guztiek daukaten segurtasun falta komun
horrek beregan misterio tankera bat hartzen zuela.
Bere lanean, aurretik pentsatuta edo halabeharrez
izanda ere (zoria erabakigarria izan daitekeen
edozein esparratuan, teknologikoa, optikoa,
espaziala, denborazkoa, bizitzakoa), guztiak funtzio
terminoetan agertu edo esku hartzen duela pentsatu
izan dot beti. Funtzionatzen du edo ez. Funtzioa
berez teknika bat da. Zehatzago oraindik, funtzioa
da teknika bera. Batek bere praktika teknikoa honen
funtzionamendua ezagutzen duenean aurkitzen du.
Norbera ezagutzeak bere denbora behar du, hor datza
teknika eta praktikaren arteko ezberdintasuna. Bere
jarraitutasuna dala-eta ekintza teknikan bateratzen
da eta teknika praktikan. Beraz jarraitutasuna ardatz
bat da, momentuan zehar edo eta momentuaren
arteko harremana. Inésen kasuan, hasieratik,
bere hastapenetatik ardatz hau paisaiarekin lotu
zen. Land Artetik edo psikomagiaren estruktura
sinbolikoen berradieraztetik zetozen formetatik,
espezifikoki linguistikoa zen lan bisualera igaro
zen. Zera idazten du, “errealitate objektiboa eta
errealitate poetikoaren arteko ertz ezegonkorra”.
Errealitate objektiboan irudia osatzen duten
“horizontaltasun eta bertikaltasunaren oinarrizko
elementuak” existitzen dira. Errealitate poetikoan
berriz, erretorikak eskaintzen dituen hainbat
baliabideen artean, paradoxa existitzen da. Eta
Inések paradoxaren erabilera oso partikularra egiten
67
du, bereziki bere azken lanetan.
5.
Izenburutzat Mein Traum (“Nire ametsa”) duen
Schuberten ipuin labur baten aipu batekin hasten du
Inések bere azken proiektuari eskaintzen dion testua,
Winterreise (“Neguko bidaia”). “Amodioaren inguruan
abesten saiatzen nintzenean, min bilakatzen zen,
eta minaren inguruan abesten saiatzen nintzenean,
amodio bilakatzen zen”. Hau paradoxaren adibide
garbi bat da. Intentzioek planteatutako tokietara
eramaten ez dutenaren adibide garbi bat ere bada.
Schubertek Winterreise konposatu zuen, 24 liederren
ziklo bat, Wilhelm Müllerren poesietatik abiatuta, hil
baino lehentxeago. “Arrotz gisa iritsi nintzen hona
/ Arrotz gisa banoa” (Horrela hasten da Gute Nacht,
«Gabon» izenburua duen lehen lieda). Protagonistak
bere emaztegaiaren etxea uzten du berarekin
ezkonduko ez dela jakin ondoren eta negu zuri eta
hotz batean itzulerako bidea hartzen du. Bere negar
malkoek, sutsu jariatzen zaizkionak (bihotz bezala
sumendia du), masailetan izozten zaizkio. Beleek
karrankan egiten dute. Momentu eder eta ilunak
daude, lurra musukatu eta bere negar malkoen
bitartez izotza urtu nahi duenean bezala, bere
maitearekin paseatu zen zelai berdeen lurra ikusi
arte.
Janok, ate, hasiera eta amaieren jainko erromatarra,
urtarrila sagaratzen zitzaionak, bi aurpegi ditu.
Batak aurrera begiratzen du, besteak atzera. Ez da
dudarik denbora etengabe iragaten doala. Gutxienez
momentu batez mundu hau bizi izan zuen guztiaren
iraganeko bidaia ezezagunagoa da. Zer egiten dugu
atzokoarekin? Zer egingo du Winterreiseko ibiltariak
bere maitearen oroitzapenarekin? Berari buruz
ez dakigu ezer. Paradoxa, izaera duen baliabidea,
Jano bezalakoa da, honek bi aupegi ditu baita ere.
Semantika aztoratzen du, beti haizea dabilen kale-
arteko aterkiaren antzera.
6.
Testu hau urte bat utzi eta bestea agurtzen nuen
bitartean idatzi nuen. Nere arrebaren etxean egun
batzuk pasatzen nintzela “leihoaren atzeko patioan
neguko eta ia hostorik gabeko ezkiak begiratzen
nituen bitartean” zera esaten nion nire buruari, Ze
eskain dezaket adimen apetatsu bat baino, entzun
eta hitz egitea atsegin duena, zeren, hiztun guztiak
“gu” bat behar duelarik, konpainian sentitzen da,
baina ez da gai arinki hautseztatzen dituen hauetako
pentsamendu bakar bat ere idatziz eta ordenatuki
biltzeko–airean, denboran, bizitzan, honen
behin betiko lurruntzeak gozamen leun batekin
begiratzen duelarik? Imajinazio beldurgarria bat,
jakintza entziklopedikoa edo amaigabeko denbora
beharko zela pentsatuz tamaltzen nintzen. Eta
ez daukat horrelako ezer. Orduan nire kristalezko
bihotz txikiarekin gogoratu nintzen. Agian, bere
laguntzarekin, egun batzuetan, joan etorrian
zebiltzan ideiak elkartzeko gai izango nintzen. Beti
nahiago izan ditut ikuspuntuak definizioak baino,
