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Al menos 1.000 familias del centro minero de Colquiri de Oruro intentan asentarse en 400
hectáreas agrícolas de Chulla y Falsuri, en los municipios de Vinto y Quillacollo. El nuevo
asentamiento se da luego de devastar más de un centenar de árboles nativos como el molle,
algarrobo y hasta pinos de exportación. La zona afectada, además es parte del área de riego
del Proyecto Múltiple Misicuni.
"Las reservas acuíferas de Vinto están en ese sector y con el tiempo las aguas subterráneas
se van a contaminar. Si esto más se va lotear qué vamos a regar con Misicuni", aseveró, el
presidente del Distrito 4 de Chulla, René Martínez. Añadió que a pesar que el hecho fue
denunciado al municipio hace un año no se obtuvo ninguna respuesta.
El loteamiento fue advertido en una primera instancia por el asesor de Gestión y Desarrollo
de la Región Metropolitana, Omar Fernández que denunció que más de 1.000 hectáreas
agrícolas están en riesgo.
Las comunidades afectadas son Marquina y Potrero de Quillacollo con 200 hectáreas.
También están La Llave y Charinco de Vinto con una cantidad similar de hectáreas. En una
primera etapa, el Proyecto Misicuni tiene previsto dotar de agua para riego para 4.000
hectáreas. En una segunda fase la meta son 6.000.
Tanto Vinto como Quillacollo esperan la aprobación de sus nuevas manchas urbanas. Sin
embargo, el Ministerio de Planificación ha reiterado que no incluirá en la nueva
configuración a las áreas agrícolas y protegidas.
El año pasado, en julio vinieron 10 flotas de Colquiri con al menos 1.000 personas.
Vinieron, vieron el lugar y no nos pudimos entrometer porque hay gente del lugar que está
comprometida. Abrahan Chipana les habría vendido los terrenos. Él es un presunto
loteador.
Hay que actuar con toda la fuerza de la ley. En base a las denuncias. Los responsables
tendrán que pagar por los daños y se tendrán nomás que iniciar procesos por daños
ambientales y tráfico de tierras o loteamientos contra todos los responsables de este hecho.
Primer paso
En este sentido, el consejo de ministros acaba de aprobar el borrador de la
reforma de la Ley de Energías Renovables (EEG), un primer paso en este
proceso.
Este documento fija una serie de prioridades, establece una batería de plazos e
hitos (“apagón” nuclear para 2022, renovables hasta el 80% de la producción
eléctrica en 2050, reducción del 70% de las emisiones de CO2 para 2040), y
avanza en la concreción de objetivos, dentro de un marasmo de medidas
intermedias cuya disparidad da cuenta de complejidad de la empresa.
La reforma incluye, entre otras, la construcción de corredores eléctricos -del
norte donde se concentra la producción eólica al sur industrial-, la integración
del mercado eléctrico, la disminución de las subvenciones y exenciones, y la
apuesta por las renovables más rentables.
Renovables, carbón
Mientras tanto, la realidad se ha mostrado inclemente con la transformación
energética: el incremento de las renovables -que en 2013 supusieron el 23,4%
de la electricidad consumida- y la desconexión simultánea de varias nucleares
ha obligado a recurrir con mayor frecuencia al carbón, una fuente energética
especialmente contaminante.
Como las renovables dependen de las condiciones meteorológicas y no son
estables, Alemania se ha visto abocada, para asegurar el suministro en
cualquier situación, a buscar un contrapeso a las renovables en sustitución de
las nucleares.
De hecho, la producción eléctrica a partir de lignito, el carbón menos eficiente
y más contaminante, alcanzó el año pasado su valor máximo desde 1990, con
lo que los críticos destacan que hasta el momento la “Energiewende” ha
elevado las emisiones de CO2.
Con respecto a los planes para reducir las ayudas públicas, Gabriel ya avanzó
en unas recientes jornadas sobre energía que el actual sistema, que supuso a
las arcas públicas 16.000 millones de euros en 2013 pero podría llegar a
alcanzar los 24.000 millones anuales, es insostenible.
