Professional Documents
Culture Documents
La alegorización espiritual del Cantar tiene una historia muy antigua. Los
exeó getas judíóos que redactaron el Taó rgum (la versioó n al arameo de la Biblia hebrea
entre los siglos V aC al siglo XI dC) y el Talmud (la interpretacioó n judíóa de la Biblia
entre los siglos II al V dC), fueron entre los primeros en darle un simbolismo
teoloó gico al poema. Maó s tarde, durante el Siglo de Oro espanñ ol (siglos XVI y XVII), los
míósticos espanñ oles Fray Luis de Leoó n, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesuó s,
reforzaron esta interpretacioó n entre el pueblo de habla hispana, visioó n que sigue
prevaleciendo hasta el díóa de hoy. Sin embargo, tambieó n desde tiempos antiguos ha
habido otra corriente de autores como el obispo antioquense Teodoro de
Mopsuestia (en el siglo IV), el teoó logo franceó s Sebastian Castellio (en el siglo XVI) o
el mismo Fray Luis de Leoó n (siglo XVI), quienes abogaban por una interpretacioó n
que ve en el poema esencialmente la relacioó n de amor entre un hombre y una mujer
(como los dos primeros mencionados), o una doble interpretacioó n (relacioó n entre un
hombre y una mujer/relacioó n entre Dios y el pueblo creyente) como lo hace Fray
Luis de Leoó n en el Comentario de su traduccioó n del Cantar de los cantares, cuyas
ideas, consideradas hereó ticas por la Iglesia Catoó lica, le costaron casi cinco anñ os de
caó rcel.