eta prospektibak manifestuak baino. Joan etorrikoa
naizela esan nahi du honek (toki guztietako eta aldi
berean inongo arrotz bat bezela) eta ez egonkorra eta
iraunkorra. Edozein ikuspuntu edo prospektibak, ihes
lerroak direnak, ertz bat behar du, pibotatu dezaketen
elementu errefraktario bat, bumeranaren antzera,
ideiak, joan etorrian ibilbide bilakatu daitezkeelarik.
Esan bezala, kristalezko bihotz bat nuen, oso txikia.
Bihotzaren xelebreena bere egoera dialektikoari
(ibilbide diskurtsiboari immunea, antitetikoa) bere
ezaugarri optikoa gehitu behar zaiola da (argi
izpiaren errefraktarioa). Jada norbait bi ekuazioak
eraginkorki bateratzen saiatu dela zin egingo nuke.
Ez dakit. Urrunekoa eta lanbrotsua den diamantearen
familiarteko honen historia ezezaguna da neurri
handi batean niretzako. Ziklikoki bitan apurtzeko
berezitasuna dauka, horregatik niri iritsi zaidana oso
txikia da. Walter Benjaminek harridurarekin lotzen
zuen. “Haitz honen bitartez begirada gauzen barruan
hondoratzen da”.2 Garai hartan oso handia behar
zuen, Adrienne Monnierrek erakutsi zionean, Parisko
rue de l’Odéonen kokatutako La Maison des Amis des
Livreseko liburu-saltzailea, Benjaminek 1930eko
otsailean bisitatu zuena. Bihotza hautsi ostean
eskuinaldera erortzen zen ezpalak “amaigabeko”
gauza eta ekintzen ordenari distira, erreflexu eta
itzal kopuru mugatu bat zetorkiela uste zuten
hauek biziki hunkitzen zituen. Hala ere Benjamin
ezkerraldera erortzen zen ezpalarekin interesatu zen,
Madame Monnierren jabetzan gelditzen zen zatia,
berak distira eskarlata eta doinu melankoliakoa zuen
68
bertso-lerro batekin adierazi zion bezala, “bertan 1. Gabon, 12 Bakardadea
itxuraldatutako haurtzaroko mundu guztia sartzen Kanpotar bat bezala iritsi nintzen Nola pasatzen den laino ilun bat
da”.3 Giacomo Casanova, Los Plomosko kartzelan eta kanpotar bat bezala banoa. zeru argietatik,
giltzapetuta zegoela, Venezian, “ulermen argia Maiatzak harrera ona egin zidan izeien adaburuan
norbaitek hautsi arte ez den kristal batekin”. Kristala lore-sortekin. brisa arin bat zebilela
erraz hausten da. “Mugimendu oker batekin” nahikoa
da.4 Agian Benjaminek bihotzaren ezkerraldeko Dontzeilak amodioari buruz hitz egin zuen Horrela nik nire bidea jarraitzen dut
mugimendu oker honetan pentsatuko zuen, eta bere amak baita ezkontzaz ere... pauso motelarekin,
distantzien kristalaren aurrean errealitatearekiko Orain munduan tristeziak gainezka egiten du bizitzan zehar, argi, pozik
guztiz axolagabeak garela ondorioztatzera bultzatuta nere bidea elurrez estalita dago. bakarrik agurrik gabe.
sentitu nintzen, akitu arte bere inguruan dantzan
aritu arren galdetzen diot nire buruari. (edozein Nere bidaiarako Ze lasai dagoen zerua!
historia, konpentsazio bat koreografiatzeko saiakera ezin dut momentua aukeratu. Ze argia dirudien munduak!
alfer bat baino?), edo agian, Emily Dickinsonen Nere bidea aurkitu behar dut Oraindik ekaitzak orro egiten zuenean,
olerkian bezala (ura egarriagatik ezagutzen da, lurra iluntasunean. ez nintzen hain zoritxarrekoa sentitzen.
nabigatutako itsasoen bitartez...)5, kristalengatik
da ezaguna errealitatea, eta beraz, ez gatzaizkio Ilargiaren argipeko itzal lausoa
axolagabe, hura da guztiekiko ezberdina. Kristalak, nire laguna da. 24. Organo-jotzailea
hain liluratutak inguruan dutenarekin isladatu ere Eta zelai zurietan Herriaren kanpoaldean
egiten dutela, negar egiten dutelako irisatuak, barre animali basatien oinatzak ikusten ditut. bada organo jotzaile bat.
egiten dutelako distiratsuak, beti izan zuten fama Eta atzamar hozminekin
txarra (“maitale gaixoa, maitaleak baino farolak Zergatik gelditu beharko nuke? nekez ematen dio sokari.
aurkitzen ez dituenak”)6. Hisitutako kristalen baten Kanporatua izateko?
mendekua izugarria imajinatzen dut. Ikusteko balio Zakur galduek ulu egin dezatela Biluzik zabukatzen da
duen guztiak, honen zehar edo alderantziz, kostu nagusiaren etxe aurrean! izotzaren gainean
bat dauka eta distiratuz gero, madarikazio bat. Bere Eta bere platertxoa
azken nahietan legatu bezala Paradisuak legatu Amodioak nora ezean ibiltzea atsegin du... beti dago hutsik.
bezala zuhaitz sakratu bakoitzeko hosto prentsatu Jainkoak halakoa egin zuen...