Merkel, tras aprobar el borrador de la reforma de la EEG, afirmó que Alemania
tenía que centrarse en “las renovables” más “eficientes”, como la solar térmica
y la eólica en tierra, dejando en un segundo plano -aunque sin abandonar-
otras tecnologías como la eólica mar adentro, que aún está dando sus primeros
pasos.
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Los bosque nativos del centro de Chile han aumentado más de 500.000
hectáreas desde 2011, según un estudio oficial que cuantifica que la superficie
boscosa ocupa en la actualidad un 22,9 % de la superficie del país, con 17,3
millones de hectáreas.
Según el “Catastro de los Recursos Vegetacionales Nativos”, el bosque nativo
chileno pasó de 13.599.610 a 14.181.747 hectáreas en 2013.
El informe que cubre varias regiones del centro sur del país, fue presentado
este miércoles por el ministro de Agricultura, Luis Mayol, y el director ejecutivo
de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), Eduardo Vial.
“Chile destruyó su bosque nativo por siglos, para habilitar tierras agrícolas,
ciudades y hoy día nos damos cuenta que prácticamente no hay destrucción”,
aseguró Vial.
Además el director de Conaf comentó que “creo que hay una cuota de mayor
conciencia de la gente, de cuidar los árboles, hay más fiscalización y control,
tenemos una ley de bosque nativo”.
Sin embargo, la región de Los Lagos en el sur perdió 32.699 hectáreas de
bosque nativo por incendios y plantaciones, entre otras razones.
Por su parte, la región austral de Aysén presenta la mayor superficie de
bosque nativo, con 4.398.744 hectáreas.
El estudio se realizó usando imágenes de satélite de alta resolución y
modernas tecnologías que lograron detectar nuevas superficies de bosque
nativo.
“Tenemos imágenes de satélite que nos permiten bajar hasta ocho metros de
exactitud”, comentó el director de Conaf.
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EE.UU: Apple patenta un sistema para recargar con energía solar sus
computadoras portátiles
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Alcanza con una leve cobertura de agua salada para que la tierra se vuelva
estéril, por lo que Mohammad Saeed vigila de cerca el mar, que avanza año
tras año hacia su predio de dos hectáreas, en el norte de Egipto.
El joven agricultor, cuyo campo de tréboles se extiende a apenas 400 metros
de la costa, cerca de la ciudad de El Rashid, admite que falta menos de una
década para que su terreno quede totalmente sumergido.
Pero incluso antes de que eso ocurra, sus cultivos se marchitarán y morirán a
medida que el agua de mar se infiltre en el acuífero local. El proceso ya
empezó, dice, tomando un puñado de suelo blanquecino.
“La tierra se ha enfermado. El suelo se ha vuelto salino, el agua para la
irrigación también, y tenemos que usar muchos fertilizantes para cultivar
cualquier cosa”, explica.
El delta del Nilo se extiende a lo largo de 25.000 kilómetros. Es una zona
densamente poblada, con 40 millones de habitantes, y se considera el granero
de Egipto porque representa dos tercios de la producción agrícola del país.
En su flanco norte, de 240 kilómetros entre Alejandría y Port Said, es una de
las franjas costeras más vulnerables del mundo, pues enfrenta la triple
amenaza de la erosión costera, la infiltración del agua salada y el aumento del
nivel del mar.
Según Jaled Ouda, geólogo de la Universidad de Assiut, un aumento de 30
centímetros en el nivel del mar inundaría 6.000 kilómetros cuadrados del delta
del Nilo. Las inundaciones crearían islas a partir de 2.000 kilómetros cuadrados
adicionales de tierra elevada, aislando ciudades, carreteras, cultivos y plantas
industriales.
“Se prevé que el (área) total (del delta) que resulte impactada por un aumento
de un metro en el nivel del mar este siglo será de 8.033 kilómetros cuadrados,
que es casi 33 por ciento del área total del delta del Nilo”, dijo Ouda a IPS.
