La huella ecológica es un indicador de sostenibilidad para medir el impacto de
nuestra vida en el entorno.
En otras palabras, todas las decisiones que tomamos en torno a lo que compramos, comemos, usamos o vestimos, incluidos los procesos para hacerlos posibles, tienen un impacto directo en el medio ambiente del cual somos responsables.
1. Evita usar el automóvil
Los vehículos motorizados son la principal fuente de emisión de CO2.
2. Cuida el agua Muchos países tienen reservas limitadas para el consumo de agua y en algunos lugares, el desperdicio de este vital líquido es hasta multado.
3. Come más sano
El abastecimiento de alimentos es otro de los grandes problemas ambientales hoy en día, no sólo por el desperdicio de comida sino por el costo que involucra producirla, envasarla y distribuirla.
4. Cuida tu consumo de energía eléctrica
Es posible que en casa tengamos aparatos electrónicos que nos ahorran bastante esfuerzo en realizar algunas actividades cotidianas. 5. Dale más vida a tus cosas Ser conscientes de nuestro propio consumo es una solución más efectiva que el reciclaje y la reducción de la huella ecológica, pues representa una acción preventiva. Muchas veces tiramos o guardamos aparatos que funcionan perfectamente sólo porque salió a la venta uno más nuevo.