bat utzi nahi izan balu, gure historian bestelako Batetik bestera ibiliko naiz. Inork ez du entzun nahi,
umore eta pasioen eragina jasan izanean zuen Gabon nire maitea! inork ez du begiratzen.
gure historioak. Baina Paradisuak ez zigun ezer utzi. Eta zakurrek marmar egiten dute
Arrasto bat ere ez. Oroitzapen bat ere ez. Gugan, Ez ditut zure ametsak aztoratuko. zahar gaixoaren alboan.
ordea, antzinako garaietako bizi-gabearen oroimena Pena izango zen ez lo egitea.
luze iraun du, sakonki. Kristala, adibidez. Ez jarraitu nire pausoak... Eta berak entzungor egiten dio denari,
Itxi leunki atea. ez da larritzen.
1
Julia Kristeva, Sol negro. Depresión y melancolía, p. 40. Trad. Mariela
Sánchez Urdaneta. Wunderkammer. Terrades, Girona, 2017. Organoari giltza ematen dio,
2
Walter Benjamin, ¿Qué es el teatro épico? En Obras, II, 2, p. 136. Trad. Pasatzerakoan, inoiz ez da gelditzen.
Jorge Navarro Pérez. Abada. Madrid, 2009.
3
Walter Benjamin, Mummerehlen. En Sobre la Fotografía, p. 57. Trad. zure atean idatziko dut:
José Muñoz Millanes. Editorial Pre-Textos. Valencia, 2004. “gabon”. Zahar arraroa,
4
Giacomo Casanova, La fuga de Los Plomos. Cit. en W. G. Sebald,
Vértigo, pp. 55-56. Trad. Carmen Gómez García. Anagrama. Barcelona,
Horrela zugan pentsatu dudala ikusiko duzu. Ba al noa zurekin?
2010. Zure organoa joko al duzu
5
«El Agua se conoce por la sed. / La Tierra—por los Mares navegados. nire abestientzat?
/ El Arrebato—por el tormento— / La Paz—por el recuento de sus
batallas— / El Amor, por el Moho de la Memoria— / Por la Nieve, los
Pájaros». Emily Dickinson. Poema 135, p.71. Ed. y trad. Amalia
6
Édouard Fournier, Las Farolas. Historia del antiguo alumbrado de
París. Cit. en Walter Benjamin, Libro de los Pasajes, p. 583. Trad. Isidro
Herrera. Edit. Akal. Tres Cantos (Madrid), 2005.
69
71
Glass, for instance
Pablo Marte
Impossible to feign
The Beads upon the Forehead
By homely Anguish strung.
Emily Dickinson
1.
The world is big and the eye is tiny. But the eye
won. So, we can see it all. You know, “the will to
see, to acquire”. The exhausting continuation of this
Triumph des Willens confirms its agony. The Garden
of Eden doesn’t stretch any longer. Perhaps pushed
by the sadness that this irreversible exhaustion of
the reflection in the world caused him, or perhaps
just in a state of anger, one summer day of 1983
Werner Herzog went up the Tokyo Tower and, while
contemplating the skyline laying out before him,
he lamented: “There are no pure and transparent
images on Earth anymore!” He requested to be
sent to Mars or Saturn in a rocket, with a camera.
He was willing to leave for wherever he could find
transparent images. He had filmed the high peaks
in Bavaria, the Amazon rainforest, the ancient slave-
trading kingdom of Dahomey in the Gulf of Guinea.
Years later, he would film the McMurdo Station, in
Antarctica, fly to Katmai, in Alaska, after Timothy
Treadwell’s steps—an amateur documentary maker
who lived with grizzly bears and ended up being
devoured by them. He accompanied the Buddhist
pilgrim in their ascent to Mount Kailash, in Tibet;
he entered the Pleistocene cave Chauvet in order to
shoot a film titled Cave of Forgotten Dreams, maybe
hoping that, as none of the images of reality were
good enough, he would reencounter the so longed-
for transparency in oneiric oblivion.
2.
The ideal of a pure and transparent image shouldn’t
come as an especially weird concept. It’s widely
sprinkled, like the pollen of the gramineae in spring,
and only through the clear allergic –or allegorical–
detriment, through an urgency from the exception,
or through a careful dialectical distancing can
we recognize it overflying the accounts of facts,
prodigies and wonders of cinema, slipping through
72
the air ducts of the cement-made college blocks,
or inspiring hunters, bird catchers, fishermen, and,
what is worse, experts in turning a white whale into
bouillon cubes. Transparency is the highest dignity
of an image for those who love authenticity and
don’t know how to discriminate between a slice of
packaged ham and the plastic sheet that protects it.
The history of this confusion is dense, extensive, and