En un informe divulgado en septiembre, el Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) pronosticó un aumento del nivel del
mar de entre 28 y 98 centímetros para 2100, más del doble de sus
proyecciones de 2007.
Incluso según las estimaciones más conservadoras, esto destruiría 12,5 por
ciento de las áreas cultivadas de Egipto y desplazaría a alrededor de ocho
millones de personas, o casi 10 por ciento de la población total, de algo más de
83 millones.
Pero no es solo el aumento del nivel del mar lo que amenaza la costa norte de
Egipto: el delta mismo se está hundiendo.
Antes de construir la represa de Asuán, en los años 60, más de 120 millones
de toneladas de cieno arrasaron cada año con el Nilo y se acumularon en su
delta. Sin este flujo anual de cieno para volver a llenarlo, el delta se está
reduciendo. En algunos lugares, la franja costera se está retirando incluso 175
metros al año.
El gobierno egipcio ha intentado enlentecer el avance del mar construyendo
una serie de rompeolas y diques de tierra a lo largo de la costa norte y sus
cursos de agua. Pilas de bloques de concreto ayudan a reducir la erosión
costera, pero sin nueva sedimentación la tierra del delta se ha compactado, y
miles de hectáreas ahora se extienden al nivel del mar.
“Usted puede construir todas las murallas que quiera, pero eso no impedirá
que el agua de mar avance subterráneamente”, dice Osman El-Rayis, profesor
de química en la Universidad de Alejandría.
“El agua salada pudre los cultivos desde abajo, matando las raíces de las
plantas y dejando atrás las sales (al evaporarse) que vuelven estéril al suelo”,
agrega.
El-Rayis advierte que el subestrato del delta se vuelve más poroso, que el agua
de mar ha empezado a infiltrar el acuífero del delta del Nilo, una fuente vital de
agua subterránea que ocupa 2,5 millones de hectáreas.
El agua salada siempre fue una amenaza para la tierra agrícola, pero la
salinidad se mantuvo tradicionalmente a raya gracias a un flujo estable de
agua dulce que cubría el suelo y expulsaba la sal.
Al expandirse la población de Egipto, aumentó la demanda corriente aguas
arriba, reduciendo la cantidad de agua del Nilo que llega al delta. Actualmente,
la poca agua que fluye está llena de líquidos residuales y toxinas industriales.
Enfrentados al aumento del nivel del agua y a la mayor salinidad, muchos
agricultores han abandonado sus terrenos o se han pasado a la acuicultura.
Otros han recurrido a agregar arena o tierra a sus huertos para mantenerlos
por encima del agua salada.
Así lo explica el agricultor Saeed, quien sin embargo señala que “es difícil
cultivar cualquier cosa sobre la arena, así que los agricultores usan muchos
fertilizantes”.
La arena se toma de las dunas que bordean buena parte de la costa norte de
Egipto, y actúan como barreras naturales contra el avance del mar. El saqueo
de estas dunas para obtener materiales para la construcción ha vuelto al delta
del Nilo más vulnerable a un aumento del nivel del mar.
Científicos han propuesto medidas para proteger las tierras bajas del delta de
la incursión del mar.
Sostienen que la prioridad es reducir la erosión de las playas preservando
defensas costeras naturales como las dunas, al tiempo de construir malecones
a lo largo de los 240 kilómetros de costa que sean suficientemente fuertes
para mantener a raya al mar Mediterráneo.
“Estas murallas se construirán de frente al mar, en lugares ubicados a lo largo
de la playa donde se registran áreas más bajas”, explica Ouda.
Según él, para que estas barreras sean efectivas, deben incluir una
subestructura impermeable que se extienda entre tres y 13 metros bajo el
nivel del mar, y que impida que el agua marina se infiltre en los acuíferos de
agua dulce.
La tarea es tan formidable como el costo esperado. Una propuesta presentada
por el ingeniero egipcio Mamdouh Hamza situó la inversión en 3.000 millones
de dólares. El plan prevé construir una muralla de concreto a lo largo de toda
la franja costera del delta y bordearlo con un diafragma de plástico para
impedir fugas de agua salada.