it always got a good press.
3.
Inés García’s filmic pieces deny any attempt to
contemplate them as forms of transparency, that is,
in a mimetic and literal way; maybe because they are
laid out on a deceiving naturalism. Fixed surface, no
editing. Reality, “that”, in silence. When there’s sound,
I think of Renoir, Pierre-Auguste. The titles coldly
refer to the place or the object to be filmed. However,
the elements on stage play the game of avoiding the
real “that”. A disturbing estrangement governs the
image. Does the dove really not feel intimidated
by the terrible noise that surrounds her, like the
one made by warplanes? Which is the way through
which the solitary sailing boat slides on the edge of
the horizon? What does the kinetic twinkle refer to
over those rails that seem to be made of bronze? “I’m
interested in the creation of trans-temporary fictions
that don’t refer to an external world.” It is known
that transparency is incompatible with depth. There
are beautiful theories that relate the air density to
the soul of things, the more or less romantic world
of mites to the foggy look, just because they speak
about a tiny part of our surroundings, whose impact
on camera is still to be signified. What is remarkable
is not transparency, but separation. Distance. And
even loss. A fault. An absence. A hiatus. In optical
thinking, the hiatus is the glass.
Well then, Inés’ glass is translucent, a term that
contains a fortunate relation between morpheme
and lexeme, an intersyntactic love. All in all, the most
important aspect of translucence is that it holds the
emptiness. It allows the form to be dissociated. It
separates the image from its referent, and even hides
from it, because the referent is sticky. It gets hooked
easily. And it demands light for itself. (Actually, like
in those trading cards for which there was never a
lack of empty albums, the image is what sticks, what
is denied its reference, dazzled, lifeless, and the one
that must be revived, detoxified, which is not easy.
The referent is only an absorbed and fascinating
entity. It’s the fix. It’s love. It’s death.) As for the
rest, an absence is always needed “so that the sign
emerges” (Kristeva)1.
4.
I’ve known Inés for more than ten years. The first time
I saw her, she was hanging a bunch of twigs on the
wall. She was facing the wall and I envisioned her
as a quiet person. Later, when we talked, I found her
especially persistent, and very unique, but she was
so subtle in her manners that the insecurity of all
processes became in her an air of mystery. I’ve always
thought that, in her work, either in a deliberate way
or by chance (in any field in which chance can end
up being decisive, technological, optical, special,
temporary, vital), everything appears or intervenes in
terms of function. It functions or it doesn’t function.
The function is a technique in itself. Even more
specifically, the function is the technique. One finds
their own technical practice when one knows how it
functions. Getting to know it takes some time. That
is why there is a difference between technique and
practice. Through its continuity, the act converges in
technique, and technique in practice. So continuity is
an axis, the link between “during” and “at the same
time”. In the case of Inés, this axis had to do with
the landscape since the beginning. She went from
Land Art-inspired forms or resignifying forms based
on expensive symbolic structures to psychomagic, to
visual work that is specifically linguistic. She writes:
“The precarious edge between objective reality and
poetic reality.” Within objective reality, there exist
“the basic elements of horizontality and verticality”
that define the image. And within poetic reality,
among the many rhetoric resources, there exists the
paradox. And Inés makes a very particular use of the
paradox, especially in her latest works.
5.
A quote from a short story by Schubert, Mein Traum
(“My Dream”), is the headline of the text chosen
73
by Inés for her latest project: Winterreise (“Winter
Trip”). “Every time I tried to sing about love, it would
turn into grief, and every time I tried to sing about
grief, it would turn into love.” We find here a very
clear example of a paradox, and also an example of
how intentions do not lead to the place they were
intended to. Schubert composed Winterreise, a cycle
of 24 lieder inspired by Wilhem Müller, shortly before
he died. “I came as a stranger / as a stranger now I
leave” this is how the first lied, “Good Night”, begins.
The main character leaves his fiancée’s house after
learning that she will not marry him, and he takes
the road back home in a white and cold winter. His
tears, which burn as he sheds them (he has a volcano
for a heart), freeze on his cheeks. Ravens caw. There
are beautiful and gloomy moments, like the one
when he wants to kiss the floor so that the ice will
melt with his tears until he gets to see the earth
upon whose green fields he walked with her.
Janus, the Roman god of doors, of beginnings and
endings, to whom the month of January was devoted,
has two faces. One of them looks forward and the
other one backward. There is no doubt that time
passes by. It seems even more incognito to travel
back into the past of all what inhabited this world,
even if it was just for an instant. What should we do
with yesterday? What will the walker in Winterreise
do with the memory of the woman he loves? We
know nothing about her. The paradox, a figure of
character, is like Janus, it also has two faces. It forces
semantics, just like an umbrella in that alleyway
where the wind always blows.
6.
I wrote this text as I bid farewell to one year and
greeted another one. While looking through the
window at the already wintry, almost leafless, lime
trees in the common backyard behind my sister’s
house, where I was spending a few days, I would ask
myself: What can I offer but a fanciful mind, fond of
talking and listening, since (as all speakers require to
be “us”) it feels accompanied, but is unable to gather
tidily and in written form any of those thoughts that
it sprinkles so slightly –and whose volatilization in
the air, in time, in life, contemplates with a hint of
morbid pleasure? I felt upset thinking that a very Benjamin thought about this wrong movement of 1. Good Night 12. Solitude
gruesome mind would be needed, an encyclopedic the left side of the heart, and I wonder whether, in I came here a stranger, As a dreary cloud
knowledge, an infinite time. And I have none of front of the glass of distance, he would have been As a stranger I depart. Moves through the clear sky,
that. Then I remembered I had a little glass heart. tempted to conclude that he felt reality is totally May favored me When in the crown of the fir tree
Maybe with its help, in a few days, I would be ready indifferent to us, despite us having danced around With many a bunch of flowers. A faint breeze blows,
to bring together all the ideas I had had going back it until fainting (what is history, any history, but the
and forth. I have always preferred perspectives over useless attempt to choreograph a compensation?). The girl spoke of love, So I travel my road
definitions, and prospects over manifestos, which Or, as that poem by Emily Dickinson (“Water is taught Her mother even of marriage - Onward with sluggish feet,
means I’m one of those who come and go (like a by thirst. / Land—by the oceans passed”5), where Now the world is so gloomy, Through bright, happy life,
stranger everywhere and nowhere), instead of staying reality is known by the glass, and therefore we are The road shrouded in snow. Lonely and unrecognized.
and lasting. Any perspective and prospect, which are not indifferent to it, but reality is different from
vanishing lines, need a vertex, a refractory element everything else. Glass, so fragile, so easy to break, I cannot choose the time Oh, that the air should be so still!
around which ideas spin like boomerangs, in such a so attached to what encircles it that it reflects it; To begin my journey, Oh, that the world should be so light!
way that, when going and coming back, they become iridescent because it weeps, bright because it laughs, Must find my own way When the storms still raged,
the path. I had, as I’ve already mentioned, a glass has always had a bad reputation (“poor lover the one In this darkness. I was not so miserable.