Ouda dice que el megaproyecto será redituable porque salva las tierras del
delta del Nilo, pero es improbable que atraiga el capital necesario. Él duda que
el gobierno egipcio, escaso de fondos, pueda cubrir los costos, mientras que la
comunidad internacional parece no estar dispuesta a contribuir al salvataje.
“El proyecto de establecer las murallas costeras es un proyecto de servicio…
sin fines de lucro y, por lo tanto, usted no hallará un financiador para este
proyecto entre empresas o gobiernos extranjeros”, destaca Ouda.
Como algunos sostienen que las naciones de Occidente son las principales
responsables del cambio climático, sus gobiernos deberían hacerse cargo de lo
que les ocurre a los países en desarrollo, que son los más perjudicados por sus
consecuencias, plantean los especialistas y afectados locales.
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Los peces leones en menos de 35 años invadieron el área oeste del Atlántico,
superior al territorio de EEUU, suplantando a otros predadores y destruyendo
hasta el 95% de las especies, informó la Universidad de Oregon.
“El hábitat de los peces leones en el Atlántico que llegaron a la zona en los
años 80 del siglo XX supera el territorio de EEUU. Estos peces agresivos con
radios venenosos en las aletas que no tienen enemigos naturales en el
Atlántico devoran todos los animales más pequeños: otros peces, gambas,
cangrejos y pulpos. Además, pueden pasarse periodos prolongados sin comer”,
dice el informe.
Los investigadores de la Universidad de Oregon y otros centros científicos
realizaron estudios durante 18 meses cerca de las islas Bahamas. Los datos
recopilados muestran que la disminución de la población de los peces leones de
entre el 75 y el 95% lleva a un aumento de entre el 50 y el 70% de las
especies autóctonas de los arrecifes.
“Significa que al crear zonas de seguridad o limitando el número de los peces
leones en algunos arrecifes podremos restablecer las especies autóctonas”,
precisó la ecóloga Stephanie Green.
Los peces leones provienen de los océanos Pacífico e Índico y el mar Rojo.
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El presidente Barack Obama dijo hoy que en los últimos ocho años Estados
Unidos ha reducido su contaminación de carbono “más que cualquier otra
nación en la Tierra”, aunque aseguró que hay que actuar “con más urgencia”
contra el cambio climático.
“Tenemos que actuar con más urgencia porque el cambio climático ya ha
empezado a hacer daño a las comunidades occidentales que sufren de sequía y
a las ciudades costeras que lidian con las inundaciones”, dijo Obama en su
discurso sobre el Estado de la Unión.
Añadió que con ese fin en mente ha pedido a su administración trabajar con
los estados, los servicios públicos y otros organismos para crear nuevas
normativas sobre la cantidad de contaminación de carbono que pueden
expulsar las centrales eléctricas.
“El cambio a una economía energética más limpia no va a producirse de la
noche a la mañana y requerirá tomar decisiones difíciles”, indicó.
Insistió, con todo, en que el debate sobre el cambio climático ha concluido: “Es
un hecho”, destacó.
La Casa Blanca aseguró hoy que entre las medidas ejecutivas que el presidente
planea adoptar, y que no necesitan la aprobación del Congreso, figura la de
mejorar la eficiencia energética de los camiones y el impulsar las energías
limpias y la eficiencia energética.
Las plantas eléctricas son la principal fuente de emisiones contaminantes en
EE.UU.
La independencia energética
Obama dijo que su país está más cerca de la independencia energética de lo
que lo ha estado “en décadas”, y señaló que eso obedece en gran medida a la
extracción de gas natural.
“Estados Unidos está más cerca de la eficiencia energética de lo que lo ha
estado en décadas”, afirmó el presidente durante su discurso anual sobre el
Estado de la Unión ante el Congreso.
“Uno de los motivos”, explicó Obama, es que el gas natural “si se extrae de
forma segura” es el combustible que puede proporcionar la energía necesaria a
la economía estadounidense “con mucha menos contaminación de carbono que
causa el cambio climático”.