heart, a very small one. What’s funny about the heart who only finds lanterns as lovers”6). I imagine the
is that, to its dialectic willingness (refractory of the revenge of a resentful glass as very terrible. All that A shadow of the moon travels 24. The Hurdy-Gurdy Man
discursive line) its optical quality should be added is used for seeing (either through or in reverse) has With me as my companion, Over there beyond the village
(refractive of the light beam). I would swear that a cost, and when it glows it has a curse. If, in the And upon the white fields Stands an organ-grinder,
someone has already tried to combine effectively last will, Paradise had wanted to leave as a legacy I seek the deer’s track. And with numb fingers
both equations. I don’t know. The history of this a pressed leave from each one of the sacred trees, He plays as best he can.
distant and hazy relative of the diamond’s is, to a other kinds of moods and passions would have Why should I stay here any longer
large extent, unknown to me. It has the distinctive affected our history. But Paradise left nothing for us. So that people can drive me away? Barefoot on the ice,
feature of cyclically breaking into two pieces, that’s Not even a trace, or a memory. However, what did Let stray dogs howl He totters here and there,
why the one I received is so tiny. Walter Benjamin remain within us, very deeply, is the memory of the In front of their master’s house; And his little plate
talked about it in relation to amazement: “It is the non-living that preceded us in the distant past: glass, Is always empty.
rock from which the gaze plunges into the stream for instance. Love loves to wander
of things.”2 It would have been very big at that time, - God made it that way - No one listens to him,
when Adrienne Monnier (the bookseller at La Maison 1
Julia Kristeva, Sol negro. Depresión y melancolía, p. 40. Trad. From one to the other, No one notices him,
des Amis des Livres, in rue de l’Odeon, in Paris), whom Mariela Sánchez Urdaneta. Wunderkammer. Terrades, My dearest, good night ! And the dogs growl
Benjamin visited in February 1930, showed it to him. Girona, 2017. Around the old man.
2
Walter Benjamin, ¿Qué es el teatro épico? En Obras, II, 2, p. I don’t want to disturb your dreaming,
The chip that would fall towards the right side when
136. Trad. Jorge Navarro Pérez. Abada. Madrid, 2009. It would be a shame to wake you. And he just lets it happen,
the heart broke used to make a great impression on 3
Walter Benjamin, Mummerehlen. En Sobre la Fotografía, p.
those who believed that a never finite order of things You won’t hear my step, As it will,
57. Trad. José Muñoz Millanes. Editorial Pre-Textos. Valencia,
or facts (reality) corresponded with a finite series 2004.
Softly, softly the door closes! Plays, and his hurdy-gurdy
of sparkles, reflections, and shadows. Benjamin, 4
Giacomo Casanova, La fuga de Los Plomos. Cit. en W. G. Is never still.
however, showed interest in the chip falling towards Sebald, Vértigo, pp. 55-56. Trad. Carmen Gómez García. I write in passing
the left side, the one belonging to Madame Monnier, Anagrama. Barcelona, 2010. On your gate: Good night, Strange old man,
as she pointed out to him, with that scarlet shine 5
«El Agua se conoce por la sed. / La Tierra—por los Mares So that you may see Shall I go with you?
and the melancholy tone of a deformed verse “in navegados. / El Arrebato—por el tormento— / La Paz—por That I thought of you. Will you play your organ
which the whole transfigured world of childhood el recuento de sus batallas— / El Amor, por el Moho de la to my songs.
Memoria— / Por la Nieve, los Pájaros».
fits.”3 Giacomo Casanova, during the time when he
Emily Dickinson. Poema 135, p.71. Ed. y trad. Amalia
was a prisoner in Piombi, Venice, compared “clear 6
Édouard Fournier, Las Farolas. Historia del antiguo
understanding to a glass that doesn’t break until alumbrado de París. Cit. en Walter Benjamin, Libro de los
someone hasn’t broken it before.” Glass can easily be Pasajes, p. 583. Trad. Isidro Herrera. Edit. Akal. Tres Cantos
destroyed. A “wrong movement”4 would do it. Maybe (Madrid), 2005.