El presidente recordó que el sector privado planea invertir casi 100.000
millones de dólares en nuevas fábricas que usan gas natural y prometió que
eliminará los impedimentos burocráticos para ayudar a los estados a construir
esas fábricas.
Añadió que el Congreso puede ayudar “poniendo a personal a trabajar en la
construcción de estaciones de servicio que transformen más automóviles y
camiones de petróleo extranjero a gas natural estadounidense”.
El presidente destacó que la producción de petróleo y gas natural no es la
única que está en pleno auge: “También nos estamos convirtiendo en líder
mundial en energía solar”, aseguró.
“Cada cuatro minutos, otro hogar o empresa en Estados Unidos adopta la
energía solar; cada panel que se instala tiene detrás a un trabajador cuyo
empleo no puede subcontratarse en el extranjero”, insistió.
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Tras cerca de 100 años sin conocimientos sobre nuevas especies de delfines de
agua dulce en el mundo, científicos brasileños descubrieron una en la
Amazonía, que ya se encuentra amenazada por la acción del hombre.
Tras cerca de 100 años sin conocimientos sobre nuevas especies de delfines de
agua dulce en el mundo, científicos brasileños descubrieron una en la
Amazonía, que ya se encuentra amenazada por la acción del hombre.
Dicha especie, descubierta en el río Araguaia (que nace en el estado central de
Mato Grosso), tiene más de 2 millones de años y los investigadores creen que
proviene de la misma familia de los conocidos delfines rosas, habituales en las
aguas de este río, por lo que durante siglos se pensó que se trataba del mismo
tipo.
“Tras realizar unas pruebas intuimos que ambos delfines (los del Amazonas y
los del río Araguaia) eran diferentes. Investigamos y realizamos análisis en
laboratorio y reafirmamos dicha conclusión”, señaló el responsable del estudio,
Tomas Hrbek.
Según el profesor, se trata del primer delfín de agua dulce descubierto en los
últimos 100 años, cuando los científicos identificaron en China la especie
conocida como Lipotes Vexillifer, declarada extinta en 2008 tras una expedición
en la que no fueron encontrados más ejemplares.
Hrbek teme que la nueva especie encontrada corra la misma suerte que el
conocido popularmente como delfín blanco chino.
De acuerdo con el investigador, aunque se necesitan más estudios para hablar
de peligro de extinción, se trata de una especie “vulnerable” que está siendo
amenazada por la presencia de hidroeléctricas en la región y por cultivos
agrícolas en las proximidades del río, que aumentan los sedimentos y
enturbian el agua.
“Los residuos de las hidroeléctricas cambian la migración y su dinámica, lo que
afecta a los peces, y puede hacer que los delfines queden sin comida”,
comentó.
De acuerdo con los seguimientos realizados hasta el momento, existen entre
600 y 1.500 ejemplares de la nueva especie de delfín en la región de la
Amazonía.
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Lluvias ácidas
Del Pino indica después que también las masas forestales europeas se
enfrentan a amenazas muy preocupantes. “El macizo forestal de la Selva
Negra alemana es presa del fenómeno de la lluvia ácida, que arrastra al suelo
las partículas de azufre procedentes de la contaminación industrial, y nuestros
propios bosques ibéricos deben soportar cada año la terrible amenaza de los
incendios”.
Afirma, además, que “verdaderamente resultan inexplicables tantas políticas
cortas de miras que no optimizan los recursos naturales y llevan al bosque, y a
los hombres del bosque, al borde de la extinción”.
Entonces, agrega, “hay que defender los bosques”, y menciona que ya en la
primera Cumbre de la Tierra, llevada a cabo en Río de Janeiro, Brasil, en el año
1992, se fijó la lucha contra la deforestación como uno de los objetivos
fundamentales de la protección de la naturaleza a nivel global.
Lamentablemente, dice, el arrollador alarde informativo en torno al llamado
cambio climático se impuso de tal manera en la movilización de la opinión
pública que todo lo demás, incluida la protección de los bosques, “quedó
relegado a un segundo plano”.