74 75
Inés García
Bilbao, 1983
Se licencia en Bellas Artes por la Facultad de Barcelona y durante sus estudios
recibe una beca de un año en Bali. Al finalizar su carrera, decide ir completando su
formación participando en talleres impartidos por Abbas Kiarostami, Víctor Erice,
Gabriel Orozco y Wilfredo Prieto.
A nivel nacional, ha participado en varias exposiciones en Barcelona, Madrid (Espacio
Trapezio y Matadero) y Bilbao (BilbaoArte, Espacio Abisal y en la Sala Rekalde), sus
vídeos han sido proyectados en el CA2M, en La Conservera de Murcia, en el LOOP, y
en el SCREEN Festival en Barcelona entre otros.
Internacionalmente sus piezas audiovisuales se han podido ver en diversos
festivales como el Festival de Videoarte Latino de Nueva York, en el Festival de
Cine de Teherán y el FIVA en Buenos Aires, y en otras ciudades como Berlín, Atenas,
París, Montréal y Nottingham. En los últimos años ha mostrado su trabajo en Les
Rencontres Internationales Paris/Berlin, en Tabakalera y en el Instituo Cervantes de
Lisboa.
En este pasado 2017 ha sido seleccionada por segundo año en la X Edición del
Premio de Videoarte de Astillero y ha sido becada por la Fundación BilbaoArte para
desarrollar el proyecto Winterreise.
76
Bartzelonako Arte Ederren Fakultatean lizentziatzen
da eta bere ikasketen garaian Balirako urtebeteko
beka bat jasotzen du. Karrera amaitzean formakuntza
osatzen jarraitzea erabakitzen du, Abbas Kiarostami,
Víctor Erice, Gabriel Orozco eta Wilfredo Prietok
emandako lantegi ezberdinetan parte-hartuz.
Estatu mailan Bartzelona, Madril (Espacio Trapecio
eta Matadero) eta Bilbon (BilbaoArte, Espacio Abisal
eta Rekalde Aretoa) egindako hainbat erakusketetan
parte-hartu du, bere bideo-lanak CA2M, La
Conservera de Murcia, eta Bartzelonako LOOP eta
SCREEN Festibalean proiektatuak izan dira.
Nazioartean bere ikus-entzunezko piezak hainbat
festibaletan erakutsi dira, besteak beste, Nueva
Yorkeko Bideo-arte Latino Festibala, Teherango
Zinema Festibala eta Buenos Airesko FIVA, Berlin,
Atenas, Paris, Montreal y Nottingham bezalako
hirietan ere bere lanak aurkeztu dituelarik. Azken
urtetan bere lana Les Rencontres Internationales Paris/
Berlin, Tabakalera eta Lisboako Cervantes Institutuan
erakutsi du.
Aurreko 2017an bigarrenez Astilleroko Bideo-arte
Sariaren X. Edizioan hautatua izan da eta Winterreise
proiektua garatzeko Bilbao Arte Fundazioaren beka
jaso du.
77
She got her BA in Fine Arts at the University of
Barcelona, and during her academic career she
received a scholarship to study abroad in Bali for one
year. When she graduated, she decided to pursue her
career participating in workshops taught by Abbas
Kiarostami, Víctor Erice, Gabriel Orozco, and Wilfredo
Prieto.
Nationwide, she has taken part in several exhibitions
in Barcelona, Madrid (Espacio Trapezio y Matadero),
and Bilbao (BilbaoArte, Espacio Abisal, and Sala
Rekalde). Her videos have been showed in CA2M, La
Conservera in Murcia, the LOOP, and in the SCREEN
Festival in Barcelona, among other places.
At an international level, her audiovisual pieces
have been exhibited in various festivals, such as in
Festival de Videoarte Latino in New York, the Film
Festival in Teheran, and in FIVA Buenos Aires. Other
cities where her work has been showed are Berlin,
Athens, Paris, Montreal and Nottingham. Over the
last few years, she has exhibited her work in Les
Recontres Internationales Paris/Berlin, in Tabakalera,
and in the Instituto Cervantes in Lisboa.
In 2017, she has been selected again for the X Edición
del Premio de Videoarte in Astillero, and she has
been awarded a scholarship by Fundación BilbaoArte
in order to develop her project Winterreise.
Índice de imágenes

(11) Winterreise
2017
18’52’’, vinilo, tocadiscos, auriculares
Intérprete: Josef Knoche
18’52”, biniloa, disko-jagailua, aurikularrak.
Interpretatzailea: Josef Knoche
18’52”, vinyl, record player, headphones
Performer: Josef Knoche

(15) Cuaderno de artista

2017
20 x 15 cm, 25 páginas, rotulador negro
20 x 15 zm, 25 orri, rotulagailu beltza
20 x 15 cm, 25 pages, black marker

(23) Wasserflut
2018
1’30’’, 16 mm, proyección, loop
1’30”, 16 mm, proiekzioa, loopa
1’30”, 16 mm, projection, loop

(35) Gute Nacht

2018
medidas variables, instalación
neurri aldakorrak, instalazioa
variable dimensions, installation

(36) Einsamkeit
2018
06’47’’ blanco y negro, banqueta de piano,
2 proyecciones, 16 mm telecinado, loop
06’47” zuri-beltza, pianorako jesarlekua,
proiekzio 2, 16 mm telezinatuta, loop
06’47’’ black and white, piano stool,
2 projections, 16 mm telecine, loop

(47) Auf dem Flusse

2018
90 x 60 cm, caja de luz, blanco y negro
90 x 60 zm, argi kutxa, zuri-beltza
90 x 60 cm, lightbox, black and white

(51) Der Leiermann

2018
280 x 220 cm, instalación, fotografía,
proyección, medidas variables
280 x 220 zm, instalazioa, argazkia,
proiekzioa, neurri adakorrak
280 x 220 cm, installation, photograph,
projection, variable dimensions

79
 Bilboko Udala FUNDACIÓN BilbaoArte
Ayuntamiento de Bilbao BILBAOARTE Diseinua
FUNDAZIOA Diseño
Juan Mari Aburto Edizioa
Bilboko alkatea Edición Inés García
Alcalde de Bilbao Argazkiak
Juan Zapater López Fotografía
Nekane Alonso Zuzendaria
Kultura zinegotzia Director Pablo Marte
Concejala de Cultura Testuak
Aitor Arakistain Textos
Koldo Narbaiza Koordinazioa
Alba Fatuarte Coordinación Itxaso del Olmo
Inés Ibañez de Maeztu Urtzi Ibarguen
Beatriz Marcos Txente Arretxea Itzulpenak
Amaia Arenal Jon Bilbao Traducciones
Marta Vega Muntaia
Fundación BilbaoArte Montaje Haizea Salazar
Fundazioko Arrate Hidalgo
patronatuaren kideak Ana Canales Alba Basurto
Miembros del Patronato Agurtzane Quincoces Naiara Herrera
de la Fundación Ekoizpen exekutiboa Zuzenketak
BilbaoArte Fundazioa Producción ejecutiva Correcciones

Alicia Prieto Grafilur

BI-125-2018 Komunikazioa eta Igor Casas
Legezko gordailua hedapena Inprenta
Depósito legal Comunicación y difusión Imprenta

Agradezco desde el corazón a todas las personas que han contribuido a dar forma a este
proyecto indirecta y directamente, y especialmente a:
Ulfe Piñón, Gonzaga Gómez-Cortázar, Pablo Marte, Josef Knoche, Iván Gómez, Naiara
Herrera, Alba Basurto, Lara Ibarguren, Jesús Pueyo, Luis Macías, Crater Lab, Kolin
Kulttuuriseura, Liisa Tommila, Carmen Santamaría y Oriol Mallart.
Y con particular cariño a mi madre, mi hermana y mi hermano.

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INÉS GARCÍA

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