Son constantes las denuncias realizadas sobre destrucción indiscriminada de
bosques en el Paraguay, tanto en el Chaco como en la Región Oriental, incluso
de los que son reservas naturales, pero no se conoce que haya algún tipo de
castigo para los responsables.
Además, el Decreto Nº 453, que reglamenta la Ley 294/93, “De evaluación de
impacto ambiental”, emitido por el presidente de la República Horacio Cartes
en octubre de 2013, hizo que aumente notablemente la tala de árboles.
Establece que en propiedades de hasta 499 hectáreas en la Región Oriental y
hasta 1999 ha en el Chaco no se requiere de licencia ambiental para
deforestar.
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La estadounidense Gap y la rusa Gazprom, dos gigantes del sector textil y del
energético, respectivamente, fueron galardonadas en esta ciudad suiza con los
temidos premios Public Eye (Ojo público) por su falta de responsabilidad
ambiental y social, mientras a pocos pasos se celebraba el Foro Económico
Mundial.
El jurado, compuesto por organizaciones no gubernamentales (ONG), eligió a
Gap, mientras 95.000 personas votaron a través de Internet por Gazprom.
“Lamentablemente, sigue existiendo la necesidad de campañas como la
nuestra para exigirles transparencia a las empresas”, dijo Silvie Lang en
nombre de las dos organizadoras, Declaración de Berna, promotora de una
relación más equitativa entre el Norte y el Sur, y Greenpeace Suiza.
“Estamos aquí para recordarle al mundo empresarial y a quienes se esconden
detrás de las puertas cerradas en Davos que las consecuencias sociales y
ambientales de sus actividades de negocios no solo afectan a la gente y al
medio ambiente, sino también la reputación de su firma”, afirmó.
Para Declaración de Berna, no es una opción la participación en el Foro
Económico Mundial, que se realiza por 44 año consecutivo entre el miércoles
22 y este sábado 25.
“Este tipo de inclusión es mucho menos eficaz que la crítica desde fuera”,
según dijo su portavoz Oliver Classen a IPS. “Davos es el escaparate mundial
de la política simbólica donde los incendiarios se disfrazan de bomberos
durante unos días”, añadió.
Este año, las ONG internacionales propusieron 15 candidatos para los dos
premios de la vergüenza. Entre ellos están Glencore Xstrata y BASF, como
representantes de la industria de la extracción, productores de plaguicidas y
Gap, la empresa de la vestimenta que se quedó con el premio del jurado.
“Le otorgamos esta vergüenza a Gap por sus monstruosas y poco sinceras
prácticas comerciales que obstaculizan los acuerdos jurídicamente vinculantes
para mejorar sustancialmente las condiciones de trabajo” de sus empleados,
aseguró el director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, en
nombre del jurado.
Gap no estaba presente para recibir el premio. En su lugar lo retiraron Kalpona
Akter, del Centro de Bangladesh de Solidaridad con los Trabajadores, y Liana
Foxvog, del Foro Internacional para los Derechos Laborales (ILRF).
Akter, una activista de base implacable, fue en el pasado obrera textil de
prendas para niños. “Cosía ropa para las empresas multinacionales y ganaba
menos de 10 dólares al mes por 450 horas de trabajo”, aseguró.
Actualmente, el salario mínimo en Bangladesh asciende a 68 dólares al mes.
“Por la inflación, no es mucho más de lo que yo solía ganar”, explicó.
Pero su principal preocupación no son los bajos salarios. “Cuando los
trabajadores reclaman con inquietud por los riesgos de seguridad, no se les
escucha,” subrayó.
Hace tres años, 29 obreros murieron en un incendio en una de las fábricas
proveedoras de Gap en Bangladesh. Después de esa tragedia, organizaciones
sindicales y laborales negociaron con la empresa trasnacional para ponerle fin
a la mortandad en constante crecimiento en la industria del vestido.
En total, 1.129 trabajadores bengalíes murieron en incendios desatados en
fábricas de prendas de vestir el año pasado.
En un comunicado de prensa, Gap subrayó que es miembro fundador de la
Alianza para la Seguridad de los Trabajadores de Bangladesh. “La Alianza es
un compromiso serio, transparente y vinculante por parte de sus miembros
para realizar mejoras urgentes por la seguridad de los trabajadores en
Bangladesh”, aseguraba el escrito.
Para Foxvog, la Alianza es “poco más que un lavado de cara”. La activista se
comprometió a llevar el premio directamente a la sede de Gap en la ciudad
estadounidense de San Francisco.
“No queremos que las empresas abandonen nuestros países”, dijo Akter.
“Queremos empleos, pero deben ser puestos de trabajo con dignidad. Las
corporaciones mundiales deben dejar de lucrar con este sistema de doble vía”.
Una tercera parte de las 280.000 personas que participaron de la votación en
internet eligió al gigante energético Gazprom para el premio popular. No es de
sorprender, ya que la empresa recibió mucha atención en los últimos meses.
En septiembre, las fuerzas de seguridad rusas detuvieron a 28 activistas de
Greenpeace y a dos periodistas durante una protesta contra la extracción de
petróleo en su plataforma marítima Prirazlomnaya. El mes pasado, Gazprom se
convirtió en la primera compañía en extraer petróleo en el océano Ártico.
Según Greenpeace, Prirazlomnaya no es en lo absoluto una unidad de
perforación de vanguardia. A los activistas les preocupa mucho que no esté a
disposición del público un plan de respuesta convincente ante un eventual
derrame de petróleo en uno de los ambientes más extremos del mundo.
Greenpeace sostiene que los métodos tradicionales de limpieza que emplea
Gazprom simplemente no funcionarían en condiciones heladas.
IPS solicitó a Gazprom sus comentarios sobre el premio que ganó por
“conducta empresarial irresponsable a costa de la gente y el medio ambiente”.
El portavoz de la firma rusa, Sergey Kupriyanov, no brindó detalles sobre si
habrá reacción, pero sí destacó que la empresa está plenamente comprometida
con loes estándares ambientales más elevados.
“Por lo tanto estamos muy sorprendidos por la decisión del jurado de los
premios Public Eye, que al parecer está motivado por inquietudes ajenas a la
ecología,” dijo Kupriyanov a IPS.
El portavoz señaló que la plataforma Prirazlomnaya fue diseñada
específicamente para los climas más hostiles. “Las técnicas de perforación
aplicadas evitan la contaminación del agua subterránea y la mezcla de residuos
de la perforación y la producción con el agua de mar”, aseguró.
“Los planes de prevención y de respuesta especialmente diseñados para
derrames de petróleo garantizan que la tripulación de la plataforma esté bien
equipada para las situaciones de emergencia”, dijo Kupriyanov a IPS.
Naidoo, de Greenpeace, señaló que su organización considera realizar un
llamado de boicot a Gazprom y su socia, Shell, que el año pasado recibió otro
premio de la vergüenza en Davos.
“Nuestra protesta pacífica en el Ártico concientizó a muchos”, dijo a IPS.
“Cerca de cinco millones de personas firmaron nuestra campaña del Ártico, y
lo mejor está por venir”, añadió.
Utilizar los premios Public Eye para concientizar aun más a la gente puede
resultarles más fácil a las organizaciones que se ocupan de Gap, ya que su
base de consumidores difiere mucho a la de Gazprom. La ropa de Gap no es
imprescindible para nadie, pero muchos dependen del petróleo y el gas de
Gazprom.
Es posible que las críticas a la empresa energética caigan en oídos sordos.
“Pero incluso Gazprom, Rosneft y Chevron no son completamente inmunes a la
presión pública”, sostuvo Naidoo. Y agregó que estas transnacionales ignoran
que “las relaciones y la reputación son un capital que es tan importante para el
éxito como el capital convencional”.
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Una de las tareas primordiales de este año para la estación espacial será
monitorear los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera
El miércoles pasado, la NASA anunció un ambicioso programa de lanzamientos
cuyo objetivo es poner nuevos ojos sobre la Tierra y su atmósfera durante este
año.
Un total de cinco misiones —tres satélites y dos instrumentos que recibirá la
Estación Espacial Internacional— están programados para entrar en órbita
entre febrero y noviembre, informó la agencia espacial estadounidense.
Medirán los niveles de dióxido de carbono en el aire, de agua en el suelo, la
lluvia, las capas de nubes y los vientos del océano; de esta manera, brindarán
datos que podrán "ser utilizados inmediatamente" y que ayudarán a mejorar
tanto los pronósticos del tiempo a corto plazo, como las proyecciones del clima
a largo plazo, indicó Michael Freilich, el director de la División de Ciencia de la
Tierra de la NASA.
"Este formidable conjunto de cinco nuevos instrumentos y misiones que serán
lanzados este año, realmente revitalizarán nuestro sistema de observación y lo
ampliarán", dijo Freilich.
Los lanzamientos ocurren dos años después de que la Academia Nacional de
las Ciencias advirtiera que la presión respecto al presupuesto, los retrasos en
el programa y los fracasos de lanzamiento habían dejado a los científicos ante
un "rápido descenso" en las observaciones de la Tierra a medida que la flota de
satélites de Estados Unidos quedaba obsoleta. La NASA había calificado a ese
informe de ser "demasiado pesimista".
El miércoles, Freilich dijo que otras seis misiones estaban listas para ser
lanzadas antes terminar la década, entre ellas satélites que ayudan a medir las
dinámicas de las capas polares de hielo y miden el uso que los humanos le dan
al agua en las zonas acuíferas.
El primero de los lanzamientos planeados para este año será el del
Observatorio de Medición de la Precipitación Global, fijado para el 27 de
febrero. El lanzamiento del satélite tendrá lugar en Japón, en una labor
conjunta con la agencia espacial de dicho país, informó la NASA.
El lanzamiento de un segundo satélite, el Observatorio Orbital de Carbono 2,
está programado para julio, desde la base de la fuerza aérea Vandenberg, en
California. Su misión es monitorear los niveles de dióxido de carbono en la
atmósfera, los cuales ocasionan un aumento en las temperaturas en todo el
mundo; se trata de un concepto polémico en términos de política, pero es uno
que la mayoría de científicos aceptan como un hecho. La primera misión del
OOC cayó al mar en 2009 tras no lograr entrar en órbita.
Y en noviembre, la NASA espera lanzar su satélite de Humedad Activa Pasiva
del Suelo, diseñado para hacer mapas en alta resolución del agua que se
encuentra en el suelo. Eso puede ayudar a monitorear sequías y a mejorar la
productividad de las tierras agrícolas, afirma la agencia.
Mientras tanto, las dos misiones que se dirigen al espacio serán transportadas
por el contratista espacial privado Space X, que empezó a realizar misiones
comerciales de carga en 2013.
El ISS-RapidScat, el cual registrará los vientos de los océanos (información
importante para los pronósticos marinos, el monitoreo de huracanes y la
investigación climática) será lanzado en una misión de SpaceX el 6 de junio. El
lanzamiento del Sistema de Transporte de la Nube de Aerosol, equipado con
instrumentos de onda de láser para rastrear pequeñas partículas en la
atmósfera, está programado para el 12 de septiembre.
La reciente decisión de la administración de Obama de apoyar a la estación
espacial hasta 2024 ha tenido una "poderosa influencia que abrirá
posibilidades", expresó Julie Robinson, la principal científica de la NASA para
ISS. La decisión añade cuatro años al tiempo de vida planificado de la
estación; este es un paso importante porque el desarrollo de un nuevo
instrumento puede tomar hasta tres años, dijo.
A diferencia de otros satélites para el estudio científico de la Tierra, la estación
pasa sobre distintos puntos del planeta en diferentes momentos con cada
órbita. Pero a la par de carecer de esa coherencia, también se encuentra hasta
400 kilómetros más cerca del planeta, dijo Robinson.
"Cuando estás un poco más cerca, puedes ver las cosas más a detalle", dijo.